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Manuelito y la potosinidad | Columna de Jorge Saldaña
TERCERA LLAMADA.
A Manuelito no se le mueve un pelo. Siempre bien peinadito va y regresa de la escuela con el uniforme limpio, él sí es obediente, él sí se come toda su sopita, hay dieces en su boleta y no pelea con su hermanita.
Quiere ser ingeniero como su papá. Acude a Tequis los domingos con los zapatos boleados, dice por favor y buenas tardes sin que se lo pida su mamá, asiste a un buen colegio en donde se hace de amiguitos iguales.
Estudió lo que se esperaba, hizo lo que se esperaba, se portó como se esperaba, se casó como se esperaba. Su vida ha sido vivida millones de veces. Pese a ello, cree que es un potosino muy particular, y lo demuestra. Es de los que usa a conveniencia el que cree que es su mejor apellido, el que suena, el que lo incluye en los mejores círculos, por el que le gusta ser reconocido. Quiere pertenecer aunque sea desde el falso arraigo. Todo sirve. Hay que encajar. Es el potosino atrapado en vivir para siempre en los tiernos noventas.
Desmiéntame si no, pululan por ahí los Manuelitos, esos espejos de una supuesta potosinidad tratada y desmenuzada por décadas por historiadores, poetas, arquitectos, estudiosos, periodistas, memes y chascarrillos.
Son esos que votan siempre por el PAN por puro status. Los que no saludan aunque lo conozcan e incluso les causa resquemor pensar distinto y más allá, peor: que se enteren los demás que lo hacen. Imagínese.
Durante algún tiempo, bajo las circunstancias históricas, formaron una rebeldía local, cerrada, conservadora, almidonada, clasista, ñoña, hipocritona, amalgamada en una serie de rituales de buenas costumbres sentadas en poses, fundamentadas en “el qué dirán”. Fueron la rebeldía a lo que parecía distinto a su propia especie.
Manuelito se quedó a vivir para siempre en en esos años en los que no hay espacio para gays ni lesbianas (qué barbaridad) los embarazos en adolescentes se llaman “retiros” y el aborto, cuando se ocupa, es bien escondido, jamás admitido. Los pecados no se premian en el Baile de las Rosas del Deportivo Potosino.
La potosinidad de Manuelito se respira. Huele a clase media aspiracional, a sala plástica burgués de los ochentas. A comparsas en el club, a lanceros en la Lonja. La potosinidad de Manuelito pretende sonar a plática sobre Baéz Lozano pero se tararea en la frivolidad de No controles con Flans. No controles porque a todo el mundo gusta, y si a todo el mundo gusta, es a donde hay que pertenecer.
La potosinidad de Manuelito sabe a rompope Coronado, a gorditas de Morales, a tacos rojos de doña Juanita, a enchiladas potosinas. Aspira a la casa de los Rangel.
Por geografía o generación, sí, muchos tenemos algo de Manuelito, pero caray, no todos somos Manuelito.
Luego de la inestabilidad política generada en el enfrentamiento buenos contra malos, navistas contra priistas, curros contra huastecos, ricos contra pobres, herederos contra depauperados, la ciudad emprendió su crecimiento y amplió sus horizontes.
Llegaron nuevas familias a las que poco importan los buenos modales de Manuelito. Valoran nada los apellidos de abolengo potosinos, crecieron fortunas, se abrieron nuevos espacios, creció la ciudad, hubo nuevas escuelas, nuevos tiempos, nuevos códigos.
El perfume de la potosinidad se quedó corto a Carranza, Las Lomas, Tequis y Tangamanga. Se cruzaron las fronteras. Hoy vivimos en San Luis muchas más personas que las que quisiera aceptar la burbuja noventera de Manuelito.
El sabor del abolengo, de los bailes, de la fusión de los apellidos, de los círculos sociales apretados, nada tienen que ver con el San Luis del dos mil veintiuno.
En nada se parece el perfume de la señora con acción en Lomas con las miles de mujeres que huelen a sudor y que trabajan doble turno en la Zona Industrial.
Las residencias de los emparentados distan mucho en todos los sentidos de las docenas y docenas de colonias en Pozos, de los centros comerciales del Oriente, de la vida sin poses, de la gente sin tiempo para quedar bien, de la gente que existe al exterior de las fronteras clasistas.
No son “niños bien” ni les interesa serlo. Les interesa “vivir bien” y también están formando su rebeldía.
La causa de Manuelito, la que dio sentido a su vida vivida millones de veces, ha dejado de tener sentido en una ciudad del tamaño de la nuestra.
Como en los noventas, como en los años del navismo y el frenteciviquismo auténtico, la rebeldía quiere combatir combatir a los caciques. Sí, hay que combatir a los que se han mantenido, transexenalmente en el poder y tras del mismo. Hay que enfrentarse al régimen, pero ¿Quién representa al régimen caciquil hoy en día?
Son los valerosos contra los poderosos. Los unos pocos de la burbuja contra los miles que no necesitan del status ni de la pose, sino de la justicia y de las oportunidades. Se quieren derechos y no privilegios.
