noviembre 27, 2025

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#4 Tiempos

Las convicciones no sirven de nada | Columna de Óscar Esquivel

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Desafinando

Todos contra todos convivimos

 

Las llamadas constantes a que un gobernante se someta a sus propias convicciones son solicitadas a cada momento por la sociedad a quien gobierna, se dice que las condiciones se convierten en peligrosas enemigas de la verdad y hasta de las mismas mentiras. Existen convicciones positivas, otras no tanto. Existen algunas que provienen de la mente y el corazón y otras que solo que salen de la boca, solo cómplices los labios que generan posturas débiles, sin vigor, ni mucho menos de intensidad, donde permea la conciencia de la persona.

Las convicciones personales podrían ser puras, auténticas, de mucha espiritualidad, casi religiosas. Como cuando padre que observa a su hijo realizar una carrera que será la base para su futuro, y está convencido de ello. Lo peor vendría si el hijo solo observó las inquietudes y exigencias de su padre, el propio hijo no se convenció nunca que el estudio de esa profesión sería su futuro, entonces la intervención del padre concluyó erróneamente que su vástago sería igual o mejor que él.

Las convicciones no se heredan, se transmiten tratando de convencer al prójimo. Una cosa es verdad: “La necedad es disgustarse con alguien por sus convicciones”, dice José María Vigil.

La debilidad de las convicciones de muchos hace que el mundo no se ponga de acuerdo en cómo resolver los grandes problemas externos o de nuestro país. El estado no está exento de ello, tenemos una sociedad de logros individuales. 120 millones de mexicanos tienen su propia razón, algunos movidos por sus posturas de militancia en algún partido político, las religiones hacen lo suyo, los grupos de ONG… ¡vamos! Cualquier agrupación tiene la certeza de aportar con base en su idea de vida la búsqueda de la verdad.

En México parecemos que tenemos la enfermedad de la “conviccionitis” y no debemos hacernos a la idea que somos los únicos que podemos adoptar posturas diferentes y entender bien las forma de externar nuestro pensar hacia cualquier persona. Carecemos de la humildad que nos da al entablar un diálogo sin arrollar al otro, sin someter su voluntad. De esta manera nos hemos puesto en la locura de no jalar para un mismo lado, somos tan individualistas que la necedad no impide ver los puntos de coincidencias y crecer por el bien de la sociedad.

Creemos que vivimos en convivencia, pero somos tan delicados que somos, a su vez, “íntimos compadres”. “En las relaciones entre personas finas y delicadas, que se han hecho íntimas, hay mezcla extraordinaria. El temor a no ser comprendido con el pánico a ser comprendido… exigimos comprensión sin ofrecer la anuencia a un hombre que explica sus convicciones, no olvides que yo me veo en tu actitud y no quiero ver nada insoportable en ella, así sea la mejor de las convicciones… Sea tu silencio un espejo sin defectos” Paul Valery.

 

DESPRECIO POR EL MEXICANO ARTESANO

Complicado de entender y fácil de digerir los momentos que pasamos. Fácil, porque este mundo ciudadanizado, todólogo, opinador y juzgador de las acciones de los demás, han llevado a un libertinaje disipado de ideas sin sustento. Hace unos días se develó un busto de Benito Juárez en el municipio más pobre de San Luis, San Antonio. De inmediato las redes sociales prácticamente se volcaron a la burla, “no se parece al Benemérito” “parece ET”, “es una ofensa a Juárez” “somos el hazme reír del mundo” pero esta sociedad de sabios se olvidaron de que quién realizó tal escultura es precisamente un artesano de Escalerillas, ARTESANO. Es un artista que trabaja con las manos posiblemente sin estudios académicos en arte, sus conocimientos son heredados de generación en generación, normalmente las piezas no son iguales y no tienen procesos industrializados.

Primero, viniendo de esto creo que la sociedad carece de una formación de apreciación de arte y después, de civismo, pues hay una nula formación cultural. Podría no gustar el producto final del artesano, pero la descalificación de su aportación de parte de jaurías de incultos demostraron su falta de empatía por el arte y la cultura mexicana. Se me antoja pensar que son aquellos que realizan algún viaje a algún lugar turístico y compran artesanía hecha en china creyendo que es realizada en la región y todavía les regatean el precio al comerciante. Eso, para un servidor es racismo. Se preguntan los pregoneros del perfeccionismo ¿por qué no la realizó Miguel Ángel Buonarroti? Desconociendo que murió hace 500 años. Se les nota como diría un maestro “el nopal en la cabeza”.

