julio 18, 2025

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#4 Tiempos

Aquí vales lo que cobras, o te vas a tu casa | Columna de Héctor Morán

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Tercer tiempo

 

Ahora sí, cuenten los días y las horas que faltan para llegar a Atlanta para el próximo Súper Bowl.

De aquí en adelante empieza lo bueno, los mejores, enfrentando a los mejores, y nada mejor como abrir la ronda de los duelos divisionales con los Potros de Indianapolis en contra de los Jefes de Kansas City; Andrew Luck vs Pat Mahomes.

Según Las Vegas salen por 7 puntos de ventaja los de Kansas sobre los de indiana, pero señores, esto son los playoffs y aún más con el resultado de las jóvenes promesas en la ronda de comodines que terminaron de tres – tres fuera (Trubitsky, Jackson y Watson), en donde se vio perfectamente que el dicho que dice: “la liga la dominan los QB`s jóvenes” es totalmente falsa.

Los tres tuvieron la importante ventaja de jugar como local. A fin de cuentas dos de ellos, Watson y Jackson, enfrentaban a equipos a los que ya habían vencido en el transcurso del calendario regular y un tercero, Trubitsky quien ganó sus últimos ocho inicios de temporada, pero nada de eso importó.

Más importante aún, los tres contaban con el respaldo de tener a tres de las cuatro mejores defensivas de la liga, sin embargo los playoffs han sido considerados históricamente, una época en la que las defensas importan más de lo habitual y siendo sinceros, las tres hicieron el trabajo… relativamente.

La NFL es una “liga de quarterbacks” y en ese sentido, los tres debutantes quedaron a deber. Texans, Ravens y Bears se combinaron para 39 puntos. Watson, Jackson y Trubisky completaron, en total 69 de 121 intentos (57%) para 732 yardas (244 yardas en promedio) con cuatro touchdowns, dos intercepciones y fueron capturados en 12 ocasiones.

Mal augurio se deja ver para Pat Mahomes y compañía, aunque en el papel se enfrentan al rival más débil de la ronda, será un juego de ganar para empezar a generar una nueva época de HC-QB como Brady- Belichick, pero ahora Mahomes-Reid, o morir en el intento.

Los Vaqueros aunque muchos piensan que llegan como víctima, no los veo tan distantes ante unos Carneros que llegan muy a la baja luego que de los últimos 6 juegos tienen un récord de 3-3, con Jared Goff que se ve muy mal sin Todd Gurley que desde la semana 15 se encuentra lesionado y a eso hay que agregar que descansaron la semana pasada, Gurley, Goff y compañía llegarán a la baja y con ritmo cortado, mientras los Vaqueros que con la contratación de Amari Cooper y la sobriedad de Dak Prescott a la hora buena, ósea en el 4rto cuarto, a hecho una ofensiva muy balanceada, junto a una defensiva siempre aguerrida como de costumbre para los de Dallas, llegan muy bien para por fin dar el salto de calidad, y yo creo que no sería ninguna sorpresa que en Los Ángeles, terminen victoriosos los de Dallas.

Hazte a un lado Rocky. Filadelfia ahora le pertenece a Nick Foles.


Llegó la hora de hablar del QB más infravalorado de la historia, salir de la banca en playoffs, llegar y ganar un SB no es nada fácil y menos si tenias a Tom Brady en frente, ahora lo vuelve hacer, aparece en un equipo en declive como lo era Filadelfia con Wentz y los termina metiendo a la ronda de comodines para terminar derrotando a una de las mejores defensas en la liga como lo son los Osos de Chicago. Ese es el material con que se construyen las estrellas. Filadelfia es la única franquicia en la historia en hacerle el feo a un MVP de un Súper Bowl, y eso que el hermano menor de los Manning sigue viviendo, de haberle ganado dos SB a Brady. Foles quedará libre a final de temporada y parece que lo que haga de aquí en adelante es para sumarle más ceros a su próximo contrato multimillonario en otro equipo, con todo y ese desprecio en la espalda del número 9, no será ninguna sorpresa si terminan llegando de nueva cuenta al súper domingo.

