#4 Tiempos
Trasatlántico y déspota encantador. Adiós don Teófilo | Apuntes de Jorge Saldaña.
APUNTES
Partió a mejor puerto el trasatlántico de la política potosina, Teófilo Torres Corzo. El hombre que siendo, no dejó jamás de ser.
Don Teófilo se lleva en su hacerse a la mar de la eternidad, la biblia del anecdotario político potosino de las últimas cuatro décadas y no es cualquier anecdotario.
En sus mesa, sus casas y reuniones, se planearon, presentaron, discutieron y se tomaron decisiones que, no cabe duda, dibujaron transiciones políticas de todos los niveles. Solo en San Luis, por lo menos las últimas 7 gubernaturas, la de él incluida y la actual también.
“Mire amigo…” se le recuerda con su voz igualmente particular, grave y contundente como su personalidad también única, presentación impecable y estilo irrepetible.
Fue diputado local, federal, senador de la República y antes gobernador del estado, pero en justicia objetiva hay que decir que Don Teófilo nunca dejó de ser ni un segundo todo eso que fue por periodos oficiales.
Sus envestiduras las mantuvo y disfrutó hasta el último momento de su vida.
Don Teófilo fue el gobernador que prefirió serlo toda su vida, a intentar serlo tan solo por seis años.
Siendo así Don Teófilo, es y será hasta difícil decidir si referirse a él en pasado o en presente porque fue, pero es.
Para muchos potosinos Don Teófilo es edificio, empresa, policía, político, periódico, alarmas, maquinaria, banco, radio, medios, y hasta distribuidor de vehículos.
Lo era todo porque de sus 14 hermanos, todos apreciados y exitosos en sus ramos profesionales, Teófilo era el estandarte, el logotipo público de toda una familia.
Si fuera canción Don Teófilo sería el Huapango de Moncayo. Si fuera autor sería el traductor potosino por excelencia del Arte de la Guerra, si fuera comida sería gourmet y si fuera reloj sería el más fino y para San Luis era el traje de gala de la política, la empresa y las relaciones públicas internacionales.
Su casa fue escenario de reuniones trascendentales, las más, totalmente guardadas con celo, las menos muy públicas sin menoscabo de su significancia para la vida pública.
El carácter se tiene o no se tiene y Teófilo lo tenía, sus historias son casi de dominio público, la más repetida quizás es aquella que lo convertía a si mismo en un hombre tan rico que, si alguien conoce la Avenida Carranza, sabrá que Don Teófilo la podía tapizar de billetes…parados!
El no dejar ni un segundo de ser un político seguro de sí y pagado de sí, lo obligaba a tener una disciplina personal que lo distinguía, era y es, de los que no importa en qué tono o tema se escribiera o hablara de él en lo público, sin excepción había llamada para el reportero o columnista y jamás en términos reclamo.
“Le agradezco se haya tomado el tiempo de escribir sobre mi humilde persona, quizás esté o no de acuerdo, pero le reconozco su atención…”
Palabras más o palabras menos, siempre correctas y concretas.
Anécdotas que podrían considerarse parábolas sobran y todos quienes lo conocieron atesoran alguna. A esta hora se leen por docenas en las redes.
El que esto escribe tiene algunas, breves pero de consideración harto valiosas.
De vez en cuando, si se presenta el tema, platico una muy personal cuando el transatlántico que partió el domingo y éste reportero fumamos juntos un cigarro saliendo de una reunión de Coparmex en el Hotel antes Westin, sin embargo es una que me reservo de contar aquí porque para entenderla hacen falta ademanes y mayor contexto.
No fue la única ocasión en que compartimos el fumar juntos, he de confesar que este aprendiz de reportero, en sus primeros días de andanza informativa, y desde entonces con el arraigado mal hábito del tabaco, buscaba en los eventos a Don Teófilo.
Si él podía fumar donde fuere, pues yo también, pensaba, y siempre me funcionó.
De su propia voz, tuve la fortuna de conocer otra de sus anécdotas, misma que fue completada en su final por uno de los testigos y que sí cuento brevemente y saltando muchos detalles:
Eran los tempranos años dos mil y en la agencia de los autos Jaguar en León, Don Teófilo acompañado del abogado Manuel González Carrillo, veían con interés un vehículo de lujo.
Era un espléndido y muy lujoso Jaguar XType de color blanco.
