mayo 8, 2025

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#4 Tiempos

La historia detrás de El Mijis | Columna de Jorge Saldaña

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Tercera Llamada

Para desnudar más allá de la capa de sus tatuajes a Pedro César Carrizales Becerra, ahora conocido como “El Mijis”, y antes de 2011 como “Pedro Piedras”, me parece indispensable, Culto Público, citar la espléndida columna de Carlos López Medrano publicada en octubre del año pasado, en este mismo medio, sobre el personaje en cuestión.

 

Un hombre ya ni tan “chavo banda” que a sus 40 años, con hijos y hasta un par de nietas, sigue desempeñando su papel de niño víctima, primero de las circunstancias de su vida, pasando por adicciones, cárcel y “falsas acusaciones”,  hasta las que le ha puesto enfrente la vida pública, en el que ahora es víctima –dice- de la discriminación, el clasismo y hasta la inseguridad que atentó contra su vida el lunes pasado.

 

Son al menos media docena de ocasiones, en los 5 meses que lleva de diputado y 3 de candidato, en que El Mijis ha denunciado violencia, levantones, ataques, secuestros, amenazas, extorsiones y por último, el más reciente y deleznable ataque armado que sufrió en un camino al oriente de la capital potosina.

 

Inicio pues con la cita a la columna Luces de Variedad, para conocer más sobre Pedro.

 

“El diputado potosino Pedro Carrizales —alias “El Mijis”— ha sido entrevistado por los periodistas más famosos del país. Cadenas internacionales han realizado reportajes laudatorios sobre su figura. Tiene el respaldo del presidente electo (a quien se refiere como “el mero machín”). Gana más de 80 mil pesos mensuales, lo cual lo ubica en el décil más afortunado de la población. La editorial Dharma Books está preparando un libro sobre su vida. Recibió un doctorado honoris causa. Grabó un videoclip rap. Da giras por todo México. Ha sido contactado por la ONU. Sus proyectos obtuvieron financiamiento de la empresa trasnacional Cummins. E incluso ha sido llamado “líder espiritual”.

Pero el Mijis dice ser víctima de discriminación.

Tal es la carta que El Mijis ha sacado cada que necesita defender su postura o cuando una crítica llega a sus pies. Ante la adversidad o la oposición, el diputado local de San Luis Potosí no argumenta ni acepta deslices, sino que es el primero en recurrir a su carácter de foráneo para repartir culpas e instalar la idea de que hay algo personal en su contra.

Pedro Carrizales es protagonista del documental “Dicen de mí”, otro trabajo que lo ensalza como personaje. El armado del documental contribuye a la configuración del mito. En el metraje no se ahonda en el pasado obscuro del ser humano, y se pasa casi de inmediato a lo mucho que ha sufrido. Sus días como cabecilla pandilleril son mostrados como algo lejano, abstracto, inocuo.El propio diputado se nota evasivo con aquellos días. No entra en detalles y simplifica. Se limita a decir que son “errores que cometí como chavo banda”.

El Mijis llora ante la cámara. La mayor parte de los testimonios que aparecen en el documental añaden elementos para erigir la leyenda. Son amigos, académicos e intelectuales que justifican cualquier vacío y que dan acrobacias retóricas para sostener la posición que Carrizales tiene en la arena política pese a su falta de preparación.

Aquello no es novedad. El patrón se repite en cada uno de los espacios mediáticos en los que El Mijis aparece. Minimiza los asuntos que resultan cuestionables sobre su persona y a continuación lanza acusaciones y señalamientos contra quienes considera los opresores, todos esos que han conspirado en su contra. Una marabunta, hay que decirlo, tan torpe que no ha logrado detener su ascenso meteórico en la escena.

La entrevista que le realizó Buzzfeed hace unos meses deja en claro, de nuevo, su estrategia discursiva. A El Mijis le cuesta asumir culpas, así que, entredientes, admite algunas minucias para luego desviar la atención hacia a) lo mucho que ha sufrido o b) los males arraigados a la sociedad, a los que atribuye todo lo infame que pudo haber hecho. Son los demás, no él, los que se comportan de forma nociva…”

Y continúa más adelante el autor de la pieza que tituló “El chantaje emocional de El Mijis”

.

