enero 22, 2025

Conecta con nosotros

#4 Tiempos

Con motivo de la Revolución | Columna de Víctor Meade C.

Publicado hace

el

SIGAMOS DERECHO

“La revolución es el huracán, y el hombre que se entrega a ella no es ya el hombre, es la miserable hoja seca arrebatada por el vendaval…”

—Mariano Azuela, Los de abajo

En 1915, los convencionistas —comandados por Villa y Zapata— y los constitucionalistas —de Carranza y Obregón— se enfrentaron en repetidas ocasiones y en diversos frentes para definir cuál sería el proyecto de nación a instaurar en el país. Fue, entonces, al término de la “guerra de facciones” que los constitucionalistas se proclamaron vencedores, ya con el camino libre para imponer su proyecto. Sin duda este año parecía ser uno de grandes definiciones para todos: en el plano internacional, Europa se encontraba volcada en la Primera Guerra Mundial; en lo concerniente a México, Porfirio Díaz falleció en el exilio y los constitucionalistas parecían ser los últimos en pie para la consolidación de un nuevo gobierno. No obstante, este grupo constitucionalista se dividió, ahora, en dos facciones: la carrancista y la sonorense.

Venustiano Carranza se apuró a convocar a un congreso constituyente en Querétaro y para 1917 se promulgó la Constitución que hasta el día de hoy es vigente. Carranza fue presidente de México hasta que lo mataron en 1920 y Obregón —líder de los sonorenses— lo sucedió en el puesto después de un breve interinato de Adolfo de la Huerta. Después de Obregón fue presidente Plutarco Elías Calles, con quien vinieron otro tipo de problemas y enfrentamientos, como la Guerra de los Cristeros, iniciada en 1926. A partir de ahí, México tuvo otros tres periodos presidenciales cortos y francamente grises para que luego llegara Lázaro Cárdenas y la industrialización del país.

En medio de todos estos enfrentamientos y modificaciones, ¿en dónde podemos señalar el fin de la Revolución? La respuesta no es clara. Precisamente, esta incapacidad de calendarizar el final de la lucha revolucionaria ha sido aprovechada por los políticos en perjuicio de la población.
Me explico.

El fenómeno sucedido con la Revolución es distinto al que ocurrió con la Independencia. Con este último claramente podemos identificar que la guerra independentista terminó con la entrada triunfal del Ejército Trigarante de Iturbide a la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821 y el cumplimiento del objetivo era binario: ser independiente o no ser independiente. Con la Revolución no es así de sencillo. Ciertamente, hay dos objetivos fundamentales que sí son identificables: primero, la caída de Díaz; segundo, la obtención de derechos laborales básicos. Francisco I. Madero pertenecía a una familia de hacendados coahuilenses que era una de las más ricas de México. Fueron muy cercanos al gobierno porfirista; sin embargo, Madero realizó sus estudios en Europa, de donde recogió las ideas liberales y democráticas de la época. Emprendió su movimiento democrático y el 25 de mayo de 1911 Díaz firmó su renuncia y partió exiliado a Francia. El segundo objetivo se alcanzó —de manera parcial— con la Constitución de 1917, en donde quedaron plasmados los derechos laborales, de libertad de culto, libertad de expresión, a recibir educación gratuita, entre otros. Claro, estos derechos quedaron consagrados en papel, pero nunca en la realidad.

Durante aquel año álgido de definiciones que fue 1915, Mariano Azuela escribió su tan famosa novela Los de abajo. En ella, Azuela apunta con gran lucidez que en realidad un gran número de los participantes de la Revolución no sabían exactamente cuál era el objetivo; sabían que buscaban libertad, quizás algo de aventura, pero desconocían el verdadero significado de la lucha. Dicho significado nunca iba a ser entendido por nadie, puesto que los ideales de los líderes revolucionarios cambiaron a través del tiempo y en función de la complejidad de los enfrentamientos armados y políticos. Los de abajo, según Azuela, siempre van a permanecer abajo, sin importar que haya Revolución.

Lo que sucedió con la Revolución les brindó una gran oportunidad a los políticos de retomar el discurso revolucionario para posicionarse a ellos mismos como los portadores de la solución a todos los problemas que no fueron resueltos por Zapata, Carranza y los demás. No es coincidencia que Plutarco Elías Calles fundó el Partido Nacional Revolucionario para presentarse como el continuador de la lucha revolucionaria pero a través de un mecanismo institucional. Más recientemente, Cuauhtémoc Cárdenas y compañía fundaron el Partido de la Revolución Democrática, de nuevo, preservando el discurso ya discutido de que serán ellos, ahora sí, los que hagan valer los principios de la Revolución.

