septiembre 23, 2025

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#4 Tiempos

Comisión sin derechos | Columna de Víctor Meade C.

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SIGAMOS DERECHO.

Rosario Piedra Ibarra rindió protesta como Presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ante el pleno de la Cámara de Senadores el 12 de noviembre de 2019. Entre gritos, jaloneos y empujones, los senadores de Morena formaron una barrera humana para que la entonces presidenta del Senado, Mónica Fernández, oficializara la posesión del cargo para el periodo 2019-2024.

Retrocedamos unos días para entender por qué rindió protesta en un verdadero circo. El 7 de noviembre se llevó a cabo la votación en el Senado de la terna compuesta por Alberto de Jesús Imbert, José de Jesús Orozco y la propia Rosario Piedra. La Constitución mexicana señala en su artículo 102, apartado B, que el o la presidenta de la CNDH será elegida con los votos de las dos terceras partes de los senadores presentes en la sesión. La terna fue votada en dos ocasiones, pero ninguno de los tres candidatos reunió los votos necesarios. Fue hasta la tercera votación que Rosario Piedra acumuló 76 votos a favor. El problema aquí fue que en la sesión se emitieron 116 votos; dos terceras partes de esos votos dan como resultado 78. ¿Por qué ganó la votación con dos sufragios menos? La respuesta es sencilla: al momento de la contabilización, hubo dos votos que se perdieron. Así es. Por tanto, con 114 votos, los 76 que Piedra Ibarra obtuvo a su favor sí son suficientes, según lo que manda la Constitución.

Si retrocedemos un poco más, podemos encontrar otra inconsistencia. Previo a su nominación, Rosario Piedra fungió como integrante del Consejo Nacional de Morena, lo cual, según los estatutos del partido, es un puesto de “dirección” y “ejecución”. En contraste, la Ley de la CNDH establece en su artículo 9°, fracción IV, que es requisito no haber desempeñado cargo de dirección nacional o estatal, en algún partido político en el año anterior a su designación. Todavía hasta el 24 de octubre del 2019 Rosario Ibarra aparecía en la lista de Consejeros Nacionales de Morena. Juzgue usted.

Esta designación, plagada de irregularidades e ilegalidades, provocó la renuncia de tres consejeras de la CNDH. Así, con Piedra Ibarra al frente, la Comisión solo puede ser descrita como auténticamente acéfala.

La palabra acéfalo proviene del latín acephalus, que significa “sin cabeza” o “descabezado”. Para tener una mejor representación gráfica, pensemos en su opuesto, por ejemplo, un águila bicéfala —o sea, con dos cabezas—. Este símbolo, muy utilizado como escudo por muchos imperios y naciones, representa poder y fortaleza. Muy por el contrario, lo que representa tener una CNDH acéfala es algo completamente alejado de sus principios fundacionales.  La Comisión se encarga de defender, proteger, promover y estudiar los derechos humanos, pero perdió legitimidad alguna cuando dejó de ver, de escuchar y de expresarse.

Han sido ya varias situaciones en las que la CNDH no ha actuado de la manera en la que debería. Un claro ejemplo de ello fue la decisión de no presentar una acción de inconstitucionalidad al acuerdo emitido el 11 de mayo del presente año por el presidente López Obrador, mediante el cual pretendía disponer de las fuerzas armadas por cinco años para llevar a cabo tareas de seguridad pública en todo el territorio nacional. Rosario Ibarra se pronunció al respecto diciendo que la Comisión no está facultada para impugnar acuerdos, sino que solo pueden impugnar leyes. No obstante, con la jurisprudencia que ya ha emitido la Suprema Corte de Justicia y con una interpretación integral de la Constitución y de las funciones de la CNDH, sí era posible promover la inconstitucionalidad. Fue, finalmente, la entonces presidenta de la Cámara de Diputados, Laura Rojas, quien la presentó.

Este es solo un ejemplo del actuar limitado en que se ha visto encasillada la CNDH, aunque, recientemente, el trato que recibieron dos mujeres potosinas por parte de Rosario Ibarra y de las instituciones de impartición de justicia terminó por desbordar el descontento generalizado de las víctimas de violencia de género en este país. En esta reunión, la titular de la Comisión le dijo a Marcela Alemán —madre de una niña de cuatro años víctima de violación en el 2017— y a Silvina Castillo —madre de un joven asesinado el año pasado— que “se regresaran a Matehuala”, argumentando que las carpetas de investigación estaban mal armadas desde un principio.

Los hechos que sucedieron después ya le han dado la vuelta al mundo; las madres se amarraron a sus sillas y comenzaron una huelga de hambre. Posteriormente, colectivas feministas llegaron a tomar las instalaciones de la CNDH y la convirtieron en la “Casa de Refugio Ni Una Menos”, en donde reciben a mujeres cuyos derechos han sido violentados.