En eso estaban cuando un vendedor se acercó al nuestro edificio, ex gobernador, y empresario.
“Este vehículo es…bla, bla, bla…pero es muy costoso”.
-Ah ¿es muy costoso? – preguntó Don Teófilo.
-Sí, confirmó el ingenuo vendecarros
-¡Entonces solamente compraremos DOS! Ordenó nuestro empresario.
Manuel González Carrillo tuvo entonces que estrenar también un vehículo idéntico al del ex senador. No había para dónde hacerse.
Alguna vez hace años y en domingo, vi al propio patriarca de los Torres Corzo pasear y al volante, en ese lujoso felino blanco.
En el avión a CDMX y a un amigo a finales de 2015: “Mire amigo, yo pienso que el próximo candidato a gobernador debe ser alguien a quien Peña Nieto tenga confianza… y yo, soy muy su amigo”.
Con todo respeto a toda su familia, con la estima siempre para Don Carlos y en especial mi hermanito Carlos Torres Rodríguez es que lo digo.
Teófilo era un Déspota Encantador. El mejor en ambas palabras.
El transatlántico y el amigo.
El formador de generaciones sin querer serlo, el que gozaba del uso del dinero en efectivo.
El amigo de todos, el visionario que emprendió un medio de comunicación digital en años en que nadie sabía lo que eso era.
El político y el personaje. Único, irrepetible.
El de mil consejos y recuerdos.
El que mandaba Coñac fino en diciembre.
El que siempre se recordará y el que es porque seguirá siendo, así como sus encargos, así como sus empresas, así como su familia.
Me quedo con su último saludo en ocasión de una reunión del Consejo Potosí cuando fue Don Teófilo el que dio el mensaje público de respaldo al gobernador Ricardo Gallardo.
Me quedo con nuestra última charla en la que me dijo: “El que es buen hijo, es buen hombre”.
Navegue pues, Don Teófilo, Don Trasatlántico.
Su personalidad y estilo, el que le haya conocido y sea listo, podrá impregnarse para que usted siga siendo en futuras generaciones.
No, casi nunca estuvimos de acuerdo en asuntos políticos, o mediáticos, en otros sí.
Con todo, el disciplinado hombre de barba y buen vestir, tuvo la deferencia, en dejar instrucciones a la gente de su confianza una lista de personas a las que se debía avisar primero de su partida.
Me honró hasta el último momento y le quiero decir, porque fue y es, que es recíproco. Gracias por tenerme en esa lista.
Descanse en Paz Don Teófilo y no guarde pendiente, que su Coñac decembrino no será extrañado. En su lugar, será bebido a pequeños tragos a su salud y en su memoria.
Con todo respeto y cariño:
Jorge Saldaña
También lee: Consejo Potosí: y eso que no lo querían… | Apuntes de Jorge Saldaña
#4 Tiempos
Idealz y la “Rifa del Tigre” | Apuntes de Jorge Saldaña
APUNTES
Culto Público, hijos del caprichoso azar, como dice la canción: “Lo siento mi amor, pero hoy te lo voy a decir”.
Como todos sabemos, la Fenapo está en conteo regresivo. Ya huele a tamales oaxaqueños de la entrada, a la mezcla de aceite y azúcar en el aire, y a Zacahuil, y a masa de bocolito de Matlapa en la muestra gastronómica.
En la mente a casi todos el inicio de la feria nos evoca un sinfín de estímulos para todos los sentidos. Es la gran fiesta de los potosinos.
De verdad espero que esta edición también sea un éxito, pero antes debo de contarles una historia:
Este año cobró popularidad una aplicación llamada “CutoMex”. Dicha app se dedicaba a realizar diariamente rifas de artículos muy variados, desde productos de belleza, electrodomésticos, celulares, pantallas, motocicletas y hasta vehículos.
El esquema era por demás atractivo: El usuario compraba boletos de participación, que eran limitados, y esperaba a que en la noche, o a veces en la madrugada, se llevara a cabo el sorteo.
Lo maravilloso del asunto era que, si el usuario no ganaba, se le regresaba el dinero de sus boletos y además obtenía bonos económicos por haber participado.
En caso de ganar, había dos opciones: recibir el premio, o devolverlo y que se te acreditara el valor del premio a tu cuenta.
De poco a poco, la gente ganaba dinero por cada vez que participaba y en sus inicios todo parecía funcionar estructuradamente. La gente retiraba sus ganancias sin ningún inconveniente.
