#4 Tiempos
Cosas que parece que no importan, pero sí… | Apuntes de Jorge Saldaña
APUNTES
Si el Fideicomiso para el fomento del turismo fuera un carro, estaría abandonado, sin gasolina, descompuesto, ponchado y desvalijado.
Así lo dejaron, no arranca ni arrancará, no funciona ni funcionará, y de plano ya ni por kilo nadie lo quiere aunque ahí esté en el corralón de la Ley de Turismo estatal siendo un estorbo.
¿Se necesita? Por supuesto, es urgente un vehículo, una herramienta de fomento serio y profundo para detonar y aprovechar más las bondades de nuestro estado pero…lo desvielaron.
No hay mucha historia que contar, el “Fideicomiso público de inversión y administración para el desarrollo del turismo en el estado” (así se llama con todo y apellidos) se conformó en tiempos de Fernando Silva Nieto en octubre del 99, se publicó en el decreto 744 en el Periódico Oficial del Estado en 2001 y luego y se modificó en 2002.
Ya para 2009, Fernando Toranzo, lo vuelve a modificar en sus reglas de operación (justo cuando empezó el “manoteo”) creando reglas, comité de regulación y todo lo que se les ocurió para poder acceder al porcentaje de recurso proveniente del ISR, que ya para esos años alcanzaba montos de entre 30 y 40 millones de pesos, de los cuales el 80 por ciento se iba a pagar personal (léase aviadores y uno que otro becado), gastos y materiales. Si a caso ocupaban un millón para en realidad promover al estado era mucho. Así está asentado en observaciones de la Auditoría Superior.
En el sexenio de Carreras fue lo mismo, pero ya el porcentaje alcanzaba casi los 50 millones de pesos, recursos que consumía absurdamente el propio funcionamiento del mentado Fidetur que, efectivamente hasta esa administración, estuvo en control de la Secretaría de Desarrollo Económico, es decir, ni siquiera en la de Turismo.
Así de mal usaban el carro, y más vale que se castigue el dervergonzado despilfarro, tal como se anunció desde el inicio del gobierno de Ricardo Gallardo.
Lo que también debe ser anotado y subrayado, es que, aunque nada funcione del ya mulimencionado Fideicomiso, es urgente que lo saquen de la Ley de Turismo del estado.
Y es que en su última modificación, en junio de este año, aún dejaron el concepto asentado, es decir, la figura existe, en “el papel” como dijo ayer un diputado, pero existe.
Si bien del impuesto a las remuneraciones ya no hay un porcentaje específico que se deposite al instrumento, ni esté contemplado en el presupuesto del estado, el asunto no puede dejarse de atender.
Hay que recordar también al Culto Público, que el Consejo Potosí, legalmente constituido e instalado, asesora y sugiere al gobierno el destino de la inversión para el desarrollo e infraestructura en nuestro SLP, pero dista mucho éste de ser un instrumento que supla en “automático” al Fidetur.
En pocas palabras, hay que sacar la chatarra del Fidetur lo más pronto posible, porque luego esas cosas ahí abandonadas, generan mosquitos y los mosquitos luego contagian dengue. (Inserte aquí, Culto Público, un guiño-guiño imaginario, gracias)
En otras cosas que pareciera que a muy poca gente importan, me permito comentar sobre el asunto de Sara Rocha y su pálido tricolor.
Debo reconocer que de un tiempo a la fecha, el PRI ha hecho el favor de no invitarme a ningún evento y yo, cortés que soy, le he hecho todo el favor de no presentarme, sin embargo me da comezón (luego le digo dónde) preguntarle a Sara si es que la instrucción que recibió de Alito Moreno Cárdenas fue la de demoler lo que quedaba del PRI potosino , porque de ser así, lo está haciendo a la perfección. (De verdad que me da comezón).
El asunto me parece relevante pero no precisamente por el partido “otrora invencible” (ese lugar común si me gusta usarlo) sino por el futuro de la ciudad.