Ya por último Brady vs Rivers, con la gran incógnita que siempre representa Philip Rivers, un gran QB con números que lo podrían catapultar al salón de la fama, pero con un récord de 1-5 en estas instancias de la temporada, para que me entiendan, es el Cruz Azul del americano. 15 años en la liga y cero anillos, ahora parece que es hoy o nunca para Rivers y los cargadores luego de que estaban armando el mejor año de su historia, hasta que se toparon con Jefes, Carneros y los Santos de Drew Brees, quienes representan 3 de sus 4 derrotas en esta campaña, algo muy malo ya que en su camino al Súper Bowl se tendrán que enfrentar con alguno de estos monstruos, claro sin olvidar a Brady y compañía, aunque para ganarle a Brady es ahora o nunca, ya que al parecer, estos son los peores Patriotas desde hace mucho tiempo, mínimo de los últimos 10 años, en la cual sustentan la racha de al menos haber llegado a esta ronda divisional, recordando que la última que perdieron fue en el 2010 contra los Jets del Mark Sánchez… cuando doy este dato ya no se siente tan indestructible la dupla Brady- Belichick.

Para muchos es ahora o nunca (Rivers y Brees) y para otros es hora de demostrar que están para cosas grandes como Dak y Mahomes, pero lo que realmente se verá es el gran espectáculo que es la NFL aún y con todos los problemas extra cancha.

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#4 Tiempos

El pasado vestido de visitante | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

Hay noches que no necesitan presentación, porque desde que amanece, el aire se siente distinto. Hoy es una de esas. San Luis juega en casa y enfrente no tiene a cualquiera: tiene al Monterrey, uno de los planteles más poderosos del país, pero sobre todo, tiene enfrente al pasado vestido de visitante. Domenec Torrent, aquel técnico que se fue dejando una sensación de proyecto inconcluso, regresa al Alfonso Lastras. Y no lo hace solo: lo acompaña Sergio Ramos, leyenda del fútbol mundial, que hoy pisa el mismo césped que tantas veces fue testigo del esfuerzo potosino. Es viernes, sí, pero de esos que huelen a domingo, a noche grande, a historia por escribirse.

El San Luis llega con cosas por ajustar, sí, pero también con certezas. La estructura que propuso Abascal en su debut tuvo orden, supo competir. La presión en bloque medio, la disciplina para cerrar líneas de pase y la paciencia para esperar el error del rival no son casualidades, son decisiones. San Luis sabe que no puede ganar desde la nómina, pero sí puede competir desde el plan. Y eso es algo que este equipo ha aprendido a hacer. Tiene jugadores con criterio, como Salles-Lamonge, que puede inventar algo cuando el partido parece trabado. Tiene futbolistas como Rodrigo Dourado, que saben cómo hacer que el rival se incomode, cómo romper el ritmo desde una barrida o una cobertura. Y tiene juventud con hambre, como Román Torres, que cada vez se siente más cómodo en este rol de vertical, rápido, incómodo.

Del otro lado está Monterrey, que viene golpeado por una derrota sorpresiva ante Pachuca, pero que no deja de ser uno de los equipos con más talento individual en toda la liga. Con nombres que pesan en cualquier cancha: Tecatito, Berterame, Jesús Gallardo, Maxi Meza, Alvarado… y ahora, el propio Ramos. Un central con décadas de experiencia al más alto nivel, un tipo que probablemente haya jugado partidos más difíciles en una semana que muchos de sus compañeros en un año. Su presencia no sólo impone desde lo físico; impone desde lo mental. Es un líder que ordena, que corrige, que exige. Hoy, esa jerarquía se pondrá a prueba en una cancha que, aunque pequeña en comparación con los grandes estadios europeos, sabe hacerse sentir.

Y ahí está el meollo del asunto. El partido no se va a jugar sólo en lo táctico. Se va a jugar también en las emociones. Torrent vuelve a la ciudad donde muchos lo consideraban el arquitecto de un equipo en crecimiento. Lo hará desde el banquillo contrario, pero con una libreta llena de apuntes sobre cómo se juega en esta cancha, sobre cómo respira la afición, sobre cómo reaccionan los jugadores locales en ciertas situaciones. Su regreso tiene algo de morbo y mucho de expectativa. ¿Qué tan bien conoce a su exequipo? ¿Podrá utilizar esa información para desnivelar? ¿O será la motivación del grupo potosino lo que incline la balanza?