La monarquía de los apellidos involucrados en política está cavando su tumba y su fin en San Luis Potosí. La arquitectura oligárquica conservadora se resiste, quiere seguir produciendo Manuelitos.
A los que despojan la tierra, pactan con el poder, se eternizan en los puestos, hacen negocios y se enriquecen vilmente, los combatió fuerte el navismo, aquel de los noventas.
Hoy los bandos están intercambiados, y hay una nueva rebelión enfrente. Nadie la quiere ver, pero respira, existe, se mueve, opina y vota.
¿A dónde irá a parar Manuelito? ¿Quiénes son los verdaderos caciques y quienes los verdaderos rebeldes?
La que viene, huele a una elección sin límites. A un choque de trenes generacional y al combate de dos narrativas: la de los que se dicen buenos contra los que los buenos les llaman malos. El San Luis conservador, cómplice de los auténticos caciques, contra la corriente de un nuevo esbozo de historia potosina. La mejor causa ya no está en el mismo bando.
El espacio para vivir en el pasado se vuelve más pequeño, poderoso, pero pequeño. Las ganas de recambio y de revolución generacional y de progreso ideológico se está ensanchando aunque no se quiera ver.
Hay más potosinos queriendo empleo, que fraccionando en el poniente privilegiado. Hay más clamando seguridad, que amigos de los de siempre haciendo negocios millonarios al cobijo de la autoridad. Hay más pidiendo una gota de agua, que desarrollos completos que no pagan ni un centavo por el líquido que llena sus albercas. Hay más potosinos sentados en una sala de hospital rogando atención, que los que esperan comprar una acción en clubes privados.
Viene una desgarradora polarización de dos verdades que a tambor batiente anuncia una ingobernabilidad desestabilizadora. Ojalá que me equivoque.
Esos de enfrente son los de siempre. ¿De qué lado está sentado usted? No hay no potosinidad, esa es imposible erradicarla del ADN citadino, pero está llegando el tiempo de su mutación y evolución.
Hasta la próxima, Culto Público, que le tengo muchos y muy buenos Bemoles.
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#4 Tiempos
MO-VI-LI-ZA-CIÓN | Apuntes de Jorge Saldaña
APUNTES
Veremos de qué tan desabridas vienen las campañas para personas juzgadoras. Las federales ya comenzaron, solo una potosina, Alma Delia González, compite entre cientos de perfiles para alcanzar un lugar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
La magistrada, que no se esperaba hace unos meses estar involucrada en un proceso electivo, comenzó su campaña en TikTok y se ha dado a conocer con productos audiovisuales en sus redes sociales.
No hay mucho más que hacer, las reglas del juego así lo contemplan. Los aspirantes a cargos de magistrados y jueces, 74 en total en el estado, comenzarán hasta abril, sin embargo, desde ahora se avizora un escenario pardo, sin emoción ni expectativas aunque sea medianas.
Los cálculos más entusiastas indican que solo entre el 9 y el 14 por ciento de los ciudadanos tienen la intención de participar con su voto en la histórica, primera y extraordinaria elección de ministros, magistrados y jueces que se llevará a cabo el próximo primero de junio.
El bajo interés en el proceso es explicable: No hay un intercambio simbólico entre candidatos y votantes, no hay una promesa de valor que motive al ciudadano a votar en la renovación del Poder Judicial, un poder además que históricamente ha sido distante del ciudadano.
El gran riesgo que ese desinterés generalizado plantea es que grupos, con buenas o malas intenciones, se metan en la movilización pagada el día de la elección.
Con un calculo simple, hay que tomar en cuenta que con mucho menos de 2 mil votos– y eso si es que se llega a una participación de 100 mil potosinos- se pueden ganar los cargos.
De las campañas de los interesados se espera muy poco, todos intentarán colocar su número y color de boleta en la cabeza de la gente, sin embargo no están contemplando que muy difícilmente podremos recordar 74 combinaciones. Ni las del Melate son tan difíciles.
¿Los candidatos qué nos pueden ofrecer? Solo su trayectoria e imparcialidad, de ahí en fuera sus mensajes tenderán a lo emocional y a la confianza que puedan generar de manera orgánica en sus redes. En resumen todos nos dirán las mismas tres cosas: que son buenas personas, que son capaces y que son incorruptibles.
Lamentablemente este mismo punto se podrá poner en duda desde el momento en que algunos se presten al juego de la movilización el día electoral, pues estarían vendiendo su llegada al cargo a cambio de favores.
Ojalá que no se preste ninguno, sean los menos y los que lo hagan pierdan. (Permítame algo de idealismo aunque sea).
Al respecto de la elección, a través de la Secretaría General de Gobierno se hizo un llamado a los organismos electorales, y secretarías de estado involucradas en la seguridad, derechos humanos y Fiscalía para que se unan en la revisión de protocolos en búsqueda de mantener la paz y la gobernabilidad durante las campañas federales, que ya iniciaron, como las estatales que comenzarán los últimos días de abril.
