diciembre 4, 2025

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#4 Tiempos

¿Y los diputados locales? | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

La elección de los diputados locales es el ingrediente secreto de esta elección. Pocos lo han notado, pero la contienda de legisladores en este proceso es el comino de los frijoles, el sazón del caldo y lo picoso de los chilaquiles.

Sí, la diferenciación de votos en cada uno de los distritos es quizás el factor más importante para el cálculo de la arquitectura de los próximos escenarios, mucho más allá de encuestas y preferencias, los números en los distritos y las secciones en ellos incluidas, serán los que inclinen la balanza de tres platos en la que se ha convertido este proceso electoral.

Los tres candidatos punteros al gobierno lo saben, y aunque en términos generales han pasado desapercibidas las campañas al congreso local, del empuje o el arrastre de sus candidatos en los 15 distritos, depende el éxito de cada uno de los proyectos.

En esta elección sin precedente (cosa que se ha dicho hasta el cansancio y en todas sus modalidades) vale mucho más que nunca analizar el sentido y el significado del voto en cada distrito, porque cada uno tiene un particular contexto, una historia conectada y un personaje único que da connotación a todo el proceso.

Me dirá usted, Culto Público (y con razón), que si nos ponemos técnicos, cada candidato tiene esas pistas de análisis (historia, trayectoria y momento político); sin embargo, por lo menos este aprendiz de reportero, ha notado peculiaridades que valen la pena resaltar en cada uno de esos ámbitos. Leamos, pues el “significado” como lo decía, de votar por uno u otro candidato.

Mire, para empezar a los candidatos locales hay que separarlos de entre dos tipos: los que suman, trabajan, aportan y fortalecen a su proyecto a la gubernatura y los otros, es decir, los extraviados, los flojos, los novatos, los ingenuos, los esperanzados o todas las anteriores. Esos que van transitando en la elección “a las caiditas” esperando que el arrastre de los candidatos de otros ámbitos (gubernatura y municipios) les “escurra” y así les alcance para la curul.

Nada más bobo que estar esperando un milagro, en las condiciones de esta esta contienda. Pero ya empecemos, sí le parece, a revisar por hoy a los distritos con cabecera en la capital

En el segundo distrito local los que están en la batalla (con muchísimo respeto para el resto de los contendientes) son Rubén Guajardo por la coalición Sí por San Luis y Miguel Ángel Campos López de “Juntos haremos historia”.

Guajardo va por su segundo período consecutivo, es parte de la cúpula directiva del PAN, se opuso al incremento de las tarifas del agua propuestas por el entonces alcalde Xavier Nava y eso le costó ser maltratado por los órganos de comunicación de Xavi bb (que mantiene bajo el disfraz de medios) a sus allegados se les despidió o doblegó de la administración municipal y en general se convirtió en una piedra en el zapato para “Ene Palacios” (Serrato dixit).

Votar por Guajardo significa restar votos panistas al candidato a alcalde y sumar (porque es de los que si trabajan) al proyecto tanto de Octavio como de Galindo, y si me apura hasta para Gerardo Aldaco, pues el suplente de éste es gente muy cercana al panista Rubén. ¿Mas vale viejo por conocido? Quién sabe, Rubén ha sabido manejarse en los círculos más reducidos y más altos de los poderes tanto de hecho como de facto, asunto que algunos le verán como valor y otros como cuota de desgaste. Del distrito se esperan entre 25 y 35 mil votos, en absoluto despreciables para cualquier proyecto si se toma en cuenta que Juan Manuel Carreras ganó por 28 mil a Sonia Mendoza.

Miguel Ángel Campos por su parte, significa la más pura 4T, pero vestida de verde. Nadie le puede regatear un milímetro su apego al proyecto del presidente, al grado de preferir participar con sus aliados (Verde y PT) que convalidar la imposición de Nava a la alcaldía y Monica Liliana a la gubernatura.

