Deportes
#Crónica | 11 mil potosinos alentando a sus guerreras auriazules
Este texto, publicado originalmente el 16 de julio de 2019, resultó ganador del tercer lugar en el Premio Estatal de Periodismo 2020, en la categoría Crónica Deportiva. La Orquesta fue, por segundo año consecutivo, el medio más laureado en el estado, con seis premios. ¡Felicidades a Sebastián y a todos nuestros compañeros ganadores!
Por: Sebastián Escorza
15 de julio de 2019: fue el día en que el futbol femenil de primera división llegó a San Luis Potosí. Contrario a lo que se pudiera llegar a pensar, las inmediaciones del estadio Alfonso Lastras estaban abarrotadas de aficionados, ansiosos de ver la presentación del equipo femenil de la ciudad.
No es para menos, este día se hizo historia, fue la primera vez que el futbol femenil profesional se jugó en tierras potosinas.
En la entrada del estadio encuentro a tres mujeres con una vestimenta peculiar, no es el jersey del Atlético de San Luis, sino una playera en la que se puede leer #JuegaComoNiña, ellas organizaron un porra para el Atlético femenil, recuerdan a Nina y la enorme brecha salarial que aún existe entre el fútbol femenil y el varonil.
Hay quien se aventura a hacer un pronóstico del partido y se espera que el cuadro de casa firme su presentación con broche de oro con una victoria de 2-0, pero los caminos del futbol nunca son los que uno espera, nunca…
Y es que nadie se esperaba la respuesta apabullante de la afición: Nada más y nada menos que 11 mil 200 personas se dieron cita en el coloso de Valle Dorado para alentar a las jóvenes que, con una armadura auriazul, dieron todo de sí y dejaron el alma sobre el pasto del coloso de este recinto.
Este lunes el Atlas le clavó 6 goles al Atlético femenil; por más que lo intentaron, las locales solo pudieron meter el gol de la honra, aunque cabe mencionar que estas guerreras auriazules tuvieron varias oportunidades para quitarle lo abultado a los cartones. La pelota es caprichosa, y este día lo fue sin duda.
El cuadro de casa perdía por un marcador de 0-2 tras la primera mitad del encuentro, Alison González había conseguido un doblete tras mover las redes al 25′ y al 38′; el resultado parecía remontable, pero poco a poco las esperanzas se diluyeron.
Hoy el futbol le jugó una mala pasada a las chicas del Atlético de San Luis: un balón que pegó en el travesaño pudo haber sido la diferencia en todo el partido, pero Atlas metió las que tuvo, y se vio en el marcador.
Conforme avanzaba el reloj, también aumentaba el nerviosismo del equipo local y, al mismo tiempo, aumentó el aforo en el Alfonso Lastras. Al inicio se planteó abrir solamente la zona de sombra, pero más y más aficionados llegaban al estadio y al final se abrieron la cabecera sur y la zona de sol. Un aforo que nadie esperaría en un partido de la Liga MX femenil, m uestra de que los potosinos están a muerte con su equipo, sea el varonil o el femenil.
Segundo tiempo… Las jugadoras tuvieron oportunidad de replantear el juego en los minutos de descanso, pero Atlas aprovechó errores puntuales en la defensa auriazul para ampliar la ventaja dos goles más. Para el minuto 56 el marcador ya iba 0-4 y el ánimo de los presentes cayó.
Llegó el minuto 64 y con ello un penal a favor del equipo de casa, era la oportunidad para descontar y no morir de nada, pero el tiro fue adivinado por la arquera rojinegra Ana Paz; los miles de aficionados se llevaban las manos al rostro, a la cabeza, era increíble lo que estaba sucediendo: Simplemente el gol se le negaba a las auriazules.
Ocho minutos después llegó el gol para el equipo de casa, y qué gol: Sharon Morales mandó una vaselina desde un costado del área que se metió por el ángulo del arco del Atlas, el estadio estalló en júbilo, el partido estaba perdido, pero las potosinas no se iban a ir sin dar pelea.
El gol envalentonó a las auriazules, pues como por arte de magia los nervios desaparecieron y en el césped del Lastras se pudo observar el empuje ofensivo del San Luis femenil, aunque la escuadra dirigida por Martín Casas no pudo concretar otro tanto.
