junio 23, 2025

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#4 Tiempos

Rapidito como la visita de Marcelo Ebrard. Croniquita de Jorge Saldaña

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La altura de Marcelo Ebrard y su paso veloz lo hacen sobresalir entre la mediana afluencia que tiene el aeropuerto Ponciano Arriaga de la capital potosina un jueves por la mañana. No hay mayor parafernalia de los que llegan, oficialmente nadie los recibe excepto los vehículos de gobierno del estado que ya lo esperan.

Traje gris, corbata verde. Lo acompaña la subsecretaria de asuntos institucionales, Martha Delgado Peralta y su jefe de comunicación social Esteban González. Ayudantía y protocolo ya estaban en territorio potosino y desplegados en Palacio de Gobierno, la empresa BMW, el Centro de las Artes, la Universidad Autónoma y hasta en un domicilio particular en el que se tenía agendada una reunión privada.

Salomón Rosas, representante “plenipotenciario” de la fundación Equidad y Progreso también llegó desde un día antes a la capital y si a caso fue el único en encontrar al funcionario federal para el que trabaja en su promoción.

Zancadas grandes, saludo rápido, la camioneta negra en la que se sube el canciller mexicano ya está lista, arrancan y los persigue una caravana de cuatro vehículos que lo escoltan.

Se cancela la visita a palacio y parten directo rumbo a la carretera 57 hasta llegar a las instalaciones de la BMW.

Lo recibe el gobernador Gallardo, el secretario Guadalupe Torres, el titular de Desarrollo Económico, Juan Carlos Valladares, y los directivos de la planta.

No cesa el paso, recorre, saluda, se para con un grupo de trabajadoras que vienen de Celaya y que se dedican a la proveeduría de frenos para la planta alemana.

De un área a otra y de una línea de ensamble a la siguiente. Por fin se sientan en una pequeña y selecta mesa cuadrada. Se hace un enlace a Múnich, hay traductor, pero en los saludos y cortesías Marcelo Ebrard se da a entender, presenta al gobernador y van al grano.

Las negociaciones y agenda están avanzadas por parte de Valladares Eichelmann, no hay tiempo para mayores cortesías, el punto álgido es la generación de energía. La capacidad, se tiene o no, porque la planta en la que quieren construir “beemesdobleus” eléctricos, requiere de especificaciones energéticas muy particulares.

Tierra, incentivos fiscales, y demás accesorios están resueltos. El gobernador avala. Se propone de ida y vuelta, de darse las condiciones, un viaje a Múnich a las instalaciones de BMW y hasta se dan instrucciones “frente al Olimpia Park”…

Más velocidad. Los directivos de la planta tienen dos vehículos, armados por manos potosinas, listos para estar en etapa de prueba por parte del canciller y el jefe del ejecutivo.

Marcelo Ebrard toma un BMW híbrido color negro, al mandatario le dan uno azul. Cada uno da una vuelta en las pistas de prueba. Ebrard Casaubón acelera.  

Las fotos a 1/1000 en el obturador. Rápido. Se despiden. Las manos vuelan entre funcionarios estatales y la comitiva empresarial. Gallardo y Valladares agendan un nuevo encuentro en la planta. Sale una vez más la caravana de vehículos.

Hay que lidiar de oriente a poniente con la 57 a las dos de la tarde. La congestión vial potosina no concede paso a la diplomacia. Acelero, freno, claxon.

Se cancela la entrevista planeada. Se canceló desde un día antes la visita a los trabajos de la Conferencia Internacional ANUIES 2022 al que lo invitó la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

Hay que apurar la agenda porque, según lo declaró más tarde, el propio presidente le pidió acudir a Egipto a la cumbre climática COP27 y hay que encontrar el tiempo donde sea.

Llega la comitiva vehicular hasta la puerta del Ceart, integrantes de Consejo Potosí y líderes de cámaras empresariales ya tenían 45 minutos en espera.