El muchacho tampoco es flojo, y aunque no tiene experiencia ni legislativa ni como candidato, cuenta con estructura y agenda propia y hay que decir que su ingeniería electoral está inspirada mucho más en la de los “Servidores de la Nación” que en la de la Gallardía, a la que tampoco desdeña sino al contrario, aprovecha y por eso está colocado como uno de los punteros. Votar por Miguel Ángel significa en pocas palabras, amarrar con un nudo (de tres posibles) el triunfo de Leonel Serrato en la alcaldía capitalina.

El distrito quinto tiene cabecera en Soledad; sin embargo, comparte territorio con la capital y es un fundamental para el proyecto que representa Ricardo Gallardo Cardona y, por supuesto, Leonel Serrato, vale la pena recordar que en las elecciones anteriores, la Gallardía (aún en el PRD) perdió el distrito primero ante el PRI por menos de 400 votos y luego contra Morena por una cantidad más todavía insignificante.

En la recta final, la curul la pelean Margarita Hernandez Fiscal por la coalición PRIAN y Dolores Garcia o “Doña Lola” como la conocen. No hay mucho qué decir, Margarita ha sido candidata tres veces al hilo en esa zona, es una mujer joven y valiente que con todo en contra ha arado a lomo partido para abrir brecha en un distrito y un municipio en el que su propio partido se siente derrotado, pero ella no.

Todos los éxitos pues y cada voto que logre Octavio Pedroza en Soledad, los deberá en gran medida al esfuerzo de Margarita Hernández Fiscal y en otra medida importante a Marianela Villanueva (ya hablaremos de las diputaciones federales).

Doña Lola por su parte, no requiere campaña de aire, y si acaso un poco de presencia, pues su trabajo fuerte está en la tierra y conoce perfectamente sección por sección y casilla por casilla. Perder ese distrito no es una opción para Doña Lola, mucho menos ante el PRIAN, sin embargo, no será nunca buena idea confiarse o esperar que Leonor Noyola, la candidata a presidenta municipal, le haga la chamba.

Por otro lado, en la práctica y en el día a día, Morena en Soledad, aunque tiene candidata, su fuerza y estructura trabaja día y noche para el proyecto verde. Alejandra Valdez decepcionó y más, abandonó a su gente.

Del séptimo distrito, querido y Culto Público, haré un texto independiente. La historia turbia de Óscar Valle, la decepcionante venta del candidato de Movimiento Ciudadano, Mauricio Purata a los intereses de la cúpula navista, los inconfesables orígenes del dinero de su campaña, la opacidad e hipocresía en el manejo de recursos y las vergonzosas anécdotas de campaña (como ayer que los corrieron de Rinconada de Los Andes porque querían colgarse de la inauguración de la iglesia para hacer propaganda) merecen mención aparte.

Solo le adelanto que, si no quiere echar su voto a la basura, no desperdicie el sufragio en farsantes. Óscar Valle va en último lugar en la preferencia del distrito y no prende ni con gasolina con cerillos.

Una pregunta interesante para Óscar Valle Portilla: Si está llamando a votar “todo Morena” ¿por qué no hace campaña con los candidatos de Morena a diputados federales? ¿Por qué no vemos a Óscar en los actos de campaña de Marcela González o de Gilberto Hernández Villafuerte? Digo, son sus aliados ¿que no?

Uffff se me acabó el espacio, pero el lunes revisamos el sexto distrito (en el que me informan que está por perder Ricardo Villarreal por flojo y corrupto, y de Adriana Urbina, la candidata de Xavi bb de la que se dice, causa más emoción ver a un pescado flotando boca arriba que escuchar a la señora). También le cuento el lunes de la pelea en el octavo que se disputa Gerardo Aldaco por coalición Sí por SLP contra la candidata de Juntos Haremos Historia, Martha Aradillas. Moisés, el candidato de Morena, ni se asoma… él sabrá por qué.

BEMOLES

¡HAY TIRO!

Hoy se llevará a cabo el debate entre candidatos al gobierno organizado por la Coparmex. Pida usted a todos los Santos que haya debate y no una aburrida pasarela de bonitas intenciones cómo el organizado por el Ceepac. La ausencia de uno de los punteros, RGC, seguramente es estratégica y dará mucho de qué hablar, digo, por lo menos tendrán más tiempo.

