#4 Tiempos
Dr. Psiquiatra, ya no me diga tonterías | Columna de Daniel Tristán
LaguNotas mentales
Es cosa de todos los días escuchar por todos lados el debate acerca de lo que tenemos que hacer para lograr enderezar al país. Se discute el tema en los noticieros y mesas de debate de la televisión, en las columnas de los periódicos, en las sobremesas de cada hogar mexicano y hasta en las borracheras de chavorrucos que pasan de aferrarse a la juventud extinta a ponerse serios y hablar sobre el conflicto general que se vive en el país.
Vayamos por partes, de entrada en algo estamos todos de acuerdo: la cosa está mal. Es una realidad irrefutable, basta con hacer un análisis de contenido de noticias en los medios y más del 90% de las notas son negativas. Entre robos, secuestros, corrupción, violaciones, asesinatos, narcotráfico y, por si fuera poco, la alarmante situación climática. Prácticamente la totalidad de la información presentada por los medios es negativa, y no es culpa de ellos, simplemente informan lo que acontece y da la casualidad de que casi todo lo que sucede es puritita shit.
De vez en cuando se asoma por ahí una nota positiva entre el mar de tragedias. Algún niño genio mexicano ganando el campeonato internacional de matemáticas en China, algún policía atípico que frustró un robo o un grupo de estudiantes mexicanos que patentaron un descubrimiento científico que seguramente cambiará a la humanidad en el futuro inmediato. Hay otras noticias positivas que, desgraciadamente, se derivan de otras negativas: apareció viva una niña secuestrada, capturaron a algún capo de la droga después de que se fugó por segunda vez, etc.
Es entonces cuando la sociedad comienza a reflexionar y debatir acerca de cuál sería el milagroso remedio para esta escabrosa situación en la que el país se encuentra sumergido desde hace décadas. Ya hasta el mismísimo Papa Francisco lo declaró ayer: “Parece que el diablo le tiene bronca a México”. Qué pinche oso, y qué pinche el diablo también.
Ya metidos en el debate surgen las posibles soluciones, una lluvia de ideas a veces bien fundadas y otras veces vociferadas sin la más mínima pizca de información y criterio. Que renuncie AMLO (o el presidente en turno, pues la culpa de todo siempre la tiene el presidente ¿no?), que se vaya al diablo la policía y nosotros capturamos y linchamos a los criminales, que le corten las manos a los que roban, que las moscas y las arañas.
Mil soluciones propuestas por millones de mexicanos. Pero de todas ellas hay una que sobresale de entre todas las demás: la educación. El problema de raíz es la educación, si la educación cambiara seríamos primer mundo, si evaluamos a los maestros nuestros niños no se enfrentarán al desempleo, la educación y la educación y la educación. Si bien estoy de acuerdo en que el sistema educativo en nuestro país es deficiente, no coincido en que el tema educativo sea la solución mágica al cáncer que carcome a México.
Estoy de acuerdo en que un mexicano con acceso a la educación superior tiene en el cerebro un chip distinto a un mexicano que no tuvo oportunidad de estudiar ni la primaria. El haber estudiado no le garantiza el éxito, pero al menos le abre la mente a un universo de posibilidades y conocimiento que, sin duda, es una herramienta importante al momento de enfrentarse a la vida. Pero resulta que aquí lo que queremos es que en nuestro país dejen de secuestrar, de matar, de violar y de robar. Porque muchos de los que roban traen saco y corbata y estudiaron en las mejores universidades. Entonces la educación no es la solución ¿verdad? En todo caso la “buena educación” de estos cabrones no los enseñó a no robar, los enseñó a robar mejor.
En Manzanillo acaban de asesinar a Germán Mauricio, un adolescente de 15 años de edad que trabajaba como cajero para poder ayudar a su madre y ahorrar dinero para comprar una computadora. Lo asesinaron cobardemente por la espalda después de robar el efectivo de la caja. Aquí es donde de verdad no entiendo nada. Puedo comprender que los ladrones decidieran llevarse el dinero. Tal vez estaban en una situación límite en la que si no robaban no tenían para comer (aunque lo dudo, se veían bastante cachetones y bien nutriditos). Puedo entender el robo, que tomen todo el dinero y se larguen. Pero no entiendo el acto de matar por matar.
Alguien le hizo mucho daño al cabrón que jaló el gatillo por el puro placer de matar. Alguien le causó ese odio a la humanidad que lo atormentaba y que lo orilló a descargar su enojo y frustración contra la espalda de German. Matar por matar es un grave síntoma de un problema que, a mi manera de ver, representa la piedra angular para un verdadero cambio en la sociedad mexicana: SALUD MENTAL.