“Él es, encima, el primero en alimentar y sostener su segregación respecto al resto. Viste de forma diferente para no ser vinculado con los demás. Usa la falacia de asociación: como los políticos que han saqueado al país usaban traje, vestir formal es un mal síntoma. Se empuja la idea de que ir en mezclilla y en tenis al Congreso es una especie de muestra de honradez.

Preocupa además el extravío intelectual de la que El Mijis es presa. Lo mismo cita al Che Guevara que a Winston Churchill. Por un lado pugna por la legalización del aborto y los matrimonios igualitarios al tiempo que recurre a la iglesia, máxima opositora de tales medidas, para que bendigan su lugar de trabajo…

Fin de la cita.               

 

Así va por la vida nuestro querido Mijis, faltando a las sesiones, pero acudiendo a Harvard. En público acusando de extorsión, pero en privado apurándose a pagar las deudas contraídas por la fallida gestión de escrituras de la Colonia Juvenil, tal como quedó evidenciado en una llamada telefónica entre uno de sus antiguos representados de apodo “El Azul” y el propio diputado.

Celebra y agradece El Mijis el apoyo que le ha dado de forma sostenida la federación, sobre todo la que proviene del escritorio de Yeidckol Polevnsky, poderosa secretaria nacional de Morena, pero olvida agradecer el apoyo que obtuvo al mismo tiempo de Tekmol, y del PRD, a quienes sirvió como contratista en el pintado de bardas durante las campañas, amarillas o blancas según el cliente.

Por separado, tanto el desaparecido José Luis Romero Calzada, como el PRD, aseguran  que durante la campaña El Mijis cobró a uno y a otro cantidades entre los 40 y 80 mil pesos para que sus cuadrillas pintaran casas y edificios en Soledad de Graciano Sánchez. Luego se fue con el recurso y a ambos les quedó a deber.  Los tiempos coinciden con la denuncia de su secuestro y pago de 400 mil pesos que, dice el Mijis, su familia tuvo que pagar por recuperararlo, la misma razón dio a sus dos contratistas para no reintegrar el dinero que no fue utilizado.

En aquel entonces a Tekmol le aseguró que los Gallardo lo perseguían y a los Gallardo les dijo lo contrario, incluso se recuerda aquella fotografía en la que estuvo dispuesto a cambiar su candidatura alineándose a las filas amarillas. Lo mismo que existen videos del Mijis en casa de Tekmol.

Eso no está denunciado ni anunciado. Esas historias no las cuenta en los noticieros nacionales o internacionales, tampoco en Cambridge. Es tatuaje de los que no se ven, pero se sabe que se llevan.

Total que mucho trabajo tiene la Fiscalía General del Estado en investigar y castigar las amenazas, el levantón, el secuestro y ahora el terrible atentado a balazos que ha sufrido El Mijis en los últimos meses y días.

Ya de pasada, y si no es mucha molestia, también se agradecería que la Fiscalía presentara avances en la investigación del misterioso robo de las firmas (y la botella de whisky) del que fueron víctimas unos días antes de registrarse como candidatos independientes los hoy asesores justamente de Pedro Carrizales.

-Yo ya las tenía todas, todas…pero me las robaron, dijeron en aquella ocasión.

Ojalá que Pedro no espante al lobo, que todo se esclarezca y no sea, como algunos infieren, asuntos derivados de otra mala decisión tomada bajo el influjo de una nueva adicción…a los reflectores.

Cámara Mijis… Hasta la próxima

@jfsh007

 

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#4 Tiempos

Primer poeta potosino, Andrés Diego de la Fuente | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

El matrimonio español, avecindado en San Luis Potosí, formado por el Capitán y Sargento Mayor don Diego de la Fuente Rincón, Alguacil Mayor del Santo Tribunal de la Inquisición en San Luis Potosí y de doña Bárbara Pérez Bocanegra descendiente de don Pedro de Arizmendi y Gogorrón, uno de los que asistieron a la fundación del Pueblo de San Luis Minas del Potosí, procrearon ocho hijos, uno de los cuales figuraría como uno de los primeros humanistas potosinos, Andrés Diego de la Fuente que nació en San Luis Potosí el 30 de noviembre de 1705.

Andrés Diego de la Fuente es considerado el primer poeta potosino. Después de vivir su infancia en San Luis y estudiar sus primeras letras ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús en 1723. Seguiría trabajando en la labor educativa que había asumido la Compañía de Jesús, recorriendo los principales colegios.

