marzo 20, 2023

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#4 Tiempos

Dos de seis | Columna de Jesús Alejandro

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FLECHA DEL TIEMPO.

En el día del segundo informe de gobierno de Andrés Manuel López Obrador —¿o deberíamos decir el séptimo?— vale señalar un par de aspectos que ilustran su manera discursiva de gobernar desde el control de la agenda pública con su conferencia de prensa diaria.

Por un lado, la seguridad y la pacificación inexistentes. Respecto a la primera, los datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública arrojan más de 35 mil personas asesinadas durante el 2019, una cifra incluso mayor a la del último año de la administración de Enrique Peña Nieto. Y durante este 2020, que ha transcurrido con una pandemia de magnitud nunca antes vista a la espalda, hasta finales de junio se contabilizaban casi 18 mil personas asesinadas; vamos que volamos a ser el año más negro en la historia moderna del país respecto a los homicidios. Ya lo señaló hace unos días el periodista Enrique Toussaint: «No dudo que López Obrador tenga la intención, pero los datos muestran una descomposición superior a los sexenios de Calderón y Peña Nieto».

Respecto a la segunda, cuando AMLO era candidato parecía estar de acuerdo con la evidencia: dar el paso hacia la desmilitarización del país; y es que no se cansaba de narrar su plan para regresar de manera gradual al ejército a donde pertenecen, a sus cuarteles. Pero una vez más todo se ha quedado en el discurso, puesto que la realidad habla por sí misma y dice cosas distintas a lo prometido por el presidente: lejos de quitar al ejército de las calles, se ha militarizado la seguridad pública con un cuerpo de seguridad en teoría civil, pero que a todas luces es de corte militar, baste ejemplificar con el nombramiento de un general militar para dirigir este cuerpo de seguridad. En reiteradas ocasiones, muchas personas especialistas lo han señalado con evidencia: la seguridad pública debe tener un enfoque civil.

Tan solo por estos aspecto, estaría bien que AMLO acepte que su estrategia contra la inseguridad y la violencia durante su primer trienio, cimentada como sus antecesores en la militarización de las fuerzas de seguridad, no va por buen camino, al menos no para las y los mexicanos.

Por otro lado, la pandemia de COVID-19 ha azotado a diestra y siniestra a nuestro país, y el presidente sigue apostando a informar de manera diaria el recuento de las personas muertas por la enfermedad causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2. Y nada más.

Primero se pronosticó que habría alrededor de 10 mil personas fallecidas. Un par de meses después ese pronóstico se triplicó: habría entre 30 y 35 mil muertos; lo anterior con un mensaje particular del vocero de Salud del gobierno federal, Hugo López-Gatell: un escenario muy catastrófico sería llegar a 60 mil muertes por COVID-19. Vaya sorpresa para mal, ya que precisamente estamos en ese escenario muy catastrófico, ya que el 22 de agosto pasado se alcanzó esa cifra de fallecidos. En el rubro estamos en cuarto lugar a nivel mundial, en cifras absolutas; y en décimo si consideramos una tasa por cada millón de habitantes.

Y junto con la crisis sanitaria se tiene la crisis económica, que pega fuerte a los sectores más vulnerables y pobres, esos que AMLO siempre pone en primer lugar. Pero una vez más, todo se queda en el nivel discursivo, ya que no se han realizado acciones probadas para mitigar el impacto social, como la implementación de una renta básica universal. En lugar de eso, solo se adelantaron dos meses de dos programas ya existentes.

La investigadora Dora Lustig bien señala una contradicción entre el decir del gobierno federal y su actuar “la proyecciones para México indican que el número de nuevos pobres puede ser de alrededor de 10 millones de personas. Paradójica situación para un país donde el lema de su presidente, Andrés Manuel López Obrador, es «primero los pobres»”.

Sin duda, la solución a los problemas de un país tan grande y complejo como México no se puede dar a las primeras de cambio. Más de 21 meses del presente sexenio anteceden en la formación de la bola de nieve que vemos hoy en día. Sin embargo, es menester señalar lo que se dice por una parte, y lo que se hace por otra.

