junio 26, 2025

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#4 Tiempos

El verano que pensé que sería divertido ver todos los estrenos del anime de la temporada – Parte 2 | Columna de Guille Carregha

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CRITICACIONES

EL VERANO QUE PENSÉ QUE SERÍA DIVERTIDO VER TODOS LOS ESTRENOS DE ANIME DE LA TEMPORADA PERO QUE, PRONTO, ME DI CUENTA DE MI TREMENDO ERROR CUANDO VI LA CANTIDAD DE SERIES QUE SE ESTRENABAN ESTE MES Y LO COMPARÉ CON LA EXTREMADAMENTE LIMITADA CANTIDAD DE HORAS LIBRES QUE EL CAPITALISMO DEL SIGLO XXI ME PERMITE TENER TODOS LOS DÍAS – PARTE 2

 

  1. Failure Frame: I Became the Strongest and Annihilated Everything with Low-Level Spells (TRES EPISODIOS)

Continuando con la tradición japonesa de “si vamos a hacer un anime para adolescentes, lo mejor sería que lo escribiéramos como sui fuéramos esos mismos adolescentes”, Failure Frame se puede definir como la serie edgy de la temporada. Por un lado, tenemos el hecho de que ABSOLUTAMENTE TODOS los personajes (que no sean una angelical, pura y virginal princesa), son los seres humanos más desagradables y deshumanizados del universo. La historia comienza con un grupo de preparatorianos que incluyen tremendos personajes con personalidades tipo “abuso a las personas que considero inferiores – y todos son inferiores”, o “no participo en el abuso, pero me río mucho en público de él e insto a mis amigos a burlarse conmigo” o el clásico “como líder de grupo, te pido que cuando abuses así a los plebeyos, lo hagas con cuidado para no manchar mi uniforme de sangre”, siendo transportados a otro mundo because reasons. Y ya, ahí, se desenvuelve como otro isekai del montón. Que si el rey malvado, que si cada uno tiene habilidades especiales, que si es una fantasía medieval más. Pero la que los invoca es una diosa medio encuerada (porque, si no hay fan service obsceno, ¿cómo sabremos que es para adolescentes?) que da la pinta de ser la mala de al final. Y para terminar de construir el pastel de adolescencia extrema, el protagonista es un man que “sufre mucho en la vida porque decidió ser bueno, y eso le ha causado ser la burla de la sociedad”. Procede entonces a matar todo lo que se le ponga enfrente envenenándolo lentamente. Pero como es magia no es feo ni cruel, así que sí podemos amarle.

Si un chico de 12 años llegara a contarles esta misma historia, diciendo que la escribió en su libreta de matemáticas a mitad de la clase de cívica y ética porque se dio cuenta que el mundo es injusto… creo nadie se sorprendería.

Pero a mi sí me sorprende que en el año del señor 2024 algo así se produzca. Aunque, claramente, no tiene mucho presupuesto. Más de la mitad del runtime de los episodios está animado con un CGI horroroso que, quizá, se hubiera visto muy bonito en un juego de PS2 en 2004. Ahorita, la neta no.

  1. Senpai Is An Otokonoko (CUATRO EPISODIOS)

Otokonoko es como se le conoce a la “subcultura” de chicos heterosexuales a quienes les gusta ir vestidos de niñas bonitas. OBVIAMENTE, el internet está dale y dale y dale que esto quiere decir que el personaje mencionado en el título es, de a huevísimo, transgénero. Y, a menos que la serie misma dentro de los próximos episodios me diga que quien está mal soy yo, me parece que tenemos aquí otro caso de “la media literacy se fue de sabático, cariño”. A pesar de que la humanidad vive en un mundo donde TODO son matices grises y rara vez las cosas son o blancas o negras, la comunidad en línea se empeña en leer equivocadamente lo que se le presenta en su cara para demarcar su “ESTO ES ASÍ, PORQUE ESTÁ DE MODA EL TEMA Y CLARO QUE ES SOBRE ESTE TEMA QUE YO NO SUPE LEER BIEN, PERO CREO QUE SÍ LEÍ BIEN, Y YO ESTOY BIEN Y TÚ ESTÁS MAL”. Bueno, al menos la parte de esa comunidad que tiene la habilidad de gritar más fuerte. Aunque sean menos, se hacen notar más.