Potosinos, mejor visiten museos, vayan a exposiciones y quítense de la mente que solo existe el Rap o la farándula de TV y Novelas.

 

LA NECEDAD DEL TODO

La razón de no tener orden, disciplina o tal vez cansancio, solo ellos lo saben, pero ha provocado que las autoridades encargadas de la seguridad pública sea blanco de las más duras críticas, bien merecidas.

La sociedad exige resultados, como ejemplo, si existe tanto robo perpetrados en automóviles con vidrios polarizados grado 90, ¿porque ser tolerantes? Se debe exigir que se eliminen o bajen el grado de polarización so pena de sacarlos de circulación. Circulan cientos de automóviles sin placas sobre todos de “chicos Lomas” a quienes ni los agentes los detienen por ser autos de alta agama, simplemente los ven pasar. Los autos chocolate: intocables, según esto están registrados en organizaciones populares. Bueno, pues solicitarles a esas organizaciones sus registros, algunos dirán es “reconocerles como autoridad” pero, ¿es mejor reconocer la organización o tener delincuencia en potencia?

Un secuestro en pleno estacionamiento de un centro comercial donde regresaron, afortunadamente, con vida a toda la familia genera incertidumbre y sin embargo, crea zozobra en la población. Si ya regresaron con bien las personas, qué les cuesta dar a conocer el estado y la forma de operación de los delincuentes para tener precauciones, o si fue otro tipo de caso como el problema familiar.

Sobre una familia de médicos con un pequeño desaparecidos en Rioverde, si bien la secrecía es importante en estos casos, lo policía debe informar de avances. Esto se hace en muchas ciudades del mundo y en ocasiones ayuda a resolver el crimen. Afortunadamente la familia apareció después de cuatro días confinados en un hotel, pero insistimos, se de igual manera si la ciudadanía no se entera de cómo tratar de evitar las extorsiones y otorga sus datos a cualquier persona o negocio, como en este caso la aplicación de viajes brooklyn.com, o ¿cómo sabrían los delincuentes de sus reservaciones en el hotel de Rioverde?, a menos eso manifestaron sus familiares durante la búsqueda. Tomen sus precauciones por favor.

Pareciera que están vacunados de sentido común o simplemente la comunicación social llevada por “expertos” no funciona o no les interesa que en la entidad haya conmoción social. Feminicidios, trata, robos, secuestros resueltos o no, la sociedad como una esponja se va llenando, de miedos primero, después envalentonada cambiará el miedo, por venganza. Ahí están los linchamientos que tanto perturban al gobierno.

La comunicación social puede ser la diferencia entre el miedo de la población o la colaboración con el gobierno.

 

Nos saludamos pronto

 

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#4 Tiempos

“México, esta niebla que arde” | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

Culto Público, si no han leído la novela “Niebla Ardiente” de la muy joven escritora, Laura Baeza, les recomiendo hacerlo como desde ayer

Tuve la oportunidad de conocer a Laura personalmente hará unos cuatro años, ¿Qué les digo? Una de esas circunstancias alineadas que convergieron en el segundo piso de la librería Gandhi del centro, la de los Arcos Ipiña.

Fue en un taller breve de escritura creativa previo a la presentación formal de su libro, el que les recomiendo. Si conocerla fue una circunstancia, convivir con ella e intercambiar casualidades fue de plano como regalo de estrella fugaz.

Fui de los selectos y afortunados que en grupo terminamos sentados con ella en “La Oruga y la Cebada” en el Callejón San Francisco, conversando sobre lo que duele y lo que salva, entre un par de cervezas y una cena sencilla.

Ella me firmó su libro con una frase que ahora, en este 25 de noviembre, regresó a mi atormentada cabeza: “A Jorge, que siempre nos una el deseo por hallar algo más en esta realidad tan rara…con todo cariño, Laura Baeza”. El momento de por sí, ya era una realidad rara.

A la distancia, empiezo a creer que su frase fue más que optimismo, y es más un deber moral, y es que su ficción (vuelta a releer en estos días) se parece demasiado a México.

No es “spoiler” (o como se diga) pero “Niebla Ardiente” detalla el regreso de su protagonista Esther a México pensando en encontrar a su hermana Irene, quien había desaparecido hace años, y a quien creía muerta, cuando de la nada, un primero de enero en un reportaje que vio en la televisión, Esther la reconoce en una marcha y se lanza en su búsqueda.