Hasta mañana.

#4 Tiempos

El Piano eléctrico: desarrollo potosino | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

Los diseños de pianos electromecánicos tuvieron su auge en 1929 y en la década de los cincuenta del siglo XX comenzaron a usarse en audiciones públicas. La historia de su desarrollo menciona los nombres de Lloyd Loar, Benjamin Meissner, Rudolph Wurlizer, Harold Rodhes y el piano Neo-Bechstein, entre los principales.

Sin embargo, el nombre de Francisco Javier Estrada no aparece en estos recuentos, a pesar de haber sido el primer reporte de un diseño de piano eléctrico a nivel mundial, como resultado de sus investigaciones en reproducción del sonido por medios eléctricos. El reporte público de Estrada se realizó el 19 de diciembre de 1878 en el periódico El Siglo XIX, donde Estrada daba cuenta de sus experimentos con una cuerda vibratoria y su transducción a señal eléctrica, mediante una membrana de tambor que amplificaba el sonido. Estrada, solo presentó su idea y diseño y la puso al servicio de los interesados a finde que pudieran materializarla y mejorarla, al no poder solventar los gastos necesarios para su construcción y la falta de servicios artesanales especializados. Estrada decidía publicar los principios y la descripción del instrumento citado, temeroso de que algún día, no muy lejano, se presentara del extranjero algún instrumento de música idéntico o semejante, o lo que era peor, alguna petición exótica de privilegio con perjuicio de los artesanos mexicanos.

Ochenta años mediaron entre la publicación del diseño de Estrada y la materialización en el extranjero de un piano eléctrico con funcionamiento electro-mecánico.

Para mayores detalles y más información pueden consultar mi artículo alojado en la dirección:

(PDF) Francisco Javier Estrada el inventor del piano eléctrico. Available from: https://www.researchgate.net/publication/396325293_Francisco_Javier_Estrada_el_inventor_del_piano_electrico.

Francisco Javier Estrada insigne científico potosino que destacó a nivel mundial en el ámbito de la física en el siglo XIX convirtiéndose en el físico más importante de México, tiene una numerosa contribución de aportes, de primicias mundiales, las cuales en su mayoría son desconocidas o adjudicadas a otros personajes.

Hemos estado realizando investigación y difusión sobre la vida y obra de este genial potosino, Francisco Javier Estrada y en esta columna del Cronopio en la Orquesta, hemos tratado algunas de esas trascendentales aportaciones.

Una de las aportaciones técnicas de Francisco Javier Estrada que no aparecen en los registros científicos históricos es la propuesta de reproducción del sonido por medios eléctricos. Su tema central de trabajo que implementó en la década de los setenta decimonónicos fue la reproducción del sonido, colocándose en la frontera del conocimiento en ese tema.

Como hemos apuntado en trabajos anteriores, muchas de sus aportaciones y primicias mundiales han quedado en el olvido y poco a poco se están rescatando para colocar en la palestra mundial el gran genio de Estrada, como el físico mexicano más importante del siglo XIX y uno de los principales a nivel mundial,

cuyas glorias no se proyectaron por la idiosincrasia social del país, aunque su genio de cierta forma era reconocido en el país, aunque no lo suficiente.

Sistemas como el motor eléctrico, nuevos sistemas de telefonía y la comunicación inalámbrica son parte de sus aportaciones trascendentes que cambiaron a nuestras sociedades y cuyas aportaciones aprovechadas por otros científicos dejan de lado la aportación primaria de Estrada en la historia de la ciencia y la tecnología. Como una aplicación de sus investigaciones en electromagnetismo y reproducción del sonido, se encuentra su propuesta de un piano eléctrico, cuyos experimentos base realizó en San Luis Potosí y con los que propuso un diseño para la construcción de un piano eléctrico que transformaba las vibraciones acústicas en eléctricas con el fin de amplificar el sonido.