Fuera de esa situación del discourse que sucede en línea sobre esta serie mientras la gente normal sigue con su vida sin meterse a Twitter y siendo felices, ES OTRA COMEDIA ROMÁNTICA DE PREPARATORIA CON UN TWIST. Ya a estas alturas del consume de anime regular no sé si existen más isekais o comedias de estas. Y de todas formas me atraganto viendo regularmente series de estos géneros como si no supiera exactamente hacia dónde me va a llevar la historia. Tanto así que apenas llevamos un tercio de esta serie transmitido y ya me veo poniéndola en algún lugar del top 5. O del top 6. Depende cómo se porten los demás estrenos.

Lo interesante aquí, el twist, es que una chica se enamora del protagonista otokonoko pensando que es mujer, mientras que el mejor amigo del protagonista TAMBIÉN se enamora de él deseando que fuera mujer. Y se forma el triángulo amoroso, y todos súper amiguísimos, y una cátedra contundente de “la gente es bien rara siempre, pero cuando aceptas que todos son bien raros siempre, la vida es más sencilla para todos los involucrados”. El estilo de arte y diseño de personajes está OK. Sigue la línea de anime de los 2020s que ya a veces se traspapela entre todas las series haciendo que todos los personajes se vean iguales sin importar qué anime veas, pero al menos tienen la decencia de hacer énfasis en las versiones super deformadas de los personajes al momento de hacer chistes y darnos más variedad visual. La serie está enfocada en ser tierna tanto interna como externamente, es wholesome to the max, y, aunque no resalta por los diseños, se esfuerza mucho en hacer metáforas y explicar detalles del tema principal de “aceptar las diferencias” con pequeños elementos gráficos que funcionan de lujo y son fáciles de notar. Además, la verdad si está chistosa.

  1. Quality Assurance In Another World (CUATRO EPISODIOS)

Efectivamente. Como dice ahí en el título, esta es OTRO isekai más. Y a que no adivinan su setting. EFECTIVAMENTE. Un mundo de aventura medieval con tropos de juegos RPG. ¿CÓMO SUPIERON? Si es súper novedoso este concepto. No es como que se haya estado repitiendo este patrón desde 2012 o algo así.

Aunque, una vez asumida la situación de que nos están dando el mismo atole con el mismo dedo, solo que repintado para que no nos demos cuenta, esta serie sí se esfuerza en ser un poco menos predecible y genérica que su competencia. Para empezar, explícitamente nos hace saber que estamos en un juego. O sea, no es un mundo real en donde la gente vive así y mágicamente el prota tiene la capacidad de hackear la realidad con menús de inventario y magia como si fuera Final Fantasy IV. Aquí es explícito la idea de que es un video juego. Obviamente es de realidad virtual. Y, obviamente, los humanos están atrapados en el juego sin saber cómo salir de ahí. De nuevo, 2012 habló, dice que por favor ya no repitan tan descaradamente tropos de hace más de una década.

Lo que hace que Quality Assurance sea más rescatable es que el personaje principal

  • No es un ente súper mega ultra poderoso con quien quieren acostarse todos los personajes femeninos en un instante
  • Se trata de un individuo que tiene el trabajo de testear TODO el universo del juego para encontrar bugs y reportarlos ante los creadores del juego.

Ya. Con eso se separa de ser otro clon de Sword Art Online pero con algún diferenciador pitero para que creas que hay variedad de ideas en la industria del anime.

Fuera de la premisa, también puedo rescatar que el estilo de arte y el diseño de personajes son verdaderamente bonitos. Quien sea que esté detrás de esas decisiones se esforzó en hacer resaltar visualmente a esta serie de las demás. El lineart de la serie está hecho para que parezca hecho a mano con errores y variaciones de grosor, la paleta de colores no está tan chillante ni es el grisáseo cafesoso con azules fuertes que se usa normalmente en los isekais del montón; realmente se esfuerzan. En especial con el diseño de monstruos y creaturas. No se parecen a las creaturas que se compran en los asset packs de Steam para programar tu primer videojuego sin saber dibujar ni codificar. El hecho de que todo tenga un aire de influencia clara de The Legend of Zelda: Breath of the Wild es un plus gigantesco.

Y, además, la historia es relativamente novedosa. En vez de ser el misterio de “por qué no podemos salir del juego” u otra historia de juego de la muerte donde “si mueres en el juego mueres en la vida real”, la serie se quiere tomar en serio la existencia del mundo digital y sus NPCs. De hecho, se enfoca en pintar como entes desagradables a quienes abusan de los sistemas de juego para aparentar ser más fuertes y poderosos, convirtiéndose así en dictadores reales de un mundo de mentira. Es como una posición extraña para tomar en un anime de este tipo, sobre todo tomando en cuenta lo divertido que es modificar tus propias partidas e instalar la mayor cantidad de cheats posibles (siempre y cuando no sea un juego competitivo en línea), pero me intriga de qué manera van a convencer a la audiencia de que es malo jugar con entes creados por código.