Hasta la próxima.

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#4 Tiempos

Movimiento Ciudadano, nuestra esperanza | Columna de Jacobo Pineda

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La democracia mexicana se ha convertido en oligarquía de partidos. Los institutos políticos han renunciado a encauzar las inquietudes de los ciudadanos para transformarse en empresas administradas por una dirigencia que opera como consejo de administración, en que lo menos significativo es su servicio a la población y lo más relevante es saturar la cartera. Sólo así se explica que el meme Marko Cortés sea todavía presidente de Acción Nacional o que el bufón Xavier Azuara maneje a su antojo al PAN potosino. Azuara publicó este sábado un tweet que lo retrata: “Felicito a Guillermo del Toro por su Oscar, pero sobre todo felicito a Marko Cortés por haber felicitado a Guillermo del Toro”. Epatante. Semejante irrumpe Movimiento Ciudadano, un partido cuya exclusiva virtud reside en postrarse al servicio y mejor interés de su dirigente nacional, Dante Delgado. MC es una formación que hace un par de años aprobó abrazar el ideario de la socialdemocracia, aquel en que también se sitúan de acuerdo con sus estatutos PRI y PRD, y que ahora espera la adhesión de PAN y Morena.

En San Luis Potosí, Marco Gama ha relevado como coordinador de MC a Eugenio Govea quien en veinte años no hizo otra cosa que engrosar sus cuentas corrientes, sacar a pasear su gracejo y conceder entrevistas estúpidas. Marco Gama declara orondo que “el PAN quedó en el pasado”. Pues será un pasado muy presente porque el PAN defiende la ideología de género con la misma extravagancia que MC. Gama asegura que se siente “visionario y actualizado”. No hay duda de que es un visionario: tras quedar descartado para hacerse con la candidatura a gobernador por el PAN decidió que era necesario asaltar otro espacio que se la asegurara para los próximos comicios, es decir, MC. Desde luego, no abandonó Acción Nacional por resentimiento, ni ojeriza, ni rencor. Cambió de opción para servir a San Luis como San Luis merece ser servido. Con él se llevó a viejos panistas a quienes no dio tiempo de ser nuevos panistas que igualmente abandonaron el PAN para servir con generosidad e integridad a los potosinos.

En este sentido, Marco Gama está actualizado, pero menos puesto que no experimentó el nuevo PAN. La nómina de viejos panistas que perdieron oportunidad de ser nuevos panistas -se trasladaron a MC sin dar opción a que el PAN diera el paso que a la postre dio para por fin ser nuevo-, era previsible por lo que no hay sorpresas, ni siquiera en que todos acaparen los puestos directivos del instituto. Hay una excepción, Adriana Marvely Costanzo.

Marvely es una señora extraviada en los vericuetos del narcisismo y la insensatez, que anima a las mujeres a abortar porque considera que es lo más significativo que pueden hacer con sus vidas. Una apóstata del feminismo si el feminismo es obstáculo para que los transgéneros se presenten finalmente como esa mayoría que son y que la mayoría todavía no reconoce porque no sabe que es transgénero. También se entretiene en acusar de acoso a quienes no son acosadores, incurriendo en el delito de difamación y calumnia, que es una manera como otra cualquiera de pasar el tiempo. Su principal aportación es exigir que los hombres se deconstruyan porque de otra manera serán hombres no deconstruidos. Cunde el pánico entre la población masculina. Costanzo es ridícula, incluso satura el significado de lo ridículo para convertirse ella misma en el significado más depurado de lo ridículo. Habría que cambiar el significante “ridículo” por “costanzo”. Dentro del aparato estatal, recibió el nombramiento de secretaria de acuerdos, es decir, la que toma las actas de las reuniones, sirve el café y ofrece chocolates, pero informa que en realidad es secretaria general del partido en el Estado. Una mujer con iniciativa. Entre sus cualidades sobresale la afición por promover a defensoras de acosadores sexuales y por hiper exponerse en Instagram haciendo nada. A pesar de las apariencias es muy ecuánime: acusa de acoso a quienes no son acosadores, pero protege a quienes lo son. Marvely defiende a feministas y transexuales, pero a la vez encubre a compañeras de partido que protegen a acosadores, como Isa Lastras, amiga del acosador Chemo Castillo, que a pesar de las numerosas denuncias insiste en que no es acosador, sólo muy amistoso. 

