enero 21, 2025

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#4 Tiempos

No volverás a ser joven (y qué bueno) | Columna de Carlos López Medrano

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MEJOR DORMIR

 

Es normal, supongo, que con el pasar de los años uno quiera reivindicar la vejez. No es curarse en salud, sino ya directamente una forma de protegerse en medio del fragor de los achaques. Esta punzada en la espalda es un lujo, señoría, y qué privilegio es parecer un abuelo sin haber tenido hijos. No cualquiera. La decadencia aviva las llamas de la creatividad; así, uno puede romantizar lo que convenga. Lo que a ojos de otros es una clara muestra del declive, se ha de erigir como un toque de distinción.

Excusas que uno se inventa, quizá. Pero cada vez rompo más lanzas a favor de lo viejo. No soy un oportunista que a buena hora se sube al tren del hombre mayor. Quienes me conocen saben que desde niño he tenido esa aura otoñal que anda por el vecindario como alguien que no corresponde con su edad. Inclinado al talante flemático, he tenido de larga data un carácter añejo. Estoy chapado a la antigua. Tras cada interacción social, me acerco más y más al perfil del anciano cascarrabias a quien he terminado no solo por comprender, sino admirar.

Es sabida la valoración que hay hacia las personas mayores en diversas culturas, como ocurre en oriente (Japón, Corea, la China tradicional), la antigua Roma y Grecia, en las que se veneraba el conocimiento adquirido a través de la longevidad. Pocos llegaban a soplarse noventa tacos, así que había secretos y sabiduría que aprender de los que lo conseguían. Consejeros en la toma de decisiones. Faros a los que dirigirse.

El respeto a las canas se ha perdido en la posmodernidad y en contextos materialistas en los que se desplaza a los mayores en favor del imberbe. Un orden social que premia lo productivo, incluso si lo producido es basura.

El panorama es catastrófico. El hombre formado en el campo, o el que ha se ha molido la espalda en la fábrica, tiene que aguantar que una adolescente invalide su opinión por ser un «onvre» o ser ninguneado con un «ok, boomer». Y una mujer que nunca ha hecho daño a nadie y tira una posta ancestral es desestimada por un mocoso que juega al Fortnite al ritmo de un «ya siéntese, señora» con risa simiesca. La misma ufanía de quien se hace el superado con un «ᵃ».

Tras cada manifestación de arrogancia y del ensimismamiento de una generación sin mayor legado que una rutina de baile ante una cámara para subir a una aplicación extranjera, está la oportunidad perdida de aprender de quienes guardan sabiduría en cicatrices y arrugas, seres que tal vez tengan un pozo del cual aprender (del mismo modo en que los mayores pueden nutrirse del manantial creativo de los jóvenes en este carretera de doble sentido). Todavía valoro más una condecoración ganada en batalla que los likes conseguidos por comer una sopa extrapicante en TikTok.

La insolencia del niñato, además, lo relega al papel de un meme importado ―cómo no― de Estados Unidos. Si usted quiere saber cómo se comportará el progresista promedio en Hispanoamérica, no tiene más que observar lo que se cocía en los medios estadounidenses y en las universidades de Nueva York y California el verano pasado. Ya lo verá pronto aquí, bajo la etiqueta de libre pensador.

Una obviedad olvidada por los que pasan por verde lechuga: todos envejecen, incluido el recién llegado que ahora se burla de lo que considera senil. Cada minuto es un paso hacia una etapa inevitable de la existencia. Renegarla carece de sentido; por lo contrario, es una bendición llegar a la senectud antes que al apagón prematuro, el de aquellos que se van jóvenes, y a los que si bien se les recuerda eternamente impolutos (James Dean, Edie Sedgwick, Sharon Tate, Sal Mineo), también llevan consigo la cruz de la hazaña incompleta.

Lo mucho que la madurez habría dotado al rostro de las estrellas condenadas a muerte temprana. Los embates físicos pasarían a segundo plano con tal de tenerlos aquí en la vida, esta bella desdicha. Con el acabado de Anna Magnani, pidiéndole a un hombre que no corrigiera su rostro en el proceso de edición: «Por favor, no retoques mis arrugas. Me costó mucho tiempo ganarlas». 

En tanto nos dirigimos todos a la tercera edad, sería prudente echarle porras a lo arcaico y brindar a los ancianos los beneficios que deberíamos esperar algún día para nosotros. Hablo de cuestiones ajenas a pensiones y descuentos en farmacias, más bien una manera de incorporarlos al enjambre e incentivar la convivencia intergeneracional en esta abominable jungla derivada del puritanismo calvinista. A todo cerdo le llega su San Martín.

