#4 Tiempos
Deportistas – científicas en los Juegos Olímpicos París 2024 | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Terminaron los juegos olímpicos y, entre los aspectos que dejaron se encuentra una característica que llamó la atención. La preparación de las mujeres combinando la preparación deportiva de alto nivel, de alto rendimiento, con la preparación profesional en área científicas, destacando en ambas líneas. Lo anterior está conectado de cierta forma con el ambiente que han vivido las mujeres para poder desarrollarse en un mundo “hostil” para su desarrollo que originaba que se llevaran preparaciones paralelas en su formación, el de interés y el de convención social, al que fueron sometidas muchas mujeres a principios del siglo XX. Varios casos los hemos tratado en esta columna al repasar la vida y obra de mujeres mexicanas y en especial de potosinas.
Quienes, han seguido esta columna podrán haber advertido que las entregas de este año se han ocupado exclusivamente de mujeres, por lo que este tema de actualidad por la proyección que tuvieron los Juegos Olímpicos de Paris 2024, merecen recalcar estos casos de mujeres deportista que se desarrollan al parejo en áreas muy demandantes como las científicas.
Estos casos que mencionaremos a continuación y que fueron proyectados por los juegos olímpicos de Paris 2024, hablan de mujeres exitosas en el mundo deportivo y en el mundo científico. Casos dignos de estudiar y tomar como ejemplos y guías para las mujeres que tratan de destacar en las sociedades actuales, en especial la mexicana. Mujeres, por cierto, que en su mayoría figuraron como medallistas olímpicas y que corresponden a diferentes nacionalidades.
Anna Kiesenhofer doctora en matemáticas y ciclista. Anna es una ciclista austriaca que combina su carrera deportiva con una destacada trayectoria académica en el campo de las matemáticas. Anna Kiesenhofer es una académica sobresaliente en el campo de las matemáticas. Obtuvo su doctorado en matemáticas aplicadas en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) en Barcelona. Su investigación se ha centrado en ecuaciones diferenciales parciales y en la teoría de sistemas dinámicos.
Gabrielle Thomas, también conocida como Gabby Thomas, es una velocista especializada en los 200 metros. Gabby Thomas se graduó de la Universidad de Harvard con un título en neurobiología y una secundaria en salud global y política de atención médica. Su interés por la neurobiología se centra en cómo los estímulos externos afectan el cerebro y el comportamiento. Actualmente, está cursando una maestría en epidemiología en la Universidad de Texas.
Louise Shanahan es una especialista en medio fondo, particularmente en los 800 metros. Louise Shanahan no solo se destaca en la pista, sino también en el ámbito académico. Está cursando un doctorado en Física en el Trinity College de la Universidad de Cambridge. Su investigación se centra en el uso de nanocristales de diamante para medir las propiedades de células individuales en organismos vivos, un enfoque que combina la física y la biología para avanzar en la comprensión de procesos biológicos a nivel celular.
Charlotte Hym, patinadora profesional francesa y neurocientífica. Charlotte Hym comenzó sus estudios en ciencias de la actividad física y del deporte, para posteriormente especializarse en neurociencias. En 2019, antes de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, depositó su tesis, la cual se centra en el impacto de las voces maternas en el neurodesarrollo de los bebés recién nacidos. Esta investigación destaca su interés por comprender cómo los estímulos auditivos tempranos pueden influir en el desarrollo cerebral de los infantes, combinando su pasión por la ciencia con su dedicación al deporte.
La Dra. Emily Carter es una bioquímica destacada cuyo trabajo se centra en la investigación de los mecanismos metabólicos en el deporte. Además de su carrera en el laboratorio, Carter es una atleta de élite en pruebas de velocidad y resistencia. Su investigación sobre la mejora del rendimiento físico a nivel celular no solo ha avanzado en su campo académico, sino que también ha sido aplicada en su propio entrenamiento. Carter utiliza su conocimiento científico para desarrollar estrategias de nutrición y recuperación personalizadas que optimizan su rendimiento en la pista. Su dualidad como científica y atleta no solo enriquece su carrera, sino que también aporta un valor único al conocimiento científico sobre el deporte y la fisiología.
