#4 Tiempos
Violencia, culpa de Satanás | Columna de Óscar Esquivel
Desafinando
Por Óscar Esquivel:
Hombre bueno, amable, sincero, honesto, solo se encuentra en las escrituras, así como también el malvado lleno de odio, envidiosos, acaparador de riquezas, ellos de igual manera se encuentran en los libros sagrados de cualquier religión.
Ninguna persona puede ser buena o mala por decreto, mas sí por las circunstancias de sus vivencias a lo largo del tiempo y el deambular por este mundo donde le dejaron cicatrices o bendiciones difíciles de olvidar.
Para nuestro país, como pronunció el papa Francisco: “El diablo le tiene bronca a México”. El diablo anda suelto: más bien, los demonios andan sueltos y no es con dulces palabras como se le enfrenta, según la idea del presidente López Obrador.
Así no se puede exterminar al monstruo; primeramente la maldad se va formando, los pobres prefieren sobrevivir y alimentar a sus familias sembrando, cosechando amapola, como sucede en el estado de Guerrero y en otros lugares del país.
Un ladrón que aparece de pronto en una tienda de conveniencia a robar artículos y el poco dinero de la venta del día, el delincuente pretende o parece huir después del hurto. El mostrador es atendido por un muchacho de apenas quince años.
Al ver la retirada da la espalda. Posteriormente, pareciera no quedar satisfecho del robo y por venganza, el ladrón al no obtener más dinero, se regresa y de un disparo mata al chico, sin mediar palabra, como vil traicionero cobarde, por la espalda.
Atrás de una máscara de la muerte se esconde un rostro de maldad absoluta. Tal vez el mismo demonio. Este hecho indígnate, captado por las cámaras del lugar, da cuenta de lo que nos hemos convertido. Segaron la vida de un jovencito, estudiante de secundaria.
Se pierde una oportunidad de seguir creyendo en el hombre como raza en este mundo.
A los valientes se les denigro. Once militares retenidos en Michoacán por presuntos grupos de autodefensas, exigiendo a sus superiores como intercambio las armas confiscadas. Con el pretexto de evitar la tragedia, se les regresó el armamento sin más trámite.
Tal vez podrían ser usadas posteriormente para asesinar a policías o a los mismos soldados: peor, aún peor, a gente inocente.
En 100 días han desaparecido más de 481 personas, solo 15 viven para contarlo, cinco murieron, el resto simplemente se esfumó.
Los niños son las mayores víctimas. Mueren más niños de manera violenta en México que la suma de aquellos que han fallecido en los últimos diez años en los conflictos bélicos en Siria, Palestina y Afganistán: 13.4 niños menores de 5 años mueren de cada cien mil nacidos vivos.
Mucho nos serviría dejar de entender la violencia y mejor enfocarse en lo que verdaderamente importa, ya que el mismo estado mexicano genera la violencia, permitiendo la impunidad como una forma de gobernar.
Con solo 47 cámaras vigilan la ciudad de los jardines, mientras 38 millones continúan guardados sin ser ejercidos por la administración carrerista. Total, el trae como 15 guaruras.
De igual manera existe la rudeza oficial al dejar sin servicios de salud a millones de usuarios, pretextando la corrupción. Se puede atacar esta o mejorar los servicios sin interrumpirlos.
En ello se demuestra la falta del sentido común, después de ahogar financieramente a cientos de hospitales, por fin la Secretaría de Hacienda liberó mil 200 millones de pesos.
La descomposición social y gubernamental exacerbada durante el sexenio de Peña, también le tocó a la salud, quedando inconclusos 326 nosocomios y unidades médicas. La mitad son inviables y no podrán ponerse en funcionamiento por mala construcción, poniendo en riesgo a los usuarios. Son miles de millones tirados a la basura, esto es violentar los derechos plasmados en la constitución.
Estábamos podridos, como fruta echada a perder, putrefacta, todas las áreas de gobierno de cualquier nivel, en los tres poderes, desde el más mínimo rincón burocrático se trafica y continúa haciéndose… violentan la vida nacional.
La corrupción y la impunidad penetran las venas de México, son los ángeles del infierno, provocados, alimentados por nosotros mismos, estamos jugando con fuego. El presidente, por más intenciones buenas que tenga, existe la rabia, la sed de justicia por propia mano, algunos toman las armas para delinquir, otros podrían hacer la revolución de masas, “un rifle en cada hijo te dio”.
