abril 1, 2023

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#4 Tiempos

La gastroanomia | Columna de León García Lam

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VOLUTA

 

Sí usted me hizo el grandísimo honor de leer la columna pasada, recordará que hablaba del patrianomio. La anomia, le explicaba, es el malestar social, la enfermedad de la cultura, el COVID de las instituciones, que se genera cuando los propósitos no se cumplen. Por ejemplo, si una madre o un padre de familia trabajan mucho, es buscando que a su familia no le falte nada, pero si por este motivo, el padre o la madre trabajan tanto que dejan de atender y estar con sus hijos, pues se echa a perder todo: trabajo, tiempo y familia. El despropósito total.

En nuestro contexto potosino pululan los ejemplos de instituciones anómicas. Lo reto a hallar una institución que cumpla medianamente con el fin para el que fue hecha. Yo solo he dado con una de la que hablaré otro día (10 letras, empieza por T y repite cuatro veces una misma vocal).  Por lo pronto, me vienen a la cabeza hartos recuerdos de casos escandalosos de fiscalías, iglesias, partidos, legislaturas, asociaciones civiles, medios de comunicación y escuelas en donde cunden los despropósitos y los efectos contraproducentes, o sea que logran a cabalidad exactamente lo opuesto de su misión.

Pero de lo que quiero hablar es algo que ocurre a la hora de la comida. Se trata de la pérdida de patrimonio gastronómico, culinario y nutricio que debiera considerarse un rasgo alarmante de nuestra sociedad. Esta reflexión no es mía, sino una argumentación que Miguel Iwadare expone a través de una plática al respecto y que yo tuve la fortuna de organizar para mis estudiantes. Tan impresionado quedé con la propuesta de la gastroanomia que escribí la columna del patrianomio de la vez anterior.

La primera cuestión es que la comida no es simple digestión de nutrientes orgánicos. No se trata solamente de meterse los tamales al cuerpo o de llenar el vacío de las 11.45. Sino que la comida es alimento de significados. Fíjese bien y se dará cuenta que solo Hannibal Lecter cocinaba para sí mismo. Generalmente, cocinamos para los demás: los guisos tienen como remitente a alguien cercano y querido. Cocinar significa querer agradar, cuidar, comer con alguien implica compartir y cada alimento incorpora emociones y significados al cuerpo.

La segunda cuestión es que los saberes y sabores de la cocina de nuestras abuelitas están en riesgo de perderse

(si no es que, como en mi caso, ya se los llevó el xoloescuincle del más allá). No sólo eso, también se pierden las maneras de mesa y los valores y significados que la comida transporta de generación en generación. Los valores, no solo se transmiten con regaños y chanclazos, sino sobre todo se pasan a través de la comida. No vaya usted a creer que ese plato que le ponían en la mesa nomás eran fideos … no, se trata de un sofisticado artilugio mediante el cual las madres de familia transmiten valores, reglas y sentimientos:

-Mamá, es que está muy caliente…

– ¡Te lo comes!

Y así, uno aprende a aceptar que lo que hay, es un lujo.

Tampoco piense que esa mesa llena de chavillos gritando y peleándose por la última concha era simple caos cotidiano, sino toda una escuela de convivencia, en donde a punta de zapes, gritos, y llanto con mocos, las personas aprenden a compartir, a respetar y a disentir. Es probable que, en escenarios como estos, en una mesa donde se comparten alimentos, los políticos de antes aprendían a aceptar sus derrotas.

¿Por qué le digo que estamos en medio del apocalipsis gastroanómico?

Porque los sabores y saberes de las cocinas se dejaron de transmitir. El molcajete pasó a ser una licuadora que ya tampoco se usa por falta de tiempo. Los frijoles dejaron de cocerse en la casa y ahora se compran por botes al igual que la salsa. Las tortillas ya ni son de maíz. La mayor porción de alimentos está industrializada y, en el fondo de esto, está el hecho de que muchas personas comen solas. Comer solo, es la peor manera de alimentarse y la mejor manera de agravar los problemas sociales (entre ellos, la salud).