Por su parte, las tapatías aprovecharon algunas desatenciones en la parte baja del cuadro potosino para ampliar todavía más la ventaja, en 5 minutos Atlas anotó dos goles más y sentenció un 1-6 que no se olvidará en San Luis Potosí.
No se olvidará por lo abultado del marcador, tampoco porque fue el primer partido femenil de primera división en la ciudad, sino porque a pesar de la adversidad, estas chicas mostraron garra, y es algo que también cuenta mucho para identificarse con un equipo de futbol; los mismos aficionados lo dijeron una vez terminado el encuentro: esto va empezando, hay oportunidad de mejorar y, sin duda, se espera que el equipo vaya hacia arriba.
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#4 Tiempos
Hoy, frente al campeón | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Cuando Toluca llegue al Alfonso Lastras esta noche, no lo hará como un visitante cualquiera. Llega con la etiqueta de campeón, con una racha que asusta y con la confianza de un equipo que se sabe sólido. Para San Luis, en cambio, la cita es una cuerda floja: si tropiezan, el vacío no será sólo en la tabla, también en la credibilidad.
Los Diablos Rojos han mostrado lo que pocos en este torneo: regularidad. Saben atacar, saben cerrar partidos y rara vez pierden la calma. Es un conjunto que luce afinado, con un mediocampo que controla ritmos y delanteros que no perdonan. La pregunta no es si Toluca llega bien, sino si San Luis tiene con qué incomodarlos.
El conjunto potosino, por su parte, ha vivido a base de altibajos. Capaz de ganar con autoridad un fin de semana y de derrumbarse al siguiente con errores de principiante. Su defensa es frágil cuando la presión se acumula y su ataque depende demasiado de destellos aislados. Juegan en casa, sí, pero el Lastras ha dejado de ser un verdadero bastión, demasiadas veces los rivales han salido de aquí con los brazos en alto.
El historial entre ambos no ayuda al ánimo local. Toluca suele imponerse con naturalidad y pocas veces ha permitido que San Luis lo sorprenda. No es casualidad, cuando uno tiene orden y el otro improvisa, el resultado suele estar cantado.
Sin embargo, el fútbol tiene esa manía de burlarse de la lógica. A San Luis le basta un arranque intenso, un gol inesperado o una noche inspirada de su arquero para cambiar el guion. Lo sabe la afición, que se aferra a la esperanza de que, ante el rival más fuerte, el equipo saque la versión que pocas veces aparece.
Hoy no se juega sólo un partido. Para Toluca es la oportunidad de confirmar que su liderazgo no es un accidente. Para San Luis, es el chance de mandar un mensaje claro de que no están condenados a ser comparsa, que pueden competir con cualquiera si deciden hacerlo en serio.
Si San Luis sale tímido, Toluca lo devorará sin esfuerzo. Pero si el local entiende que este es el momento para dar un golpe sobre la mesa, entonces el líder tendrá, por fin, un rival que lo haga sudar. El balón dirá si el Lastras es tumba o resurrección.
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#4 Tiempos
Clásico de la 57: pasión al filo del cuchillo | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Hoy se juega en Querétaro el Clásico de la 57, un duelo que siempre viene cargado de tensión, orgullo y, por desgracia, un trasfondo que no se puede ignorar: la sombra de la violencia. Este enfrentamiento no es un simple partido de fútbol, es un espejo incómodo de lo que todavía está pendiente en nuestro balompié.
El recuerdo de la batalla campal entre Querétaro y Atlas sigue vivo. Esa tarde oscura, con imágenes que dieron la vuelta al mundo, dejó claro que la pasión puede convertirse en caos en cuestión de segundos. Y no fue un hecho aislado: en otras ocasiones también hemos visto enfrentamientos en las gradas del Alfonso Lastras, peleas que interrumpieron partidos, además de aquel episodio en Torreón en el que el sonido de las detonaciones generó un pánico colectivo que terminó por vaciar un estadio entero. Lo que debería ser fiesta, demasiadas veces se ha convertido en pesadilla.
El problema no es exclusivo de México. Apenas esta misma semana, en Argentina, un partido internacional quedó marcado por escenas dantescas: aficionados golpeados, perseguidos y obligados a escapar del propio lugar que debería haber sido su refugio. El encuentro tuvo que ser suspendido y la violencia dejó un saldo de heridos, detenidos y un continente entero preguntándose cómo es posible que sigamos repitiendo las mismas historias de siempre.