Bien dicen que somos lo que somos por lo que hemos sido. Por esto mismo, es fundamental que sepamos exactamente de dónde venimos. Vale la pena que dejemos de escuchar la historia contada por políticos; la historia la debemos de escuchar objetiva, imparcial y contada por historiadores.

El día de hoy se celebrará el aniversario de una Revolución inconclusa. Dicha celebración será oficializada por un presidente que, en buena medida, ha fincado su discurso en una historia mal contada; llena de juicios valorativos; de héroes y de villanos. Prestemos atención.

Lee también: ¿Es ilegal porque es mala…? | Columna de Víctor Meade C.

#4 Tiempos

Gente que se rindió | Columna de Carlos López Medrano

Publicado hace

el

Mejor dormir

 

Sobran maneras de identificar a quienes han sido derrotados por la vida. Basta con observar al que no responde a los buenos días soltados por un desconocido, rocas impermeables ante un bello gesto. O al que, en el elevador, presiona con ansia el botón de cerrar la puerta, apenas por ganar un par de segundos, como si el destino que lo espera —ay, el trabajo— fuese algo más que una condena.

Se rinden también quienes ya no se detienen a disfrutar las curiosidades ofrecidas por las calles: la estampa de un borrego pegada en un poste, una hoja seca con forma de corazón, un perro rascándose el lomo con la ayuda de una banca. Poco queda de espíritu en quienes llevan semanas, quizá meses, sin alzar la vista al cielo para contemplar las estrellas por la noche o descubrir, como niños, las formas caprichosas de las nubes.

Hemos perdido a los que olvidan vacacionar al menos una vez al año. No se trata del dinero, que al final siempre encuentra su acomodo; basta con cruzar la esquina para pasarlo en grande si uno sabe cómo acomodar las piernas. También se pierden los que llevan demasiado tiempo sin brindar, como si faltaran motivos, cuando cualquier pretexto sirve para alzar la copa y desbordarse en espuma, aunque sea por el estreno de un tapete en la cocina. Y sabemos que estamos ante un alma en coma cuando alguien deja de celebrar la Navidad. Porque, cariño, aunque la ilusión se haya marchado, hay que forzarse a poner el árbol con luces y esferas. Así es como comienza el ascenso.

Sobre todo, alguien está derrotado cuando deja de arreglarse. Cuando sale al supermercado en pijama o se olvida de la ducha. El pudor es síntoma de amor propio y de cortesía hacia los demás. Soy muy importante como para ser visto en fachas por el vecino, debería pensar uno. Pero mal vamos si ni siquiera eso te detiene. Un hombre conserva su dignidad mientras se afeita o da forma a su bigote; sé que sigo en pie de lucha cuando me miro al espejo y trato componer lo que ya no tiene compostura.

Es un fantasma quien ha perdido el pulso amoroso. Quien ha dejado de coquetear y no intenta ya ninguna aventura. El que no suelta un piropo a su pareja, quien no imagina una nueva vida con la mesera o la cajera en el supermercado, muy lejos de aquí, donde nadie nos juzgue, donde nadie nos diga que hacemos mal; alejados del mundo, donde no haya leyes ni nada.

 

Está muerto en vida quien no se cree merecedor del amor y el deseo, quien descuidado su cuerpo como si no tuviera nada bello que preservar.

 

He topado tantas veces con estos derrotados. Se les percibe en la mirada, en el vacío que se abre paso hacia la negrura. Gente que se rindió. Banderas blancas —lavadas con llanto— tras tantas decepciones y reveses. Los ves derrumbados en el transporte público, indiferentes incluso a las injusticias más obvias, conformes con lo que hay, sin hervidura de sangre (otro síntoma de la debacle: dejar de ceder el asiento a mujeres y ancianos; desprovisto de galantería, un ideal perdido). Son piltrafas resignadas, oxidadas allí donde un día hubo fuentes y jardines.

Y, con todo, me consuela saber que hay remedio para un buen número de estos casos. Los suficiente como para creer que merece la pena luchar por la resurrección. Porque, al final, se trata de un arte: el arte de remontar. Y de entender que nadie lo hará por ti. Nadie ayudará con la parte que más cuenta, la más difícil. Y no desanimarse por ello, al contrario, encontrar ahí un estímulo para imponerse ante la adversidad.

Como Richard Dadier le decía a su esposa en Blackboard Jungle: Sí, me han golpeado, pero no estoy derrotado. Hay una gran diferencia. No estoy derrotado, y no voy a rendirme. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado, frase de Hemingway.

