enero 6, 2025

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#4 Tiempos

Pecado original | Columna de Juan Jesús Priego

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LETRAS minúsculas

 

Aquel día, él y ella tuvieron lo que suele llamarse «un serio altercado». Es verdad que ya antes habían tenido muchos otros igual de serios, y que cada vez que los tenían acababan arrojándose lo que encontraran a mano, desde vasos, platos y sillas, hasta frascos, floreros y libros. La diferencia entre este altercado y los anteriores estaba, sin embargo, en que la ruptura ahora sí parecía ser definitiva y total. «¡Esto se acabó!», dijo ella subiendo las escaleras que llevaban a su cuarto mientras braceaba desesperadamente para no ahogarse en el mar que iban formando sus lágrimas en el suelo. «¡Es claro que se acabó!», dijo él, tomando una maleta, llenándola con lo que encontraba a mano y haciendo chirriar, ya en la avenida, las llantas de su automóvil.

A los doce días de aquel «penoso incidente», la esposa telefoneó a su madre para suplicarle que viniera a pasarse con ella una temporada. ¡Se sentía tan sola, tan deprimida! Mas la buena señora no llegó sino una semana después, es decir, hasta el día número diecinueve de aquella dramática separación. Cuando hubo transcurrido exactamente otra semana, ocurrió algo tan sorprendente como inesperado, y es que el marido pródigo volvió al hogar trayendo de los lugares por donde anduvo una cara muy larga y muy hinchada, símbolo inequívoco de cualquiera de estas dos cosas: de haber dormido mal o de haber bebido bien. Mientras introducía la llave en la cerradura, se encontró con la novedad de que ésta había sido cambiada y que para entrar a su casa tenía necesariamente que llamar a la puerta. Y ya se estaba arrepintiendo de haber regresado cuando oyó que una voz le preguntaba algo desde el interior: era su suegra, que preguntaba:

-¿Quién es?

Tan pronto como la buena mujer vio que era su yerno, al abrir retrocedió espantada e hizo el ademán de esquivar un golpe (¡tan grande era la fama que su hija le había creado de golpeador!). Viendo aquel gesto ridículo, el joven esposo preguntó ofendido:

-¿De qué tiene miedo, señora? ¿De que le pegue? No tenga miedo. ¿Es que acaso la quiero a usted?

El esposo tenía razón: sólo los que nos quieren pueden hacernos daño. Los otros, no; los otros son inofensivos: sus palabras apenas nos alcanzan; ante sus gritos o sus amenazas podemos pasar de largo, hacer caso omiso o taparnos los oídos, como hizo Ulises en el país de las sirenas. «La verdad  es que nadie puede herirnos –reconoce Jorge Luis Borges en el prólogo a su Elogio de la sombra-, salvo la gente que queremos».

¡Qué poder tienen sobre nosotros las palabras de estas personas! Una, una sola de ellas puede levantarnos o hacernos morir de pena. Y si Borges tenía razón al decir lo que dijo, no se equivocaba François Mauriac (1885-1979) cuando afirmó mucho antes que aquél: «Ser amado es hacer sufrir».

Pero, ¿qué tiene que ver el amor con el sufrimiento? Mucho, pues amar a alguien es hacerlo sensible a nuestras pasiones y causarle a veces, por tanto, un gran dolor. Y no por maldad, no, sino porque al amar a ciertos seres los tenemos en nuestra mano –o nos tienen ellos en la suya- y cada movimiento de ella nos afecta –o los afecta- para bien o para mal. Sí, sólo aquellos que nos quieren pueden verdaderamente hacernos daño.

Los primeros golpes, las primeras heridas, ¿no las recibimos en casa siendo niños? Quizá por no haber hecho nuestros deberes, o por negarnos a ejecutar quién sabe qué tarea que era imposible dejar para mañana. De modo que las heridas que siguieron a aquellos primeros golpes, es decir, nuestros traumas de hoy, aunque nos duela reconocerlo, no se los debemos –como sucede a menudo en los cuentos infantiles- a hadas malévolas o a gnomos infernales, sino a padres o hermanos, tíos, abuelos o primos que decían querer sólo nuestro bien, es decir, a seres que nos amaban. Una vez conocí a un muchacho que le decía a su hermano menor:

-Si no me consigues diez pesos, diré que te vi haciendo esto y lo otro.

