#4 Tiempos
Don Teófilo en el Palacio de Gobierno, Tío Tito en la iglesia de Tequis | Crónica de Jorge Saldaña
CRONICA
Teófilo Torres Corzo bajó de una elegante Suburban blanca la mañana de este martes para ser el protagonista una vez más de un evento de Estado en el Palacio de Gobierno de San Luis Potosí.
El acompañamiento al personaje es generoso, todos los sectores de la sociedad, niveles de gobierno y su familia, también generosa, entran flanqueando al protagonista.
Son las nueve de la mañana del 17 de Octubre, es la misma puerta del mismo palacio que hace 30 años y 51 semanas, vio una entrada similar encabezada por el mismo hombre.
El “Teófiloo, Teófiloo, Teófiloo” del 91, se transformó en aplausos de 2023.
Comenzó el homenaje de Estado, uno que estrenó el personaje, por supuesto de cuerpo presente, como siempre que estuvo en el palacio en el que despachó como titular del ejecutivo.
Ahí estaba Teófilo y estaban todos a los que acompañó. Muchos también de los que desde entonces y antes, lo acompañaron.
El mensaje en la sede del ejecutivo, frente a los tres poderes, en el espacio en el que Teófilo perfiló el futuro electoral del país y concilió la turbulencia política de los noventas en San Luis para dibujar su futuro, está a cargo de su hija Carmenchu Torres Vilet.
Su primogénita definió a su padre como un hombre de Estado y creyente de las instituciones a las que respetó, impulsó, proyectó y fue parte.
“…un hombre de palabra, lealtades y compromisos que sembró amistades en todos los espacios”. Legados también con énfasis en conocer y fomentar el valor de la familia, de la perseverancia, y de la satisfacción del trabajo.
Sobriedad y ecuanimidad en voz de su hija mayor que honró a su padre, el que estaba al centro el recinto.
El gobernador del estado, Ricardo Gallardo Cardona, séptimo gobernante con el que convivió -y de cerca- el homenajeado, tuvo turno para referirse también a la trayectoria y logros, pero sobre todo a su convivencia.
Fue el del centro del Palacio, el que entró con multitud por segunda vez, la primer persona en ser visitada por el actual mandatario luego de recibir su constancia de mayoría en junio del 2021 según platicó Ricardo Gallardo Cardona.
Así lo había prometido y así lo cumplió. Charlaron dos horas ese día, muchas más con antelación, sobre todo en aquella comida que se recuerda en que en casa del que este martes bajó en Suburban, se reunió con los principales empresarios, casi todos entonces detractores de un candidato que sacudió el Status Quo de la clase política.
La conciliación entonces de Teófilo, se sabe, fue fundamental para prevenir un hervor social y una polarización, como la que supo resolver en 91, no se repitiera en la última elección.
Don Teófilo tuvo esa función dos veces, y tuvo éxito en ambas.
El discurso de un mandatario a otro, fue cálido, personal y emotivo. La familia del ex senador y diputado agradecieron el tono en abrazos uno a uno con el gobernante.
La figura central del homenaje aplaudió las intervenciones de su hija, la presencia de toda su familia y el respeto generoso de los asistentes desde una fotografía que circuló desde el domingo en que en un traje a rayas el también empresario y siempre político se retrató aplaudiendo, a ellos, a su estado y a sí mismo en expresión de satisfacción hecha sonrisa rodeada de su tradicional barba.
A sus costados lo flanquearon primero sus hijas y yernos, después el gobernador y el alcalde de la capital potosina.
En hora y quince terminó el evento que presidió, en cuerpo presente, como siempre, Teófilo Torres Corzo desde el palacio de gobierno potosino.
Salió por la histórica, testigo y muda puerta de madera para subir de nuevo a su Suburban, en esta ocasión, Don Teófilo prefirió hacerlo dentro de un estuche de madera muy fina.
Fue su homenaje póstumo, en el que aún así, fue presente y protagonista. La ausencia no era su estilo, y cuando lo fue, fue siempre a conveniencia.
Se cuentan tres moto patrullas de la policía municipal las que abren el paso por la Avenida Álvaro Obregón y luego Venustiano Carranza, detrás de ellas el vehículo que trasladó a Don Teófilo que fue escoltado por siete patrullas de la Policía Urbana, corporación privada de seguridad que fundó el protagonista del cortejo. Atrás sus más cercanos familiares y amigos.
Mientras recorrió calle a calle desde Palacio rumbo a Tequis, en el atrio de la iglesia se descargaban también, uno a uno los arreglos florales, en su gran mayoría circulares, elegantes y repletos de pétalos blancos.