Se busca un proceso “justo y ordenado” y que bueno que haya esas intenciones, no obstante eso de “justo” irónicamente está en veremos porque lo mismo que partidos políticos, gobiernos, instituciones, sindicatos, grupos magisteriales, gremios y hasta el crimen organizado -hay que decirlo- podrían de manera “ordenada” (literalmente por una orden) enviar o comprar con relativa facilidad a cientos de personas con la intención de hacer ganar a candidatos que estarán comprometidos con sus impulsores para hacerles favores durante años (por lo menos 5 y por lo más 9) a los patrocinadores de la movilización.
¿Cómo evitar el asunto de la movilización interesada y peligrosa? La pregunta es para las autoridades y no solo las electorales, que además gastarán una millonada de recursos en la organización de la elección y muy poco en explicar, conmover y convencer al ciudadano común para que vaya a votar libremente.
Por cierto que no juegan a favor los simulacros que se han hecho respecto a los tiempos que se tomará cada ciudadano para emitir su voto, que se calculan desde la entrada de la casilla, identificación, entrega de boletas, votación, inserción de cada boleta en las urnas y retiro, entre 15 y 20 minutos por persona.
Imagine Usted, Culto Público, que cuando llegue usted a la casilla el primero de junio, estén 10 personas formadas antes que usted, el tiempo que le tomará para que sea su turno será de más de 2 horas.
¿Habrá alguien dispuesto a perder tanto tiempo de su domingo por pura buena voluntad y civismo? Esa buena voluntad será directamente proporcional a la cantidad de votantes.
BEMOLES
MORALES
En el parque de Morales hay mas grilla que pasto y las indirectas entre el gobernador y el alcalde están a la orden del día.
En el primer acto, el gobierno del estado anunció la rehabilitación de este sitio desde mayo del año pasado (en plenas elecciones) y entró a intervenirlo sin contar con los permisos que el proyecto requería, por lo tanto, hubo quien encontró en esta omisión motivo para ampararse y detener la obra.
En el segundo acto, el gobierno municipal detuvo el mantenimiento del parque, quizás pensaron algo como que “al fin y al cabo lo estaría llevando el palacio de enfrente”.
En el tercer acto pasó más de un año y ni el gobierno estatal pudo hacer realidad la rehabilitación ni el municipal dio mantenimiento sostenido al sitio.
Ayer Ricardo Gallardo afirmó que Morales cada vez está “más jodido” y es cierto, por su parte el municipio ya por lo menos lo está regando y anunció la inversión en una planta tratadora.
¿Cómo se llamó la obra? Se llamó “Todavía no hay obra”.
Si continúan los celos y pleitos entre palacios, se caerán todos los arboles Moralescos y lo único verde que veremos serán los moños en los puestos de los elotes.
Hasta la próxima
Jorge Saldaña
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Ciudad
Calles del Centro Histórico de SLP serán “Zona 30”
El alcalde Enrique Galindo dijo que esta designación permitirá la circulación de vehículos a velocidades no mayores a 30 kilómetros por hora
Por: Bernardo Vera
Enrique Galindo Ceballos, presidente municipal de San Luis Potosí, indicó que existe un proyecto de movilidad para la zona Centro de la capital, en la que las calles principales se adhieran a un esquema de Zona 30, que permita la movilidad de vehículos hasta una velocidad de 30 kilómetros por hora.
El alcalde capitalino detalló que este esquema existe en ciudades como Madrid, España y la Ciudad de México, por lo que se estudiará su viabilidad en la capital potosina.
Además de las calles del cuadro principal d el Centro Histórico, el alcalde Galindo Ceballos indicó que se estudiará esta viabilidad en la calle de Mariano Arista, desde el parque de Morales hasta el Centro Histórico.
Este proyecto permitiría la movilidad de transportes como bicicletas, scooters eléctricos y otros vehículos alternativos, en armonía con el parque vehicular ya existente.
Finalmente, Galindo Ceballos dijo que para dicho proyecto se espera su integración en el Reglamento de Tránsito para la capital potosina, lo que permitiría la ejecución de una posible obra bajo una normativa fundamentada.
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Destacadas
Descartan intromisión de grupos de poder en elección judicial
El magistrado presidente del PJESLP dijo que los organismos deben vigilar que la elección de jueces se realice con ética y responsabilidad
Por: Redacción
Arturo Morales Silva, magistrado presidente del Poder Judicial del Estado de San Luis Potosí, aseguró que no existen riesgos de injerencia del crimen organizado, partidos políticos o grupos de poder en la elección extraordinaria de jueces y magistrados que se llevará a cabo en este 2025.
El magistrado enfatizó que, desde su perspectiva, no hay indicios de que actores externos busquen influir en el proceso. No obstante, destacó la importancia de que los organismos competentes se mantengan en alerta para garantizar la legalidad y transparencia de la elección.
“Desde mi punto de vista, considero que no existe ese riesgo como tal. Desde luego que los organismos competentes deben estar vigilantes, y también las personas que participan deben hacerlo con ética y responsabilidad por lo justo”, expresó Morales Silva.
La elección extraordinaria de jueces y magistrados es un proceso clave para el sistema judicial del estado, por lo que se espera que se realice bajo estrictos estándares de transparencia e imparcialidad.
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