julio 11, 2025

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#4 Tiempos

Los restos: el caso Teuchitlán | Columna de Jorge Saldaña

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Los desaparecidos ya no lo son. Son restos.

Murieron desde el primer día en que se fueron, aunque la fecha en que fueron dejando su par de tenis haya sido otra cualquiera.

Se restaron, de sus casas. Los restaron de la vida. Hoy los contamos, pero no entre nosotros.

Sus restos son los que dejaron allá en casa, en forma recuerdos aquilatados, de abrazos de sus padres, hijos, esposas, maridos, parejas.

Los más afortunados pudieron, seguramente con dificultad, escribir una despedida apurada por el filo de la muerte en una hoja de papel que lo mismo fue despedida, testamento y epitafio.

Eso, los que tuvieron la oportunidad. Los demás se convirtieron en mochilas y tenis. Se convirtieron en alguna prenda desgarrada, igual que el país, al enterarse, igual que las almas de quienes los buscaron hasta encontrarlos. Son guerreros.

Qué irónico que se diga como algo común que a sus familias les genera paz y alivio el saber “dónde quedaron” las víctimas de una guerra que hiere no solo en lo íntimo de sus familias, sino a miles de kilómetros en derredor.

Claro, siempre será mejor haber descubierto el hallazgo que vivir en la incertidumbre día y noche sin saber nada en absoluto de un ser querido, pero de eso al alivio y a la paz, hay mucha distancia.

Al pesar de las familias, hay que añadir el agravio social, “la congoja” generalizada, esa que desde el 5 de marzo fue permeando, poco a poco, en el imaginario del mundo.

Una vez más, México con la noticia salvaje en los diarios del planeta. Comparativas con el holocausto en las redes de todo el globo.

Allá, en el lugar de los hechos, la zozobra y el silencio cobijados en la excusa de la lejanía del sitio, y de las ganas de mejor no preguntar lo que ocurría. Esa ignorancia a conveniencia que genera sordera y ceguera de los avecindados del área.

Para tener idea de lo profundo de la “herida abierta”, como la ha llamado el presidente del senado, Gerardo Fernández Noroña, basta leer la crónica de Pablo Ferri, reportero del diario El País, de España, quien hizo de las primeras notas  al respecto.

Sus textos dieron la vuelta al mundo, y en ellos resalta un dato desconcertante, y es que las autoridades fueron al sitio en septiembre pasado tras la detención de 10 personas y el rescate de dos, sin que encontraran nada de todo lo que hoy se conoce.

¿Además de la sordera y la ceguera local, enmudecieron las autoridades?

Tuvo que ser un colectivo, en su mayoría conformado por mujeres, madres de familia, quienes en un autobús rentado acudieron el 5 de marzo al sitio que encontraron abierto de par en par y plagado de indicios.

Relata el diario Ibérico :

“El mismo horror de la situación, la aparición de tantos trozos de hueso, su hallazgo en hoyos en la tierra, espacios que recuerdan a los que se usan para guisar carne en pueblos de todo el país; las posibilidades que sugiere tal hallazgo, que quemaran ahí a la gente, que los deshicieran. Luego está la ropa, la cantidad de ropa hallada, las fotos de cientos de zapatillas, que muchos han comparado con campos de concentración. Después figura la intuición de las buscadoras, según la cual aquel espacio sirvió además de centro de entrenamiento para reclutas, forzados o no”.

Eso de reclutas, y el forzados, o no, corrobora lo relatado por un testigo que logró -no se sabe como- huir del lugar y de la muerte.

El testimonial incluye palabras como tortura, maltrato, esclavitud y el relato de peleas forzadas, combates a muerte en los que los derrotados terminaban en un hoyo en el que, se presume, se les prendía fuego. Era vivir y morir en el infierno.

¿Quisieron las víctimas, cualquier número final que resulte de las investigaciones, involucrarse en el crimen organizado?

Lamentablemente los estudios y los resultados de investigaciones de la mayoría de los casos arrojan una respuesta positiva.

Y es que los cárteles, enganchan, atraen con falsas promesas a los que primero son voluntarios esperanzados para luego convertirse en esclavos, en sicarios a sueldo, en carne de cañón o solamente en restos.

Las historías de los “por qué” individuales se sigue repitiendo miles de veces, es una ruta en la que se sigue a un espejismo para entrar en arenas pantanosas y movedizas.

La nación, otra vez, se está empapando poco a poco sobre el caso. Esta vez no fue un estallido dramático como en el caso de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa en Guerrero (del que aún con el paso de los años, no se acepta la “verdad histórica”) No, esta vez la narrativa se está contando en capítulos, es un StoryTelling de terror.

