junio 4, 2025

Conecta con nosotros

#Si Sostenido

Cuando la ciencia potosina empequeñece | Columna de Jorge Ramírez Pardo

Publicado hace

el

ciencia potosina

Enred@rte

 

Un contrapunto regio.-  Antes del amanecer del siglo XX, Monterrey, la capital de Nuevo León, era un pintoresco pueblo provinciano, muy distante en población y señorío de la capital potosina con un Centro histórico bruñido en su arquitectura barroca patrocinada por su colonial emporio minero, y el neoclásico porfiriano; además, con la llegada del ferrocarril y su privilegiado cruce de caminos al centro norte de México, urbe propicia para la industria y el comercio.

En Monterrey, detonó su eclosión hacia la industria, la fundación, el 5 de mayo de 1900 de la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, S.A., centro fabril donde se instaló el primer alto horno de América Latina. Permaneció activa y boyante hasta 1986.

Una década después, en 1988, fue creado el Fideicomiso Fundidora para conformar y administrar El Parque Fundidora, considerado un Museo de Sitio de Arqueología Industrial, para ofrecer a las familias de Nuevo León un lugar de descanso, donde se pueda practicar el deporte, además de una oferta de entretenimiento, actividades de formación, encuentros empresariales, pasarelas comerciales y de fomento cultural y artístico.

El Parque Fundidora, es multi-temático. Ahí se encuentra la Cineteca de Nuevo León, una pinacoteca con dos salas de exposiciones, mediateca, taller infantil, un teatro con capacidad para 350 personas, y un museo interactivo sobre el origen del acero el cual posee área de exposiciones y un mirador donde se puede observar el centro de Monterrey.

Parque Fundidora en Monterrey

MMSA/SLP, MÁS AÑOS DE ENRIQUECIMIENTO Y ENTRE PINGUE Y NULA CORTESÍA SOCIAL

Durante el porfiriato (1876-1911), la arquitectura neoclásica, y el desarrollo ferroviario con cruce oriente a poniente, Aguscalientes-Tampico, y sur a norte, Ciudad de México-Ciudad Juárez, ingresaron la capital potosina a la modernidad; antes que lo consiguiera la mayoría de las capitales estatales de la federación. El auge comercial era una derivación lógica y, con él, el resurgimiento de otra minería distinta a la primigenia colonial.

El hoy complejo minero de la Industrial Minera México (IMMSA), al oriente de la capital potosina, inició operaciones en 1892, con la nomenclatura American Smelting and Refining Company (ASARCO), cuando no había población en las cercanías; luego surgió, a un costado de la minera, el poblado de Morales habitado por obreros de la empresa y sus familias; ingenieros y altos funcionarios de la minera habitaban una colonia residencial distante y separada. Con el tiempo, y desde hace medio siglo, la mancha urbana rodeó al conjunto.

La semana pasada, durante una rueda de prensa, precedida por variopinta concurrencia (expertos, ex ambientalistas y representantes de IMMSA) se informó: El terreno, que fue un complejo metalúrgico de la planta de cobre de la compañía Industrial Minera México, será utilizado para impulsar proyectos de infraestructura para la capital potosina, como viviendas y comercios, con lo cual los beneficios serán incuantificables a largo plazo.

Obvia decir la plusvalía del sitio a comercializar y el beneficio millonario para unos pocos inversionistas y sus gestores (¿Autoridades avales de espalda a la ciudadanía?, ¿Cuándo se ha visto tal? Será en las islas del Pacífico sur o por allá).

Nada de Parque recreativo multi-temático ni arqueología industrial. Conflicto de intereses y negocio multimillonario en favor de German Larrea, actual dueño de IMMSA y siempre colocado en la escala del 1 al 3 (desde hace 6 lustros) entre los mayores multimillonarios mexicanos; desde luego, con la complicidad vernácula de autoridades y hasta (como se señaló, ocupado presídium) ex defensores del medio ambiente con posgrados universitarios.

Se trata, se informó en el panel con los medios, de 432.6 hectáreas ubicadas al oeste de la ciudad de San Luis Potosí, que estaban contaminadas con arsénico, plomo y cadmio, y que hoy ya están rehabilitadas y listas para integrarse al desarrollo urbano (sic).

El periodista Javier Padrón, obsequió hace 3 días, una revisión multi-angular e interpretación solvente del suceso; se puede consultar en: (https://potosinoticias.com/2020/01/30/mesa-revuelta-el-fastidio-de-vidal-muhech-y-la-conversion-de-diaz-barriga/). Ocioso sería tratar de emularlo. Va, en cambio, información complementaria. 

