abril 19, 2024

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#4 Tiempos

México de bestias | Columna de Víctor Meade C.

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SIGAMOS DERECHO.

 

La interminable y desastrosa violencia que azota sin tregua a este país ya desde hace décadas se ha vuelto terriblemente cotidiana. Nos han dejado de sorprender las escalofriantes cifras que anuncian los noticieros; ya las vemos como solo eso: cifras que pasan a ser parte de una fría estadística que deshumaniza y no toma en cuenta ni a las familias ni a las personas cercanas de las miles y miles de víctimas. Sin embargo, en ésta vorágine de violencia hecha costumbre, aún es posible sentirse más afligido que el día anterior.  

La semana pasada —por la amplia difusión que tuvieron— nos enteramos al menos de tres casos particularmente desoladores. Primero, el de Wendy, una niña de 16 años encontrada en un canal de aguas negras en el Estado de México y que cuyo ataúd fue cargado por sus compañeras de la secundaria para su sepultura. Segundo, el de Eladio, cuyos restos fueron entregados a su madre en una bolsa negra de plástico por la Fiscalía de Veracruz. El tercero, el caso de Victoria —migrante salvadoreña con visa humanitaria y madre de dos niñas— asesinada por policías en las calles de Tulum, Quintana Roo.

El común denominador en estos tres casos —y en todos los otros que no escuchamos— es, a falta de una mejor palabra, la bestialidad que ha penetrado como la humedad a nuestras autoridades y a la gente que comete estas atrocidades. «Bestial», del latín bestiālis, hace referencia a todo aquello que es propio más de las bestias que de los humanos. De entre todas las posibilidades de tildar a algo como bestial, sin duda habrá notables situaciones en que este adjetivo sea portado con decencia y grandeza. Para México, ese no es el caso. Para México hay que entender lo bestial en su peor acepción.

En el sexenio de Calderón, la bestialidad con que se condujeron las autoridades fue realmente paradigmática. Para su «lucha contra el crimen organizado» se desplegaron a más de 50 mil elementos de las Fuerzas Armadas para realizar labores que corresponden a los mandos civiles. Esa militarización tuvo como uno de sus males un alza sin precedentes en las denuncias realizadas ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos por casos de tortura cometidos por elementos de la policía o de las Fuerzas Armadas. Así, la tortura se convirtió en el método predilecto de investigación por parte de las autoridades, sumado al abuso de la figura del arraigo, que es la detención arbitraria de una persona por un periodo prolongado para investigarla sin si quiera estar vinculada a un proceso penal. El saldo que dejó la fallida estrategia calderonista es bien conocido: más de 70 mil muertos y más de 25 mil personas desaparecidas, además de las miles de violaciones graves a los derechos humanos.

Peña Nieto, en un intento al menos simbólico de dar algún tipo de solución a la problemática anterior, entró en una etapa de firma de compromisos y más compromisos. Se promulgaron diversas leyes, como la Ley General para Prevenir y Sancionar los Delitos en materia de Desaparición de Personas y la Ley General para Prevenir, Investigar y Sancionar los Delitos de Tortura. También, crearon el Sistema Nacional de Búsqueda, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y se firmaron compromisos en diversas convenciones internacionales. Sin embargo, aún considerando todo lo anterior, el número de muertes y de personas desaparecidas siguió al alza.

Por nombrar solo un ejemplo, el sexenio de Peña tuvo un aumento de más de mil por ciento en el número de averiguaciones previas por actos de tortura con respecto al sexenio de Calderón.

