julio 21, 2025

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#4 Tiempos

Los gritones de adentro y los gritones de afuera | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

 

Tanto como que una golondrina no hace verano, cien sospechas –parafraseando a Dostoyevsky- tampoco hacen una prueba.

No, no se “cayó” el Circuito Potosí y 10 metros que se tuvieron que repavimentar tras las lluvias, de los 43 mil rehabilitados, corresponden apenas al 0.023 por ciento de la obra.

No, no se acabó la Fenapo porque Pepe Balvin (así le digo yo de compas) no pudo presentarse ante la tormenta que cayó justamente durante la hora programada para su concierto.

Cientos de ejemplos existen de otras presentaciones musicales, encuentros, partidos de futbol o béisbol de ligas nacionales hasta en los mejores estadios del mundo que se han tenido que suspender por las mismas causas (probablemente cuando el agua deje por fin esa necia propiedad suya de andar conduciendo la electricidad, nos permita por fin disfrutar un escenario cargado de energía sin importar la lluvia).

La inundación en el área de los gritones fue también lamentable, sin embargo, gracias a los medios que difundieron el tema, se desbordó a su vez un tsunami de solidaridad y empatía de los potosinos por los comerciantes de la altivoz, cosa que hay que aplaudir a todos los ciudadanos que han prestado manos, comida y compras a los empresarios del “échame otra”.

Y no, Culto Público, de ninguna manera lo planteado arriba intenta ser justificación a lo ocurrido, todo lo contrario y lo digo con todas sus letras: Sea una u otra cosa asunto de meras circunstancias, las mismas tuvieron que ser previstas.

Es cierto, el mismo día las cuadrillas de Seduvop atendieron la cicatriz del Circuito, al día siguiente hubo concierto en el Teatro del Pueblo donde el agua cedió y bajó en horas, y los gritones al día siguiente continuaron con sus ventas, pero…

¿Qué necesidad de ir tan a prisa siendo tanto el riesgo de resbalarse?

Las obras del Circuito, como las transformaciones en la Fenapo se hicieron a marchas forzadas y esa es la verdad.

¿Están mal? No precisamente, no en su totalidad, sin embargo, esos “detalles” como los ocurridos en la semana, se convierten en alfileres que rompen globos, en granitos que manchan el arroz, y en notas que desafinan, sobre todo para los maliciosos que desean que los globos se rompan, para los feroces críticos del arroz y los desalmados que se sienten de oídos delicados.

Lamentablemente, y otra vez parafraseo al buen ruso Fiódor cuando escribió que a los hombres nos complace más enumerar nuestros pesares que nuestras alegrías. Ni modo, así somos. Son los gritones de afuera.

No quiero abundar más en el asunto ni tampoco ser reiterativo en mi rítmica hipótesis que he planteado ya varias veces en mis entregas: El gobernador baila salsa y muchos en su gobierno las calmaditas. Gallardo quisiera montar en su gobierno un Fórmula Uno, pero su equipo anda vocho con llantas bajas, el mandatario va corriendo, pero en el apuro, uno que otro de sus colaboradores, se le andan resbalando.

Los ejemplos Fenapo son lo de menos, pero la percepción que se pudo generar y la expectativa del “próximo error”, sí son lo de más, por lo menos para tener cuidado.

 

*BEMOLES*

UNA BUENA Y UNA MALA

Hoy viernes estará de visita nuevamente en SLP el titular del Instituto Mexicano del Seguro Social , Zoé Robledo. El funcionario viene a firmar el convenio para la federalización de los servicios de salud, lo que en pocas y simples palabras significa que todos los que no tenemos servicio médico y acudimos al Hospital Central, al de Soledad o de Ciudad Valles ahora vamos a estar afiliados y podremos recibir atención a través de esta nueva modalidad que está implementando el gobierno de la 4T. De las camas del Hospital Central y todo el equipamiento que le hace falta al parecer no hay vuelta de hoja y ni modo, será el gobierno del estado y no el de la república el que le tenga que entrar con todo el recurso para que esté funcionando con 250 camas nuevas

para el próximo mes. #QuéTeCostabaAMLO

 

DE ALEJANDRO N.