¿Se darán cuenta los nuevos miembros del Consejo Político Estatal del PRI lo que están haciendo?
Por un cargo y algunos hasta por unos pesos centaveados, están abordando un barco que está agujerado del casco, haciendo agua, con una capitana que (de mi se acuerda) más temprano que tarde tendrá que ser removida de su encargo por el Tribunal Electoral gracias a las impugnaciones vivas que pesan en su contra. En esas condiciones, ¿piensan llegar a puerto?
Pero vamos más allá: con el PRI en hundimiento y el PAN, como casi siempre, enfrascado en pleitos internos ¿Ya saben que van a perder la ciudad mas importante del estado verdad? Ya ni tengo que decirles contra quien.
Las elecciones están aquí a la vuelta del veloz calendario y no se ve cómo puedan tener tiempo para enderezar al barco o por lo menos tener un poco de competitividad.
Mejor para cambiar de tema, recordará mi Culto Público que en una anterior entrega dejé pendiente de explicar por qué espero con entusiasmo el próximo 8 de septiembre.
Como hoy no tengo sueño (cosa rara porque es de día) cumplo mi pendiente y le platico: Según la última información que tengo, ese día emplazó a huelga el sindicato administrativo de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
No sabe usted las ganas y expectativa que tengo porque efectivamente lo hagan. Que paren y que vayan a huelga de una buena vez.
Haciendo eso, el sindicato exhibirá que su ambición por el pago de tres míseros días de trabajo está por encima de la “entrega y lealtad” con la que dicen servir a la comunidad universitaria, además se pondrán en la orillita del risco, porque de declararse ilegal su huelga (como todo lo apunta) el rector podría, si quisiera, formar a todos los huelguistas ahí en Fundadores y despedirlos a todos a ritmo de tronar los dedos.
De ser así, en mi imaginación retorcida en carcajadas, en cada expediente deberán aparecer dos palabras como motivo del despido: “Por imbéciles” (no, no fue el corrector)
¿Ya ve porqué me dan ganas de que ya sea 8 de septiembre?
Por cierto que tengo dos comentarios mas acerca de la UASLP respecto a los recientes, necios y “nadiemegana” enfrentamientos que sostiene con la ASE y el Congreso, pero me los guardo porque hasta la Biblia lo dice: “si dudas, abstente”, y yo soy muy mesurado.
Lo que sí me queda claro es que uno de los tres protagonistas no le está entendiendo nada.
Hasta la próxima.
Jorge Saldaña.
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#4 Tiempos
El sabor uruguayo del futbol potosino | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
El futbol potosino ha tenido muchos rostros, muchas etapas y muchas nacionalidades que han dejado su huella. Pero si hay una que ha sabido ganarse el respeto en la cancha y el cariño en la tribuna, es la uruguaya. No hablo solo de entrega, hablo de carácter, de identidad, de jugadores que supieron ponerse el equipo al hombro cuando San Luis más lo necesitaba.
Hoy que el nombre de Juan Manuel Sanabria suena con fuerza por razones fuera del césped, vale la pena recordar a los uruguayos que eligieron a San Luis, que se partieron el alma con esta camiseta, y que con su futbol dejaron una marca imborrable.
Sanabria, quien hasta hace poco fue capitán, referente, y para muchos el nuevo símbolo del Atlético de San Luis, rechazó irse al América. ¿Por qué? Eso solo lo sabe él. Pero mientras unos dudan, otros lo hubieran dado todo por una oportunidad así. Y sin embargo, eligió a San Luis. Eso dice mucho.
Marcelo Guerrero, aquel mediocampista ofensivo que llegó en los años dorados del primer San Luis en Primera. El “Colo” no era un crack mediático, pero tenía talento en los pies y visión en la cabeza. Fue clave en el subcampeonato del Clausura 2006. Ese torneo, donde estuvimos a nada de ser campeones, tuvo mucho del futbol uruguayo. Mucho de Marcelo.
