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Los restos de 73 potosinos han sido repatriados desde EU en lo que va del 2019
Por el número de potosinos repatriados de EU, San Luis Potosí se ubica entre las 10 entidades con mayor incidencia, según cifras oficiales
Por El Saxofón
Durante el 2018 fueron repatriados los restos de 114 potosinos que fallecieron en los Estados Unidos, mientras que para 2019 San Luis Potosí se encuentra ya entre las diez entidades del país donde más han sido repatriados restos de paisanos que han perdido la vida en el vecino país.
En primer lugar se ubica Michoacán con 243, en segundo Hidalgo con 205; en tercero Guanajuato con 167; en cuarto Querétaro con 163, en quinto México con 160.
En sexto lugar se ubica Puebla, con 138; en séptimo la Ciudad de México con 82; en octavo Durango con 76, en noveno Zacatecas con 76, y en décimo San Luis Potosí con 73.
Hasta el corte del 30 de junio, en todo México, han sido repatriados desde los Estados Unidos 2 mil 230 mexicanos, tras haber muerto en aquel país. Se trata de 1 mil 657 hombres y 573 mujeres.
Son de personas de todas las edades. Por ejemplo: se han repatriado los cuerpos de 25 niños entre los 0 y los 5 años, 16 niños y 9 niñas.
De igual modo, han sido retornados al país los restos de 3 pequeños entre los 6 y los 10 años (un niño y dos niñas).
En lo que corresponde a adolescentes entre los 11 y los 17 años, se han devuelto a sus familiares en México, 14 restos, 12 hombres y 2 mujeres.
Hasta la fecha del corte, se han devuelto los cuerpos de 104 jóvenes entre los 18 y los 25 años, 84 varones y 20 mujeres.
Además han sido devueltos a México los restos mortales de 232 jóvenes entre los 26 y los 35 años (211 hombres y 21 mujeres).
De igual modo, retornaron a su lugar de origen para recibir sepultura 365 hombres entre los 36 y 45 años, 306 hombres y 59 mujeres.
Siguiendo estas cifras, es notorio que el mayor número de muertes es de personas entre los 46 a 55 años. En lo que va de 2019 han sido repatriados los restos de 423 mexicanos en este rango de edad. Se trata de 341 hombres y 82 mujeres.
En el grupo de edad de 56 a 65 años, ha sido repatriados los cuerpos de 386 mexicanos, 295 hombres y 91 mujeres. Además han sido devueltos los cadáveres de 253 mexicanos de más de entre 66 a 75 años (157 hombres y 96 mujeres), así como 349 cuerpos de connacionales de más de 75 años, 175 hombres y 174 mujeres.
¿Qué hacer cuando un familiar o amigo fallece en Estados Unidos y los familiares desean trasladar los restos a México?
En su portal de Internet la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) da a conocer los trámites y la documentación que se requiere para trasladar restos de mexicanos fallecidos en los Estados Unidos.
Los Consulados de México brindan asesoría y apoyo en esta lamentable situación para nuestros connacionales, por lo que se le sugiere:
– Obtener documentos que acrediten la nacionalidad del fallecido (acta de nacimiento, pasaporte o credencial de elector). Los familiares deberán proporcionar los datos de la persona fallecida y presentar sus documentos personales para identificarla.
– Comunicarse al Consulado y proporcionar todos los datos posibles de la persona fallecida (nombre, fecha y lugar de nacimiento, así como datos de los familiares en México)
Servicio funerario / traslado de restos a México:
El familiar o amigo responsable en EUA, deberá contratar los servicios de una funeraria. El Consulado le puede referir con algunas funerarias que ofrecen precios accesibles y servicio profesional en el traslado de restos a México.
La funeraria se encargará de todos los trámites y servicios, incluyendo la obtención de documentos para su certificación en el Consulado.
La persona responsable en Florida deberá proporcionar los datos de los familiares en México, así como de la funeraria que realizará el servicio en nuestro país.
Es recomendable que la familia en México solicite apoyo a la Oficina de Atención al Migrante en el Estado donde viven y/o al que serán repatriados los restos.
Costos y otros datos importantes:
El costo del traslado de restos dependerá del tipo y cantidad de servicios que contrate la familia (tipo de ataúd, servicios de velación en, servicios especiales, etc.)
