#4 Tiempos
La botánica que estudió la vegetación potosina | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Recibimos este año con una lamentable noticia: la muerte de la científica Graciela Calderón Diaz-Barriga. Aunque el acontecimiento pasó desapercibido para la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, con su muerte la institución está de luto. Graciela Calderón participó de manera activa en el programa académico de investigación que inauguraba la UASLP en el rectorado del Dr. Manuel Nava Martínez en la década de los cincuenta.
Graciela Calderón fue uno de los personajes que participaron en la institucionalización de los trabajos de investigación en la UASLP que iniciara el Dr. Gustavo del Castillo apoyando el programa académico del Dr. Manuel Nava, con el apoyo de varias instituciones educativas del país que se encargaban de pagar los sueldos de los investigadores. Esta pléyade de pioneros, fundarían la revista Acta Científica Potosina. Entre estos investigadores se encontraba Graciela Calderón que apoyaba el trabajo de investigación de Jerzy Rzedowski Rotter a la postre su esposo, importante científico que sigue dando brillo a la biología mexicana. De todos ellos Graciela Calderón no percibía ningún sueldo por su trabajo el que realizaba de manera desinteresada por el amor a la ciencia y a su esposo, ejemplo del trabajo romántico que suele presentarse en ciertas áreas del conocimiento.
Junto a su esposo Rzedowski fundaron el Instituto de Investigación en Zonas Desérticas, cuyo espacio de trabajo se encontraba en el edifico que estaba situado en la esquina de las calles Álvaro Obregón y Damián Carmona, a un costado del edifico central de la UASLP; dicho edificio ahora es una tienda de telas.
Graciela Calderón nació el 14 de julio de 1931 en Salvatierra, Guanajuato, ingresó a estudiar biología en 1949 en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) del Instituto Politécnico Nacional. En 1954 recibieron la invitación para trabajar en la UASLP, inmediatamente estaba recorriendo los desérticos alrededores de San Luis Potosí enamorándose Graciela de la vegetación potosina y comenzó a elaborar su tesis, bajo la dirección del Dr. Federico Bonet sobre “La vegetación del valle de San Luis Potosí”, realizando las exploraciones tanto en camión público o en su propio automóvil viejo, ante la falta de recursos económicos para su trabajo, situación que imperaba en la universidad y que sus escasos investigadores recién llegados a la UASLP conseguían en otras instituciones como la UNAM en el caso de Rzedowski, que incluso les prestó un jeep para su trabajo, o de Petróleos Mexicanos y del Instituto Nacional de la Investigación Científica en el caso de los físicos.
Graciela Calderón compartía el trabajo en el laboratorio con las exploraciones botánicas en el valle desértico de San Luis Potosí. En 1957 se tituló al presentar su trabajo en la ENCB que fue galardonado por el Gobierno de San Luis Potosí con el Premio Francisco Estrada de Investigación Científica. Su trabajo de tesis incluyó un catálogo de la flora del Valle de San Luis Potosí, con un total de 759 especies, incluyendo plantas domesticadas y arvenses (plantas que crecen en los sembradíos), algunas se encuentran en el herbario de la UASLP. Su tesis fue el inicio del trabajo que realizarían Rzedowski y Graciela Calderón a lo largo y ancho de todo el estado de San Luis Potosí de donde surgiría la tesis de doctorado de Rzedowki que defendería en 1961 en la UNAM.
En el número inaugural de la revista Acta Científica Potosina publicado en septiembre de 1957, Graciela Calderón publicó junto a su esposo Rzedowski el largo artículo: Notas sobre la flora y la vegetación del Estado de San Luis Potosí, la vegetación a lo largo de la carretera San Luis Potosí-Rioverde.
En 1958 el grupo de investigadores que nucleaba el trabajo académico de la UASLP, dejó la universidad a la muerte del Dr. Manuel Nava ante las presiones a sus respectivos trabajos. Graciela y Jerzy partieron a Francia para aprender métodos de investigación fitosociológica y a su regreso a México se instalaron en la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo. Desde 1985 se instalaron en Pátzcuaro al frente del proyecto Flora del Bajío y de Regiones Adyacentes.
Graciela Calderón recibió el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Autónoma Metropolitana en el año 2010, y lo que Graciela Calderón consideraba el gran honor botánico, la denominación de dos géneros y 11 especies de plantas en su nombre, los géneros son: Graciela y Gracielanthus.
