junio 3, 2025

Conecta con nosotros

#4 Tiempos

¿Qué le falta al gobierno de Gallardo? | Apuntes de Jorge Saldaña

Publicado hace

el

APUNTES

 

Amigos de la responsabilidad doméstica, hijos de tengo “Así” de planchar: Los saludo en este viernes de “Luna de Fresa” (última luna llena de primavera para los que no son científicos astrales como yo) y que, lunático como somos algunos, ha inspirado lo que a continuación escribo.

Desatiendo pues mis sin quehaceres del almidón y las rayas derechitas para compartir mi manifiesto y humilde opinión respecto al camino que a un año del triunfo y nueve meses de gobierno, ha recorrido Ricardo Gallardo Cardona y su administración.

Si el gobierno de Ricardo fuera reloj, le faltaría la manecilla grande (la chica como quiera da la hora). Si su gobierno fuera carro le faltaría motor. Si fuera bicicleta un pedal, si fuera taco sal, si fuera chicharrón manteca y si fuera guitarra cuerdas…

Es decir, su gobierno tiene lo indispensable, pero no lo óptimo y ya es notorio: La mejor guitarra sin cuerdas no suena y la mejor tortilla sin sal no sabe y etcétera para ya no regresarme.

Para desgastar un poco más el ejemplo otras veces en este espacio usado, Gallardo sigue bailando Rock y su gabinete anda pensando qué pata mover para mover la otra y pegaditos todos “cachete con cachete”.

Para ser económico en las palabras, atento con Usted mi Culto Público y respetuoso de los nombres de los integrantes del gobierno Gallardista, me remito a decir que, desde mi punto de vista en la administración gubernamental se puede rescatar al segundo de abordo, el secretario general, Guadalupe Torres, al titular de la SCT, Leonel Serrato, porque le sabe, y al secretario de Desarrollo Económico porque, aun con bajo perfil, ha logrado asuntos interesantes en la cohesión del “Consejo Potosí” que van a dar mucho de qué hablar.

De ahí para abajo, y con mis respetos para todos, creo que poco están aportando al ritmo del ejecutivo que va “jalando la carreta” cada día con más pendiente adversa y lo más grave: los mandos medios, tercerones y la tropa, es decir, el entramado burocrático de Gallardo, se está poniendo más pesado que un kilo de Osmio en Júpiter.

Para no caer en el lugar común, pondré como muestra “un artefacto destinado a un ojal”: el eje constructivo de Ricardo, el de las obras y las acciones que “se notan”, no está en las manos de las secretarías diseñadas para tal fin, sino en Juan Manuel Navarro, diputado federal que por ayudar a su amigo en los hechos se ha convertido en el eje del sector perteneciendo a una esfera totalmente distinta a la ejecutiva. ¿Y los secretarios para cuándo le van a entrar? El diputado tiene sus propias obligaciones, ¿sí sabían?

Vamos bajando… si no agarra Ricardo por propia mano los programas sociales, ¿quién los ejecuta o cómo para cuándo le vas a entrar mi querido Nacho?

¿Dónde andas que más valgas Inpode? ¿En qué me ayudas Cultura? ¿Para qué te contratamos Sedarh?¿Dónde andas Oficialía que a un año no sabes hacer un contrato?

¿Será que todos se creen capitán o será que todos se sienten tropa?

Para que lo sepan, a un año que ganaron la confianza de los potosinos y a 9 meses que nos gobiernan, en SLP hay un productor que pierde su cosecha mientras hay un extranjero queriendo comprarla.

Hay un hombre sin trabajo y un empresario rogando por empleados. Hay un niño con fiebre y un doctor sin empleo, una planta laboral alejada y una comunidad diametralmente opuesta, un municipio con todo y otro sin gas, una lagartija con qué comer y un hombre sin piedra para cazarla, un recurso sin bajar y un rubro al que le hace falta.

Una mujer violentada y una Fiscalía alejada, un programa que entregar y una familia sometida, un techo que poner, un tubo sin usar, una gota sin llegar, una familia sin hogar y un desarrollador sin permiso… y ya si me empujan pues: una estrella sin ver y una lámpara sin luz.

¿Qué no se han hecho cosas buenas? Por supuesto y las reconocemos, pero hacen falta muchas otras (muchas más) que el Estado tiene que articular y no lo ha hecho (que para eso está).

Me consta que no es por falta de ganas ni de proyecto, es falta de capacidad de las personas ejecutoras de cada engrane gubernamental al que corresponda.

Me despido pues, no sin antes exponer las tres “Narrativas”, entiéndase por historias intrínsecas que genera, se quiera o no, el poder:

La de los hechos, la de los deseos y la humana.

En la primera tenemos un gobernante efectivo, inmediato, ejecutor, anunciante y denunciante.