La Dra. Ana Fernández es ingeniera en materiales, especializada en el desarrollo de compuestos avanzados para aplicaciones deportivas. Su investigación en el diseño de trajes de baño de alta tecnología ha sido fundamental para mejorar la eficiencia en el agua. Fernández, quien compite en natación a nivel olímpico, aplica sus conocimientos para seleccionar y diseñar el equipo que usa en sus competiciones. Su capacidad para integrar los avances científicos en su propio equipo deportivo le proporciona una ventaja competitiva, demostrando cómo la ciencia y el deporte pueden converger para lograr el éxito. Su presencia en los Juegos Olímpicos de París 2024 es un testimonio de la influencia directa que la investigación científica puede tener en el rendimiento deportivo.
La Dra. Sienna Moore es fisioterapeuta con una especialización en la rehabilitación deportiva. Su trabajo le ha permitido desarrollar técnicas avanzadas para la recuperación y prevención de lesiones en atletas. Además de su carrera profesional, Moore es una ciclista profesional que compite en eventos de ruta. Su conocimiento profundo sobre el cuerpo humano y la recuperación le ofrece una perspectiva valiosa para optimizar su entrenamiento y mejorar su rendimiento en la bicicleta. En París 2024, Moore no solo competirá como ciclista, sino que también ejemplifica cómo la comprensión científica del cuerpo humano puede influir en la preparación y el éxito en el deporte.
La Dra. Aisha Khan es matemática aplicada con un enfoque en modelado y simulación de sistemas complejos. Su trabajo le ha permitido desarrollar modelos predictivos que son útiles en una variedad de campos, incluyendo el análisis de rendimiento deportivo. Khan, quien compite en deportes de equipo como el balonmano, usa su habilidad para analizar datos y optimizar estrategias de juego. Su capacidad para aplicar modelos matemáticos al análisis de partidos y estrategias le ofrece una ventaja táctica en el campo. Su doble carrera como científica y atleta ilustra la poderosa combinación de habilidades analíticas y físicas.
También lee: La legendaria maestra de idiomas en San Luis | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
LamBot del Tec de Monterrey-SLP bicampeones mundiales de robótica | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Hace quince años la comunidad de la Preparatoria del Instituto Tecnológico de Monterrey campus San Luis Potosí comenzó un proyecto educativo basado en la ingeniería robótica que incluye aspectos de seguridad y mercado, entre otros, dentro de la corriente de tecnología educativa que suele ser conocida como STEM, iniciales en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
El programa del Tec de Monterrey campus San Luis lleva el nombre de LamBot 3478 y su gran esfuerzo lo ha llevado a ganar la competencia mundial más importante en el campo de la robótica, el Campeonato Mundial de Robótica FIRST en dos ocasiones convirtiéndose en el equipo que lo ha realizado en dos ocasiones. La más reciente hace algunas semanas en el campeonato Mundial celebrado en Nagoya Japón convirtiendo así en el referente mundial en tecnología educativa.
Los flamantes campeones mundiales pertenecen a la Preparatoria del Instituto Tecnológico de Monterrey campus San Luis Potosí, y han puesto en alto el nombre de México de San Luis Potosí y de su institución educativa.
De esta forma el equipo LambBot 3478 son, nada más y nada menos que, Bicampeones Mundiales de Robótica FIRST, encabezando una alianza estratégica que les permitió obtener el título en una de las competencias estudiantiles más exigentes y reconocidas del mundo.
La Preparatoria del Tec de Monterrey en San Luis tradicionalmente ha impulsado la participación de sus alumnos en las competencias educativas que se realizan en San Luis y que son cauces para eventos nacionales y mundiales, entre ellas las olimpiadas de física, matemáticas, química, entre otras, así como la participación en el Concurso potosino conocido como Fis-Mat de alta tradición en el país. Estos programas de apertura de espacios de educación extraescolar han permitido a instituciones como el Tec de Monterrey campus San Luis incorporar a sus propios programas educativos y el ejemplo de éxito más notorio es el programa LamBot que su continuidad ha colocado a los alumnos y profesores de esa institución en el escenario mundial de proyectos colaborativos que redunda en la propia preparación de sus estudiantes.
Con esta victoria, LamBot se convierte en el primer equipo mexicano en obtener dos campeonatos internacionales de FIRST Robotics Competition. Su primer triunfo fue en 2019, durante el mundial celebrado en China. Ahora, seis años después, México vuelve a levantar el trofeo, reafirmando su compromiso con el desarrollo tecnológico juvenil. Lo cual se convierte en un hito sin precedentes para la robótica mexicana.