Olvídense de las matemáticas y la geografía, olvídense de los doctorados y las maestrías y de cuanta mamada académica puedan mencionar. Urge darle prioridad, presupuesto y difusión a la importancia de la salud mental. De nada me sirve estar rodeado de mexicanos que son una enciclopedia con patas y que tienen las paredes de sus casas repletas de títulos, diplomas y reconocimientos si tienen el cerebro enfermo y podrido.
¿Haberle dado al asesino de Germán educación superior habría evitado que jalara cobardemente el gatillo? No.
¿Haberle brindado atención psicológica desde niño para combatir los demonios derivados de una familia disfuncional habría cambiado la historia? Si.
Por más ecuaciones, frases célebres y fechas conmemorativas que hubieran insertado en la mente del criminal el asesinato no se habría evitado. Pero si hubieran brindado atención psicológica oportuna al sujeto seguramente ni el robo hubiera cometido. Una persona con una salud mental estable simplemente no tomaría una decisión así.
En México solamente 1 de cada 5 personas reciben atención psicológica y psiquiátrica. Se debe luchar contra la falsa creencia de que los psicólogos son para los locos. Se trata de atención preventiva, de mantenimiento para lo complejo que puede llegar a ser la mente humana.
Este año la segunda edición del “Festival por la Salud Emocional” celebrado en Ciudad Universitaria pasó totalmente inadvertido. Nadie se dió cuenta y los que lo supieron minimizaron su relevancia. En fin, mientras tanto podemos seguir buscando soluciones donde no las hay. Pero, por mera precaución, procure echar un vistazo hacia atrás cada minuto para saber a quién tiene a sus espaldas, puede ser que esté armado.
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#4 Tiempos
2025, el año en que Toluca volvió a mandar | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
El 2025 dejó claro que en la Liga MX los ciclos no desaparecen, solo esperan el momento adecuado para reaparecer. Entre torneos cortos, liguillas impredecibles y proyectos que se diluyen con rapidez, hubo una certeza que se fue construyendo jornada tras jornada: Toluca fue, sin discusión, el equipo del año. No por un destello aislado, sino por la forma en la que recuperó autoridad, identidad y presencia en los momentos que definen temporadas.
Los diablos entendieron mejor que nadie cómo navegar el caos natural del campeonato. No fue un equipo espectacular todo el tiempo, pero sí uno profundamente competitivo. Supo cuándo imponer ritmo, cuándo resistir y cuándo ser práctico. En una liga donde muchos confunden intensidad con urgencia, los escarlatas apostaron por la calma y terminaron encontrando resultados. El bicampeonato fue la confirmación de un proceso que dejó de mirar al pasado y decidió construirse desde el presente.
Mientras tanto, América siguió ocupando el papel de referencia obligada. Su regularidad y su capacidad para llegar a finales lo mantuvieron en la conversación durante todo el año. Sin embargo, 2025 también expuso una verdad incómoda para los azulcremas: dominar fases largas no siempre garantiza cerrar con éxito. América fue protagonista, sí, pero terminó cediendo ante un Toluca que entendió mejor los tiempos del torneo.
Otro de los puntos altos del año fue la vigencia de Tigres. Sin el ruido mediático de otros ciclos, el conjunto regiomontano volvió a competir con seriedad, recordando que los proyectos largos no pierden valor de un día para otro. Tigres no necesitó reinventarse para seguir siendo incómodo; le bastó con sostener su estructura y su carácter competitivo.
Pero el 2025 también dejó señales alentadoras fuera de los nombres habituales. La aparición de jóvenes futbolistas en distintos clubes refrescó el panorama. No todos lograron continuidad, pero varios demostraron que el talento existe y que, con confianza, puede influir en el desarrollo del torneo. En un contexto donde la inmediatez suele devorarlo todo, esas irrupciones fueron un respiro. Nombres como el de Camberos, Lainez, y sobre todo Mora, suenan de nueva cuenta para levantar la mano justo meses antes del mundial, esperanza abierta para sumar un futuro a corto plazo que ojalá se alargue por muchos ciclos mundialistas más.
A nivel colectivo, el año volvió a confirmar que la Liga MX se decide en detalles. Un error tardío, una desconcentración mínima o una racha breve pueden cambiar destinos completos. Toluca lo entendió mejor que nadie: fue sólido cuando debía serlo y oportuno cuando el margen se redujo. Esa lectura fina del torneo fue la diferencia.
Por eso, cuando se haga el balance de 2025, el relato será claro. No fue el año de la espectacularidad permanente ni de un dominio aplastante. Fue el año de la eficacia, la madurez y la paciencia, y en ese contexto, Toluca se levantó por encima del resto.