La situación obligó a un cambio en la agenda de la presidenta, Claudia Sheinbaum; que pasó de tener una oposición extranjera al tenor de las amenazas libradas sobre los aranceles a México, a tener un frente abierto, otra oposición más delicada, la del malestar interno dado a dosis con las revelaciones de Teuchitlán y que van brotando todos los días.

Son de casa los agraviados por el sobresalto y es el peor momento para tener manifestantes en las calles, por eso se contuvo la discusión de la Ley del ISSSTE. En momentos como este, no hay lugar para un malestar colectivo en las calles.

Específicamente sobre el asunto, la postura presidencial ha sido la de encarar la situación, sin restar ni minimizar, se ha llamado a investigar todos los indicios y las pruebas con rigor científico, no ocultar nada y encontrar la verdad. Así lo ha afirmado la jefa del ejecutivo desde sus Conferencias del Pueblo, un tema recurrente e inacabado por la prensa nacional y extranjera.

Al mismo tiempo, la presidenta señaló a la fiscalía local de Jalisco por no reportar hallazgos en el lugar que se supone investigó desde hace 7 meses. En contraste, al grupo Guerreros Buscadores junto a madres de familias, les bastó una sola visita para dar cuenta, que ese rancho guarda aún muchos más secretos, quizás más restos (algunos reducidos a meñiques y huesos tan pequeños que difícilmente podrán dar muestras de ADN) y una historia que no ha acabado de contarse.

Casos como este, obligan a repasar las cifras: 115 mil desaparecidos y desaparecidas en México. De esos, 15 mil en el estado de Jalisco.

La mezquina oportunidad generada en el centro del agravio público y que ha venido de menos a más generalizándose, también representa una crisis para el actual gobierno como para el que le precedió, por lo que no es de extrañarse que intereses tanto foráneos, pero mucho más locales, estén -en la era de la infocracia y la validación inmediata- operando una campaña virtual (con millones de pesos detrás como también lo denunció la primer mandataria) no para exigir justicia, sino para desestabilizar al país, para manipular a la opinión pública y entregarla al miedo con todo lo que eso conlleva.

El país no se merece tenis sin dueño, ni madres sin hijos, ni autoridades sin competencia, ni verdades a medias, ni oportunistas de una desgracia.

Tampoco se puede juzgar sin tener memoria. Hay que reconocer que la atmósfera idónea para lo que haya ocurrido en Teuchitlán no se creó en 5 meses ni en 6 años. Hay que desenterrar los restos de un pasado desalmado y un presente doloroso y violento.

Urge que no mueran mexicanos y mexicanas el mismo día que abandonen su casa. Urge disipar el espejismo que lleva al pantano a miles de jóvenes mexicanos. Urgen menos tenis vacíos y mochilas que hacen la vez de reconocimiento del cuerpo de un ser querido. Sobran restos de los que una vez tuvieron nombre.

En el contexto local hay que abrir bien por lo menos un ojo. Las cifras de hallazgos por las entidades buscadoras no son para tener tranquilo a nadie, y las contradicciones entre la autoridad estatal y la fiscalía no aportan a la serenidad colectiva; una asegurando que no hay fosas clandestinas, y la otra que no lo descarta insistiendo en que “sigue investigando”.

En México, una mamá todo lo encuentra, hasta tus restos.

Jorge Saldaña

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#4 Tiempos

El tormentoso futuro y sus pronósticos | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

Se llega al inicio del torneo y como siempre, la ilusión, el deseo y un poco de esperanza regresan a los campamentos del fútbol mexicano.
Ya con algunas semanas de partidos amistosos, preparación de pretemporada y contrataciones interesantes, arrancamos con la idea de pronosticar el futuro de San Luis en la liga.

La mecánica es simple, ir jornada tras jornada sumando (cuando lo amerite) los puntos que puede obtener el equipo, para al final hacer una suma e intentar predecir si es suficiente como para pelear por un lugar en la liguilla o no, así que comencemos.

Jornada 1: León (Derrota) 0 puntos
Jornada 2: Monterrey (Derrota) 0 puntos
Jornada 3: Chivas (Derrota) 0 puntos
Jornada 4: Cruz Azul (Derrota) 0 puntos
Jornada 5: Puebla (Empate) 1 punto
Jornada 6: Querétaro (Victoria) 4 puntos
Jornada 7: Toluca (Empate) 5 puntos
Jornada 8: Tijuana (Victoria) 8 puntos
Jornada 9: Santos (Victoria) 11 puntos
Jornada 10: América (Empate) 12 puntos
Jornada 11: Pachuca (Empate) 13 puntos
Jornada 12: Mazatlán (Victoria) 15 puntos
Jornada 13: Atlas (Victoria) 18 puntos
Jornada 14: Pumas (Derrota) 18 puntos
Jornada 15: Necaxa (Victoria) 21 puntos
Jornada 16: Juárez (Victoria) 24 puntos
Jornada 17: Tigres (Derrota) 24 puntos

24 puntos representan una real posibilidad de jugar play in y con ello pensar en llegar a la liguilla. Sin embargo, el pronóstico habla de un arranque muy complicado llegando a sumar alguna unidad hasta la jornada 5, lo cual preocupa para la estabilidad del equipo y su nuevo cuerpo técnico. Un torneo que luce complicado y de adaptación para el director técnico y una base muy consolidada de jugadores que conocen muy bien la liga.