El partido pinta para cerrarse rápido en la mitad del campo. San Luis no va a regalar espacios. Monterrey tampoco va a lanzarse como loco. La clave estará en quién tenga más paciencia. En quién logre imponer su ritmo. En quién sepa leer los momentos. Si los locales logran contener los primeros intentos rayados y mantener el cero, la confianza irá creciendo. Si Monterrey golpea temprano, entonces cambiará todo el escenario.

No hay partido fácil en esta liga. Pero hay partidos que se sienten diferentes. Y este lo es. Porque tiene historia reciente, porque tiene narrativa, porque tiene regreso y debut, porque tiene al Alfonso Lastras latiendo más fuerte. Y porque hoy, más que nunca, la gente de San Luis quiere creer que este equipo puede plantarse ante cualquiera. Que puede competir, que puede ganar. Que puede hacer historia, incluso si es apenas la jornada dos.

Esta noche el balón rodará con intensidad. Y con él, rodará también la memoria. Porque quizá con el tiempo, alguien recuerde que un viernes cualquiera de julio, en San Luis Potosí, se jugó un partido que no parecía importante… pero terminó siéndolo todo.

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#4 Tiempos

El experimento de Carrillo que abrió la puerta a un nuevo universo musical | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

El pasado 13 de julio se cumplieron ciento treinta años del trascendental experimento donde Julián Carrillo dividió el tono en dieciséis partes obteniendo lo que llamó el Sonido 13 que se agregaba a los doce sonidos conocidos hasta ese entonces, 1895 y al mismo tiempo expandía en noventa seis los sonidos en la octava musical. Carrillo abrió la puerta a un nuevo universo musical, y gracias a la genialidad de su autor logró convertirse en todo un sistema que a últimas fechas ha recobrado especial interés a nivel mundial.

A partir de ese experimento Carrillo desarrolló su teoría del Sonido 13 que revolucionaria el mundo de la música. Controvertidas teorías que causaron en el país, principalmente, a diferencia de otras partes del mundo, un rechazo a la figura y obra de Julián Carrillo que perdura de cierta manera a la fecha, desvirtuando la importancia de ese simple experimento que realizó con la ayuda del violín abocándose a dividir la cuarta cuerda del violín sucesivamente hasta los límites prácticos de ese proceso.

Uno de los puntos que suele criticársele a Julián Carrillo, es el del descubrimiento, por decirlo así, del microtonalismo, suele asegurarse que una gran cantidad de personajes trabajaban en ese aspecto y que habían logrado hacerlo, o bien que sistemas como el hindú y algunos otros tenían música microtonal. Por otro lado, suele cuestionarse también, que fuera justo el 13 de julio de 1895, sin que nadie lo viera y sin que en ese momento se registrara el acontecimiento, salvo, el dicho del propio Carrillo que menciona el descubrimiento y que recurre a uno de sus condiscípulos como testigo de dicho experimento.

Se tacha de chocante la crónica difundida por el propio Carrillo. Esta situación, suele desvirtuar el propio acontecimiento, pues el experimento como tal, fue más allá de su simple realización, abrió la posibilidad de la discusión teórica y experimental acerca del sistema musical en práctica; mientras otros personajes trataban de lograr los cuartos de tono, Carrillo logró los diesiceisavos de tono y desarrolló las respectivas teorías que le permitieron enriquecer, simplificar y purificar la música, construyó nuevos instrumentos únicos en el mundo, ideó un nuevo sistema de escritura musical, escribió música en sistema microtonal demostrando su posibilidad interpretativa y auditiva, e incorporó las importantes y poco estudiadas leyes de metamorfosis musical. Todo ello forma parte del llamado Sonido 13. Existen todas las evidencias contextuales para asegurar, no solo la posibilidad de realización de dicho experimento, sino, los factores necesarios para que una personalidad como la del entonces joven Carrillo, pudiera llegar a la conclusión de la división del tono en dieciséis partes iguales, dieciseisavos de tono.

En San Luis Potosí Carrillo fincaba esa inquietud con la acústica musical y preparaba el terreno para experimentar con el sonido y la dependencia de la frecuencia con sistema de ondas estacionarias como suceden al vibrar una cuerda cualquiera.