Si en palacio se despidió a Don Teófilo Torres Corzo, en Tequis, se recibió a “Tío Tito”.
El luto se percibía en el ambiente que olía a incienso y perfume, el código de etiqueta fue la tristeza.
Se pudo hacer un recuento de sus empresas y una auditoría a su vida y amistades en el recorrer de las bancas ocupadas todas por completo. Si alguien pudo dar una orden a Tío Tito nada más fue Dios padre que lo llamó a su presencia.
Así lo parafraseó el Arzobispo, Jorge Alberto Cavazos Arispe, que comenzó la ceremonia acompañado también con el Arzobispo emérito, Jesús Carlos Cabrero Romero, que leyó evangelio y compartió la homilía.
Suenan las guitarras y el coro en balada eclesiástica anunciando el inicio de la liturgia.
“Aquí estoy señor, aquí estoy otra vez y estoy cansado, en Ti descanso…” se entonó mientras la fina madera que arropó al cuerpo presente se encaminaba frente al altar.
Fueron primero sus hijas las que hicieron guardia de honor, después sus hermanos que pasaron luego el lugar a sus hijos y sobrinos, terminaron acompañándolo a su lado momento a momento sus nietos.
Fueron los Macabeos los de la primera lectura y también los de la segunda porque entre dos nietos de Tío Tito, la repitieron.
“Busca primero el reino de Dios y su justicia divina”. Transcurría también la ceremonia en términos de rasgueos de cuerdas y coros.
La homilía en absoluto consuelo, en metáforas del inicio de la vida, del pesar y la “tormenta implacable y el río que se desborda” cuando es llamado a la vida eterna un familiar cercano.
“Ya no hay sufrimiento y ya no hay soledad, Dios los ha recibido” es una melodía más, que, sin querer se acompaña con sollozos discretos pero muy sentidos sobre todo en las primeras filas.
Antes del “podemos ir en paz y podemos continuar”, Maribel Torres Vilet, dio un emocional y sentido mensaje a su “Papito chulo”, al que reconoció trayectoria pero sobre todo amor como padre, hermano, hijo, y abuelo.
En los tiempos de calidad que no regateó ni en el último momento, en el lamentar su partida pero celebrar su vida, en honrar su personalidad, sus anécdotas, sus historias y hasta sus leyendas urbanas sobre su recorrido por la vida.
“Ocupa tu nuevo puesto en el cielo” le pidió su hija.
“Celebremos la vida y pidamos por un mundo mejor como el que tu nos enseñaste, Tío Tito, que es posible” le dijo su sobrino Carlos.
Terminó la ceremonia en un abrazo colectivo de todos los presentes, a los familiares cercanos y amigos.
Se fue el cuerpo presente de Tío Tito mientras lloraban las sirenas de patrullas y lamentos en claxon de las flotillas de algunas de sus empresas.
Firmes todos, tristes todos.
La multitud se fue desbalagando, las condolencias fueron una vez más compartidas. El adiós se había concretado.
Se despidió en cuatro horas a Don Teófilo y a Tío Tito.
También lee: “Visionario y demócrata”: Gallardo encabeza homenaje a Teófilo Torres Corzo
#4 Tiempos
Una vida dedicada a la ciencia, Candelario Pérez Rosales | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Hoy, 16 de diciembre, el peotillense Candelario Pérez Rosales, baluarte de la ciencia e ingeniería mexicana y consolidador de la física profesional en San Luis Potosí, estaría cumpliendo noventa y cinco años de edad.
Candelario Pérez Rosales nació el 16 de diciembre de 1930 en Peotillos, comunidad del municipio de Villa de Hidalgo, San Luis Potosí, donde estudió los primeros años de primaria, para luego venir a San Luis Potosí a terminarlos y continuar los estudios de secundaria y preparatoria, ambos en el turno nocturno, donde compartía las horas de estudio con las horas de trabajo. Estudiaría Física en la Universidad de Purdue y vendría a San Luis Potosí a colaborar con la fundación de la Escuela de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, hoy Facultad de Ciencias y del Instituto de Física de la propia Universidad Autónoma de San Luis Potosí, instituciones que están cumpliendo setenta años.