MC empieza con fuerza, presentándose como opción atractiva a los electores, priorizando necesidades, separando con criterio lo importante de lo superfluo, discriminando las peras del olmo. MC le ofrece a San Luis lo que urge en San Luis: un partido de gente joven, caras nuevas y entusiastas, sin pasado comprometido e ideas claras. Todo indica que MC es nuestra esperanza: lo mismo que Govea pero más.

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#4 Tiempos

Muy escasos «Los demasiados libros» de Gabriel Zaid | Columna de Julián de la Canal

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No todos los aniversarios merecen celebrarse, pero hay aniversarios que merecen celebrarse siempre. No todos los libros merecen publicarse, pero hay libros que merecen publicarse siempre. No todos los autores ameritan encomio, pero hay autores que siempre lo ameritan. Excepcionalmente coinciden las tres celebraciones y la concomitancia requiere la celebración de lo excepcional. La ejemplaridad intelectual de Gabriel Zaid reside en la ejemplaridad del ser humano en que se hospeda el intelectual. El autor de Leer poesía nos dice que la calidad del hombre dota de sentido a su desarrollo, que su actividad se desprende y regresa a lo que en él es más auténtico, que la tarea es irreductible a su categoría humana. Gabriel Zaid es excepción como intelectual porque es excepción como ser humano. Reúne distinciones personales transformadas en circunstancias cotidianas que lo vuelven rareza en el ámbito cultural. La reticencia a la hora de mostrar imágenes de su persona parece irrelevante frente a su libertad de pensamiento que ofrece imagen cabal de su persona.

La libertad lo emplaza ante un entorno intelectual en que esa libertad solo se expresa de labios hacia afuera. El inconfesable interés personal arrumba el libre examen disfrazado de independencia para justificar inconfesable interés personal. Extraviada la integridad, la verdad se adelgaza a palabra vacía desautorizando al intelectual que necesita de grupo para acreditar un estatus del que la sociedad lo proscribe. El intelectual se limita a intelectual de grupo, pero no a intelectual, a máscara, pero no a verdad. Escasos son los que todavía se deben a la sociedad mediante un contrato tácito suscrito entre ambas partes. Contados son los intelectuales cuya mirada franca hacia problemas y coyunturas se recibe como generosidad de un temperamento desinteresadamente interesado. La integridad de Gabriel Zaid se exhibe en su amor a la verdad aunque no siempre la tenga, en su combate por acceder a ella aunque en ocasiones se le resista, en su esfuerzo por conquistarla aun cuando esa conquista concluya en derrota. Pero hay algo tan decisivo como la verdad incluso cuando fracasa en su tentativa: la generosidad. Zaid es genuinamente pródigo, no sometido a interés de cálculo, que lo reivindica como ser humano que es intelectual además de otras cosas del mismo modo significativas. Verdad, generosidad, integridad y otras cosas del mismo modo significativas operan como factores determinantes que le otorgan en tanto que intelectual obligada independencia, cuya deserción generalizada certifica la ausencia de legítimos hommes de lettres. La naturalidad con que obsequia su pensamiento quizás sea una causa más de lo innecesario que considera prestarle atención a su imagen pública.

El autor de Leer sabe muy bien que lo que perdura es lo atinado de las ideas privadas y no lo atildado de las imágenes públicas. No ignora que la vida interior saturada de generosidad es más verdadera que la de los espectáculos de intelectuales que no son en absoluto ni espectaculares ni intelectuales.