Pero la novela, la primera de Laura (y creo que premiada) realmente no comienza allí. Comienza donde casi todas las historias de violencia en este país empiezan: en los pasillos de la burocracia, en los que los papeles cuentan más que las personas.

Esther aparece en un México reconocible para cualquiera: expedientes mutilados, archivos “perdidos”, oficinas donde la verdad siempre llega después de que las secretarias coman sus gorditas grasosas y funcionarios que usan el futuro para encubrir lo que nunca harán.

Es en esa atmósfera donde la desaparición deja de ser un crimen y se convierte en un proceso. Como alguien escribió: los países se definen por cómo recuerdan; México, al parecer, se define en cómo olvida.

En medio de esa maquinaria oxidada, Esther descubre a un policía. No es un héroe: es un hombre cansado que simplemente no rompe las reglas pero las dobla para que la realidad duela un poco menos. Ese personaje era como algo que escribió una pensadora feminista de la que en este momento no recuerdo su nombre “la dignidad aparece cuando alguien no mira hacia otro lado”.

En fin, siguiendo con la novela y nuestra realidad, este policía mira. Acompaña. Abre una grieta. Y sin embargo, ni siquiera es lo suficientemente poderoso para luchar contra un país donde las fosas clandestinas actúan como el archivo nacional.

La comparativa y reflexión con la novela va porque hoy es 25 de noviembre y México sigue siendo esa tierra donde la violencia parece que no importa, sino que se repite. Casi 2 feminicidios cada día. 3,284 mujeres asesinadas en 2024. 89% de impunidad. Una agresión física cada siete minutos. Más de 10 millones de mujeres violentadas digitalmente. En San Luis Potosí, 24,000 víctimas por cada 100,000 mujeres.

Uno quisiera creer que estos números son de un país lejano, pero no. Están aquí, sobre las mismas banquetas que caminamos todos los días. Ese es el verdadero crimen de México: haber entrenado a la gente para no sorprenderse.

Sí, no se debe negar que mucho se ha hecho pero poco alivia (hoy casi todos los gobiernos e instituciones hablan de esto, pero mañana la rutina sigue).

Sí, con la llegada de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta de México, llegaron todas…excepto las que no alcanzaron a llegar porque les truncaron la vida.

El nuestro, es un país donde buscar es amor—y protesta.

Igual que como ocurre en la novela de Laura, que no describe un país imaginado sino nuestro México. Uno donde las hermanas encuentran hermanas, donde las madres encuentran hijas, donde las mujeres salvan mujeres. Un país donde todavía hay justicia, pero casi siempre fuera de los edificios públicos.

Y así como Esther enfrenta la niebla, miles enfrentan la opacidad del Estado día tras día: ventanas cerradas, sistemas incompatibles, versiones contradictorias, funcionarios que deletrean la palabra “protocolo” como si lanzaran un hechizo contra la verdad.

México es hogar de una burocracia tan grande que hasta la violencia tiene formularios que completar.

Tras varios años de no recordar la anécdota con la escritora, hoy vuelvo a esa dedicatoria: “encontrar algo más en esta extraña realidad…”

Ese “algo más” no es una esperanza ingenua. Es algo que se parece más a la obligación de nunca acostumbrarse, “la memoria es la única defensa contra la repetición del horror”.

Por esa razón, espero, que por cada mujer desaparecida o mujer luchando por no desaparecer, o lidiando contra cualquier tipo de violencia, recordemos que la niebla espesa arde. Y que si arde, es porque la herida está abierta.

Hasta la próxima. Jorge Saldaña.

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#4 Tiempos

Diego José Abad ilustre formador de potosinos | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

El majestuoso edificio central de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí que fuera construido en el siglo XVII y alojara a la Compañía de Jesús se convertiría en un edificio característico de la educación en San Luis Potosí. En ese edificio funcionaría el Colegio de San Ignacio de la Compañía de Jesús orientado principalmente a la educación de primeras letras; posteriormente se establecería en dicho edificio el Colegio Guadalupano Josefino instaurado por Gorriño y Arduengo siendo el primer establecimiento de educación secundaria o superior en San Luis, dando paso posteriormente, al reinstaurarse la República al Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí que se convertiría en el primer establecimiento en obtener la autonomía universitaria dando paso así, en el mismo edificio, a la actual Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

De los profesores ilustres que tendría el Colegio de San Ignacio de San Luis Potosí, se encuentra Diego José Abad, uno de los impulsores del pensamiento moderno en México y que tuviera influencia del jesuita Rafael Campoy, también profesor en San Luis Potosí y de quien tratamos en anterior entrega de El Cronopio en La Orquesta.

