noviembre 7, 2025

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#4 Tiempos

Francisco Mejía Lira y las preocupaciones de la ciencia | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

Este 19 de septiembre se cumplen treinta y dos años del lamentable fallecimiento de uno de los más importantes científicos y humanistas potosinos, Francisco Mejía Lira. Su obra sigue vigente, tanto en el plano científico como en el cultural; como una forma de recordarlo presentamos a los lectores de La Orquesta, su libro póstumo Las Preocupaciones de la Ciencia, que puede ser adquirido por doscientos pesos solicitándolo al correo: [email protected].

Francisco MEJÍA LIRA. (1947-1991), personaje vital para el desarrollo de la física en San Luis Potosí y en México. El interés por ligar la ciencia y en especial la física a la cultura general lo convertiría, además de un prometedor científico, en un innovador en los procesos de comunicación científica al gran público. La producción publicada por Francisco Mejía Lira se ha centrado principalmente en artículos de investigación científica, como es de esperar por su formación de científico: alrededor de cuarenta artículos podríamos encontrar en temas de fenómenos orden desorden incluyendo transiciones de orden espacial y magnético; su obtención de diagramas de fase de aleaciones binarias y ternarias con varias componentes magnéticas. La fenomenología de superconductores y las propiedades electrónicas en sólidos, en sistemas cristalinos, en bulto y superficies, así como en cuasicristales. Las revistas de difusión no fueron extrañas a sus escritos así fue común encontrar ese respiro literario en revistas, aunque de difusión, un tanto técnicas o al menos dirigidas a un público muy específico perteneciente al medio científico, esos respiros y matices le dieron prestigio como escritor científico. Se publicó póstumamente su libro de divulgación científica, El Encanto de las Superficies, en el Fondo de Cultura Económica.

Hace dos años publicamos en La Orquesta una semblanza sobre su trayectoria y ahora con la publicación del libro lo volvemos a recordar invitando al público lo conozca a través de sus escritos de divulgación que recuperamos en Las Preocupaciones de la Ciencia.

Como científico implantó un estilo indagador interesante que le permitió estar contribuyendo al avance de la física mexicana incursionando en varias de sus áreas. Fue uno de los ejes de desarrollo de la línea de trabajo científico que se desplegó en el Instituto de Física de la UASLP en su época moderna, la cual desde 1980, ha ocupado un lugar privilegiado como polo de desarrollo de la física a nivel mundial.

Nació en San Luis Potosí el 15 de octubre de 1947 y murió en un accidente trágico el 19 de septiembre de 1991, su formación estuvo normada por un ambiente cultural lo que le permitió tener un amplio conocimiento en áreas artísticas y ci entíficas

, leía obras en latín, influido por la literatura latinoamericana mezclaba estilos narrativos literarios en sus escritos para el gran público. Tuvo participación como escritor en varias revistas con carácter de divulgación y en periódicos locales de la ciudad de San Luis Potosí.

Francisco Mejía Lira En México, es uno de los escritores científicos mexicanos representativos de lo que denominamos tradición mexicana de divulgación de la ciencia, que interesados en la difusión del conocimiento científico en el sentido de compartirlo con la sociedad, socializar el conocimiento como estrategia de desarrollo social, se enmarcarían en esta corriente.

La historia de la comunicación escrita en México coincide con esta situación, la mayoría de los escritos a fines del siglo XVIII y durante el siglo XIX, tienen esta orientación, siendo realizados por los llamados modernistas e ilustrados, y por literatos con inclinaciones hacia la ciencia como parte de su propia formación. Los materiales van desde el pionero Diario Literario de México hasta la inauguración de la novela mexicana que recae en la obra de José Joaquín Fernández de Lizardi en el periquillo sarniento.

