#4 Tiempos
De caballos y escenarios | Apuntes de Jorge Saldaña
APUNTES
Culto Público, hijos de mis mañanas bellas: estos apuntes los extrañaban como se extrañan las noches sin estrellas y por eso están de regreso.
Si el arranque de los candidatos a senadores y diputados federales de San Luis Potosí el primer minuto del pasado primero de marzo hubiera sido salida de caballos de carrera, en este momento el conejo que persiguen ya les llevaría una vuelta completa.
La emoción y entusiasmo de cada alianza, es decir, la “Verde-Morenesca” y la “Xochi-Prianista” (no voy a caer en repetir los románticos nombres con que las bautizaron porque ya me parece suficiente con el despiadado bombardeo de redesteleradio al que estamos siendo sometidos) es subjetivo y ambos bandos quisieron colocar, como a la antigüita compadre, las fotografías más energéticas, más poderosas o magnéticas. De narrativa emocional, o colocación de mensaje, todos se quedaron cortos. Por eso el conejo ya fue y vino. Los caballos que tienen buena pinta y parecen veloces, nada más abrieron la barrera, pero luego como que se echaron a pastar.
No digo que no hayan colocado o por lo menos apartado espectaculares o que se hayan quedado sin tener eventos, que más bien se han convertido en alguna que otra visita y alguna que otra reunión con grupos relevantes de la sociedad.
Quizás el que esto escribe, como se sabe, tiene la virtud de la poca paciencia y uno de estos días me tenga que retractar porque uno u otro nos de la sorpresa de tener una promesa de valor contundente, con una narrativa que lo sostenga, con actividades híbridas de aire y tierra (se les dice “anfibias” no se por qué, solo que también quieran “pescar” votantes).
Llevamos 5 días y en la práctica cuatro, es muy temprano para pedir mucho pero muy tarde para que aún no se “sienta” nada.
A 120 horas de inicio, la aurora no empieza a dar colores.
Seguro los darán y no es amenaza ni desplacer de querer ver una polarización a ultranza, sino en una observación de mucho desanimo creo que generalizado en la población de acuerdo a los números del “no me interesa” de las encuestas a las que este aprendiz de reportero ha podido tener acceso (de esas que no son de propaganda y no se publican).
El círculo rojo (malditos lugares comunes) por otro lado, está jadeando a cada hora, los escenarios viajan, se revuelven y vuelven a viajar a una velocidad trepidante.
Intentar ver el futuro o adelantarse con la información y perfiles a curules federales a la Cámara Alta y Baja, sería un error estratégico, aunque así como andan de echados los caballos pues parece que no habrá mucho sobresalto ni relinches.
En cuanto a el álgebra electoral, los distritos potosinos son bastante peculiares, porque aunque las condiciones varían en cada uno de los 7, en su mayoría ocurre que no es el candidato a la diputación federal el que “jala” a los candidatos a diputados locales sino al contrario, es decir, los candidatos a diputados locales son los que “empujan” y un error de unos o de otros pueden, a veces, dar giro en una elección y de rebote, arruinar o encumbr ar presidencias municipales.
Es el caso de la capital potosina, en la que bien sabe, por ejemplo el PAN, que perder el distrito VIII (otrora siete jaja) y el V (otrora dos y doble jajajaja) pone en riesgo no solamente al candidato a diputado por el V federal, sino a la propia alcaldía.
Por eso es evidente el por qué y dónde colocaron a las fichas con las que juegan.
Por eso pusieron a Aranza Puente, que logró la votación más abultada en la elección pasada a buscar nuevamente el distrito, y porque no hay nadie que haya trabajado más el distrito local V que Rubén Guajardo.
Traducción: Quieren que gane David Azuara a cualquier costo. A este escenario Enrique Galindo, le da “like”.
Pero ni se confíen hijos de los árboles que extrañan el otoño. La instrucción en el verde para todos los que hoy ya están inscritos y hasta para Sonia Mendoza de la que se rumora en un mero juego de espejos que será desplazada es un “échale chingazos” y recuerden que no hay nada más poderoso que una idea, ni obstáculo invencible para un equipo con un solo objetivo.
La carrera por la capital del Estado todavía no empieza y merece un análisis por separado.
Sonia es una mujer aguerrida y lista que sabe cumplir acuerdos. El fantasma de “apuntarse al 27” si gana la capital es eso: un puro fantasma.
Enrique Galindo por su parte es un hombre listo, por lo tanto aguerrido cuando conviene y estas son las carreras que le gustan y le han salido bien a lo largo de su trayectoria: las difíciles. Lo fácil lo hace cualquiera.