Cumple Zaid noventa años de entregarse, de darse, de ofrecerse. Una existencia volcada hacia México desde la discreción y la compostura que no extrañan la pasión y la firmeza. No hay imágenes de Gabriel Zaid, pero su palabra esculpe un retrato en piedra de cantera más verdadero que el captado por un lente fotográfico. Aniversario también de Los demasiados libros publicado en Buenos Aires en 1972, sometido a constantes revisiones, reescrituras y adiciones hasta la edición homenaje de 2022, que impiden que haya perdido una actualidad amenazada por la naturaleza de los asuntos. La solicitud con que se esmera en sus escritos exhibe esa generosidad que demanda la exigencia del quehacer intelectual. La palabra abre a una realidad cambiante y mudable que urge a un ajuste constante de la palabra. El pensamiento se mueve en función de una realidad que a su vez mueve la palabra que testifica la realidad. Ánimo jovial, desmiente a cada momento la edad, alentado por irrenunciable curiosidad hacia la existencia. Algo hay de evangélica contemplación, aunque sus apreciaciones no sean a veces evangélicas excepto alusivas a la expulsión de los mercaderes del templo. Gabriel Zaid es autor de escasos demasiados libros, excepcionales desde el amor a la verdad, inauditos desde la generosidad intelectual, exclusivos desde la integridad de su adhesión al otro, privativos desde su independencia insumisa y singular. Gabriel Zaid sobresale en un medio cultural y académico egoísta y corrupto, destaca insólito en la soledad de quien se reconoce en la condición humana, virtuoso en su transparente mirada hacia sus semejantes. Ni una imagen ni todas juntas labran el recio autorretrato que cincelan sus páginas. Se antojan muy escasos los demasiados libros de Gabriel Zaid.

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Difícil visita | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Podríamos pensar que la tormenta para San Luis, ya ha pasado. El calendario luce más favorable y, lo hemos dicho, parece que si todo sale como debe, el equipo potosino podrá estar dentro de los 12 que lucharán por el título final.

Sin embargo, la visita del fin de semana luce peligrosa: ir al Azteca siempre es motivo de emociones encontradas, por un lado está el ver a tu equipo en una catedral del futbol mundial, y por otro pensar en lo complicada que es su cancha para los visitantes.

Cruz Azul es el rival, un equipo de claroscuros, a veces jugando por nota, otras perdiendo inexplicablemente; lo que presenten los azules en su cancha el próximo partido, es un verdadero enigma.

Justo esto es lo que hace al juego de la jornada algo complejo de entender. San Luis volvió a ganar, derrotó sin mucho problema a uno de los peores equipos del torneo, pero su rival en turno no es igual, la máquina está obligada a sumar en casa, si aspira a meterse a liguilla.

Hay que tomar en cuenta que Cruz Azul tiene 13 puntos y se ubica en el lugar 9 de la tabla, pero con un partido menos, si dejara ir la victoria este fin, las cosas no se ponen tan complicadas aún, pero de ganar, la presión disminuye, sobre todo tomando en cuenta que su partido pendiente es visitando Querétaro, un juego que ellos pronostican, les dará 3 puntos.

Por el otro lado, San Luis viene recuperando confianza, después de su mala racha, regresaron al triunfo en un juego que era obvio para el triunfo, ahora visitan la capital en búsqueda de otros tres puntos que serían un total balsamo para los potosinos. Pero hay que ser claros: San Luis no tiene los argumentos completos para pensar en sacar 3 puntos del Azteca, y menos ante un enigmático Cruz Azul, ese partido es de pronóstico reservado.

Ojalá San Luis pueda mantener un funcionamiento interesante. Qué la presión no los sofoque y hagan un juego intenso e inteligente durante todo el encuentro; si las cosas van bien, podría darse la sorpresa que todos deseamos. Una visita complicada, un partido difícil, pero ante el rival en turno, todo puede pasar.

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Opinión