agosto 23, 2025

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#4 Tiempos

Rapidito como la visita de Marcelo Ebrard. Croniquita de Jorge Saldaña

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La altura de Marcelo Ebrard y su paso veloz lo hacen sobresalir entre la mediana afluencia que tiene el aeropuerto Ponciano Arriaga de la capital potosina un jueves por la mañana. No hay mayor parafernalia de los que llegan, oficialmente nadie los recibe excepto los vehículos de gobierno del estado que ya lo esperan.

Traje gris, corbata verde. Lo acompaña la subsecretaria de asuntos institucionales, Martha Delgado Peralta y su jefe de comunicación social Esteban González. Ayudantía y protocolo ya estaban en territorio potosino y desplegados en Palacio de Gobierno, la empresa BMW, el Centro de las Artes, la Universidad Autónoma y hasta en un domicilio particular en el que se tenía agendada una reunión privada.

Salomón Rosas, representante “plenipotenciario” de la fundación Equidad y Progreso también llegó desde un día antes a la capital y si a caso fue el único en encontrar al funcionario federal para el que trabaja en su promoción.

Zancadas grandes, saludo rápido, la camioneta negra en la que se sube el canciller mexicano ya está lista, arrancan y los persigue una caravana de cuatro vehículos que lo escoltan.

Se cancela la visita a palacio y parten directo rumbo a la carretera 57 hasta llegar a las instalaciones de la BMW.

Lo recibe el gobernador Gallardo, el secretario Guadalupe Torres, el titular de Desarrollo Económico, Juan Carlos Valladares, y los directivos de la planta.

No cesa el paso, recorre, saluda, se para con un grupo de trabajadoras que vienen de Celaya y que se dedican a la proveeduría de frenos para la planta alemana.

De un área a otra y de una línea de ensamble a la siguiente. Por fin se sientan en una pequeña y selecta mesa cuadrada. Se hace un enlace a Múnich, hay traductor, pero en los saludos y cortesías Marcelo Ebrard se da a entender, presenta al gobernador y van al grano.

Las negociaciones y agenda están avanzadas por parte de Valladares Eichelmann, no hay tiempo para mayores cortesías, el punto álgido es la generación de energía. La capacidad, se tiene o no, porque la planta en la que quieren construir “beemesdobleus” eléctricos, requiere de especificaciones energéticas muy particulares.

Tierra, incentivos fiscales, y demás accesorios están resueltos. El gobernador avala. Se propone de ida y vuelta, de darse las condiciones, un viaje a Múnich a las instalaciones de BMW y hasta se dan instrucciones “frente al Olimpia Park”…

Más velocidad. Los directivos de la planta tienen dos vehículos, armados por manos potosinas, listos para estar en etapa de prueba por parte del canciller y el jefe del ejecutivo.

Marcelo Ebrard toma un BMW híbrido color negro, al mandatario le dan uno azul. Cada uno da una vuelta en las pistas de prueba. Ebrard Casaubón acelera.  

Las fotos a 1/1000 en el obturador. Rápido. Se despiden. Las manos vuelan entre funcionarios estatales y la comitiva empresarial. Gallardo y Valladares agendan un nuevo encuentro en la planta. Sale una vez más la caravana de vehículos.

Hay que lidiar de oriente a poniente con la 57 a las dos de la tarde. La congestión vial potosina no concede paso a la diplomacia. Acelero, freno, claxon.

Se cancela la entrevista planeada. Se canceló desde un día antes la visita a los trabajos de la Conferencia Internacional ANUIES 2022 al que lo invitó la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

Hay que apurar la agenda porque, según lo declaró más tarde, el propio presidente le pidió acudir a Egipto a la cumbre climática COP27 y hay que encontrar el tiempo donde sea.

Llega la comitiva vehicular hasta la puerta del Ceart, integrantes de Consejo Potosí y líderes de cámaras empresariales ya tenían 45 minutos en espera.

¿Entrevista? Sí, no hay de otra, tres audaces reporteros lo increpan, pero más audaz los atiende pronto pero sin lugar a extenderse.