Como parte de los trabajos de difusión y divulgación sobre personajes de la ciencia potosina que llevo a cabo publiqué en el 2012 un libro intitulado Una Vida Dedicada a la Ciencia, el papel de Candelario Pérez Rosales, que recoge la trayectoria de Candelario Pérez Rosales, cuyo papel para el establecimiento, desarrollo y consolidación de la física en San Luis fue determinante; de esta forma el desarrollo de la ciencia potosina en la segunda parte del siglo XX, en el seno de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, fue posible con la participación de varios personajes, entre los que se encuentra indiscutiblemente Candelario Pérez Rosales. Su papel fue determinante para que la física potosina y en general la ciencia potosina sea lo que es hoy, ese importante polo de desarrollo que tiene un reconocimiento a nivel mundial. Sin su participación, entusiasmo, compromiso y cierto apostolado, la física en San Luis, y la propia universidad potosina, no serían lo que son hoy.
En este sentido la Universidad Autónoma de San Luis Potosí se encuentra en deuda con Candelario Pérez Rosales.
Su aportación a la ciencia e ingeniería mexicana va más allá de su labor en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Continuó siendo pionero en otras aventuras académicas, contribuyendo notablemente al desarrollo de la ciencia mexicana. En particular ingresó como investigador fundador al Instituto Mexicano del Petróleo.
Como investigador del Instituto Mexicano del Petróleo desarrollo una gran cantidad de proyectos que colocaron al país como un innovador en procesos de extracción de petróleo. Larga sería la lista de ellos, mismos que recogen en las páginas del libro que le dedicamos a este importante científico potosino.
Esta larga lista de proyectos que dirigió Candelario Pérez, desarrollados bajo el demandante factor de tiempo, da muestra de la importancia de su contribución al desarrollo de la industria petrolera al enfrascarse en proyectos dirigidos a resolver los diversos problemas técnicos y científicos asociados a la industria petrolera.
Estas tres facetas de Candelario Pérez que se presentan en el libro, constructor de instituciones y formador de recursos humanos, científico orientado a problemas de aplicación en la industria petrolera y escritor científico, lo colocan como uno de los baluartes nacionales en el desarrollo de la ciencia e ingeniería en nuestro país, y muy enfáticamente al desarrollo de la física mexicana.
Candelario Pérez ingresa como investigador fundador del Instituto Mexicano del Petróleo en 1966, como ya hemos mencionado, después de haber sentado las bases y asegurado el desarrollo de la Escuela e Instituto de Física en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
En este libro se recoge su labor como escritor científico, profesor e investigador, tareas que suelen ser consideradas como labores fundamentales de las universidades mexicanas. En todas ellas tuvo, y sigue teniendo a pesar de estar retirado, una contribución importante y valiosa, además de sobresaliente.
Sea esta obra un homenaje a uno de los fundadores de la Escuela de Física de la UASLP, ahora Facultad de Ciencias, y del Instituto de Física de la UASLP, que estaban englobados en el Departamento de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, cuya creación se diera el 1 de diciembre de 1955, mediante la aprobación del Consejo Directivo Universitario a un recurso sometido por el Dr. Gustavo del Castillo y Gama.
A los interesados, el libro pueden comprarlo bajo pedido en el correo electrónico de un servidor.
Candelario Pérez murió en San Luis Potosí, el 1 de mayo de 2016. El homenaje que le tributamos, se recogen en una serie de videos que pueden consultarse en youtube en el canal de José Refugio Martínez Mendoza. Para una muestra compartimos el siguiente:
También lee: Enrique Mesta Zuñiga, el filósofo autodidacta | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
La evolución creadora | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
He aquí lo que escribió hace poco el filósofo alemán Ulrich Hommes: «El crecimiento del miedo en nuestro tiempo es debido a que los hombres de hoy padecen una singular falta de relaciones. Es evidente que la falta de relaciones tiene como consecuencia el miedo, y que el miedo genera una mayor agresividad».
¿Qué quiso decir el filósofo con estas palabras? En realidad es muy simple; quiso decir, sencillamente, que si hoy cunde en nuestras sociedades una especie de pánico generalizado, es porque los hombres estamos más solos que nunca. Como no tenemos amigos (digámoslo aún mejor: como no tenemos relaciones significativas), todo nos aterroriza, pues sentimos que en tales condiciones no seremos capaces de hacer frente a los problemas de la vida.
El viejecito aquel que no tiene ya a nadie porque ha visto morir a todos sus camaradas y partir a tierras lejanas a todos sus hijos, ¿cómo no va a tener miedo de quedarse muerto en la noche mientras duerme? ¿Qué va a ser de él? ¡Ah, con una persona cercana, con una sola con tal de que lo quiera, cómo le sería fácil vivir! Pero no, no tiene a nadie: está solo y por eso se despierta en la madrugada sudando de miedo.
