enero 21, 2025

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#4 Tiempos

Peso Pluma o bailar al son que marque el algoritmo | Columna de Carlos López Medrano

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MEJOR DORMIR

 

He ganado dinero para comprar un mundo más bonito que el nuestro. Pero todo lo aviento porque quiero morirme como muere mi pueblo. Yo no quiero saber que se siente tener millones y millones. Si tuviera con qué, compraría para mi otros dos corazones. Para hacerlos vibrar y llenar otra vez sus almas de ilusiones. Y poderles pagar que me quieran a mí y a todas mis canciones.
—José Alfredo Jiménez, «Gracias».

El éxito abrupto de Peso Pluma levanta un rastro de suspicacia. En otros tiempos se requería de trabajo sostenido pare llegar a los grandes planos, o tener un padrino poderoso o que una concatenación de circunstancias obrara el milagro. Actualmente basta con la alineación del algoritmo, el favor de la industria que bendice a las figuras que se adaptan a sus designios. Lo sabrá quien, de un día para otro, vea inundadas sus redes con recomendaciones no pedidas que algún inocente considerará un hallazgo… igual que otras tantas millones de personas. El truco que ocurre con agendas políticas y causas espontáneas que se instalan en el colectivo mediante una sofisticada ingeniería social.

Videos, reels: Peso Pluma llora en concierto. Peso Pluma dedica unas palabras a su mamá. Peso Pluma agradece regalos de sus fans. Miles de visualizaciones y compartidos. Comentarios de sorna, muchos otros de elogio. Al fin alguien auténtico. Me gusta, es humilde; la está rompiendo del otro lado, qué orgullo; poniendo en alto el nombre de México, cabrones. Dicen, como si el muchacho estuviera recuperando Texas.

En la radio y la televisión surgieron los principales intentos de alinear las preferencias de la masa. Sobre todo en el siglo XX, cuando había pocas estaciones y canales. En principio, internet vino a dispersar los gustos. La facilidad para distribuir y producir música dejó nicho para todo. Llegó la proliferación de artistas y tantos subgéneros como peces en el río. Hay opciones para cualquiera. ¿Rap evangélico con reminiscencias simpsonianas? Lo tienes ahí al lado de la folkatrónica kawai.

No obstante, esto tenía que acabar. Las grandes corporaciones se han esforzado por reunificar a la audiencia por medio de las plataformas digitales. Las tendencias, las cadenas virales que llevan al nutriólogo a bailar para explicar una receta y a un contador para explicar cómo hacer tu declaración anual. Todos funcionales a lo que marcan las sugerencias, lo que está en boga. Lo que permita que tu ridículo tenga también un mayor alcance. Así se han formado las nuevas hegemonías del pop.

La impostada mexicaneidad de Peso Pluma se queda en la misma superficialidad de sus canciones y videos. Es un ornamentro como las botellas de Dom Pérignon colocadas en un desorden sumamente cuidado en la escenografía, igual que las bolsas con droga y las armas que intentan darle el aura de malote que el cutis de adolescente no da. El rostro de quien no ha padecido las consecuencias de aquello que escribe como travesura. Si quisiera dárselas de valiente debería ir al Colegio Militar. No aguantaría un día. El nacionalismo, oh, queda validado por Estados Unidos, la máxima aspiración. Aparecer en sus listas de popularidad y los programas estelares. Y ya, hasta ahí queda la bravata tricolor.

Su vertiente de corrido tumbado no es subversiva o antisistema por mucho que recurra a la estética edgy

de la ilegalidad, sino perfectamente asumible para las empresas, los políticos y los programas de chismes (Peso Pluma bien podría interpretar a un sobrino de la Pelangocha en un sitcom
de Jorge Ortiz de Pinedo
). Lejos de ser rupturista, es una variación del espíritu de la época. Está repleto de líneas análogas con otros tantos de su estirpe. Ella perrea sola / Ella baila sola. Las camionetas llevan clavo, pura metralleta / Tacomas blindadas, bien rugen el motor. Le gusta el perreo y bailar de cerca. Me encanta cuando bellaquea / Una gatita que le gusta el mambo, con todos los malos sale a bellaquear.