El ex funcionario del DIF acusado de violación agravada a un menor, y del que todos conocemos su apellido, se ha defendido no solamente en los términos en los que avanza (lentamente) su juicio. Es bastante obvio que paralelamente, a su favor, se ha emprendido una campaña de chantaje velado en el terreno mediático para intentar presionar socialmente al poder judicial y en especial a la terna de jueces que tienen en sus manos el impartir justicia en un tema tan vergonzoso como lamentable. Lo último del caso es que ayer jueves en las circunstancias más extrañas e inexplicables se cambió al representante y defensor de la víctima. #HueleAgatoEncerrado

 

EL GRAN FONDO DEL GRAN FONDO

Ayer profusamente circuló la novedad respecto a que el ciclista Nairo Quintana había sido señalado de usar “sustancias prohibidas” durante su participación en el Tour de Francia. El asunto de inmediato se quiso usar para desestimar el evento que se llevará a cabo en la capital potosina del 21 al 23 de octubre próximos, no obstante fuentes cercanas al propio ciclista han revelado que la “sustancia prohibida” que se supone consumió el atleta es Tramadol (que rico) y está prohibida para los competidores no porque los “ayude” sino porque “aletarga” su desempeño. De acuerdo al propio Nairo Quintana, dicha penalización será combatida y no pone en riesgo en absoluto el desarrollo del evento en esta ciudad de los jardines. #SacaElTramadolNairo

 

GOVÉA

Como gritón de la feria pero sin colchas que vender anda Eugenio Govéa Arcos, que desde una silla que ya casi le quitan en su partido el MC, anda lanzando señalamientos de esos exagerados y escandalosos. El todavía “líder” de los naranjas en el Estado, aseguró –entre otras cosas que asegura pero no prueba- que los alcaldes están siendo presionados para cambiarse al partido Verde porque de otra manera no les da recursos el Estado. Dice eso el mismo Eugenio el que abandonó el PAN, el que quiere seguir recibiendo las prerrogativas del partido que ha dirigido por años y hasta la renta que se auto-paga por la sede del instituto político y el que por sexenios “pactaba” con los gobiernos en turno a su favor. Sería mejor que el buen y hábil Eugenio mejor sugiera a los alcaldes de su partido que se pongan a trabajar, que presenten proyectos para que se les destinen recursos y no solamente anden de borrachines (ay me mordí) como su alcalde de Mexquitic. ¿Y así quieren construir oposición? No pues si está canijo. #ConRazónLosResultados

 

BUENA CHAMBA EN EL PALENQUE

El equipo PROPEES, mi hermanito Mike, Clemente, el ingeniero y todo su equipo se han rifado en serio para ofrecer buenos espectáculos, seguridad, facilidades y hasta mesas de entretenimiento en esta edición de la Fenapo. En el Palenque no se han registrado quejas ni incidentes mayores y las ventas reflejan la confianza de la gente en su empresa. (Mejor di que quieres boletos Jorge… jajaja) #Felicidades

 

Hijos de mi alma impura: es todo por el momento porque además es viernes y a esta hora ya me entran los malos pensamientos. Me voy corriendo pues a Fenapo a meditar profundamente para ver si así domino esas tempestades de mi alma.

Hasta la próxima

Atentamente,

Jorge Saldaña.