Y aquella mujer joven, ¿no tiene miedo también? Cuando piensa en el futuro, siente que la cabeza le estalla. ¿Y si su marido la abandona para irse con otra mujer más de su gusto? ¡Después de todo, es probable que lo haga! Pues, ¿no se oye por doquier, pero sobre todo en la radio y en la televisión, que cuando un lazo nos aprieta demasiado hay que tener la osadía de desatarlo? ¿No se dice continuamente aquí y allá que el matrimonio es una prisión y que cada cual puede y debe buscar otras alternativas cuando los antiguos compromisos no sean ya viables, deseables ni rentables? Y siendo éste el pensamiento que todos repiten alegremente; ¿cómo no va a tener miedo la pobre de que la dejen un día u otro? ¡Separarse es tan sencillo! Por su parte, el marido también padece lo suyo. ¿Y si ya no satisface todas las expectativas de su esposa?, ¿y si ya no reúne todos los requisitos, como se dice? El normal caos del amor: así tituló Ulrich Beck, el famoso sociólogo alemán, un libro suyo que trata, precisamente, de estas angustias nada ficticias. Pero este caos, ¿es tan normal como parece? A juzgar por lo tiempos que corren, sí.
Mas no sólo el viejecito y los jóvenes esposos tienen miedo; también lo sienten los niños. Y si sus padres se separan, ¿qué será de ellos? Amigos casi no tienen, a excepción de aquellos con los que chatean por la tarde, a la hora de los deberes. Pero, ¿pueden estos desconocidos llamarse amigos? ¡Si son unos desconocidos: a lo mucho, sólo saben su nombre y las letras de las canciones que se intercambian en la red! Están solos.
Y el niño que aún no nace, ¿no tiene miedo él también? Gracias a la sensibilidad espantada de su madre, algo sabe ya de los terrores de este mundo. Ni siquiera le ha sido necesario nacer para darse cuenta de cómo están las cosas en este extraño planeta. Sí, tiene miedo, y él más que nadie. Primero porque está indefenso, y segundo porque nada sabe si su madre llegará a tragarse ese cuento que dice que los niños, mientras aún estén en el vientre, no son más que un montón de células desorganizadas o quizá meramente tumores que sería necesario extirpar cuando las cosas anden mal.
Miedo aquí y miedo allá. Miedo que, según Ulrich Hommes, no tarda mucho en convertirse en violencia. Violencia que genera más miedo y que no puede ser aplacada más que con amor: «Lo que sirve contra el miedo cuando nada más sirve es el amor. El amor que me brindan y el amor que yo mismo doy».
Se realizó recientemente un experimento que dejó boquiabiertos a los que lo realizaron: «Cuando a unas cabras ubicadas cerca de su madre fueron sometidas a un cierto voltaje de corriente eléctrica, se mantuvieron en pie y pudieron soportarlo. Esta misma carga eléctrica les fue aplicada después, cuando estuvieron solas, y entonces ya no pudieron sostenerse, pues o se desvanecían o se volvían locas».
¡Significativo descubrimiento! Cuando las cabras estaban acompañadas, eran fuertes, y sólo caían cuando estaban aisladas y se sentían desamparadas.
«No es bueno que el hombre esté solo». Fue Dios mismo quien lo dijo, es decir, quien creó al ser humano y lo conoce de pe a pa. Ahora bien, si es Él el que lo dice, por algo será. Me discutía hace poco un amigo:
–¡Sólo tú puedes tragarte esos relatos inocentes que cuenta la Biblia!
-¿Y por qué inocentes? –pregunté.
-Porque son ingenuos. Por lo menos todos sabemos hoy que el mundo no nació como dice el libro del Génesis.
-¿Y por qué no? –volví a preguntar-. Que Dios haya creado en seis días, ¿no habla, en cierto sentido, de evolución? Según este libro del que te burlas, las cosas y los seres no surgieron todos al mismo tiempo, sino que hubo una gradualidad –una evolución creadora, como la llamaría Bergson- que no es extraña a los modernos descubrimientos de la ciencia: primero fueron la tierra y el cielo, luego las plantas, más tarde los animales y, por último, el hombre…
-Sin embargo –replicó mi amigo-, el libro del Génesis habla de días.