-Pero si yo no he hecho nada de eso –respondía el pequeño casi a punto de echarse a llorar.

-No importa, de todos modos lo diré. ¿Crees que no puedo hacerlo? ¡Entonces verás cómo te va!

Y el niño robaba, literalmente robaba, para conseguirle dinero a su hermano y no ser acusado de algo que no había hecho. ¡Ah, pero una vez que aquél fue mordido un día por un perro rabioso, el hermano mayor lloraba cual si la víctima hubiera sido él! ¿Quién puede calcular el odio de que es capaz un corazón que ama? ¿Quién de cuánto amor es capaz un corazón que odia?

Y los mismos padres, ¿no han recibido los golpes más dolorosos de sus hijos que de sus enemigos? «¡Es que ese viejo…!», oí que decía una vez alguien de su padre. Como confesaba la esposa del gobernador de San Petersburgo en una novela de Ricarda Huch (1864-1947), la novelista alemana, a veces parece que «los hijos están aquí para vengarse de nosotros. Los hijos son los únicos seres con los que actuamos de forma completamente desinteresada, y por eso son los únicos que de verdad pueden destruirnos».

Recuerdo que cuando nació el hijo de mi hermano, mi padre se apresuró a cargarlo y a decir en alta voz como quien dice algo muy gracioso:

-Vaya, vaya, por fin nació mi vengador.

¿Por qué el amor ha de ser siempre temblando, por qué ha de hacer siempre llorar? Que alguien me conteste esta pregunta. Y si al responderla no habla, aunque sea de pasada, del pecado original, pensaré que se ha quedado en la superficie, o que simple y sencillamente está jugando. Algo malo debe haber en el hombre para que allí donde ponga la mano –o el corazón- cause siempre  un estropicio.

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#4 Tiempos

En 2025 las reglas cambian | Columna de Jorge Saldaña

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Tercera Llamada

 

La nave 2025 sale de puerto con un mapa de navegación incierto, con tormentas por lo seguro, sin boyas y con pocos faros a la vista.

Es este, el primer lunes del año el que cuenta.

El calendario a partir del primero de enero fue generoso con 5 días extras de aparente circunstancia festiva y por lo tanto bondadosa.

Los buenos deseos y el clima nostálgico convidó todavía un poco a esos días de bonus que hoy terminan.

Con 360 días al frente, este año para San Luis Potosí empieza su travesía que tiene reglas y narrativas distintas. Nada será igual y por muy sobado que esté el término, debemos admitir desde ahora que las reglas cambian.

De inicio, si me lo permite usted, mi Culto Público, hago una reflexión que me parece importante, pues desde finales del 2023 y el finiquitado 2024, el entorno político social, y me atrevo a decir que también el entorno psicopolítico potosino, perdió puntos de referencia en su carta de navegación.

No es el mismo San Luis.

En las sociedades, con la condición de no querer serlo, con el tiempo se van creando, generando y creciendo personajes, hombres y mujeres que se convierten en algún momento en puntos de referencia para el resto de su comunidad y que se convierten –insisto– sin querer serlo, en líderes morales, una especie de boyas en altamar a las que se acude para estar seguros del rumbo.

El fenómeno por supuesto se da en varios campos, sin embargo los más visibles son los de la vida pública de una ciudad, un estado o una nación.

No, este no es un espacio para hacer juicios de ninguno, sobre todo teniendo en mente que esas boyas, esos líderes por definición y requisito, acumularon detractores (que los hicieron aún más importantes) y acumularon para muchos, hierros imperdonables en su historia, pero aún así, tan impregnados de su verdad (que ha muerto según Nietzsche) lograron conexiones sociales suficientes y las dotaron de significado al grado de poder influir en mayor o menor medida en la conducta de la vida pública potosina (lo que para muchos es el verdadero poder).

Hombres y mujeres que vivían de la política, pero no se mantenían de ella.