El truco está en la determinación. Seguir el consejo de San Agustín: ser mejores que los tiempos malos. Una fe que baja el humo a los demonios. Levantarse un round más tras notar que el lloriqueo te dejó seco. Eres ya tu propia tierra firme.

Contacto:

Twitter: @Bigmaud
Correo: [email protected]

También lee: Cary Grant en la regadera | Columna de Carlos López Medrano

Continuar leyendo

#4 Tiempos

Del semi desierto potosino a misiones espaciales | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Publicado hace

el

EL CRONOPIO

A principios del siglo XX y durante su primera mitad, hubo una emigración importante de familias del altiplano potosino a los Estados Unidos. Varios matrimonios comenzaron a formar sus familias en los Estados Unidos mientras trabajan para subsistir e incluso apoyar a familiares que quedaban en México, en especial en esa región del semi desierto potosino. Uno de esos matrimonios fueron los padres de Dorothy Ruiz Martínez que de Matehuala emigraron a Texas, donde Dorothy nacería.

En su niñez sus padres la trajeron a Matehuala a casa de sus abuelos donde vivió toda su niñez y parte de su adolescencia, porque la situación de sus padres no era muy estable. Estudió secundaria en la escuela Francisco Zarco, entre otras cuestiones se caracteriza por dar buena enseñanza en matemáticas, es una de las características que tiene esta región comparada con el resto del estado y del país. De esa escuela ha salido mucha gente destacada en matemáticas para posteriormente trasladarse a Texas a continuar sus estudios en busca de mejores opciones de preparación en los temas que ya le habían llamado la atención desde su vida en Matehuala. El área aeroespacial le había llamado la atención cuando, en 1986, le tocó ver en la televisión el accidente del transbordador Challenger, lo que la hizo interesarse por su actual profesión.

Su formación básica en Matehuala le permitió desarrollarse en un lugar donde se suele ser muy competitivo como es en Estados Unidos, donde después de estudiar la preparatoria, Dorothy Ruiz ingresara a la Universidad de Oklahoma y posteriormente a la Universidad de Texas, conocida como A&M a estudiar ingeniería espacial. Al titularse hizo, en 1998, una pasantía académica por medio del programa de Langley Aerospace Research Summer Scholars del centro de investigaciones de NASA Langley lo que le permitió tener su primer acercamiento a lo que sería su carrera profesional.

Tuvo la oportunidad de entrar a varios de los proyectos de la NASA cuando empezaba su formación y eso le ha permitido ingresar a varias áreas relacionadas todas con ingeniería espacial que fue donde se interesó en formarse, pero además dentro de esos proyectos ha estado en contacto con otras agencias aeroespaciales como la Rusa, donde trabajó un tiempo.

Dotothy Ruíz Martínez es una ingeniera aeroespacial que actualmente trabaja para National Aeronautics and Space Administration (NASA), la agencia del gobierno estadounidense más importante del programa espacial, donde realiza actividades como control de misiones de vuelo

. El trabajo de Dorothy Ruíz consiste en enlazar comunicaciones entre la tierra y los astronautas que se encuentran en un satélite espacial.

De sus primeros trabajos en el área aeroespacial fungió como instructora de astronautas y de operadores de vuelo en el sistema de control y propulsión para el Transbordador Espacial, de ahí pasó al área de Operaciones de Misiones Espaciales como Ingeniera de Planificación de Actividades Espaciales en Tiempo Real (RPE). Ha participado en la planificación total de actividades espaciales de 12 misiones espaciales del transbordador, contribuyendo desde la tierra con otros ingenieros y científicos, en el ensamblaje final de la Estación Espacial Internacional.

Dorothy Ruiz dice con orgullo:

Los nopales, representan la región del desierto del altiplano donde crecí, pero también son parte de mi historia de vida y de mis tradiciones en familia. Mi bisabuela removía las espinas y cortaba las pencas de los nopales en trocitos con una destreza y rapidez incomparables y luego los cocinaba muy al estilo ranchero (de la región donde ella creció en los ejidos de La Puerta de Aguilar y San Miguel, en el municipio de Doctor Arroyo). Esa manera de cocinar los nopales fue traspasado a mi abuela y después a mí.

En el 2011 propuse un proyecto de investigación en la NASA junto con otro colega para estudiar el nopal opuntia y sus posibles usos en la Estación Espacial Internacional. En este proyecto también invitamos a un colaborador científico de México. El proyecto fue aprobado e hicimos la investigación, pero nunca fue mandado al espacio. Aun así, espero un día retomar este proyecto y, que fregón sería, mandar nopales a la luna y a Marte”.