“Somos finalistas” (de dos, pero finalistas) responde sobre las posibilidades de la nueva inversión teutona. “Tenemos buenos números, estabilidad política, estabilidad fiscal y todo se ve “factible”

. ¿Otra pregunta? No. Dijo lo que él quiso decir. “Muchas gracias y muchas gracias”. repite angustiado su jefe de prensa, el “Chico Montessori” como le han dicho los medios nacionales a Esteban  González Mancha que se le ve más angustiado y apurado que un reo en la última noche.

En eso se detuvo el tiempo: Una mujer de edad avanzada, sin prisas y apacible se le acercó al diplomático mexicano, con el tiempo fuera de la ecuación, dio palabras al funcionario y le dio la bendición. Son tierras potosinas.

Arranca el mariachi con Acuarela Potosina justo a la entrada del funcionario federal. Saludo personal a cada integrante de la mesa, abrazo grande a Teófilo, a Don Carlos Torres, a Juan Carlos Valladares García, a todos con afecto, sin apuros, pero sin pausas.

El primero al micrófono es Juan Carlos Valladares Eichelmann, secretario de Desarrollo Económico. San Luis es pujante y van los números: se han alcanzado en este gobierno mil 200 millones en inversión extranjera, se mantuvo el crecimiento en un promedio del 2.3 por ciento y se han generado más de 7 mil empleos. Ese fue el discurso.

El mensaje era otro y estaba implícito: la iniciativa privada y los motores de la economía potosina sentados en la misma mesa. Gobierno y empresariado compartiendo el pan.

Los meseros, de por sí avispados, se les pastorea para que todos tengan ya el plato servido.

Marcelo Ebrard apura los bocados mientras escucha la intervención del secretario. Los invitados hacen lo propio.

El canciller toma la palabra y hace anuncios muy particulares. Destaca las condiciones que por “providencia” y otros por búsqueda, han colocado a México todavía en un lugar todavía más estratégicamente atractivo luego de la pandemia.

“Por lo que hemos logrado y también, por lo que ha ocurrido por pura providencia, nuestras condiciones han mejorado para el mundo. Somos socios de Estados Unidos, pero y aunque ya lo éramos, ahora estamos tratando sobre mejores términos. Adelantó un “convoy” de estados y empresarios para tocar puertas que nunca antes se han tocado en los Estados Unidos.

El más atento, el que vino a estrechar lazos es Luis Rosendo Gutiérrez, nadie lo presentó, nadie dijo quién era y no se dirá en esta breve crónica. Él sabe perfectamente su misión y estaba en la mesa correcta para realizarla.

El gobernador Gallardo, en su intervención fue breve porque “se enfría la comida y ya todos tenemos hambre”. Hizo sentir bienvenido al canciller y destacó la consolidación del Consejo Potosí, las decisiones que de la mano de la IP se toman desde su gobierno. El trabajo en conjunto para “los que tienen, para los que no tienen y para los que quieren más”. Paz política y paz social.

“Así se siente México”, se arranca el mariachi. Se acerca el equipo de protocolo con una botella de mezcal potosino premiado que está adornado con los logos del gobierno al estilo Huichol. Ronda de abrazos, vuelo de manos, pasodoble a la salida y retirada.

Vino y se fue Marcelo Ebrard de tierras potosinas. Aceleró paso, carro, bocado, entrevista y mensaje. Estuvo más tiempo que Adán Augusto, pero estuvo más aprisa.

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#4 Tiempos

Clásico de la 57: pasión al filo del cuchillo | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

Hoy se juega en Querétaro el Clásico de la 57, un duelo que siempre viene cargado de tensión, orgullo y, por desgracia, un trasfondo que no se puede ignorar: la sombra de la violencia. Este enfrentamiento no es un simple partido de fútbol, es un espejo incómodo de lo que todavía está pendiente en nuestro balompié.