El piano como tal no pudo construirlo por carecer de recursos suficientes, así como problemas para abastecerse de los materiales necesarios y el apoyo de los constructores artesanos; sin embargo, publicó en medios de comunicación masiva sus propuestas con el fin de registrar su idea, sus experimentos y su diseño para la construcción del piano eléctrico y su extensión a otros instrumentos de cuerda.

Su propuesta era resultado de experimentos anteriores de Estrada con sistemas telefónicos, donde había realizado mejoras a los ya existentes, logrando construir teléfonos cuya reproducción del sonido era más clara y de mayor intensidad. Parte de esas mejoras las utilizaría en su propuesta del piano eléctrico, entre ellas los fundamentos de micrófonos de carbón y de la comunicación inalámbrica.

Los potosinos debemos estar orgullosos de Francisco Estrada y colocar su nombre como debe de ser, en la historia de la civilización.

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Consideraciones sobre la amabilidad | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

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LETRAS minúsculas

 

Tenía Víctor Hugo, el gran escritor francés, veintisiete años de edad cuando publicó, en 1829, El último día de un condenado, novela o largo relato en el que se pone a describir los pensamientos íntimos, las agitaciones interiores y los estados de ánimo que se apoderan de un hombre que pronto -muy pronto- va a tener que morir. La justicia ha señalado ya el día y la hora en que deberá tener lugar la ejecución; todo, pues, está listo…

Pero, no: ¡no todo está listo! Puede que lo esté el cadalso, puede que lo esté el verdugo, pero este hombre todavía no está listo. ¡Aún no sabe por qué debe morir! «Soy joven, estoy sano y fuerte –gime en el calabozo-. La sangre circula libremente por mis venas; todos mis miembros obedecen a todos mis caprichos; estoy robusto de cuerpo y de mente, preparado para una larga vida. Sí, todo esto es verdad; y, sin embargo, padezco una enfermedad, una enfermedad mortal, provocada por la mano del hombre».

Afuera, en la calle, todos ríen y se gozan: el calor del sol es bueno, la vida es bella. ¡Ah, tienen razón al mostrarse tan alegres! Para ellos hay futuro. ¿Cómo no sonreír cuando a la noche sigue el día, cuando se espera vivir muchas noches y muchos días? En cambio él… ¡Quizá no haya para él ni otra noche ni otro día!

Llama la atención, sin embargo, cómo es que este hombre se da cuenta de que no le queda mucho tiempo: ¡por la amabilidad del personal penitenciario! ¿De cuándo acá se mostraban tan amables estos monstruos de indiferencia? ¿De cuando acá? «El camarero de guardia acaba de entrar en mi calabozo, se quita el gorro, me saluda, pide perdón por molestarme y me pregunta, suavizando en lo posible su voz ruda, lo que deseo para el desayuno. Me entran escalofríos. ¿Será hoy?».

Es decir, ¿será hoy cuando tenga que ser ejecutado? Tanto refinamiento, tanta delicadeza le parecen francamente sospechosos. Hasta hace poco todos le hablaban a gritos, brutalmente, pero hoy se descubren la cabeza para saludarlo y hasta ejecutan ante él respetuosas reverencias. Sí, es posible que sea hoy. El condenado, entonces, se pone a temblar. Es que no era normal, no era normal en absoluto que…

Pero las cosas se complican todavía más cuando, de pronto, la reja del calabozo se abre y aparece en el marco de la puerta una figura pequeña, de largos bigotes negros, y amable hasta la falsedad. «Sí, es hoy –piensa el condenado al ver a este individuo ejecutando todas las ceremonias de la cortesía-. El mismo director de la prisión ha venido a visitarme. Me pregunta lo que me gustaría o podría serme de utilidad; incluso hasta expresó el deseo de que no tuviera quejas de él o de sus subordinados; se interesó por mi salud y por cómo había pasado la noche. ¡Al salir me llamó señor! ¡Sí, es hoy!».

Y admírese usted: los pensamientos del condenado resultaron ser ciertos; su intuición no lo engañó. Era hoy, precisamente cuando debía morir. No se equivocaba.