En una liga que pocas veces permite certezas, 2025 tuvo una, Toluca volvió a mandar. Y lo hizo recordándole al futbol mexicano que los proyectos con identidad, cuando se sostienen, siempre encuentran la manera de regresar a lo más alto.
Por último, en el ámbito local, 2025 fue para el olvido, San Luis no logró los objetivos trazados quedando fuera de competencia en ambos torneos locales y despidiéndose pronto como ya es costumbre de la Leagues Cup, un equipo que a veces resulta ser incómodo para algunos rivales, este año resultó serlo para su afición, hoy San Luis luce poco atractivo y sin mucho que ofrecer a nivel espectáculo, ojalá las cosas mejoren por el bien del equipo local, se ve complejo pero como bien se dice, año nuevo, esperanzas renovadas, ojalá.
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Destacadas
El padre de la física potosina, Gustavo del Castillo y Gama | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Con el título de El Padre de la Física Potosina, Gustavo de Castillo y Gama, publiqué un libro conmemorativo sobre la vida y obra de Gustavo del Castillo y Gama, físico potosino que fundó las instituciones educativas y de investigación en física en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Este 24 de diciembre estaría cumpliendo ciento cuatro años.
El libro en cuestión es de descarga gratuita y puede conseguirse en cualquiera de las siguientes dos direcciones:
http://galia.fc.uaslp.mx/museo/libros/EL%20PADRE%20DE%20LA%20FISICA%20POTOSINA.pdf
Justo en Noche Buena del 2025, Gustavo del Castillo y Gama estaría cumpliendo ciento cuatro años. Nacería en el famoso Barrio de San Miguelito en San Luis Potosí al dar las últimas campanadas del 24 de diciembre, como lo comentaba el propio Gustavo del Castillo. Su vida se desarrolló en San Luis Potosí, Tampico, la Ciudad de México y las ciudades norteamericanas de Lafayette y Chicago; se nutrió de un ambiente científico desde pequeño, pues al menos, un par de sus tíos trabajaban en astronomía en el Observatorio Nacional de Tacubaya, Rodolfo Jurado y Valentín Gama. Ambos de la dinastía Gama de gran influencia en la sociedad potosina.
No es de extrañar que orientara su vocación hacia la física, siendo estudiante de preparatoria, en una época donde no existían aún escuelas de física en el país, y, se planteó poder formarse como físico en los Estados Unidos. La situación bélica mundial, lo llevó a seguir estudiando en su ciudad natal, ingresando a la carrera de químico industrial que su grupo de estudiantes de preparatoria había propuesto, de la cual se tituló tocándole el privilegio de ser el primer titulado. De ahí pasó a la Facultad de Ciencias de la UNAM a estudiar la maestría en física y al terminar continuar con su proyecto de formarse como investigador en física en Estados Unidos, donde obtuvo el grado de doctor en la Universidad de Purdue.
Fue de los primeros investigadores que tuvo el Instituto Nacional de la Investigación Científica (INIC) y se incorporó a la UASLP, impartiendo cátedra y formando el Laboratorio de Radiación Cósmica bajo los auspicios y emolumentos del INIC del que seguía siendo investigador. Su ingreso a la UASLP fue afortunado para impulsar el programa académico del Dr. Manuel Nava Martínez que era el rector de la UASLP en la década de los cincu enta. De esta manera se convertía en el primer doctorado que impartía clase en la UASLP y el único con dicho grado en la década de los cincuenta.
Fundó el Departamento de Física de la UASLP, de donde se derivarían la entonces Escuela de Física y el Instituto de Física de la UASLP que constituían un solo ente académico, que dividía el trabajo docente y el de investigación. El Laboratorio de Radiación Cósmica formaría parte del Instituto de Física y con ello inauguraba de manera formal trabajos de investigación científica, como tales, en la universidad potosina.
Creó el programa de construcción de cohetes de sondeo con el fin de realizar investigación científica en las altas capas de la atmósfera colocando al país en los pioneros en desarrollo aeroespacial, programa que ahora es conocido como Cabo Tuna. Su trabajo de investigación en radiación cósmica y en ciencias espaciales colocó a la UASLP en el escenario mundial en investigación en física. Si bien su labor en la UASLP se redujo a un lustro, este fue muy intenso y productivo y sentó las bases para el camino académico que seguiría la UASLP años después recorriendo las sendas y abriendo otras en torno a las raíces sembradas por Gustavo del Castillo, cuestión que luego es menospreciada o en el mejor de los casos olvidada.
La UASLP en la actualidad es reconocida nacionalmente y en algunas áreas internacionalmente gracias al trabajo docente y principalmente al trabajo de investigación científica que despliegan sus investigadores. La UASLP está situada como una de las mejores del país y en áreas como la física dentro de las primeras tres universidades del país. Esta situación se debe a la calidad de su personal académico, pero de manera muy especial por el trabajo pionero que fincara esta tradición por personajes como Gustavo del Castillo y Gama.