*SUCEDE EL EPISODIO CUATRO*

¡Ah! ¡Ya entendí cómo!

*Se siente mal por instalar mods y matar a los NPCs cuando juega*

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#4 Tiempos

La cuna de la comunicación inalámbrica es San Luis Potosí | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

En este mes de junio se cumplen ciento treinta y nueve años del desarrollo de la comunicación inalámbrica. Desarrollo que es netamente potosino aunque la historia oficial se lo asigne a Marconi que lo diera a conocer diez años después en 1896. El 11 de junio de 1886 Francisco Estrada recibía el privilegio (patente) para comunicar trenes en movimiento con la estación de trenes, asunto que implicaba la comunicación inalámbrica.

No queremos dejar el aniversario en el vacío y de nuevo retomamos este tema que hemos estado dando a conocer a través del estudio de la vida y obra de Francisco Javier Estrada Murguía, el físico mexicano más importante del siglo XIX y que naciera en San Luis Potosí en febrero de 1838.

Las aportaciones de Estrada son abundantes e importantes y muchas de ellas como primicia mundial sea en el ámbito de la electricidad o del magnetismo. Entre ellas la más trascendente es el desarrollo de la comunicación inalámbrica.

La historia de este acontecimiento científico es recogido en mi libro “La Cuna de la Comunicación Inalámbrica” que editara el fondo editorial Rafael Montejano y Aguiñaga en 2021 y que sale a luz después de vencer un sinfín de problemas administrativos como edición financiada por al autor en 2024.

Puede considerarse la obra más completa sobre Estrada en este tema de la comunicación inalámbrica y puede conseguirse con el propio autor en el correo [email protected]

Luis Guillermo Martínez que participó en la presentación del libro, escribe en la Jornada Semanal sobre el libro lo siguiente:

Sobre la formación de la industria en el proyecto de la modernidad, el problema se debe, precisa el autor, a la dependencia industrial con la que se constituyó nuestro país en las postrimerías del siglo XIX y comienzos del XX. De ahí también se explicaría por qué no se le concedió mayor importancia a los descubrimientos y adelantos de Estrada. Bajo el argumento que asegura una relación estrecha entre los avances del conocimiento tecnológico y la vida social, el autor afirma: “Esta relación puede observarse en las repercusiones económicas, de la vida social, la estructura de la familia y las actividades diarias que se desenvuelven en toda la sociedad.” Con esto se acerca en mucho a lo que planteó Marx al hablar de la “Maquinaria y la gran industria” cuando afirma que “la tecnología pone al descubierto el comportamiento activo del hombre con respecto a la naturaleza, el proceso de producción inmediato de su existencia, y con esto, asimismo, sus relaciones sociales de vida y las representaciones intelectuales que surgen de ellas.” ¿De qué manera se relaciona directamente el conocimiento científico y tecnológico con nuestra forma de vida actual? Por medio de la mercancía, la cual se produce gracias a dicha tecnología y se nos presenta como un hecho cotidiano al que nos enfrentamos de forma normalizada. Así, podemos comprender la forma mercantil desde otras perspectivas, ya no sólo como objetos útiles para nuestra vida cotidiana, sino como dinamizadores de nuestra socialidad, y esto es posible gracias a la tecnología que las sostiene o constituye.

Con sus experimentos sobre la reproducción técnica del sonido, Estrada fue puntal para el desarrollo y cambio radical de pensar estos problemas, que en la historia occidental empezaron con una tensión entre la reproducción y lo auténtico. En la actualidad, se dirime sobre la importancia de la forma de percibir el sonido reproducido técnicamente. La sensación fantasmagórica de escuchar a los que no están presentes, ya sea porque se encuentran lo suficientemente lejos para no oírlos de forma natural o porque ya no se encuentran vivos. También el fenómeno de traer al presente sonidos que fueron parte de otra época y, más aún, realizar un encabalgamiento con los sonidos actuales, algo similar a lo que en cine se conoce como montaje y que ahora en música se le llama sampleo, son elementales para los estudios de la filosofía y sus relaciones con la música. Más que Edison, Tesla y Marconi, estos problemas actuales los empieza a trazar Estrada, formando así, nos dice el autor de la obra, un trébol de cuatro hojas.

Agradecemos a Luis Guillermo Martínez sus comentarios y los invitamos a que se acerquen a la obra de este potosino distinguido que colocó al estado y al país en la palestra mundial a pesar del olvido sobre sus importantes contribuciones a la física que ahora marcan nuestras sociedades modernas.