En Las Preocupaciones de la Ciencia se recopilan artículos de divulgación científica que navegan en las páginas perdidas de las publicaciones noticiosas, que tratan de la vida cotidiana en tiempos pasados y que dificultan su consulta. Así ofrecemos una unidad de las aportaciones de Francisco Mejía Lira en el terreno de la comunicación, escritos en una época donde el interés público en temas de ciencia se avivaba por la ocurrencia de fenómenos astronómicos, y, por los problemas sociales producidos por la contaminación en general, entre otros aspectos, cuestiones que Mejía Lira consideraba debían ser de preocupación de la ciencia y del científico en particular. A su vez son un buen ejemplo de uno de los escritores representativos de la tradición mexicana en divulgación científica.

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#4 Tiempos

¿Y si un día dicen que ya no hay abortos… porque los escondieron todos? | Columna de Ana G Silva

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CORREDOR HUMANITARIO

 

Imaginemos que dentro de unos años, alguien desde el poder diga: “En San Luis Potosí ya ni se practican abortos, ¿para qué mantenerlo legal?” Esa frase, tan simplona como peligrosa, podría ser suficiente para justificar que se dé marcha atrás a un derecho conquistado a pulso. Y lo más grave es que, si revisamos los datos oficiales, el argumento ya estaría servido.

Porque según los Servicios de Salud del Estado, desde que se despenalizó el aborto hasta las 12 semanas de gestación, 132 mujeres han interrumpido su embarazo en San Luis Potosí. Pero —y aquí está la trampa— ninguna lo hizo por decisión propia. De acuerdo con las cifras, las 132 interrupciones fueron por motivos médicos. Cero voluntarias. Cero por libre elección.

Entonces, ¿qué nos están diciendo? ¿Que en todo un estado, con más de dos millones de mujeres, ni una sola decidió interrumpir su embarazo de forma voluntaria? ¿O que los hospitales y las instituciones están borrando esos datos, diluyéndolos entre diagnósticos clínicos para esconder una realidad incómoda?

Hace un año, San Luis Potosí celebraba lo que parecía un triunfo de la razón sobre el prejuicio: la despenalización del aborto. Hoy, ese avance empieza a parecerse a una mentira institucional. Porque si las cifras se maquillan, si la objeción de conciencia se convierte en excusa y si las mujeres siguen siendo rechazadas en hospitales, entonces el derecho a decidir se está convirtiendo en una simulación.

De los 107 puestos médicos en hospitales habilitados para practicar la ILE, uno de cada tres profesionales es objetor de conciencia. En Ciudad Valles, por ejemplo, 10 de 17 médicos y enfermeros se niegan a realizar el procedimiento. ¿Y qué pasa con las mujeres que viven en la Huasteca o en el Altiplano, donde no hay alternativas cercanas? ¿Qué pasa si una mujer llega al hospital de Valles, con doce semanas cumplidas, y le dicen que nadie puede atenderla porque todos son objetores

? Lo que pasa es que su derecho desaparece.

La colectiva ILE San Luis Potosí ha documentado estos casos, las negativas, la opacidad y la simulación. Han sido ellas —y muchas otras colectivas— quienes han tenido que acompañar a mujeres que, en teoría, ya no deberían estar suplicando por un derecho reconocido por la ley.

Y entonces hay que decirlo con claridad: un derecho que no se garantiza, es un derecho abolido en silencio. La resistencia institucional existe, y es tan sutil como efectiva: se disfraza de papeleo, de moral médica, de estadísticas convenientes. Pero su consecuencia es brutal: mujeres obligadas a continuar embarazos que no desean, porque el Estado decide mirar hacia otro lado.

San Luis Potosí tiene una ley que reconoce el derecho a decidir, pero no una estructura que lo haga realidad. Y si las autoridades siguen escondiendo las decisiones de las mujeres tras diagnósticos médicos, no solo están borrando datos: están borrando voces.

A un año de la despenalización, el aborto en San Luis Potosí sigue siendo un privilegio y no una garantía. Y si no se exige transparencia y acceso real, pronto podrían decirnos —con una sonrisa burocrática— que aquí ya nadie aborta. Y entonces, el silencio sería la excusa perfecta para volver atrás.