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#4 Tiempos

El pasado vestido de visitante | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

Hay noches que no necesitan presentación, porque desde que amanece, el aire se siente distinto. Hoy es una de esas. San Luis juega en casa y enfrente no tiene a cualquiera: tiene al Monterrey, uno de los planteles más poderosos del país, pero sobre todo, tiene enfrente al pasado vestido de visitante. Domenec Torrent, aquel técnico que se fue dejando una sensación de proyecto inconcluso, regresa al Alfonso Lastras. Y no lo hace solo: lo acompaña Sergio Ramos, leyenda del fútbol mundial, que hoy pisa el mismo césped que tantas veces fue testigo del esfuerzo potosino. Es viernes, sí, pero de esos que huelen a domingo, a noche grande, a historia por escribirse.

El San Luis llega con cosas por ajustar, sí, pero también con certezas. La estructura que propuso Abascal en su debut tuvo orden, supo competir. La presión en bloque medio, la disciplina para cerrar líneas de pase y la paciencia para esperar el error del rival no son casualidades, son decisiones. San Luis sabe que no puede ganar desde la nómina, pero sí puede competir desde el plan. Y eso es algo que este equipo ha aprendido a hacer. Tiene jugadores con criterio, como Salles-Lamonge, que puede inventar algo cuando el partido parece trabado. Tiene futbolistas como Rodrigo Dourado, que saben cómo hacer que el rival se incomode, cómo romper el ritmo desde una barrida o una cobertura. Y tiene juventud con hambre, como Román Torres, que cada vez se siente más cómodo en este rol de vertical, rápido, incómodo.

Del otro lado está Monterrey, que viene golpeado por una derrota sorpresiva ante Pachuca, pero que no deja de ser uno de los equipos con más talento individual en toda la liga. Con nombres que pesan en cualquier cancha: Tecatito, Berterame, Jesús Gallardo, Maxi Meza, Alvarado… y ahora, el propio Ramos. Un central con décadas de experiencia al más alto nivel, un tipo que probablemente haya jugado partidos más difíciles en una semana que muchos de sus compañeros en un año. Su presencia no sólo impone desde lo físico; impone desde lo mental. Es un líder que ordena, que corrige, que exige. Hoy, esa jerarquía se pondrá a prueba en una cancha que, aunque pequeña en comparación con los grandes estadios europeos, sabe hacerse sentir.

Y ahí está el meollo del asunto. El partido no se va a jugar sólo en lo táctico. Se va a jugar también en las emociones. Torrent vuelve a la ciudad donde muchos lo consideraban el arquitecto de un equipo en crecimiento. Lo hará desde el banquillo contrario, pero con una libreta llena de apuntes sobre cómo se juega en esta cancha, sobre cómo respira la afición, sobre cómo reaccionan los jugadores locales en ciertas situaciones. Su regreso tiene algo de morbo y mucho de expectativa. ¿Qué tan bien conoce a su exequipo? ¿Podrá utilizar esa información para desnivelar? ¿O será la motivación del grupo potosino lo que incline la balanza?

El partido pinta para cerrarse rápido en la mitad del campo. San Luis no va a regalar espacios. Monterrey tampoco va a lanzarse como loco. La clave estará en quién tenga más paciencia. En quién logre imponer su ritmo. En quién sepa leer los momentos. Si los locales logran contener los primeros intentos rayados y mantener el cero, la confianza irá creciendo. Si Monterrey golpea temprano, entonces cambiará todo el escenario.

No hay partido fácil en esta liga. Pero hay partidos que se sienten diferentes. Y este lo es. Porque tiene historia reciente, porque tiene narrativa, porque tiene regreso y debut, porque tiene al Alfonso Lastras latiendo más fuerte. Y porque hoy, más que nunca, la gente de San Luis quiere creer que este equipo puede plantarse ante cualquiera. Que puede competir, que puede ganar. Que puede hacer historia, incluso si es apenas la jornada dos.

Esta noche el balón rodará con intensidad. Y con él, rodará también la memoria. Porque quizá con el tiempo, alguien recuerde que un viernes cualquiera de julio, en San Luis Potosí, se jugó un partido que no parecía importante… pero terminó siéndolo todo.

