#4 Tiempos
El ruido de la vida | Columna de Juan Jesús Priego
LETRAS minúsculas
No se escribe impunemente. No se encierra uno en una habitación para llenar páginas y más páginas, alejado de todos, sin pagar después las consecuencias. ¿Hay algo que exija tanta soledad como la escritura? Se dice que las paredes de la habitación de Marcel Proust estaban forradas con una capa de corcho para evitar que llegaran hasta él los ruidos de la vida. ¡Ah! ¿Por qué encerrarse en un aposento mal aireado cuando la noche es tan fresca y la luna tan blanca? ¿Por qué escribir cuando se podría gozar? Se dice de otro escritor que, a la hora de ponerse al trabajo, se taponaba con algodón los oídos para que el rumor del exterior no turbara el orden de sus pensamientos; y de otro más que incluso se amarraba a su silla –como Ulises al mástil de su embarcación- para no irse, como todo el mundo, a solazarse con el dulce cantar de las sirenas.
El escritor necesita aislamiento, soledad. Pero pronto sucede algo que de ninguna manera había previsto: que esta soledad, poco a poco y sin que él lo advierta, va convirtiéndosele en hábito: en un hábito malo, es decir, en un vicio.
Julien Green, el famoso novelista, se quejaba en uno de los volúmenes de su Diario del excesivo silencio que rodea a los novelistas y exigía por el amor de Dios un poco de ruido: «Aunque no aquí, donde escribo –añadía, impenitente- sino en la habitación de al lado». Todo escritor, por mediocre que sea, tiende a tomar distancias, a apartarse de los demás: es su oficio el que lo exige…
¡Cuántas invitaciones rechazadas, cuántos diálogos interrumpidos, cuántos encuentros frustrados sólo por acabar una página, un capítulo, un párrafo que mañana por la mañana, enfadado, insatisfecho, este mismo que lo escribió echará sin compasión al bote de la basura! Si se hubiese atrevido a ir a aquel lugar, donde lo solicitaban, acaso habría consolidado una amistad, o comenzado una nueva, pero no lo hizo para «aventajarle al trabajo», como suele decir. Y, así, aunque pudo poner punto final a aquello que se traía entre manos, hoy está más solo que nunca, o, por lo menos, más solo que ayer, porque sus amigos no piensan seguirlo invitándolo ya a sus cenas y reuniones. ¿Para qué, si nunca va a ellas? ¿Para qué, si raramente aparece? El pecado del escritor es el pecado de la soledad. Y lo sabemos: «No es bueno que el hombre esté solo».
Una vez, caminando por una sombría calle de Praga, Franz Kafka hizo la siguiente confesión a su amigo Gustave Janouch: «El trabajo intelectual arranca al hombre de la comunión humana, mientras que el trabajo manual lo lleva hacia los demás hombres. ¡Qué lástima que no pueda yo trabajar en un taller, o por lo menos en un huerto!». El comerciante, el labrador, la ama de casa conversan constantemente con otros comerciantes, labradores o amas de casa: se saludan, se hacen preguntas acerca del estado del tiempo, se informan recíprocamente acerca de las virtudes del nuevo detergente salido al mercado. Pero el escritor, no: éste habla poco incluso con otros escritores. Es un perro mudo.
Al final de su vida, François Mauriac se espantaba de su propia soledad y se criticaba a sí mismo por no haber frecuentado más a sus amigos para dedicarse a este tormento sin fin que es la escritura; literalmente, se daba golpes de pecho lamentándose de que el tiempo hubiera pasado tan de prisa y fuera ya demasiado tarde para intentar con ellos algún acercamiento. Escribió así en Lo que yo creo : «Nunca, en ningún momento de mi vida, he estado realmente asociado a una vida parroquial como la que admiraba desde fuera en Saint-Séverin, o en Saint-Sulpice, o en Saint-Germain-des-Près. He sido incapaz de ello, me ha repugnado siempre, y al igual que en el colegio yo era el que rehusaba tomar parte en los juegos comunes y a causa de ello pasaba por tener mal humor, mi instinto me ha mantenido siempre aparte del rebaño. Sí, me doy golpes de pecho y confieso que he sido el artesano de mi soledad en el seno del rebaño cristiano».
