noviembre 22, 2024

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Apuntes de un Cineófito

Cuando Alana encontró a Gary | Columna de Mario Candia

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APUNTES DE UN CINEÓFITO

Los grandes blockbusters en los ochentas eran de dos tipos: el cine de ultra violencia representada casi siempre por antihéroes solitarios y musculosos y el cine de los primeros amores (Teen Movies), representado invariablemente por gente blanca en universos llenos de privilegios. Estas cintas impusieron la moda de cómo vestirnos, qué música oír, cómo ligar y toda una serie de clichés arbitrarios que produjeron una gran cantidad de estereotipos y corazones rotos, tratar de imitar el estilo de vida del adolecente norteamericano derivaba siempre en un rotundo fracaso. Películas como Pretty in Pink (Deutch, 1986), The Breackfast Club (Hughes, 1985), Sixteen Candles (Hughes, 1984), St. Elmo´s Fire (Schumacher, 1985), Say Anything (Crowe, 1989) y Ferris Bueller´s Day Off (Hughes, 1986) entre otras, fueron quizá las más representativas de ese subgénero, las vimos en el cine de Plaza Las Américas, que ahora es una terraza de alitas y boneles, en los Cinemas del Valle que ahora es un restaurant bar o en los cines de Plaza Tangamanga, y uno salía de aquellas salas con la esperanza de tener un romance idílico como el que veíamos en pantalla. La vida tenía otros planes para la gran mayoría de nosotros.

Emma Thompson hizo una importante declaración hace algunos días, ella dijo “A las mujeres nos han lavado el cerebro toda la vida para que odiemos nuestros cuerpos. Es un hecho”, “Todo lo que nos rodea nos recuerda lo imperfectas que somos y que todo está mal”. Esto es una gran verdad, y aplica justo para todos los que consumimos ese tipo de cine, las escusas para no atreverse a ligar iban desde, no tengo carro, no soy rubio, no soy guapo, no estoy fornido, no tengo dinero, etc. Esas películas romantizaban la exclusión, el body shaming, el bullying, la misoginia, el machismo y casi siempre retrataban a los “no blancos” como perdedores y principalmente como simpáticos pagafantas.

Ambientada en los setentas y con un poderoso soundtrack, el maestro Paul Thomas Anderson coloca su más reciente trabajo en este subgénero, pero lo reivindica y sublima al apartarse se los prejuicios que antes expliqué, Licorice Pizza

(Anderson, 2021) es un relato alejado del body shaming, con un discurso emocional, íntimo y provocador, me recordó a American Graffitti (Lucas, 1973) y a When Harry Met Sally (Reiner, 1989), desde un principio sabes que Alana y Gary se quedarán juntos, pero lo importante no es eso, lo que quiere la película de Thomas Anderson es contarnos anécdotas de lo divertido y a la vez complicado que es amar a quien tú quieres. La historia está contada en una década en la que no había teléfonos celulares, ni plataformas de ligues. El contexto es un personaje simbólico en el desarrollo de la trama, la crisis del combustible, el consumo de drogas, el mundillo de las agencias para actores en Los Ángeles, la moda de las camas de agua, los políticos de clóset y la representación de la vida familiar en aquellos tiempos. Son justo esos detalles tan cuidados los que consolidan su nominación al Oscar.

En su narrativa Thomas Anderson elimina el bullying, despoja a los personajes de clichés retrogradas y en su lugar, los empodera. Cooper Hoffman hijo del extraordinario actor Philip Seymour Hoffman (1967-2014) interpreta a un Gary extrovertido pero ingenuo que romantiza el fracaso amoroso, sin perder de vista su objetivo principal: Alana, quien es interpretada por Alana Haim en el papel de una chica judía insatisfecha, convencida que lo merece todo y, como buena historia de amor, al principio rechaza a Gary pero al final terminan juntos. Inolvidables las breves apariciones de Tom Waitts, Sean Penn y Bradley Cooper, no pueden perderse esta película.

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#4 Tiempos

Recomendaciones del cine de Clint Eastwood | Columna de Mario Candia

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Bird (1988) Clint Eastwood siempre ha elegido mostrar las vidas de perdedores, de esas personas que un día lo tuvieron todo, el mundo a sus pies, y que por su terquedad, su estupidez, y su egocentrismo, acabaron siendo una sombra de lo que un día fueron. Bird es una película biográfica de un genio del jazz, Charlie Parker, ídolo personal de Eastwood, y eso se nota. Él no embellece la historia, el conduce un relato duro y oscuro sobre un auténtico perdedor, alguien que, consciente de su mala situación, no hacía nada para remediarla. Clint realiza una puesta en escena acorde con la situación del personaje, con escenas que transcurren casi en su totalidad en momentos nocturnos, al igual que la vida de Parker, en la que abundaban más los oscuros que los claros. Apoyado en una fotografía sensacional, que envuelve al espectador, y, obviamente, en una banda sonora de excepción, Eastwood nos deleita con un drama desgarrador que permite conocer cómo fue la caída de un hombre, no sólo musicalmente hablando, si no con su vida, su relación con las personas que le querían, y su relación con las drogas y el alcohol, hasta que perdió la batalla definitivamente.