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#4 Tiempos

El experimento de Carrillo que abrió la puerta a un nuevo universo musical | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

El pasado 13 de julio se cumplieron ciento treinta años del trascendental experimento donde Julián Carrillo dividió el tono en dieciséis partes obteniendo lo que llamó el Sonido 13 que se agregaba a los doce sonidos conocidos hasta ese entonces, 1895 y al mismo tiempo expandía en noventa seis los sonidos en la octava musical. Carrillo abrió la puerta a un nuevo universo musical, y gracias a la genialidad de su autor logró convertirse en todo un sistema que a últimas fechas ha recobrado especial interés a nivel mundial.

A partir de ese experimento Carrillo desarrolló su teoría del Sonido 13 que revolucionaria el mundo de la música. Controvertidas teorías que causaron en el país, principalmente, a diferencia de otras partes del mundo, un rechazo a la figura y obra de Julián Carrillo que perdura de cierta manera a la fecha, desvirtuando la importancia de ese simple experimento que realizó con la ayuda del violín abocándose a dividir la cuarta cuerda del violín sucesivamente hasta los límites prácticos de ese proceso.

Uno de los puntos que suele criticársele a Julián Carrillo, es el del descubrimiento, por decirlo así, del microtonalismo, suele asegurarse que una gran cantidad de personajes trabajaban en ese aspecto y que habían logrado hacerlo, o bien que sistemas como el hindú y algunos otros tenían música microtonal. Por otro lado, suele cuestionarse también, que fuera justo el 13 de julio de 1895, sin que nadie lo viera y sin que en ese momento se registrara el acontecimiento, salvo, el dicho del propio Carrillo que menciona el descubrimiento y que recurre a uno de sus condiscípulos como testigo de dicho experimento.

Se tacha de chocante la crónica difundida por el propio Carrillo. Esta situación, suele desvirtuar el propio acontecimiento, pues el experimento como tal, fue más allá de su simple realización, abrió la posibilidad de la discusión teórica y experimental acerca del sistema musical en práctica; mientras otros personajes trataban de lograr los cuartos de tono, Carrillo logró los diesiceisavos de tono y desarrolló las respectivas teorías que le permitieron enriquecer, simplificar y purificar la música, construyó nuevos instrumentos únicos en el mundo, ideó un nuevo sistema de escritura musical, escribió música en sistema microtonal demostrando su posibilidad interpretativa y auditiva, e incorporó las importantes y poco estudiadas leyes de metamorfosis musical. Todo ello forma parte del llamado Sonido 13. Existen todas las evidencias contextuales para asegurar, no solo la posibilidad de realización de dicho experimento, sino, los factores necesarios para que una personalidad como la del entonces joven Carrillo, pudiera llegar a la conclusión de la división del tono en dieciséis partes iguales, dieciseisavos de tono.

En San Luis Potosí Carrillo fincaba esa inquietud con la acústica musical y preparaba el terreno para experimentar con el sonido y la dependencia de la frecuencia con sistema de ondas estacionarias como suceden al vibrar una cuerda cualquiera.

Un niño entusiasmado por la música, que comenzaba a manifestar un especial talento por la misma, en una clase donde de cierta forma se le permitía jugar con elementos a su alcance, soñando y desplegando su espíritu inquisidor, le abría la posibilidad de experimentar mediante el juego, moldeando su ingenio. De esta forma, al decir de su maestro de primeras letras Germán Faz en la Escuela número nueve de San Sebastián, Carrillo solía jugar con una de las cintas de su zapato, que entonces tenían un núcleo de resorte, haciéndola vibrar sosteniendo con la boca uno de sus extremos y con la mano el otro de ellos, produciendo sonidos que podía percibir, se moldeaba, como decíamos, el futuro investigador. Por cierto, su profesor comentaba muchos años después, ya cuando se propagaba intensamente las teorías del Sonido 13, que éste, de cierta forma, pudo haberse fraguado en esos regulares juegos con las cintas de su zapato que realizaba el niño Julián, mientras trascurrían las lecciones diarias de aritmética. En ese juego Carrillo podría observar que el sonido producido por la cuerda de su zapato dependía de la forma en que la tensionaba y de la longitud que controlaba con su mano, tal como lo haría con el violín, poco tiempo después, armando notas que deleitaban al oído.

