octubre 7, 2025

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#4 Tiempos

¿Qué le falta al gobierno de Gallardo? | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

 

Amigos de la responsabilidad doméstica, hijos de tengo “Así” de planchar: Los saludo en este viernes de “Luna de Fresa” (última luna llena de primavera para los que no son científicos astrales como yo) y que, lunático como somos algunos, ha inspirado lo que a continuación escribo.

Desatiendo pues mis sin quehaceres del almidón y las rayas derechitas para compartir mi manifiesto y humilde opinión respecto al camino que a un año del triunfo y nueve meses de gobierno, ha recorrido Ricardo Gallardo Cardona y su administración.

Si el gobierno de Ricardo fuera reloj, le faltaría la manecilla grande (la chica como quiera da la hora). Si su gobierno fuera carro le faltaría motor. Si fuera bicicleta un pedal, si fuera taco sal, si fuera chicharrón manteca y si fuera guitarra cuerdas…

Es decir, su gobierno tiene lo indispensable, pero no lo óptimo y ya es notorio: La mejor guitarra sin cuerdas no suena y la mejor tortilla sin sal no sabe y etcétera para ya no regresarme.

Para desgastar un poco más el ejemplo otras veces en este espacio usado, Gallardo sigue bailando Rock y su gabinete anda pensando qué pata mover para mover la otra y pegaditos todos “cachete con cachete”.

Para ser económico en las palabras, atento con Usted mi Culto Público y respetuoso de los nombres de los integrantes del gobierno Gallardista, me remito a decir que, desde mi punto de vista en la administración gubernamental se puede rescatar al segundo de abordo, el secretario general, Guadalupe Torres, al titular de la SCT, Leonel Serrato, porque le sabe, y al secretario de Desarrollo Económico porque, aun con bajo perfil, ha logrado asuntos interesantes en la cohesión del “Consejo Potosí” que van a dar mucho de qué hablar.

De ahí para abajo, y con mis respetos para todos, creo que poco están aportando al ritmo del ejecutivo que va “jalando la carreta” cada día con más pendiente adversa y lo más grave: los mandos medios, tercerones y la tropa, es decir, el entramado burocrático de Gallardo, se está poniendo más pesado que un kilo de Osmio en Júpiter.

Para no caer en el lugar común, pondré como muestra “un artefacto destinado a un ojal”: el eje constructivo de Ricardo, el de las obras y las acciones que “se notan”, no está en las manos de las secretarías diseñadas para tal fin, sino en Juan Manuel Navarro, diputado federal que por ayudar a su amigo en los hechos se ha convertido en el eje del sector perteneciendo a una esfera totalmente distinta a la ejecutiva. ¿Y los secretarios para cuándo le van a entrar? El diputado tiene sus propias obligaciones, ¿sí sabían?

Vamos bajando… si no agarra Ricardo por propia mano los programas sociales, ¿quién los ejecuta o cómo para cuándo le vas a entrar mi querido Nacho?

¿Dónde andas que más valgas Inpode? ¿En qué me ayudas Cultura? ¿Para qué te contratamos Sedarh?¿Dónde andas Oficialía que a un año no sabes hacer un contrato?

¿Será que todos se creen capitán o será que todos se sienten tropa?

Para que lo sepan, a un año que ganaron la confianza de los potosinos y a 9 meses que nos gobiernan, en SLP hay un productor que pierde su cosecha mientras hay un extranjero queriendo comprarla.

Hay un hombre sin trabajo y un empresario rogando por empleados. Hay un niño con fiebre y un doctor sin empleo, una planta laboral alejada y una comunidad diametralmente opuesta, un municipio con todo y otro sin gas, una lagartija con qué comer y un hombre sin piedra para cazarla, un recurso sin bajar y un rubro al que le hace falta.

Una mujer violentada y una Fiscalía alejada, un programa que entregar y una familia sometida, un techo que poner, un tubo sin usar, una gota sin llegar, una familia sin hogar y un desarrollador sin permiso… y ya si me empujan pues: una estrella sin ver y una lámpara sin luz.

¿Qué no se han hecho cosas buenas? Por supuesto y las reconocemos, pero hacen falta muchas otras (muchas más) que el Estado tiene que articular y no lo ha hecho (que para eso está).

Me consta que no es por falta de ganas ni de proyecto, es falta de capacidad de las personas ejecutoras de cada engrane gubernamental al que corresponda.

Me despido pues, no sin antes exponer las tres “Narrativas”, entiéndase por historias intrínsecas que genera, se quiera o no, el poder:

La de los hechos, la de los deseos y la humana.

En la primera tenemos un gobernante efectivo, inmediato, ejecutor, anunciante y denunciante.

En la segunda está el bono democrático, la esperanza, la aprobación a la satisfacción inmediata: ya tenemos licencias y placas gratis, Parque Tangamanga renovado, programas sociales funcionando, Guardia Civil, obras en marcha y próxima feria llena de gratuidad. Deseamos y creemos más.

En la humana, hay un gobernante cercano, emanado de los propios que lo elegimos, afín en la música, cálido en lo familiar, próximo en el lenguaje, inmediato en redes, atento y comprensible a las emociones y expresiones humanas de sus gobernados.