ACA LAS TUNAS Y LOS CARDOS ENTRE CONFLICTO DE INTERESES

Entre los años 2005 y 2011, la revista electrónica enredarte, en su sección 5, “San Luis con Vida”, dedicada a los agravios ambientales mineros a la capital potosina, mostro varias ocasiones este texto:

En 2003, cuando el contador Marcelo de los Santos asume la gubernatura estatal, un grupo de académicos de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), lo reciben con desplegados de plana completa en formato grande (30 por 56 centímetros) del diario Pulso, en la conta-portada de su primera sección con el reclamo de parar los agravios ambientales producidos por la empresa Industrial Minera México, IMMSA, al poniente de la ciudad.

De pronto ese reclamo se silenció. El grupo de científicos de la UASLP abandonó el monitoreo de los impactos ambientales de IMMSA/Morales.

IMMSA de Pasta de Conchos (donde quedaron sepultados 65 mineros a causa de la desatención a medidas básicas de seguridad) es la misma empresa IMMSA/Morales o Grupo México que infecta el aire de la ciudad de San Luis Potosí y sus entornos, y opera hace 25 años en forma ilegal en cuanto a procesamiento de zinc

En San Luis Potosí, IMMSA invierte en maquillar imagen. Tan grave como el deterioro ambiental, acentuado en niños y mujeres embarazados del entorno de la minera, es el silencio del equipo de investigadores que consignaban sus impactos ambientales. 

Cabe señalar que tal afirmación publicada más de 30 veces, nunca fue replicada.

En el número 223 de enredarte, además del texto anterior, se publicaron, un fragmento de poema alusivo y un testimonio, mostrados a continuación:

Al poniente/ la Asarco y la Industrial Minera México/ flamantes como cigarros enormes/ vomitan plomo a los niños de Morales (“Mediodía”, de Alfonso Vadillo Dimas) 

Sobre IMMSA/SLP.- La planta de cobre (de IMMSA/SLP) se va a destruir y vender como chatarra, innumerables piezas y equipos de fundición que son dignas de estar en un museo. Son parte de nuestra historia. He contactado a la asociación mundial de patrimonio industrial y les he comentado lo anterior, pero al parecer a nadie le interesa. Testimonio de trabajador a punto de dejar de serlo.

Fernando Díaz Barriga caracterizado de Contraveneno

Y… ¿QUÉ FUE DEL GRACIOSO “CONTRAVENENO”?

Antes y durante la publicación de los desplegados contra IMMSA, uno de los científicos promotores de ese texto, Fernando Díaz Barriga, tenía un montaje escénico, con un personaje representado por él mismo, Contraveneno (una suerte de chapulín verde, inspirado acaso en el televisivo de vestimenta roja), acompañado en papeles aleatorios por profesionistas y estudiantes de investigaciones biomédicas. Ponían en escena un auténtico ejercicio de sociodrama* dirigido a niños de preescolar y primaria para invitarlos a tomar conciencia de lo daños provocados por la minera y motivar a prácticas preventivas y/o remediadoras.

Con el silencio de sus colegas, Díaz Barría y su elenco inductor de toma de conciencia, salieron de escena.

*Un sociodrama es una obra dramática en la que varios individuos actúan a cabo las funciones asignadas a los efectos de estudiar y resolver los problemas en las relaciones de grupo o colectivos.

Exterior e interior de la Cineteca en el Parque Fundidora

SI ALGO LUCE Y HUELE MAL ES PORQUE PUEDE HABER PUDRICIÓN

Entre 2006 y 2010 se desmanteló parcialmente la planta. El alto grado de toxicidad sembrado, y las siempre cooptables/cooptadas autoridades, el confuso y débil plan urbano recién presentado por el munícipe Xavier Nava (impulsado al incoloro mandato que ejerce por urbanizadores que primero se tomaron la foto con el reelegible Ricardo Gallardo), su tío Horacio como abogado de IMMSA (¿Cuál conflicto de intereses?), más lo que se acumule en la semana, meses y proximidades electorales, demandan, mínimo, ejercicios contra-venénicos y proactividad ciudadana.

