Deportes
Lágrimas de Conejo | Columna de El Mojado
Rudeza necesaria
¿Cuántas personas habrán llorado, al mismo tiempo que el Conejo Pérez, el sábado pasado? El número no lo sé, pero puedo decir que yo sí.
Ver al Conejo enfundado otra vez con el uniforme de Cruz Azul, once años después y que tuviera nuevamente el gafete de capitán, fue una escena que anhelé tantas veces, tanto que fue increíble ver que se realizara. Lo que no estaba en mi plan es que cuando ocurriera, no se pudiera repetir jamás.
El Conejo es uno de mis ídolos desde muy pequeño, a los ocho años de edad, cuando fui por primera vez a un estadio de futbol. Era momento de primeras veces para el portero también, pues aunque su carrera en primera división había comenzado algunos años antes, el torneo Invierno 1997 era su primer campeonato como titular.
No era poca cosa que el Conejo tuviera la titularidad en ese Cruz Azul, porque en la banca de La Máquina había otros dos enormes guardametas: el experimentado Nicolás Navarro y “el inmortal” Jorge Campos.
La fecha de mi primer partido en un estadio fue muy importante en la historia de Cruz Azul: el 7 de diciembre de 1997. Ese día, en León, me tocó estar en la misma cabecera en la que el Conejo hizo los calentamientos previos al partido, lo que provocó que su agilidad llamara mi atención todo el tiempo.
Óscar Pérez tenía apenas 24 años, lo que provocó que, en un arranque de ira durante el calentamiento levantara el dedo medio a la afición leonesa que le gritaba de todo. Ahora suena increíble que no haya pruebas de eso, pero entonces, hace 22 años, no había cámaras en todos lados como actualmente.
Ese 7 de diciembre de 1997 el Conejo fue clave, como todo el torneo, para que Cruz Azul terminara levantando el título de campeón que desde entonces no se ha vuelto a presentar.
Mi idolatría fue creciendo, aunque no volví a verlo en un estadio hasta febrero de 2003, pero en ese lapso Óscar Pérez ya había viajado a una Copa del Mundo como arquero suplente y a otra como titular, además de que había formado parte del histórico Cruz Azul de la Copa Libertadores de 2001.
El Conejo creció con buenas actuaciones y se mantuvo en Cruz Azul tanto en buenos y malos momentos. Soportó incluso una ocasión en la que fue despedido, injustamente, por la directiva que echó a todo el equipo por los malos resultados y luego volvió a negociar sus contratos.
Pero en 2008, Óscar El Conejo Pérez dejó Cruz Azul para no volver jamás. Algunas fallas en el arco hicieron que dejara la titularidad ante Yosgart Gutiérrez y después fuera prestado a otros clubes por muchísimos años más: Tigres, Chiapas, Necaxa, San Luis y Pachuca.
Ya no era más el arquero de Cruz Azul, pero era ya un guardameta experimentado y respetado en todas las canchas del futbol mexicano. En 2008, a su salida de La Máquina, con 35 años de edad, muchos creerían que su carrera estaba por terminar y nadie adivinaría que duraría once años más.
En Sudáfrica 2010 fue convocado a la Copa del Mundo por Javier Aguirre, en un gesto que muchos consideraron como un homenaje a su bril lante trayectoria, pero que terminó dándole al Conejo su segundo mundial en la cancha.
Ser titular le ganó a Óscar Pérez algunos odios momentáneos, pues no era el mejor portero mexicano del momento. Ese mundial, Guillermo Ochoa, tuvo que ver desde la banca los cuatro partidos en esa Copa del Mundo.
En 2011, el Conejo llegó a San Luis. Con 38 años de edad, parecía que podría ser el último club de su carrera. Nunca aproveché la oportunidad de irlo a buscar y en mayo de 2013, cuando la franquicia potosina fue vendida a Tuxtla Gutiérrez, el Conejo también se fue, pero a Pachuca.