En la segunda está el bono democrático, la esperanza, la aprobación a la satisfacción inmediata: ya tenemos licencias y placas gratis, Parque Tangamanga renovado, programas sociales funcionando, Guardia Civil, obras en marcha y próxima feria llena de gratuidad. Deseamos y creemos más.

En la humana, hay un gobernante cercano, emanado de los propios que lo elegimos, afín en la música, cálido en lo familiar, próximo en el lenguaje, inmediato en redes, atento y comprensible a las emociones y expresiones humanas de sus gobernados.

Ok, ok , ok. ¿Y a la realidad no le estará faltando sustancia?

¿Cuánto tiempo se podrá sostener a las tres narrativas sin un gobierno internamente capaz y eficaz? ¿Todo depende de Ricardo?

No es una, ni dos, ni tres dependencias en las que la vida interna es un infierno, no solo para los burócratas (que sería lo de menos), sino para los usuarios, es decir, nosotros los ciudadanos.

Sí, le falta al taco sal.

Sí, le faltan a la guitarra cuerdas.

Sí, le falta al sope manteca… aunque tenga mucho chicharrón.

No hay Bemoles, mejor hasta el lunes.

Felicidades a todos por el día de la Libertad de Expresión.

Jorge Saldaña, el de la Luna Fresa y el que tiene “Así” de planchar.

Hasta la próxima.

También lee: Himno a Pozos, municipio en potencia | Apuntes de Jorge Saldaña

#4 Tiempos

Consideraciones sobre la amabilidad | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

Publicado hace

el

LETRAS minúsculas

Tenía Víctor Hugo, el gran escritor francés, veintisiete años de edad cuando publicó, en 1829, El último día de un condenado, novela o largo relato en el que se pone a describir los pensamientos íntimos, las agitaciones interiores y los estados de ánimo que se apoderan de un hombre que pronto -muy pronto- va a tener que morir. La justicia ha señalado ya el día y la hora en que deberá tener lugar la ejecución; todo, pues, está listo…

Pero, no: ¡no todo está listo! Puede que lo esté el cadalso, puede que lo esté el verdugo, pero este hombre todavía no está listo. ¡Aún no sabe por qué debe morir! «Soy joven, estoy sano y fuerte –gime en el calabozo-. La sangre circula libremente por mis venas; todos mis miembros obedecen a todos mis caprichos; estoy robusto de cuerpo y de mente, preparado para una larga vida. Sí, todo esto es verdad; y, sin embargo, padezco una enfermedad, una enfermedad mortal, provocada por la mano del hombre».

Afuera, en la calle, todos ríen y se gozan: el calor del sol es bueno, la vida es bella. ¡Ah, tienen razón al mostrarse tan alegres! Para ellos hay futuro. ¿Cómo no sonreír cuando a la noche sigue el día, cuando se espera vivir muchas noches y muchos días? En cambio él… ¡Quizá no haya para él ni otra noche ni otro día!

Llama la atención, sin embargo, cómo es que este hombre se da cuenta de que no le queda mucho tiempo: ¡por la amabilidad del personal penitenciario! ¿De cuándo acá se mostraban tan amables estos monstruos de indiferencia? ¿De cuando acá? «El camarero de guardia acaba de entrar en mi calabozo, se quita el gorro, me saluda, pide perdón por molestarme y me pregunta, suavizando en lo posible su voz ruda, lo que deseo para el desayuno. Me entran escalofríos. ¿Será hoy?».

Es decir, ¿será hoy cuando tenga que ser ejecutado? Tanto refinamiento, tanta delicadeza le parecen francamente sospechosos. Hasta hace poco todos le hablaban a gritos, brutalmente, pero hoy se descubren la cabeza para saludarlo y hasta ejecutan ante él respetuosas reverencias. Sí, es posible que sea hoy. El condenado, entonces, se pone a temblar. Es que no era normal, no era normal en absoluto que…

Pero las cosas se complican todavía más cuando, de pronto, la reja del calabozo se abre y aparece en el marco de la puerta una figura pequeña, de largos bigotes negros, y amable hasta la falsedad. «Sí, es hoy –piensa el condenado al ver a este individuo ejecutando todas las ceremonias de la cortesía-. El mismo director de la prisión ha venido a visitarme. Me pregunta lo que me gustaría o podría serme de utilidad; incluso hasta expresó el deseo de que no tuviera quejas de él o de sus subordinados; se interesó por mi salud y por cómo había pasado la noche. ¡Al salir me llamó señor! ¡Sí, es hoy!».

Y admírese usted: los pensamientos del condenado resultaron ser ciertos; su intuición no lo engañó. Era hoy, precisamente cuando debía morir. No se equivocaba.