También te puede interesar: Museos y galerías de la capital potosina | Columna de Jorge Ramírez Pardo

#4 Tiempos

Ingeniero Labarthe, pionero de la cartografía geológica en México | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Publicado hace

el

EL CRONOPIO

 

Hace sesenta y cinco años, en el mes de mayo, el Ing. Eugenio Pérez Molphe impulsaba el proyecto para la creación de un Instituto de Geología en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, que sería presentado por el Ing. Rubén Ortiz Díaz Infante, Director de la Escuela de Ciencias Químicas, un par de meses después en julio de 1960 se formalizaba la propuesta al Consejo Directivo Universitario de a UASLP, la cual sería aprobada iniciando así las actividades del Instituto de Geología y Metalurgia, como fue llamado en un ´principio, siendo nombrado el Ing. Pérez Molphe como su director.

El proyecto de inicio de la formación en Geología en San Luis se venía gestado dos años atrás, motivada entre otros factores, por la celebración del Año Geofísico Internacional donde estaban participando algunos universitarios potosinos, entre ellos el Dr. Gustavo del Castillo, que recibió en 1957 a investigadores que realizarían algunos experimentos geológicos en el marco de esta celebración.

En 1958 con motivo del Año Geofísico Internacional estuvieron en San Luis Potosí el doctor en geología Robert P. Mayer de la universidad de Wisconsin y el ingeniero geodesta Hermilio Cepeda del Departamento de Oceanografía de la UNAM, con el objeto de realizar experimentos geológicos a fin de determinar la velocidad con que se transmite el movimiento de la tierra, para lo que buscaban una mina abandonada para emplear un sismógrafo a fin de poder colocarlo a considerable profundidad, seleccionando para ello al mineral de Cerro de San Pedro. Para realizar sus mediciones se haría una explosión de dinamita en el Cerro del Mercado en Durango y mediante comunicación por radio con Cerro de San Pedro se trataba de registrar en el sismógrafo el evento.

En 1959 el Ing. Luis S. Jiménez López presidente de la Comisión Nacional de Fomento Minero en el Estado de San Luis Potosí, en un análisis minucioso sobre el panorama minero en México, declaraba que el país necesitaba más ingeniero geólogos, señalando la necesidad de una nueva dinámica en los campos de exploración y explotación de minerales cuyo factor propicie el justo y adecuado aprovechamiento de este núcleo de profesionales.

En esos años, terminaba sus estudios de ingeniería geológica el potosino Guillermo Labarthe Hernández en la Universidad Nacional Autónoma de México, titulándose en la licenciatura como ingeniero geólogo en 1958, año en que contraería matrimonio y regresaría posteriormente a San Luis Potosí.

Guillermo Labarthe Hernández nacería en San Luis Potosí en febrero de 1934, a principios de los sesenta se incorporaría al Instituto de Geología de la UIASLP que contaba con un número mínimo de profesores y sus actividades se orientarían al apoyo a la docencia y el impulso de la carrera de geología en la UASLP que iniciaba actividades en 1961 a la que se incorporarían alumnos que ya estudiaban ingeniería en la UASLP y que reorientaban su vocación a la geología.

El vínculo del Ing. Labarthe con la UNAM se reflejaría al realizar los primeros trabajos de cartografía en colaboración con esa institución que propició se titularan los primeros geólogos de la UASLP

un par de años después en lo que fue la primera generación de ingenieros geólogos, la cual estuvo formada por Arturo Elías, Jorge Fraga y Manuel Mendiola, que recibieron sus títulos en 1963.

El Instituto de Geología de la UASLP sería el tercer instituto de investigación creado en la UASLP y el segundo que se formaba en el país. Si bien, sus primeros años estuvo enfocado principalmente en el apoyo a la docencia se establecían las raíces que propiciarían se realizaran se manera intensa actividades de investigación a mediados de los setenta.

En el mes de noviembre de 1962 salió a la luz pública la revista “Geología y Metalurgia”, con temas técnico-científicos de interés y que posteriormente, hacia 1977 daría lugar a la serie de boletines publicados como “Folletos Técnicos del Instituto de Geología”. En 1979 el Ing. Guillermo Labarthe Hernández era nombrado director del Instituto de Geología y se iniciaba un intenso trabajo de cartografía geológica siendo un esfuerzo pionero en el país.