Ok, ok , ok. ¿Y a la realidad no le estará faltando sustancia?

¿Cuánto tiempo se podrá sostener a las tres narrativas sin un gobierno internamente capaz y eficaz? ¿Todo depende de Ricardo?

No es una, ni dos, ni tres dependencias en las que la vida interna es un infierno, no solo para los burócratas (que sería lo de menos), sino para los usuarios, es decir, nosotros los ciudadanos.

Sí, le falta al taco sal.

Sí, le faltan a la guitarra cuerdas.

Sí, le falta al sope manteca… aunque tenga mucho chicharrón.

No hay Bemoles, mejor hasta el lunes.

Felicidades a todos por el día de la Libertad de Expresión.

Jorge Saldaña, el de la Luna Fresa y el que tiene “Así” de planchar.

Hasta la próxima.

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#4 Tiempos

Las dos mujeres de Truman. Palabras con cicuta

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Apuntes

Hay autores que escriben un solo amor con distintos nombres. Truman Capote lo hizo con los de Nancy Clutter y Holly Golightly: la muchacha asesinada y la mujer que huye. Dos rostros de la misma herida.

Nancy era todo lo que el mundo aprueba: pureza, promesa, familia. Una adolescente que hacía listas, organizaba fiestas y creía que el bien era una costumbre diaria. Holly, en cambio, era todo lo que el mundo juzga: libre, contradictoria, caprichosa, superviviente. Todo sinónimo de “libre y espontánea”.

Ambas están solas frente a una sociedad que las define, una desde la muerte y otra desde el deseo.

Yo creo que Capote estuvo enamorado de una mujer que fue las dos. Una que lo deslumbró por su bondad y lo desarmó por su caos. En Nancy encontró la integridad que él nunca tuvo; en Holly, la libertad que siempre le fue negada. Una mujer que cocinaba con delantal los domingos, pero que podía desaparecer una semana sin explicar por qué. La amaba por lo que lo salvaba y por lo que lo destruía.

En A sangre fría, Capote mira a Nancy como si aún pudiera rescatarla. La describe con ternura casi maternal, pero también con una envidia melancólica: ella no sabía lo que era la vergüenza ni el exceso. En Desayuno en Tiffany’s, en cambio, elige no salvar a Holly. La deja ir. Le permite el privilegio que Nancy nunca tuvo: seguir viva aunque nadie la entienda.

Quizá esa fue la forma en que Truman se reconcilió con su propia culpa. Escribir a la que murió como víctima y a la que se fue como promesa. Una purificada por la muerte, la otra condenada a vivir

. Entre ambas, Capote puso su propia alma: la de un niño que soñaba con el orden de Nancy y despertaba con el desorden de Holly.

No se puede amar a dos mujeres tan distintas sin romperse un poco. Pero Capote lo hizo. Amó la pureza que se deja matar y la libertad que se mata sola.

Y quizá, como tantos de nosotros, entendió demasiado tarde que una y otra eran la misma. Que la vida te puede matar por ser buena o por querer ser libre. Y que entre esas dos muertes —la literal y la simbólica— se esconde el precio de vivir como uno quiere.

Punto.

Y aquí estoy yo, leyendo a Truman y sintiendo que me contó la historia antes de que ocurriera. Porque yo también quise que Holly fuera Nancy: que se quedara, que colgara su vestido brillante y se sentara a esperar el desayuno. Pero ella eligió la noche, otro hombre, otra ciudad.

Yo sigo aquí, recogiendo los platos, preguntándome si alguna vez alguien puede amar a una mujer así sin terminar escribiendo sobre su ausencia.

Quizá eso somos los que escribimos: los que convertimos el abandono en literatura.
Los que seguimos hablando con las Holly que quisimos que fueran Nancy, aun sabiendo que la vida —como en Capote— siempre acaba a sangre fría.

Yo soy Jorge Saldaña.

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#4 Tiempos

Antonio Castro Leal, su papel por la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

En los movimientos y propuestas por la autonomía universitaria en el país, son varios los potosinos que figuran como pioneros, algunos no muy mencionados en este proceso. Entre estas figuras encontramos a Valentín Gama y Cruz, Rafael Nieto Compeán, Manuel Nava Martínez y Antonio Castro Leal quien estaría involucrado en los dos más importantes movimientos por la autonomía universitaria, el caso potosino y el de la universidad nacional.

Antonio Castro leal, abogado de formación y literato por vocación nació en San Luis Potosí en la última década del siglo XIX, el 2 de abril de 1896 y como varios potosinos iría a la Ciudad de México a continuar sus estudios a principios del siglo XX, donde fincaría su formación intelectual en la Escuela Nacional Preparatoria adquiriendo una formación humanística que guiaría su vida profesional. Fue uno de los fundadores del proyecto conocido como Ateneo de la Juventud y la fundación de la Preparatoria Libre.