 

Los Imperdonables (Unforgiven. 1992) David Webb Peoples firma un guion espléndido para que Eastwood filme la que quizá sea su mejor película. John Ford decía que en el Oeste, entre la realidad y la leyenda, escogían siempre la leyenda. Los imperdonables escoge la realidad. Una realidad compacta, dura y sucia, rodada desde una inspiración que hacen de esta película una obra maestra absoluta. La violencia es el motor de la historia, el desencadenante de toda la trama. Unas prostitutas ofrecen una recompensa a quienes maten a los vaqueros que las violentaron. Este pretexto argumental nos traerá una galería de personajes inolvidables. Pese a ser una película violenta es tremendamente lírica. La mirada revisionista que propone, desmonta el mito para crear uno nuevo. Las balas, siempre certeras en el género del western, toman aquí una naturaleza más real, donde la violencia siempre acarrea consecuencias y matar es una cuestión de suerte en el reparto. Esto hace que sea una película profundamente moral y que una historia en apariencia simple, nos ofrezca, como todas las grandes obras, más de la que aparenta. En esta cinta no sólo se detecta todo lo que Eastwood aprendió de Don Siegel y Sergio Leone, a quienes dedica esta película, sino que podemos rastrear a Ford, a Hawks, a Mann en cada una de sus secuencias. Los imperdonables es de esas películas que cuando terminas de verlas sabes que has visto una obra maestra.

 

Un mundo perfecto (A Perfect World. 1993)

Intenso y extraordinario drama emocional. La relación entre un preso fugado, Kevin Costner, y el niño al que secuestra es uno de las grandes lecciones que ha dado el cine en la década de los noventa y todo gracias al talento creador y a la exquisita sensibilidad del maestro Clint Eastwood. Butch se fuga de la cárcel junto a otro y mezquino preso, pero Butch no se podrá fugar nunca de su pasado. Un pasado que, detalle a detalle, nos destila con inteligencia Eastwood. En la fuga se ven obligados a raptar a un niño, éste, viene de una familia ultra religiosa que en la ausencia del padre han olvidado el cuidado de la infancia. Eastwood junto a Laura Dern les perseguirán, y buscarán en el pasado de Butch, en sus heridas y su destino marcado por el fatalismo, esto anudará un lazo de complicidad entre víctima y verdugo. Los momentos de lirismo, emoción y virtuosismo narrativo de Clint los centra en la extraña relación entre el niño y Butch, en la libertad que encuentran en su relación, en el cariño que no ha habido en sus vidas. Mientras para Buzz será el descubrimiento de la vida, para Butch será su última oportunidad de encontrar el afecto. Una Obra Maestra.

 

Los puentes de Madison (The Bridge of Madison County 1995) Bella historia de un romance infinito, una historia de amor interminable, un amor que va más allá de la muerte. Robert Kincaid y Francesca Johnson comenzaron, sin saberlo, un romance a escondidas que sería sólo el principio de la más extraordinaria y hermosa historia de amor nunca antes vista en la pantalla grande. Son sólo cuatro días en la vida de una mujer insatisfecha sentimentalmente. Francesca Johnson, personaje interpretado magistralmente por la maravillosa Meryl Streep, nos muestra lo difícil que es amar a escondidas, lo difícil que es guardar sentimientos toda una vida, Francesca Johnson, esa italiana dura y emotivamente perfecta, con sentimientos puros y un amor gigante hacia su familia, un amor tan grande que la hace capaz de soportar toda una vida en silencio. No pudieron estar juntos en vida, pero quien sabe si pudieron estar juntos para siempre en su querido puente del condado de Madison.