Peso Pluma está más cerca de Arcángel, Rauw Alejandro y Kodak Black que de los Cadetes de Linares y Chalino Sánchez. Hace falta sensibilidad para escribir “Es inútil” y “Me persigue tu sombra”, no ser un artista de la presunción que bebe de la fuente protestante más que de la tradición hispanoamericana. Hasta la fecha carece de los atributos que caracterizan justamente a los grandes compositores mexicanos que tiran de la soledad y el abandono, el carácter psíquico nacional aludido por Samuel Ramos: la autodenigración entremezclada con el sentido de inferioridad (de la que nace la contradicción de la vanagloria). Peso Pluma, en cambio, es indistinguible de decenas de artistas en otros idiomas y disfraces, al cabo dependientes del bling, la pandilla de edecanes y la ostentación. De ahí la compatibilidad de caracteres con lo que Jimmy Fallon pone cualquier otro día.

Al comparar las fiestas retratadas en los videos de, digamos, “Ella baila sola” y “Cómo me duele” de Valentín Elizalde queda claro el imaginario de uno y otro. Peso Pluma reivindica lo mexicano en la medida que le trae aplausos, pero su ideal se aproxima al de otras latitudes. Un subproducto cultural válido y previsible en un país tan complejo como el nuestro e interconectado con EE. UU. Pero por lo mismo sería absurdo tomarlo como estandarte de la tradición mexicana. Puedes imaginar los ojos de pistola que José Alfredo, hinchado y rojo de la cara, le tiraría al muchacho caguengue en una cantina de Dolores, Hidalgo.

Las críticas a Peso Pluma han sido contrarrestadas con acusaciones de clasismo, el manual de víctima enfundada en Burberry y el mal gusto de Hublot. Otra es que los ataques corresponden a la incomprensión propia de gente gagá que ya fue. Quizá. Quizá sea mejor estar lejos de letristas tan poco dotados que en vez de decir “Los paquetes van bien forrados”, tienen que recurrir a la malformación para forzar la rima “Y bien forrados los paquetes van”. Toda una carrera así. “De todo ya pasé” en lugar de “Ya pasé de todo”. “Con un buen cigarro me relajo yo” en vez de “Me relajo con un buen cigarro”, porque la mente no da para más. Música simpática y con algún acierto, mercancía auspiciada por el establishment. No me la vendan como mucho más.

 

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#4 Tiempos

Gente que se rindió | Columna de Carlos López Medrano

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Mejor dormir

 

Sobran maneras de identificar a quienes han sido derrotados por la vida. Basta con observar al que no responde a los buenos días soltados por un desconocido, rocas impermeables ante un bello gesto. O al que, en el elevador, presiona con ansia el botón de cerrar la puerta, apenas por ganar un par de segundos, como si el destino que lo espera —ay, el trabajo— fuese algo más que una condena.

Se rinden también quienes ya no se detienen a disfrutar las curiosidades ofrecidas por las calles: la estampa de un borrego pegada en un poste, una hoja seca con forma de corazón, un perro rascándose el lomo con la ayuda de una banca. Poco queda de espíritu en quienes llevan semanas, quizá meses, sin alzar la vista al cielo para contemplar las estrellas por la noche o descubrir, como niños, las formas caprichosas de las nubes.

Hemos perdido a los que olvidan vacacionar al menos una vez al año. No se trata del dinero, que al final siempre encuentra su acomodo; basta con cruzar la esquina para pasarlo en grande si uno sabe cómo acomodar las piernas. También se pierden los que llevan demasiado tiempo sin brindar, como si faltaran motivos, cuando cualquier pretexto sirve para alzar la copa y desbordarse en espuma, aunque sea por el estreno de un tapete en la cocina. Y sabemos que estamos ante un alma en coma cuando alguien deja de celebrar la Navidad. Porque, cariño, aunque la ilusión se haya marchado, hay que forzarse a poner el árbol con luces y esferas. Así es como comienza el ascenso.

Sobre todo, alguien está derrotado cuando deja de arreglarse. Cuando sale al supermercado en pijama o se olvida de la ducha. El pudor es síntoma de amor propio y de cortesía hacia los demás. Soy muy importante como para ser visto en fachas por el vecino, debería pensar uno. Pero mal vamos si ni siquiera eso te detiene. Un hombre conserva su dignidad mientras se afeita o da forma a su bigote; sé que sigo en pie de lucha cuando me miro al espejo y trato componer lo que ya no tiene compostura.

Es un fantasma quien ha perdido el pulso amoroso. Quien ha dejado de coquetear y no intenta ya ninguna aventura. El que no suelta un piropo a su pareja, quien no imagina una nueva vida con la mesera o la cajera en el supermercado, muy lejos de aquí, donde nadie nos juzgue, donde nadie nos diga que hacemos mal; alejados del mundo, donde no haya leyes ni nada.

 

Está muerto en vida quien no se cree merecedor del amor y el deseo, quien descuidado su cuerpo como si no tuviera nada bello que preservar.