Los premios grandes como los vehículos, se entregaban públicamente y se subían fotos de los ganadores que, supuestamente, recibían sus autos.
Para no extenderme más, invito a Usted, mi Culto Público, a que googlee, o use cualquier buscador para enterarse del tema: “estafa CutoMex”.
Ahí se dará cuenta como miles de mexicanos perdieron su dinero, y se enterará de las historias de los supuestos ganadores que jamás recibieron sus premios.
La aplicación, que se promovía con videos de Youtube en los que aparecían personajes de la farándula promoviendo el sitio, de un día para otro simplemente desapareció.
Sí. Todo resultó ser una variante de una estafa Ponzi. Una pirámide construida por incautos (y ambiciosos, también hay que decirlo) que engolosinados por las ganancias terminaron perdiendo.
En este momento hay demandas colectivas en contra de la empresa y de sus representantes tanto en México como de Hong Kong, desde donde supuestamente todo tuvo origen.
Bueno, pero… ¿Qué tiene que ver esta triste historia con la Fenapo?
Mire, espero de verdad estar equivocado, pero la Feria Nacional Potosina adoptó a un patrocinador de premios y regalos llamado “Idealz” y ¿qué cree? Usa exactamente el mismo esquema que CutoMex.
En la aplicación como en la pagina, los usuarios compran “tickets” para participar en rifas a través de una variante del juego de Bingo.
Claro, los “tickets” (limitados) que se pueden reclamar por vía Fenapo son gratis. Pero de ahí en adelante, si las personas siguen participando, ya les cuesta. Es la clásica “la primera es gratis”.
Los premios también son muy similares: autos, viajes, motos, pantallas, etc.
Su propaganda en redes también usa a actores y famosos para darle credibilidad al sitio y todo se trata de comprar oportunidades para llevarse los premios o ganar dinero de manera fácil, de esas oportunidades que se oyen demasiado buenas para ser verdad.
Quizás esta advertencia llegue demasiado tarde, pues estamos a días de que el evento arranque, pero más vale tarde que nunca o callar.
Lo mejor para todos, sobre todo para quien abrió las puertas e hizo el enlace de la empresa Idealz y el patronato de la feria, Daniel “El Tigre” Guillén, actual representante de San Luis Potosí en la ciudad de México, es que la empresa se conduzca con seriedad y no se preste a ningún tipo de estafas con el aval de un evento tan importante como la Feria Nacional Potosina.
No se vale que se manche a la Fenapo con jueguitos arreglados de canicas y luego nadie sepa “dónde quedó la bolita”.
Por cierto, que “El Tigre” Guillén, después de hacer los amarres empresa-Fenapo, fue ganador de un auto (que todavía no le entregan…). Hay video en Facebook y toda la cosa.
Insisto en mi esperanza de estar equivocado, ojalá que ésta no se trate de una empresa estafadora como la otra, y que muchos potosinos ganen los premios prometidos, sin embargo me parece que no está de más advertir a los ciudadanos ser cautos al participar en este tipo de juegos y a las autoridades estar atentas para no ser utilizadas.
Tengo fe.
Hasta mañana.
Yo soy Jorge Saldaña.
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#4 Tiempos
Ángel Blanco y sus guitarras en San Luis Potosí | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
El guitarrista mexicano canadiense Ángel Blanco se presentará en San Luis Potosí y Matehuala como parte de su gira de verano por Europa y México. En anteriores entregas hemos escrito sobre Ángel Blanco dando cuenta de parte de su trayectoria artística y académica, así como su labor en rescatar las aportaciones de músicos revolucionarios como Julián Carrillo y Augusto Novaro de quienes, en guitarras especiales para tocar en sus respectivos sistemas, Sonido 13 y el de Afinación justa de Novaro interpretando sus obras así como transposiciones de contemporáneos y clásicos usando las leyes de metamorfosis de Carrillo.
Después de sus presentaciones en Alemania llega a San Luis para interpretar su trabajo de recopilación de los caprichos de Paganini que han sido traspuestos a guitarra y que interpreta con su guitarra sexta y guitarra eléctrica. Esos conciertos que tendrá en San Luis Potosí capital y Matehuala, estarán basados en los caprichos de Paganini y ejecutará variaciones a los mismos. Esto es parte de su trabajo de años en su investigación sobre transcripciones a guitarra de los conciertos que Niccolo Paganini hiciera para violín.