Los puentes de Madison: la película que revirtió la imagen de duro de  Eastwood y que casi no protagoniza Meryl Streep por su edad - Infobae

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#4 Tiempos

Recomendaciones del cine de François Ozon | Columna de Mario Candia

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Gracias a Dios (Grâce à Dieu. 2018) François Ozon dirige una película que intenta no opinar sobre lo que sucedió, sino más bien narrar unos hechos y dejar que el espectador decida. Gracias a Dios se centra en tres víctimas de abuso, protagonizadas por los actores Melvil Poupaud, Denis Menochet y Swann Arlaud. El primero es padre de familia, católico, pero el horror de lo sucedido siempre le ha perseguido. Al enterarse de que el sacerdote sigue trabajando y llevando a los boy scouts, inicia la lucha. El segundo tenía olvidado también el tema, sin embargo, tener hijos le ayuda a encabezar la lucha, quizás el más luchador de los tres. El último es un fantasma de su propio pasado, quizás el que más ha sufrido hasta las últimas consecuencias el abuso. Psicológicamente inestable, con problemas de relación con el sexo opuesto. Gracias a Dios nos ofrece la visión y el sufrimiento de tres personas que padecieron abusos por parte de un sacerdote. Cómo la iglesia de Lyon intenta lavarse las manos y la lucha de todas esas personas que tratan de hacer justicia. Sin embargo, la iglesia tiene mucho poder, y a día de hoy todavía nadie ha pagado.

 

En la Casa (Dans la Maison, 2012) La película se centra en la figura de un profesor de literatura y uno de sus alumnos y la extraña y malsana relación que se establece entre ellos. Entre las insulsas redacciones que este hastiado maestro corrige encuentra una de ellas que capta su atención, así como la de su mujer, que le acompaña en la lectura. El joven escribe magistralmente sus actividades, sus manipulaciones a aquellos que le rodean para inmiscuirse en sus vidas, pero el relato se cierra con un “continuará”, un interrogante que atrapa a los adultos y los hace querer más, avanzar en la historia, descubrir qué hay de realidad y qué hay de ficción. El joven y su atípica personalidad, por su parte, se lanza, arrastrándolos con él, a un tobogán desenfrenado de verdad e imaginación. François Ozon, demuestra su maestría adaptando la obra de Juan Mayorga, creando una película compleja, plena de ritmo y arte cinematográfico, que atrapa al espectador del primer al último plano. Esta fascinación se fundamenta sobre varios pilares de gran calidad. En primer lugar, un guion retorcido, creativo, ágil y artístico a la par que ácido cuando debe serlo. Junto a él, una labor interpretativa de todo el elenco de actores digna de un sobresaliente. Una película completa, rica, hipnótica y bella, una pequeña obra maestra donde todo funciona, donde se reflexiona sobre el arte, sobre el poder de la palabra escrita, sobre las humanas relaciones, sobre el misterio de lo más común, sobre la confianza, la moral, el morbo, los deseos y la ética, piezas de un todo que no lastra, sino genera una profundidad digna de elogio por lo inteligente de su narrativa, diálogo y humor.

 

8 Mujeres (8 Femmes. 2001) Comedia negra, surrealista, ocho mujeres se encuentran encerradas en una gran mansión burguesa durante la navidad, la mujer de la casa, su madre, su hermana, sus dos hijas, dos criadas y una visita inesperada. Todas ellas con secretos y rencores, con una gran facilidad para cambiar su rostro y emociones en función de quien esté delante. Son mujeres que, de una forma u otra, han tenido que utilizar sus mejores artes para llegar a donde están, muchas veces no se sienten orgullosas de lo que han hecho, pero no dudarán en repetirlo para sobrevivir en un mundo machista, enterrando sus verdaderos deseos y emociones. La interpretación maravillosa, todas hermosas y estupendas, destaco a la pareja principal, Catherine Deneuve, como la señora de la casa, y Fanny Ardant, la hermana del señor de la casa. Una película para disfrutar de  la elegancia de la mujer francesa, sus odios y temores, de la mano de Ozon.

 

Gotas de agua sobre piedras calientes (Gouttes d’eau sur pierres brûlantes. 2000) Una de las conductas que más me fascina del comportamiento humano es la absurda dependencia a los seductores, que a pesar de que son inalcanzables, humillan y disfrutan siendo crueles. Otro aspecto llamativo es el de la dominación. Hay personas absolutamente dependientes y necesitan tener un amo y recibir órdenes. El gran mérito del cine de Ozon es que nunca lluevan ranas, ni hay flashback desordenados, ni superhéroes, ni historias paralelas que no se encuentran. Su cine es de pocos personajes, real, claro, rotundo, preciso, directo. Tramas distintas pero impactantes, una sola localización y mucha profundidad en la intrincada psicología y sexualidad del ser humano. Intenso tributo al maestro Fassbinder.