La competencia de FIRST (For Inspiration and Recognition of Science and Technology) reúne cada año a los mejores equipos del planeta, quienes deben diseñar, construir y programar robots capaces de ejecutar misiones complejas en escenarios de alta presión. Lo que distingue a este certamen no es solo la precisión técnica, sino la colaboración, el ingenio y el impacto social de cada proyecto.
Durante la edición 2025 del certamen, el equipo mexicano unió fuerzas con los equipos 987 y 6962, formando una alianza altamente eficiente que superó con éxito las rondas eliminatorias. Juntos desarrollaron una estrategia basada en la coordinación táctica, adaptabilidad y una ejecución impecable de los desafíos.
Este desempeño excepcional fue determinante para obtener el campeonato ante una audiencia global y más de 160 equipos provenientes de países como Estados Unidos, China, India, Turquía y Brasil.
La Federación Mexicana de Robótica realizará en los meses de marzo y abril de 2026 el Torneo Mexicano de Robótica (TMR) 2026 que tendrá como sede la ciudad de Puebla y el cual estará organizado localmente por el potosino Dr. Alejandro Pedroza creador del célebre robot pianista mexicano Don Cuco el Guapo. Este Torneo Mexicano de Robótica es el torneo selectivo para conformar la representación mexicana para el campeonato mundial de robótica, donde esperamos figure algún grupo potosino y donde con seguridad estará presente el equipo LamBot 3478 a quienes felicitamos por sus logros.
También lee: El experimento de Carrillo que abrió la puerta a un nuevo universo musical | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
El misterio de los libros | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS Minúsculas
Ciudad de México. Tres y media de la tarde. Salgo corriendo, empujado por los demás, de una estación del metro. Subo corriendo las escaleras, busco la luz, descubro la calle, me echo a andar por ella. De pronto, me detengo. Los libros siempre me detienen, y allí, en ese tenderete colocado en la salida de la estación, hay muchos, muchos libros. Unos están metidos en fundas de plástico, pero la mayoría no; otros ni siquiera conservan la cubierta original. Descubro al instante uno que me interesa: Piloto de guerra, de Antoine de Saint-Exúpery. Me digo a mí mismo que es una lástima, porque ya lo tengo. Sigo. Ahora toca el turno a los Papeles del oficio universitario, de Álvaro D’Ors. ¿Cuánto por éste?
El vendedor lo ve detenidamente, lo acaricia, dice que es un buen libro, que él pensaba leerlo en días pasados pero que de cualquier manera está dispuesto a vendérmelo. «Veinte pesos –dice por fin–. Pero si escoge tres puede llevárselos por cincuenta».
No discuto el precio. Tomo el libro. Y me llevo también el Piloto de guerra para regalarlo a algún amigo necesitado de buenas lecturas.
–Así son cuarenta pesos. Ande, tome usted el tercero para que sean cincuenta.
Vuelvo a planear sobre los libros y encuentro en un rincón del tenderete El rabino de Bacharach de Heinrich Heine. No sabía que hubiera una edición mexicana de esta obra, y el hallazgo, aunque no me hace precisamente feliz, me hace por lo menos sonreír.
Pago y me voy. Y esa misma noche, antes de irme a dormir, empiezo a leer los Papeles de Álvaro D’Ors. En el frontispicio hay una firma, un nombre y una fecha. «Gastón Pardo P. Marzo de 1969. Guipúzcoa». Cierro el libro. Ya no quiero leer. ¿Quién fue Gastón Pardo P.? Y, sobre todo, ¿cómo hizo este ejemplar para llegar desde Guipúzcoa, en el País Vasco, hasta esta estación del metro, es decir, hasta mí?
Guipúzcoa. El nombre de esta ciudad me hace pensar en San Ignacio de Loyola. ¿Qué manos trajeron hasta acá este libro que hoy he comprado al precio de una cajetilla de cigarros de mediana calidad? Papeles del oficio universitario. No es que lo buscara, no, pero me salió al paso, y ahora está aquí, conmigo. De buscarlo, jamás lo habría encontrado; de buscarlo, acaso habría ido con el vendedor y le hubiera dicho: «Ando buscando los Papeles del oficio universitario de Álvaro D’Ors. ¿Lo tiene usted?». Y él se habría rascado la cabeza, fingiendo preocuparse por mi triste suerte:
–¡Uy, no! Esos libros son muy raros. A veces llegan, pero con frecuencia no. Hay libros que uno no verá nunca en su vida. Pero, ¿por qué no se da usted una vuelta el mes que entra? De cualquier manera, no se pierde nada…
Pienso bajo la luz de mi lámpara de noche que para encontrar un libro lo mejor es no desearlo, sino limitarse a dejar que llegue a nuestras manos cuando quiera, si es que llega alguna vez.