Sebastián Abreu, el “Loco”, pasó brevemente por San Luis pero dejó su sello. Llegó con la fama de goleador nato y aunque no tuvo su mejor etapa, su presencia bastó para sacudir vestidores. Un delantero con personalidad, de esos que no se esconden. Un verdadero referente del futbol uruguayo que, aunque por corto tiempo, defendió los colores potosinos.
Más recientemente, Facundo Waller, otro charrúa que entendió lo que significa este equipo. Su paso por San Luis no solo fue destacable, fue vital. Contundente, técnico, siempre con una actitud ejemplar. Fue de los pocos que en temporadas grises mantuvo el nivel. Un volante moderno, de ida y vuelta, que mostró garra y calidad.
Pero no todos los nombres quedaron grabados en los reflectores. Algunos fueron más discretos, pero no menos importantes. José Enrique García, volante de contención, fue uno de esos gladiadores silenciosos a inicios de los 2000. Siempre cumplidor, sin lujos pero con un orden táctico que todo técnico valora.
Andrés Silva, central uruguayo que también pasó por San Luis en esa época, destacaba por su fortaleza física y su agresividad defensiva. No era un defensa sutil, pero sí un tipo al que no le temblaban las piernas en los partidos complicados. Le tocó vivir años de transición en el club, pero siempre rindió.
Uno que sí fue diferente fue Lorenzo Unanue, que llegó en los años 80, cuando San Luis todavía tenía una identidad más modesta pero una gran ambición. Unanue era fino, creativo, y marcó diferencia en una liga que no siempre apreciaba el talento extranjero. Fue de los grandes uruguayos que se puso esta camiseta, y su huella permanece en quienes lo vieron jugar.
A lo largo de las décadas, han sido los jugadores charrúas quienes más han entendido el código del fútbol en esta tierra: sacrificio, dignidad, talento sin soberbia. Y entre todos ellos, hay un nombre que no se discute: Nery Castillo, el más grande jugador uruguayo que ha pisado una cancha en San Luis.
Nery jugó en el Atlético Potosino durante los años más vibrantes del fútbol en la capital. Era extremo, rápido, elegante. Pero más que sus cualidades técnicas, lo que hacía diferente a Castillo era su entrega. El estadio Plan de San Luis rugía cuando tomaba la pelota. Marcaba diferencias, no solo con goles, sino con personalidad. Fue ídolo, fue referente y fue parte fundamental de una etapa que marcó a toda una generación. Su legado va más allá de la cancha: sembró en San Luis una identidad, una conexión con Uruguay que permanece hasta hoy.
El fútbol potosino no tiene la vitrina de otros equipos, pero sí tiene historia. Y en esa historia, los uruguayos han sido piezas importantes. Jugaron, ganaron, perdieron, sudaron esta camiseta como si fuera suya de nacimiento. Por eso, cuando uno ve a un jugador uruguayo en San Luis, ya sabe que algo bueno puede pasar. Porque si algo saben hacer los charrúas, es dejarlo todo en la cancha. Y a veces, eso es más importante que cualquier fichaje.
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#4 Tiempos
Jorge Echevarría y su taller de Sonido 13 | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
De la mano de Oscar Vargas y David Espejo, los alumnos del maestro Julián Carrillo, y principalmente bajo el cobijo de la hija del maestro, Dolores Carrillo, Jorge Echevarría Chávez aprendió el sistema musical del Sonido 13 y tomó el destino de tocar música en el sistema de Sonido 13 de Julián Carrillo, convirtiéndose en uno de los principales difusores de la obra microtonal de Julián Carrillo. Desde 1979 ha sido promotor de la obra del compositor potosino dando conferencias y conciertos en diversos foros y universidades. También ha ejercido la docencia y ha sido catedrático en diversas escuelas, centros culturales y universidades del país. Ha sido director de varias agrupaciones musicales juveniles.