Es innegable que la sucesión de primaveras implica serias desventajas. Los sentidos se desgastan, la fuerza mengua, uno se amarga. Procuremos un envejecimiento sin el aroma de un tapete enmohecido. Sumar años sin caducar.

No idealizaré a los viejos per se: como en todo, los hay bastante necios e idiotas, pero se les ha de juzgar por dichas averías, no por su cualidad de longevos. Estemos al tanto de las nuevas tendencias, sin la obligación de contaminarnos de las que resulten nocivas. Lo clásico, se sabe, es lo que sobrevive al paso del tiempo. Su encanto encandila a la muerte, esquivándola una y otra vez.

Del mismo modo en que la edad implica debilitamientos, también trae consigo otras etiquetas y reformula los aportes que nutren a la sociedad. Comprender esto es importante. La vejez tiene una marcha pausada que habría que rescatar en tiempos donde se avanza y avanza… vete tú a saber hacia dónde. La tradición es el agua que apaga el fuego revolucionario que lo consume todo.

Lo viejo es un cognac XO, un whisky añejado en barricas de roble por 18 años, el destilado de un maestro mezcalero curtido por décadas de trabajo. Elixires en contraposición a la charlatanería de soluciones exprés, el kosaco en botella de plástico, el azulito que acompañan canciones que te degradarán si sigues al dedillo, el trago en lata que anuncia el comediante de moda.

La juventud da tumbos y saltos en el jardín. La madurez es arremangarse y arrancar de cuajo la maleza hasta que el cuerpo no da más de sí. Depurar lo que haga falta para quedar libre de amargor. Una fase de desprendimiento. Perdemos a los amigos, a los viejos amores, las oportunidades, la voluntad. Todo eso ya no está, adquiere otra la forma de un espectro que uno habrá de perdonar en la intimidad si se aspira a la noche sosegada. Las cuentas saldadas mejoran el descanso.

El envejecimiento tiene ritmos misteriosos. Hay años en los que se ganan enteros, en los que el físico adquiere la patina de una escultura a la intemperie, libre de enfermedades mayores que lo ensombrezcan. En cambio, hay meses en los que sobreviene la caída, en los que la faz se erosiona y da a la víctima el aspecto de alguien que ha sido apaleado por los acontecimientos.

Hemos visto personas cuyo aspecto se ve marchitado con suave armonía, como la animación producida por hojas que caen. Una transición más bien: colores y texturas que claudican poco a poco, sin que sus portadores lo perciban. Aquel mariscal de campo que de los veinte a los ochenta años mantiene un mismo semblante, un rictus similar, tan solo mudado entre gamas: del castaño al cabello blanco, de la rectitud al encorvado, de la piel suave a la áspera y a las manchas de sol. La gracia de Clint Eastwood pese a tantos diciembres a cuestas.

Pienso estas cosas al albor de otro cumpleaños. Con cada nueva vela me siento más en sintonía con mi espíritu.

 

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#4 Tiempos

Tiempo de mejora | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

Hoy, San Luis enfrenta a Puebla, un equipo que viene con sed de revancha, justo después de dar un muy buen partido en Monterrey, donde salieron vivos con un punto. San Luis, por su parte, tuvo su primer tropiezo en casa en la era Torrent, una dolorosa derrota frente a Tigres que jugó bien y, a pesar de sus errores, pudo controlar el partido y salir con los 3 puntos del Lastras.

En el trámite, parece un partido no tan complicado, tomando en cuenta los últimos torneos de cada equipo, pero las realidades cambian y cada encuentro es una nueva oportunidad. Hay que poner atención a Puebla, equipo al que es más peligroso enfrentar en la jornada 2 que en la 15. Pero hablemos de lo visto en el Lastras.

San Luis perdió en los primeros 90 minutos del torneo su principal fortaleza del campeonato anterior, su invicto en casa. Pero además cometió el único error que no había hecho antes: una expulsión, la de Yan Phillipe fue la primera tarjeta roja de un equipo de Torrent en Liga MX. Lo del brasileño fue un partido para el olvido.

En la zona baja, la ausencia de Cata y de Chávez fue bien cubierta, pero falta coordinación. Tanto Piccini como Águila y Cruz son defensas que pueden sacar el partido, siempre y cuando atiendan en todo momento y se coordinen. Dos goles a balón parado en el mismo partido es imperdonable en jornadas avanzadas.