Ángel Blanco se estará presentando en la Galería 337 el miércoles 13 de agosto a las siete de la tarde noche con un concierto conceptual basado en los caprichos de Niccolo Paganini. La Galería 337 o Gallery 337 Espacio Alternativo, como es su nombre oficial, se encuentra en la calle de prolongación Zacatecas número 337, justo a espaldas del salón Río; el costo de entrada es de cien pesos. La Galería es coordinada por el artista Arturo Castillo en cuyo espacio será la presentación en San Luis de Ángel Blanco.
Su gira continua en Matehuala donde se presentará el 15 de agosto a las ocho y media de la noche en La Quemada ubicada en Taesa 106 colonia aviación, en Matehuala.
Ángel Blanco se ha convertido en un excelente guitarrista que combina la música clásica con el rock y la música innovadora, como el microtonalismo, en especial Sonido 13 y obras de Augusto Novaro. Cuenta con guitarras especiales para tocar en diferentes sistemas musicales, que incluye la novara, guitarra para afinación en el sistema de Novaro y guitarra en cuartos de tono donde interpreta obras de Julián Carrillo, Rafael Adame y algunos otros alumnos de Carrillo.
Ángel Blanco se desempeña actualmente como catedrático de guitarra en Quebec, lugar donde reside, alternando esas actividades con la de concertista y promotor cultural. Son frecuentes sus visitas a San Luis Potosí y al Altiplano Potosino en sus giras que realiza en México. Comenzó sus estudios en Helmstedt, Alemania con Olaf Sievers, después en la Universidad Autónoma de Coahuila con Jesús Posada y finalmente en la Université Bishop’s de Québec con Andrew McDonald. Ha tomado clase magistral y cursos con renombrados maestros como Karlheinz Stockhausen, Leo Brouwer y Remi Boucher.
Otra de sus grandes aportaciones es la expansión de la técnica del Plectrodedo, que más que una técnica se ha convertido en una Escuela sustentada en la guitarra de concierto. “Sin duda cuando escuchamos o leemos en una partitura algo que rompe paradigmas, lo primero que viene a la cabeza luego del “encanto” inicial y la impresión, es el pensar el cómo se tiene que tañer la guitarra para lograr esos fines. El eximio Maestro venezolano Carlos Reyes ha demostrado a través de su Escuela a Plectrodedo, que los límites para el tañer la guitarra clásica aún no se encontraban cerrados, exponiendo un abanico de posibilidades cuasi infinitas que, con mucho rigor y disciplina, seguro se podrán ir haciendo del dominio común al correr del tiempo”, es lo que nos dice Ángel Blanco sobre el Plectrodedo y que esperamos pueda ilustrarlo con su interpretación en futuras visitas a México.
No se pierdan la oportunidad de escuchar ese proyecto de Ángel Blanco sobre los caprichos de Paganini, que los presenta en estos lugares alternativos en San Luis y Matehuala. Nos vemos en Galery 337 este miércoles 13 de agosto a las siete en punto.
También lee: Medio siglo del FIS-MAT, en honor a Mat. Silvia Sermeño | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
La diferencia | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
La señorita hace una pausa para secarse el sudor. Desde hace varios días no puede dormir y, lo que es peor, nada hay ya en este mundo –me dice- que suscite su interés o su emoción.
-Antes, por ejemplo, me gustaba ir al cine los fines de semana, y, a la salida, tomarme un café con mis amigas. ¡Cómo disfrutaba entonces de esa única escapada semanal! La disfrutaba, sí, y también la esperaba; pero ahora las cosas han cambiado tanto que…
-¿Qué pasa ahora?
-Que ahora todo me da lo mismo, y cuando mis compañeras me invitan a salir les digo siempre que no. ¡La vida me parece tan triste, tan sin chiste!
A la señorita se le ha estropeado el diapasón que la hacía vibrar interiormente, y hoy ya no quiere sino una sola cosa: que la dejen en paz.
-Antes, cuando llovía, me acercaba a la ventana de mi cuarto para ver las gotas que tamborileaban sobre los cristales; hoy ya tampoco hago nada de esto: la verdad es que me tiene sin cuidado que llueva o no. Que llueva o que haga sol, que granice o que nieve, todo me da igual.