Como parte de su formación en el nuevo sistema musical de Carrillo se involucró en la construcción de instrumentos en cuartos, octavos y dieciseisavos de tono, participando en la construcción de arpas micro interválicas que desarrollaron los alumnos de Carrillo Oscar Vargas, David Espejo y Ramón Guerrero Aspero y construiría posteriormente su flauta para cuartos de tono con la cual basa sus interpretaciones de Sonido 13 con el grupo de formara con el nombre ITZA CAYUM que es un grupo que ha sido trazado por la música, recordando el conocimiento de notas y frases. La inspiración surge de instrumentos ancestrales para crear nuevas formas de expresión musical… expandiendo el espectro sonoro, empoderando en cada nota y pieza. Esta profunda fuente de tradición e innovación encuentra una voz moderna en Jorge Echavarría, miembro clave del reconocido grupo Paraphernalia. (PoF)
Jorge Echevarría Chávez realizó sus estudios musicales en la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México como instrumentista en flauta transversal; también en la escuela de música José F. Vázquez; el Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México, y estudió armonía contemporánea en el Sindicato de Música de la Ciudad de México.
En los últimos años han sido frecuentes sus visitas a San Luis Potosí para impartir cursos y conferencias, así como hacer composiciones con sus talleristas de música original en el sistema de Sonido 13. En particular participó en nuestro programa de conmemoración del 140 aniversario del nacimiento de Carrillo en 2015, registrando su participación en la serie documental 13 Conceptos del Sonido 13 que puede consultarse en youtube, así como su participación el programa de conferencias públicas La Ciencia en el Bar en particular con el tema la revolución musical del Sonido 13,
Sobre este tema estará en el mes de septiembre en San Luis Potosí impartiendo el taller, La revolución Musical del Sonido 13, el cual tiene el objetivo de desarrollar los conocimientos necesarios para componer e interpretar música en microintervalos, a través del uso del sistema general de escritura musical de Julián Carrillo. Este taller está dirigido a músicos de cualquier diversidad instrumental, con conocimientos básicos de solfeo y teoría musical general.
Este taller es una buena oportunidad para acercarse al sistema de Sonido 13 y experimentar ese universo musical fantástico que desarrolló el maestro potosino Julián Carrillo creando un nuevo universo sonoro que permite crear nuevas sensaciones estéticas.
Este año se conmemora el 150 aniversario del nacimiento de Julián Carrillo y el 130 aniversario del experimento fundacional del Sonido 13. Que mejor manera de festejarlos participando en el taller de Jorge Echevarría sobre la revolución musical del Sonido 13.
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#4 Tiempos
Variaciones sobre el mismo tema | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
Cuenta Simone de Beauvoir (1908-1986) al comienzo de su ensayo Pirrus et Cineas que una vez Pirro, el general, hacía en voz alta proyectos de conquista:
“-Primero someteremos Grecia –decía.
“-¿Y luego? –le preguntó Cineas, el filósofo, que estaba por allí cerca y lo escuchaba con atención.
“-Luego conquistaremos África.
“-¿Y después de África?
“-Después de África pasaremos a Asia, conquistaremos Asia Menor, Arabia.
“-¿Y después? –volvió a preguntar el filósofo.
“-Después iremos a la India.
“-¿Y después de la India?
“-¡Ah! –exclamó Pirro-. Descansaré.
“-¿Y por qué no descansas de una vez?
“Cineas –comenta la novelista filósofa- parece sabio. ¿Por qué partir si es para volver? ¿A qué comenzar si hay que detenerse? Y, sin embargo, si no decido en primer término detenerme, me parecerá aún más vano partir. ‘No diré A’, dice el escolar con empecinamiento. ‘¿Por qué?’. ‘Porque después de eso habrá que decir B’. Sabe que, si comienza, no terminará: después de B será el alfabeto entero, las sílabas, las palabras, los libros, los exámenes y la carrera; a cada minuto, una nueva tarea que lo arrojará hacia una nueva tarea, sin descanso. Si no se termina nunca, ¿para qué comenzar?… Pero en tanto que permanezca vivo –dice Pirro- es en vano que Cineas me hostigue, diciéndome: ‘¿Y después? ¿Para qué?’. A pesar de todo, el corazón late, la mano se tiende, nuevos proyectos nacen y me impulsan hacia adelante”.
