mayo 5, 2024

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#4 Tiempos

Verdades democráticas | Columna de Juan Jesús Priego

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Los griegos llamaban a la verdad aléteia, palabra ésta que quería decir descorrer el velo. Conocer la verdad significa, entonces: descubrir lo que estaba oculto, lo que no era visible porque se hallaba sepultado por la gruesa capa de las opiniones. La opinión, según el pensamiento griego, era lo opuesto a la verdad.

La Edad Media, a su vez, siguiendo los pasos de Aristóteles, acuñó esta dorada definición: «La verdad es la adecuación del intelecto con la realidad» (Adaequatio rei et intellectus). De hecho, fue esta definición irrefutable y clara como el mediodía la que guió durante muchísimo tiempo las disquisiciones de los filósofos y orientó las investigaciones de los sabios. ¿Quieres saber la verdad de una cosa? Pues ve entonces a la cosa misma y no pierdas tiempo oyendo lo que se dice de ella o imaginando que podría ser esto o lo de más allá.  

Si no me equivoco, fue esta humilde constatación llevada hasta sus últimas consecuencias –ir a las cosas mismas desechando cuanta opinión se encontrase uno en el camino- la que dio origen a una nueva forma de conocimiento: el llamado conocimiento científico. Llegados a un cierto punto de la historia –más o menos hacia el siglo XV de nuestra Era, y sobre todo en Occidente- unos hombres inteligentes empezaron a preguntarse: «¿Es verdad que la tierra es el centro del universo como se complacían en decretar los sabios de la antigüedad? ¿Es verdad que el sol gira alrededor de la tierra, y que ésta es plana como una tabla? ¿Es verdad que la mujer no es sino un varón malformado, un hombre que no pudo llegar a serlo? He aquí un bello elenco de problemas que hay que volver a plantearse, pero ahora de otra manera, es decir, con seriedad y rigor». De esta manera, poniendo en tela de juicio todo el saber recibido del pasado y yendo a las cosas mismas, el hombre moderno fue haciéndose con un vasto repertorio de certezas que eran tales por el hecho de estar respaldadas por la experimentación y ya no más por la imaginación o la opinión de las autoridades de otro tiempo.

A este respecto es sumamente ilustrativo lo que escribió René Descartes en El discurso del método (1637), libro en el que sienta las bases de esta nueva manera de pensar: «En relación con todas aquellas opiniones que hasta entonces habían sido creídas por mí, juzgaba que no podía intentar nada mejor que emprender con sinceridad la supresión de las mismas, pero hasta después de que hubiesen sido ajustadas mediante el nivel de la razón». Lo que quería el filósofo francés era demoler el edificio de las opiniones recibidas para levantar en su lugar uno nuevo cuyos cimientos fueran verdades tan evidentes (

claras y distintas las llamaba él) que nadie osara ponerlas en duda. «No admitir nada como verdadero si no se le ha conocido verdaderamente como tal»: he aquí el primer principio al que el filósofo prometió someter su pensamiento de allí en adelante.

Pero, bueno, la verdad es que no he escrito esta meditación para hablar de cosas tan subidas y sabidas, sino para lamentarme de que en las sociedades democráticas la verdad cuente otra vez muy poco y se haya vuelto a introducir en ellas, aunque sea de manera velada y silenciosa, el culto a la opinión.

En las sociedades democráticas la verdad no es ya la realidad, sino lo que decreta la mayoría. Hoy, como dijo Aldous Huxley (1894-1963) en Un mundo feliz, la verdad no es cuestión de adecuaciones ni de nada que se le parezca, sino de números: «Sesenta y cuatro mil repeticiones hacen una verdad».

Un medio de comunicación dice que X es esto, otro medio lo repite, otro más vuelve a decir lo mismo y la verdad está ya hecha: X, en efecto, es esto, puesto que todos lo dicen.

Hace poco, en una universidad norteamericana, una maestra de civismo, para explicar a sus alumnos en qué consistía la democracia, llevó al aula un conejo y preguntó a sus alumnos:

-¿Qué creen que sea este animalito: un macho o una hembra? El que crea que sea macho, que levante la mano.

Todos los jóvenes de la clase –catorce en total- la levantaron.

-Bien, ahora levanten la mano los que piensen que es una coneja.

Ahora fue el turno de las muchachas, que eran dieciocho.

-Como la mayoría de la clase se ha pronunciado a favor de que sea hembra, hembra será. Ahora los inv0ito a que busquen entre todos el nombre más acorde a un conejo de sexo femenino.

Puesto que la mayoría se había pronunciado, el asunto estaba concluido. Y la maestra dio fin a su clase con estas palabras:

-Pues en esto, ni más ni menos, consiste la democracia, queridos jóvenes: en ponerse de acuerdo y en construir entre todos la verdad.

¡Como para morirse!

Para un hombre medieval, la respuesta a la pregunta hubiera consistido en ir a la cosa misma, es decir, en agarrar al conejo por las orejas y buscarle el sexo en algún lugar. Pero como suele decirse que los medievales vivían en una era oscurísima lo mejor es no imitarlos y ponerse a preguntarle a la gente qué es lo que opina del asunto.