En 1730 sería profesor de gramática en el Colegio de Zacatecas; estudiante de teología en el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo en 1732; el 25 de julio de 1734 fue ordenado sacerdote por D. Francisco de Buenaventura, obispo auxiliar de La Habana; en 1735 recibe la Tercera Probación en Puebla; para 1737 era profesor de gramática y filosofía en el Colegio de Durango; el 8 de diciembre de 1740 celebraba su profesión solemne; en 1744 era ya profesor de teología en el Colegio de Durango, ostentando las dotes de ingenio, juicio y letras, como bueno, de suficiente prudencia, de alguna experiencia, de complexión temperada, de talento para todo.

Fue vice – rector y prefecto de salud, en 1748, en el Colegio de Pátzcuaro; en 1749 en el Colegio de León fue consultor y confesor en casa; en 1751 regresa al Colegio de Pátzcuaro como rector; en 1753 sería rector en el Colegio de San Luis de la Paz; luego rector del Colegio de Valladolid en 1756; en 1761 estando enfermo permaneció en el Colegio de Querétaro y para 1767, cuando serían desterrados de territorios españoles los jesuitas, era capellán de hacienda en el Colegio de Querétaro que regenteaba el P. Diego José Abada, que había sido en su momento profesor del Colegio de San Luis Potosí, para luego salir desterrado de Veracruz en “La Dorada”; en 1768 llegaría a Ferrara en Italia, para pasar a Bolonia después de algunos años; el 26 de marzo de 1783 moría en Bolonia, siendo sepultado en la Parroquia de San Donato.

Su inclinación a las letras las ejerció desde joven. Siendo estudiante de San Ildefonso escribió un soneto castellano que se publicó en el libro titulado La azucena de Quito, publicado en México en 1732. Publicó también unos epigramas latinos en 1746 y el logrado poema latino sobre la Virgen de Guadalupe de 1773. Estos poemas han recibido los mejores elogios de estudiosos de las letras en México de los siglos XVIII, XIX y XX

, considerándolo un poeta de altura y una de las glorias de las letras mexicanas para orgullo de los potosinos, lugar donde saldrían magníficos escritores en tiempos posteriores.

Uno de los méritos de Andrés Diego de la Fuente es su empeño en introducir y dignificar en su poema, los temas indígenas y mexicanos. De acuerdo al Padre Peñalosa, en las notas fuera de texto Diego de la Fuente explica algunos vocablos aztecas; latiniza otros en el cuerpo del poema y dedica breve y espléndido elogio a la lengua náhuatl, cuando se refiere a “la manera elegante de hablar que los indios mexicanos acostumbran”.

En su recorrido al destierro, continuó con su obra educativa, siendo rector del Colegio de la Habana, para luego salir de tierras del dominio español y llegar a Italia, lugar donde fueron a residir los jesuitas mexicanos, desde donde desplegarían un importante labor intelectual colocando a México como lugar de importantes contribuciones artísticas y filosóficas.

En la expulsión de los jesuitas, Andrés de la Fuente se encontraba en Querétaro donde era Capellán de Hacienda en el Colegio de la Compañía de Jesús, fue conducido a Veracruz donde se embarcó a La Habana donde fue nombrado rector del Colegio de la Habana y pasó más tarde a Italia, donde falleció en Bolonia el 26 de marzo de 1783 a la edad de 78 años.

Escribió en La Azucena de Quito un inserto en el libro, Imprenta Real del Superior Gobierno de los herederos de la Viuda de Miguel Rivera; en el Empedradillo, año de 1732, un epigrama latino en 1746 que menciona Eguiara y Eguren; y, la imagen de N.S. de Guadalupe. Dedicatoria en versos latinos a la Patrona del Reino de México, 10 de noviembre de 1773.

Oculte el rosicler la Cipria Diosa,
cuando sus plantas en las flores mueve,
que el leve tacto de su pie de nieva,
la flor más pura muere vergonzosa.

No así de Quito Venus amorosa
que, cuando herida con rigor no leve,
en cada gota de rubí que llueve,
nace azucena la que muere rosa.

Una calle en la ciudad de San Luis Potosí de la Colonia Viveros lleva su nombre.

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#4 Tiempos

Variaciones sobre el mismo tema | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

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LETRAS minúsculas

 

Cuenta Simone de Beauvoir (1908-1986) al comienzo de su ensayo Pirrus et Cineas que una vez Pirro, el general, hacía en voz alta proyectos de conquista:

“-Primero someteremos Grecia –decía.