Odio en la política, odio en las calles, violencia en los hogares. La pobreza, la mayor de las violencias, está sin parar; tensión, disgusto, enfado, son las enfermedades de la sociedad mexicana, apenas cree encontrar la cura en nuevo gobierno y los tropiezos de la administración se dan día a día.
Una plática informativa mañanera no es suficiente para acallar las voces de los que sufren las vejaciones de unos y de otros.
El descontento de lo que somos es tal, que con una simple visita del mandatario federal a nuestra capital potosina hizo ver la profunda diferencia social, manifestándose en contra de la izquierda, de la derecha. Y él “quién sabe” a dónde pertenece, pero los tres personajes de mayor conocimiento entre la gente, las tres autoridades que deberían trabajar por San Luis, fueron abucheados, vituperados; Uno a uno fueron pasando para que levantara la mano, como boxeador que compró su pelea, llevándose todo tipo de mentadas, insultos y agravios.
Se demostró la poca o nula confianza que se tiene en ellos. ¡Ah! Eso sí, coincidieron en algo, los tres personajes, el diputado, el presidente municipal y el “gober”, conocido ampliamente por todos ustedes, querían meter mano en la Sierra de San Miguelito, hasta que de un manotazo, el presidente decretara zona protegida, entonces a este fenómeno lo llamaríamos “el rigor del populacho”, directa o indirectamente el gobierno genera violencia, dividiendo a la gente.
La violencia tiene muchas caras, los mexicanos nos ponemos una de acuerdo a nuestras circunstancias convenencieras, pero de una cosa estoy cierto y nos parecerá lejano, impensable, inconcebible que hagamos cosas distintas a las demás personas y cosas bien hechas.
Compatriotas sobresalientes en el mundo que lo que hacen lo hacen tan bien, se convierten en “niños bulineados”. Todos les reconocen, para después en el anonimato, se les clava una estaca de desprecio, se nubla la razón, entre amarlos, odiarlos, venerarlos o admirarlos. Los violentamos con la confusión entre la envidia y el reconocimiento, somos bipolares con mayor tendencia a la tozudez de la sinrazón.
Normalmente llega a la violencia, todo por la falta de oportunidades iguales para todos ¿sería una pregunta? Creo que no, somos seres sumergidos en un mar de dudas, desconfianzas, mutilamos porque si al emprendedor, al sobresaliente y todo lo queremos arreglar con la violencia.
“La violencia no es censurable sistemáticamente. Lo es cuando se emplea en contra de la justicia”
-Primo De Rivera.
Siembra un árbol, ponle agua, cuídalo como si fuera la vacuna del futuro.
Nos saludamos pronto.
#4 Tiempos
El Dios de los encuentros | Columna de Juan Jesús Priego
LETRAS minúsculas
Como, por lo general, me gusta leer a viejos autores olvidados, hoy he recitado en voz alta ante mis alumnos, antes de iniciar la clase, un poema de Sully Prudhomme (1839-1907), el famoso escritor francés.
-¿Famoso? –dijo al punto uno de ellos, que era un diablo-. ¡En su casa lo conocen!
-Bueno –digo-, es verdad que son pocos los que hoy han oído hablar de él y, sin embargo, fue el primero en recibir el Premio Nobel de Literatura, lo que ya quiere decir algo. Lo recibió, para ser exactos, en 1901, y el poema que voy a leerles se titula Mi novia. Escuchen ustedes:
-«Aún no conozco a mi esposa, a la compañera destinada a mi corazón, a la que mi atormentada juventud espera. Pero sé que ha nacido ya y que respira en este mundo». He aquí el comienzo del poema: un muchacho, que no sabemos si será el poeta mismo, suspira por la que será más tarde su mujer. Pero, ¿dónde está ella? Él sabe –o por lo menos cree saberlo, o lo intuye- que ya nació. Ahora bien, ¿en dónde, en qué calle o país? ¿Y si nació, por ejemplo, al otro lado del mundo? ¡Ah, entonces no podría encontrarla!
