#4 Tiempos
Que cada quién cargue sus cubetas | Columna de Jorge Saldaña
TERCERA LLAMADA
Para retratar la forma en que las autoridades de San Luis están abordando el tema de la crisis hídrica, una buena sugerencia sería una foto en la que aparezcan juntos el gobernador Gallardo, el alcalde Galindo y el rector de la Universidad Autónoma, Zermeño, disparándose como niños chisguetes con pistolas de agua. Todos contra todos.
Lo malo es que no son niños, son adultos con las más altas responsabilidades, y en su juego de mojarse para ver quién deja más salpicado al otro, se les van a evaporar los chisguetes, la ciudad, la gobernabilidad y la credibilidad centenaria. Los calores están fuertes.
Olvidan los juguetones que la escasez de un recurso tan básico no tiene culpables, al menos vivos, que tengan nombre y apellido y es absurdo disparar en ese sentido.
Se les escurre a los juguetones que buscar en el de enfrente y señalarlo como responsable de la crisis, no es una medida que genere espontáneamente el líquido.
O que el intercambio de “Boletinazos” entre los palacios, no arregla una válvula, ni prende un pozo.
Poner a cuestionables empresarios convertidos en presidentes de cámaras y a diputados federales en una esgrima declarativa contra senadoras, síndicos y líderes de partidos, no da agua para lavar los trastes.
En el torbellino del día a día, pierden de vista que el plan emergente, los estudios y hasta las voces e ideas contrarias al respecto, deberán ser avaladas genuina y exclusivamente por los ciudadanos cuando vean resuelto el problema junto a sus grifos dando agua y no antes.
Querer ganar la percepción desde ahora, es como querer anunciar el marcador final antes de los penalties.
En el mismo sentido va eso de tomar la postura de la UASLP, queriendo adornarse diciendo que tienen la solución en las manos a través de la evolución, reedición y elaboración de estudios especializados que han realizado tanto por décadas que recientemente.
Qué bueno que la tengan, pero sacar su última versión a la luz cuatro meses después de que se planteó y se socializó al máximo el problema “E-mer-gen-te” de 2023 pues…
Eso parece además de pomposo y trasnochado, francamente irrelevante para resolver la urgencia, la del diario, la de unas 100 mil casas.
Cierto y comprobable que la universidad lleva 55 años haciendo contribuciones de altísimo valor para la sociedad en el tema del agua.
Y ni se duda ni se regatea un solo renglón de lo presentado públicamente el lunes por el multidisciplinario y experto Grupo Universitario del Agua.
Tampoco se pone en tela de juicio que la sectorización propuesta como solución a mediano plazo reduciría en un 15 por ciento el desperdicio de tan valioso recurso.
Mucho menos se duda que el agua que extraerán de pozos que hoy se encuentran en proceso de excavación, puedan presentar niveles de contaminación, pero… ¿Por qué no lo dijeron antes como para encontrar mejores zonas de mantos acuíferos?
También es justo decir que es fehaciente, real y contundente lo que expuso la Máxima Casa de Estudios al respecto, y es que históricamente los gobiernos municipales (únicos responsables y ejecutores) habían sido de plano socarrones, necios, corruptos, ignorantes, omisos o todas las anteriores con las contribuciones universitarias, sin embargo, aunque en el pasado hayan sido relegadas sus investigaciones, la responsabilidad social le obliga a la UASLP seguir elaborándolas y entregándolas, así como lo hicieron, a toda la sociedad con generosidad genuina. La soberbia institucional y la actitud de púlpito inatacable ¿en qué es útil?
Las medallas, los abucheos o los aplausos son lo de menos, y en todo caso, la sociedad siempre ha reconocido y reconocerá la contribución académica al mismo tiempo que condena severamente a los gobiernos que han sido omisos.
Por cierto un breve paréntesis: consta que fue caprichoso y enteramente casual que empatara el día de la presentación universitaria con la llegada del “día cero”, y la mejor prueba está en que ni unos ni otros tenían cómo saber la fecha de la llegada del oficio de la Conagua anunciando el día en que acabaría el bombeo.
En resumen y en economía: agua no hay, la que hay está contaminada, el Realito tomará meses para que vuelva a bombear el recurso y eso ni siquiera es el principal o único problema.