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#4 Tiempos

De lo mejor 2022 | Columna de Mario Candia

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Close (Lukas Dhont. Belgica. 2022) Close es una poesía en forma de película. Es una oda a la amistad en plena adolescencia, con todas las complicaciones que se pueden generar en un momento de la vida lleno de vulnerabilidad y de presión en el ambiente. En ella, destacan las interpretaciones de los actores noveles Eden Dambrine como Léo y Gustav de Waele como Rémi. Cada imagen está especialmente cuidada. Nada sobra ni falta. La cámara sigue a los protagonistas como si quisiera llegar al fondo de su corazón y ver qué sienten en cada instante. Este es el mood del film. Estar ahí, con ellos. Por eso, se fija en los detalles. Respeta los espacios y la intimidad. Se aparta cuando parece que molesta. Predominan también los espacios de lenguaje no verbal, que llenan muchos momentos donde el espectador va al mismo ritmo que cada personaje. Las lágrimas, los silencios, los segundos para pensar no corren, sino que van con la lentitud de la misma realidad, las miradas que pueden paralizar al que observa. Por ello, se la puede etiquetar fácilmente como una cinta lenta y no apta para todos los públicos que están acostumbrados a cine de acción y de ritmo ágil. Aquí hueles las flores, oyes los pájaros, percibes los ruidos en la pista de hielo, los suspiros, la respiración entrecortada mientras duermen. Emoción hecha cine.

Close' (2022), crítica: Es un pequeño milagro que rompe tabúes  cinematográficos hablando de la asepsia emocional tras el trauma y el dolor  de la culpabilidad | Opiniones Espinof

Bones and All (Luca Guadagnino. Italia. 2022) Guadagnino dirige a Taylor Russell y Timothée Chalamet en este relato sanguinolento sobre una pareja y su camino de búsqueda de libertad, madurez y carne de la que alimentarse. En definitiva, buscan un destino que de sentido a sus aciagas existencias. Este espectáculo de sangre y vísceras, acompañado de altas dosis de romance, marca el esperado reencuentro cinematográfico entre Guadagnino y Chalamet tras Call Me by Your Name. La cinta es una historia de amor entre los protagonistas. Sin embargo, no podemos definirlo como un romance común y afable, sino como una historia gore que puede generar repulsión en muchos momentos. Guadagnino presenta, en una atmósfera triste y asfixiante, una especie de alzamiento de la dimensión metafórica del canibalismo para tejer un drama romántico de rebeldes sin causa. La sensación adolescente de ser diferente a los demás es llevado aquí a un espacio en el que los caníbales son nómadas solitarios que luchan contra su propia naturaleza. Los personajes de Russell y Chalamet se encuentran por el camino durante esta huida de sí mismos hasta entender que su condición les perseguirá hasta el último de sus días.

La belleza del canibalismo en "Bones and all" - Gatopardo

Argentina, 1985 (Santiago Mitre. Argentina. 2022) La película de Santiago Mitre relata el Juicio a las Juntas de la Dictadura Militar de Videla, con el forzado héroe Julio Strassera como fiscal acusador, interpretado por un enorme Ricardo Darín, y que supuso el paso oficial de Argentina hacia la democracia. La película se formula bajo el thriller político con una puesta en escena efectista con aroma a algunas de las mejores películas del cine de judicial y del mainstream

americano, pero a la que no le falta garra y capacidad de debate, consiguiendo transmitir la importancia de lo que este juicio supuso para la ciudadanía argentina y global,
como demuestra el eco que está provocando la propia película en quienes la ven en cualquier parte del mundo. El difícil proceso real al que se atrevió el joven equipo de juristas retratados en la película, largo, complejo, bajo la presión del tiempo y en constante amenaza, queda hábilmente condensado para ser popular, convincente y, en determinados momentos, emocionante, especialmente cuando entran en juego esas dosis de humor que sorprenden y destensan una narración vibrante colma da de ingredientes históricos, domésticos e idealistas de gran interés. Una película con vocación universal que redondea su oportuno llamamiento a la memoria, resultando tan épica, sincera e inmortal como actual.

Argentina, 1985 fue nominada al Oscar como mejor película internacional -  Infobae

The Whale (Darren Aronofsky. USA. 2022) Estremecedor trabajo de Brendan Fraser en el papel de un profesor de más de 250 kilos que se come a sí mismo hasta la muerte, un intenso drama en el que Fraser, más allá de su terrible apariencia, nos permite ver el corazón de un hombre roto. Un hombre que lleva su cuerpo a tales extremos físicos, atormentado por el arrepentimiento, intenta acercarse a su hija de 17 años, Ellie, que hace tiempo que no quiere saber nada de un padre que la abandonó. Mientras tanto, es consolado por una paciente trabajadora del servicio, que le da ánimos. Con un escenario único y con un personaje principal cuya grave crisis de salud hace evidente desde el principio el desenlace, The Whale parecía difícil de trasladar a la pantalla. Aronofsky lo consigue apoyándose en su teatralidad, sumergiéndonos en la claustrofobia que se ha vuelto ineludible para el personaje de Fraser, Charlie.

Brendan Fraser en The Whale: “Abandonemos los prejuicios contra la gente  obesa” - BBC News Mundo

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