-Je, je –hizo otro de mis alumnos. A leguas se veía que todo aquello le parecía demasiado cursi. Pero yo contraataqué, diciendo:
–El amor, jovencitos, es un milagro de coincidencias. Vean ustedes a través de la ventana: dos seres, un hombre y una mujer, caminan abrazados por la avenida; ahora bien, ¿cómo hicieron éstos para coincidir, para encontrarse? ¿Cómo es que a un cierto punto sus caminos se cruzaron? Una cosa parece clara: que, de buscarse, jamás se habrían encontrado. ¿Comprenden ustedes? Pero prosigamos con nuestra lectura: «En lo desconocido yo te amo y me desposo contigo. Me perteneces desde el pasado, novia invisible de la que ignoro hasta el nombre»…
»La joven –proseguí- aún no ha sido vista, y aunque en presentimientos existe ya, por el momento no es más que una sombra. ¿Cómo es ella? Él lo ignora, pero pide a la Virgen «que sea tímida y que encienda un cirio cuando retumbe el trueno»; es decir, la quiere humilde y piadosa. ¿Y no es esto pedir mucho? Nuestro poeta camina por las calles y atraviesa las plazas con la mirada atenta. ¿Y si ella llegase hoy? ¡Pero, ay, son tantas las mujeres que se mueven a su lado! ¿Cuál de todas es? ¿Aquella del impermeable amarillo, quizás, o esta otra del vestido negro y el caminar cansado?
-Ji, ji –hizo otro de mis alumnos, pero al ver que lo fulminaba yo con la mirada regresó al silencio. Proseguí:
-«¡Y decir que, a pesar de todo, mi vida está desierta, que la felicidad puede pasar hoy a mi lado entre la multitud y que acaso la multitud se cierre tras ella!». Es decir, ¿y si no la reconoce? ¿Y si pasa frente a ella sin notarla y sin detenerse? Ésta es la angustia que abate a nuestro muchacho: que quizá la mujer que espera camine ahora por otra avenida de la ciudad, o ría y sueñe bajo otras nubes, bajo otros cielos. ¿Cómo saber dónde se encuentra? El río humano fluye a su alrededor y él no logra distinguir aún a la elegida. Su angustia crece y crece hasta hacerlo decir: «Tal vez nos cruzaremos durante mucho tiempo en un punto del espacio sin sonreírnos, pues nadie se atrevería a decirle a una niña que pasa: “Tú, tú eres la que estoy esperando”».
»Sí, tal vez sea esta, tal vez sea aquella. Pero, ¿cómo saberlo? El joven está a punto de volverse loco. Busca, mira y suspira: sólo esto hace, pues no puede detener a ninguna de las que pasan frente a él para decirle: “¡Eres tú, eres tú!”. ¿Cómo hacer esto sin exponerse a recibir una cachetada o, ya por lo menos, un empujón? ¡Qué dilema! Pero, entonces, nuestro joven toma una sabia decisión: ya no buscará, ya no se angustiará, sino que dejará su suerte en las manos de Dios: «Desde entonces me callo. Mi alma solitaria confía nuestra unión en el futuro al Dios que sabe unir las plantas de la tierra con hálitos del cielo».
Mis alumnos me ven sonreír, pero no alcanzan a comprender la razón de mi alegría. Uno, el más rijoso de la clase, se pone de pie y me dice:
-Yo no entendí nada. ¿Eso que nos leyó le parece bello? A mí, en realidad, me parece tonto.
Le respondo entonces que sí, que me parece bello, y no solamente bello, sino profundamente verdadero; que, en fin, hay allí un mensaje que es preciso descifrar.
-Mira -le digo, pero ya no sólo a él, sino a toda la clase a través de él-, cuando alguien se siente solo, como este muchacho, siempre estará tentado a ponerse a buscar la compañía que necesita, y en este o en aquel, o en esta y en aquella, creerá poder encontrar al amigo o a la amiga por quien suspira su alma. Pero no encontrará lo que busca precisamente por esto: porque lo busca. ¡Las personas que nuestra alma echa de menos no se buscan nunca, sino que se encuentran! Son un don de Dios, un regalo…
-¿Entonces no hay que buscar amigos? –me preguntó otro, el listillo del salón.
–No. Las personas a las que hemos de amar llegarán por su propio pie. ¿Cuándo? Cuando dejemos de buscarlas, es decir, cuando Dios quiera. Hay gente que por sentirse sola y necesitada de ternura entabla todo tipo de relaciones con el primero que pasa; bien, déjenme decirles que estas relaciones por lo regular acaban mal. ¿Por qué? Porque aquí no se trata de amor, sino de un mero afán de sobrevivencia: algo así como el movimiento desesperado de un náufrago que se agarra a una tabla por la pura necesidad de mantenerse a flote. En realidad, no es que el otro les importe mucho: ¡ellos lo único que quieren es dejar de estar solos!