El costo promedio de un traslado básico (que incluye: recoger el cuerpo con el Médico Forense, expedición y obtención de documentos para su certificación, preparación/embalsamamiento o incineración – en su caso – y traslado al aeropuerto más cercano al lugar de destino en México) varía entre $2,900.00 y $4,900.00 dólares.
El tiempo que tarda el traslado (es decir, la llegada de los restos a México), depende de:
-La causa de muerte, (es posible que exista la necesidad de que las autoridades lleven a cabo investigaciones, hagan exámenes adicionales, etc.),
-La disponibilidad de vuelos, (principalmente en los meses de noviembre, diciembre y enero),
-La experiencia de la funeraria contratada,
-Las autorizaciones, firma y/o entrega de documentos (actas de nacimiento, identificaciones, etc.) de los familiares ya sea en Florida o en nuestras oficinas en México.
-En algunos casos, dependiendo de la causa de la muerte, existe la posibilidad de obtener una indemnización para los deudos, para lo cual se le sugiere comunicarse al Programa Jurimex del Consulado de México (teléfono 1.877.356.7639), bajo el cual podrá recibir orientación y asesoría gratuita.
-En casos de probada necesidad económica, el Consulado puede aportar una pequeña cantidad para el pago de los servicios funerarios.
Requisitos para traslado de restos humanos a México
1. Copia certificada del Acta de Defunción.
Incluir traducción al idioma español.
2A. Certificado de Embalsamamiento en papel membretado de la funeraria..
Incluir traducción al idioma español.
Ó
2B. Certificado de cremación o carta notariada de cremación.
Incluir traducción al idioma español.
3. Permiso para Tránsito y Entierro expedido por la Oficina de Salud.
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#4 Tiempos
La IA, periodismo, y la coartada perfecta | Apuntes de Jorge Saldaña
““Vivimos bajo tormentas de datos que no construyen verdad sino ruido”. La información, desanclada de la confianza, se vuelve atmósfera. Y en atmósfera turbia, cualquiera puede gritar “fuego” y llamar a los bomberos, o “deepfake” y zafarse de la comisión de un delito”
Por: Jorge Saldaña
Hay épocas en las que la tecnología acelera más rápido que la ley en una carrera en pista sinuosa, de esas con curvas tan cerradas que hasta el volante tiembla.
Estamos ahí. La inteligencia artificial (IA) ya es capaz de imitar una voz al grado de confundir a tu mamá, de injertar un rostro en un cuerpo ajeno con precisión perfecta, de producir un “comunicado oficial” con sellos y sintaxis idénticos a los originales. Qué peligroso.
No obstante, lo que de veras me quita el sueño (y eso que soy dormilón) no es solo lo que la IA puede fabricar, sino lo que su misma sombra puede desmentir, es decir, que lo verdadero sea tirado a la basura señalándolo a la ligera como “irreal”.
Dicho en pocas palabras: sí temo a la mentira hecha con IA, pero temo más que la IA se vuelva la coartada perfecta para negar la verdad. ¿Me explico?
Pienso en un audio que exhibe una extorsión, en una foto que capta a un político con un criminal, en un contrato auténtico que documenta un desvío.
Con la reforma aprobada en San Luis Potosí (con tan solo 10 días de análisis) que tipifica el “uso indebido” de IA para provocar alarma, alterar la paz social, o dañar la imagen de un tercero, creo que nos pone a todos, pero aún más a los que nos dedicamos al periodismo, en un altísimo riesgo de que la primera reacción del involucrado no sea la responder al fondo, sino señalar al mensajero: “Eso lo creó la IA”, y entonces deberá ser el reportero, y no el delincuente exhibido, el que deberá de demostrar que su evidencia no es sintética o artificial, o se va al bote.
Invertimos la carga de la prueba: del hecho al emisor; del culpable al periodista.
No exagero: Artículo 19 ya advirtió lagunas de precisión en conceptos como “alarma pública” o “paz social” (que son ambiguos y propensos a la interpretación) y un riesgo de discrecionalidad que podría alcanzar desde la crítica política hasta la edición creativa.
Es cierto, la iniciativa del diputado Héctor Serrano, incorpora exclusiones para fines periodísticos, académicos, artísticos y de parodia “siempre que no exista dolo y se indique expresamente ese carácter”. Bien intencionado, sí. ¿Suficiente? No, porque el campo de juego queda resbaladizo y no hay árbitro judicial ni peritos especialistas en el tema.
Las modificaciones al Código Penal producto de la iniciativa de regulación a la IA, no define con precisión cómo demostrar el dolo, qué es alarma y, sobre todo, quién y cómo lo acredita.