Las colectivas feministas de todo el país se han movilizado; han ocupado también las Visitadurías de la CNDH de Michoacán, Aguascalientes, Puebla, Tabasco, Veracruz, Chiapas, Morelos y el Estado de México. En ésta última, ubicada en Ecatepec, grupos policiacos desalojaron en camionetas no oficiales a las mujeres y mantuvieron a muchas de ellas incomunicadas y desaparecidas por varias horas. ¿Cómo es que la autoridad estatal responde desapareciendo mujeres que precisamente están luchando contra estos abusos y violencia desenfrenada?

Mientras que el presidente López Obrador pide que ya no pinten sobre los cuadros de “nuestros héroes revolucionarios”, tomemos un momento para dimensionar lo ocurrido: un verdadero contrapeso —en la forma de colectivas feministas— ha venido a regresarle la capacidad de ver, de escuchar y de expresarse a una institución auténticamente acéfala.

*Imagen de Cuarto Obscuro.

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#4 Tiempos

Partiendo átomos con el Dr. Eduardo Gómez en la Ciencia en el Bar | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

En el ciclo número cuarenta de la Ciencia en el Bar se presenta el Dr. Eduardo Gómez con la charla Partir átomos sin morir en el intento, que se llevará a cabo el miércoles 24 de septiembre en punto de las ocho de la noche en la Cervecería San Luis, ubicada en Calzada de Guadalupe número 326.

Este ciclo de la Ciencia en el Bar es el preámbulo del vigésimo aniversario de está serie de charlas donde conviven la ciudadanía con científicos de diversas áreas que realizan su actividad, tanto en San Luis Potosí como en otros puntos de la República Mexicana.

En esta ocasión el Dr. Eduardo Gómez, investigador del Instituto de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí aborda un tema que es eje de su trabajo de investigación y que comparte con el público detalles relacionados con la física atómica y la mecánica cuántica, en este año que la Unesco ha declarado el año 2025, como el Año Internacional de la Ciencia y las Tecnologías Cuánticas, con el objetivo de “aumentar la conciencia pública sobre la importancia de la ciencia cuántica y sus aplicaciones”.

Entre las múltiples aplicaciones de la tecnología cuántica, que tratamos en entrega anterior en esta sección de El Cronopio en La Orquesta, se tiene la medición del tiempo; con la metrología cuántica, con su medición ultraprecisa del tiempo, podemos tener mejores sistemas de posicionamiento global y una internet de mayor calidad. Sobre los desarrollos de instrumentación para la medida del tiempo a lo largo de la historia de la humanidad ya nos habló el Dr. Eduardo Gómez en una charla en la Ciencia en el Bar y ahora retoma la palabra para adentrarnos en el tema del átomo en la charla que dictará este miércoles 24 de septiembre.

El Dr. Eduardo Gómez ingresó como investigador del Instituto de Física en el año 2007, se tituló de físico en la Facultad de Ciencias de la UNAM en 1999, realizó sus estudios de maestría y doctorado en la Universidad en la Universidad Estatal de Nueva York, en Stony Brook, graduándose en el año 2001 y 2005, respectivamente. Realizó una estancia posdoctoral, del 2005 al 2007, en el National Institute of Standards and Technology, en Maryland, Estados Unidos, donde trabajo con el Premio Nobel de Física William Phillips.

El trabajo de investigación del Dr. Eduardo Gómez se centra en la óptica, física atómica, molecular y nuclear, y, en sistemas de medición de precisión; usando dispositivos experimentales, como láser, detectores de luz, sistemas de ultra alto vacío, detectores de radiación, circuitos electrónicos analógicos y óptica iónica, con técnicas experimentales, entre las que se encuentran, detección de bajo ruido, sistemas de micro ondas, enfriamiento láser y atrapamiento de átomos.

Ha desarrollado una importante infraestructura para abordar sus temas de investigación, formando el Laboratorio de Átomos Fríos en el Instituto de Física de la UASLP, donde trabaja en trampas ópticas y lidera un grupo de investigación que explota las técnicas de enfriado láser para confinar los átomos y reducir su temperatura. Esta muestra fría y confinada proporciona el ambiente ideal para diversos estudios de física atómica. Algunas de las líneas de investigación del grupo son: Interacción entre átomos y superficies, Simetrías fundamentales, Interferometría atómica y gravimetría. El grupo forma la Unidad de Sensores Cuánticos del Laboratorio Nacional de Materia Cuántica, del sistema de laboratorio nacionales del Conahcyt, donde participan los grupos de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, el Instituto de Ciencias Nucleares (UNAM), el Centro Nacional de Metrología, los laboratorios del Instituto de Ciencias Nucleares (UNAM), Instituto de Física (UNAM), el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada y el Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica. Todos estos grupos están interesados en la formación y consolidación de este Laboratorio Nacional.