Un niño entusiasmado por la música, que comenzaba a manifestar un especial talento por la misma, en una clase donde de cierta forma se le permitía jugar con elementos a su alcance, soñando y desplegando su espíritu inquisidor, le abría la posibilidad de experimentar mediante el juego, moldeando su ingenio. De esta forma, al decir de su maestro de primeras letras Germán Faz en la Escuela número nueve de San Sebastián, Carrillo solía jugar con una de las cintas de su zapato, que entonces tenían un núcleo de resorte, haciéndola vibrar sosteniendo con la boca uno de sus extremos y con la mano el otro de ellos, produciendo sonidos que podía percibir, se moldeaba, como decíamos, el futuro investigador. Por cierto, su profesor comentaba muchos años después, ya cuando se propagaba intensamente las teorías del Sonido 13, que éste, de cierta forma, pudo haberse fraguado en esos regulares juegos con las cintas de su zapato que realizaba el niño Julián, mientras trascurrían las lecciones diarias de aritmética. En ese juego Carrillo podría observar que el sonido producido por la cuerda de su zapato dependía de la forma en que la tensionaba y de la longitud que controlaba con su mano, tal como lo haría con el violín, poco tiempo después, armando notas que deleitaban al oído.

El propio Julián Carrillo en sus escritos en el libro pláticas musicales que editó en 1923 en su volumen dos refiere detalles contextuales del experimento y el nombre del discípulo que ayudó en ese experimento:

“en el último lustro del siglo pasado y queriendo ver si era posible dividir el semitono, intenté con mi discípulo y amigo Eucario Rodríguez, de Guanajuato, un trabajo de experimentación y de una manera primitiva -supuesto que carecíamos de medios apropiados para ello- logramos, subdividiendo la cuerda de un violín con el filo de una navaja, oír entre las notas Sol y La de la cuarta cuerda dieciséis sonidos distintos perfectamente claros”.

El Sonido 13 es mas que este experimento, tiene una estructura compleja que Carrillo desarrollo y cuya epistemología se basa en tres axiomas derivados básicos que se centran en el compromiso o, los principios, de Simplificación, de Purificación y de Enriquecimiento, que Carrillo llamó postulados.

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La decadencia de la risa | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

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LETRAS mínúsculas

Ya a finales del siglo XIX, Eça de Querioz (1845-1900), el famoso novelista portugués, se quejaba de lo poco que nos reímos los modernos, lamentándose de que lo que él llamó «la risa antigua» estuviera en vías de franca desaparición. «Nosotros –escribió en un ensayo muy poco conocido-, hijos de este siglo serio, perdimos el don divino de la risa. ¡Ya nadie ríe! Casi ya nadie sonríe siquiera, porque lo que queda de la antigua sonrisa, fina y viva, tan celebrada por los poetas del siglo XVIII, o de la sonrisa lánguida y húmeda que encantó al romanticismo, apenas es un entreabrir lento y helado de los labios que, por el esfuerzo con que se contraen, parecen muertos o de hierro».

Sí, cada vez reímos menos, y, como dije en otra ocasión, si en algo aventajamos a los hombres y mujeres de otras épocas es en nuestra seriedad, que no es meditativa ni religiosa, sino triste, culpable y mortecina: una seriedad, para decirlo ya, muy parecida a la de los cadáveres.

Sigue diciendo el novelista: «Nunca más he vuelto a oír esa carcajada magnífica de mi infancia. Lo que hoy se escucha es a veces una sonrisa cascada, seca, dura, áspera, corta, que sale a través de una resistencia, como arrancada por unas cosquillas, y que bruscamente muere, dejando los rostros mudos y fríos. ¡He aquí la risotada de nuestro siglo!».

La alegría, hoy, ha acabado convirtiéndose en un lujo; y, si no me cree usted, si mi afirmación le parece exagerada, pregunte a sus vecinos si son felices para que obtenga un centenar de respuestas como ésta: «¿Feliz yo? ¡Cómo se le ocurre, estimado señor!». Y se pondrán a hablarle del trabajo –tan mal pagado-, del cambio climático, de la delincuencia organizada o del estrés. ¡Y conste que hoy tenemos casi todo aquello de los que nuestros antepasados carecieron! Las cajas de música de mi infancia tocaban sólo una canción, y, para colmo, había que darles cuerda; las cajas de música de los muchachos de hoy tocan –o al menos pueden hacerlo- hasta 20 o 30 000 canciones, pero no por eso el corazón de estos muchachos se ha vuelto más alegre, más musical. ¡Qué rostro más avejentado pasean por las autopistas de la vida! ¿Sonreír? No, gracias. La verdad es que ni siquiera se les ocurre.