El recuerdo de la batalla campal entre Querétaro y Atlas sigue vivo. Esa tarde oscura, con imágenes que dieron la vuelta al mundo, dejó claro que la pasión puede convertirse en caos en cuestión de segundos. Y no fue un hecho aislado: en otras ocasiones también hemos visto enfrentamientos en las gradas del Alfonso Lastras, peleas que interrumpieron partidos, además de aquel episodio en Torreón en el que el sonido de las detonaciones generó un pánico colectivo que terminó por vaciar un estadio entero. Lo que debería ser fiesta, demasiadas veces se ha convertido en pesadilla.

El problema no es exclusivo de México. Apenas esta misma semana, en Argentina, un partido internacional quedó marcado por escenas dantescas: aficionados golpeados, perseguidos y obligados a escapar del propio lugar que debería haber sido su refugio. El encuentro tuvo que ser suspendido y la violencia dejó un saldo de heridos, detenidos y un continente entero preguntándose cómo es posible que sigamos repitiendo las mismas historias de siempre.

Con ese telón de fondo se juega hoy este Clásico de la 57. En la cancha, Gallos Blancos y Atlético de San Luis se disputan algo más que tres puntos: se juegan la credibilidad de una rivalidad que merece ser recordada por goles y no por golpes

. La exigencia es doble: para los equipos, que deben entregar un partido digno; y para las tribunas, que están obligadas a demostrar que se puede alentar sin cruzar la línea del salvajismo.

Porque la verdad es dura: si después de lo vivido en Querétaro hace unos años todavía no entendemos, si después de tantas escenas vergonzosas en México seguimos tolerando barras que se comportan como pandillas, entonces lo que pasó en Argentina podría repetirse aquí en cualquier momento.

El Clásico de la 57 debe ser una advertencia. Que la intensidad se quede en la cancha, que la rivalidad se mida en goles, que la pasión no vuelva a confundirse con barbarie. Si hoy la historia vuelve a torcerse hacia el lado equivocado, no habrá espacio para el asombro: sería simplemente la consecuencia de haber aprendido nada.

Este clásico es una puerta: o se abre para dejar pasar el fútbol en su forma más pura, o se entreabre para que se cuele de nuevo la violencia. Y lo que ocurra esta noche dirá mucho más de nosotros como país que de los once contra once que se atrevan a pisar la cancha.

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#4 Tiempos

La abogada y el diablo | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

De no ser porque al empresario Miguel Maya Romero le fueron a ofrecer poner una de sus cafeterías al interior de lo que iba a convertirse en el centro comercial Santa Fe, en los terrenos que rentó la Universidad Autónoma de San Luis Potosí a la empresa VEM, e hizo público en sus medios el proyecto, a la UASLP le hubiera pasado de noche que le estaban por dar gato por liebre.

Se desató el infierno. Por algo a Miguel Maya Romero le dicen, los que lo quieren, “El diablo” (su WhatsApp es 666 y ya…bien raro).

Desde la muy humilde opinión de este aprendiz de reportero fueron dos errores fatales los que cometieron los promotores de Santa Fe: invitar a Maya solo a rentar un local, y no a invertir en el negocio completo.

El segundo error es haber entregado, al dueño de dos medios, el dossier, renders, planos, números y el “kit” completo del proyecto.

Hasta que estos materiales “cautiva inversionistas” fueron públicos en los medios miguelescos, la comunidad universitaria, sus más altos funcionarios y el Consejo Directivo, cayeron en cuenta que VEM les había vendido un unicornio que resultó ser un burro con brillantina.

Las especificaciones del Santa Fe publicadas estaban enfocadas al lucro, objetivo muy distante a lo que aprobó el Consejo Directivo Universitario por la confianza que le tienen al rector, Alejandro Zermeño Guerra.

Y es que con esa buena fe a la rectoría, nadie imaginó que el equipo jurídico de la Universidad resultara tan laxo, distraído e incompetente como para que en más de un año de haber firmado el contrato de arrendamiento (a precios muy inferiores a los del mercado, pero bueno…) no se hubiera dado cuenta que el unicornio rebuznaba.

En lugar de centro deportivo, canchas de pádel, gimnasio, pista para correr, estacionamientos para estudiantes y otras instalaciones dirigidas a la comunidad, se estaba gestando y vendiendo un centro comercial con tienda ancla, agencia de autos, restaurantes y cadenas comerciales.