Tristemente, en esto consisten muchas de nuestras famosas verdades democráticas, verdades que no son sino meros pareceres. ¿Estaremos regresando, me pregunto yo, a la edad de las cavernas?

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#4 Tiempos

El peor torneo de la historia | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Los torneos cortos en el futbol mexicano han traído cambios interesantes en la estadística, desde un sin fin de campeones, tres bicampeonatos (Pumas, León y Atlas) así como muchos títulos de goleo.

Pero la cosa no termina ahí, vale la pena voltear al fondo de la tabla para revisar los peores equipos en los torneos cortos.

El peor equipo de cada torneo, lo tendremos que buscar en la parte baja de la tabla, y aún así, nos tenemos que ir con equipos que sumaron cuando mucho 10 puntos al finalizar el certamen. Por ejemplo Tijuana que en el Clausura 2020, terminó con 9 puntos, pero recordemos que en ese torneo, no se completaron las fechas por la pandemia.

El primer equipo en tener esa marca fue Veracruz, que en el Invierno 96 termina el campeonato con solo 9 puntos. Posteriormente, en el Invierno 98, dos equipos compartieron el último lugar, Toros Neza y Puebla, cerraron la competencia con tan solo 8 unidades.

Del lado de los de casa, San Luis firmó su peor torneo corto en el Apertura 2022, cuando solo pudo hacer 9 puntos después de cumplirse las fechas.

Querétaro ha finalizado dos veces como el peor equipo del torneo, el Apertura 2003 y el Apertura 2012, logró solo 7 puntos.

El ya mencionado Puebla ostenta dos récords en este rubro, el primero es el de haber terminado también dos torneos como último, el Invierno 98 con 8 puntos y el presente Clausura 2024 con solo 5, mismos que le dan el galardón del peor equipo de la historia de los torneos cortos.

Por su parte, el Veracruz, es el equipo que más veces ha quedado en último lugar, con tres ocasiones, en el Invierno 96 cerró con 10 unidades, el Apertura 2019 sumó solo 8 puntos y el Clausura 2019 el equipo del puerto había logrado 6 puntos en la cancha, pero le fueron retirados en la mesa sancionados por FIFA, con lo que a pesar de tener 6 unidades, cerraron el torneo con 0 y desafiliación.

En fin, mucho podemos hablar de la calidad del torneo mexicano, podríamos llamarlo competitividad o torneo mediocre, pero lo que no nos debe quedar duda es que en este Clausura 2024, Puebla firmó el peor torneo corto de la historia del futbol mexicano.

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#4 Tiempos

Calzone, hamburguesas y taquito… ¡Ufff! | Columna de Luis Miguel Dorador

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Un fin de semana sin celular

Este fin de semana pasaron muchas cosas… 

Lo primerito fue que luego de muchas dudas sobre el continuar los estudios de preparatoria o dirigirse completamente a la educación basada en el arte de la danza, logramos un acuerdo mi Ratita bailaora y yo. Continuar la prepa y continuar con la danza pero ahora en una oportunidad de participar en la revista musical de su escuela y eso, aunque parece sencillo es algo que me alegra mucho el corazón porque las generaciones que nos siguen deben tomar sus decisiones y nosotros como padres apoyarlos en todo lo que nos sea posible, a sabiendas de que el propósito más grande de cualquier papá o mamá es formar a los hij@s para que alcancen su libertad cuando sean mayores de edad, dándoles las herramientas necesarias para lograr sus objetivos sin hacer a un lado el fin más importante que es encontrar la felicidad.

Lo logramos Ratita, ¡felicidades!

Todo este tema lo platicamos en una agradable terraza que tiene la Bella Italia en la segunda planta de este delicioso lugar donde compartimos un carpaccio de res para cerrar la noche con un calzone al horno de leña que disfrutamos de momento a momento sin perder el hilo de la conversación.

El viernes, aprovechando que no hubo clases por ser el último del mes de abril, mi soldadito de oro y yo nos organizamos para ver una saga muy interesante y entretenida que es “Maze Runner” y logramos completar la trilogía además de disfrutar entre una y otra de unas hamburguesas de Carl´s Junior que sin duda son de las mejores en el mundo de las hamburguesas de franquicia de comida rápida.

¡Gracias Chompir!

El sábado ya tenía agendada una reunión con amig@s por el cumpleaños de uno de los más destacados creadores de contenidos de redes digitales del grupo y nos juntamos para cantar, comer (el guacamole quedó espectacular) y disfrutar de un sábado con un clima excepcionalmente agradable al grado que nos dimos la oportunidad de darnos un chapuzón a la luz de la luna que especialmente ese día estaba hermosísima.

¡Gracias TB Group!

¿Dos arriba, dos abajo o de plano, una arriba y una abajo?