Hombres que desayunaban, comían y cenaban asuntos públicos, con la vida resuelta, sin necesidad ni de reflectores, ni de cargos, ni siquiera de aceptación o validación pública.

No, ya no es el mismo San Luis sin el transatlántico de la política, Teófilo Torres Corzo, que lo mismo salvaba al gobernador en turno recibiendo en su casa con todo el protocolo a embajadores o cónsules sin que nadie se lo pidiera.

Esa casa de Teófilo en la que todos los que han sido gobernadores después de él, tuvieron que ir como candidatos y luego como mandatarios.

No había evento político que se respetara en el que la opinión y presencia de Teófilo fuera significante.

Repito, los juicios de sus personalidades e historias específicas no son lo importante de esta entrega, sino el señalar su ausencia para comprender la navegación que viene.

En febrero del 2024 también se perdió otra de esas referencias del mar sociopolítico potosino.

Dueño absoluto de su historia, sus mitos y sus claroscuros: Horacio Sánchez Unzueta. El hombre quizás más informado de la política local y nacional. Dueño de su personalidad y de todo lo que dejó en su pasado. Protagonista de la etapa más virulenta de la política potosina, tanto para generarla como para resolverla. Bien o mal, no importa, su paso dibujó la realidad histórica política del estado y de las decisiones de Horacio se conformaron las condiciones para la política que tenemos hoy.

Un gran amigo de Horacio decía que tenía el “mal de la bicicleta”: si dejaba de pedalear (en la política) se caía.

Definitivamente una boya a la que todo político contemporáneo se acercó o intentó acercarse cuando se vivían momentos de transición o crisis. Insisto, no son juicios, es aceptar que no está y que su presencia fue, efectivamente una referencia que hoy no se tiene. Se navega así, sin las parábolas horacistas.

Sus últimos lances no fueron exitosos, tuvo muchos de esos. Sus últimos años yo lo definí como un león viejo agazapado, pero aún viejo y agazapado, era león, y con medio zarpazo todavía movía tableros.

También se fue en noviembre del 24, Don Jacobo Payán. Quizás en otra tesitura de participación social, más apegado al emprendimiento y a los negocios, pero siempre atento a la vida pública, personaje de la política potosina en varios niveles.

Hombre apegado a su verdad y sus formas, quiso ser alcalde a cualquier precio y lo fue, aunque sea como concejal presidente.

Invitado siempre a muchas de las decisiones trascendentes y opinión obligada en las transiciones de poder.

No es que el actual capitán del barco, Ricardo Gallardo Cardona, acudiera a Don Jacobo para tomar decisiones y mucho, pero mucho menos, a Horacio, que se sabían totalmente adversos, sin embargo estoy seguro que se reconocían sus capacidades aunque no coincidieran en nada (y se vale).

Con Teófilo sí, y la muestra está en el homenaje póstumo que se le hizo en Palacio de Gobierno. Teófilo creyó siempre en el proyecto de Gallardo y fueron aliados.

Tampoco es que el gobernador lo necesite. En su verdad, él tiene su carta de navegación muy firme y la está cumpliendo.

No es que con las ausencias deje de girar el mundo y no se dejará de navegar solo porque algunas boyas psicopolíticas se hayan ido.

Pero se nota su no estar. San Luis no es el mismo.

Finalmente debo decir que la vida cultural de San Luis Potosí jamás será la misma tras la partida de Daniel de la Llera.

Por otro lado, también hay contados faros, personajes que, reitero, sin mantenerse de la política, viven de la política. Mencionar a cada uno me llevaría mucho espacio.

Los faros hasta ahora solo dan luz de vez en cuando y se acude a ellos cuando se necesita. Unos en retiro, otros en pausa y otros sin capacidad genética para ser guías.

Por mencionar un ejemplo de faro de la navegación potosina, podría ser el Consejo Potosí, un grupo de personajes con su peso específico e influencia que acompañan a este gobierno, sin embargo aunque son hombres y mujeres de vida holgada y resuelta, están más ligados a los intereses empresariales con buenas intenciones sociales… pero nada más.

No parecen estar ninguno en vías de construcción de un líder moral, ni quieren serlo.