El Dr. Eduardo Gómez García, es uno de los distinguidos investigadores de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, merecedor de varios premios nacionales e internacionales.

No desaprovechen esta oportunidad para acercarse al trabajo de Eduardo Gómez y entender más sobre el mundo atómico y las propiedades de los átomos en su charla Partir Átomos sin morir en el intento, este miércoles 24 de septiembre en La Ciencia en el Bar, en la Cervecería San Luis.

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#4 Tiempos

Sobre el ateísmo | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

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LETRAS minúsculas

¿Era de mañana cuando Moisés apacentaba el rebaño de su suegro Jetró? ¿Caía ya la tarde? La Escritura no nos lo dice; pero dice, en cambio, que a lo lejos vio Moisés una zarza que ardía sin consumirse. «¿Qué misterio es éste?», se preguntó, intrigado. Y ya se acercaba a contemplar el extraño fenómeno cuando una voz lo paró en seco:

-«No te acerques. Quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado».

¿Quién era el que así hablaba? Moisés no sabe qué pensar; además, ni siquiera tiene tiempo para ello, pues la voz continúa hablando así:

-«Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob».

«¡Trágame, tierra!», se diría Moisés a sí mismo. ¿De modo que era Dios mismo quien le hablaba? ¿Y para qué, si podía saberse?

-«He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos. Y he bajado a librarlos de los egipcios, a sacarlos de esta tierra para llevarlos a una tierra fértil y espaciosa, una tierra que mana leche y miel… La queja de los israelitas ha llegado a mí, y he visto cómo los tiranizan los egipcios. Y ahora, anda, te envío a Faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, los israelitas».

¡Señor mío! Como si fuera tan fácil! Moisés tartamudea, no sabe qué pensar, de modo que se limita a decir:

-«¿Y quién soy yo para acudir al Faraón o para sacar a los israelitas de Egipto?

-»Yo estoy contigo –le dice Dios-, y ésta es la señal de que yo te envío: que en cuanto saques al pueblo de Egipto, ustedes darán culto a Dios en esta montaña».

De acuerdo, sí. Todo esto está muy bien; pero, ¿cómo iba a sacar Moisés a los israelitas: cargándolos, empujándolos, llevándolos a rastras, o cómo? Además, había aún un par de cosas que necesitaban ser aclaradas:

-«Mira –dice Moisés, tuteando al Altísimo-, yo iré a los israelitas y les diré: el Dios de sus padres me ha enviado a ustedes. Pero si ellos me preguntan cómo se llama, ¿qué les respondo?

Yo soy el que soy. Esto dirás a los israelitas: Yo soy me envía a ustedes» (Éxodo 3, 1-14).

Yo soy el que soy. Ehyeh ‘ser ‘ehyeh. Desde que Dios pronunció estas palabras extrañas, los hombres no han dejado de preguntarse qué es lo que podrían significar. Y, a este respecto, dicen los estudiosos de la Sagrada Escritura que la traducción más aceptable del Nombre divino (Yo soy el que soy) bien podría ser ésta: Yo soy el que está contigo, y se apoyan para defender su posición argumentando que, para los israelitas del tiempo de Moisés, el verbo ser (de Yo soy) denotaba no solamente el hecho de estar-ahí (como lo es para nosotros), sino sobre todo el hecho de estar-con, pues su concepto de la vida era absolutamente comunitario. Uno de estos estudiosos, el jesuita John C. Murray, profesor de teología en la Universidad de Yale, escribió así, por ejemplo, en uno de sus libros:

«Para los antiguos israelitas, como para todos los pueblos primitivos, la existencia era una cuestión de comunidad: ser era estar con los demás. La existencia, pues, era un asunto efectivo: ser era estar-en-acción” (véase su interesante libro El problema de Dios).

De este modo, decir: Yo soy el que soy

equivalía
en aquellos tiempos a decir también: Yo soy el que está contigo, el que actúa por ti, o, incluso, el que combate por tu causa. Esto es más o menos –a decir del padre Murray- lo que aquellos judíos esclavizados entendieron cuando Moisés les reveló el nombre divino.

Para un judío de aquellos tiempos remotos era, pues, inconcebible que alguna vez alguno de entre ellos pudiera llegar a preguntarse, como hacemos nosotros: «¿Existe Dios?». Ésta, para ellos, hubiera sido una pregunta carente de todo sentido. Pero, en cambio, podían preguntarse –como de hecho lo hicieron, y no una, sino innumerables veces-: «¿Está entre nosotros el Señor o no?» (Éxodo 17, 7).