El propio Julián Carrillo en sus escritos en el libro pláticas musicales que editó en 1923 en su volumen dos refiere detalles contextuales del experimento y el nombre del discípulo que ayudó en ese experimento:

“en el último lustro del siglo pasado y queriendo ver si era posible dividir el semitono, intenté con mi discípulo y amigo Eucario Rodríguez, de Guanajuato, un trabajo de experimentación y de una manera primitiva -supuesto que carecíamos de medios apropiados para ello- logramos, subdividiendo la cuerda de un violín con el filo de una navaja, oír entre las notas Sol y La de la cuarta cuerda dieciséis sonidos distintos perfectamente claros”.

El Sonido 13 es mas que este experimento, tiene una estructura compleja que Carrillo desarrollo y cuya epistemología se basa en tres axiomas derivados básicos que se centran en el compromiso o, los principios, de Simplificación, de Purificación y de Enriquecimiento, que Carrillo llamó postulados.

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La decadencia de la risa | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

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LETRAS mínúsculas

Ya a finales del siglo XIX, Eça de Querioz (1845-1900), el famoso novelista portugués, se quejaba de lo poco que nos reímos los modernos, lamentándose de que lo que él llamó «la risa antigua» estuviera en vías de franca desaparición. «Nosotros –escribió en un ensayo muy poco conocido-, hijos de este siglo serio, perdimos el don divino de la risa. ¡Ya nadie ríe! Casi ya nadie sonríe siquiera, porque lo que queda de la antigua sonrisa, fina y viva, tan celebrada por los poetas del siglo XVIII, o de la sonrisa lánguida y húmeda que encantó al romanticismo, apenas es un entreabrir lento y helado de los labios que, por el esfuerzo con que se contraen, parecen muertos o de hierro».

Sí, cada vez reímos menos, y, como dije en otra ocasión, si en algo aventajamos a los hombres y mujeres de otras épocas es en nuestra seriedad, que no es meditativa ni religiosa, sino triste, culpable y mortecina: una seriedad, para decirlo ya, muy parecida a la de los cadáveres.

Sigue diciendo el novelista: «Nunca más he vuelto a oír esa carcajada magnífica de mi infancia. Lo que hoy se escucha es a veces una sonrisa cascada, seca, dura, áspera, corta, que sale a través de una resistencia, como arrancada por unas cosquillas, y que bruscamente muere, dejando los rostros mudos y fríos. ¡He aquí la risotada de nuestro siglo!».

La alegría, hoy, ha acabado convirtiéndose en un lujo; y, si no me cree usted, si mi afirmación le parece exagerada, pregunte a sus vecinos si son felices para que obtenga un centenar de respuestas como ésta: «¿Feliz yo? ¡Cómo se le ocurre, estimado señor!». Y se pondrán a hablarle del trabajo –tan mal pagado-, del cambio climático, de la delincuencia organizada o del estrés. ¡Y conste que hoy tenemos casi todo aquello de los que nuestros antepasados carecieron! Las cajas de música de mi infancia tocaban sólo una canción, y, para colmo, había que darles cuerda; las cajas de música de los muchachos de hoy tocan –o al menos pueden hacerlo- hasta 20 o 30 000 canciones, pero no por eso el corazón de estos muchachos se ha vuelto más alegre, más musical. ¡Qué rostro más avejentado pasean por las autopistas de la vida! ¿Sonreír? No, gracias. La verdad es que ni siquiera se les ocurre.