¿Por qué los humanos dejamos la amabilidad y la cortesía para el último momento? Al parecer, sólo los muertos –o los que están a punto de serlo- logran conmovernos. «¡Cómo admiramos a los maestros que ya no hablan y que tienen la boca llena de tierra! –exclama el personaje único de La caída

, el famoso monólogo de Albert Camus (1913-1960)-. El homenaje se les ofrece entonces con toda naturalidad, ese homenaje que, tal vez, ellos habían estado esperando que les rindiésemos durante toda su vida… Observe usted a mis vecinos, si por casualidad sobreviene un deceso en el edificio en el que usted vive. Los inquilinos dormían su vida insignificante y, de pronto, por ejemplo, muere el portero. Inmediatamente se despiertan, se agitan, se informan, se apiadan».

¡Los hombres sólo somos corteses con los muertos! He aquí lo que el Nóbel francés quiso decir. Pero no sólo lo dice él. He aquí, por ejemplo, lo que Máximo Gorki (1868-1936), el escritor ruso, escribió en su autobiografía: «¡Las misas de difuntos son las más bellas de toda la liturgia! ¡Hay en ellas ternura y piedad para los hombres! ¡Nuestros semejantes no compadecen sino a los muertos!».

Está bien, está bien, así es. Y, sin embargo –me digo-, he aquí un método para cultivar la cortesía: ver en el otro, ese que ahora está junto a mí, un condenado a muerte -¡que lo es, sólo que él no lo sabe, o lo ignora, o no quiere pensar en ello!- y tratarlo como si mañana ya no fuera a estar aquí; tratarlo, en una palabra, con las mismas atenciones que el carcelero dispensó al condenado a muerte en el relato de Víctor Hugo. ¡Ah, si nos viéramos como somos, es decir, como mortales, qué dulces seríamos en nuestras relaciones, y qué corteses!

Dice Aliosha a Lisa en Los hermanos Karamazov, la novela de Fiodor Dostoyevski (1821-1881): «Hay que tratar muy a menudo a las personas como si fueran niños, y a veces como si fueran enfermos». No está mal, no está del todo mal. ¿Con qué delicadeza no trataríamos a una persona si supiéramos que quizá hoy mismo va a morirse? ¿Y cómo estar seguros que no será hoy el día en que morirá? Por eso, más vale ser amables con él.

Otra cita más; ahora la he tomado de Sobre héroes y tumbas, la novela de Ernesto Sábato (1911-2011), el escritor argentino: «¿Sería uno tan duro con los seres humanos si se supiese la verdad que algún día se han de morir y que nada de lo que se les dijo se podrá ya rectificar?».

Todos los hombres son mortales, Juan es hombre, luego Juan es mortal. El silogismo nos sale bien; en el fondo, los hombres no somos tan ilógicos como parecemos a primera vista. Sólo que no siempre sacamos de nuestros razonamientos todas las consecuencias pertinentes al caso.

También lee: Buscad el alfiler | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

Continuar leyendo

#4 Tiempos

Se acabó el Clausura 2025 | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

Publicado hace

el

TESTEANDO

 

Llegó a su fin el torneo de la Liga MX con un nuevo campeón, el Toluca destronó al América y se sienta en la cima. Ahora es momento de hacer cuentas, de esas que sirven para alimentar la estadística.

En total, en el Clausura 2025, se jugaron 170 partidos: 153 de temporada regular y 17 de liguilla.

En la jornada 9 se dio el resultado más abultado del campeonato, un 5-0 que le propinó Toluca a Querétaro en la bombonera. En contraparte, 12 partidos terminaron con un empate a 0, incluyendo el partido de ida de la final entre América y Toluca.

El equipo más goleador fue Toluca, con 51 tantos entre torneo regular y liguilla, a diferencia de Querétaro que fue el que menos anotó con tan solo 10 en toda la fase regular.

Algunos de los récords que se rompieron en este Clausura 2025 destacan al Toluca anotando 5 goles en dos partidos, primero ante Querétaro en la jornada 9 y después frente a Necaxa en la jornada 11.

Jhon Kennedy de Pachuca logró anotar en cuatro partidos consecutivos en casa, alcanzando a Edwin Cardona en 2019.

Atlas logró una remontada 4-3 después de ir perdiendo 0-3 ante Tijuana, algo que igualó a América en 2016 ante Cruz Azul, por cierto, este partido entre Atlas y Tijuana fue uno de los dos con más anotaciones del torneo.

Para cerrar con los números, el promedio de asistencia a los partidos fue de 23,783, mientras que la mejor asistencia fue el partido entre Monterrey y San Luis, en la jornada 8, con 50,023 aficionados, esto gracias a la expectativa del debut de Sergio Ramos. Del otro lado, el partido con menos asistentes fue el Pumas vs Mazatlán con tan solo 8,845 espectadores, esto provocado por jugar al mismo tiempo que se llevaba a cabo el Super Bowl 59.