Por su parte los Gallardo, tanto Ricardo padre como Ricardo hijo, seguramente se convertirán, con el tiempo (muy seguramente después de 2033) en una nueva generación de esos puntos de referencia político en el estado.

Se quiera o no, se guste o no, han impuesto un estilo, una visión de futuro deseado en sus valores y principios que comparten y que hoy, bien o mal, articulan a nuestra sociedad y tienen un claro compromiso (y forma de hacerlo realidad).

Hasta aquí la reflexión.

¿Fácil? No, no será fácil. El 2024 no será nada parecido al 2025. Los retos del altamar de este año que comienza traen olas grandes. No se tienen esperanzas de elevados presupuestos, aunque sí promesas de proyectos de la mayor relevancia con la federación.

El 25 que inicia también será el del comienzo de la esgrima jurídica que implica romper el contrato con Aquos de El Realito y muy seguramente seremos testigos de la no pacífica muerte del Interapas.

Las inversiones para San Luis y para muchos estados estarán en StandBy hasta que se sepa con certeza el plan arancelario de Trump y por si fuera poco existe un fuerte rumor, que le advierto al estilo ArmandoAcostero, “tómelo bajo reserva”, pero podría pronto darse un anuncio del retiro de Tecnológico de Monterrey de San Luis Potosí, que de resultar cierto sería un mensaje devastador para las expectativas económicas y académicas del estado. Ojalá que no sea cierto.

Se me queda en el tintero lo chistoso, por no decir absurdamente estúpido, que parece que la nueva secretaria de finanzas, haya escogido la peor estrategia para no comunicar con claridad y con inteligencia, el incremento en el pago de derechos vehiculares. Es cierto, no creció el impuesto, pero sí el cobro por adelantado de tres años por la tarjeta de circulación.

Al ciudadano le importan poco los tecnicismos, el enojo es real a la hora de pagar en la caja casi el doble de lo que pagó el año pasado.

Lo peor es que el desgaste se lo lleva su jefe, el gobernador del estado. Mientras la señora de finanzas patea a todo quien se le quiere acercar, y cuando más debería buscar aliados y comunicación, mejor se hace de enemigos con su absoluta indiferencia y soberbia.

Lo más preocupante no es que se haya ido de vacaciones en pleno cierre de año. De acuerdo a sus colaboradores, preocupa más que la señora no conozca muchos de los términos técnicos de la secretaría.

En fin, naveguemos pues este 2025. Les deseo lo mejor y hasta la próxima con todos los temas que se quedan en el tintero, entre ellos la oposición…que parece que no hay ¿o sí?

Hasta pronto Culto Público

Atentamente
Jorge Saldaña

 

BEMOLES

Nadie quiere hablar abiertamente del tema y por tanto no es una información confirmada ni verificada, sin embargo suena a una locura la versión de que se han detenido participaciones federales a los municipios. El asunto sería escandaloso y gravísimo. Sería tanto como organizar una tanda, gastarse el dinero y luego querer pagar a los participantes con una tarjeta de crédito. Yo creo que no es cierto. No crean FakeNews.

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#4 Tiempos

Los Grandes del Fútbol en 2025 | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Ha comenzado 2025 y promete ser, por lo menos, emocionante para los aficionados del fútbol en todo el mundo. Desde torneos internacionales de clubes y selecciones hasta revanchas que parecen necesarias, a solo unos meses de la Copa Mundial. No olvidemos las clasificaciones para esta justa, los encuentros entre los mejores equipos de cada continente; hay mucho que esperar.

 

Copa Mundial de Clubes de la FIFA 2025

Los supuestos mejores clubes del mundo se enfrentarán para determinar al campeón mundial. La competencia se llevará a cabo del 15 de junio al 13 de julio y reunirá a los campeones de cada confederación, incluyendo la UEFA, CONMEBOL, AFC, CAF, CONCACAF y OFC.

 

Copa Mundial de Fútbol Sub-20

Esta edición se jugará entre el 27 de septiembre y el 19 de octubre en diversos estadios de Chile. Como siempre, este torneo ofrece una visión del futuro del fútbol. México ya está clasificado.