Ahora escuchamos en las mañaneras que «ya no hay torturas, desapariciones ni masacres». Ésta pinta para ser, entonces, la etapa de la negación y la frivolidad. Para poner en perspectiva esta ilusa negación, basta con revisar un par de datos. Solo el año pasado, México registró casi 700 masacres. En lo que va del 2021 se han contabilizado más de 80 multihomicidios. La Guardia Nacional, creada con el objeto de «pacificar al país» es el órgano que encabeza las denuncias levantadas ante la CNDH por violaciones graves a los derechos humanos. La militarización del país repunta y las autoridades federales están lejos de convencer —con certezas jurídicas y fácticas, no con retórica— por qué esta vez será diferente a la de Calderón. Dentro del ámbito legislativo, el punitivismo penal también se ha puesto de moda y se ha ampliado exponencialmente el catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa (o sea, arraigo).

La bestialidad no se detiene ni se detendrá con fórmulas mágicas o negando que ésta sigue siendo el incómodo y aflictivo elefante en la habitación. Se necesita replantear en su totalidad el modelo de seguridad. Más urgentemente, se necesitan serios programas de capacitación a los elementos de seguridad, a los Ministerios Públicos y a los impartidores de justicia.

Concluyo recogiendo un par de reflexiones. La primera, sobre el derecho que tienen los vivos a que se respeten sus muertos, escribe el Juez Cançado Trindade de la Corte Interamericana en su voto razonado (cuya lectura recomiendo ampliamente, a partir de la página 92) del caso Bámaca Velázquez vs. Guatemala:  “La negligencia y el irrespeto con los restos mortales de las víctimas —desaparecidas o no— de violaciones de derechos humanos, y la imposibilidad de rehaberlos (…) me parecen configurar un malaise de nuestros tiempos, revelando la espantosa pobreza espiritual del mundo deshumanizado en que vivimos.”

La segunda, sobre nuestras autoridades. Escribe Ugo Pipitone, investigador emérito del CIDE: “Que a nuestros políticos los perdone Dios, si existe y si puede. Nadie más podría.”

Ojalá que se haga justicia y termine el dolor para todas las familias que también son víctimas. De las muchas caras que este país ofrece —sin duda, algunas maravillosas—, este México es también un México de bestias.

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#4 Tiempos

Lo único que nos falta | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Ya no sé que pensar de este San Luis, hemos perdido una temporada que parecía de consolidación, hemos olvidado jugar al futbol, algunos futbolistas simplemente no aparecieron en toda la temporada, ya hemos pasado de todo.

Cuidado, el rival en puerta es un gigante dormido, un Toluca que sin ser brillante como otros, están en la pelea por el liderato general, el equipo histórico que nadie considera grande, visita hoy el Alfonso Lastras.

Toluca solo ha perdido dos partidos en el torneo, por cierto uno, el último, por goleada frente al América, hoy Toluca parece que no busca quien se la hizo, sino quien se la pague, hoy Toluca buscará revancha personal. El cuadro del Edomex es un equipo bien armado, con buena dirección y a pesar de no tener grandes nombres, juega bien, práctico, simple y sabe ganar de local o visitante.

Por su parte, San Luis es una caricatura, es el rival que ya no le gana a nadie, ni siquiera a los que están por debajo de su lugar en la tabla, un equipo que ha perdido mística y que muy apenas sabe a lo que juega. San Luis no solo perdió un torneo, sino que también perdió credibilidad, esta noche solo nos falta perder por goleada.

Repasemos brevemente las peores goleadas de esta franquicia. En el Clausura 2020, el 28 de febrero, Juárez metió 0-3 en la jornada 8 en la cancha del Lastras, afortunadamente ese torneo se suspende en la jornada 10.

En el Apertura 2020, Mazatlán vino y jugando de visitante, barrió 0-5 en la jornada 16 a un San Luis que ya solo peleaba por levantar un poco el orgullo, al menos la gente no lo vivió en el estadio, ya que jugábamos aún a puerta cerrada.

En el Clausura 2021 la cosa fue aún peor, pues Puebla se lleva del Lastras 3 puntos con un 1-4 en favor de la franja en la jornada 15, para rematar en la jornada 17, Pachuca visita y golea 1-5 a una de las peores caras de San Luis con esta franquicia.