En el año 2011 platiqué con ella y su esposo Jerzy; de su experiencia en San Luis nos contaba: “Las jornadas de trabajo de campo, eran a veces verdaderamente muy cansadas, por lo menos yo me sentía muy cansada. una ocasión veníamos tremendamente cansados y deshidratados y nos encontramos en un ranchito a unas gentes que vendían tunas, una muchacha nos estuvo pelando las tunas, se cortó el dedo, nunca dijo nada. En general, pues, nos trataban muy bien las personas, sentía uno confianza con ellos, amables y platicadores pues a veces nos daban aventón, a veces estamos a medio campo todos asoleados y nos llevaban; había una persona que hacía algunas colectas para los trabajos, resultó que era un vecino de nosotros. Eran caminatas muy pesadas, pero si en general si nos guiamos bien, lo principal era trabajar allá, nos tocó dar clases de zoología en la preparatoria”.
Graciela Calderón Diaz-Barriga, murió en la Ciudad de México el 2 de enero del 2022, con su muerte el país pierde a una extraordinaria botánica que contribuyó al progreso científico mexicano y en su momento ayudó a apuntalar el camino de la investigación científica en la UASLP que en estos tiempos da brillo a la institución.
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#4 Tiempos
Gente que se rindió | Columna de Carlos López Medrano
Mejor dormir
Sobran maneras de identificar a quienes han sido derrotados por la vida. Basta con observar al que no responde a los buenos días soltados por un desconocido, rocas impermeables ante un bello gesto. O al que, en el elevador, presiona con ansia el botón de cerrar la puerta, apenas por ganar un par de segundos, como si el destino que lo espera —ay, el trabajo— fuese algo más que una condena.
Se rinden también quienes ya no se detienen a disfrutar las curiosidades ofrecidas por las calles: la estampa de un borrego pegada en un poste, una hoja seca con forma de corazón, un perro rascándose el lomo con la ayuda de una banca. Poco queda de espíritu en quienes llevan semanas, quizá meses, sin alzar la vista al cielo para contemplar las estrellas por la noche o descubrir, como niños, las formas caprichosas de las nubes.
Hemos perdido a los que olvidan vacacionar al menos una vez al año. No se trata del dinero, que al final siempre encuentra su acomodo; basta con cruzar la esquina para pasarlo en grande si uno sabe cómo acomodar las piernas. También se pierden los que llevan demasiado tiempo sin brindar, como si faltaran motivos, cuando cualquier pretexto sirve para alzar la copa y desbordarse en espuma, aunque sea por el estreno de un tapete en la cocina. Y sabemos que estamos ante un alma en coma cuando alguien deja de celebrar la Navidad. Porque, cariño, aunque la ilusión se haya marchado, hay que forzarse a poner el árbol con luces y esferas. Así es como comienza el ascenso.
Sobre todo, alguien está derrotado cuando deja de arreglarse. Cuando sale al supermercado en pijama o se olvida de la ducha. El pudor es síntoma de amor propio y de cortesía hacia los demás. Soy muy importante como para ser visto en fachas por el vecino, debería pensar uno. Pero mal vamos si ni siquiera eso te detiene. Un hombre conserva su dignidad mientras se afeita o da forma a su bigote; sé que sigo en pie de lucha cuando me miro al espejo y trato componer lo que ya no tiene compostura.
Es un fantasma quien ha perdido el pulso amoroso. Quien ha dejado de coquetear y no intenta ya ninguna aventura. El que no suelta un piropo a su pareja, quien no imagina una nueva vida con la mesera o la cajera en el supermercado, muy lejos de aquí, donde nadie nos juzgue, donde nadie nos diga que hacemos mal; alejados del mundo, donde no haya leyes ni nada.
Está muerto en vida quien no se cree merecedor del amor y el deseo, quien descuidado su cuerpo como si no tuviera nada bello que preservar.
He topado tantas veces con estos derrotados. Se les percibe en la mirada, en el vacío que se abre paso hacia la negrura. Gente que se rindió. Banderas blancas —lavadas con llanto— tras tantas decepciones y reveses. Los ves derrumbados en el transporte público, indiferentes incluso a las injusticias más obvias, conformes con lo que hay, sin hervidura de sangre (otro síntoma de la debacle: dejar de ceder el asiento a mujeres y ancianos; desprovisto de galantería, un ideal perdido). Son piltrafas resignadas, oxidadas allí donde un día hubo fuentes y jardines.