Esto ha hecho pensar a más de un estudioso que el ateísmo en cuanto tal no existió –ni pudo existir- entre los israelitas de la antigüedad. Ahora bien, si por ateo se entiende aquel que pone en duda o incluso niega la existencia de Dios –cosa que un judío del Antiguo Testamento no hubiera podido hacer por nada del mundo-, entonces es claro que no hubo ateos entre ellos; pero si se piensa que el ateo era más bien quien ponía en duda la cercanía de Dios («¿Está el Señor con nosotros o no?»), entonces es claro que sí los hubo, sólo que la Escritura nos los llama ateos –que es una palabra de cuño más bien reciente-, sino insensatos. «Dice el insensato para sí: no hay Dios» (Salmo 13,1). Y concluye el padre Murray:

«La negativa del insensato no se refiere a la existencia de Dios en algún sentido metafísico, sino a su existencia activa en medio de su pueblo. El hombre insensato se dice a sí mismo: Dios no está aquí, ahora, conmigo».

En sentido genuinamente bíblico, pues, ateo no es el que, tras una serie de razonamientos lógicamente encadenados, llega a la conclusión de que no existe ninguna entidad que pueda llamarse divina, sino el que se siente abandonado, solo y como a merced de los vientos.

¿Quiere decir esto, entonces, que sentirse desesperado era, para el judío bíblico, tanto como negar a Dios e incurrir en ateísmo? Sí. Porque Dios había mandado decirle al pueblo por boca de Moisés: Yo soy el que soy, es decir, el que está contigo, a un lado tuyo, y Dios no puede mentir.

El que cree que anda por la vida sin quién por él; el que cree que Dios ni siquiera lo mira; el que se cree abandonado: ése es al ateo genuino, aunque diga que no lo es. ¡Vaya noticia!

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#4 Tiempos

Más que un torneo, un paso a la igualdad | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

San Luis Potosí vive esta semana una fiesta distinta. El balón rueda en el Campeonato Internacional Azteca de Fútbol 5 para Ciegos y Débiles Visuales, un torneo que reúne selecciones nacionales y que coloca a la ciudad en el mapa de un deporte que merece mucho más reflector. Durante varios días, el Centro de Desarrollo Comunitario Simón Díaz se convierte en escenario de partidos intensos, cargados de pasión y de un nivel competitivo que desarma cualquier prejuicio.

Brasil, Estados Unidos, Chile, Perú, además de las escuadras de México en categoría mayor y juvenil, se enfrentan con el mismo deseo: demostrar que el fútbol no tiene límites cuando existe disciplina, técnica y hambre de triunfo. Lo que en apariencia parece un torneo menor, en realidad es una muestra de que el deporte puede ser un terreno donde la inclusión se ejerce, no se promete.

Cada jugada es un recordatorio de lo que significa competir desde la adversidad. Los jugadores disputan la pelota con una entrega que pocas veces se ve en el fútbol profesional, comunicación constante, concentración absoluta, confianza en el compañero y un respeto genuino por el rival. Aquí no hay contratos millonarios ni reflectores mediáticos, pero sí un compromiso que debería sonrojar a más de un equipo de primera división.

En el marco de este torneo, la selección de Estados Unidos ha decidido aprovechar su participación para grabar parte de un documental que retrata su camino hacia los Juegos Paralímpicos de Los Ángeles 2028. Más allá de los resultados deportivos, la presencia de cámaras en sus entrenamientos y partidos busca dejar testimonio del proceso, de la disciplina diaria y de la construcción de un proyecto que quiere llegar con fuerza a la máxima cita paralímpica. Ese esfuerzo añade otra capa de significado. San Luis no sólo es sede de un torneo, también se convierte en escenario de una historia que trascenderá fronteras.

Para San Luis Potosí, la responsabilidad es doble. No basta con ser sede, hay que estar a la altura de lo que significa recibir un torneo internacional, dar difusión y demostrar que el fútbol adaptado tiene un lugar real en la vida deportiva del estado. Este campeonato es también una oportunidad para darle continuidad a proyectos locales que ya han trabajado con empeño y sacrificio en el fútbol para ciegos.

Pero la pregunta inevitable es qué pasará después. ¿Será este torneo un punto de arranque hacia la consolidación del fútbol 5 en México o quedará en la memoria como un evento aislado? El reto está en no conformarse con la foto del arranque ni con los discursos de ocasión. Se necesitan torneos más sólidos, entrenadores formados, recursos permanentes y, sobre todo, la voluntad de tratar este deporte con la seriedad que merece.

En San Luis Potosí no se está jugando sólo un campeonato, se está jugando la credibilidad de un país que dice apostar por la inclusión. Cada gol, cada atajada, cada aplauso, es un grito contra la indiferencia. Porque en esta cancha, más que el resultado, lo que importa es entender que el fútbol también se juega con el corazón cuando los ojos ya no alcanzan.

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Opinión

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