Entonces publiqué en mis redes un lamento por mi desidia que evitó siquiera que tuviera una fotografía con Óscar Pérez, mi ídolo. Unos días después, por obra de la casualidad, en medio de un evento laboral me encontré al Conejo afuera del bar de un hotel. Se preparaba para ver la final de ida de la final del Clausura 2013 entre América y Cruz Azul, aquella fatídica en la que perdimos el noveno campeonato en los últimos minutos.
Otra vez, el cambio a Pachuca parecería que le entregaría sólo un retiro tranquilo al Conejo, pero aún así, con más de 40 años de edad, Óscar Pérez siguió siendo factor en la cancha hasta los últimos momentos de su carrera.
En 2016, ya con 43 años, el Conejo tuvo una actuación soberbia en la final del torneo que le dio a él el segundo campeonato de su carrera, contra Rayados. Las atajadas que tuvo durante todo el partido fueron clave para el título de los Tuzos.
Un año después, en febrero de 2017, vi por última vez al Conejo en un estadio de futbol. En aquella ocasión, Atlético de San Luis venció con gol de último minuto a los Tuzos, con una falla en el arco del Conejo. Como fue tradición cuando jugó para San Luis y enfrentaba a Cruz Azul, la parcialidad de sus rivales se le rendía en aplausos.
Par de meses después, anotó un gol doloroso para la parcialidad cruzazulina, pues dejó fuera a La Máquina de la liguilla, con una anotación de cabeza, la tercera de su carrera, pese a ser un portero. Antes había anotado con selecciones menores contra Corea del Sur y contra Tecos, jugando con Cruz Azul.
Parecía que el Conejo solo necesitaba volver a Cruz Azul, para su retiro y lo logró el sábado pasado. Por desgracia, no lo hizo como jugador, sino solo como un homenaje otorgado por el equipo de sus amores.
Por eso, ver al Conejo enfundado otra vez con el uniforme de Cruz Azul, once años después y que tuviera nuevamente el gafete de capitán, fue una escena que anhelé tantas veces, que fue increíble ver que se realizara. Lo que no estaba en mi plan es que cuando ocurriera, no se pudiera repetir jamás.
¿Cuántas personas habrán llorado, al mismo tiempo que el Conejo Pérez, el sábado pasado? El número no lo sé, pero puedo decir que yo sí.
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Deportes
RG2 se coronó bicampeón del Campeonato Nacional Charro 2024
El equipo potosino alcanzó 405 puntos en la Gran Final disputada en la Arena Potosí
Por: Redacción
El equipo potosino RG2 ha hecho historia al coronarse Campeón Nacional en el LXXX Congreso y Campeonato Nacional Charro 2024, realizado en la imponente Arena Potosí, alcanzando el título de Bicampeón Nacional. Ante una asistencia multitudinaria y un ambiente festivo, el escuadrón RG2 ofreció una actuación sobresaliente, alcanzando 405 puntos y demostrando precisión en cada suerte, desde la cala de caballo hasta el paso de la muerte.
El evento destacó por la participación magistral de José Andrés Aceves Aceves, “El Chiringas”, quien cautivó al público con su destreza en suertes clave como los piales, manganas a pie y manganas a caballo. Su actuación fue clave para el triunfo del equipo, que se ha consolidado como una potencia en el ámbito charro a nivel nacional.
La realización de este campeonato en San Luis Potosí fue posible gracias a las gestiones del Gobernador Ricardo Gallardo Cardona, quien se ha enfocado en posicionar a la entidad como un destino líder para eventos de gran calibre. La sede, Arena Potosí, construida bajo la administración actual, no solo ha brindado un espacio de primer nivel para la charrería, sino que también ha contribuido a una significativa derrama económica para el estado.
El éxito del Congreso Nacional de Charrería 2024 reafirma el compromiso de San Luis Potosí con la preservación y promoción de las tradiciones mexicanas, consolidando a la entidad como una de las capitales de la charrería y una sede atractiva para el turismo deportivo.
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Deportes
La Franja que nos Une | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
El Puebla FC, ese emblemático club que lleva en su escudo el orgullo de una ciudad, es una institución que ha tejido una rica historia a lo largo de sus 79 años de vida. Desde su fundación en 1944, “La Franja” ha vivido momentos de gloria, de reveses y de pura emoción.