Por el bien del fútbol en San Luis, esperemos que la bola ruede a su favor, que renazca el buen toque de balón y se demuestre que con poco se puede competir, no queda más que esperar y en unos meses hacemos el recuento de lo logrado contra este complicado pronóstico, que comience la fiesta del fútbol mexicano, una vez más.

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Personas como espejos | Columna de Carlos López Medrano

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Mejor dormir

 

Los pasos dados en una mañana cualquiera conducen a uno de esos espejos piadosos en los que uno aparece más guapo de lo habitual, más limpio, más esbelto, casi heroico. La imagen llega como ráfaga: ese instante fugaz en que parecemos la mejor versión de nosotros mismos. Al siguiente paso, otro espejo devuelve ya el reflejo habitual: el rostro cansado, la camisa con esa arruga que antes no estaba, el pelo que ya no da. Así son los espejos: unos nos bendicen con la gracia de un tenista que acaba de salvar un set y lanza un guiño a la muchacha de la tercera fila; otros nos exhiben hasta el patetismo, y no hay ángulo que salve esas ojeras de un sueño perdido o la mancha que jurábamos no llevar puesta.

Entre uno y otro reflejo, se instala la duda: saber si somos el mal reflejo o la estampa bella de aquel aparador, si somos lo que vimos primero o lo que vemos ahora. Si somos el destello o la derrota.

En las relaciones humanas ocurre un duelo parecido. Hay personas que funcionan como espejos benévolos y nos devuelven lo mejor de nosotros mismos, iluminando lo que tenemos de amable, de inteligente, de vivo. Con ellas todo fluye: la conversación, el silencio, el juego de miradas. Traen de vuelta nuestro humor. Su sola presencia aligera la carga del día y perdonamos así el paso de las moscas.

En el ámbito de las relaciones es preciso rodearse de personas que son como los espejos en los que uno se ve bien y que nada complican. Gente que con su paciencia y simpatía ponen en bandeja las sonrisas y alumbran los más elevados sentimientos.

Pero también hay espejos rotos con forma de persona. Espejos manchados que te reducen y desaniman, cual les marca su hebra cochambrosa y su afán por ensuciar lo que les rodea. Sujetos cuya sola cercanía oscurece, reduce. Imanes del infortunio, empeñados en arrastrar a los demás a su fango personal. Su forma inmunda de consuelo.

Famosa es la frase en la que John Keats contaba que la poesía ha de acontecer con la misma naturaleza y espontaneidad con la que una hoja cae del árbol,

y no forzada ni sostenida por andamios y tornillos. Las relaciones humanas de mayor calado fluyen sin tener que desgañitarse. No se gritan, no se empujan: florecen. Como esas novelas que uno lee sin darse cuenta, y al mirar la página ya vamos por la mitad. Tenemos libros que se arrastran (uno nomás no ve la luz al final del túnel) y otros que vuelan.

Vuelvo a mi maestro Jardiel Poncela: aquellas mujeres que no se acomodan a nosotros valen menos que un lavafrutas, aunque sea la resurrección de Friné envuelta en perfume de Le Galion. 

Hay personas que te jalan consigo a su piscina de indecencia; y están otras, las que valen su peso en azafrán, que elevan y de la mano te guían a lo que has anhelado para ti en ratos de dulce vanidad. Son los rayos de sol que se cuelan entre las hojas en la última hora de la tarde.

Los buenos modales siguen siendo la pauta a la hora de definir a la gente de la que me quiero rodear. Aquellos que te alientan, saben escuchar y con los que aún puedes platicar de viejos álbumes.

Recordar, por ejemplo, aquella canción de The Velvet Underground cantada por Nico:

 

Seré tu espejo
Reflejaré lo que eres, por si acaso no lo sabes.
Déjame estar de pie para mostrarte que estás ciego.
Por favor, baja las manos,
Porque yo te veo.
Me cuesta creer que no sepas
La belleza que eres.
Pero si no lo sabes, déjame ser tus ojos,
Una mano en tu oscuridad para que no tengas miedo…

 

 

Contacto

Correo: [email protected]

Twitter: @Bigmaud

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Un encuentro con la tabla periódica: la participación potosina | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

En la sesión del mes de junio de La Ciencia en el Bar se llevó a cabo la presentación del libro Un encuentro con la tabla periódica, ensayos, cuentos y anécdotas, publicado en 2024 por el Fondo de Cultura Económica, dentro de la serie La Ciencia para Todos, en la cual corresponde al número 262. El libro fue coordinado por el Dr. Juan Carlos Ruiz Suárez, investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV) unidad Monterrey y en el cual participaron alrededor de ochenta investigadores del país de varias instituciones educativas y de investigación de los diversos estados de la República Mexicana.