Y, con todo, me consuela saber que hay remedio para un buen número de estos casos. Los suficiente como para creer que merece la pena luchar por la resurrección. Porque, al final, se trata de un arte: el arte de remontar. Y de entender que nadie lo hará por ti. Nadie ayudará con la parte que más cuenta, la más difícil. Y no desanimarse por ello, al contrario, encontrar ahí un estímulo para imponerse ante la adversidad.
Como Richard Dadier le decía a su esposa en Blackboard Jungle: Sí, me han golpeado, pero no estoy derrotado. Hay una gran diferencia. No estoy derrotado, y no voy a rendirme. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado, frase de Hemingway.
El truco está en la determinación. Seguir el consejo de San Agustín: ser mejores que los tiempos malos. Una fe que baja el humo a los demonios. Levantarse un round más tras notar que el lloriqueo te dejó seco. Eres ya tu propia tierra firme.
Contacto:
Twitter: @Bigmaud
Correo: [email protected]
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#4 Tiempos
Del semi desierto potosino a misiones espaciales | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
A principios del siglo XX y durante su primera mitad, hubo una emigración importante de familias del altiplano potosino a los Estados Unidos. Varios matrimonios comenzaron a formar sus familias en los Estados Unidos mientras trabajan para subsistir e incluso apoyar a familiares que quedaban en México, en especial en esa región del semi desierto potosino. Uno de esos matrimonios fueron los padres de Dorothy Ruiz Martínez que de Matehuala emigraron a Texas, donde Dorothy nacería.
En su niñez sus padres la trajeron a Matehuala a casa de sus abuelos donde vivió toda su niñez y parte de su adolescencia, porque la situación de sus padres no era muy estable. Estudió secundaria en la escuela Francisco Zarco, entre otras cuestiones se caracteriza por dar buena enseñanza en matemáticas, es una de las características que tiene esta región comparada con el resto del estado y del país. De esa escuela ha salido mucha gente destacada en matemáticas para posteriormente trasladarse a Texas a continuar sus estudios en busca de mejores opciones de preparación en los temas que ya le habían llamado la atención desde su vida en Matehuala. El área aeroespacial le había llamado la atención cuando, en 1986, le tocó ver en la televisión el accidente del transbordador Challenger, lo que la hizo interesarse por su actual profesión.
Su formación básica en Matehuala le permitió desarrollarse en un lugar donde se suele ser muy competitivo como es en Estados Unidos, donde después de estudiar la preparatoria, Dorothy Ruiz ingresara a la Universidad de Oklahoma y posteriormente a la Universidad de Texas, conocida como A&M a estudiar ingeniería espacial. Al titularse hizo, en 1998, una pasantía académica por medio del programa de Langley Aerospace Research Summer Scholars del centro de investigaciones de NASA Langley lo que le permitió tener su primer acercamiento a lo que sería su carrera profesional.
Tuvo la oportunidad de entrar a varios de los proyectos de la NASA cuando empezaba su formación y eso le ha permitido ingresar a varias áreas relacionadas todas con ingeniería espacial que fue donde se interesó en formarse, pero además dentro de esos proyectos ha estado en contacto con otras agencias aeroespaciales como la Rusa, donde trabajó un tiempo.
Dotothy Ruíz Martínez es una ingeniera aeroespacial que actualmente trabaja para National Aeronautics and Space Administration (NASA), la agencia del gobierno estadounidense más importante del programa espacial, donde realiza actividades como control de misiones de vuelo . El trabajo de Dorothy Ruíz consiste en enlazar comunicaciones entre la tierra y los astronautas que se encuentran en un satélite espacial.
De sus primeros trabajos en el área aeroespacial fungió como instructora de astronautas y de operadores de vuelo en el sistema de control y propulsión para el Transbordador Espacial, de ahí pasó al área de Operaciones de Misiones Espaciales como Ingeniera de Planificación de Actividades Espaciales en Tiempo Real (RPE). Ha participado en la planificación total de actividades espaciales de 12 misiones espaciales del transbordador, contribuyendo desde la tierra con otros ingenieros y científicos, en el ensamblaje final de la Estación Espacial Internacional.