Por la lateral derecha, Galdames bien, a secas, un jugador que normalmente no veíamos defender, ahora tuvo que cargar con el recuerdo de Chávez y correr toda la banda. Lo hizo bien, pero se nota que necesita acostumbrarse a esa posición.

El verdadero problema de San Luis, al menos en ese partido, fue la zona ofensiva: un equipo perdido, de poca creatividad en la última zona.

En pocas palabras, no hubo delanteros. Vitinho volvió a ser ese jugador que conduce mucho y define poco. Murillo tan solo flotó en la cancha y no tuvo oportunidades. Villal solo estuvo dentro unos minutos, y de Yan Phillipe, mejor no hablamos.

Es preocupante el panorama ofensivo del equipo, teniendo la salida de Boli, la ausencia (espero temporal) de Bonatini y la confianza en un Yan que no ha demostrado ser solución en los partidos que tiene con la camiseta de San Luis. Es criticable que no se haya reforzado aún en esa zona, que se haya dicho que se jugará con jóvenes y sigan los mismos. Algo tendrán que resolver para no tener ese problema.

Confío en que el cuerpo técnico tiene propuestas, confío en que saben bien lo que están enviando a la cancha. Espero que no estén solo intentando, y más bien estén proponiendo. Creo que Torrent y su cuerpo técnico tienen la capacidad y la experiencia para saber si algo hace falta en este cuadro, si es necesario reforzar de forma inteligente lo que pueden tener en el terreno de juego.

El partido de hoy es complicado por la presión del torneo anterior, por haber perdido en el arranque y porque, en el papel, Puebla parece un equipo a modo. Si esta noche San Luis no saca puntos de su visita al Cuauhtémoc, la presión comenzará a subir en un equipo que hasta el momento poco la ha sentido. Sí o sí, es tiempo de mejora.

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#4 Tiempos

Desde el tintero de Jorge Saldaña

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GUERRA FRÍA NO TAN FRÍA

La próxima elección gubernamental tiene prisa por llegar y los apuros nunca son elegantes.

Conseguir certezas desde ahora es imposible, y por más nerviosos que hayan iniciado los protagonistas en potencia del 27, el ansia no se puede compensar con la eliminación de rivales.

Las incertidumbres se pisan los talones y este arranque del 2025 parece un finales del 2026.

Tan no fueron menores las fricciones de fin de año entre los dos jugadores mas importantes de la elección que sigue, que apenas a una quincena de haber comenzado el año, el vaivén de ataques es más que evidente.

No fue casualidad la filtración, a ojos vistos y a todas luces (dos odiosos lugares comunes) que hizo el Instituto de Fiscalización respecto a las observaciones del gobierno de la capital.

No es casual tampoco que se esté usando a los voceros de organismos industriales para quejarse de supuestos aumentos en sus prediales (¿se les olvida que sus propiedades producen utilidades y que, en contraste con las casas habitación las industrias ganan millones, y usan más que nadie los servicios municipales?)

La mala estrategia de la secretaría de finanzas para comunicar el cobro por tres años de la tarjeta de circulación para los propietarios de vehículos fue el detonante numero uno para los desencuentros y la búsqueda de culpables. (Por cierto ya rodaron cabezas en la dirección de ingresos de Finanzas).

No parece muy maduro dejar que el temperamento de las decisiones públicas lo dirija la liturgia del “amén” del “like” y la “comunión” del comentar y compartir en redes sociales, pero en apariencia esas cosas influyen.

Y de que alguien comanda y fomenta esos temperamentos, téngalo usted por seguro.

¿Qué ganan?

Innecesariamente las dos fuerzas políticas más visibles se están auto-destruyendo. Están pensando más como futuros contendientes que como actuales mandatarios. Uno en la capital, otro en todo el estado.

Se aceleraron o por lo menos es lo que están demostrando.

Por mucho que no se diga o se matice, la realidad de los escenarios es que hay órdenes en dos proyectos para estarse debilitando uno contra otro. Siendo tan temprano, para la batalla electoral del 2027 van a llegar exhaustos, parafraseando a Sun Tzu.

Cualquiera de sus enemigos, visibles o agazapados, estará encantado. No hay mejor manera de asegurar una victoria que hacer que dos de tus enemigos peleen entre ellos.

Hay dos opciones, dejar que las cosas escalen y transitar dos años inmersos en el pleito de “yo lo hago bien tu lo haces mal” aderezando con estrategias de desvío de atención mediática provocando una polarización, o de plano hacer una tregua de al menos un año, cruzar los próximos 12 meses (que serán complicados en materia de recursos) sin pleitos, tocar la campana para subir al ring hasta, por lo menos, el 2026. Digo, es sugerencia.