A menudo se habla de la sensibilidad del escritor para referirse a ese no sé qué de nostálgico que hay en él; en realidad es un ser nostálgico, sí, pero no por ser escritor, sino por estar solo demasiado tiempo. ¿Quién lo librará de este círculo vicioso? Quería, por un lado, romper de una vez por todas esas cuartillas malditas que lo atan a su escritorio, y, por el otro, si le quitaran la posibilidad de llenar esas cuartillas, no sabría qué hacer con su vida.
El otro pecado del escritor es, pues, la impenitencia. Se sabe solo, sabe que no debiera ser así, que debería asomarse al mundo aunque sólo fuera por un ventanillo, pero la verdad es que se queda donde está haciendo lo que hace.
Voy a romper la pluma. Ya no la necesito.
Lo que mi alma siente yo no lo sé decir.
Persigo la palabra y sólo encuentro un grito
roto, inarticulado, que nadie quiere oír.
Así se quejaba Gerardo Diego en una de sus primeras poesías. Pero nos engañó, pues ni rompió la pluma ni, por lo que sabemos, dejó de escribir versos. ¡Qué remo tan pesado es una pluma! Hoy mismo, para acabar este artículo, he tenido que postergar una ida al cine, lugar al que no voy desde hace algo así como cuatro años y medio. Ahora bien, ¿me invitarán mis amigos otra vez a salir con ellos? Desde la cocina escucho una voz que me dice que ya es hora de cenar. Pero yo no hago caso y escribo un párrafo y otro más. Tengo que terminarlo hoy, pues mañana ya no podré. Hoy mis parientes cenarán sin mí. ¿Y no es esto –me digo a mí mismo- un pecado, un pecado de soledad? Y, sin embargo, aquí está el artículo. Me costó una cena con los míos, además de una ida al cine, pero aquí está. Ojalá haya servido de algo el sacrificio… ¿He dicho cosas –como dijo el poeta- que nadie quiere oír?
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#4 Tiempos
El surcador de los cielos potosinos, Alfonso Ledezma Zavala | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Las actividades aeroespaciales en San Luis Potosí han estado presente desde la tercera década del siglo XIX, comenzando con los diseños de globos aerostáticos, por el profesor Balboltín en 1839, el diseño y construcción de los primeros aviones mexicanos al despuntar el siglo XX, la fundación de la Escuela Civil de Aviación en 1931 por Saturnino Cedillo y la creación de la Compañía Constructora Aeronáutica de San Luis Potosí que construyera las primeras piezas para avión en el país y que conformarían el avión Sea Triunfo Potosino en 1931 y en 1932 el Sea Teul, biplano construido en San Luis Potosí por dicha Constructora.
A finales de los cincuenta y principios de los sesenta inicia la época moderna de la aviación y de la investigación espacial potosina. En 1957 se lanza el cohete Física I en la Escuela de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y a principios de los sesenta se crea la que sería la segunda fábrica de aviones en San Luis potosí, la Lockheed-Azcárate, considerada la primera fábrica de aviones que hubo en el país, aunque en realidad siguió a la compañía potosina Compañía Constructora Aeronáutica de San Luis Potosí. En este inicio moderno de las actividades aeroespaciales estaría participando de forma activa y directa Alfonso Ledezma Zavala.
Alfonso Ledezma Zavala terminó sus estudios de preparatoria en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, justo para ingresar a estudiar física en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí al crearse esta en 1956, siendo así parte de la primera generación que estuvo conformada por nueve estudiantes de los cuales se titularían cuatro, siendo uno de ellos Alfonso Ledezma Zavala.
Como adelantamos, Ledezma Zavala fue uno de los personajes que participó en el diseño y construcción del primer cohete de sondeo mexicano el Física I que fuera lanzado en los alrededores de San Luis Potosí el 28 de diciembre de 1957. El 2 de febrero de 1958 se realizaría un nuevo lanzamiento para probar el sistema de recuperación del cohete, este lanzamiento fue promovido a nivel nacional asistiendo los periodistas para cubrir los detalles del mismo, poniendo en la palestra nacional las actividades de investigación espacial potosinas.