«Nadie ríe –continúa Eça de Queiroz-, y nadie quiere reír. Tenemos todos el indefinible sentimiento de que la risa estridente y clara desentona con la atmósfera moral de nuestro tiempo». Y se pregunta: «¿De dónde proviene esta desoladora decadencia de la risa? Habría que componer un estudio sobre la Psicología de la taciturnidad contemporánea».

Algún día, si no cambio de parecer, escribiré esa psicología de la tristeza que invita a hacer a sus lectores el autor de La ciudad y las sirenas. Dicho tratado deberá responder a las siguientes preguntas: 1. «¿Por qué estamos hoy tan endiabladamente tristes?»; 2. «¿Quién nos ha robado el mes de abril?»; 3. «¿Por qué razón nos hemos vuelto tan huraños y tan antipáticos?», etcétera.

Que esto es así –es decir, que hoy estamos los hombres más tristes que nunca- lo dicen incuso autores bastante enterados de los problemas de nuestra época. He aquí, por ejemplo, lo que escribió el doctor Luis Rojas Marcos en un libro que apareció en las librerías casi cien años después de que lo hiciera ese ensayo de Eça de Quieroz que hemos venido citando; el libro en cuestión se titula La pareja rota y dice así en una de sus páginas:

«Desde finales de los años sesenta ha brillado la generación del yo, el culto al individuo, a sus libertades y a su cuerpo, y la devoción al éxito personal. La dolencia cultural que padecemos desde entonces es el narcisismo, aunque según dan a entender estudios recientes, la comunidad de Occidente está siendo invadida ahora por un nuevo mal colectivo: la depresión. La prevalencia del síndrome depresivo está aumentando en los países industrializados, y las nuevas generaciones son las más vulnerables a esta aflicción. Así, la probabilidad de que una persona nacida después de 1955 sufra en algún momento de su vida de profundos sentimientos de tristeza, apatía, desesperanza, impotencia o autodesprecio, es el doble que la de sus padres y el triple que la de sus abuelos. En Estados Unidos y en ciertos países europeos, concretamente, sólo un 1 por 100 de las personas nacidas antes de 1905 sufrían de depresión grave antes de los setenta y cinco años de edad, mientras que entre los nacidos después de 1955 hay un 6 por 100 que padece de esta afección».

¡Dios mío, lo doble de tristes que nuestros padres y lo tripe de ansiosos que nuestros abuelos! ¡Pero si tenemos todo lo que ellos no tuvieron!…

¿Cuáles son las causas de tanta tristeza? Eça de Queiroz aventura la siguiente respuesta: «Yo pienso que la risa acabó porque la humanidad se entristeció. Y se entristeció a causa de su inmensa civilización…, pues cuanto más culta es una sociedad, más triste es su faz. Hemos perdido la simplicidad y, con ella, la risa». Y termina diciendo al lector: «¿Quieres un humilde consejo? Abandona tu laberinto, entra de nuevo en la naturaleza, no te compliques con tantas máquinas, no te sutilices con tantos análisis; vive una buena vida de padre próvido que trabaja la tierra, y reconquistarás, con la salud y con la libertad, el don augusto de reír».

Así termina el famoso novelista. Pero no, no nos convence el consejo, ni creo que se consiga mucho abandonando el laberinto (y, por lo demás, ¿quién podría hacerlo?). Según yo, lo que nos ha quitado «el don augusto de reír» no es el exceso de civilización, sino nuestra falta de religión. ¡Ah, si de veras creyéramos en un Dios que nos protege y nos cuida, cómo nos reiríamos de nuestros pequeños problemas! Es decir, reiríamos. Veríamos entonces las cosas desde esa lejanía sin la cual la risa es imposible. ¿No se ha dicho muchas veces que la risa nace del distanciamiento, de ver las cosas desde cierta altura? Pues bien, si esto es así, sólo Dios y los que creen en Él pueden reír de veras con esa explosión de regocijo que conoció Eça de Quieroz cuando era niño, es decir, cuando los hombres aún tenían fe…

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