¿Entrevista? Sí, no hay de otra, tres audaces reporteros lo increpan, pero más audaz los atiende pronto pero sin lugar a extenderse.

“Somos finalistas” (de dos, pero finalistas) responde sobre las posibilidades de la nueva inversión teutona. “Tenemos buenos números, estabilidad política, estabilidad fiscal y todo se ve “factible”

. ¿Otra pregunta? No. Dijo lo que él quiso decir. “Muchas gracias y muchas gracias”. repite angustiado su jefe de prensa, el “Chico Montessori” como le han dicho los medios nacionales a Esteban  González Mancha que se le ve más angustiado y apurado que un reo en la última noche.

En eso se detuvo el tiempo: Una mujer de edad avanzada, sin prisas y apacible se le acercó al diplomático mexicano, con el tiempo fuera de la ecuación, dio palabras al funcionario y le dio la bendición. Son tierras potosinas.

Arranca el mariachi con Acuarela Potosina justo a la entrada del funcionario federal. Saludo personal a cada integrante de la mesa, abrazo grande a Teófilo, a Don Carlos Torres, a Juan Carlos Valladares García, a todos con afecto, sin apuros, pero sin pausas.

El primero al micrófono es Juan Carlos Valladares Eichelmann, secretario de Desarrollo Económico. San Luis es pujante y van los números: se han alcanzado en este gobierno mil 200 millones en inversión extranjera, se mantuvo el crecimiento en un promedio del 2.3 por ciento y se han generado más de 7 mil empleos. Ese fue el discurso.

El mensaje era otro y estaba implícito: la iniciativa privada y los motores de la economía potosina sentados en la misma mesa. Gobierno y empresariado compartiendo el pan.

Los meseros, de por sí avispados, se les pastorea para que todos tengan ya el plato servido.

Marcelo Ebrard apura los bocados mientras escucha la intervención del secretario. Los invitados hacen lo propio.

El canciller toma la palabra y hace anuncios muy particulares. Destaca las condiciones que por “providencia” y otros por búsqueda, han colocado a México todavía en un lugar todavía más estratégicamente atractivo luego de la pandemia.

“Por lo que hemos logrado y también, por lo que ha ocurrido por pura providencia, nuestras condiciones han mejorado para el mundo. Somos socios de Estados Unidos, pero y aunque ya lo éramos, ahora estamos tratando sobre mejores términos. Adelantó un “convoy” de estados y empresarios para tocar puertas que nunca antes se han tocado en los Estados Unidos.

El más atento, el que vino a estrechar lazos es Luis Rosendo Gutiérrez, nadie lo presentó, nadie dijo quién era y no se dirá en esta breve crónica. Él sabe perfectamente su misión y estaba en la mesa correcta para realizarla.

El gobernador Gallardo, en su intervención fue breve porque “se enfría la comida y ya todos tenemos hambre”. Hizo sentir bienvenido al canciller y destacó la consolidación del Consejo Potosí, las decisiones que de la mano de la IP se toman desde su gobierno. El trabajo en conjunto para “los que tienen, para los que no tienen y para los que quieren más”. Paz política y paz social.

“Así se siente México”, se arranca el mariachi. Se acerca el equipo de protocolo con una botella de mezcal potosino premiado que está adornado con los logos del gobierno al estilo Huichol. Ronda de abrazos, vuelo de manos, pasodoble a la salida y retirada.

Vino y se fue Marcelo Ebrard de tierras potosinas. Aceleró paso, carro, bocado, entrevista y mensaje. Estuvo más tiempo que Adán Augusto, pero estuvo más aprisa.

También lee: ¿Xavier Nava? ¿Para qué me lo recuerdan? | Apuntes de Jorge Saldaña

#4 Tiempos

El primer poeta potosino, Pedro de los Santos | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

Si bien desde los primeros años de la fundación existieron poetas en San Luis y se cultivó este género, como lo hemos tratado en anteriores entregas, estos personajes serían españoles avecindados en la ciudad; el primer poeta nacido en el siglo XVII en estas tierras en la ciudad de San Luis Potosí sería Pedro de los Santos.