-Días que no tienen por qué ser nuestros días de veinticuatro horas. Acuérdate del salmo que dice que, para Dios, mil años son como un día…
No sé si convencí a mi amigo; pero, además, tampoco me preocupaba convencerlo. Yo sólo quería decirle que no hay que desechar a la ligera esta advertencia divina: «No es bueno que el hombre esté solo». Y que me alegra saber que la ciencia, poco a poco, en la medida de sus fuerzas, va descubriendo esta verdad vieja como el hombre mismo.
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#4 Tiempos
Cinco finales, cinco retratos | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
El fútbol mexicano vive instalado en un vaivén que mezcla memoria corta, intensidad desbordada y una elasticidad competitiva que rara vez se ve en otros torneos. Y no hay mejor espejo de esa naturaleza cambiante que las últimas cinco finales de la Liga MX. Cada una reveló una cara distinta del campeonato, a veces impredecible, a veces cuidadosamente edificado, pero siempre dispuesto a romper pronósticos.
La más reciente, la del Clausura 2025, entregó un desenlace que pocos anticipaban. Toluca superó a América y recuperó un lugar que parecía extraviado en la élite. Esa serie tuvo un aire de reivindicación para los escarlatas, que encontraron una mezcla perfecta entre orden, temple y puntería. América, por su parte, llegó con la etiqueta inevitable de favorito, pero terminó cediendo ante un rival que administró mejor la presión. En ese desenlace se confirmó que en México los ciclos pueden renacer más rápido de lo que tardan en extinguirse.
Un semestre antes, en el Apertura 2024, las Águilas habían impuesto su jerarquía ante Monterrey. Fue una final marcada por el contraste entre un equipo construido para dominar y otro diseñado para golpear en ráfagas. América resolvió porque entendió cuándo acelerar y cuándo enfriar; Rayados quedó atrapado en la tentación del vértigo y pagó caro su falta de pausa. La serie se volvió una lección de que, en liguillas, el músculo emocional pesa tanto como el táctico.
El Clausura 2024 repitió campeón, América doblegó a Cruz Azul en un duelo donde la narrativa histórica parecía empujar a los celestes, pero terminó imponiéndose la estructura más estable. No fue una final espectacular, pero sí una muestra de oficio. América manejó los tiempos como si los hubiera ensayado toda la vida y Cruz Azul, que había encontrado ritmo durante la fase final, se quedó sin margen en el momento en que la exigencia aumentó.
En el Apertura 2023, el mismo América se cruzó con Tigres en una final que resumió la última década del fútbol mexicano, dos potencias creando tensión desde su experiencia y su peso institucional. Fue una confrontación áspera, tensa, en la que el primer error podía decidirlo todo. América fue más certero y Tigres, pese a su capacidad para competir siempre, no encontró esa chispa que tantas veces lo salvó en finales previas.
Y antes de que América dominara este tramo de la historia reciente, el Clausura 2023 había dejado un capítulo distinto, Tigres había vencido a Guadalajara en una final que mezcló dramatismo y resistencia. Chivas llegó con un impulso sentimental fuerte, respaldado por un cierre de torneo que había reavivado ilusiones; Tigres, en cambio, se aferró a la experiencia y convirtió la serie en un duelo donde la paciencia terminó valiendo oro.
Cinco finales, cinco historias desiguales, pero todas con un hilo común, la liga mx vive entre la tradición y la renovación constante. América ha sido el protagonista dominante, sí, pero no en un territorio exclusivo; Toluca reapareció con fuerza, Tigres mantiene su lugar entre los gigantes modernos y Cruz Azul y Monterrey continúan orbitando entre la aspiración y la frustración.
Lo fascinante es que cada una de estas series dibuja una tendencia distinta. A veces gana el que mejor juega; otras, el que comete menos errores; y en más de una ocasión, el que simplemente logra sobrevivir a su propio caos. La Liga MX no premia únicamente la excelencia: premia la capacidad de adaptarse a un torneo donde cada semestre puede contar una historia completamente diferente.
Eso explica por qué sus finales, aunque repetidas entre ciertos protagonistas, nunca se sienten iguales. Cada una deja marcas nuevas, dudas nuevas y certezas que duran apenas unos meses. Y quizá ahí radica la esencia de este futbol, un territorio donde la estabilidad es un lujo, el dramatismo una obligación y el título, el botín que confirma que, al menos por un instante, todo salió bien en medio de un ecosistema que siempre está cambiando. Hoy Toluca puede volver a levantar el título o Tigres recuperar lo perdido hace unos torneos, pero sea cual sea el resultado, no queda duda que esta liga es un reflejo de lo extraño y competido que resulta nuestro casero futbol nacional.
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