Así me sucedió en una ocasión con los Diarios de Ionesco. Sabía que la editorial Guadarrama de Madrid (hoy desaparecida como un barco en la noche) los había publicado en dos volúmenes, allá por la década de los años sesenta o setenta, con los títulos de Diario I y Diario II, pero me guardé mucho de buscarlos. «Son demasiado raros», me dije cuando los vi incluidos en el catálogo de dicha editorial: «por lo tanto, debes resignarte a no tenerlos». Me resigné todo lo que pude.
Pero un día, aquí mismo, en San Luis, debajo de una montaña de libros en una tienda de objetos usados, vi un tomito de lomo blanco en el que leí: Ionesco. Diario II. Lo tomé con calma, lo pagué y salí del establecimiento evitando dar saltos de alegría para no contrariar ni dar celos a la veleidosa Fortuna.
–Señora –dije a la dueña del establecimiento–, éste, como puede ver usted, es el segundo volumen de una obra que andaba yo buscando. ¿No le habrá llegado también el primero?
La señora movió negativamente la cabeza y me dijo que lo que yo veía era lo único que había llegado.
«Bien, Juan Jesús –me dije a mí mismo–. Ya tienes el tomo dos del diario de Ionesco. Confórmate, pues, con esta probadita que el cielo te ha ofrecido hoy».
Y varios meses después, en el mismo establecimiento, ¿qué cree usted? Que me encontré el dichoso tomo uno.
Se lo enseñé a la señora, y ella me explicó que lo que pasaba es que la persona que le había vendido el libro que yo le compré meses atrás apenas hasta ahora había regresado a venderle los demás que le quedaban en su casa. ¿Debo decir que sólo entonces permití a mi corazón brincar de alegría?
Pero continuemos con los Papeles de Álvaro D’Ors. ¿Quién los hizo cruzar el mar? ¿Era un exiliado español el que los trajo en su valija? ¿Y por qué de entre los muchos libros que pudo haberse traído cargó precisamente con éste?
¿O fue más bien un turista vasco que, trayéndolo consigo para leerlo en el avión, lo dejó en México para regresar a su tierra ligero de equipaje?
¡Ah, el misterio de los libros! Nunca sabremos por qué unos nos fueron ofrecidos por la vida y otros, en cambio, negados. Libros que ahora mismo se hallan recluidos a una cuadra de mi casa, jamás serán tocados por mí; en cambio, no me fue negado por la suerte uno que alguien compró en Guipúzcoa en 1969. ¿No es esto realmente misterioso?
Con los libros sucede lo mismo que con las personas: que, entre más se los busca, menos se los encuentra. Los libros, como las personas, sólo llegan a nosotros al precio de no buscarlos.
Me pregunto antes de apagar la luz: ¿Y con la felicidad no sucede lo mismo? Sí, sólo el que ha renunciado a ella la conocerá; sólo el que ha dejado de perseguirla la alcanzará.
Me quedo a oscuras. Y pienso en Dios, que nos da únicamente aquello a lo que ya hemos renunciado. Mi amado, mi querido, mi bendito Dios…
También lee: La decadencia de la risa | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
#4 Tiempos
El pasado vestido de visitante | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Hay noches que no necesitan presentación, porque desde que amanece, el aire se siente distinto. Hoy es una de esas. San Luis juega en casa y enfrente no tiene a cualquiera: tiene al Monterrey, uno de los planteles más poderosos del país, pero sobre todo, tiene enfrente al pasado vestido de visitante. Domenec Torrent, aquel técnico que se fue dejando una sensación de proyecto inconcluso, regresa al Alfonso Lastras. Y no lo hace solo: lo acompaña Sergio Ramos, leyenda del fútbol mundial, que hoy pisa el mismo césped que tantas veces fue testigo del esfuerzo potosino. Es viernes, sí, pero de esos que huelen a domingo, a noche grande, a historia por escribirse.