DOS JUNTAS Y UNA ADVERTENCIA

Varios de los presidentes municipales que estuvieron presentes en la reunión convocada por el gobierno del estado para tratar temas de seguridad coinciden en que no fue una reunión de trabajo tersa.

Tanto el gobernador, como el secretario general y el secretario de seguridad pública les leyeron la cartilla “muy clarito y en voz alta” a los alcaldes del interior.

Les dieron, por decir lo menos un jalón de orejas y poco faltó para que hubiera manotazos firmes en la mesa.

No es para menos. En un diagnóstico general, las fuerzas municipales sobre todo del interior del estado, hacen apenas lo que pueden, son prácticamente civiles armados sin ninguna capacitación ni recursos ni patrullas ni más nada. Policías que actúan a como “Dios les da a entender” o que de plano ya no distinguen la línea que divide a la autoridad con la delincuencia.

Ante este escenario el gobierno puso las cosas en claro y advirtió que de no invertir, alinearse y capacitarse, los municipios tendrán que hacerse cargo de sí mismos y sin Yolanda Maricarmen.

El estado no va a estar solapando los acuerdos oscuros de los alcaldes ni los van a estar rescatando cuando las cosas ya no tienen remedio.

El propio gobernador, como todos los del país, tiene un compromiso por el cual responder ante la presidenta Sheinbaum, que tal como lo dijo en su discurso del Zócalo de la CDMX el domingo pasado, se va a cooperar y colaborar, pero jamás subordinar a los Estados Unidos y en ello va empeñada una estrategia de seguridad que rompa con las acusaciones Trumpistas respecto a que en México mandan los líderes del narco.

Desde el municipio más pequeño hasta el estado más grande, deberá mostrar que es el Estado de Derecho lo que prevalece, por eso ya se reunió con gobernadores y lo mismo hará con todos los alcaldes del país. Que nadie lo dude, el tema se llama mantener a raya al crimen de los municipios, tarea bastante compleja.

LA OTRA JUNTA

Antes de que terminara el 2024, se juntaron para tomar acuerdos el gobernador Gallardo, el alcalde Galindo, el secretario Torres Sánchez y el diputado Héctor Serrano. El tono fue de cooperación y colaboración. ¿Qué pasó entre esa reunión y el inicio de año? Nadie lo sabe, la teoría que circula es que se rompieron acuerdos, la incógnita es saber de parte de quién y por qué.

LAS PRAGMÁTICAS DEL GABINETE

Mucho se habla en el palacio de gobierno sobre la reciente llegada de un grupo, en su mayoría mujeres, que en últimas fechas se han acomodado en las direcciones, subdirecciones, y cargos administrativos de muchas o casi todas las dependencias. Este grupo se caracteriza por estar comandado en parte por la secretaria de finanzas y otra por parte de Miguel Cavazos, secretario técnico del gabinete de quien por cierto se dice, es por el momento el asesor más escuchado y atendido por el gobernador.

El grupo viene trabajando como en equipo desde el sexenio de Peña Nieto, y luego en los estados donde mantiene influencia la cúpula del Partido Verde. Se distinguen por ser pragmáticos, eficientes y directos, no obstante el gabinete original y los personajes que han acompañado a Ricardo por más de una década cada vez se sienten más desplazados sobre todo porque son los que tienen la temperatura y diagnóstico de la realidad local. Cosa que a los foráneos poco les importa.

El gobernador es sensible, hábil y muy inteligente, ojalá vuelva a escuchar a los suyos y no solamente a los que le dicen que todo está bien y que si alguien opina diferente es porque es un enemigo. Digo, el maniqueísmo no debe caber en un gobierno maduro.

AVISADOS ESTÁN

Por si alguien se la perdió, le comento la pifia, locura, disparate y balazo en el pie que se dieron en el municipio bebé de Villa de Pozos: luego de que se revelara que se autorizaron más de 6 millones de su presupuesto para viáticos, salieron a “componer” (con sarcasmo) el asunto, y el tesorero declaró que no era para viajes, sino para una especie de caja chica de gastos, permítame la carcajada jajajajajajajaja.

Es decir, que admiten que el presupuesto no será para viáticos y tal cual están reconociendo que lo tienen ahí para desviarlo en gastos de los que nadie sabrá pero… lo justificarán como si fueran viajes. ¿Qué honestos por decirlo o qué deshonestos por hacerlo? Decida Usted, mi Culto Público.