El libro nació de una iniciativa en la conmemoración del Año Internacional de la Tabla Periódica que fuera proclamada por la Unesco en el año 2019; el libro es un recorrido por todos y cada uno de los elementos que conforman la tabla periódica, elementos que son la base para el desarrollo científico y tecnológico de la humanidad. A través de los siglos se han ido identificando estos elementos que al conjuntarse con otros conforman las moléculas y estructuras diversas de la materia y de nuestro universo.

El libro se enfoca en cada uno de estos elementos y es presentado por un investigador de la comunidad científica nacional, sea como un ensayo que acerca al lector al entendimiento del elemento en cuestión y su importancia para nuestra sociedad. Estos acercamientos también se dan, en algunos casos, a manera de cuentos y de anécdotas, tal como se subraya en el subtítulo del libro.

Hasta el momento se conocen ciento diez y ocho elementos, entre naturales y los sintetizados en los laboratorios modernos; la tabla no está cerrada y en años próximos se piensa pueda seguir creciendo con la síntesis de nuevos elementos, si bien, los naturales que son del orden de noventa y dos prácticamente está agotada.

La comunidad científica de San Luis Potosí, también participó en la elaboración de los artículos que conforman este libro encargándose de algunos de los elementos de la tabla periódica. Trece fueron los investigadores de San Luis Potosí que participaron en el libro; figuran así:

La Dra. Mildred Quintana, con el tema, Boro: un elemento primordial en el origen de la vida. La dra. Mildred Quintana es investigadora de la Facultad de Ciencias y del Centro de Investigación de Ciencias de la Salud de la UASLP.

Con el tema: Sodio: la velocidad de aliento, participa el Dr. Braulio Gutiérrez Medina, del Instituto Potosino de investigación Científica y Tecnológica, IPICyT, quien trabaja en sistemas biológicos.

La Dra. Viridiana García Meza, investigadora del Instituto de Metalurgia de la UASLP, que trabaja con microorganismos quimioautótrofos y fotoautótrofos, escribe sobre el Azufre: el elemento oloroso y amistoso del vecindario.

Sobre el Níquel: un duende travieso, escribe la Dra. Vanesa Olivares Illana, quien es investigadora del Instituto de Física de la UASLP y quien se centra en el estudio de interacciones biomoleculares involucrados en el cáncer.

El Dr. Daniel Ignacio Salgado Blanco, investigador del IPICyT, colabora con el tema, Kriptón: el elemento oculto. El Dr. Salgado es especialista en simulaciones moleculares de la materia a escala microscópica y nanoscópica.

El Dr. Pedro Miramontes que es investigador de la Facultad de Ciencias de la UNAM y colaborador como profesor visitante de la Facultad de Ciencias de la UASLP, especialista en evolución biológica en una perspectiva física y matemática, escribe sobre el Rubidio: rojo carmesí.

Por su parte la Dra. Marissa Robles Martínez, especialista en efectos antimicótico de nanopartículas de plata y investigadora del Instituto de Física de la UASLP, trata el tema, Antimonio: contra monjes.

El Dr. Eduardo Gómez García, investigador del Instituto de Física, especialista en enfriamiento por láser de gases a temperaturas cercanas al cero absoluto, escribe sobre el Cesio: el átomo del tiempo.

Sobre el Lantano: el titular de la familia rara, escribe el Dr. Luis Felipe Cházaro Ruiz, investigador de la División de Ciencias Ambientales del IPICyT, que entre otras líneas de investigación trabaja en sistemas bioelectroquímicos y sistemas electroquímicos de conversión de energía.

De la Facultad de Ciencias Químicas de la UASLP y tratando el tema Praseodimio: imita al periodoto, participa el Dr. Miguel Ángel Waldo Mendoza en colaboración con Nancy Araceli Rivera García investigadora de la empresa Greennova.

Vianney Rangel, investigadora de la UASLP y especialista en biofísica, trata el tema Naodimio: en imanes poderosos.

Junto a su colega de la Universidad Autónoma de Zacatecas, Sonia Saucedo Anaya, el Dr. Said Aranda Espinoza, investigador del Instituto de Física, trabajan el tema Gadolinio: excelente en refrigeración, que también desarrolla el tema de Iridio: en honor a la diosa Iris.

Los invitamos que lean el libro en cuestión sobre la tabla periódica que fuera presentado en La Ciencia en el Bar en el cierre de su ciclo número treinta y nueve y previo al vigésimo aniversario de este peculiar programa de difusión.

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