Dorothy Ruiz es un ejemplo de inspiración para jóvenes mujeres que quieren desarrollarse en áreas que en principio no consideran socialmente para mujeres. Su desempeño y formación es digno de alabarse.

También lee: Educación en ciencias a través de las letras, el papel de Ana María Romo | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Continuar leyendo

#4 Tiempos

Tiempo de mejora | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

Publicado hace

el

TESTEANDO

Hoy, San Luis enfrenta a Puebla, un equipo que viene con sed de revancha, justo después de dar un muy buen partido en Monterrey, donde salieron vivos con un punto. San Luis, por su parte, tuvo su primer tropiezo en casa en la era Torrent, una dolorosa derrota frente a Tigres que jugó bien y, a pesar de sus errores, pudo controlar el partido y salir con los 3 puntos del Lastras.

En el trámite, parece un partido no tan complicado, tomando en cuenta los últimos torneos de cada equipo, pero las realidades cambian y cada encuentro es una nueva oportunidad. Hay que poner atención a Puebla, equipo al que es más peligroso enfrentar en la jornada 2 que en la 15. Pero hablemos de lo visto en el Lastras.

San Luis perdió en los primeros 90 minutos del torneo su principal fortaleza del campeonato anterior, su invicto en casa. Pero además cometió el único error que no había hecho antes: una expulsión, la de Yan Phillipe fue la primera tarjeta roja de un equipo de Torrent en Liga MX. Lo del brasileño fue un partido para el olvido.

En la zona baja, la ausencia de Cata y de Chávez fue bien cubierta, pero falta coordinación. Tanto Piccini como Águila y Cruz son defensas que pueden sacar el partido, siempre y cuando atiendan en todo momento y se coordinen. Dos goles a balón parado en el mismo partido es imperdonable en jornadas avanzadas.

Por la lateral derecha, Galdames bien, a secas, un jugador que normalmente no veíamos defender, ahora tuvo que cargar con el recuerdo de Chávez y correr toda la banda. Lo hizo bien, pero se nota que necesita acostumbrarse a esa posición.

El verdadero problema de San Luis, al menos en ese partido, fue la zona ofensiva: un equipo perdido, de poca creatividad en la última zona.

En pocas palabras, no hubo delanteros. Vitinho volvió a ser ese jugador que conduce mucho y define poco. Murillo tan solo flotó en la cancha y no tuvo oportunidades. Villal solo estuvo dentro unos minutos, y de Yan Phillipe, mejor no hablamos.

Es preocupante el panorama ofensivo del equipo, teniendo la salida de Boli, la ausencia (espero temporal) de Bonatini y la confianza en un Yan que no ha demostrado ser solución en los partidos que tiene con la camiseta de San Luis. Es criticable que no se haya reforzado aún en esa zona, que se haya dicho que se jugará con jóvenes y sigan los mismos. Algo tendrán que resolver para no tener ese problema.

Confío en que el cuerpo técnico tiene propuestas, confío en que saben bien lo que están enviando a la cancha. Espero que no estén solo intentando, y más bien estén proponiendo. Creo que Torrent y su cuerpo técnico tienen la capacidad y la experiencia para saber si algo hace falta en este cuadro, si es necesario reforzar de forma inteligente lo que pueden tener en el terreno de juego.

El partido de hoy es complicado por la presión del torneo anterior, por haber perdido en el arranque y porque, en el papel, Puebla parece un equipo a modo. Si esta noche San Luis no saca puntos de su visita al Cuauhtémoc, la presión comenzará a subir en un equipo que hasta el momento poco la ha sentido. Sí o sí, es tiempo de mejora.

También lee: Tiempo de sumar | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

Continuar leyendo

Opinión

La Orquesta de Comunicaciones S.A. de C.V.
Miguel de Cervantes Saavedra 140
Col. Polanco
San Luis Potosí, S.L.P.
Teléfono 444 244 0971

EL EQUIPO:

Director General
Jorge Francisco Saldaña Hernández

Director Administrativo
Luis Antonio Martínez Rivera

Directora Editorial
Ana G. Silva

Periodistas
Bernardo Vera

Daniel Rocha

Santiago Herrera Robles

Diseño
Karlo Sayd Sauceda Ahumada

Productor
Fermin Saldaña Ocampo

 

 

 

Copyright ©, La Orquesta de Comunicaciones S.A. de C.V. Todos los Derechos Reservados