En el Apertura 2021, Atlas goleó en su casa a los potosinos con un 2-6 que pudo terminar en peor catástrofe.

Y como olvidar la última y tal vez más dolorosa derrota, 0-5 a manos del América en las semifinales del torneo pasado, justo ahí es cuando se comenzaron a ver las carencias de San Luis, eso que hoy nos tiene preocupados.

Lo único que nos falta es despedir un torneo en el Lastras, pasando vergüenzas, ojalá que Toluca no juegue tan bien como acostumbra. A pesar de que se pronostica una derrota del equipo de casa, que esta no sea compleja, que no se de abultada, ojalá no pase más allá de perder a lo mucho, 3 puntos.

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#4 Tiempos

¡Las cosas buenas que tengo! | Columna de Luis Miguel Dorador

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Un fin de semana sin celular

 

El viernes inició el fin de semana con una exquisita comida en Marengo, por el rumbo de Chapultepec. Cuando se da el encuentro de tres almas que han recorrido existencias juntos y vuelven a la mesa redonda en la que todos somos iguales, la comunicación entre el caballero, el consejero y el escudero, convierten una sesión ordinaria en una cumbre de altos vuelos en la que toooodo se puede lograr.

La sopa de lentejas tiene un sabor especial, pues la tradición nos habla de que alguien fue capaz de hacer a un lado su herencia por un plato de lentejas… ¿Te imaginas cuando además del plato de lentejas recibes el legado que está escrito y destinado para ti? Eso es extraordinario y permite que se comparta la sal y el vino de la mejor uva en un ambiente en el que las señales nos hablan claramente sobre la importancia de mantener activo el lado femenino de las cosas para poder caminar con los pies firmes sobre un piso que no dejará de tambalear en ese sendero que continuarás avanzando con facilidad porque estás consciente de tu esencia.
¡¡¡Gracias Toño y Gracias Mau!!!

Luego de un silencio casi sepulcral de varios días, la noche del viernes recibí una llamada que me alegró el corazón. Cuando pasa mucho tiempo sin saber de alguien que amas de verdad y de repente aparece nuevamente, todo parece tomar sentido y como se dice, te vuelve el alma al cuerpo.
Gracias, Gracias, Gracias….

Con el alma bien puesta en el cuerpo desperté el sábado muy temprano para ir a realizar la selección de cada uno de los ingredientes para cocinar paella y si bien, los pedidos eran suficientes para resolverlo todo de manera sencilla….. me quedé sin gas. Pero cuando sabes cocinar, el combustible es solamente un factor que no debe alterar el orden de los conocimientos para poder obtener el resultado que buscas y lo logramos. En cuestión de unos minutos ya teníamos un fogón improvisado de carbón y la flama dio lugar a la brasa blanca con la que, una temperatura sostenida nos dio el resultado para poder entregar a los clientes sus pedidos a tiempo y en su punto.

Tantos años de convivir con el carbón en la Sultana del Norte y el aprendizaje de su uso y sus formas, adquirido por la generosidad de mis mejores amigos regiomontanos hizo posible el reto y tooooodo salió bien.
¡¡¡Gracias Monterrey!!!
#soypaella

Por la tarde, tuve la oportunidad de encontrarme con un amigo muy querido en el Hermoso Cariñito, por el rumbo de Juan de Oñate, antes de llegar a Carranza. El lugar es súper agradable porque tiene una terraza que permite en estos días de calor intenso, disfrutar de una atmósfera en la que el aroma del café y el puro envuelven la conversación sobre proyectos que pronto se convertirán en realidad. En la música estuvimos acompañados por “El Ipod” que es el seudónimo de un trovador excepcional y de pronto, ya era de noche y buena hora para ir a descansar.
¡¡¡Gracias Luchito!!!