Quién tiene la razón: ¿Pirro o Cineas? Quizá los dos: Cineas advirtiéndole que el punto de partida no está nunca lejos del punto de llegada y que no es preciso conquistar el mundo para tomarse un descanso. Pero, ¿cómo descansar sin haber antes conquistado el mundo, es decir, sin haberse cansado? Pirro, pues, tampoco se equivocaba: no es lo mismo descansar antes que descansar después. Antes, el descanso es pereza; después, es recompensa.
“¿Conoces la historia del napolitano? –pregunta ahora Christiane Rochefort (1917-1998) por boca de uno de los personajes de Les Stances à Sophie-. El milanés lo ve tirado al sol y le dice:
“-¿Por qué no trabajas? Así tendrías dinero.
“-¿Y luego? –pregunta el napolitano.
“-Te comprarías una casa.
“-¿Y luego?
“-Llevarías e ella a una mujer, ascenderías en la escala social, te enriquecerías.
“-¿Y luego?
“-Y luego –dice el milanés- podrías pasar las vacaciones al sol.
“Y el napolitano responde:
“-¡Pero si ya estoy al sol!”.
En este caso nos parece mucho más sabio el napolitano que el milanés, pues éste sólo piensa en el dinero, en una casa con alberca y amplios jardines: en una comodidad, en fin, que aquél ya goza sin tener que molestarse. ¿Tanto trabajo, tanto desvelo para luego tirarse sol? Bien, él ya está al sol, y no desea sino una sola cosa: que lo dejen en paz.
Si trabajamos únicamente para “ganar”, el napolitano tiene razón. Pero los hombres no sólo trabajamos para “ganar”, sino, ante todo, para ganarnos a nosotros mismos: para que el mundo gane algo y sea un poco más rico con los frutos de nuestra acción. Eso fue lo que se le olvidó decir al milanés: y, por lo tanto, perdió justamente la partida.
Para terminar, he aquí otra historia del mismo tenor. La cuenta Giovanni Papini (1881-1956) en un capítulo de su libro Palabras y sangre. Iba un hombre caminado por la orilla de un río –imagino que sería el mismo Papini- cuando vio a un joven que se disponía a echar las redes:
“-¿Por qué haces eso? –preguntó el paseante.
“-Para coger peces –respondió el pescador.
“-¿Y para qué quieres coger peces?
“-Para venderlos.
“-¿Y qué haces con el dinero que obtienes?
“-Compro pan, vino, aceite, vestidos, zapatos y todo lo demás.
“-¿Y para qué compras todas esas cosas?
“-Para vivir.
“-¿Y para qué quieres vivir?”.
He aquí una pregunta realmente filosófica: “¿Para qué quieres vivir?”. Una vez que hemos respondido a esta pregunta y sabemos la respuesta, nuestro obrar tendrá sentido, pero únicamente hasta entonces y nunca antes.
El pescador se quedó callado. Y como no supo qué responder, se limitó a decir: “Para pescar”. Ignoraba para qué hacía, en el fondo, lo que hacía. Su vida era un círculo vicioso, un malentendido.
“¿Para qué quieres vivir?”. Es preciso responder. Y sólo hasta que lo hagamos también nuestro descanso formará parte del plan, y tendremos paz. Nuestro corazón no nos acusará de haber gozado de una tarde libre, ni nos reprochará por habernos tomando unas breves vacaciones. Seremos, entonces, los hombres más sabios. Y también los más tranquilos.
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