No, no hay que elegir a las personas, no hay que tomarlas del brazo para decirles: «¡Eres tú, eres tú!». Hay que dejar que lleguen, si es que llegan algún día. Hay que dejar que sea Dios mismo quien las ponga a nuestro lado, quien nos las presente, por decirlo así, pues de otro modo nos equivocaremos. En esto la intuición no funciona, y los presentimientos tampoco. ¿Qué le vamos a hacer? ¡Las cosas del afecto funcionan siempre así!
«Yo hubiera podido conocer a mucha gente –confiesa el escritor austríaco Stefan Zweig (1881-1942) en uno de sus libros-, pero me preservaba de hacerme notar aquella timidez que más tarde reconocí como ley esotérica y feliz de mi vida, y de acuerdo con la cual no debía buscar nada, ya que todo me sería dado en el momento oportuno».
Así es. Así suceden las cosas de esta vida, y así seguirán sucediendo por los siglos de los siglos. Amén.
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#4 Tiempos
2025, el año en que Toluca volvió a mandar | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
El 2025 dejó claro que en la Liga MX los ciclos no desaparecen, solo esperan el momento adecuado para reaparecer. Entre torneos cortos, liguillas impredecibles y proyectos que se diluyen con rapidez, hubo una certeza que se fue construyendo jornada tras jornada: Toluca fue, sin discusión, el equipo del año. No por un destello aislado, sino por la forma en la que recuperó autoridad, identidad y presencia en los momentos que definen temporadas.
Los diablos entendieron mejor que nadie cómo navegar el caos natural del campeonato. No fue un equipo espectacular todo el tiempo, pero sí uno profundamente competitivo. Supo cuándo imponer ritmo, cuándo resistir y cuándo ser práctico. En una liga donde muchos confunden intensidad con urgencia, los escarlatas apostaron por la calma y terminaron encontrando resultados. El bicampeonato fue la confirmación de un proceso que dejó de mirar al pasado y decidió construirse desde el presente.
Mientras tanto, América siguió ocupando el papel de referencia obligada. Su regularidad y su capacidad para llegar a finales lo mantuvieron en la conversación durante todo el año. Sin embargo, 2025 también expuso una verdad incómoda para los azulcremas: dominar fases largas no siempre garantiza cerrar con éxito. América fue protagonista, sí, pero terminó cediendo ante un Toluca que entendió mejor los tiempos del torneo.
Otro de los puntos altos del año fue la vigencia de Tigres. Sin el ruido mediático de otros ciclos, el conjunto regiomontano volvió a competir con seriedad, recordando que los proyectos largos no pierden valor de un día para otro. Tigres no necesitó reinventarse para seguir siendo incómodo; le bastó con sostener su estructura y su carácter competitivo.
Pero el 2025 también dejó señales alentadoras fuera de los nombres habituales. La aparición de jóvenes futbolistas en distintos clubes refrescó el panorama. No todos lograron continuidad, pero varios demostraron que el talento existe y que, con confianza, puede influir en el desarrollo del torneo. En un contexto donde la inmediatez suele devorarlo todo, esas irrupciones fueron un respiro. Nombres como el de Camberos, Lainez, y sobre todo Mora, suenan de nueva cuenta para levantar la mano justo meses antes del mundial, esperanza abierta para sumar un futuro a corto plazo que ojalá se alargue por muchos ciclos mundialistas más.
A nivel colectivo, el año volvió a confirmar que la Liga MX se decide en detalles. Un error tardío, una desconcentración mínima o una racha breve pueden cambiar destinos completos. Toluca lo entendió mejor que nadie: fue sólido cuando debía serlo y oportuno cuando el margen se redujo. Esa lectura fina del torneo fue la diferencia.
Por eso, cuando se haga el balance de 2025, el relato será claro. No fue el año de la espectacularidad permanente ni de un dominio aplastante. Fue el año de la eficacia, la madurez y la paciencia, y en ese contexto, Toluca se levantó por encima del resto.
En una liga que pocas veces permite certezas, 2025 tuvo una, Toluca volvió a mandar. Y lo hizo recordándole al futbol mexicano que los proyectos con identidad, cuando se sostienen, siempre encuentran la manera de regresar a lo más alto.