“-¿Y luego? –le preguntó Cineas, el filósofo, que estaba por allí cerca y lo escuchaba con atención.

“-Luego conquistaremos África.

“-¿Y después de África?

“-Después de África pasaremos a Asia, conquistaremos Asia Menor, Arabia.

“-¿Y después? –volvió a preguntar el filósofo.

“-Después iremos a la India.

“-¿Y después de la India?

“-¡Ah! –exclamó Pirro-. Descansaré.

“-¿Y por qué no descansas de una vez?

“Cineas –comenta la novelista filósofa- parece sabio. ¿Por qué partir si es para volver? ¿A qué comenzar si hay que detenerse? Y, sin embargo, si no decido en primer término detenerme, me parecerá aún más vano partir. ‘No diré A’, dice el escolar con empecinamiento. ‘¿Por qué?’. ‘Porque después de eso habrá que decir B’. Sabe que, si comienza, no terminará: después de B será el alfabeto entero, las sílabas, las palabras, los libros, los exámenes y la carrera; a cada minuto, una nueva tarea que lo arrojará hacia una nueva tarea, sin descanso. Si no se termina nunca, ¿para qué comenzar?… Pero en tanto que permanezca vivo –dice Pirro- es en vano que Cineas me hostigue, diciéndome: ‘¿Y después? ¿Para qué?’. A pesar de todo, el corazón late, la mano se tiende, nuevos proyectos nacen y me impulsan hacia adelante”.

Quién tiene la razón: ¿Pirro o Cineas? Quizá los dos: Cineas advirtiéndole que el punto de partida no está nunca lejos del punto de llegada y que no es preciso conquistar el mundo para tomarse un descanso. Pero, ¿cómo descansar sin haber antes conquistado el mundo, es decir, sin haberse  cansado? Pirro, pues, tampoco se equivocaba: no es lo mismo descansar antes que descansar después. Antes, el descanso es pereza; después, es recompensa.

“¿Conoces la historia del napolitano? –pregunta ahora Christiane Rochefort (1917-1998) por boca de uno de los personajes de Les Stances à Sophie-. El milanés lo ve tirado al sol y le dice:

“-¿Por qué no trabajas? Así tendrías dinero.

“-¿Y luego? –pregunta el napolitano.

“-Te comprarías una casa.

“-¿Y luego?

“-Llevarías e ella a una mujer, ascenderías en la escala social, te enriquecerías.

“-¿Y luego?

“-Y luego –dice el milanés- podrías pasar las vacaciones al sol.

“Y el napolitano responde:

“-¡Pero si ya estoy al sol!”.

En este caso nos parece mucho más sabio el napolitano que el milanés, pues éste sólo piensa en el dinero, en una casa con alberca y amplios jardines: en una comodidad, en fin, que aquél ya goza sin tener que molestarse. ¿Tanto trabajo, tanto desvelo para luego tirarse sol? Bien, él ya está al sol,

y no desea sino una sola cosa: que lo dejen en paz.

Si trabajamos únicamente para “ganar”, el napolitano tiene razón. Pero los hombres no sólo trabajamos para “ganar”, sino, ante todo, para ganarnos a nosotros mismos: para que el mundo gane algo y sea un poco más rico con los frutos de nuestra acción. Eso fue lo que se le olvidó decir al milanés: y, por lo tanto, perdió justamente la partida.

Para terminar, he aquí otra historia del mismo tenor. La cuenta Giovanni Papini (1881-1956) en un capítulo de su libro Palabras y sangre. Iba un hombre caminado por la orilla de un río –imagino que sería el mismo Papini- cuando vio a un joven que se disponía a echar las redes:

-¿Por qué haces eso? –preguntó el paseante.

“-Para coger peces –respondió el pescador.

“-¿Y para qué quieres coger peces?

“-Para venderlos.

“-¿Y qué haces con el dinero que obtienes?

“-Compro pan, vino, aceite, vestidos, zapatos y todo lo demás.

“-¿Y para qué compras todas esas cosas?

“-Para vivir.

“-¿Y para qué quieres vivir?”.

He aquí una pregunta realmente filosófica: “¿Para qué quieres vivir?”. Una vez que hemos respondido a esta pregunta y sabemos la respuesta, nuestro obrar tendrá sentido, pero únicamente hasta entonces y nunca antes.