Pedro de los Santos. Este personaje es uno de los nacidos en San Luis Potosí, nacería a mediados del siglo XVII; en 1699 era colegial de San Ildefonso y Familiar y Maestresala del virrey don Juan Ortega Montañés.

Emigraría muy joven a la ciudad de México, al parecer estudiaría también en la Real y Pontifica Universidad de México pues en su Romance aparece el título de Bachiller.

Su Romance es el único poema que se le conoce, fue escrito en 1700 y publicado en 1702 conociéndosele con el título de Romance en elogio a San Juan de Dios en las fiestas que hizo México por su canonización. Poema que tendría el segundo lugar en el certamen poético por la canonización de San Juan de la Cruz, que describió el Pbro. Br. Juan Antonio Ramírez Santibañez; donde se apunta: “El segundo lugar, se le dio al que puede tener plaza de Músico suave, pues tira gajes de cantor en el palacio de Apolo y ser Maestresala de las Musas, al Bachiller donde Pedro de los Santos, maestre de la sala del Exmo. Sr. Dr. Don Juan de Ortega Montañés, del Consejo de su majestad, arzobispo de México, segunda vez Virrey, Gobernador, Capitán General de esta Nueva España y Presidente de su Real Audiencia”.

El Padre Peñalosa asegura que en su poema “no faltan, en el romance, algunas características de la poesía barroca, entonces en pleno apogeo, como la hipérbole, las alusiones mitológicas, la bimembración distribuida en dos versos o tal cual detalle de la luz y de color; pero sin el poderío y la plasticidad, sin el ingenio y la audacia de la verdadera y grande poesía barroca”.

Al decir del Padre Peñalosa una copia fotostática de su romance se encuentra en el Archivo Histórico de San Luis Potosí.

En su romance, los últimos versos dicen:

la misma tormenta corre
haciendo que el aire ocupe
mejor sagrada saeta
del Ave de culpa inmune.

Con ella el piélago vence,
con ella el viento confunde
y no admira que con ella
el mismo Puerto salude.

Con ella pone en Granada
columnas que no caduquen
a las injurias del tiempo,
pues su caridad las sube.

Mereciendo mayor palma,
Porque puso en servidumbre
Al mar, no con armas fieras,
Sino con palabras dulces.

También lee: Alcalde Mayor de San Luis, primer editor de Sor Juana Inés de la Cruz | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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#4 Tiempos

La miseria del sexo | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

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LETRAS minúsculas

Sucede en un cuento de Arthur Schnitzler (1862-1931), el escritor austriaco. Una vez, un joven fue invitado a asistir a un duelo en calidad de padrino de un militar de cierto rango que, al ver ofendido su honor, retó a muerte a un caballero de la alta sociedad vienesa abofeteándolo con su guante. Qué razones había para lavar con sangre esa mancha real o imaginaria, no lo sabemos, pues éstas no quedan muy claras en el relato, aunque todo parece indicar que había unas faldas de por medio, y que estas faldas eran nada menos que las de la esposa del militar.

Como decimos, el padrino nada sabía de los motivos que impulsaron al teniente Loiberger a tomar tan drástica determinación, pero tampoco quiso averiguarlas. ¿Para qué? Como se dice, cada uno sabe dónde le aprieta el zapato; y, además, ¿para qué negar que en aquellos tiempos remotos la gente se mataba entre ella por los motivos más banales y fútiles? «El hecho –dice el narrador de esta historia, es decir, el padrino- de que en ciertos círculos tuviera que contarse con la posibilidad o incluso con la inevitabilidad de los duelos, ya sólo esto, créame, daba a la vida social una cierta dignidad o, al menos, un cierto estilo. Y a las personas de estos círculos, incluso a las más insignificantes o ridículas, les prestaba la apariencia de una continua disposición a la muerte, aun cuando a usted esta expresión le parezca, utilizada en este contexto, demasiado rimbombante».

