diciembre 10, 2025

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El Cronopio

San Luis Potosí cuna de la Revolución Mexicana | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO 

Este mes de febrero se cumplen 121 años de la realización en San Luis Potosí del Primer Congreso Liberal Mexicano, en el cual la participación de liberales potosinos fue destacada, junto a los hermanos Flores Magón. Estos luchadores liberales figuran los precursores intelectuales de la revolución mexicana, aunque su aportación histórica, por ser anarquistas, es minimizada; sin embargo, los principales artículos sociales de la Constitución del 17, fueron tomados tal cual eran promovidos por el grupo de liberales, que en la primera década del pasado siglo, lucharon por la democracia y reivindicaciones sociales.

Por extraño que parezca, San Luis Potosí aportó un importante número de activistas y pensadores que destacaron entre los que serían editores del Hijo del Ahuizote, recordado por la imagen del 5 de febrero de 1903, en donde doce periodistas, seis de ellos de San Luis Potosí, aparecieron con las cabezas inclinadas en los balcones de las oficinas del periódico, cuyo frente estaba enlutado y tenía un gran letrero con la siguiente leyenda:

“La Constitución ha muerto protestamos solemnemente contra los asesinos de ella, que como escarnio sangriento al pueblo que han vejado celebren este día con muestras de regocijo y satisfacción”. Dos años antes habían realizado el Primer Congreso Liberal.

El Congreso en cuestión fue convocado por el grupo de liberales potosinos formados por el ingeniero de minas Camilo Arriaga, el periodista y poeta Juan Sarabia, el profesor Librado Rivera y el estudiante y abogado Antonio Díaz Soto y Gama. Meses antes, en agosto de 1900 Camilo Arriaga lanzaba un manifiesto invitando a la formación del partido liberal, para un mes después formar el Club Liberal Ponciano Arriaga. Ese club se convirtió posteriormente en el eje de acción de los liberales mexicanos, fungiendo como centro director de todos los clubes liberales en el país.

El segundo Congreso, convocado para febrero de 1902, ya no pudo llevarse a cabo por la incesante persecución que llevó a la cárcel al grupo potosino. En 1903 al quedar libre Camilo Arriaga comenzó a reorganizar el Club Liberal Ponciano Arriaga para incorporar a los dirigentes liberales y periodistas de la oposición de otras partes de la nación. El nuevo club fue instalado oficialmente el 5 de febrero de 1903, con la mitad de sus miembros y la mayoría de los principales dirigentes todavía de San Luis Potosí. Arriaga quedó como presidente del club, Díaz Soto y Gama como vicepresidente, el primer secretario Juan Sarabia y el segundo secretario Ricardo Flores Magón, Benjamín Millán como tesorero, entre otros. A pesar de las posteriores divisiones de Arriaga, Madero y Ricardo Flores Magón, en septiembre de 1905 se fundó la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, donde cuatro de los siete miembros del Consejo eran de San Luis Potosí: Juan y Manuel Sarabia, Librado Rivera y Rosalío Bustamante, tónica común en todo el movimiento precursor en el cual el núcleo potosino tuvo una influencia determinante, a tal grado que al gobierno, más que la prensa y los clubes liberales, le preocupaba principalmente el núcleo de San Luis Potosí, al que enfocó su represión.

La persecución, el exilio y la represión fueron las acciones comunes para el grupo de liberales potosinos, que aspiraban a propagar y sostener un movimiento revolucionario nacional para derrocar a Díaz e introducir reformas sociales y económicas profundas. Curiosamente, después de tantos años, ninguno de los cuatro potosinos se dio cuenta de que el movimiento revolucionario ya se había iniciado y se había ido desarrollando por su propio impulso, con ellos mismos al mando.

Otros potosinos liberales participaron en todo este proceso: Benjamín Millán, Humberto Macías Valadés, Ismael Quiroz, Emiliano Z. López, Wistano Luis Orozco, Andrés Molina Enríquez, José María Facha, Dolores Jiménez y Muro, Dionisio L. Hernández, Ramón Santoscoy, Rafael Vélez Arriaga, Filomeno Mata, Paulino de la Luz Mendoza,
Antonio I. Villarreal, María del Refugio Vélez, Tomás Sarabia, Alfonso Cravioto… En el caso de San Luis Potosí, los maestros y los periodistas, por lo menos, fueron muy importantes. Combinando su enseñanza con la agitación política, algunos maestros encontraron pronto la muerte, mientras que otros fueron enviados al exilio. Un buen número ascendió a rangos políticos o militares, expresando puntos de vista radicales en la Convención de Aguascalientes de 1914 y en el Congreso Constituyente de Querétaro de 1916.