¿De dónde le podía haber venido a esta señorita semejante indiferencia por la vida? Algo había pasado con ella, seguramente, pero ¿qué? Como no soy psicólogo, me guardé mucho de pronunciar la palabra fatal: depresión. ¿Quién soy yo para diagnosticar una cosa como ésta? Sin embargo, para ayudarla, era necesario hacerle a mi interlocutora unas cuantas preguntas. Empecé por la más obvia:
-¿Dónde trabaja usted?
-En una fábrica.
-¿Y qué hace allí?
-Soy recepcionista. Contesto el teléfono, recibo a los visitantes, atiendo a los proveedores, envío e-mails y también los contesto. ¡En fin, todo eso!
–¿Y le gusta lo que hace? –no sé por qué se me ocurrió hacerle esta pregunta, pues pensaba brincar cuanto antes al terreno sentimental.
-No es que me guste, pero necesito el trabajo.
-Lo necesita…
-Mucho. Tome en cuenta que mi madre depende enteramente de mí. Ella es soltera –quiero decir, fue abandonada- y está enferma desde hace meses.
-¿Siempre ha sido usted recepcionista?
-No siempre; antes cuidaba niños en una guardería. Pero eso fue en otros tiempos, en los tiempos en que iba al cine y…
-Y era feliz, si puedo decirlo así.
-Puede decirlo así. Quizá entonces yo era feliz. Feliz sin saberlo, ya me entiende…
-¿Y le gustaba mucho cuidar niños? No a todos les gusta este oficio.
-¡A mí me encantaba! ¡Los niños son mi adoración!
-Usted, pues, disfrutaba de su trabajo.
-La verdad es que sí.
-¿Y por qué lo dejó?
-Porque ahora gano más.
-Pero ahora no es feliz.
La mujer se quedó pensativa durante unos instantes. Volvió a secarse el sudor. Yo la comprendía; quiero decir, comprendía su angustia. Ahora su sueldo era mejor, pero, en el fondo, estaba haciendo algo que no le gustaba.
–No hay sentimiento más destructor –dije- que realizar lo que uno no quiere. ¿Será por eso que no puede usted considerarse feliz?
-Feliz, feliz –dijo-. ¿Quién cree todavía en la felicidad? La felicidad no existe.
-¿Y si existiera? Yo todavía creo en ella. Pero no a la manera en que lo hacen los ilusos. Por lo pronto, no creo que sea ese sentimiento eufórico en el quizá está usted pensando ahora. Para mí, la felicidad es algo mucho más modesto: es, simplemente, hacer lo que uno quiere, lo que uno disfruta haciendo: aquello, en fin, para lo que se siente nacido.
Don José Ortega y Gasset (1883-1955), el filósofo español, lo dijo mejor que nadie: «La felicidad consiste en la dedicación a ocupaciones para las cuales cada hombre tiene singular vocación». Y también: «La felicidad es la lucha frenética por conseguir ser de hecho lo que somos en proyecto». Una mujer cuida niños y su tarea la pone contenta, pero luego cambia de trabajo y tiene que dedicarse a hacer cosas que no le importan nada: con ello basta, a mi ver, para que ésta se hunda en la más negra de las noches. Ella y quien quiera que sea. Si a un maestro con verdadera vocación lo quitas de dar clases para ponerlo a ajustar tornillos, y no por un día, sino por toda la vida, no sólo acabas con el maestro, sino que matas al hombre.
Vivimos en la era de las enfermedades mentales, como se ha dicho una y otra vez. Ahora bien, yo estoy seguro de una cosa, y creo que siempre lo estaré: que mucho de ese sufrimiento es debido a que la gente se ve obligada a ocuparse de cosas que no le interesan. ¡No realizar la propia vocación es algo que se paga caro!
-Entonces –dijo la señorita-, ¿usted me aconseja buscarme un trabajo parecido al que tenía, aunque gane menos?
-¿Cuánto gana usted más que antes? –y me dijo una cifra que, la verdad sea dicha, no me impresionó.
-¿Y cuánto está pagando ahora en antidepresivos y ansiolíticos?
-No he hecho la cuenta.
-Hágala hoy o mañana. Verá que, en realidad, ha salido usted perdiendo.
La conversación entre esta chica y yo prosiguió durante mucho más tiempo. Pero como no podría transcribirla entera por evidentes y molestos motivos de espacio, yo, por lo pronto, la dejo aquí.
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