Byung-Chul Han lo dijo en su libro Infocracia, (que me gusta mucho citar): “vivimos bajo tormentas de datos que no construyen verdad sino ruido”. La información, desanclada de la confianza, se vuelve atmósfera. Y en atmósfera turbia, cualquiera puede gritar “fuego” y llamar a los bomberos, o “deepfake” y zafarse de la comisión de un delito.
Nuestro tiempo es el de la sospecha permanente, la duda como política de Estado.
El tema me recuerda a Orson Welles que lo anticipó en 1938 con La guerra de los mundos: una ficción radial que, contada como boletín, desató pánico.
Hoy no necesitamos actores; bastan modelos generativos, un par de clics y un algoritmo de difusión.
Imaginen —no es ciencia ficción— un boletín “verosímil” de la Sedena ordenando toque de queda; una “conferencia” de la presidenta aceptando una invasión o un “video” de un presunto homicida de un estudiante de Estomatología confesando un delito… (saben a lo que me refiero).
¿Qué tal que el homicida alega que el video que se filtró fue hecho con Inteligencia Artificial? ¿Se va a perseguir al medio que lo difundió? En una de esas, hasta el homicida sale libre…¿Ya me entiende, Culto Público a lo que me refiero, me preocupa, y me da comezón?
La IA escribe el guion; las redes, el miedo.
Ahora bien: San Luis Potosí ya legisló. ¿Hacía falta? Sí. Pero… ¿Así? ¿Tenemos la suficiente fortaleza académica, experiencia profesional y capacidades para fundamentar una legislación sobre esta materia que nos va ganando la carrera? ¿No será esto un acelerón en plena curva?
El que esto escribe, aprendiz de reportero, alcanza a ver al menos tres riesgos que no podemos ignorar:
1) La coartada perfecta del poderoso.
Frente a una investigación sólida, la respuesta fácil será: “es IA”. Si la norma deja ambigüedades, el periodista puede terminar litigando su autenticidad en vez de publicar, y esto puede generar un efecto inhibidor, una autocensura preventiva por miedo a ser acusado de crear “realidades sintéticas”.
2) La puerta trasera de la censura.
Cuando “alarma social” o “paz pública” no tienen parámetros verificables, cualquier pieza incómoda puede ser encuadrada como “desestabilizadora”. Hoy se promete que no; mañana basta un fiscal con prisas o un juez con miedo o a modo.
3) La prueba imposible.
En la práctica forense, demostrar que algo no fue generado por IA requiere peritajes especializados, sellos de procedencia, cadenas de custodia digitales. No los tenemos para temas como la IA ¿Quién los hará? ¿Con qué estándares? ¿Con qué independencia? Si no definimos eso, la balanza se inclina contra el informador.
Ante ello, creo que necesitamos definiciones más concretas, cerradas y taxativas, lo mismo que una “mente culpable” o como dicen los abogados una Mens rea probada, exigir dolo específico: intención de provocar alarma…me-di-ble y no de “sensación” de la misma.
Además, si alguien alega que una pieza es sintética o fabricada, que lo acredite con peritajes de laboratorios independientes (no “peritos de parte” -que además no hay en SLP- a modo).
Los periodistas también tenemos que tener garantías reales y no meramente declarativas.
Efectivamente hay una exclusión en la iniciativa aprobada para el ejercicio del periodismo, arte, academia y sátira, sin embargo, ¿quién garantiza que opere en los hechos, cuando alguien -como dije arriba- nada más porque sienta calor le llame a los bomberos…?
No se trata de negar el dilema —que es brutal y de múltiples aristas—, sino de evitar que la cura mate al paciente. Porque, paradójicamente, la IA que nos amenaza con fabricar mundos, también puede servir para validarlos.
A ver, para Usted mi Culto Público, le comparto dos escenarios de pesadilla y uno de esperanza:
Un “Falso con consecuencias reales”: Un “comunicado” apócrifo de Protección Civil que ordene evacuar colonias. Pánico, saqueos, accidentes. Nadie herido por la IA; todos por la estampida.
Un “Verdadero desmentido como falso”: Un video auténtico que documenta un abuso policial. Los responsables gritan “deepfake”, “IA”, un juez timorato concede medidas cautelares, y el reportero enfrenta proceso. La evidencia muere antes que el delito.