Los domingos son fabulosamente atractivos para mi porque el hecho de cocinar paella siempre me provoca felicidad, no solo por el hecho de poder llevar a la boca de alguien algo preparado por mis manos, sino porque conforme pasa el tiempo son más y más personas que están conociendo mi receta y sus comentarios de satisfacción son una de las mejores recompensas que un cocinero puede recibir, además del gusto de entregar pedidos a amigos de toda la vida que en auto propio, por su propio pie o hasta en uber llegan a recoger sus órdenes para disfrutar en casa con familia.

¡Gracias a Tod@s porque tod@s lo hacemos posible #SoyPaella!

Un domingo se hace más agradable cuando en lugar de “debate” dedicas tu tiempo a disfrutar de la caída del sol… ese momento en que las horas bajan y se oculta el sol para dar paso a la luna en estas noches cálidas. Entonces te ataca el hambre y que mejor lugar para echar taquito que La Fragua en donde no importa de qué pidas tus tacos; pastor, costilla o bistec español, siempre que lo acompañes de una michelada tendrás oportunidad de platicar sobre tantos temas y disfrutar de la compañía que hace de un domingo normal un día extraordinario.

Al llegar a casa no podía quedarme con la curiosidad y empecé a ver el dichoso segundo debate de l@s candidat@s presidenciales y no hubo mejor arrullo para conciliar el sueño que un programa tan aburrido y sin propuesta que eso.

Así que a descansar rico y prepararse para esta semana que se verá interrumpida por la celebración del 1ro. de mayo como cada año.

¡¡¡Ánimo que ya casi es viernes!!!

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#4 Tiempos

Primera matehualense en obtener título universitario | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

En enero de 1923 el Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí se convertía en Universidad Autónoma de San Luis Potosí tratando de iniciar una nueva vida académica organizando sus actividades de manera autónoma y decidiendo su destino sin intervención del estado. Si bien, esos primeros pasos de vida autónoma no fueron fáciles y además fueran obstaculizados y postergados hasta la década de los cincuenta cuando puede decirse que la universidad adquiere su absoluta autonomía. Esa fecha queda registrada como el inicio de la hoy Universidad Autónoma de San Luis Potosí que continuaba el trabajo académico del Instituto Científico. Para entonces se empezaba a hacer común observar mujeres en sus aulas de estudios profesionales, su número no era tan abundante; aunque para entonces ya se habían titulado unas cuantas mujeres en la carrera de medicina y en leyes, como hemos tratado en anteriores entregas en esta columna.

Ante esta situación, la presencia de mujeres provenientes del interior del estado era más extraña aún

, por el esfuerzo que requería el trasladarse a la capital del estado para ingresar a realizar estudios, sobre todo de corte profesional. Con todo, las mujeres potosinas de los diversos municipios del estado comenzaron a tener presencia en las aulas universitarias.

De las primeras mujeres en ingresar a la recién “creada” Universidad Autónoma de San Luis Potosí sería la matehualense Sara Cárdenas Orozco que en 1923 ingresaba a la preparatoria de la Universidad potosina a cursar el bachillerato en ciencias biológicas con la intención de poder ingresar en su oportunidad a estudiar medicina en la misma universidad. De esta manera Sara Cárdenas se convertiría en la primera matehualense en ingresar a la universidad.

Sara Cárdenas, se convertía además en la primera matehualense en cursar cursos superiores de física, matemáticas y biología y la primera en cursar materias experimentales de ciencias. De esta forma trabajaría en el histórico Gabinete de Física que tengo bajo mi resguardo y que forma parte del patrimonio cultural de la ciudad de San Luis Potosí.

Sus estudios preparatorios los realizaría de 1923 a 1926. Por entonces se cursaban en la preparatoria materias de aritmética y algebra, geometría plana, trigonometría rectilínea, física teórica, física experimental, cosmografía, nociones de mecánica, química general, química orgánica, nociones de mineralogía, geografía general, nociones de geología, botánica, histología, zoología, nociones de anatomía, fisiología humana, lógica, psicología moral, histología general, raíces griegas y latinas, dibujo, inglés , francés, literatura general y lengua castellana.

Los cuales aprobaría a satisfacción Sara Cárdenas. En 1926 ingresaba a estudiar medicina y cursaría hasta el quinto año de la carrera en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, para trasladarse a la ciudad de México y proseguir en la Escuela Nacional de Medicina la carrera de medicina en 1930. Realizó sus prácticas hospitalarias en el Hospital Civil “Dr. Miguel Otero” de San Luis Potosí y el internado en el Hospital General de la Ciudad de México, siendo ya estudiante de la Escuela Nacional de Medicina.

Sara Cárdenas Orozco nació en Matehuala, San Luis Potosí el 24 de octubre de 1903, sus padres eran comerciantes en Matehuala, y al parecer cambiarían su estancia a San Luis Potosí, con el fin de que sus hijos pudieran continuar estudios y posteriormente a la Ciudad de México.

Como muchas de sus compañeras médicas, perteneció a la Asociación de Médicas Mexicanas, asociación que fue impulsada por médicas potosinas.

Sara Cárdenas Orozco cursó y aprobó en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y en la Escuela Nacional de Medicina las materias que cubrían íntegramente la carrera de médico cirujano, convirtiéndose, con toda seguridad, en la primera médica matehualense.

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