Según apunta J.D. Cockcroft, en uno de sus artículos sobre la Revolución Mexicana, después de que la lucha hubo terminado y la Constitución de 1917 fue redactada, estos maestros, por lo general, volvieron a su profesión y fueron olvidados. Entre aquellos de San Luis Potosí estaban, además de Rivera, los siguientes: Luis Toro, David G. Berlanga, Cándido Navarro, Luis G. Monzón Teyatzin, Graciano Sánchez y Alberto Cabrera Torres. Después de múltiples fracasos y divisiones políticas, el Partido Liberal Mexicano y el movimiento precursor emprendido por el núcleo de liberales potosino, tuvieron un triunfo, los artículos 27 y 123 de la Constitución, de reforma agraria y código de derecho obrero. En otra de sus obras Cockcroft concluye: Finalmente surgieron en 1917 los primeros resultados claramente reconocibles de la Revolución mexicana. Estos resultados fueron: un campesinado vencido, un movimiento laboral inválido y dependiente, una burguesía sangrante pero victoriosa, y para un pueblo mexicano dividido, un triunfo de papel: la Constitución de 1917.

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#4 Tiempos

El Piano eléctrico: desarrollo potosino | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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Los diseños de pianos electromecánicos tuvieron su auge en 1929 y en la década de los cincuenta del siglo XX comenzaron a usarse en audiciones públicas. La historia de su desarrollo menciona los nombres de Lloyd Loar, Benjamin Meissner, Rudolph Wurlizer, Harold Rodhes y el piano Neo-Bechstein, entre los principales.

Sin embargo, el nombre de Francisco Javier Estrada no aparece en estos recuentos, a pesar de haber sido el primer reporte de un diseño de piano eléctrico a nivel mundial, como resultado de sus investigaciones en reproducción del sonido por medios eléctricos. El reporte público de Estrada se realizó el 19 de diciembre de 1878 en el periódico El Siglo XIX, donde Estrada daba cuenta de sus experimentos con una cuerda vibratoria y su transducción a señal eléctrica, mediante una membrana de tambor que amplificaba el sonido. Estrada, solo presentó su idea y diseño y la puso al servicio de los interesados a finde que pudieran materializarla y mejorarla, al no poder solventar los gastos necesarios para su construcción y la falta de servicios artesanales especializados. Estrada decidía publicar los principios y la descripción del instrumento citado, temeroso de que algún día, no muy lejano, se presentara del extranjero algún instrumento de música idéntico o semejante, o lo que era peor, alguna petición exótica de privilegio con perjuicio de los artesanos mexicanos.

Ochenta años mediaron entre la publicación del diseño de Estrada y la materialización en el extranjero de un piano eléctrico con funcionamiento electro-mecánico.

Para mayores detalles y más información pueden consultar mi artículo alojado en la dirección:

(PDF) Francisco Javier Estrada el inventor del piano eléctrico. Available from: https://www.researchgate.net/publication/396325293_Francisco_Javier_Estrada_el_inventor_del_piano_electrico.

Francisco Javier Estrada insigne científico potosino que destacó a nivel mundial en el ámbito de la física en el siglo XIX convirtiéndose en el físico más importante de México, tiene una numerosa contribución de aportes, de primicias mundiales, las cuales en su mayoría son desconocidas o adjudicadas a otros personajes.

Hemos estado realizando investigación y difusión sobre la vida y obra de este genial potosino, Francisco Javier Estrada y en esta columna del Cronopio en la Orquesta, hemos tratado algunas de esas trascendentales aportaciones.

Una de las aportaciones técnicas de Francisco Javier Estrada que no aparecen en los registros científicos históricos es la propuesta de reproducción del sonido por medios eléctricos. Su tema central de trabajo que implementó en la década de los setenta decimonónicos fue la reproducción del sonido, colocándose en la frontera del conocimiento en ese tema.

Como hemos apuntado en trabajos anteriores, muchas de sus aportaciones y primicias mundiales han quedado en el olvido y poco a poco se están rescatando para colocar en la palestra mundial el gran genio de Estrada, como el físico mexicano más importante del siglo XIX y uno de los principales a nivel mundial,

cuyas glorias no se proyectaron por la idiosincrasia social del país, aunque su genio de cierta forma era reconocido en el país, aunque no lo suficiente.

Sistemas como el motor eléctrico, nuevos sistemas de telefonía y la comunicación inalámbrica son parte de sus aportaciones trascendentes que cambiaron a nuestras sociedades y cuyas aportaciones aprovechadas por otros científicos dejan de lado la aportación primaria de Estrada en la historia de la ciencia y la tecnología. Como una aplicación de sus investigaciones en electromagnetismo y reproducción del sonido, se encuentra su propuesta de un piano eléctrico, cuyos experimentos base realizó en San Luis Potosí y con los que propuso un diseño para la construcción de un piano eléctrico que transformaba las vibraciones acústicas en eléctricas con el fin de amplificar el sonido.