El recurso vital (odiosos lugares comunes) sufre de una pésima e histórica distribución, la red desperdicia, el agua tampoco tiene las mejores condiciones químicas para su consumo, la extracción, venta, tratamiento y desigualdad de acceso para unos y otros ciudadanos es patética y en el colmo, tomarla sin filtrar hasta esta bajando la capacidad intelectual de los niños, asunto gravísimo.
Mientras tanto, las estrategias del Ejecutivo, el gobierno municipal y la UASLP parecen jalar cada una por su lado (todas válidas, pero inconexas unas con otras).
¿Qué hacer? Pues que agarre cada quién sus cubetas, pero las acarreen para el mismo sitio.
Las soluciones académicas presentadas no están presupuestadas financieramente y aunque viables y deseables, no responden a la urgencia de poner agua en las casas de los potosinos ya, mañana.
Sus soluciones implican meses y meses, quizás más de los ocho meses que durará la reparación de la fallida presa y más de lo que tome al municipio sortear el álgido momento hasta recuperar los más de 460 litros por segundos ausentes (Y ya llevan poco más de la mitad recuperados en compensación).
Tampoco parece buen momento, en términos de solución social, que se fomente y genere un clima de enfrentamiento entre las autoridades.
Eso de nada y a nadie sirve.
Borrar a un probable rival político aprovechando un escenario de escasez líquida puede ser estratégico y rentable políticamente, pero saldrá carísimo el pleito porque en si mismo no abona a la tranquilidad y paz social que esta administración estatal ha logrado.
Tomemos en cuenta que la falta de absoluta de agua sí saca a la gente a las calles y paraliza la ciudad. Nadie desea ese escenario, ni resuelve el qué ponerle a la lavadora para asear la ropa, abre la regadera o llena el tanque de la taza del baño.
Es momento de dar golpes de timón y, por lo menos mientras dura la contingencia hídrica, cancelar todo pago de la CEA a Aquos El Realito.
Ni modo, hasta que la Conagua termine la reparación y hasta que Aqualia repare o de plano haga otro acueducto, no se contemple regresar al abusivo contrato. Cortar con la empresa solamente está en manos de gobierno a través de la CEA y del gobierno federal depende en exclusiva la reparación a la presa.
Tampoco debería Interapas en los próximos meses pagar un solo centavo a Aqualia sencillamente porque no se recibirá ni un litro.
Mientras tanto la clase empresarial (que parece estar poco más que extraviada) sus los líderes patronales, industriales y comerciales, podrían aportar mucho más que opiniones empapadas de babas.
Podrían por ejemplo empezar por pagar el agua que deben, esa que usan para sus procesos productivos, la que usan y no está tratada porque les sale más cara, esa que extraen de sus pozos que no comparten o de plano la que disfrutan simplemente porque los gobiernos anteriores les han condonado graciosamente los recibos.
Los ciudadanos y vecinos todos, tanto los que vivimos en las 59 colonias en las que se repartirán pipas cada cuatro días en diferentes horarios, como los que estamos conectados a la red, tenemos que ser conscientes del uso medido y restringido mientras dure la emergencia.
Los clubes sociales como el Deportivo, La Loma, Club de Golf, Campestre de Golf, Club dos mil y otros que tienen pozo, deben voluntariamente durante la crisis, compartir el beneficio de sus concesiones con todos los potosinos e inyectar de su recurso prestado a la red de toda la ciudad, misma de la que han obtenido tantos y tantos beneficios, de lo contrario, enfrentarse a la requisa que no es otra cosa que se les obligue a hacerlo advertidos que de negarse, podrían perder por completo la concesión, su permiso, su privilegio.
Si alguien tiene hoy las puertas abiertas con el presidente y su gabinete federal así como con las cámaras de diputados, y con casi todas las dependencias involucradas, es Ricardo Gallardo.
Si alguien tiene relaciones y comunicación directa con los poderes en la capital del país y el extranjero construidas durante su trayectoria profesional, es Enrique Galindo.
Sí alguien es reconocido, querido y muy altamente respetado en la comunidad académica nacional se llama Alejandro Zermeño.
¿Por qué en lugar de dispararse chisguetes de agua con pistolas de juguete no unen esas capacidades de gestión? No en beneficio de sus trayectorias, ni de sus futuros, sino en beneficio de la ciudad y el de las próximas generaciones. (Ya quieran poquito a la ciudad no?)