Lo saludable es cocinar y comerlo con las personas que se quiere en la mesa de la casa. Cualquier cosa que sustituya esta tendencia es poner en riesgo nuestro ser social y corporal.

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#4 Tiempos

Crisis del agua: caso Aguas del Poniente | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

Culto Público, hijos de mis viernes de Dolores, los saludo luego de comer sirena en el desayuno.

Como ya lo sabemos, viene para San Luis y la Zona Metropolitana un golpe seco, una “crisis del agua”, y un verano peligroso.

Si nuestra ciudad fuera una vecindad la situación sería la siguiente: se vació el aljibe, se descompuso la bomba, no hay agua en el tinaco, se rompió la tubería y los vecinos con más billete no han pagado su recibo. No hay de otra… a agarrar cubetas y acarrearla. Tal cual.

El problema que estamos enfrentando es complejo, y se fue formando como la corona, espina por espina.

Una de esas espinas, para entrar en materia y desdoblar el asunto entre lo jurídico, histórico, legal, económico, político, y sobre todo, social que significa, se llama “Aguas del Poniente”.

Desde aquella caliente, caldeada y empujona sesión de cabildo de diciembre del 2008, un grupo desarrollador logró con 12 de 15 votos, obtener una concesión para conectar, distribuir y cobrar el agua potable en un extenso polígono de la zona poniente de la ciudad.

Aquí les dejo el mapa para que nos demos una mejor idea:

Desde entonces, Aguas del Poniente es el “casi algo” de todos los que viven en toda esa zona.

El principal beneficiario de aquella polémica y espinosa decisión edilicia, como todos lo sabemos, es hasta la fecha el ingeniero Carlos López Medina, el buen “Chato López” (yo ya casi no le digo “dueño de media Ciudad Peluche” porque no está bien andar de chistoso y de grosero).

¿Pero por qué digo eso de que Aguas del Poniente es un “casi algo”?

Lo digo porque así como mi ex (jaja es ejemplo no lo tomen literal), Aguas del Poniente tiene todos los privilegios de ser, todas las libertades de no ser y además… paga mal.

Les explico un poco más fácil: aunque Chato López es el que parte, comparte, salpica, contrata, cobra y trata todo lo que tenga que ver con el líquido vital en esa zona, es fecha que no tiene concesión. Es, pero no es.

Es decir que si fuera taxi, Aguas del Poniente andaría circulando sin papeles, pero cobrando los viajes.

Si fuera estación de radio, estaría transmitiendo y cobrando los comerciales pero sin título que lo avale.

Si fuera doctor, andaría operando sin título.

Basta darse una vuelta en la página de la empresa para que usted verifique que no existe el título de concesión y que en su lugar se ha publicado el acta de cabildo de aquel lejano 2008.

Pero viene la contraparte ¿El Chato entonces además de cobrarle a usted, no le paga ni un peso al Interapas?

No, y no porque no quiera sino porque no puede. Ninguna autoridad municipal, desde Victoria Labastida, Mario García, Ricardo Gallardo Juárez, Xavier Nava… previeron en su ley de ingresos, el poder cobrar la parte de la contraprestación que debió ingresar al ayuntamiento desde que Aguas del Poniente “disfruta” de su concesión (que no le han dado…).

Por eso le digo que es un “casi algo” y muy paradójico: Si cobra pero no puede pagar, si es la empresa operadora en la práctica, pero no tiene el título jurídica y técnicamente.

Sobre las cifras que se deben, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí hace unos años realizó un estudio al respecto resultando que Aguas del Poniente ha tenido un impacto en contra del Interapas de unos 290 millones de pesos. No obstante hay algunas interpretaciones que nadie se ha molestado en tomar en consideración, y hay otras voces, incluidas las del propio Chato López, que hablan de un adeudo de apenas unos 6 o 7 millones de pesos y nada más.