 

He topado tantas veces con estos derrotados. Se les percibe en la mirada, en el vacío que se abre paso hacia la negrura. Gente que se rindió. Banderas blancas —lavadas con llanto— tras tantas decepciones y reveses. Los ves derrumbados en el transporte público, indiferentes incluso a las injusticias más obvias, conformes con lo que hay, sin hervidura de sangre (otro síntoma de la debacle: dejar de ceder el asiento a mujeres y ancianos; desprovisto de galantería, un ideal perdido). Son piltrafas resignadas, oxidadas allí donde un día hubo fuentes y jardines.

Y, con todo, me consuela saber que hay remedio para un buen número de estos casos. Los suficiente como para creer que merece la pena luchar por la resurrección. Porque, al final, se trata de un arte: el arte de remontar. Y de entender que nadie lo hará por ti. Nadie ayudará con la parte que más cuenta, la más difícil. Y no desanimarse por ello, al contrario, encontrar ahí un estímulo para imponerse ante la adversidad.

Como Richard Dadier le decía a su esposa en Blackboard Jungle: Sí, me han golpeado, pero no estoy derrotado. Hay una gran diferencia. No estoy derrotado, y no voy a rendirme. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado, frase de Hemingway.

El truco está en la determinación. Seguir el consejo de San Agustín: ser mejores que los tiempos malos. Una fe que baja el humo a los demonios. Levantarse un round más tras notar que el lloriqueo te dejó seco. Eres ya tu propia tierra firme.

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#4 Tiempos

Del semi desierto potosino a misiones espaciales | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

A principios del siglo XX y durante su primera mitad, hubo una emigración importante de familias del altiplano potosino a los Estados Unidos. Varios matrimonios comenzaron a formar sus familias en los Estados Unidos mientras trabajan para subsistir e incluso apoyar a familiares que quedaban en México, en especial en esa región del semi desierto potosino. Uno de esos matrimonios fueron los padres de Dorothy Ruiz Martínez que de Matehuala emigraron a Texas, donde Dorothy nacería.

En su niñez sus padres la trajeron a Matehuala a casa de sus abuelos donde vivió toda su niñez y parte de su adolescencia, porque la situación de sus padres no era muy estable. Estudió secundaria en la escuela Francisco Zarco, entre otras cuestiones se caracteriza por dar buena enseñanza en matemáticas, es una de las características que tiene esta región comparada con el resto del estado y del país. De esa escuela ha salido mucha gente destacada en matemáticas para posteriormente trasladarse a Texas a continuar sus estudios en busca de mejores opciones de preparación en los temas que ya le habían llamado la atención desde su vida en Matehuala. El área aeroespacial le había llamado la atención cuando, en 1986, le tocó ver en la televisión el accidente del transbordador Challenger, lo que la hizo interesarse por su actual profesión.

Su formación básica en Matehuala le permitió desarrollarse en un lugar donde se suele ser muy competitivo como es en Estados Unidos, donde después de estudiar la preparatoria, Dorothy Ruiz ingresara a la Universidad de Oklahoma y posteriormente a la Universidad de Texas, conocida como A&M a estudiar ingeniería espacial. Al titularse hizo, en 1998, una pasantía académica por medio del programa de Langley Aerospace Research Summer Scholars del centro de investigaciones de NASA Langley lo que le permitió tener su primer acercamiento a lo que sería su carrera profesional.

Tuvo la oportunidad de entrar a varios de los proyectos de la NASA cuando empezaba su formación y eso le ha permitido ingresar a varias áreas relacionadas todas con ingeniería espacial que fue donde se interesó en formarse, pero además dentro de esos proyectos ha estado en contacto con otras agencias aeroespaciales como la Rusa, donde trabajó un tiempo.

Dotothy Ruíz Martínez es una ingeniera aeroespacial que actualmente trabaja para National Aeronautics and Space Administration (NASA), la agencia del gobierno estadounidense más importante del programa espacial, donde realiza actividades como control de misiones de vuelo

. El trabajo de Dorothy Ruíz consiste en enlazar comunicaciones entre la tierra y los astronautas que se encuentran en un satélite espacial.

De sus primeros trabajos en el área aeroespacial fungió como instructora de astronautas y de operadores de vuelo en el sistema de control y propulsión para el Transbordador Espacial, de ahí pasó al área de Operaciones de Misiones Espaciales como Ingeniera de Planificación de Actividades Espaciales en Tiempo Real (RPE). Ha participado en la planificación total de actividades espaciales de 12 misiones espaciales del transbordador, contribuyendo desde la tierra con otros ingenieros y científicos, en el ensamblaje final de la Estación Espacial Internacional.