La física, o filosofía natural, formaba parte del cuerpo de temas de la filosofía en los cursos que de ella se realizaban en Nueva España y se dedicaba una parte a la lectura de temas de física, principalmente la aristotélica. De esta forma existirían manuscritos sobre la física como parte de cursos de filosofía, situación que se haría común, al ser redactados apuntes para los diversos cursos que se ofrecerían en Nueva España. La mayoría de esos textos se encuentran perdidos, pero existen las referencias que aseguran su presencia, los cuales fueron escritos, en su mayoría, por sacerdotes y frailes que pertenecían a diferentes órdenes religiosas.

Diego José Abad, puede considerarse el más profundo de los jesuitas innovadores; su Curso fue muy influyente, es bastante completo y se ven por todas partes las influencias modernas. Este curso, que ya no lleva el nombre de Cursus Philosophicus

, sino simplemente el de Philosophia, aparece en un manuscrito del Colegio de San Pedro y San Pablo de México, cuyo contenido se enseñó desde 1754 hasta 1756.

Comprende la lógica, la física y la metafísica. Es el primer intento de asimilar (y no simplemente de atacar, como hasta entonces se hacía las más de las veces) las ideas modernas

. En particular, se refiere a Gassendi y los atomistas, y trata de conciliar el atomismo con el hilemorfismo aristotélico. Intenta hacer lo mismo con Descartes, opuesto al gassendismo.

Habla de la necesidad de construir la física con ayuda de la experimentación y la matemática. Acepta el atomismo en el campo físico, mas no en el metafísico. Dice que muchas ideas aristotélicas sobre el cielo han sido abandonadas por los escolásticos después del descubrimiento del telescopio, mediante el cual se han podido ver las manchas del Sol. Lo mismo en cuanto a la noción del vacío, después de los experimentos de Torricelli, Otón de Gericke y Roberto Boyle. Cita a Maignan, y mucho a Descartes en cuestiones de filosofía del hombre. Aunque las más de las veces defiende la tradición, ya se muestra abierto a integrar ideas de la filosofía moderna.

Fue profesor del Colegio de jesuitas de San Luis Potosí donde enseñó gramática a los potosinos y donde fincó su formación filosófica sin rechazar las ideas del pensamiento moderno, pero con una posición crítica.

Diego José Abad nació en Jiquilpan en 1727 y tras la expulsión de los jesuitas moriría en Bolonia en 1779.

Si se interesan en ubicar su obra en el ambiente cultural y científico de la Nueva España pueden consultar nuestro artículo: Manuscritos y libros Novohispanos y Mexicanos de Física y Filosofía Natural, en la dirección:

https://www.researchgate.net/publication/391327380_Manuscritos_y_libros_Novohispanos_y_Mexicanos_de_Fisica_y_Filosofia_Natural

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#4 Tiempos

Jesús duerme en la popa | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

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LETRAS minúsculas

 

“Al atardecer de ese mismo día, Jesús les dijo: ‘Crucemos a la otra orilla’. 
Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron a la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya. 
Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua.
Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal. 
Lo despertaron y le dijeron: ‘¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?’. Despertándose, él increpó al viento y dijo al mar: ‘¡Silencio! ¡Cállate!’. El viento se aplacó y sobrevino una gran calma. 
Después les dijo: ‘¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?’.
Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: ‘¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?’” (Marcos 4, 35-41).

Todavía hoy, cuando pareciera que hemos alcanzado el dominio total de la naturaleza, viajar por mar –no digo sobrevolándolo en un avión, sino cruzándolo en un barco- es una experiencia sobrecogedora. ¡Qué indefensa viaja nuestra embarcación por los caminos del océanoi¡! Y si durante la noche se desata una tormenta, tanto peor: aun el barco más grande no parece sino una cáscara de nuez. En 1912, los tripulantes del trasatlántico más lujoso y sofisticado del planeta creyeron que el mar, gracias al ingenio humano, estaba ya domesticado; sin embargo, no fue así, y debieron pronto de rendirse a la evidencia: el Titanic se hundía, y ellos con él y en él…

El mar era y sigue siendo el símbolo de lo indomesticable, de lo ingobernable, de lo terrible. Para los antiguos, el mar estaba poblado de monstruos horribles cuyo solo nombre helaba la sangre. Nosotros sabemos, más o menos, lo que son las olas, pero para los antiguos éstas eran el efecto del movimiento de las criaturas marinas. Ahora bien, si tal era el pensamiento de los antiguos, ¿qué de raro tiene que, ante el huracán, los discípulos se pusiesen a gritar, poseídos del pánico más espontáneo y sincero?