Ni ese gato tiene tres pies, ni el olmo da peras, ni lo que es parejo es chipotudo:

Si las autoridades municipales no han querido cobrar a Aguas del Poniente, es por “prudencias” y tamices políticos y no necesariamente con el empresario López Medina, sino con los habitantes de su fraccionamiento.

¿Alguien quiere un pleito con ellos al dejarlos sin agua de la noche a la mañana?

¿El propio Interapas, tiene la capacidad para en un parpadeo, cambiar las tomas de toda la plaza, todo el fraccionamiento y todo el polígono para hacerse cargo del servicio?

-Si el Chato no ha pagado no es porque no quiera, es porque simplemente el “limbo” jurídico se lo permite

-Si para Aguas del Poniente, la deuda es tan poca, el agua no es negocio y le ha dado tantos problemas, pues que se desista de su concesión y listo.

En diciembre se vence técnicamente el término de la misma, aunque se dice que jurídicamente se puede pelear un año y medio extra porque no se disfrutó por completo durante los 15 años establecidos… insisto: si da tantos problemas y no es negocio, pues como para qué pelearse para sostenerla (entre comillas).

Aquí, una observación importante: Aguas del Poniente no es el único deudor ni el único concesionario.

En próxima entrega le podré contar por ejemplo, de la concesión que disfruta el Club Campestre de Golf, que desde 1994 no paga un solo centavo de agua ni tiene por qué hacerlo gracias a los privilegios que les otorgó en su momento el alcalde Mario Leal Campos.

Los vecinos del Campestre pagan a la asociación de colonos y san se acabó. Para ellos nada de sufrir por agua y ni quien se atreva a verificar si su planta tratadora efectivamente siga funcionando y cómo.

También es tiempo de que analicemos el tema de los fraccionamientos como Villa Magna, que se vendieron con la promesa de “agua gratis” (literal en el contrato) y hasta hace apenas muy poco se quieren regularizar en condiciones ventajosas para los desarrolladores y en contra de los intereses de los vecinos que compraron de buena fe.

El fraccionamiento La Vista tampoco reporta un peso, usa su propio pozo y cobra su propia agua.

La mega plaza comercial The Park en periférico sur, que está a unos meses de inaugurarse, tiene la autorización (gracias Xavi Nava) para una sola toma para cientos de locales y viviendas… una sola toma.

En fin (jaja me sentí Armando Acosta pero brincos diera yo) la lista negra del Interapas, el nombre de todos los creadores de los más de mil 190 millones de pesos de deuda, estará pronto en mis generosas y hábiles manos.

El alcalde Galindo hasta la fecha, ha sido muy cortés para revelar con nombres y apellidos a las personas y empresas que han generado durante años un hueco profundo en las finanzas del organismo, sin embargo el que esto escribe no se distingue por ser necesariamente prudente ni discreto y tarde que temprano la solicitud de información al respecto tendrá que estar en mi par de manos favoritas.

Por último, ¿El dinero resolverá la crisis del “golpe seco” que se avecina? No, y lo he dicho en varios formatos: el dinero no produce agua, pero exigir a los privilegiados que no pagan por un servicio que sí tienen, por lo menos genera justicia para los no privilegiados que sí pagamos, pero no tenemos.

A los hijos de mis orientes, nortes y sures de todas las colonias y barrios, es decir al “infelizaje” (Serrato Dixit)

¿Nos perdonan un solo peso, tengamos o no tengamos agua? A nosotros ni una concesión chiquita…

No se vale, todos vivimos en la misma vecindad.

Hasta aquí en apuntes de viernes mi querido y Culto Público, debo ir a ensayar la coreografía de la canción “Soldado del Amor” porque la voy a bailar como desenfrenado mañana en el concierto de Mijares con el que se inaugura el Festival San Luis en Primavera en Fundadores.