Digámoslo ahora con nuestras palabras: en aquellos tiempos, batirse a muerte con adversarios verdadero o ficticios era una moda tan extendida, sobre todo entre las clases superiores, que nuestro joven narrador ni siquiera se extrañó cuando el teniente Loiberger solicitó amablemente su padrinazgo. Además, ¿no era ésta la séptima u octava vez que un caballero ofendido le pedía exactamente la misma cosa? Sin embargo, es necesario abreviar, y lo haremos diciendo cuanto antes que el muerto, allí, fue precisamente el señor Loiberger, que cayó al suelo con cierta elegancia y sin demasiados aspavientos a causa de una bala que vino a incrustársele a la altura del corazón. Se llevó la mano al pecho, lanzó un suspiro hondo, se tendió en la hierba como quien se dispone a permanecer en esa postura un tiempo muy largo y murió en el acto.

Una autoridad municipal dio fe del deceso –también sin demasiados aspavientos- y el día transcurrió como de costumbre, cual si en realidad nada grave hubiese acontecido. Sin embargo, un problema quedaba sin resolver, y era que la viuda, que vivía en la capital, es decir, en Viena, debía enterarse de la muerte de su marido. ¡Claro, era necesario decírselo, y cuanto antes mejor! ¿Y quién iba a encargarse de tan desagradable tarea? El padrino, naturalmente, que para eso estaba. Y allá va nuestro narrador. Frau Agathe, la esposa del señor Loiberger, lo recibe amablemente y lo hace pasar al recibidor. En realidad nunca en su vida había visto ella a este hombre, pero no le parece feo y hasta le invita una copa…

¡Dios mío, qué bella era Frau Agathe! Su rostro resplandecía como una hoguera encendida. Ahora bien, ¿para qué ponerse a hablar ahora, precisamente ahora, de cosas tan tristes como son las que se refieren a la muerte? Ya lo haría después; por el momento era preciso beber otra copa y disfrutar el momento. Frau Agathe se veía incluso feliz. ¿Para qué romper el hechizo? Entonces el visitante se puso a hablar con la joven viuda –ella aún no sabía que lo era- de cosas que nunca sabremos. Y tanto hablaron y hablaron, y tanto se gustaron el uno al otro que pronto, sin que nadie supiera cómo ni cuándo, ya estaban los dos tomados de la mano en la alcoba de ella. ¡Oh, no se habían reunido allí para entregarse a la práctica de ejercicios piadosos! Y pasó el tiempo. Cuando el visitante despertó por fin, pudo recordar como entre sueños que había venido a esta casa a cumplir una misión. ¿Cuál era ésta? Trataba de recordarlo. ¡Ah, sí, decirle a Frau Agathe que su marido había muerto en la vecina ciudad de Ischl, en el transcurso de un duelo, precisamente!… Aún no salía completamente de su modorra cuando oyeron ambos a lo lejos un ruido de pasos. Quien llegaba era el doctor Mülling, amigo de la familia, para preguntar a la señora si ya se había enterado de la triste noticia. Cuando la supo, la mujer se deshizo en llanto y pidió ver cuanto antes el cuerpo de su marido.

«Desde entonces –cuenta el narrador- no me dirigió ni una palabra… Efectivamente, aquella misma tarde partió sola y a la mañana siguiente condujo el cadáver a Viena. Al otro día tuvo lugar el entierro al que, por supuesto, asistí… Muchos años después nos encontramos en una reunión social. Mientras tanto se había casado de nuevo. Nadie que nos hubiera visto hablar habría adivinado que nos unía una profunda vivencia común. Pero, ¿realmente nos unía? Yo mismo habría podido considerar aquella estival y tranquila, misteriosa y, con todo, feliz hora como un sueño que sólo yo había soñado: tan clara, tan sin recuerdos, tan inocentemente profundizó su mirada en la mía».