 

Copa de Oro de la CONCACAF 2025

El torneo importante de Concacaf se juega este año. Parte del mismo servirá como preparación para algunas sedes de la Copa Mundial. Equipos nacionales de América del Norte, América Central y el Caribe se enfrentarán, así como Arabia Saudita, que funge como invitado en esta y la siguiente edición.

 

Copa Africana de Naciones 2025

Marruecos será la sede del torneo para las mejores selecciones de África. Un evento que se iba a realizar entre junio y julio, pero por calendario se decidió que comenzará hasta el 21 de diciembre. Costa de Marfil regresa para buscar mantener el campeonato de la región.

 

Estos torneos se suman tanto a las copas internacionales de clubes y las ligas nacionales, para darnos un 2025 lleno de duelos que cocinarán el fútbol a solo unos meses del Campeonato Mundial. Esperemos que sea un buen año para los equipos mexicanos, que se levante un poco el espíritu y la competitividad, en un momento clave para regresar dentro de nuestro maltrecho presente futbolístico. Ojalá que el 2025 sirva para corregir el rumbo y que lo que venga, sea para mejorar, ya que espero que peor, no se pueda estar. ¡Prepárense para un emocionante 2025 de fútbol!

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#4 Tiempos

Entre tangas, roscas y tamales | Columna de León García Lam

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VOLUTA

 

En una nota del Universal publicada el último del año 2024 una comerciante de la Ciudad de México afirmó: “ya no se venden los calzones rojos y amarillos, se está perdiendo la tradición” y al parecer sí, la euforia por las tangas rojas ha perdido el interés de las nuevas generaciones chilangas que ya no creen en el amor, ni en las tradiciones o no tienen dinero para pagarlas. Sin embargo, en estados como Jalisco, las ventas de ropa interior se dispararon hasta el cielo y un dato llamó mi atención: para este año 2025, los consumidores tapatíos buscaron vorazmente los calzones amarillos. ¿Qué nos querrá decir este indicador popular?

Hace unos días, en una cápsula trasmitida por Radio Universidad (de SLP) se escuchó, en la voz de mi querido amigo Jonathan Gamboa, una explicación genealógica acerca de las tradiciones de fin de año: comer lentejas, hacer maletas y meterse debajo de la mesa son tradiciones que provienen de culturas bien lejanas en el tiempo y en el espacio. Entonces ¿por qué las aceptamos con tanta facilidad? No sé si usted lo note, querida culta lectora de La Orquesta, pero las tradiciones del fin de año o del año nuevo pretenden controlar el futuro incierto que tenemos enfrente: que las doce gotas de la felicidad, que las cabañuelas y los borregos de la buena fortuna, pero ¿qué tienen en común todas estas “tradiciones” a las cuales también llaman “rituales”?

Pues bien, yo que empleo parte de mi valioso tiempo en buscarle chichis a las lombrices, creo que lo que es común a una buena parte de estas tradiciones de Año Nuevo es el juego de esconder o revelar algo que está dentro. Me explico, la tradición de salir a la calle con una maleta requiere guardar dentro de la maleta elementos de lo que se desea atraer. La tradición de meterse debajo de una mesa es, de alguna manera, situarse dentro del centro de la abundancia que es la mesa. Sin embargo, el mejor ejemplo es la rosca de reyes:

¿Cómo debe ser la tradicional rosca de reyes? Unas personas afirman que la tradicional rosca lleva un monito, otras dicen que debe llevar 3 monitos y hay quien piensa que la mera tradicional rosca de reyes debe esconder además de los monitos, dedales y anillos. No hay manera de fijar una norma estandarizada. Lo que sí es interesante es la forma de la rosca. ¿Usted sabe cómo se llama la forma geométrica de una rosca? Se llama toro y algún otro día le contaré sobre sus propiedades matemáticas que son formidables. Me gusta pensar que, si la rosca es una representación del año, entonces el tiempo es algo que da vuelta, regresa al mismo lugar y en su interior, al igual que los tamales, esconde sorpresas insospechadas.

Estimada y culta lectora de La Orquesta: yo espero que las sorpresas de su año 2025, sean las mejores.

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