Algo que los une es que los tres reconocen el agua como derecho humano, pero igualmente deberían reconocer un poco su responsabilidad y comportarse como estadistas en la oportunidad que tienen para hacerlo y jueguen aunque sea por una vez, en equipo.
Para terminar, y en la feroz ignorancia de quien esto escribe así como mi conocida ausencia de sentido común, solo diré que así como un deseo, me hubiera gustado ver que el gobierno estatal, municipal, la universidad, los tres poderes, todos los alcaldes de la Zona Metropolitana, las cámaras empresariales, los industriales y la sociedad civil contemplaran hacer un pacto:
Un convenio de todos, en el que se resuelva a través del plan emergente municipal la urgencia de todos los días, pero al mismo tiempo se buscase con entidades nacionales e internacionales, civiles y públicas, los recursos, los 3 mil o 5 mil millones que hacen falta para resolver el problema de fondo, en el corto, en el mediano y en el largo plazo.
Un pacto temporal en el que los mejores técnicos universitarios honorariamente se aboquen a trabajar como funcionarios del organismo intermunicipal para asesorar en el campo y todos los días tanto el plan inmediato como en la planeación y ejecución de su plan multidisciplinario.
Un plan en el que, por voluntad (y si no por decreto) los que tienen agua concesionada la sumen a los que no tienen y se recuperen mucho más pronto los litros perdidos.
Un acuerdo amplio en el que se plantee la reestructura del Interapas, se integre al resto de los municipios o de plano se desintegre el organismo, pero mientras tanto, se le apoye para contener y enfrentar el acarreo de agua por colonia y por horarios, se acelere la perforación, se ubiquen nuevos y mejores lugares de extracción y se consiga el recurso suficiente para pagar a los ejidatarios los espacios de las presas jamás concluidas de El Palmarito y Las Escobas que tanta falta hacen.
Que funcione El Morro, que sea autosuficiente financieramente Tanque Tenorio, que se rehabiliten las plantas tratadoras, que se exija a los desarrolladores usar y tratar el agua en cada proyecto y por ley la industria solamente use agua tratada.
¿Será muy difícil aún unir todos esos esfuerzos?
Las autoridades, todas, llaman a la solidaridad de los ciudadanos. ¿Por qué no empiezan a ser solidarios entre ustedes?
A nadie vendría mal dar ejemplo nacional de tres buenos estadistas emprendiendo una acción conjunta, responsable y de enorme valor e impacto social del más grande nivel.
Agarren…agarrémos pues, cada quién nuestra cubeta.
Quiero terminar esta entrega, Culto Público, con un cuento, uno muy corto y de trágico e inesperado final:
Uno que relata la historia de tres niños que se encontraron un perro deshidratado. El primero quiere darle agua de la llave y de inmediato, el segundo lo criticó porque el agua no está limpia y presume de tener la solución, pero en su casa que está lejos, y que además quitará la sed del perro en unos meses (porque así debe ser según él). El tercer personaje les hace ver a ambos lo equivocado que están, les propone ayuda, unas jarras de agua grandes y hasta medidas contra la deshidratación de los perros permanentes, siempre y cuando solo lo haga él y los demás se hacen un lado, lo que también llevaría tiempo.
¿Cómo acabó la historia?
No lo sé, porque mientras se pusieron de acuerdo los niños, el perro se les murió de sed.
Hasta la próxima.
Atentamente:
Jorge Saldaña
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#4 Tiempos
Cinco finales, cinco retratos | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
El fútbol mexicano vive instalado en un vaivén que mezcla memoria corta, intensidad desbordada y una elasticidad competitiva que rara vez se ve en otros torneos. Y no hay mejor espejo de esa naturaleza cambiante que las últimas cinco finales de la Liga MX. Cada una reveló una cara distinta del campeonato, a veces impredecible, a veces cuidadosamente edificado, pero siempre dispuesto a romper pronósticos.
La más reciente, la del Clausura 2025, entregó un desenlace que pocos anticipaban. Toluca superó a América y recuperó un lugar que parecía extraviado en la élite. Esa serie tuvo un aire de reivindicación para los escarlatas, que encontraron una mezcla perfecta entre orden, temple y puntería. América, por su parte, llegó con la etiqueta inevitable de favorito, pero terminó cediendo ante un rival que administró mejor la presión. En ese desenlace se confirmó que en México los ciclos pueden renacer más rápido de lo que tardan en extinguirse.