Atentamente,

Jorge Saldaña.

BEMOLES

ESTAMOS DE MODA

Me cuentan que en el Tianguis Turístico de la CDMX, San Luis Potosí destacó fuerte. El stand del gobierno estatal atendido por la secretaria Aurora Mancilla, fue uno de los mas socorridos y se hicieron por lo menos 20 acuerdos con estados y con operadores. El stand de la capital llamó mucho la atención por llevar una muestra de la Procesión del Silencio, acto que generó buenos resultados y expectativas. #BuenosVientos

AMD

Con mucho profesionalismo, apertura y madurez, por fin en SLP se conformó una asociación de dueños y directores de medios de comunicación. Celebro y agradezco la iniciativa y sus objetivos. No hay intervención editorial entre sus miembros sino respeto, no hay cables cruzados ni mezquindades. No hay correas, hay oportunidades de dignificar y modernizar al siempre generoso y audaz gremio. #LargaVida

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#4 Tiempos

Guillermo Sheridan en aeroplano | Columna de Julián de la Canal

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Sin reparos César Huerta califica de aviador universitario al sr. Sheridan (pinchar aquí y aquí); y si aviador, corrupto, como concluye el acusado mismo. La epatante condición aviaria no operó como impedimento para representar un astracán limitado a una escena: un presunto corrupto (sr. Sheridan, “profesor” de la UNAM) acusa de corrupción a otra presunta corrupta (sra. Yasmín Esquivel, “egresada” de la UNAM). Al humor proverbial del “proverbial escritor” se agrega el del rector de la Universidad. El Dr. Graue, oftalmólogo pero anestesista de closet, declara con la somnolencia que amerita la peripecia: “el prestigio de nuestra institución no será empañado”. Da la impresión de que nadie se resiste al sentido del humor del sr. Sheridan, tampoco el sr. rector. Para restituir el lustre institucional, el Dr. Graue considera muy íntegro y honesto que un presunto corrupto denuncie a una presunta corrupta en que lo relevante es que se examine el caso de la presunta corrupta y no el del presunto corrupto. Con británico sentido del humor, el rector expulsó de la UNAM a la directora de tesis de la sra. Esquivel, pero hace mutis por el foro en relación con autoridades del Instituto de Investigaciones Filológicas que toleran hoy como ayer la presunta corrupción del sr. Sheridan consistente en ausentarse de manera habitual del lugar de trabajo. (No es alegato aducir estrategia para deshacerse del humorista excusando comisión de servicios en el cálido gremio de escritores siempre huérfano de risas). Sospechas que contaminan en proporción a los integrantes de los comités dictaminadores del Sistema Nacional de Investigadores de Conacyt. Se estima inverosímil que alguien que no imparte clases, ni dirige tesis, ni forma parte de órganos colegiados, pertenezca al SNI según estipula su reglamento que consigna además que no hay excepciones.

Todo indica error de cálculo. Se atribuye presunción de virtud al sr. Sheridan, pero la motivación para la denuncia se antoja política, sin descartar provecho económico, con pretexto académico. Equipado con su cordial modestia, el presunto aviador-corrupto debió de pensar que a la brevedad el asunto quedaba resuelto, pero en realidad añadió una abolladura más al latón de su maltrecha carrera construida sobre evidencias de fraude. Sin embargo, el pretexto se transformó en plétora y la Universidad atrajo la querella. El comité de ética de la UNAM o bien subestimó a la magistrada considerando que no maniobraría a su favor ya que sus cuarenta años de experiencia profesional eran insignificantes ante la falta original del plagio de tesis, o bien conjeturó también presunción de virtud. Sorpresivamente se impuso la experiencia de la sra. Esquivel al solicitar un amparo judicial en defensa de sus excesos. Confesión de parte, pero también declaración de intenciones.