Por último, en temas financieros, se presume que el campeón del futbol mexicano recibe aproximadamente 78 millones de pesos más la clasificación a la Copa de campeones de Concacaf y un considerable aumento en los bonos de patrocinadores tanto propios como de la liga.

Se fue un torneo, y aunque todavía quedan por lo menos dos partidos más que interesan a los aficionados locales (Cruz Azul vs Vancouver y América vs LAFC), la liga llegó a su fin y por ahora vivimos la emoción del futbol de estufa, hagan sus apuestas y esperemos que el próximo torneo vuelva a emocionar.

También lee: Todo para la vuelta | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

Continuar leyendo

#4 Tiempos

Micrometría y la paz del espíritu en la Ciencia en el Bar | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Publicado hace

el

EL CRONOPIO

Braulio Gutiérrez Medina es un investigador del Instituto Potosino de Ciencia y Tecnología, IPICyT, que realiza trabajo de investigación en biofísica, biomateriales bionanotecnología, siendo especialista en técnicas de Microscopia óptica, que incluyen herramientas de pinzas ópticas y fluorescencia.

Sobre estos temas estará participando con una plática en La Ciencia en el Bar que ha titulado, La Micrometría y la Paz del Espíritu; sugerente título que nos remite a asuntos de medición en sistemas biológicos los cuales tienen tamaños micrométricos y nanométricos y en los que se requiere para su estudio de mediciones de microscopía con luz para muy pequeños tamaños.

La charla se llevará a cabo el jueves 29 de mayo a las ocho de la tarde noche en La Cervecería San Luis, ubicada en la Calzada de Guadalupe número 326, con entrada libre. La charla forma parte del ciclo treinta y nueve de esta serie que corresponde a diecinueve años de actividades. La Ciencia en el Bar es un programa pionero en el país y ha sido replicado en varias partes del país, generando escenarios de interacción entre la comunidad científica nacional y el gran público.

Este jueves, es una buena oportunidad para escuchar al Dr. Braulio Gutiérrez y conocer parte de su trabajo de investigación que realiza en el IPICyT. El Dr. Braulio Gutiérrez es un físico egresado de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México en 1997 y realizó sus estudios de doctorado en Física en la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos en 2004 y un Posdoctorado en Biofísica en la Universidad de Stanford en 2009. Ha recibido los premios Jorge Lomnitz Adler 2018 del Instituto de Física-UNAM y Academia Mexicana de Ciencias en el 2018, y el premio George E. Brown, Jr. UC MEXUS en 2010. Cuenta con un par de patentes, entre ellas método para obtener imágenes tridimensionales usando un microscopio de campo brillante otorgado en 2021.

Con la técnica de pinzas ópticas que ha desarrollado el Dr. Braulio Gutiérrez, ha logrado entender un poco más el funcionamiento de pequeñas proteínas de las células, llamadas motores moleculares, que funcionan como mensajeros al interior de la célula.

En una entrevista que concedió el Dr. Gutiérrez detalló el desarrollo de sus pinzas ópticas: “Construimos un instrumento de pinzas ópticas, que se basa en un microscopio óptico con el cual podemos observar muestras biológicas y micropartículas. Un microscopio óptico utiliza lentes para formar una imagen amplificada de la muestra de interés. La lente más importante del microscopio es el objetivo que se encuentra inmediato a la muestra. Al microscopio le acoplamos un haz láser que hacemos pasar a través del lente objetivo, con lo cual logramos tener el láser enfocado sobre la muestra. Este láser es el que captura y manipula nano-objetos como las proteínas llamadas cinesinas”.

Por lo regular las charlas de La Ciencia en el Bar se realizan en día miércoles, en esta ocasión se realizará el jueves que es día 29 de mayo. Los esperamos este jueves a las ocho de la noche en La Cervecería San Luis y disfrutar la charla del Dr. Braulio Gutiérrez sobre Micrometría y la Paz del Espíritu.

También lee: Ingeniero Labarthe, pionero de la cartografía geológica en México | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Continuar leyendo

Opinión

La Orquesta de Comunicaciones S.A. de C.V.
Miguel de Cervantes Saavedra 140
Col. Polanco
San Luis Potosí, S.L.P.
Teléfono 444 244 0971

EL EQUIPO:

Director General
Jorge Francisco Saldaña Hernández

Director Administrativo
Luis Antonio Martínez Rivera

Directora Editorial
Ana G. Silva

Periodistas
Bernardo Vera

Daniel Rocha

Santiago Herrera Robles

Diseño
Karlo Sayd Sauceda Ahumada

Productor
Fermin Saldaña Ocampo

 

 

 

Copyright ©, La Orquesta de Comunicaciones S.A. de C.V. Todos los Derechos Reservados