Con ese telón de fondo se juega hoy este Clásico de la 57. En la cancha, Gallos Blancos y Atlético de San Luis se disputan algo más que tres puntos: se juegan la credibilidad de una rivalidad que merece ser recordada por goles y no por golpes . La exigencia es doble: para los equipos, que deben entregar un partido digno; y para las tribunas, que están obligadas a demostrar que se puede alentar sin cruzar la línea del salvajismo.
Porque la verdad es dura: si después de lo vivido en Querétaro hace unos años todavía no entendemos, si después de tantas escenas vergonzosas en México seguimos tolerando barras que se comportan como pandillas, entonces lo que pasó en Argentina podría repetirse aquí en cualquier momento.
El Clásico de la 57 debe ser una advertencia. Que la intensidad se quede en la cancha, que la rivalidad se mida en goles, que la pasión no vuelva a confundirse con barbarie. Si hoy la historia vuelve a torcerse hacia el lado equivocado, no habrá espacio para el asombro: sería simplemente la consecuencia de haber aprendido nada.
Este clásico es una puerta: o se abre para dejar pasar el fútbol en su forma más pura, o se entreabre para que se cuele de nuevo la violencia. Y lo que ocurra esta noche dirá mucho más de nosotros como país que de los once contra once que se atrevan a pisar la cancha.
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#4 Tiempos
San Luis frente a Puebla: partido para valientes, no para excusas | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Si San Luis no puede ganarle a este Puebla, que viene tambaleando como boxeador en el último asalto, mejor que empiece a buscar excusas desde hoy. No es crueldad, es sentido común: el rival llega golpeado, con la moral baja y con una defensa que con cualquier ráfaga se desmorona. El que no sepa aprovechar eso, que se dedique a otra cosa.
El antecedente del cuadro camotero es el bochornoso 7-0 contra Tigres, un resultado que no sólo evidenció las carencias defensivas, sino que dejó claro que, cuando se desconectan, el desastre es inmediato. Y aun así, Puebla sigue vivo en la Leagues Cup; un respiro que, aunque breve, les da algo de motivación extra para no hundirse del todo en la Liga MX. Ojo, un equipo que todavía compite en dos frentes no se tira al piso tan fácil, y esa doble agenda puede darle un giro inesperado a un partido que, en el papel, muchos ya ven como trámite para San Luis.
Los potosinos, sin embargo, no llegan con la mesa servida. Apenas el fin de semana pasado, contra Cruz Azul, volvieron a mostrar que las buenas intenciones no alcanzan si el fútbol no es constante. Un partido en el que por momentos parecían competir de igual a igual, pero se diluyeron cuando había que apretar. Si quieren que el discurso post-Leagues Cup no quede como humo, este viernes es el momento para respaldarlo.
En la previa, una noticia que, al menos, les quita una piedra del zapato: la anulación de la expulsión a João Pedro. El delantero podrá estar disponible tras la revisión que borró la roja injusta del juego pasado. Su presencia es vital no sólo por lo que aporta al ataque, sino por la sensación de que, con él en el campo, San Luis tiene una referencia que obliga a los rivales a estar atentos.
Pero la realidad es que este encuentro en el Cuauhtémoc se juega en varios niveles: para Puebla, la oportunidad de lavarse un poco la cara después de ser humillado y de responder ante su gente. Para San Luis, el examen perfecto para demostrar que sabe ganar cuando las condiciones están a su favor. Porque si no pueden sacar tres puntos ante un equipo que viene arrastrando la cobija, entonces el resto del torneo pinta para seguir en esa tierra de nadie que ya conocen demasiado bien, no lo suficientemente malos para dar pena, pero tampoco lo suficientemente buenos para ilusionar a nadie.
Ganar este partido no sería una hazaña; sería apenas cumplir con lo que se espera de un club que dice aspirar a más. Y si no lo logran, entonces el discurso optimista de las últimas semanas quedará reducido a lo que tantas veces hemos escuchado en San Luis: palabras bonitas para adornar otra temporada gris.
En el fútbol, hay partidos que definen un campeonato, y otros que definen una actitud. Este viernes, en Puebla, San Luis no está jugando por la cima, pero sí por algo igual de importante: la credibilidad. Y si la pierden aquí, ya no habrá árbitro, VAR ni anulación de roja que los salve.
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