Ante la presión social y mediática que provocó la discrepancia entre el proyecto original y el exhibido, el que tuvo que sacar el pecho y llevarse el desgaste fue el propio doctor Zermeño, que tuvo que pedir cuentas a su equipo jurídico encabezado por la abogada general de la universidad, Urenda Navarro Sánchez (a la que tengo el enorme gusto de no conocer).

En la revisión, el convenio resultó más poroso que un estropajo de Ixtle.

(Por cierto que el documento, al que solo Navarro Sánchez y muy pocos colaboradores de su oficina tenían acceso, casualmente se filtró a los mismos medios propiedad del villano de las pastorelas).

La filtración tuvo consecuencias. Por un lado, las enormes goteras jurídicas de la redacción del instrumento, urgieron a la Universidad cancelar el trato justificadamente acudiendo a las únicas condiciones que podrían protegerlos, que fueron el nulo avance de la obra y el agotamiento de los plazos.

En otras palabras, la falta de liquidez de los empresarios los salvaron; que si no, ya hubiera centro comercial, agencia de autos y café Chaires.

Por el otro lado, y ya circulando el convenio, se pudo saber que a la empresa VEM no le pidieron ni los requisitos más indispensables; no verificaron su experiencia (que no tiene) ni sus capacidades financieras (que tampoco tiene).

Con las cartas destapadas, el rector admitió que se sintió engañado (así lo declaró a éste medio y a otros). Pero… ¿engañado por quién?

¿Por la empresa? ¿O por su abogada general, que no cuidó a la institución, le escondió los detalles del poroso contrato y les generó un feroz enjambre jurídico en contra del que aún no salen?

Derivado de todos los yerros encontrados, se hizo inminente para la UASLP la cancelación del trato, provocando que Fabián Espinoza, el representante de la empresa al que se le cayó el negocio, denunciara penalmente al propio rector, a Miguel Maya y hasta a los periodistas de sus medios, asunto que hasta donde se sabe, sigue su curso.

Vamos dos a cero: Un contrato jurídicamente descuidado puso en el filo de la navaja a la institución, y provocó en reacción que denunciaran al líder de la comunidad universitaria, que sin necesidad, deberá defenderse por la vía penal (ojalá el rector contrate a un abogado o abogada externos… digo).

Tres a cero: En respuesta, la UASLP (léase la licenciada Navarro Sánchez) interpuso una tibia demanda mercantil (que no es lo mismo que una denuncia) en contra de la empresa. Sin embargo, la demanda la presentó la abogada hasta junio pasado. Es decir, meses después de la tormenta. Mientras tanto ni se ha recuperado el terreno, ni pueden hacer nada con él.

¿Estaría muy ocupada la abogada?

Quizás sí, promoviendo una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia, en contra del Instituto de Fiscalización Superior del Estado, contra el que debate la competencia de éste para auditar recursos propios de la UASLP.

Hace unos días, la controversia fue desechada por la SCJN por ser “notoriamente (no-to-ria-men-te) improcedente”. Cuatro-cero.

Por si se lo preguntaba, Culto Público, quien dió a conocer la promoción de la controversia, así como su penoso resultado, también fueron los medios propiedad de MMR, príncipe de las tinieblas.

(Yo creo que nadie les pasó el número de expediente en cuestión y le atinaron sus reporteros de pura suerte…)

Se le conoce al rector de la universidad, Alejandro Zermeño -y coincido- como un hombre íntegro, decente, bien intencionado, prudente, y capaz.

Lo que asombra es su paciencia y tolerancia con funcionarios como Urenda Navarro Sánchez, que si nos damos cuenta, es quien ha estado detrás de casi todos los conflictos que ha enfrentado la actual rectoría.

¿Cuándo terminará la goliza jurídica contra la institución? ¿No hay cambios? ¿Alguien tiene pacto con el diablo?

Hasta la próxima.

Yo soy Jorge Saldaña.