#4 Tiempos
Una vida dedicada a la ciencia, Candelario Pérez Rosales | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Hoy, 16 de diciembre, el peotillense Candelario Pérez Rosales, baluarte de la ciencia e ingeniería mexicana y consolidador de la física profesional en San Luis Potosí, estaría cumpliendo noventa y cinco años de edad.
Candelario Pérez Rosales nació el 16 de diciembre de 1930 en Peotillos, comunidad del municipio de Villa de Hidalgo, San Luis Potosí, donde estudió los primeros años de primaria, para luego venir a San Luis Potosí a terminarlos y continuar los estudios de secundaria y preparatoria, ambos en el turno nocturno, donde compartía las horas de estudio con las horas de trabajo. Estudiaría Física en la Universidad de Purdue y vendría a San Luis Potosí a colaborar con la fundación de la Escuela de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, hoy Facultad de Ciencias y del Instituto de Física de la propia Universidad Autónoma de San Luis Potosí, instituciones que están cumpliendo setenta años.
Como parte de los trabajos de difusión y divulgación sobre personajes de la ciencia potosina que llevo a cabo publiqué en el 2012 un libro intitulado Una Vida Dedicada a la Ciencia, el papel de Candelario Pérez Rosales, que recoge la trayectoria de Candelario Pérez Rosales, cuyo papel para el establecimiento, desarrollo y consolidación de la física en San Luis fue determinante; de esta forma el desarrollo de la ciencia potosina en la segunda parte del siglo XX, en el seno de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, fue posible con la participación de varios personajes, entre los que se encuentra indiscutiblemente Candelario Pérez Rosales. Su papel fue determinante para que la física potosina y en general la ciencia potosina sea lo que es hoy, ese importante polo de desarrollo que tiene un reconocimiento a nivel mundial. Sin su participación, entusiasmo, compromiso y cierto apostolado, la física en San Luis, y la propia universidad potosina, no serían lo que son hoy.
En este sentido la Universidad Autónoma de San Luis Potosí se encuentra en deuda con Candelario Pérez Rosales.
Su aportación a la ciencia e ingeniería mexicana va más allá de su labor en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Continuó siendo pionero en otras aventuras académicas, contribuyendo notablemente al desarrollo de la ciencia mexicana. En particular ingresó como investigador fundador al Instituto Mexicano del Petróleo.
Como investigador del Instituto Mexicano del Petróleo desarrollo una gran cantidad de proyectos que colocaron al país como un innovador en procesos de extracción de petróleo. Larga sería la lista de ellos, mismos que recogen en las páginas del libro que le dedicamos a este importante científico potosino.
Esta larga lista de proyectos que dirigió Candelario Pérez, desarrollados bajo el demandante factor de tiempo, da muestra de la importancia de su contribución al desarrollo de la industria petrolera al enfrascarse en proyectos dirigidos a resolver los diversos problemas técnicos y científicos asociados a la industria petrolera.
Estas tres facetas de Candelario Pérez que se presentan en el libro, constructor de instituciones y formador de recursos humanos, científico orientado a problemas de aplicación en la industria petrolera y escritor científico, lo colocan como uno de los baluartes nacionales en el desarrollo de la ciencia e ingeniería en nuestro país, y muy enfáticamente al desarrollo de la física mexicana.
Candelario Pérez ingresa como investigador fundador del Instituto Mexicano del Petróleo en 1966, como ya hemos mencionado, después de haber sentado las bases y asegurado el desarrollo de la Escuela e Instituto de Física en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
En este libro se recoge su labor como escritor científico, profesor e investigador, tareas que suelen ser consideradas como labores fundamentales de las universidades mexicanas. En todas ellas tuvo, y sigue teniendo a pesar de estar retirado, una contribución importante y valiosa, además de sobresaliente.
Sea esta obra un homenaje a uno de los fundadores de la Escuela de Física de la UASLP, ahora Facultad de Ciencias, y del Instituto de Física de la UASLP, que estaban englobados en el Departamento de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, cuya creación se diera el 1 de diciembre de 1955, mediante la aprobación del Consejo Directivo Universitario a un recurso sometido por el Dr. Gustavo del Castillo y Gama.
A los interesados, el libro pueden comprarlo bajo pedido en el correo electrónico de un servidor.
Candelario Pérez murió en San Luis Potosí, el 1 de mayo de 2016. El homenaje que le tributamos, se recogen en una serie de videos que pueden consultarse en youtube en el canal de José Refugio Martínez Mendoza. Para una muestra compartimos el siguiente:
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