En 1976 inicia los trabajos formales de investigación en cartografía geológica del Estado enfocando esfuerzos en la Zona Media y Altiplano del estado de San Luis Potosí, dirigidos por el Ing. Labarthe; estos trabajos serían los primeros que se realizaban en México. Los cuales sirvieron para definir los acuíferos de la zona de San Luis Potosí y Villa de Reyes. Por lo que al perforarse los pozos se sabía que tipo de rocas estaban en el subsuelo gracias al trabajo de cartografía realizado. En cuanto a recursos minerales, los depósitos de caolín que existen en la zona suroeste del estado fueron descubiertos por la cartografía realizada.

Todos estos recursos, acuíferos y minerales están encajonadas en rocas volcánicas, tema que sería parte de la especialización del Ing. Labarthe del que era un experto. La zona de San Luis fue una zona volcánica, y los estudios han ayudado a comprender la evolución de la corteza.

El Ing. Labarthe falleció iniciando el mes de mayo dejando un importante legado para la geología mexicana y en especial la potosina, siendo uno de sus pioneros y el iniciador de la cartografía geológica moderna.

También lee: La Primera Geóloga Mexicana | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Continuar leyendo

#4 Tiempos

Entre tangas, roscas y tamales | Columna de León García Lam

Publicado hace

el

VOLUTA

 

En una nota del Universal publicada el último del año 2024 una comerciante de la Ciudad de México afirmó: “ya no se venden los calzones rojos y amarillos, se está perdiendo la tradición” y al parecer sí, la euforia por las tangas rojas ha perdido el interés de las nuevas generaciones chilangas que ya no creen en el amor, ni en las tradiciones o no tienen dinero para pagarlas. Sin embargo, en estados como Jalisco, las ventas de ropa interior se dispararon hasta el cielo y un dato llamó mi atención: para este año 2025, los consumidores tapatíos buscaron vorazmente los calzones amarillos. ¿Qué nos querrá decir este indicador popular?

Hace unos días, en una cápsula trasmitida por Radio Universidad (de SLP) se escuchó, en la voz de mi querido amigo Jonathan Gamboa, una explicación genealógica acerca de las tradiciones de fin de año: comer lentejas, hacer maletas y meterse debajo de la mesa son tradiciones que provienen de culturas bien lejanas en el tiempo y en el espacio. Entonces ¿por qué las aceptamos con tanta facilidad? No sé si usted lo note, querida culta lectora de La Orquesta, pero las tradiciones del fin de año o del año nuevo pretenden controlar el futuro incierto que tenemos enfrente: que las doce gotas de la felicidad, que las cabañuelas y los borregos de la buena fortuna, pero ¿qué tienen en común todas estas “tradiciones” a las cuales también llaman “rituales”?

Pues bien, yo que empleo parte de mi valioso tiempo en buscarle chichis a las lombrices, creo que lo que es común a una buena parte de estas tradiciones de Año Nuevo es el juego de esconder o revelar algo que está dentro. Me explico, la tradición de salir a la calle con una maleta requiere guardar dentro de la maleta elementos de lo que se desea atraer. La tradición de meterse debajo de una mesa es, de alguna manera, situarse dentro del centro de la abundancia que es la mesa. Sin embargo, el mejor ejemplo es la rosca de reyes:

¿Cómo debe ser la tradicional rosca de reyes? Unas personas afirman que la tradicional rosca lleva un monito, otras dicen que debe llevar 3 monitos y hay quien piensa que la mera tradicional rosca de reyes debe esconder además de los monitos, dedales y anillos. No hay manera de fijar una norma estandarizada. Lo que sí es interesante es la forma de la rosca. ¿Usted sabe cómo se llama la forma geométrica de una rosca? Se llama toro y algún otro día le contaré sobre sus propiedades matemáticas que son formidables. Me gusta pensar que, si la rosca es una representación del año, entonces el tiempo es algo que da vuelta, regresa al mismo lugar y en su interior, al igual que los tamales, esconde sorpresas insospechadas.

Estimada y culta lectora de La Orquesta: yo espero que las sorpresas de su año 2025, sean las mejores.

También lee: Votar entre la razón y la emoción | Columna de León García Lam

Continuar leyendo

#4 Tiempos

Votar entre la razón y la emoción | Columna de León García Lam

Publicado hace

el

VOLUTA

 

Eso me dijo mi papá:

-Mira Leontino, que lo que guardas en la cabeza no sea lo mismo que guardas en el corazón.

Como muchas cosas que me dijo, no le puse suficiente atención, pero ahora ese mensaje ha logrado escarbar entre todos los recuerdos y salir a flote otra vez.