El piano como tal no pudo construirlo por carecer de recursos suficientes, así como problemas para abastecerse de los materiales necesarios y el apoyo de los constructores artesanos; sin embargo, publicó en medios de comunicación masiva sus propuestas con el fin de registrar su idea, sus experimentos y su diseño para la construcción del piano eléctrico y su extensión a otros instrumentos de cuerda.

Su propuesta era resultado de experimentos anteriores de Estrada con sistemas telefónicos, donde había realizado mejoras a los ya existentes, logrando construir teléfonos cuya reproducción del sonido era más clara y de mayor intensidad. Parte de esas mejoras las utilizaría en su propuesta del piano eléctrico, entre ellas los fundamentos de micrófonos de carbón y de la comunicación inalámbrica.

Los potosinos debemos estar orgullosos de Francisco Estrada y colocar su nombre como debe de ser, en la historia de la civilización.

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#4 Tiempos

Diego José Abad ilustre formador de potosinos | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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El majestuoso edificio central de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí que fuera construido en el siglo XVII y alojara a la Compañía de Jesús se convertiría en un edificio característico de la educación en San Luis Potosí. En ese edificio funcionaría el Colegio de San Ignacio de la Compañía de Jesús orientado principalmente a la educación de primeras letras; posteriormente se establecería en dicho edificio el Colegio Guadalupano Josefino instaurado por Gorriño y Arduengo siendo el primer establecimiento de educación secundaria o superior en San Luis, dando paso posteriormente, al reinstaurarse la República al Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí que se convertiría en el primer establecimiento en obtener la autonomía universitaria dando paso así, en el mismo edificio, a la actual Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

De los profesores ilustres que tendría el Colegio de San Ignacio de San Luis Potosí, se encuentra Diego José Abad, uno de los impulsores del pensamiento moderno en México y que tuviera influencia del jesuita Rafael Campoy, también profesor en San Luis Potosí y de quien tratamos en anterior entrega de El Cronopio en La Orquesta.

La física, o filosofía natural, formaba parte del cuerpo de temas de la filosofía en los cursos que de ella se realizaban en Nueva España y se dedicaba una parte a la lectura de temas de física, principalmente la aristotélica. De esta forma existirían manuscritos sobre la física como parte de cursos de filosofía, situación que se haría común, al ser redactados apuntes para los diversos cursos que se ofrecerían en Nueva España. La mayoría de esos textos se encuentran perdidos, pero existen las referencias que aseguran su presencia, los cuales fueron escritos, en su mayoría, por sacerdotes y frailes que pertenecían a diferentes órdenes religiosas.

Diego José Abad, puede considerarse el más profundo de los jesuitas innovadores; su Curso fue muy influyente, es bastante completo y se ven por todas partes las influencias modernas. Este curso, que ya no lleva el nombre de Cursus Philosophicus

, sino simplemente el de Philosophia, aparece en un manuscrito del Colegio de San Pedro y San Pablo de México, cuyo contenido se enseñó desde 1754 hasta 1756.

Comprende la lógica, la física y la metafísica. Es el primer intento de asimilar (y no simplemente de atacar, como hasta entonces se hacía las más de las veces) las ideas modernas

. En particular, se refiere a Gassendi y los atomistas, y trata de conciliar el atomismo con el hilemorfismo aristotélico. Intenta hacer lo mismo con Descartes, opuesto al gassendismo.

Habla de la necesidad de construir la física con ayuda de la experimentación y la matemática. Acepta el atomismo en el campo físico, mas no en el metafísico. Dice que muchas ideas aristotélicas sobre el cielo han sido abandonadas por los escolásticos después del descubrimiento del telescopio, mediante el cual se han podido ver las manchas del Sol. Lo mismo en cuanto a la noción del vacío, después de los experimentos de Torricelli, Otón de Gericke y Roberto Boyle. Cita a Maignan, y mucho a Descartes en cuestiones de filosofía del hombre. Aunque las más de las veces defiende la tradición, ya se muestra abierto a integrar ideas de la filosofía moderna.

Fue profesor del Colegio de jesuitas de San Luis Potosí donde enseñó gramática a los potosinos y donde fincó su formación filosófica sin rechazar las ideas del pensamiento moderno, pero con una posición crítica.

Diego José Abad nació en Jiquilpan en 1727 y tras la expulsión de los jesuitas moriría en Bolonia en 1779.