Todo comenzó en la Segunda División mexicana, donde el Puebla FC dio sus primeros pasos, pero no tardó en demostrar su calidad y ascendió a la Primera División en 1949. Desde entonces se mantuvo hasta 1999, sin descender, pero ese año las cosas cambiaron, un equipo triste que cayó en el infierno a pesar de sus contrataciones anteriores. La misma suerte correría el equipo en 2005, un nuevo descenso y pisotear su historia.
La vitrina del Puebla FC está adornada con cuatro Copas México (1969-70, 1971-72, 1987-88, 1989-90) y una Copa Campeones de la CONCACAF (1991). También ha sido subcampeón de la Primera División en dos ocasiones (1972, 1992).
Figuras como Jorge Aravena, Carlos Muñoz, Ignacio Trelles, Carlos Poblete y Roberto Ruíz Esparza han dejado su huella en la historia del club. Sus actuaciones en el campo han inspirado a generaciones de jugadores y aficionados.
El “Campeonísimo” de 1989-90, cuando el Puebla FC se coronó campeón de la Copa México y la Copa Campeones de la CONCACAF, es uno de los momentos más recordados. También está el histórico partido contra el Cruz Azul en la final de la Copa México 1987-88.
Pero la actualidad del Puebla FC es muy diferente, hoy en su regreso a las canchas, Chepo de la Torre sigue trabajando para intentar volver a los primeros planos del fútbol mexicano, “La Franja” busca con muy poco, alcanzar un lugar en el Play-in de la Liga MX.
Mañana, el Puebla FC se enfrenta a San Luis en el Lastras, un local con aspiraciones muy opuestas a las de los poblanos, San Luis busca entrar directo a la liguilla, algo que está a tiro de piedra pero necesitan ganar de local, si o si.
Sumado a esto, este encuentro puede ser histórico para San Luis, ya que puede romper su récord de puntos en una temporada, desde su regreso a Primera.
Las cosas parecen buenas para los de Torrent, terminar la temporada invicto de local no es un objetivo, es una consecuencia de lo bien dirigidos que están, ojalá el partido de mañana sea el mejor fin de temporada y la fiesta que los locales desean, y no, el festejo del día de los muertos, un saludo cariñoso a la franja.
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Ciudad
Ricardo Cordero y “El Malditillo”, en busca de un récord
El piloto potosino reveló que buscaría romper el récord del francés Pierre de Thoisy, junto con su Studebaker 1953
Por: Daniel Rocha
Ayer, la ciudad de San Luis Potosí fue sede por primera vez en la historia de la última etapa de la Carrera Panamericana 2024, en donde el piloto potosino Ricardo Cordero y su vehículo “El Malditillo” fueron coronados por sexta ocasión como campeón.
Ante esto, el piloto potosino declaró que dejará de competir con su automóvil después de conseguir otros dos títulos, y de esta manera, romper el récord del francés Pierre de Thoisy, quien con 7 títulos es el piloto con más campeonatos de la Carrera Panamericana.
Cordero aseguró sentirse muy orgulloso y feliz de poder salir campeón en San Luis Potosí: “Mucha alegría, estar imaginando aquí a toda la gente, estar aquí con mi familia, a todos y poder compartir con los potosinos está alegría ”.
El automovilista potosino reveló que conseguir su sexta Carrera Panamericana fue un esfuerzo que implicó mucha concentración: “Iniciamos ganando el día en el primer tramo, después decidimos dosificar para cuidar el auto. Las últimas dos etapas fueron de absoluta concentración, sin margen de error. Estoy feliz, agradezco a toda la afición, a mi familia, a mis patrocinadores, y a Marco, mi navegante.”
El ahora seis veces campeón de la Carrera Panamericana volvió a correr en este 2024 a bordo de “El Malditillo”, un Studebaker 1953 de la categoría Turismo Mayor, con el que actualmente se convierten en el equipo mexicano con más carreras Panamericanas en la historia del automovilismo.
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