¿Por qué los humanos dejamos la amabilidad y la cortesía para el último momento? Al parecer, sólo los muertos –o los que están a punto de serlo- logran conmovernos. «¡Cómo admiramos a los maestros que ya no hablan y que tienen la boca llena de tierra! –exclama el personaje único de La caída

, el famoso monólogo de Albert Camus (1913-1960)-. El homenaje se les ofrece entonces con toda naturalidad, ese homenaje que, tal vez, ellos habían estado esperando que les rindiésemos durante toda su vida… Observe usted a mis vecinos, si por casualidad sobreviene un deceso en el edificio en el que usted vive. Los inquilinos dormían su vida insignificante y, de pronto, por ejemplo, muere el portero. Inmediatamente se despiertan, se agitan, se informan, se apiadan».

¡Los hombres sólo somos corteses con los muertos! He aquí lo que el Nóbel francés quiso decir. Pero no sólo lo dice él. He aquí, por ejemplo, lo que Máximo Gorki (1868-1936), el escritor ruso, escribió en su autobiografía: «¡Las misas de difuntos son las más bellas de toda la liturgia! ¡Hay en ellas ternura y piedad para los hombres! ¡Nuestros semejantes no compadecen sino a los muertos!».

Está bien, está bien, así es. Y, sin embargo –me digo-, he aquí un método para cultivar la cortesía: ver en el otro, ese que ahora está junto a mí, un condenado a muerte -¡que lo es, sólo que él no lo sabe, o lo ignora, o no quiere pensar en ello!- y tratarlo como si mañana ya no fuera a estar aquí; tratarlo, en una palabra, con las mismas atenciones que el carcelero dispensó al condenado a muerte en el relato de Víctor Hugo. ¡Ah, si nos viéramos como somos, es decir, como mortales, qué dulces seríamos en nuestras relaciones, y qué corteses!

Dice Aliosha a Lisa en Los hermanos Karamazov, la novela de Fiodor Dostoyevski (1821-1881): «Hay que tratar muy a menudo a las personas como si fueran niños, y a veces como si fueran enfermos». No está mal, no está del todo mal. ¿Con qué delicadeza no trataríamos a una persona si supiéramos que quizá hoy mismo va a morirse? ¿Y cómo estar seguros que no será hoy el día en que morirá? Por eso, más vale ser amables con él.

Otra cita más; ahora la he tomado de Sobre héroes y tumbas, la novela de Ernesto Sábato (1911-2011), el escritor argentino: «¿Sería uno tan duro con los seres humanos si se supiese la verdad que algún día se han de morir y que nada de lo que se les dijo se podrá ya rectificar?».

Todos los hombres son mortales, Juan es hombre, luego Juan es mortal. El silogismo nos sale bien; en el fondo, los hombres no somos tan ilógicos como parecemos a primera vista. Sólo que no siempre sacamos de nuestros razonamientos todas las consecuencias pertinentes al caso.

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“México, esta niebla que arde” | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

Culto Público, si no han leído la novela “Niebla Ardiente” de la muy joven escritora, Laura Baeza, les recomiendo hacerlo como desde ayer

Tuve la oportunidad de conocer a Laura personalmente hará unos cuatro años, ¿Qué les digo? Una de esas circunstancias alineadas que convergieron en el segundo piso de la librería Gandhi del centro, la de los Arcos Ipiña.

Fue en un taller breve de escritura creativa previo a la presentación formal de su libro, el que les recomiendo. Si conocerla fue una circunstancia, convivir con ella e intercambiar casualidades fue de plano como regalo de estrella fugaz.

Fui de los selectos y afortunados que en grupo terminamos sentados con ella en “La Oruga y la Cebada” en el Callejón San Francisco, conversando sobre lo que duele y lo que salva, entre un par de cervezas y una cena sencilla.

Ella me firmó su libro con una frase que ahora, en este 25 de noviembre, regresó a mi atormentada cabeza: “A Jorge, que siempre nos una el deseo por hallar algo más en esta realidad tan rara…con todo cariño, Laura Baeza”. El momento de por sí, ya era una realidad rara.