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#4 Tiempos

No serán de mi equipo | Columna de Carlos López Medrano

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Mejor dormir

 

Me agradan las personas que inspiran a escribir, aquellas que en medio de una charla sueltan una frase, un recuerdo o una anécdota que actúa como imán hacia otra memoria, y a partir de ahí dejan abierto el camino para un texto. Personas cuya sola presencia, cierta manera de ser o de estar, levanta un entusiasmo, aviva el carbón del espíritu. Es reconfortante rodearse de ellas y dejar que los encuentros transcurran como quien acumula horas de vuelo hacia destinos dorados.

Desdeño, en cambio, a los seres que traen tizne, que parecen no encajar con la belleza ni con las bondades del mundo. Truchas de ánimo encañado, bermejo, siempre al borde del desagrado. No diré que los abomino —sería exagerado—, ni que los quisiera lejos del continente, pero es evidente que nunca serán de mi equipo. Apenas figuran como personajes circunstanciales en el libreto de mi vida: los que callan cuando el resto entona Las mañanitas en una fiesta con vela encendida, los que permanecen inmóviles cuando uno les desea salud tras un estornudo, los que se mueven al ritmo de la conveniencia. No me cuadran, sencillamente.

Está bien tenerlos ahí, como recordatorio de lo que no hay que ser, e incluso como consuelo en las horas más bajas: uno puede mirarlos y pensar que, al menos, no se ha caído a tales niveles. Hablo de ciertos compinches del declive de la civilización: los locutores de voz impostada, los que confunden el énfasis con la elocuencia y la cursilería con la virtud. Titiriteros de esferas huecas, flautistas que conducen hacia la nada. Peor aún es toparlos fuera del micrófono, cuando usan las mismas inflexiones engolosinadas para pedir un kilo de arroz o contar que les duele una muela. Habría que estudiar la salud mental de quienes se dejan seducir por semejantes fachas.

Tampoco me fío de los que cruzan la calle con demasiada frivolidad, convencidos de que todo el tránsito debe detenerse por ellos. Se habla mucho —y con razón— de los malos automovilistas, sobre todo de esos que, viendo a un peatón cohibido, aceleran en vez de ceder el paso. Pero habría que alzar la voz también contra los malos caminantes, esos que avanzan sin cortesía, inconscientes de que estorban, y que parecen no percatarse de la lentitud que imponen a los demás.

La vida en sociedad implica coexistir con lo ingrato. Nosotros mismos, sin darnos cuenta, ocupamos esa posición para otros que cargan distintos marcos ideológicos o estéticos. Y, aun así, todo tiene límites. Los padres que dejan corretear a sus hijos en un restaurante sin reparar en el estruendo, o los que abren un producto en el supermercado antes de pagarlo y entregan a la cajera unas papas fritas a medio comer o un yogur ya vacío con el que se manchan los dedos… son gente que no entiende la cortesía y, por tanto, tampoco serán de mi equipo.

La desesperación es un punto de encuentro entre todos ellos, canalizada siempre del peor modo: sin preocuparse por los demás. Una de sus formas más puras es la de quienes tocan el timbre de una casa con violencia, como si el mundo les debiera atención inmediata. La mala educación se revela en esos detalles, igual que en la exhibición impudicia de los hombres que deambulan en camiseta sin mangas, como si sus bíceps y sobacos no fueran un espectáculo por los que uno quisiera echarlos directo a un trapiche. La proliferación de sujetos que salen en pijama a las calles es otro síntoma de esta deriva: una época que ha renunciado a la decencia, y a la que no pido mucho, salvo que se acerque unos centímetros al pudor.

Contacto

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La UASLP: el parte de guerra | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES 

 

No, no hubo ni habrá regreso a la normalidad. Eso sería imposible. Después de la guerra o se reconstruye, o se aprende a caminar sobre las ruinas. Tras las semanas de una batalla intensa se regresó a clase, se recuperaron los espacios y se apaciguaron los frentes, pero no, la UASLP y su historia ya se escriben en otro capítulo. La Universidad ya no es la misma.

El episodio del viernes 17 de octubre al lunes 3 de noviembre será la herida de guerra que se llevará en el rostro el doctor Zermeño no solo para los años que le restan al frente de la centenaria institución, sino para el resto de su vida.