El pescador se quedó callado. Y como no supo qué responder, se limitó a decir: “Para pescar”. Ignoraba para qué hacía, en el fondo, lo que hacía. Su vida era un círculo vicioso, un malentendido. 

“¿Para qué quieres vivir?”. Es preciso responder. Y sólo hasta que lo hagamos también nuestro descanso formará parte del plan, y tendremos paz. Nuestro corazón no nos acusará de haber gozado de una tarde libre, ni nos reprochará por habernos tomando unas breves vacaciones. Seremos, entonces, los hombres más sabios. Y también los más tranquilos. 

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#4 Tiempos

Algo raro | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Esta semana que termina se ha hecho oficial la salida de Domènec Torrent de la dirección técnica de San Luis. Las razones no son muy claras y, como siempre, los rumores abundan. Unos dicen que fue falta de acuerdo económico, otros la falta de refuerzos, algunos incluso piensan que fue una salida pactada para firmar con otro equipo de la liga. La razón verdadera solo ellos la saben y solo ellos podrán hablar (cosa poco probable) si así lo quisieran.

Pero más allá de la salida del técnico español, algo raro pasa al interior del equipo. Y es que no solo el constante cambio de técnicos que no han hecho malos papeles como Jardine, Leal y ahora Torrent, sino que también han desfilado jugadores que de una u otra forma deciden deslindarse del equipo.

Unaí Bilbao es uno de esos que pidió salir, un jugador emblemático del cuadro potosino que de hecho sentó raíces en tierras potosinas. Muchos pensábamos que se quedaría por largo tiempo en San Luis, ya que después de su paso por Necaxa, regresó para una última temporada con los potosinos.

Abel Hernández, internacional con Uruguay, se marchó apenas meses después de haber firmado con San Luis. Jugó 35 partidos y anotó 11 goles. Si bien no es una gran marca, sí dejó algunos buenos recuerdos en la afición, como aquella voltereta a Pumas donde en el Lastras anotó 3 goles para el triunfo 3-2.

Cristiano Piccini, el italiano, decidió terminar abruptamente su contrato, según declaró, por sentirse en deuda con el equipo y para dejar su puesto para otro extranjero, mismo que nunca llegó. A pesar de las lesiones, Piccini siguió su carrera en Suiza, donde prefirió estar en lugar de San Luis.

Frank Bolí, delantero de interesantes características, con un ritmo semilento provocaba oportunidades de gol debido a la velocidad con la que normalmente se marca en el fútbol mexicano, jugó 28 partidos con San Luis, donde marcó 9 goles, siendo su tercera mejor marca con un club. Al final, el de Costa de Marfil se fue y mucho se dijo que respondía a un tema familiar y la poca adaptación al idioma y la cultura.

John Murillo, más allá de los problemas extracancha que tuvo el venezolano, su rendimiento no es tan cuestionable, al menos en número, jugando 87 partidos en las dos etapas que tuvo en el club, anotando 8 tantos y dando 7 asistencias. Si bien Murillo no era la solución del equipo de Torrent, sí es un jugador más que decidió alejarse por su cuenta de las filas del San Luis.

Interesante y raro, estos son solo algunos de los jugadores que se han ido del equipo bajo “razones extrañas”. Se dice que han pedido salir, y hasta han renunciado a sus contratos vigentes. Cada uno de ellos sabrá los reales motivos para terminar lejos de la institución. Sin embargo, esto solo nos pone a pensar si dentro del equipo existe algún tipo de presión, cláusula no pública o simplemente no muy buenos tratos como para que los jugadores se vayan de la noche a la mañana. Una ciudad que históricamente recibía a los futbolistas para quedarse a vivir aún incluso después del retiro, hoy ha sido solo trampolín o paso para los antes mencionados. Muchos se quieren ir de San Luis.

Foco de atención para con la afición, algo raro puede estar pasando dentro del club, pero tiempo al tiempo, la gente de San Luis solo pide un equipo competitivo con jugadores que se arraiguen a esta tierra, potosinos, nacionales o extranjeros, da lo mismo, pero para la afición es importante que los jugadores quieran esta tierra y se acostumbren a defenderla con orgullo deportivo, al final esa tendría que ser la identidad que esperemos podamos recuperar algún día, a pesar de los pesares.

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