Dorothy Ruiz dice con orgullo:
“Los nopales, representan la región del desierto del altiplano donde crecí, pero también son parte de mi historia de vida y de mis tradiciones en familia. Mi bisabuela removía las espinas y cortaba las pencas de los nopales en trocitos con una destreza y rapidez incomparables y luego los cocinaba muy al estilo ranchero (de la región donde ella creció en los ejidos de La Puerta de Aguilar y San Miguel, en el municipio de Doctor Arroyo). Esa manera de cocinar los nopales fue traspasado a mi abuela y después a mí.
En el 2011 propuse un proyecto de investigación en la NASA junto con otro colega para estudiar el nopal opuntia y sus posibles usos en la Estación Espacial Internacional. En este proyecto también invitamos a un colaborador científico de México. El proyecto fue aprobado e hicimos la investigación, pero nunca fue mandado al espacio. Aun así, espero un día retomar este proyecto y, que fregón sería, mandar nopales a la luna y a Marte”.
Dorothy Ruiz es un ejemplo de inspiración para jóvenes mujeres que quieren desarrollarse en áreas que en principio no consideran socialmente para mujeres. Su desempeño y formación es digno de alabarse.
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#4 Tiempos
Tiempo de mejora | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Hoy, San Luis enfrenta a Puebla, un equipo que viene con sed de revancha, justo después de dar un muy buen partido en Monterrey, donde salieron vivos con un punto. San Luis, por su parte, tuvo su primer tropiezo en casa en la era Torrent, una dolorosa derrota frente a Tigres que jugó bien y, a pesar de sus errores, pudo controlar el partido y salir con los 3 puntos del Lastras.
En el trámite, parece un partido no tan complicado, tomando en cuenta los últimos torneos de cada equipo, pero las realidades cambian y cada encuentro es una nueva oportunidad. Hay que poner atención a Puebla, equipo al que es más peligroso enfrentar en la jornada 2 que en la 15. Pero hablemos de lo visto en el Lastras.
San Luis perdió en los primeros 90 minutos del torneo su principal fortaleza del campeonato anterior, su invicto en casa. Pero además cometió el único error que no había hecho antes: una expulsión, la de Yan Phillipe fue la primera tarjeta roja de un equipo de Torrent en Liga MX. Lo del brasileño fue un partido para el olvido.
En la zona baja, la ausencia de Cata y de Chávez fue bien cubierta, pero falta coordinación. Tanto Piccini como Águila y Cruz son defensas que pueden sacar el partido, siempre y cuando atiendan en todo momento y se coordinen. Dos goles a balón parado en el mismo partido es imperdonable en jornadas avanzadas.
Por la lateral derecha, Galdames bien, a secas, un jugador que normalmente no veíamos defender, ahora tuvo que cargar con el recuerdo de Chávez y correr toda la banda. Lo hizo bien, pero se nota que necesita acostumbrarse a esa posición.
El verdadero problema de San Luis, al menos en ese partido, fue la zona ofensiva: un equipo perdido, de poca creatividad en la última zona. En pocas palabras, no hubo delanteros. Vitinho volvió a ser ese jugador que conduce mucho y define poco. Murillo tan solo flotó en la cancha y no tuvo oportunidades. Villal solo estuvo dentro unos minutos, y de Yan Phillipe, mejor no hablamos.
Es preocupante el panorama ofensivo del equipo, teniendo la salida de Boli, la ausencia (espero temporal) de Bonatini y la confianza en un Yan que no ha demostrado ser solución en los partidos que tiene con la camiseta de San Luis. Es criticable que no se haya reforzado aún en esa zona, que se haya dicho que se jugará con jóvenes y sigan los mismos. Algo tendrán que resolver para no tener ese problema.
Confío en que el cuerpo técnico tiene propuestas, confío en que saben bien lo que están enviando a la cancha. Espero que no estén solo intentando, y más bien estén proponiendo. Creo que Torrent y su cuerpo técnico tienen la capacidad y la experiencia para saber si algo hace falta en este cuadro, si es necesario reforzar de forma inteligente lo que pueden tener en el terreno de juego.
El partido de hoy es complicado por la presión del torneo anterior, por haber perdido en el arranque y porque, en el papel, Puebla parece un equipo a modo. Si esta noche San Luis no saca puntos de su visita al Cuauhtémoc, la presión comenzará a subir en un equipo que hasta el momento poco la ha sentido. Sí o sí, es tiempo de mejora.
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