En ambos casos esa presunción de virtud condena a la Universidad. La astracanada se levanta como niebla densa alrededor de la institución. La UNAM opera como estado dentro de otro Estado, república de plastilina dentro de la República de México, sin otra ley interna que la que conviene, mientras los que deben asegurar su cumplimiento se hacen de la vista gorda a diario sacudiéndose el sopor a golpe de titular. Un juez otorga un amparo a la sra. Esquivel que la Universidad debe acatar porque la República está sobre la república y el Estado por encima del estado. El comité de ética se excede al comunicar que respetará el fallo judicial porque solo cabe acatamiento al fallo judicial. Sin embargo, hay pruebas fehacientes de que el sr. Sheridan es presunto aviador-corrupto desde hace lustros, conflicto acerca del que la UNAM tiene competencias de actuación. La complicidad del silencio es determinante para el aparato académico que forma parte de la corrupción. Impunidad es la palabra decisiva.

La tediosa soberbia del sr. Sheridan es irrelevante pero no mezclada con impunidad. Dedica varias entregas de su columna a dar seguimiento al asunto Esquivel, aconsejándole con inédita generosidad y dosis copiosas de humor diferentes opciones a fin de enmendarlo. En ningún momento el sr. Sheridan ofrece seguimiento a sus propias irregularidades a fin de enmendarlas. Es más sencillo que la sra. Esquivel escriba nuevas tesis a que el sr. Sheridan subsane décadas entretenidas en acrobáticos bucles etéreos al margen de sus obligaciones profesionales.

Para la Universidad hay corruptos y corruptos: no es lo mismo la corrupción de un presunto corrupto que la de una presunta corrupta. (Alivia saber que la Universidad ya tiene baños exclusivos para uso de variedad de sexos y géneros). Quizás la distinción restituya el prestigio pero no parece porque ese prestigio vive preferentemente en el discurso frente a la cotidiana corrupción institucional. Muestra de su sentido del humor, el “proverbial escritor” informó que no consiente que nadie desprestigie a la UNAM, “eso sí que no”. Hay que convenir que no necesita ayuda.

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#4 Tiempos

Sin romance | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

La “nueva” selección mexicana dio sus dos primeros partidos; en los números, las cosas no suenan mal, una victoria y un empate, clasificados a las finales de la liga de naciones. Pero cuando comenzamos a entender que fueron contra rivales de victoria casi obligada, es cuando las cosas comienzan a preocupar.

Diego Cocca no es un técnico que se caracterice por ser espectacular: el argentino es un técnico de mucho orden, de pocas llegadas, de transiciones cortas y mucha posesión en su propio campo, al menos así lo hacía con Atlas, equipo que lo catapultó a la selección.

El equipo nacional, tiene pocas alternativas para cambios a elegir, parece que Diego solo da continuidad a un proceso ya iniciado en los últimos meses de Martino. Esto, no es algo malo, pero sí es desesperante y complicado para los jugadores.

El mal resultado en el mundial, cobra facturas como la del domingo pasado en el Azteca.

México jugó mal sus dos partidos, errores increíbles en todas las líneas, jugadas que no terminan así sus integrantes cuando están con sus equipos, goles casi cantados que se fallan frente al marco, pases que no conectan, coberturas mal hechas, en fin, un verdadero catálogo de errores e imprecisiones, que dieron como resultado, un par de juegos para el olvido de selección nacional.

El público en el Azteca abucheó a la selección. No es difícil entender las razones, el descontento no es nuevo y viene desde los últimos meses de estancia de Martino; a pesar de todo, y aunque el Tata ya no está en selección, los pocos cambios en la plantilla, hacen que la gente tenga muy poca paciencia y exija el cambio generacional que en algunas posiciones, no es razonable.

Pero calma, hay tiempo para reencontrarse y comenzar el romance, falta mucho camino de lo que puede ser histórico (para bien o para mal) de México en un mundial.

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Opinión