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#4 Tiempos

La decadencia de la risa | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

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LETRAS minúsculas

Ya a finales del siglo XIX, Eça de Querioz (1845-1900), el famoso novelista portugués, se quejaba de lo poco que nos reímos los modernos, lamentándose de que lo que él llamó «la risa antigua» estuviera en vías de franca desaparición. «Nosotros –escribió en un ensayo muy poco conocido-, hijos de este siglo serio, perdimos el don divino de la risa. ¡Ya nadie ríe! Casi ya nadie sonríe siquiera, porque lo que queda de la antigua sonrisa, fina y viva, tan celebrada por los poetas del siglo XVIII, o de la sonrisa lánguida y húmeda que encantó al romanticismo, apenas es un entreabrir lento y helado de los labios que, por el esfuerzo con que se contraen, parecen muertos o de hierro».

Sí, cada vez reímos menos, y, como dije en otra ocasión, si en algo aventajamos a los hombres y mujeres de otras épocas es en nuestra seriedad, que no es meditativa ni religiosa, sino triste, culpable y mortecina: una seriedad, para decirlo ya, muy parecida a la de los cadáveres.

Sigue diciendo el novelista: «Nunca más he vuelto a oír esa carcajada magnífica de mi infancia. Lo que hoy se escucha es a veces una sonrisa cascada, seca, dura, áspera, corta, que sale a través de una resistencia, como arrancada por unas cosquillas, y que bruscamente muere, dejando los rostros mudos y fríos. ¡He aquí la risotada de nuestro siglo!».

La alegría, hoy, ha acabado convirtiéndose en un lujo; y, si no me cree usted, si mi afirmación le parece exagerada, pregunte a sus vecinos si son felices para que obtenga un centenar de respuestas como ésta: «¿Feliz yo? ¡Cómo se le ocurre, estimado señor!». Y se pondrán a hablarle del trabajo –tan mal pagado-, del cambio climático, de la delincuencia organizada o del estrés. ¡Y conste que hoy tenemos casi todo aquello de los que nuestros antepasados carecieron! Las cajas de música de mi infancia tocaban sólo una canción, y, para colmo, había que darles cuerda; las cajas de música de los muchachos de hoy tocan –o al menos pueden hacerlo- hasta 20 o 30 000 canciones, pero no por eso el corazón de estos muchachos se ha vuelto más alegre, más musical. ¡Qué rostro más avejentado pasean por las autopistas de la vida! ¿Sonreír? No, gracias. La verdad es que ni siquiera se les ocurre.

«Nadie ríe –continúa Eça de Queiroz-, y nadie quiere reír. Tenemos todos el indefinible sentimiento de que la risa estridente y clara desentona con la atmósfera moral de nuestro tiempo». Y se pregunta: «¿De dónde proviene esta desoladora decadencia de la risa? Habría que componer un estudio sobre la Psicología de la taciturnidad contemporánea».

Algún día, si no cambio de parecer, escribiré esa psicología de la tristeza que invita a hacer a sus lectores el autor de La ciudad y las sirenas. Dicho tratado deberá responder a las siguientes preguntas: 1. «¿Por qué estamos hoy tan endiabladamente tristes?»; 2. «¿Quién nos ha robado el mes de abril?»; 3. «¿Por qué razón nos hemos vuelto tan huraños y tan antipáticos?», etcétera.

Que esto es así –es decir, que hoy estamos los hombres más tristes que nunca- lo dicen incuso autores bastante enterados de los problemas de nuestra época. He aquí, por ejemplo, lo que escribió el doctor Luis Rojas Marcos en un libro que apareció en las librerías casi cien años después de que lo hiciera ese ensayo de Eça de Quieroz que hemos venido citando; el libro en cuestión se titula La pareja rota y dice así en una de sus páginas:

«Desde finales de los años sesenta ha brillado la generación del yo, el culto al individuo, a sus libertades y a su cuerpo, y la devoción al éxito personal. La dolencia cultural que padecemos desde entonces es el narcisismo, aunque según dan a entender estudios recientes, la comunidad de Occidente está siendo invadida ahora por un nuevo mal colectivo: la depresión. La prevalencia del síndrome depresivo está aumentando en los países industrializados, y las nuevas generaciones son las más vulnerables a esta aflicción. Así, la probabilidad de que una persona nacida después de 1955 sufra en algún momento de su vida de profundos sentimientos de tristeza, apatía, desesperanza, impotencia o autodesprecio, es el doble que la de sus padres y el triple que la de sus abuelos. En Estados Unidos y en ciertos países europeos, concretamente, sólo un 1 por 100 de las personas nacidas antes de 1905 sufrían de depresión grave antes de los setenta y cinco años de edad, mientras que entre los nacidos después de 1955 hay un 6 por 100 que padece de esta afección».