Y así acaba esta historia, que no ha hecho más que confirmar mis sospechas, a saber: que la relación sexual, por sí sola, no puede unir a dos seres que no se aman. Hoy es común, o casi, afirmar que las relaciones sexuales son como el termómetro del amor, de manera que nada puede esperarse de dos seres que no saben -o no pueden- hacerse gozar el uno al otro. Hay quien dice, además, que para enamorarse de una persona antes hay que haberse acostado con ella. Pero esto es falso, pues las cosas, por lo regular, suceden exactamente al revés. Así como los milagros no producen la fe, sino que es más bien la fe la que produce los milagros, así habría que decir también que las relaciones sexuales no producen el amor, sino que, a lo más, cuando éste ya existe sólo lo alimentan. Los que no se amaban antes de ir juntos a la cama, no se amarán más cuando hayan regresado de ella, y hasta es posible en algunos casos que terminen queriéndose menos. Los cuerpos podrán acoplarse todo lo que quieran, pero, si las almas están lejos, entonces no hay nada que hacer.

Me decía hace poco un joven hablándome de su novia, con la que tenía ya estas relaciones y con quien acababa de romper: «Quizá deje más material para el recuerdo una tarde viendo juntos el crepúsculo que una relación sexual». Claro, claro. ¿Podría decirse mejor? He aquí la miseria del sexo.

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#4 Tiempos

Verano futbolero | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Apesar de los pesares, el verano futbolero arranca este fin de semana.

Tanto el mundial de clubes, como la Copa Oro, se jugarán en el territorio de los Estados Unidos, algo que bajo otro panorama sería lo ideal, un país multicultural, con una infraestructura increíble y fortaleza económica como para poder generar ingresos sobrevalorados, todo estaría bien, si no hubiera problemas sociopolíticos en Norteamérica.

Las recientes políticas han comprometido las entradas a los estadios y con esto un posible golpe comercial a las proyecciones de FIFA. Pero pasando al punto netamente deportivo, que al fin es lo que importa para esta sección, las cosas suenan muy interesantes.

Por un lado tenemos el nuevo experimento mundial, juntar a algunos de los clubes más importantes del mundo, en un torneo que buscará enfrentarlos con sus mejores jugadores en búsqueda de un gran premio económico, todos los equipos presentarán lo mejor que tienen y es probable que conforme avancen en el torneo su nivel tenga que aumentar, cuando los equipos que solo van a participar queden fuera, y se cierre contra los verdaderos rivales. Un torneo que levanta expectativas y que promete buenos juegos, sobre todo cuando clubes europeos salten a las canchas con sus figuras mundiales.

A la par de este torneo, se jugará el evento principal de CONCACAF. Si bien la región es tal vez la más olvidada del planeta, y sus selecciones fuertes no pasan por un buen momento, es notable voltear a ver a la zona y su torneo insignia a un año antes del mundial. Administrativamente, vamos a poder ver algunos estadios que serán sede de la Copa del Mundo 2026,

así como los preparativos para ciertas ciudades que recibirán afición y participantes. Por lo futbolístico, vale la pena resaltar el mal momento que vive la selección de los Estados Unidos, un equipo que llega con 4 partidos sin ganar y que busca levantar cabeza con Mauricio Pochettino, quien de hacer un mal torneo seguramente se despedirá por ahora de sus posibilidades de dirigir un mundial. Del lado de México, el Vasco Aguirre tiene que demostrar que su equipo puede levantar la cara a un año de la copa. La obligación de campeonar en la Copa Oro sigue siendo imperante, así como desplegar un buen fútbol ante rivales que parecen a modo.

El resto de las selecciones piensan más en su posible clasificación al mundial y tomarán la participación como partidos de preparación ante lo que viene para el cierre del 2025.

Dos torneos interesantes, un mes lleno de futbol y equipos que disputarán en una de las próximas sedes mundialistas. Atentos con el país del norte, y que la política y lo social no sean impedimento para por lo menos distraer un poco de lo verdaderamente importante, sin perder por completo la atención. Que arranque ya el verano futbolero.

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