Un semestre antes, en el Apertura 2024, las Águilas habían impuesto su jerarquía ante Monterrey. Fue una final marcada por el contraste entre un equipo construido para dominar y otro diseñado para golpear en ráfagas. América resolvió porque entendió cuándo acelerar y cuándo enfriar; Rayados quedó atrapado en la tentación del vértigo y pagó caro su falta de pausa. La serie se volvió una lección de que, en liguillas, el músculo emocional pesa tanto como el táctico.
El Clausura 2024 repitió campeón, América doblegó a Cruz Azul en un duelo donde la narrativa histórica parecía empujar a los celestes, pero terminó imponiéndose la estructura más estable. No fue una final espectacular, pero sí una muestra de oficio. América manejó los tiempos como si los hubiera ensayado toda la vida y Cruz Azul, que había encontrado ritmo durante la fase final, se quedó sin margen en el momento en que la exigencia aumentó.
En el Apertura 2023, el mismo América se cruzó con Tigres en una final que resumió la última década del fútbol mexicano, dos potencias creando tensión desde su experiencia y su peso institucional. Fue una confrontación áspera, tensa, en la que el primer error podía decidirlo todo. América fue más certero y Tigres, pese a su capacidad para competir siempre, no encontró esa chispa que tantas veces lo salvó en finales previas.
Y antes de que América dominara este tramo de la historia reciente, el Clausura 2023 había dejado un capítulo distinto, Tigres había vencido a Guadalajara en una final que mezcló dramatismo y resistencia. Chivas llegó con un impulso sentimental fuerte, respaldado por un cierre de torneo que había reavivado ilusiones; Tigres, en cambio, se aferró a la experiencia y convirtió la serie en un duelo donde la paciencia terminó valiendo oro.
Cinco finales, cinco historias desiguales, pero todas con un hilo común, la liga mx vive entre la tradición y la renovación constante. América ha sido el protagonista dominante, sí, pero no en un territorio exclusivo; Toluca reapareció con fuerza, Tigres mantiene su lugar entre los gigantes modernos y Cruz Azul y Monterrey continúan orbitando entre la aspiración y la frustración.
Lo fascinante es que cada una de estas series dibuja una tendencia distinta. A veces gana el que mejor juega; otras, el que comete menos errores; y en más de una ocasión, el que simplemente logra sobrevivir a su propio caos. La Liga MX no premia únicamente la excelencia: premia la capacidad de adaptarse a un torneo donde cada semestre puede contar una historia completamente diferente.
Eso explica por qué sus finales, aunque repetidas entre ciertos protagonistas, nunca se sienten iguales. Cada una deja marcas nuevas, dudas nuevas y certezas que duran apenas unos meses. Y quizá ahí radica la esencia de este futbol, un territorio donde la estabilidad es un lujo, el dramatismo una obligación y el título, el botín que confirma que, al menos por un instante, todo salió bien en medio de un ecosistema que siempre está cambiando. Hoy Toluca puede volver a levantar el título o Tigres recuperar lo perdido hace unos torneos, pero sea cual sea el resultado, no queda duda que esta liga es un reflejo de lo extraño y competido que resulta nuestro casero futbol nacional.
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#4 Tiempos
Enrique Mesta Zuñiga, el filósofo autodidacta | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
La revista Letras Potosinas es la continuación de la revista Bohemia. Continuación en el sentido que en 1947 Bohemia cambiaba de nombre a Letras Potosinas, lo que sucedió en el número de edición 51, mostrando la numeración consecutiva. Esta revista, vocero de cultura de la patria chica, como referían sus editores, y conducía su mensaje cordial a los estados hermanos y al extranjero. Esa nueva época, mantenía su cuerpo de colaboradores y a aumentaba sus filas con positivos valores en el arte y en las letras del solar potosino.
Entre los colaboradores, estaría presente en sus páginas Enrique Mesta Zuñiga, un periodista que contribuiría con artículos de corte filosófico, enriqueciendo la labor humanista y difusión artística de Letras Potosinas.
Con la participación de Mesta, la revista potosina contribuía a la divulgación de la filosofía siendo así una de las pioneras en el siglo XX en abrir espacios a esta actividad de filosofía, que no era común en el país.