El San Luis llega con cosas por ajustar, sí, pero también con certezas. La estructura que propuso Abascal en su debut tuvo orden, supo competir. La presión en bloque medio, la disciplina para cerrar líneas de pase y la paciencia para esperar el error del rival no son casualidades, son decisiones. San Luis sabe que no puede ganar desde la nómina, pero sí puede competir desde el plan. Y eso es algo que este equipo ha aprendido a hacer. Tiene jugadores con criterio, como Salles-Lamonge, que puede inventar algo cuando el partido parece trabado. Tiene futbolistas como Rodrigo Dourado, que saben cómo hacer que el rival se incomode, cómo romper el ritmo desde una barrida o una cobertura. Y tiene juventud con hambre, como Román Torres, que cada vez se siente más cómodo en este rol de vertical, rápido, incómodo.
Del otro lado está Monterrey, que viene golpeado por una derrota sorpresiva ante Pachuca, pero que no deja de ser uno de los equipos con más talento individual en toda la liga. Con nombres que pesan en cualquier cancha: Tecatito, Berterame, Jesús Gallardo, Maxi Meza, Alvarado… y ahora, el propio Ramos. Un central con décadas de experiencia al más alto nivel, un tipo que probablemente haya jugado partidos más difíciles en una semana que muchos de sus compañeros en un año. Su presencia no sólo impone desde lo físico; impone desde lo mental. Es un líder que ordena, que corrige, que exige. Hoy, esa jerarquía se pondrá a prueba en una cancha que, aunque pequeña en comparación con los grandes estadios europeos, sabe hacerse sentir.
Y ahí está el meollo del asunto. El partido no se va a jugar sólo en lo táctico. Se va a jugar también en las emociones. Torrent vuelve a la ciudad donde muchos lo consideraban el arquitecto de un equipo en crecimiento. Lo hará desde el banquillo contrario, pero con una libreta llena de apuntes sobre cómo se juega en esta cancha, sobre cómo respira la afición, sobre cómo reaccionan los jugadores locales en ciertas situaciones. Su regreso tiene algo de morbo y mucho de expectativa. ¿Qué tan bien conoce a su exequipo? ¿Podrá utilizar esa información para desnivelar? ¿O será la motivación del grupo potosino lo que incline la balanza?
El partido pinta para cerrarse rápido en la mitad del campo. San Luis no va a regalar espacios. Monterrey tampoco va a lanzarse como loco. La clave estará en quién tenga más paciencia. En quién logre imponer su ritmo. En quién sepa leer los momentos. Si los locales logran contener los primeros intentos rayados y mantener el cero, la confianza irá creciendo. Si Monterrey golpea temprano, entonces cambiará todo el escenario.
No hay partido fácil en esta liga. Pero hay partidos que se sienten diferentes. Y este lo es. Porque tiene historia reciente, porque tiene narrativa, porque tiene regreso y debut, porque tiene al Alfonso Lastras latiendo más fuerte. Y porque hoy, más que nunca, la gente de San Luis quiere creer que este equipo puede plantarse ante cualquiera. Que puede competir, que puede ganar. Que puede hacer historia, incluso si es apenas la jornada dos.
Esta noche el balón rodará con intensidad. Y con él, rodará también la memoria. Porque quizá con el tiempo, alguien recuerde que un viernes cualquiera de julio, en San Luis Potosí, se jugó un partido que no parecía importante… pero terminó siéndolo todo.
También lee: El tormentoso futuro y sus pronósticos | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
-
Destacadas1 año
Con 4 meses trabajando, jefa de control de abasto del IMSS se va de vacaciones a Jerusalén, echando mentiras
-
Ciudad3 años
¿Cuándo abrirá The Park en SLP y qué tiendas tendrá?
-
Ciudad3 años
Tornillo Vázquez, la joven estrella del rap potosino
-
Destacadas4 años
“SLP pasaría a semáforo rojo este viernes”: Andreu Comas
-
Estado2 años
A partir de enero de 2024 ya no se cobrarán estacionamientos de centros comerciales
-
Ciudad3 años
Crudo, el club secreto oculto en el Centro Histórico de SLP
-
#4 Tiempos2 años
La disputa por el triángulo dorado de SLP | Columna de Luis Moreno
-
Destacadas3 años
SLP podría volver en enero a clases online