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#4 Tiempos

Salvador Gallardo Dávalos: médico, humanista y promotor cultural | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

Con la proyección del potosino Manuel José Othón como uno de los máximos poetas mexicanos, el movimiento literario en San Luis Potosí a principios del siglo XX fue intenso y de suma importancia; las escuelas literarias seguían siendo las reuniones entre los jóvenes interesados en la literatura y su formación profesional se complementaba con estudios profesionales en el Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí, principalmente en la carrera de leyes donde confluirían un número importantes de hombres de letras que figuraron en el escenario nacional, con grande aplauso, por mencionar un par de esos personajes: Ramón López Velarde, Artemio de Valle Arizpe, entre muchos otros, como hemos tratado ya en anteriores entregas de esta columna de El Cronopio.

No solo en leyes se formaron esos literatos, en la preparatoria del Instituto donde coincidían todos ellos o la mayoría de ellos, serían las raíces que en otras carreras como la de medicina continuarían su gusto por la literatura, en especial la poesía, combinándola con su formación médica, como el fue el caso del rioverdense Salvador Gallardo Dávalos.

Salvador Gallardo Dávalos nació el 9 de julio de 1893 en Rioverde, San Luis Potosí, donde estudiaría sus primeras letras para luego ingresar a la preparatoria del Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí, allí, en ese ambiente bohemio e intelectual que exponían un buen número de jóvenes interesados en la literatura despertó la vena poética de Salvador Gallardo que a la larga se convertiría en un prestigioso médico y excelente poeta que dejaría huella por su labor humanística y cultural en la región del bajío, principalmente en Aguascalientes donde contribuiría al desarrollo cultural de esa ciudad con su labor en la corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana de aquella ciudad.

Al salir de la preparatoria del Instituto Científico de San Luis, ingresó a estudiar medicina en el mismo Instituto potosino para posteriormente continuar sus estudios médicos en la Escuela Médico Militar de la Ciudad de México, siguiendo la huella de sus compañeros de estudio en el Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí que también habían emigrado a estudiar en la capital, como Jesús Silva Herzog, compañero de estudios de preparatoria de Salvador Gallardo y además su primo.

El padre de Salvador Gallardo era médico y para entonces había desarrollado una importante labor en Rioverde, distinguiéndose como director del hospit al del pueblo que ahora lleva su nombre al igual que una de las calles de Rioverde. Salvador seguiría así la huella formativa de su padre.

Dejaría el ejército y seguiría su labor como médico y su labor dentro de la corriente estridentista de las letras como fueron sus comienzos literarios.

Con el apoyo de Silva Herzog que fuera subsecretario de Cultura en 1933, Salvador Gallardo ingresa como médico a la Secretaría de Educación en la Ciudad de México, antes de irse a radicar a Aguascalientes y realizar una intensa labor educativa y cultural como promotor cultural y catedrático de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y de la Escuela Normal.

Su labor pública incluyó su participación en la Liga de Escritores y Artista Revolucionarios, miembro titular de la corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana en Aguascalientes, y fundador de la Asociación Cultural Aguascalentense, además de senador de la República por el estado de Aguascalientes.

Dentro de sus obras dedicadas a su tierra natal, se encuentra Cantos a San Luis Potosí publicada en 1942, con la que ganaría uno de los Juegos Florales de San Luis Potosí. 

Salvador Gallardo Dávalos moriría el 30 de octubre de 1981, dejando una importante huella en pro de la cultura de la provincia mexicana. Tras su muerte se estableció en 1982 el Premio Literario Salvador Gallardo Dávalos de la Casa de la Cultura de Aguascalientes, dejando un legado que continúa su descendencia, su hijo Salvador Gallardo Topete y su nieto poeta y filósofo Salvador Gallardo Cabrera.

De Salvador Gallardo un fragmento de “Canciones bajo la lluvia”

En las tardes invernales
la lluvia la luz tamiza
y cada rayo de irisa
como en danzas espectrales;
la brisa con sus puñales
nos espera en cada esquina,
y la lluvia es bailarina,
que en las tardes invernales,
-con sus velos de neblina-
danza “danza de puñetas”.

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