A la distancia, empiezo a creer que su frase fue más que optimismo, y es más un deber moral, y es que su ficción (vuelta a releer en estos días) se parece demasiado a México.

No es “spoiler” (o como se diga) pero “Niebla Ardiente” detalla el regreso de su protagonista Esther a México pensando en encontrar a su hermana Irene, quien había desaparecido hace años, y a quien creía muerta, cuando de la nada, un primero de enero en un reportaje que vio en la televisión, Esther la reconoce en una marcha y se lanza en su búsqueda.

Pero la novela, la primera de Laura (y creo que premiada) realmente no comienza allí. Comienza donde casi todas las historias de violencia en este país empiezan: en los pasillos de la burocracia, en los que los papeles cuentan más que las personas.

Esther aparece en un México reconocible para cualquiera: expedientes mutilados, archivos “perdidos”, oficinas donde la verdad siempre llega después de que las secretarias coman sus gorditas grasosas y funcionarios que usan el futuro para encubrir lo que nunca harán.

Es en esa atmósfera donde la desaparición deja de ser un crimen y se convierte en un proceso. Como alguien escribió: los países se definen por cómo recuerdan; México, al parecer, se define en cómo olvida.

En medio de esa maquinaria oxidada, Esther descubre a un policía. No es un héroe: es un hombre cansado que simplemente no rompe las reglas pero las dobla para que la realidad duela un poco menos. Ese personaje era como algo que escribió una pensadora feminista de la que en este momento no recuerdo su nombre “la dignidad aparece cuando alguien no mira hacia otro lado”.

En fin, siguiendo con la novela y nuestra realidad, este policía mira. Acompaña. Abre una grieta. Y sin embargo, ni siquiera es lo suficientemente poderoso para luchar contra un país donde las fosas clandestinas actúan como el archivo nacional.

La comparativa y reflexión con la novela va porque hoy es 25 de noviembre y México sigue siendo esa tierra donde la violencia parece que no importa, sino que se repite. Casi 2 feminicidios cada día. 3,284 mujeres asesinadas en 2024. 89% de impunidad. Una agresión física cada siete minutos. Más de 10 millones de mujeres violentadas digitalmente. En San Luis Potosí, 24,000 víctimas por cada 100,000 mujeres.

Uno quisiera creer que estos números son de un país lejano, pero no. Están aquí, sobre las mismas banquetas que caminamos todos los días. Ese es el verdadero crimen de México: haber entrenado a la gente para no sorprenderse.

Sí, no se debe negar que mucho se ha hecho pero poco alivia (hoy casi todos los gobiernos e instituciones hablan de esto, pero mañana la rutina sigue).

Sí, con la llegada de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta de México, llegaron todas…excepto las que no alcanzaron a llegar porque les truncaron la vida.

El nuestro, es un país donde buscar es amor—y protesta.

Igual que como ocurre en la novela de Laura, que no describe un país imaginado sino nuestro México. Uno donde las hermanas encuentran hermanas, donde las madres encuentran hijas, donde las mujeres salvan mujeres. Un país donde todavía hay justicia, pero casi siempre fuera de los edificios públicos.

Y así como Esther enfrenta la niebla, miles enfrentan la opacidad del Estado día tras día: ventanas cerradas, sistemas incompatibles, versiones contradictorias, funcionarios que deletrean la palabra “protocolo” como si lanzaran un hechizo contra la verdad.

México es hogar de una burocracia tan grande que hasta la violencia tiene formularios que completar.

Tras varios años de no recordar la anécdota con la escritora, hoy vuelvo a esa dedicatoria: “encontrar algo más en esta extraña realidad…”

Ese “algo más” no es una esperanza ingenua. Es algo que se parece más a la obligación de nunca acostumbrarse, “la memoria es la única defensa contra la repetición del horror”.

Por esa razón, espero, que por cada mujer desaparecida o mujer luchando por no desaparecer, o lidiando contra cualquier tipo de violencia, recordemos que la niebla espesa arde. Y que si arde, es porque la herida está abierta.

Hasta la próxima. Jorge Saldaña.

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