Ingresa a la Escuela Nacional de Jurisprudencia y cofundaría la Sociedad de Conferencias y Conciertos en 1916, a cuyos siete fundadores se les llamaría “los siete sabios”, junto a Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gómez Morín, Teófilo Olea y Leyva, Jesús Moreno Baca, Alfonso Caso y Alberto Vázquez del Mercado. “Los siete sabios”, nombre que nació mas en tono de burla que de reconocimiento, se caracterizaban por ser un grupo lleno de inquietudes culturales y políticas, aficionados a la música, la literatura y cultura en general; jóvenes precoces de 19 y 20 años de edad que ya eran profesores universitarios.

El papel pionero de Valentín Gama, por la autonomía universitaria cuando asumió el rectorado de la entonces Universidad Nacional de México, ya lo hemos tratado en esta columna, pero por aquella época revolucionaria Antonio Castro Leal, figuraría entre los primeros mexicanos que impulsarían los proyectos de autonomía universitaria.

Su interés político se manifestaría en 1917, cuando con sus compañeros universitarios que integraban “los siete sabios” extendieron al Congreso de la Unión la primera solicitud de autonomía universitaria, como protesta ante la Constitución de ese año, que suprimía a la Secretaría de Educación Pública creando a cambio un Departamento Universitario que el Senado integró a la Secretaría de Gobernación; determinación que molestó a estudiantes y profesores y como parte de la protesta, Castro Leal y sus amigos de los siete sabios enviaban la solicitud de autonomía universitaria al Congreso de la Unión, de la cual nunca hubo respuesta.

Años después, Antonio Castro Leal, sería rector de la Universidad Nacional de México, siendo el segundo potosino en ocupar ese puesto y durante su rectorado se conseguiría como un gran triunfo histórico la autonomía universitaria transformándose la Universidad Nacional en Universidad Nacional Autónoma de México.

Por ese entonces la autonomía de la universidad potosina, que se considera la primera a nivel nacional en haber obtenido ese carácter con la iniciativa de Rafael Nieto, le había sido retirada y la recuperaría en parcialmente en 1935 siendo gobernador Idelfonso Turrubiartes. La completa autonomía y formación estructural académica de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la lograría el Dr. Manuel Nava con el apoyo del gobernador Ismael Salas en la década de los cincuenta del siglo XX, como apuntamos en la entrega anterior de esta columna. En este movimiento académico en San Luis, estaría participando de manera indirecta también Antonio Castro Leal como miembro de la Academia Potosina de Ciencias y Artes que impulsó el movimiento renovador de alta cultura que incidió en la moderna formación de la UASLP.

Antonio Castro Leal obtuvo los grados de licenciado y doctor en derecho por la UNAM y doctor en filosofía por la Universidad Georgetown en Washington, Estados Unidos. Durante algún tiempo se dedicó a la docencia como actividad principal dictando cátedra de literatura en la Escuela de Altos Estudios, en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, también impartió la cátedra de derecho internacional en la Escuela Nacional de Jurisprudencia.

Su papel en las instituciones educativas y culturales mexicanas fue muy importante teniendo un destacado papel protagónico, entre ellas la dirección del Instituto Nacional de Bellas Artes, entre muchas otras.

Su actividad literaria, otra de sus pasiones, la inicia en 1914 distinguiéndose como escritor, ensayista y crítico de las letras mexicanas. Escribió poesía usando el pseudónimo de “Miguel Potosí”. Castro Leal es uno de los muchos potosinos que escribieron su historia en el mundo de las letras y que figura como un protagonista por la autonomía universitaria en el país.

Antonio Castro Leal murió en la Ciudad de México el 7 de enero de 1981.

También lee: Manuel Nava, médico, humanista impulsor de la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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#4 Tiempos

Siempre Autónoma… ¿o hasta la victoria siempre?

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APUNTES

 

Así “sin querer queriendo” me encontré una película que para mí es fabulosa: “13 días”. John Efe, era encantador… Fidel, un hombre que jamás se hincó ante el “imperio” mmmm… ¿De qué lado están ustedes? ¿“Team Fidel, que no se rinde pero tampoco se alinea”, o “Team John”?

La UASLP es como la Cuba de Fidel: No, ¿cómo cree presidente? Nosotros no tenemos nada en su contra, pero pues la hermana República de Rusia nos regaló unos misiles… ¿Qué haría usted?

Presidente… nuestra patria es autónoma, libre, independiente… no se meta, pero queremos el mismo derecho que usted a meternos en lo que nos dé la gana y golpearlo a contentillo… métase cuando a nosotros nos convenga… es nuestro derecho y hasta deber.

Presidente: vamos a lanzar nuestros misiles, pero no queremos hacerles daño… solo que usted nos hace daño y nos comportamos IGUAL que usted.

¿Autonomía? Claro. Que hermosa palabra. Caperucita pudo ser la más puta con el lobo, pero… fue decisión de ella (muy autónoma) señalar a quien ella consideró culpable… y mataron al lobo.

Deme una salida, presidente…

— Ok.

Eres a partir de hoy, autónomo. Pero bloqueado. Aceptas lo que te diga, pero dirás que no aceptaste. Hablo yo. No tú

… y te tienes que agachar, aunque tú tengas los misiles.

—Ganamos.

Hasta la próxima.

Yo soy Jorge Saldaña

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Opinión

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