¡Dios mío, lo doble de tristes que nuestros padres y lo tripe de ansiosos que nuestros abuelos! ¡Pero si tenemos todo lo que ellos no tuvieron!…

¿Cuáles son las causas de tanta tristeza? Eça de Queiroz aventura la siguiente respuesta: «Yo pienso que la risa acabó porque la humanidad se entristeció. Y se entristeció a causa de su inmensa civilización…, pues cuanto más culta es una sociedad, más triste es su faz. Hemos perdido la simplicidad y, con ella, la risa». Y termina diciendo al lector: «¿Quieres un humilde consejo? Abandona tu laberinto, entra de nuevo en la naturaleza, no te compliques con tantas máquinas, no te sutilices con tantos análisis; vive una buena vida de padre próvido que trabaja la tierra, y reconquistarás, con la salud y con la libertad, el don augusto de reír».

Así termina el famoso novelista. Pero no, no nos convence el consejo, ni creo que se consiga mucho abandonando el laberinto (y, por lo demás, ¿quién podría hacerlo?). Según yo, lo que nos ha quitado «el don augusto de reír» no es el exceso de civilización, sino nuestra falta de religión. ¡Ah, si de veras creyéramos en un Dios que nos protege y nos cuida, cómo nos reiríamos de nuestros pequeños problemas! Es decir, reiríamos. Veríamos entonces las cosas desde esa lejanía sin la cual la risa es imposible. ¿No se ha dicho muchas veces que la risa nace del distanciamiento, de ver las cosas desde cierta altura? Pues bien, si esto es así, sólo Dios y los que creen en Él pueden reír de veras con esa explosión de regocijo que conoció Eça de Quieroz cuando era niño, es decir, cuando los hombres aún tenían fe…

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#4 Tiempos

El primer poeta potosino, Pedro de los Santos | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

Si bien desde los primeros años de la fundación existieron poetas en San Luis y se cultivó este género, como lo hemos tratado en anteriores entregas, estos personajes serían españoles avecindados en la ciudad; el primer poeta nacido en el siglo XVII en estas tierras en la ciudad de San Luis Potosí sería Pedro de los Santos.

Pedro de los Santos. Este personaje es uno de los nacidos en San Luis Potosí, nacería a mediados del siglo XVII; en 1699 era colegial de San Ildefonso y Familiar y Maestresala del virrey don Juan Ortega Montañés.

Emigraría muy joven a la ciudad de México, al parecer estudiaría también en la Real y Pontifica Universidad de México pues en su Romance aparece el título de Bachiller.

Su Romance es el único poema que se le conoce, fue escrito en 1700 y publicado en 1702 conociéndosele con el título de Romance en elogio a San Juan de Dios en las fiestas que hizo México por su canonización. Poema que tendría el segundo lugar en el certamen poético por la canonización de San Juan de la Cruz, que describió el Pbro. Br. Juan Antonio Ramírez Santibañez; donde se apunta: “El segundo lugar, se le dio al que puede tener plaza de Músico suave, pues tira gajes de cantor en el palacio de Apolo y ser Maestresala de las Musas, al Bachiller donde Pedro de los Santos, maestre de la sala del Exmo. Sr. Dr. Don Juan de Ortega Montañés, del Consejo de su majestad, arzobispo de México, segunda vez Virrey, Gobernador, Capitán General de esta Nueva España y Presidente de su Real Audiencia”.

El Padre Peñalosa asegura que en su poema “no faltan, en el romance, algunas características de la poesía barroca, entonces en pleno apogeo, como la hipérbole, las alusiones mitológicas, la bimembración distribuida en dos versos o tal cual detalle de la luz y de color; pero sin el poderío y la plasticidad, sin el ingenio y la audacia de la verdadera y grande poesía barroca”.

Al decir del Padre Peñalosa una copia fotostática de su romance se encuentra en el Archivo Histórico de San Luis Potosí.

En su romance, los últimos versos dicen:

la misma tormenta corre
haciendo que el aire ocupe
mejor sagrada saeta
del Ave de culpa inmune.

Con ella el piélago vence,
con ella el viento confunde
y no admira que con ella
el mismo Puerto salude.

Con ella pone en Granada
columnas que no caduquen
a las injurias del tiempo,
pues su caridad las sube.

Mereciendo mayor palma,
Porque puso en servidumbre
Al mar, no con armas fieras,
Sino con palabras dulces.

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