Dorothy Ruiz dice con orgullo:

Los nopales, representan la región del desierto del altiplano donde crecí, pero también son parte de mi historia de vida y de mis tradiciones en familia. Mi bisabuela removía las espinas y cortaba las pencas de los nopales en trocitos con una destreza y rapidez incomparables y luego los cocinaba muy al estilo ranchero (de la región donde ella creció en los ejidos de La Puerta de Aguilar y San Miguel, en el municipio de Doctor Arroyo). Esa manera de cocinar los nopales fue traspasado a mi abuela y después a mí.

En el 2011 propuse un proyecto de investigación en la NASA junto con otro colega para estudiar el nopal opuntia y sus posibles usos en la Estación Espacial Internacional. En este proyecto también invitamos a un colaborador científico de México. El proyecto fue aprobado e hicimos la investigación, pero nunca fue mandado al espacio. Aun así, espero un día retomar este proyecto y, que fregón sería, mandar nopales a la luna y a Marte”.

Dorothy Ruiz es un ejemplo de inspiración para jóvenes mujeres que quieren desarrollarse en áreas que en principio no consideran socialmente para mujeres. Su desempeño y formación es digno de alabarse.

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#4 Tiempos

Tiempo de mejora | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

Hoy, San Luis enfrenta a Puebla, un equipo que viene con sed de revancha, justo después de dar un muy buen partido en Monterrey, donde salieron vivos con un punto. San Luis, por su parte, tuvo su primer tropiezo en casa en la era Torrent, una dolorosa derrota frente a Tigres que jugó bien y, a pesar de sus errores, pudo controlar el partido y salir con los 3 puntos del Lastras.

En el trámite, parece un partido no tan complicado, tomando en cuenta los últimos torneos de cada equipo, pero las realidades cambian y cada encuentro es una nueva oportunidad. Hay que poner atención a Puebla, equipo al que es más peligroso enfrentar en la jornada 2 que en la 15. Pero hablemos de lo visto en el Lastras.

San Luis perdió en los primeros 90 minutos del torneo su principal fortaleza del campeonato anterior, su invicto en casa. Pero además cometió el único error que no había hecho antes: una expulsión, la de Yan Phillipe fue la primera tarjeta roja de un equipo de Torrent en Liga MX. Lo del brasileño fue un partido para el olvido.

En la zona baja, la ausencia de Cata y de Chávez fue bien cubierta, pero falta coordinación. Tanto Piccini como Águila y Cruz son defensas que pueden sacar el partido, siempre y cuando atiendan en todo momento y se coordinen. Dos goles a balón parado en el mismo partido es imperdonable en jornadas avanzadas.

Por la lateral derecha, Galdames bien, a secas, un jugador que normalmente no veíamos defender, ahora tuvo que cargar con el recuerdo de Chávez y correr toda la banda. Lo hizo bien, pero se nota que necesita acostumbrarse a esa posición.

El verdadero problema de San Luis, al menos en ese partido, fue la zona ofensiva: un equipo perdido, de poca creatividad en la última zona.

En pocas palabras, no hubo delanteros. Vitinho volvió a ser ese jugador que conduce mucho y define poco. Murillo tan solo flotó en la cancha y no tuvo oportunidades. Villal solo estuvo dentro unos minutos, y de Yan Phillipe, mejor no hablamos.

Es preocupante el panorama ofensivo del equipo, teniendo la salida de Boli, la ausencia (espero temporal) de Bonatini y la confianza en un Yan que no ha demostrado ser solución en los partidos que tiene con la camiseta de San Luis. Es criticable que no se haya reforzado aún en esa zona, que se haya dicho que se jugará con jóvenes y sigan los mismos. Algo tendrán que resolver para no tener ese problema.

Confío en que el cuerpo técnico tiene propuestas, confío en que saben bien lo que están enviando a la cancha. Espero que no estén solo intentando, y más bien estén proponiendo. Creo que Torrent y su cuerpo técnico tienen la capacidad y la experiencia para saber si algo hace falta en este cuadro, si es necesario reforzar de forma inteligente lo que pueden tener en el terreno de juego.

El partido de hoy es complicado por la presión del torneo anterior, por haber perdido en el arranque y porque, en el papel, Puebla parece un equipo a modo. Si esta noche San Luis no saca puntos de su visita al Cuauhtémoc, la presión comenzará a subir en un equipo que hasta el momento poco la ha sentido. Sí o sí, es tiempo de mejora.

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