Don Enrique Mesta Zúñiga, nació en la ciudad de Cuencamé, Durango, el día 28 de julio de 1905. Sus estudios de primaria los realizó, en su natal Cuencamé y después, se dedicó a estudiar por su cuenta, especialmente libros de filosofía, que eran la pasión de su vida. Allí tenemos a otro autodidacta que llegó a lograr las alturas en la filosofía.
Su actividad profesional sería el periodismo, fundando revistas culturales en la región lagunera, como la revista Cauce, formando parte del grupo cultural que floreció y dio auge a las letras y al arte en todas sus manifestaciones. Toda su vida la dedicó a trabajar en diversos periódicos como luego veremos, así como a escribir serios artículos filosóficos y de comentarios literarios.
Esta labor cultural lo acercaría a los editores de Letras Potosinas y sus artículos se hicieron presente en la revista, aportando a los lectores potosinos en temas de filosofía. Dentro de las áreas de reflexión de la filosofía, se enfocó en cuestiones de ciencia, filosofía de la ciencia, sobre lo que publicaría varios libros.
La relación entre ciencia y humanismo fue uno de sus temas de reflexión filosófica. Entre los temas que abordara se encuentra el de la necesidad de la búsqueda o creación de un nuevo humanismo que contemplara los nuevos adelantos de la física cuántica y su repercusión en la percepción del universo y del papel del hombre.
Con el progreso técnico derivado de la nueva física se incrementa la infelicidad del género humano de múltiples maneras. Esta carrera contra el tiempo, para proteger a la humanidad contra sus propios desmanes y sus propias tragedias, es un tema predilecto de Toynbee, aquí en México nos lo aconsejó, subraya Mesta: “hay que ganar tiempo, el tiempo indispensable para que las diferentes civilizaciones de nuestro mundo puedan adaptarse la una a la otra”.
Empero, asegura Mesta, para acelerar una función simbiótica de las civilizaciones, la humanidad necesita darse completa cuenta de que la física cuántica al desindividualizar las partículas elementales desindividualizó asimismo a los hombres y al hacer ininteligible el determinismo acabó con la gloriosa interpretación lineal del progreso.
Corresponde a los humanistas trasladar sus instrumentos de las praderas de la metafísica y del arte a los inquietos laboratorios donde las ciencias están formando un nuevo mundo para que los hombres aprendan juntos a sobrellevar una vida humana y más justa.
Hay que hacer que, como ya lo intentaron Planck, Einstein, Freud y Schrödinger, persistan en potenciar y en ampliar su específica labor teniendo más presentes los cambios que su ciencia provoca en los ideales y en los quehaceres inacabables de los hombres.
Tal como lo apunta Mesta, los métodos en ciencias y humanidades que oscilan entre el polo metonímico y el polo metafórico, si bien son diferentes, se vinculan con la necesidad de una representación del mundo que en el fondo lleva el conocer el papel del hombre en el cosmos para lo cual transitan metodológicamente entre ambos polos.
Enrique Mesta, ese filósofo autodidacta, murió el 23 de agosto de 1984, en Torreón Coahuila, debido a un paro cardiaco de Etiología desconocida. Contribuyó a la divulgación de la filosofía y colaboró en el desarrollo cultural de San Luis Potosí.
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#4 Tiempos
El administrador astuto | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
«Un hombre rico tenía un administrador y le fueron con el cuento de que éste derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: “¿Qué es eso que oigo decir de ti? Dame cuenta de tu gestión porque quedas despedido”» (Lucas 16, 1-15).
Cuando Jesús contó esta parábola nada dijo de cómo recibió el administrador tan mala noticia. ¿Retrocedió espantado?, ¿sintió que el piso se movía bajo sus pies como un tapete?, ¿intentó defenderse o ya por lo menos justificarse? Nada de esto sabemos; lo que sí sabemos, en cambio, es que más bien se puso a hacer cálculos en su interior, diciendo:
«-¿Qué voy a hacer ahora que mi patrón me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar, me da vergüenza. ¡Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, haya quien me reciba en su casa!».
El foco, como se dice, se le había prendido. Pero, ¿qué era eso? Quiero decir, ¿qué fue se le ocurrió para que ahora que estaba desempleado no le faltara por lo menos un mendrugo de pan y un vaso de agua fresca? En realidad, algo muy ingenioso y sutil: como aún no había rendido el informe que le exigía su amo, todavía era tiempo de alterar ciertos papeles… Y esto es lo que hizo:
«Fue llamando uno por uno a los deudores de su amo y preguntó al primero:
»-¿Cuánto debes a mi patrón?».