Los tambores de guerra ya resonaban en algunos corazones azul dorados antes de la detonación del viernes 17. Son antecedentes que, aunque no lo parezcan, importan, y es que no todos los miembros del Consejo Directivo Universitario estaban de acuerdo con la diplomacia y prudencia (para algunos interpretada como tibieza y miedo) con la que el rector alertó de las consecuencias de un impago por parte de gobierno del estado.

El argumento de la inteligencia y altura institucional de Zermeño fue sólido para algunas alas del CDU sobre todo tras la advertencia precautoria respecto a que por ninguna cantidad, se pondría en riesgo la vida de algún miembro de la comunidad.

En Palacio de Gobierno coincidieron. No había necesidad de enfrentamiento callejero, ni se deseaba, no obstante las contradicciones empezaron a brotar. Una cosa era lo que le daban como argumento al gobernador y otra muy distinta lo que probaron públicamente los medios al tener a la mano el convenio entre el Gobierno del Estado y la Federación.

Por más vueltas que le dieron a la madeja discursiva el hilo se les atoró en el cuello y por fin se tuvo claro -lo que ya era claro- pero que se resistían en Palacio a aceptar: que su secretaria de Finanzas estuvo siempre equivocada, el convenio es inatacable, contundente en las fechas, explícito en las cantidades, y firmado a tiempo. A maromas, se llegó a la realidad.

Junto al gobernador, quien supo leer la circunstancia fue el secretario general de Gobierno, Guadalupe Torres Sánchez, que llamó al equipo rectoril para comenzar el juego de a ver quién jalaba más la cuerda. El colmo de estos enfrentamientos fue cuando de emergencia se llamó a Zermeño una vez más a Palacio y le dieron la instrucción que, de los acuerdos, sería gobierno quien tomaría la palabra para hacerlo público.

Entre un vaivén de anuncios, y la decepción de algunos por interpretar que se cediera el control del tema al Palacio de Madero, al final no hubo mayor avance que el reconocimiento de la deuda en líquido, con retortijones discursivos que no faltaron.

Se juntaron los ingredientes: el jaloneo, un impulso latente de salir a las calles apenas contenido, el peso de una opinión pública que volteaba a ver como enemigo al gobierno por deudor y algunas salpicaduras de manifestación pública en Estomatología y Economía. Hubo condiciones, hubo antecedentes y vino la bomba: un detonante inesperado que cambió la narrativa.

Para el viernes 17 por la noche, el rector estaba enterado de un incidente grave y flojamente atendido: en las oficinas de la FUP en la Facultad de Derecho, tres amigos en la peda (porque eso eran) cometieron lo que se investiga como una violación que deberá investigarse y castigarse hasta las últimas consecuencias.

Entonces el escenario de la deuda dejó de tener espectadores. Fue un intermedio violento a una obra trágico dramática.

Los tambores de guerra se batieron, y es que (asunto que todavía no se explica quien esto escribe en más de 25 años de reportero…o mejor dicho sí me explico…) en media hora el expediente de una denuncia penal por violación llegó a dos redacciones, la del periódico Reforma y la del nuevo medio El Mañana de San Luis.

Lo ocurrido la tarde noche de ese viernes, entre chelas, churros, denuncia y su publicación, licuó todos los ingredientes para que se desatara un enojo contenido, y de lo que se alimentan las masas enardecidas es de tener un enemigo, aunque sea uno equivocado y así fue: en menos de lo que se destapa una cerveza, el enemigo no era gobierno ahorcándolos financieramente, sino la rectoría –esta y otras- a las que se les cobró la deuda profunda y dolorosa del acoso, del agravio añejo y nuevo contra sus alumnas, del inmenso rencor guardado en cientos de historias, todas repugnantes.

Con la venda en los ojos de la pena física, moral y emocional la turba se lanzó a las calles y con ello se abrió la ventana para los pescadores de agua turbia.