Por último, en el ámbito local, 2025 fue para el olvido, San Luis no logró los objetivos trazados quedando fuera de competencia en ambos torneos locales y despidiéndose pronto como ya es costumbre de la Leagues Cup, un equipo que a veces resulta ser incómodo para algunos rivales, este año resultó serlo para su afición, hoy San Luis luce poco atractivo y sin mucho que ofrecer a nivel espectáculo, ojalá las cosas mejoren por el bien del equipo local, se ve complejo pero como bien se dice, año nuevo, esperanzas renovadas, ojalá.
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Destacadas
El padre de la física potosina, Gustavo del Castillo y Gama | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Con el título de El Padre de la Física Potosina, Gustavo de Castillo y Gama, publiqué un libro conmemorativo sobre la vida y obra de Gustavo del Castillo y Gama, físico potosino que fundó las instituciones educativas y de investigación en física en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Este 24 de diciembre estaría cumpliendo ciento cuatro años.
El libro en cuestión es de descarga gratuita y puede conseguirse en cualquiera de las siguientes dos direcciones:
http://galia.fc.uaslp.mx/museo/libros/EL%20PADRE%20DE%20LA%20FISICA%20POTOSINA.pdf
Justo en Noche Buena del 2025, Gustavo del Castillo y Gama estaría cumpliendo ciento cuatro años. Nacería en el famoso Barrio de San Miguelito en San Luis Potosí al dar las últimas campanadas del 24 de diciembre, como lo comentaba el propio Gustavo del Castillo. Su vida se desarrolló en San Luis Potosí, Tampico, la Ciudad de México y las ciudades norteamericanas de Lafayette y Chicago; se nutrió de un ambiente científico desde pequeño, pues al menos, un par de sus tíos trabajaban en astronomía en el Observatorio Nacional de Tacubaya, Rodolfo Jurado y Valentín Gama. Ambos de la dinastía Gama de gran influencia en la sociedad potosina.
No es de extrañar que orientara su vocación hacia la física, siendo estudiante de preparatoria, en una época donde no existían aún escuelas de física en el país, y, se planteó poder formarse como físico en los Estados Unidos. La situación bélica mundial, lo llevó a seguir estudiando en su ciudad natal, ingresando a la carrera de químico industrial que su grupo de estudiantes de preparatoria había propuesto, de la cual se tituló tocándole el privilegio de ser el primer titulado. De ahí pasó a la Facultad de Ciencias de la UNAM a estudiar la maestría en física y al terminar continuar con su proyecto de formarse como investigador en física en Estados Unidos, donde obtuvo el grado de doctor en la Universidad de Purdue.
Fue de los primeros investigadores que tuvo el Instituto Nacional de la Investigación Científica (INIC) y se incorporó a la UASLP, impartiendo cátedra y formando el Laboratorio de Radiación Cósmica bajo los auspicios y emolumentos del INIC del que seguía siendo investigador. Su ingreso a la UASLP fue afortunado para impulsar el programa académico del Dr. Manuel Nava Martínez que era el rector de la UASLP en la década de los cincu enta. De esta manera se convertía en el primer doctorado que impartía clase en la UASLP y el único con dicho grado en la década de los cincuenta.
Fundó el Departamento de Física de la UASLP, de donde se derivarían la entonces Escuela de Física y el Instituto de Física de la UASLP que constituían un solo ente académico, que dividía el trabajo docente y el de investigación. El Laboratorio de Radiación Cósmica formaría parte del Instituto de Física y con ello inauguraba de manera formal trabajos de investigación científica, como tales, en la universidad potosina.
Creó el programa de construcción de cohetes de sondeo con el fin de realizar investigación científica en las altas capas de la atmósfera colocando al país en los pioneros en desarrollo aeroespacial, programa que ahora es conocido como Cabo Tuna. Su trabajo de investigación en radiación cósmica y en ciencias espaciales colocó a la UASLP en el escenario mundial en investigación en física. Si bien su labor en la UASLP se redujo a un lustro, este fue muy intenso y productivo y sentó las bases para el camino académico que seguiría la UASLP años después recorriendo las sendas y abriendo otras en torno a las raíces sembradas por Gustavo del Castillo, cuestión que luego es menospreciada o en el mejor de los casos olvidada.
La UASLP en la actualidad es reconocida nacionalmente y en algunas áreas internacionalmente gracias al trabajo docente y principalmente al trabajo de investigación científica que despliegan sus investigadores. La UASLP está situada como una de las mejores del país y en áreas como la física dentro de las primeras tres universidades del país. Esta situación se debe a la calidad de su personal académico, pero de manera muy especial por el trabajo pionero que fincara esta tradición por personajes como Gustavo del Castillo y Gama.
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