«Nadie ríe –continúa Eça de Queiroz-, y nadie quiere reír. Tenemos todos el indefinible sentimiento de que la risa estridente y clara desentona con la atmósfera moral de nuestro tiempo». Y se pregunta: «¿De dónde proviene esta desoladora decadencia de la risa? Habría que componer un estudio sobre la Psicología de la taciturnidad contemporánea».

Algún día, si no cambio de parecer, escribiré esa psicología de la tristeza que invita a hacer a sus lectores el autor de La ciudad y las sirenas. Dicho tratado deberá responder a las siguientes preguntas: 1. «¿Por qué estamos hoy tan endiabladamente tristes?»; 2. «¿Quién nos ha robado el mes de abril?»; 3. «¿Por qué razón nos hemos vuelto tan huraños y tan antipáticos?», etcétera.

Que esto es así –es decir, que hoy estamos los hombres más tristes que nunca- lo dicen incuso autores bastante enterados de los problemas de nuestra época. He aquí, por ejemplo, lo que escribió el doctor Luis Rojas Marcos en un libro que apareció en las librerías casi cien años después de que lo hiciera ese ensayo de Eça de Quieroz que hemos venido citando; el libro en cuestión se titula La pareja rota y dice así en una de sus páginas:

«Desde finales de los años sesenta ha brillado la generación del yo, el culto al individuo, a sus libertades y a su cuerpo, y la devoción al éxito personal. La dolencia cultural que padecemos desde entonces es el narcisismo, aunque según dan a entender estudios recientes, la comunidad de Occidente está siendo invadida ahora por un nuevo mal colectivo: la depresión. La prevalencia del síndrome depresivo está aumentando en los países industrializados, y las nuevas generaciones son las más vulnerables a esta aflicción. Así, la probabilidad de que una persona nacida después de 1955 sufra en algún momento de su vida de profundos sentimientos de tristeza, apatía, desesperanza, impotencia o autodesprecio, es el doble que la de sus padres y el triple que la de sus abuelos. En Estados Unidos y en ciertos países europeos, concretamente, sólo un 1 por 100 de las personas nacidas antes de 1905 sufrían de depresión grave antes de los setenta y cinco años de edad, mientras que entre los nacidos después de 1955 hay un 6 por 100 que padece de esta afección».

¡Dios mío, lo doble de tristes que nuestros padres y lo tripe de ansiosos que nuestros abuelos! ¡Pero si tenemos todo lo que ellos no tuvieron!…

¿Cuáles son las causas de tanta tristeza? Eça de Queiroz aventura la siguiente respuesta: «Yo pienso que la risa acabó porque la humanidad se entristeció. Y se entristeció a causa de su inmensa civilización…, pues cuanto más culta es una sociedad, más triste es su faz. Hemos perdido la simplicidad y, con ella, la risa». Y termina diciendo al lector: «¿Quieres un humilde consejo? Abandona tu laberinto, entra de nuevo en la naturaleza, no te compliques con tantas máquinas, no te sutilices con tantos análisis; vive una buena vida de padre próvido que trabaja la tierra, y reconquistarás, con la salud y con la libertad, el don augusto de reír».

Así termina el famoso novelista. Pero no, no nos convence el consejo, ni creo que se consiga mucho abandonando el laberinto (y, por lo demás, ¿quién podría hacerlo?). Según yo, lo que nos ha quitado «el don augusto de reír» no es el exceso de civilización, sino nuestra falta de religión. ¡Ah, si de veras creyéramos en un Dios que nos protege y nos cuida, cómo nos reiríamos de nuestros pequeños problemas! Es decir, reiríamos. Veríamos entonces las cosas desde esa lejanía sin la cual la risa es imposible. ¿No se ha dicho muchas veces que la risa nace del distanciamiento, de ver las cosas desde cierta altura? Pues bien, si esto es así, sólo Dios y los que creen en Él pueden reír de veras con esa explosión de regocijo que conoció Eça de Quieroz cuando era niño, es decir, cuando los hombres aún tenían fe…

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