El rector tomó decisiones, y echó mano de lo que su autoridad le permite, pidió la renuncia del director de la Facultad de Derecho así como de la titular de la comisión que atiende esos casos, sin embargo no está entre sus facultades aprehender a presuntos violadores, tema estrictamente en manos de la Fiscalía.

Enviar ese mensaje costó algunos días. Si lo que los manifestantes exigían era la aprehensión del victimario, era a la fiscal a la que debieron exigirle pero no… para entonces (y tras una ausencia cuestionable del día de la crisis de Zermeño) ya se había metido Morena, ya se habían metido los porros del pasado a través de gorilas amaestrados y encapuchados “rompelotodo” que no responden a causas, respondieron al caos enfermizo de la cabeza de pseudo líderes que se creen todavía con feudos en la uni, y sí, también se metieron los grupos comandados por acomedidos, que sin mayor sustancia pensaron que harían un favor al gobernador generando desmanes.

Por la oficina del gobernador ni del secretario general no pasó ni se tomó una decisión violenta ni se fomentó la crisis. Al contrario, aunque eso no significa que se tomaron decisiones por la libre en otras oficinas de Palacio y que a nombre del mandatario se hayan liberado órdenes (asunto por demás grave).

Me atrevo a decir y sostener lo anterior porque el gobernador calcula, y si se mete en algo sabe por dónde salirse, es jugador de ajedrez con alma de tahúr: mide la jugada, pero lanza los dados.

Porque si desde Palacio de Gobierno se hubiera fraguado el asedio, los destrozos y la toma del Edificio Central, entonces hubieran tenido táctica, estrategia, una ruta de batalla, un segundo y tercer paso, pero no fue así.

Hacer enemigo público a Zermeño por ocurrencia es un asunto efímero, inútil y contraproducente para su gobierno con su discurso de paz y gobernabilidad, si a caso la afrenta entre rector y gobernador se hablaba en el idioma de tiempos y dinero, no de fuerza.

Pero con la crisis en las calles, las facultades tomadas y la información desarticulada, la única forma de reencauzar la narrativa y hacer que la turba estudiantil volteara a ver a la Fiscalía era anunciar que ya se había detenido al principal responsable.

Me consta que la UASLP tuvo la información sobre la aprehensión una noche antes, pero la desaprovechó y fue hasta el día siguiente que el gobernador la anunció muy temprano y con ello el panorama cambió.

(Cuestionable en cierta medida que el gobernador haya anunciado lo que le correspondía a la Fiscal, pero también es una prueba más de que el gobernador quería desactivar el conflicto y no fomentarlo)

El IFSE y otros personajes quisieron figurar aprovechando el conflicto, e incluso algunos medios dieron voz a personajes doloridos por su falta de pericia para hacer negocios. Todo eso fue pura paja y ganas de hacer el ridículo unos minutos.

Si gobierno (o mejor dicho los acomedidos del gobierno) no planearon el siguiente o los siguientes pasos, los arrimados de Morena (que no todo el partido, sino dos de sus integrantes más visibles), pues mucho menos. A los encapuchados porriles pues no se les puede pedir más, es suficiente darles su banana.

En adelante y por lo que responde a la universidad, hay que reconocer que se llevó todo el resto del parte de guerra y ganaron de todas, todas en el tablero instalado:

No se dejaron como Cuba, ni se agacharon a ningún imperio propio o externo. Resistieron como las viejas murallas y desplegaron estrategia, control de daños, y certezas.

Aunque muchos hubiéramos querido ver al rector Zermeño defender su castillo tomado, por suerte o estrategia evitó ser expulsado y exhibido públicamente y un día después de la tormenta salió de forma elegante, sin estridencias a hablarle a la sociedad y a su comunidad.

Se exhibió a los intrusos de los tres tipos, se blindó al alumnado con el uso de las credenciales, se hicieron acuerdos con cada facultad y de ahí se generó un documento público, salieron rápido a mostrar a una comunidad buena y resistente, bloquearon el flanqueo oportunista del IFSE al que volvieron a batear y por si fuera poco, gobierno les dio fecha de pago.