HASTA ENCONTRARLA

Nada justifica que Daniela Martell no esté con su familia. No importan ni las circunstancias ni las líneas de investigación que se dieron a conocer por pregunta expresa de la prensa. Daniela, según lo poco que se sabe, hizo un viaje largo desde una casa en Villa Magna para luego tomar la carretera 57 donde se perdió su rastro. Los juicios, prejuicios o su estilo de vida deben quedar fuera. La prioridad es encontrarla a salvo. La marcha de ayer martes fue muy emotiva y justificada. La comunicación de la Fiscalía con la familia es permanente. Esperemos resultados pronto.

Es todo por ahora desde el tintero de su servidor.

Hasta la próxima.

Jorge Saldaña

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#4 Tiempos

Cary Grant en la regadera | Columna de Carlos López Medrano

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Mejor dormir

 

Uno de los deberes más grandes y nobles de un padre con sus hijos consiste en tener una colección notable de libros, discos y películas dispuestos en casa. Lo he constatado muchas veces: quienes han crecido rodeados de estas reliquias suelen guardar un nervio especial en su interior y destacan desde edad temprana por encima de aquellos que han sido privados de ellas. No hace falta una bóveda enciclopédica ni torres de elepés. Bastan seis o siete títulos bien elegidos para elevar el espíritu de un hombre.

El arte de la educación estética comienza por el ejemplo. Conviene entonces dejar la carnada a la vista: un estante sencillo, donde el papá o la mamá, de tanto en tanto, tome un libro al azar, lo hojee con donaire y lo devuelva a su sitio con una sonrisa. El niño, en su esquina, advierte el ritual y comprende, sin que nadie se lo explique, que ahí hay un llamado valioso. Las asignaturas de apreciación literaria en la secundaria jamás lograrán eso, por más que un burócrata amargado diseñe un programa de estudios de acuerdo con una metodología envenenada por sus aversiones.

El oído se rinde a rutinas similares. Un escuincle potenciará su talento cuando, desde su cuarto, escuche un concierto de Tchaikovski o el rumor de los Beatles filtrándose desde la sala. Canciones que a fuerza de repetición conformarán su educación sentimental (años después habrá de recordar aquel día en que esos viejunos le comenzaron a gustar tras una fiesta con familiares de provincia).

Hubo ayeres en las que el acceso al arte era limitado, una bendita limitación. Lo que había en casa lo marcaba todo. Los jefes de familia actuaban como comisarios del gusto y su curaduría definía el carácter noble y sensible de los menores. Ahora, en cambio, nos perdemos en el espejismo de un acceso ilimitado a oferta audiovisual, gobernados más bien por la dictadura del algoritmo. Una caterva dirigida hacia la nada, a disposición de la mugre lanzada por un ejecutivo en Los Ángeles.

La tendencia contra la tradición. Varias millas separan al joven que consume las series de tendencia para tener tema de charla en el próximo convivio

, de aquel otro que, en una tarde aburrida, esculca el librero familiar y descubre entre el polvo Las aventuras de Sherlock Holmes y el cuento de El príncipe rana. Este último lee por curiosidad un párrafo, luego una página, luego otra más. Una serie de distintivos matices se apoderan de él, frente a una muchedumbre que remacha la frase de moda. Tomar la senda menos transitada hará toda la diferencia, diría Robert Frost.

Un pequeño milagro ocurre cuando un adolescente esculca las pertenencias de sus padres y picado por la curiosidad tira un vistazo a All About Eve y Charada, tales vestigios que le suenan de algún lado, tal vez mencionados por su abuela en un desayuno remoto. Al ponerlas en marcha, frente a sus ojos se revela un mundo desaparecido: un ritmo, una atmósfera, la elegancia de una época que parecía extinguida, pero que, gracias a él, renace por un día más, por una vida más. Así ocurre con los herederos de quienes se empeñaron en salvar, contra todo pronóstico, los días en que el mundo era mejor.

Con suerte, ese niño que un día se fascinó con lo viejo verá cómo le crecen las canas y, llegado el momento, tendrá hijos que, igualmente hastiados de las novedades chirriantes, descubrirán a Cary Grant y lo adoptarán como referente de percha. Y entre los rincones de la casa hallarán, quizá, El marinero de Gibraltar, olvidado en una repisa, la novela —regalada por quién sabe quién— que, sin saber cómo, encenderá en ellos el deseo de escribir.

 

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