Interesante: la frase de mi papá tiene razón, pero también tiene emoción. Hace uso de dos recursos -muy humanos- a la vez y los junta y los enreda torciéndolos, pero nunca dejan de ser razón por un lado y emoción por el otro. La frase significa además que la razón tiene su lugar en el cuerpo, sus formas, sus métodos y la emoción los suyos propios. Esto viene muy a cuento con la época de elecciones en la que nos encontramos.

Como una especie de vicio raro, leo con pulsión desmedida todas las columnas de opinión que mi escaso tiempo me permite. Leí, por ejemplo, la columna de mi amigo Octavio Mendoza (Astrolabio) que trata acerca de las complejas motivaciones del votante: a la mera hora, ahí escondido detrás de una cortina de plástico, el elector tacha la opción que durante meses dijo que no iba a elegir. Si un votante hace eso, no pasa nada, es como una gota de agua rebelde que lucha contra las olas del mar. La cosa se pone buena, cuando esto mismo no lo hace uno sino 5 millones de votantes. Entonces, las alarmas se encienden, los encuestadores se arrancan los pelos y se desatan los programas de opinión, que a mí me encantan, tratando de explicar lo que antes parecía imposible.

Sí, efectivamente, las masas actúan caprichosamente. No razonan. Solo actúan motivadas por sentimientos básicos como el odio, el miedo, el rencor, la venganza o el gusto. Eso motivó a millones de personas a votar hace seis años y sentimientos similares moverán a millones de personas a votar este domingo.

Por otro lado, si lo pensamos bien (lo razonamos) ¿de qué sirve ir a votar? Alguien va a ganar de todos modos y quien gane no hará que el mundo, el país, el Estado, el municipio cambien. Todos sabemos que las campañas se hacen de puras promesas que ni siquiera se piensan cumplir. Como un signo más del apocalipsis, la calidad de los candidatos de todos los partidos empeora cada elección y se nos presentan cada vez más incultos, cínicos y simplones y si seguimos pensando así, no solo se nos quitarán las ganas de votar sino de vivir.

Ambas situaciones que he presentado aquí: votar motivado por el rencor y no salir a votar porque “no sirve para nada”, significan hacer de tripas corazón, o sea poner la pasión en la cabeza y la razón en el corazón y así todo se descompone.

Para que la democracia funcione se requiere que la motivación de votar sea algo que está por encima de nuestros intereses personales: nuestros hijos, nuestra comunidad, nuestro entorno. Salir a votar no puede ser un asunto de la razón, menos aún de las razones personales, sino de la pasión ciudadana, del amor por la patria, por la matria, por la familia. El resultado aquí no es lo que importa, sino nuestra obligación a participar.

¿Por quién votamos? Aquí debe entrar la razón desapasionada. Votar por rencor o votar por conveniencia personal no sirve para elegir al mejor gobernante. Lo que se requiere, en ese momento justo de estar a solas con nuestra boleta y el crayón en la mano es razonar fría y calculadoramente el sentido de nuestro voto.

Es el corazón quien levanta del sillón al elector, lo saca de la comodidad de su casa y lo lleva a la casilla. Ya estando en la mampara, la razón toma la mano del votante y lo hace elegir si no la mejor, la menos mala de las opciones que tenemos. Después de que le marcan el dedo con la famosísima tinta indeleble (por cierto, invento mexicano) queda en el votante, una extraña satisfacción de haber cumplido de la mejor manera posible.

Yo creo que vamos bien, si tomamos en cuenta que la democracia se tarda unos 400 años en dar resultados.

Querida culta lectora de La Orquesta, que tenga felices votaciones este domingo

También lee: ¿Existe la ciencia neoliberal? | Columna de León García Lam

Continuar leyendo

Opinión

La Orquesta de Comunicaciones S.A. de C.V.
Miguel de Cervantes Saavedra 140
Col. Polanco
San Luis Potosí, S.L.P.
Teléfono 444 244 0971

EL EQUIPO:

Director General
Jorge Francisco Saldaña Hernández

Director Administrativo
Luis Antonio Martínez Rivera

Directora Editorial
Ana G. Silva

Periodistas
Bernardo Vera

Daniel Rocha

Santiago Herrera Robles

Diseño
Karlo Sayd Sauceda Ahumada

Productor
Fermin Saldaña Ocampo

 

 

 

Copyright ©, La Orquesta de Comunicaciones S.A. de C.V. Todos los Derechos Reservados