Hace mucho que no veía una operación así, con soldados que saben cuando sí y cuando no disparar.

¿Se llevaron una cicatriz en el rostro? Sí, pero de esas que dan honor. ¿Equivocaciones en el camino o de interpretaciones? También, pero nadie es perfecto y no es lo mismo ver los toros desde la barrera.

Si bien en términos de estrategia la UASLP pudo rehacerse y actuó con mayor habilidad, tras la tormenta no hay ganadores, ni perdedores, hay sobrevivientes, renacimiento y reconstrucciones.

Se le atribuye a Octavio Paz la frase “la muerte es la gran reconciliadora; todo lo que la vida separa, la muerte lo une” (muy acorde además a este mes de la celebración a la muerte).

La Universidad Autónoma de San Luis Potosí, tuvo que morir un poco para renacer, los templos se reconstruyen. Solo así se logran nuevos acuerdos con su comunidad, solo así se curan las heridas del pasado y se pueden desprender de la idea de que son una isla.

La universidad debe aprovechar para replantearse y reconocer que necesita aliados, no solamente enemigos, y no por interés sino por generar comunidad, porque el conocimiento y la verdad no sirven si no están al servicio del crecimiento de toda la sociedad a la que se debe y al mismo tiempo pertenece.

La autonomía no los convierte en una isla y mejorar los puentes de comunicación con otras instituciones no los hace vulnerables. Son sólidos y ya lo demostraron. El rector y el gobernador no son rivales aunque insistan (o les hagan creer a uno y a otro) que deben usar sus trajes de villanos necios. 

La Máxima Casa de Estudios existe y ha existido gracias a una relación simbiótica con la ciudad y con el Estado. No se entiende a la ciudad y al Estado sin la UASLP y viceversa.

La universidad sobrevivió a una tormenta perfecta, gobierno hizo lo suyo con las capacidades a su alcance, y la comunidad, como todo el que vuelve de la guerra, no es la misma, pero sigue de pie y respirando, están en clase, las actividades continúan y eso también es un modo de vencer.

Las preguntas que no se ha hecho y urge plantear son: ¿Cómo se evitará una situación similar, de presión económica, para los próximos meses entre gobierno y UASLP ? ¿En qué términos se firmará el convenio 2026 entre Federación y Estado? ¿Cómo se blindará la Universidad para que con los 4 mil millones de presupuesto con los que cuenta, pueda administrarse de forma tal que no tenga que estar en aprietos decembrinos ni tenga que estar rogando al Estado por la liberación de los recursos?

Por lo demás, (que no es lo de menos) en alivio y combate a los dolores y heridas profundas en materia de acoso y seguridad, además de todos los acuerdos ya tomados, ya están por arrancarse foros de consulta. Seguramente habrá buenos resultados, que siempre serán perfectibles. Lo que no se puede soslayar es que  por más sólidos que sean, estarán a merced de la kriptonita de todas las normas: la imprevisible condición humana. Esa que nadie prevé, esa que detona un conflicto físico, simbólico, institucional, histórico y moral cualquier viernes por la tarde.

Jorge Saldaña.

BEMOLES

GALLARDO Y GALINDO

En otros temas y aprovechando la frase Octaviana pacezca, también tuvieron que morir un poco los egos y los ataques entre el Gobierno del Estado y el Ayuntamiento capitalino. Ayer enviaron ambos mandatarios un mensaje de concordia en la sesión solemne de Cabildo a la que acudió el gobernador Gallardo. Ambos ganaron tiempo. Es muy temprano para autodestruirse.

¿LO TOPAS?

Pregunta para Carlos Arreola: ¿Quién es Luis Raúl Hernández Herrera?.  Estaré muy al pendiente amigo porque ha despertado mi interés tanto el changuito como en su entrenador.

HALLAZGO

Para los muy interesados en los recursos propios de la UASLP, me encontré en la página de transparencia de la propia universidad, fechas, montos, cheques… También encontré que hay un despacho externo que los audita. Si los del IFSE gustan, les mando los links.

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Opinión

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