Después de estos lanzamientos, Ledezma Zavala parte a los Estados Unidos para tratar de culminar sus estudios de física, titulándose en la Universidad Estatal de Oklahoma; regresaría a San Luis Potosí incorporándose como catedrático en la Escuela de Física de la UASLP, aportando en la consolidación de la física en San Luis.
Siendo un entusiasta de los deportes formó el equipo de basquetbol de física que llegó a ser uno de los más poderosos de la universidad y que marcara toda una época, al ser conocido como “la ola verde”, que llegó a contar, tiempo después, con seleccionados nacionales de Chihuahua.
Ledezma Zavala sería el primer físico potosino en incursionar en la industria, al ser contratado por una de las nuevas industrias pesadas que se instalaban en San Luis de la que era accionista el expresidente de México, el general Abelardo L. Rodríguez, la fábrica de aviones Lockheed-Azcárate, la cual necesitaba personal técnico y en especial especialistas en física. La fábrica produjo algunas decenas de aviones para luego declararse en quiebra. En 1962 al cerrarse la fábrica Ledezma Zavala vuelve a los Estados Unidos a estudiar la maestría en física, para regresar en 1964 de nuevo a San Luis y continuar con su trabajo en la industria potosina, en esta ocasión en una fábrica de balas calibre 22, la Cascade Cartridge International, donde Alfonso Ledezma se ocupó de hacer estudios estadísticos del comportamiento de las balas, con fines de control de calidad. La fábrica contaba con equipo anticuado y Ledezma Zavala construiría equipo electrónico que requería la fábrica.
Alfonso Ledezma Zavala se convertía en el ejemplo de la necesidad de los físicos en el campo industrial y en las actividades de aplicación industrial, antecedente de los que ahora se denomina ingeniería física. Contribuyó de manera importante en la industrialización de San Luis Potosí, pues al cerrar también la fábrica de balas por el decreto de prohibición de venta de armas del presidente Diaz Ordaz a raíz de los disturbios estudiantiles del sesenta y ocho, continuaría en su empeño por impulsar la industrialización en su tierra natal, como el caso de la Empresa Siderúrgica de San Luis, entre otras.
A lo largo de su vida estaría combinando sus actividades prácticas con la docencia en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
Alfonso Ledezma Zavala, recordado como el físico potosino pionero en la industrialización de San Luis Potosí y el protagonista en los inicios de las actividades aeroespaciales en San Luis Potosí y México.
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#4 Tiempos
Selección Femenil Sub-17 el despertar desde Marruecos | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
En Marruecos se está escribiendo una historia que podría marcar el rumbo del fútbol femenil mexicano. La Selección Sub-17 llegó al Mundial con la ilusión intacta, pero también con el peso de representar a un país que exige crecimiento, identidad y resultados. No es solo una competencia juvenil, es la oportunidad de demostrar que el talento mexicano está listo para dar el salto.
El torneo comenzó con un tropiezo doloroso ante Corea del Norte. Fue un golpe que dejó lecciones más que heridas. Pero lo más importante no fue la derrota, sino la reacción. En el siguiente encuentro, frente a Países Bajos, México mostró carácter, temple y una madurez poco común para su edad. Ese triunfo ajustado cambió por completo la atmósfera del grupo y reavivó la confianza.
Con el paso de los partidos, la selección se reencontró con su mejor versión: ordenada en defensa, solidaria en el medio campo y valiente al frente. Las jugadoras comenzaron a jugar con una convicción distinta, sabiendo que el esfuerzo colectivo podía llevarlas lejos. Esa confianza las ha impulsado hasta los cuartos de final, donde ahora deberán enfrentar a Italia, un rival con tradición, técnica y ambición.
El duelo ante las italianas será una prueba de madurez. México llega con un grupo que no teme a los nombres ni a los antecedentes. Lo que se ha visto hasta ahora es un equipo que juega con personalidad, que corre cada b alón como si fuera el último
y que entiende que representar al país en una Copa del Mundo es un privilegio que se honra con entrega total.Más allá de los resultados, este torneo está dejando señales alentadoras. La evolución táctica, la inteligencia en la recuperación y la capacidad para sostener el ritmo de juego muestran que el proceso del fútbol femenil en México empieza a consolidarse. Ya no se trata de promesas, se trata de hechos.