Si se interesan en ubicar su obra en el ambiente cultural y científico de la Nueva España pueden consultar nuestro artículo: Manuscritos y libros Novohispanos y Mexicanos de Física y Filosofía Natural, en la dirección:

https://www.researchgate.net/publication/391327380_Manuscritos_y_libros_Novohispanos_y_Mexicanos_de_Fisica_y_Filosofia_Natural

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Francisco Gándara, primer ingeniero higromensor potosino | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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En 1886 se titulaba de ingeniero en el Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí un joven que aportaría al estudio y solución de problemas de sistemas hídricos en la población, así como contribuiría y sería testigo de uno de los acontecimientos científicos más importantes a nivel mundial y que impacta en la sociedad actual, la comunicación inalámbrica, el joven en cuestión Francisco de la Gándara.

Sobre este personaje ambientado en el San Luis potosí de 1886 escribí un artículo que puede consultarse en: San Luis Potosí en 1886, esplendor de la alta cultura potosina: https://www.researchgate.net/publication/394853478_San_Luis_Potosi_en_1886_esplendor_de_la_alta_cultura_potosina

En 1885 se abría en San Luis Potosí el Liceo Científico y Literario “José María Morelos”, fundado por los estudiantes del Instituto Científico y Literario que habían sido expulsados de este por el gobernador del estado. De esta forma el 23 de febrero de 1885 el Liceo abría sus puertas para que los estudiantes expulsados pudieran continuar sus estudios. 

El director del Liceo y parte de sus profesores serían alumnos aventajados del Instituto que habían sido expulsados. Entre ellos se encontraba Francisco Gándara, alumno de excelencia del Instituto, en su momento ayudante de Francisco Estrada en algunos de sus experimentos y demostraciones en la cátedra de física. Este personaje tendría un papel importante y se convertiría en uno de los ingenieros egresados del Instituto Científico y Literario.

Los alumnos del Liceo que terminaban sus estudios superiores en esa institución, podían presentarse al Instituto Científico y Literario para examinarse en las materias que tenían pendientes en el Instituto después de cursarlas en el Liceo. Así, el 5 de septiembre de 1885 se examinaba en el Instituto Científico y Literario el alumno expulsado Francisco Gándara que era catedrático de física en el Liceo Morelos

; Gándara fue examinado en topografía y mecánica siendo calificado por el jurado con PB en ambas materias.

A fines de 1886 Francisco Gándara se titulaba como ingeniero topógrafo e higromensor en el Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí y ofrecía sus servicios profesionales como tal en la cuarta calle del Apartado número 52, ahora calle de Francisco I. Madero.

Gándara con el tiempo se convertiría en un reconocido ingeniero experto en perforación de pozos y quien terminó la construcción de la Presa de San José.

En su época de estudiante de la cátedra de física, de 1881 a 1882, ayudó a Francisco Javier Estrada en sus experimentos de comunicación y fue testigo de los experimentos de comunicación inalámbrica que sería una de las aportaciones extraordinarias y de primicia mundial realizadas en ese año de 1886.

En 1897 Gándara recordaba, al anunciarse el descubrimiento de Marconi de la comunicación inalámbrica y que la prensa local y nacional promovía con loas a su autor, que dicho descubrimiento había sido realizado más de diez años antes por el potosino Francisco Javier Estrada en pleno centro de la ciudad de San Luis Potosí y en el edificio donde profesaba su cátedra de física. Para entonces, el olvido sobre la obra de Estrada y su persona, ya hacia acto de presencia, y sus motivos deben ser dignos de estudio.

Francisco Gándara, estudiante del curso de física que dictaba Estrada, narra, su reacción ante la noticia del experimento de Marconi, asegura que el tema fue para él, nada sorpresivo, pues él, al igual que sus condiscípulos, pudieron presenciar la comunicación telegráfica sin hilo conductor, tanto en el aire (en el espacio dice Gándara) como a través de la tierra (refiriéndose a la detección de temblores de tierra). Refiere Gándara que los experimentos con los más mínimos detalles quedaron consignados en los libros en que Estrada apuntaba el resultado de sus grandes estudios. Libro que infructuosamente, hasta el momento, hemos buscado y que representa un tesoro para la historia de la ciencia y para la historia de nuestra propia cultura.

Gracias a Francisco Gándara sabemos detalles de esos históricos experimentos de Estrada, al ser participa en ellos y registrarlos en su diario de experimentos.

“Al que esto escribe, discípulo del Sr. Estrada por aquellos años, cúpole en suerte ayudarle en la práctica de sus experiencias, para las cuales por la imposibilidad en que el sabio electricista se encontraba, necesitaba el concurso mecánico de alguien, y ¡cuántas veces me dejó sorprendido del resultado maravilloso de sus ideas que yo ejecutaba sin conciencia!

Yo mismo escribí de mi puño y letra la teoría del descubrimiento que hoy como de Marconi se presenta y asenté los experimentos que llevábamos a efecto con magníficos resultados, así como muchísimos de los frutos de la singular ilustración y gran saber del Sr. Estrada”.

Francisco Gándara (1897)

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