El mar es siempre terrible, sí, pero Dios es más grande que el mar. Únicamente Él puede calmarlo porque es el Señor de los elementos del mundo: “El Señor habló a Job desde la tormenta: ¿Quién cerró el mar con una puerta, cuando le puse un límite con puertas y cerrojos y le dije: ‘Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí se romperá la arrogancia de tus olas’ ”? (Job 38, 8-11).

Al crearlo, Dios puso al hombre un límite: “Podrás comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, pues, si lo haces, perecerás sin remedio” (Génesis 2, 16-17); y, al crear el mar, también le impuso un límite: “¡Hasta aquí llegarás! ¡De aquí no podrás pasar!”. Por eso, cuando Jesús calme la tormenta y las aguas se aquieten al puro mando de su voz, los discípulos se preguntarán unos a otros, maravillados: “¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!”.

Ahora bien, si sólo Dios puede apaciguar el mar, entonces… Entonces los discípulos, por así decirlo, empezaron a sacar conclusiones…

Un día, al atardecer… Así comienza el relato. Conviene tener presente, pues, que es ya de tarde, y que la oscuridad añadirá un punto de dramatismo a la escena que seguirá, ya dramática de por sí. Según éste, no es sólo que la barca fuese zarandeada por la tempestad: es que el agua se estaba metiendo ya por todas partes.

¿Y Jesús qué hace, mientras tanto? No hace nada. Él, a lo que parece, no se daba cuenta de lo que pasaba, pues “estaba dormido sobre un almohadón”. Los discípulos lo despertaron, y hay en su ruego una pizca de ironía, como si le dijeran: “Oye, Señor, esto va a pique. ¿Podrías hacernos el grandísimo favor de despertarte?”.

“Jesús se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: “¡Silencio, cállate!”. El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo: “¿Por qué son tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?”. Oligópistoi: así lo llama; con esta palabra griega los reconviene. Hombres asustadizos, apocados, temblorosos: gelatinas vivientes. Oligópistoi: hombres sin fe.

Los Padres de la Iglesia, hombres muy sagaces en la interpretación de la Escritura, vieron en esta tormenta una imagen de las agitaciones del corazón humano y compusieron bellísimos sermones en torno a este asunto. En una de sus Meditaciones (n. 37) dice así, por ejemplo, San Agustín (354-430):

¡Dios mío, mi corazón es como un ancho mar siempre agitado por las tempestades: haz que encuentre en ti la paz y el descaso. Tú has increpado al viento y al mar para que se calmaran, y a tu voz se han apaciguado; ven a poner paz en las agitaciones de mi corazón, a fin de que todo en mí sea sosiego y tranquilidad, para que pueda poseerte a ti, mi único bien… Oh Dios mío, que mi alma, libre de pensamientos tumultuosos, se esconda a la sombra de tus alas. Que encuentre junto a ti un lugar de refrigerio y de paz, y toda transportada de gozo pueda cantar: ‘Ahora puedo dormir y descansar en paz’… Mi alma no puede gozar de paz y seguridad, Dos mío, si no es bajo la protección de tus alas. Que ella permanezca, pues, en ti y sea abrasada con tu fuego”.

Ya se trate, pues, de agitaciones interiores, ya de percances exteriores, lo importante es esto: que Jesús y nosotros viajamos en la misma barca, y que aunque nos esté permitido algunas veces gritar, no nos lo está, por ningún motivo, desesperar. Aunque parezca que duerme, Dios vela por los suyos; en consecuencia –como ha dicho alguien-, cuando uno está “embarcado” con Jesús no hay nada que temer.

Jesús permanece cerca de los suyos y éstos pueden contar con su ayuda cercana a pesar de todas las apariencias en contra… Así pues, el peligro para los creyentes está en olvidarse de que están en camino y que Jesús les acompaña en el trayecto” (Joseph Imbach).

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