Estas jóvenes futbolistas no compiten solo contra rivales extranjeros, sino también contra una historia que durante años les negó visibilidad. Hoy, ellas están cambiando la narrativa. Cada pase, cada jugada y cada gol son una afirmación de que el fútbol femenil mexicano está listo para ocupar su lugar en la élite.
La Selección Mexicana Femenil Sub-17 está viviendo un momento clave. Enfrentar a Italia en los cuartos de finalno es solo una cita deportiva, es la oportunidad de confirmar que México tiene una generación capaz de mirar de frente a cualquier potencia. Pase lo que pase, este equipo ya dejó claro que el futuro del fútbol femenil nacional no es una promesa: es una realidad que acaba de comenzar.
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#4 Tiempos
Agua, territorio y sociedad, el tema del mes de La Ciencia en el Bar | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Continúa el ciclo número cuarenta de La Ciencia en el Bar, que está por cumplir cuarenta años de actividades siendo el programa de este tipo, pionero en nuestro país y que fue establecido para festejar los cincuenta años de la Física en San Luis que ahora llegará a los setenta.
En este ciclo conmemorativo toca el turno a la Dra. Azalea Judith Ortiz Rodríguez que abordará el tema, Agua, Territorio y Sociedad: construyendo puentes entre la ciencia y la gente a través de la conectividad; tema por demás interesante e importante pues aborda el problema del agua, sustancia vital para la vida y el desarrollo de nuestras sociedades.
En anteriores sesiones de La Ciencia en el Bar, se ha tratado este tema y ahora la Dra. Ortiz nos presentará nuevos aportes a esta problemática donde la participación ciudadana es de vital importancia en esa liga con los especialistas a fin de resolver los grandes problemas sociales asociados a el agua, incluyendo los aspectos territoriales. La sesión de hace diez años que consistió en una mesa redonda con el tema de agua, leyes y derechos, puede consultarse en mi canal de youtube:
La charla se llevará a cabo este miércoles 29 de octubre en punto de las ocho de la noche en la Cervecería San Luis, ubicada en Calzada de Guadalupe número 326, la entrada es gratuita y no hay obligación de consumo; es un escenario informal de convivencia entre el gran público y la comunidad científica potosina que aporta y pone a discusión sus resultados científicos en aras de formar mejores sociedades.
La formación de la Dra. Azalea Judith Ortiz Rodríguez ha sido muy variada, realizó una licenciatura en Geografía titulándose en 2010, posteriormente la maestría en ciencias en Geología Aplicada (2012) y, finalmente su doctorado en el programa institucional de la UASLP en ingeniería y ciencias de materiales graduándose en 2017.
Tuvo una estancia posdoctoral en el Instituto de Investigación en Zonas Desérticas de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí de 2020 a 2024, donde se enfocó en cuestiones de la conectividad hidrológica en varios contextos ambientales, publicando sus resultados en revistas especializadas en cuestiones hídricas. El tema del que nos hablará es justamente lo que trabajó en el Instituto de Zonas Desérticas bajo la dirección del Dr. Carlos Alfonso Muñoz Robles.Ha colaborado en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México y en el campus Juriquilla en Querétaro de la misma universidad. Es una joven científica formada en los programas universitarios de la UASLP y formada como investigadora en el programa de Ingeniería y Ciencias de Materiales que es uno de los más importantes programas de formación científica de la UASLP que reúne a un buen número de dependencias universitarias dedicadas a la investigación científica y donde participan grupos de investigación en diversas áreas del conocimiento. En este programa que está cumpliendo veinte años, han egresado más de doscientos investigadores con el grado de doctor, entre los que se encuentra la Dra. Azalea Judith Ortiz Rodríguez.
Los invitamos este miércoles 29 de octubre en la Cervecería San Luis a escuchar la charla sobre agua en el tema de conectividad hídrica, que nos presentará la Dra. Judith Ortiz.
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