Uno de esperanza: que la norma haga lo que promete: perseguir mentiras sintéticas dañinas, proteger a víctimas (como las 400 estudiantes de Zacatecas) y blindar la crítica. Se puede, si se afina y lo hacemos de forma acompañada y profesional. No a la ligera.
La delgada línea entre vigilar y castigar —permítanme el guiño— no debería cruzarse hacia castigar al que vigila. La prensa, con sus errores y excesos que a veces tenemos (no me subo al púlpito ni tiro la primera piedra), sigue siendo el semáforo en una avenida oscura: si se apaga “por seguridad”, lo que viene no es orden, sino una carambola con trágicas consecuencias.
Cierro con una imagen. La IA es el Orson Welles de nuestros tiempos: puede narrar invasiones que no existen y desmentir revoluciones que sí ocurrieron. La diferencia será si, en San Luis, ponemos reglas claras, peritos que sepan, y un principio simple grabado en piedra: a la verdad no se le pone grillete; a la mentira, sí.
Insisto, si lo hacemos bien, con profesionalismo y sin miedo, quizá esta vez la radio hablando de marcianos no provoque pánico, sino lucidez.
Mañana será el diputado de Morena Carlos Arreola (qué casualidad) el que anuncie el desarrollo inmediato de foros con ciudadanos, académicos, especialistas, periodistas, abogados y otros grupos para discutir, plantear y afinar la iniciativa aprobada. Aunque lo convoque Arreola, ni modo, me apunto.
Nota: Esta columna no fue redactada con IA, sino con MIR (Mi Ignorancia Regular).
Hasta la próxima.
Yo soy Jorge Saldaña.
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Ciudad
Se dispara la violencia familiar en vacaciones; SSPC refuerza prevención
Juan Antonio Villa dijo que los domingos por la tarde son los días que concentran más reportes
Por: Redacción
A unas semanas del inicio formal de las fiestas decembrinas, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) advirtió que los casos de violencia familiar tienden a incrementarse durante este periodo, especialmente después de que los niños salen de vacaciones.
El titular de la dependencia, Juan Antonio Villa Gutiérrez, señaló que cada año se registra un repunte en llamadas de auxilio relacionad as con agresiones dentro del hogar , en gran parte provocado por el consumo de bebidas alcohólicas y otras sustancias.
Villa Gutiérrez explicó que, aunque este comportamiento es cíclico, la SSPC trabaja actualmente desde el área de Prevención del Delito para que mujeres, niñas, niños y ciud adanía en general aprendan a identificar conductas violentas que a menudo se normalizan, como la violencia psicológica o económica.
“El objetivo es inhibir en lo posible el incremento de la violencia familiar”, afirmó el secretario.
El funcionario señaló que no existe una zona específica donde se concentren los reportes, pues la incidencia varía; sin embargo, detalló que los domingos por la tarde suelen ser los momentos con mayor número de denuncias, nuevamente influido por el consumo de alcohol.
La SSPC aseguró que mantendrá operativos y vigilancia reforzada durante las semanas previas y posteriores a las vacaciones decembrinas.
También lee: Saldo blanco y más de 80 detenidos durante el Buen Fin en SLP: SSPC
Destacadas
Propuesta de sueldos policiacos en SLP reducirá actos de corrupción: SGG
La iniciativa sobre los salarios de elementos municipales se presentará antes de fin de año
Por: Redacción
J. Guadalupe Torres Sánchez, secretario general de Gobierno de San Luis Potosí, informó que las autoridades estatales continúan en el análisis y recaudación de información de la iniciativa legislativa para que los policías de los 59 municipios reciban un sueldo mínimo de 15 mil pesos. Esta medida busca brindar mayores garantías a los elementos de seguridad, reducir actos de corrupción e incluso evitar que se filtre información a grupos de la delincuencia organizada.
Para lograr dicha homologación, Torres Sánchez explicó que se han llevado a cabo mesas de seguridad en distintos municipios, donde se dialoga con presidentas y presidentes municipales para conocer su estado de fuerza
y los salarios actuales de los uniformados.Sobre estas reuniones, el secretario señaló que existe una gran disparidad salarial, pues algunos municipios pagan siete mil u ocho mil pesos mensuales, cantidad que consideró insuficiente para garantizar una vida digna.
Por último, Torres Sánchez indicó que la intención es presentar la iniciativa ante el Congreso del Estado antes de que concluya el año, con el fin de que el Poder Legislativo cuente con el tiempo necesario para su análisis.
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