La pregunta, por supuesto, era retórica, pues los documentos los tenía él en su mano y a la vista, y bien escrito estaba en ellos el monto de la deuda; lo que quería, más bien, era causar en su interlocutor un cierto impacto difícil de olvidar.
«-Cien barriles de aceite –respondió el deudor, que aún no sabía muy bien de qué iba la cosa.
»-Aquí está tu recibo; date prisa, siéntate y escribe: cincuenta».
Ya podemos imaginar el gozo con el que éste hizo lo que el administrador le pedía. ¡Le estaba perdonando nada menos que la mitad de la deuda! Es como si yo debiera al banco 100.000 pesos y de pronto el gerente me mandara llamar para decirme, guiñándome el ojo, que a partir de ahora no debo más que 50.000. ¿No era esto como para ponerse a gritar de alegría e invitarle un café en el restaurante más elegante de la ciudad?
El administrador mandó llamar al segundo deudor y le hizo la misma pregunta que al primero:
«-¿Cuánto debes a mi patrón?
»-Cien costales de trigo –dijo éste a su vez.
»-Aquí está tu recibo: escribe ochenta».
Y así hizo con todos los otros. Si de cualquier manera lo iban a despedir; mejor dicho, si ya estaba despedido, ¿qué perdía haciendo lo que hizo? ¡No perdía nada! Todo lo contrario: se jugó la última carta y había ganado, porque estos deudores iban a quedar eternamente agradecidos con él. ¡Su vejez estaba asegurada, pues un día lo invitaría uno a su casa a comer, y otro día otro! Ya no tendría que mendigar ni que andar por las calles del pueblo extendiendo la mano en busca de un pedazo de pan… Se retiraba, por decir así, con la cabeza levantada y pisando fuerte.
¡Qué hombre más inteligente!
Jesús mismo no pudo menos de alabar su ingenio. ¡Cómo, antes de ser despedido, supo hacerse amigos que después ya no lo dejarían solo! «Por eso les digo yo –concluyó el Maestro-: con el dinero, tan lleno de injusticia, gánense amigos para que, cando esto se acabe, los reciban en las moradas eternas».
Con esta sencilla historia, Jesús ha querido responder a estas dos preguntas que, si no fueran eternas, creeríamos que son banales «¿Para qué sirve el dinero?, ¿para qué sirve el poder?». Y su respuesta es: para que te hagas todos los amigos que puedas: sólo para eso. ¿Eres rico? Hazte amigos. ¿Eres poderoso, ocupas un cargo de cierta importancia? Hazte amigos igualmente.
Hay quienes, al tomar posesión de un cargo, empiezan a ver a los demás mortales como a hormigas (¡tan encumbrados se sienten ocupando su flamante escritorio de caoba!). Bien, que se anden con cuidado, porque no siempre estarán ahí, porque la rueda de la fortuna gira y gira y no es nada seguro que los que están arriba permanezcan en la cumbre eternamente. Sí, la fortuna es una rueda que no deja de girar: los que hace poco estaban abajo, resulta que ahora están arriba, y si no los trataste bien cuando tenías la sartén por el mango, como se dice, ellos lo recordarán una y otra vez, y ahora será la suya.
Hay quienes piensan que el poder es necesario para enriquecerse, y que el enriquecimiento es ya en sí mismo una forma de poder; en una palabra, que la riqueza y el poder se bastan a sí mismos. Si así es como piensas tú, déjame decirte, lector, que te equivocas. ¡Rompe el círculo! Hoy que la vida te ha favorecido, favorece a los que puedas, porque nada sabes del futuro. Haz como el hombre de la parábola: gánatelos a todos, porque no siempre serás administrador y quizá un día el patrón de turno te mande llamar para decirte:
-Dame cuenta de tu gestión porque estás despedido.
Si esto te dijeran sin que te hubieras hecho amigo de nadie, entonces sí que estarás perdido.
Toda la sabiduría de la vida está en esta sencilla parábola. Hazte amigos ahora que puedes; porque, si no lo haces ahora, quién sabe si lo podrás hacer mañana. «Conoce la ocasión o la oportunidad»: según Pítaco, el filosofo griego, no había conocimiento en el mundo más útil que éste.
Sí, aprovecha la oportunidad, porque mañana, sin que te des cuenta, quizá sea ya demasiado tarde.
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