El domingo por la mañana me fui a desayunar a un cafecito que está por Arista, antes de llegar al Jardín de Tequis. Luego de unos chilaquiles con aldilla era prácticamente obligado pasear por ese Jardín que es un verdadero tesoro.

En este fin de semana también sucedieron muchas cosas en otras partes del mundo y el ataque masivo, por la cantidad de armas empleadas por Irán sobre el cielo de Israel fue neutralizado por una respuesta que evitó de manera muy eficaz el derramamiento de sangre, aunque la tensión en medio oriente sube a niveles en los que los ejes del Mundo manifiestan sus intenciones de encontrar la fórmula pacífica de evitar el crecimiento de un conflicto de siglos… esperamos con verdadera intensión que se encuentre una buena solución.

Con el gran entusiasmo de que esta semana que inicia sea una derrama de bendiciones para tod@s, solo me queda decirles:

¡¡¡Ánimo que ya casi es viernes!!!

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#4 Tiempos

El cine todavía | Columna de Carlos López Medrano

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Mejor dormir

 

Debería haber una palabra para describir esa sensación que se tiene al salir del cine después de ver una buena película. Es un ánimo inigualable. Tocas tierra con un nuevo brío. La gente del centro comercial no lo vislumbra, pero eres alguien distinto al que compró su entrada dos horas antes.

Emerges de la penumbra con una membrana renovada. Con ella replanteas tus esquemas (aunque quizá lo olvides al día siguiente tras contaminarte de la rutina). Reconectas con lo que en verdad importa. Es como si una aspiradora le diera un servicio a tu mundo interior con calefacción incluida.

La manida (y estéril) controversia sobre si las series han superado al cine, queda desacreditada por momento así. Por más buenas que las series sean, no ofrecen eso que el cine sí. La intimidad acompañada en la sala. Los rituales previos. El camino de regreso en el que rememoras diálogos, en el que te acuerdas de una persona a la que le hubiera gustado esa cinta, aunque ya no se lo dirás nunca. Un gran plan cuando no tienes planes.

Solo esmérate un toque. La gran pantalla impone sus reglas, exige un mínimo de compromiso de tu parte. No te quedes derrotado en casa, envuelto en una triste pijama mientras comes una quesadilla. No: tienes que ponerte de pie, venir, sentarte con propiedad y luego levantar la cara. Alza la oreja también. Déjate llevar por el celuloide.

Ir al cine es como mirar el mar por un rato. Es una terraza particular, lo audiovisual en su tinta. La máxima expresión a la sombra. Así que haz el favor de no hablar en la butaca, si eres tan amable. Que la proyección se encargue de remover lo que hay que remover en ti. Métete en la burbuja sin pesar demasiado. Estás ante un acontecimiento. No es como esos episodios que te echas de un tirón tirado en la cama con la tableta, ese maratón que alimenta tus vicios.

La fortuna aumenta cuando alguna película añosa se cuela en cartelera y se multiplica el efecto de viaje en el tiempo. Como aquella noche en que presenciamos a Olivia Newton-John resucitar en un cine cualquiera. Los movimientos imperfectos de la cámara mientras ella entonaba «Hopelessly Devoted To You» nos transportaban. Estábamos con ella, en un jardín de pasto recién cortado en Los Ángeles. Eso parecía.

Más de una aflicción se cura yendo al cine. Olvida lo horrendo que es todo allá afuera, en donde no encuentras a Sophia Loren ni a Marlon Brando. Maldice la vida que te aleja de las películas. Y vuelve a ellas. Pese a lo infumable de otra épica de superhéroes y secuelas con carteles chillantes (una producción de más de cien millones ya me da desconfianza), recuerda que ante el embate de las desgracias tienes un refugio en ellas. Un escape de las responsabilidades y un respiro incluso respecto a tu propio hogar. Hay que ir al cine todavía.

 

Contacto:

Twitter: @Bigmaud

Correo: [email protected]

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Opinión