Hay que tener cuidado con un desgarre mayor en Ciudad Valles entre los “Xochi-prianistas” eso sería un cañonazo debajo de la línea de flotación y ya no hay tiempo de parches.
Esperemos pues, Culto Público que en esos días en que el sol brilla o en alguno cuando haga mucho frío, los caballos al Senado y Cámara de diputados se despabilan y logran ver como para dónde va el conejo.
El repentino cambio de agenda de la candidata presidencial, Claudia Sheinbaum que viene mañana primero a Villa de Reyes y luego a Mexquitic, agita más el avispero respecto a enroques bicolores en la capital. No hay que morir en la víspera, ya lo sabremos.
Por cierto, el análisis sobre la capital en la próxima entrega porque ahorita voy de camino y en cada paso me siento solitario.
BEMOLES
Junto a abril (todo lo bueno nace en abril) llega la elección del rector en la UASLP, al respecto diré que hay cuentas falsas pero también hay cuentas muy reales de 18 dígitos.
Ya lo dijo el doctor Alejandro Zermeño en una entrevista esta semana, palabras más palabras menos: “Si el voto de los consejeros se vende por dádivas, que poco se valoran”. Tómala. No dijo de el origen de las dádivas ¿Se refiere a los otros contendientes o a quién? Que diga nombres. Mucha ropa, mucha ropa.
Ahora sí, les regalo mi punto final.
Jorge Saldaña
También lee: Lo primero que escribí fue un “Gracias” | Apuntes de regreso
#4 Tiempos
Se acabó el Clausura 2025 | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Llegó a su fin el torneo de la Liga MX con un nuevo campeón, el Toluca destronó al América y se sienta en la cima. Ahora es momento de hacer cuentas, de esas que sirven para alimentar la estadística.
En total, en el Clausura 2025, se jugaron 170 partidos: 153 de temporada regular y 17 de liguilla.
En la jornada 9 se dio el resultado más abultado del campeonato, un 5-0 que le propinó Toluca a Querétaro en la bombonera. En contraparte, 12 partidos terminaron con un empate a 0, incluyendo el partido de ida de la final entre América y Toluca.
El equipo más goleador fue Toluca, con 51 tantos entre torneo regular y liguilla, a diferencia de Querétaro que fue el que menos anotó con tan solo 10 en toda la fase regular.
Algunos de los récords que se rompieron en este Clausura 2025 destacan al Toluca anotando 5 goles en dos partidos, primero ante Querétaro en la jornada 9 y después frente a Necaxa en la jornada 11.
Jhon Kennedy de Pachuca logró anotar en cuatro partidos consecutivos en casa, alcanzando a Edwin Cardona en 2019.
Atlas logró una remontada 4-3 después de ir perdiendo 0-3 ante Tijuana, algo que igualó a América en 2016 ante Cruz Azul, por cierto, este partido entre Atlas y Tijuana fue uno de los dos con más anotaciones del torneo.
Para cerrar con los números, el promedio de asistencia a los partidos fue de 23,783, mientras que la mejor asistencia fue el partido entre Monterrey y San Luis, en la jornada 8, con 50,023 aficionados, esto gracias a la expectativa del debut de Sergio Ramos. Del otro lado, el partido con menos asistentes fue el Pumas vs Mazatlán con tan solo 8,845 espectadores, esto provocado por jugar al mismo tiempo que se llevaba a cabo el Super Bowl 59.
Por último, en temas financieros, se presume que el campeón del futbol mexicano recibe aproximadamente 78 millones de pesos más la clasificación a la Copa de campeones de Concacaf y un considerable aumento en los bonos de patrocinadores tanto propios como de la liga.
Se fue un torneo, y aunque todavía quedan por lo menos dos partidos más que interesan a los aficionados locales (Cruz Azul vs Vancouver y América vs LAFC), la liga llegó a su fin y por ahora vivimos la emoción del futbol de estufa, hagan sus apuestas y esperemos que el próximo torneo vuelva a emocionar.
También lee: Todo para la vuelta | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
#4 Tiempos
Micrometría y la paz del espíritu en la Ciencia en el Bar | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Braulio Gutiérrez Medina es un investigador del Instituto Potosino de Ciencia y Tecnología, IPICyT, que realiza trabajo de investigación en biofísica, biomateriales bionanotecnología, siendo especialista en técnicas de Microscopia óptica, que incluyen herramientas de pinzas ópticas y fluorescencia.
Sobre estos temas estará participando con una plática en La Ciencia en el Bar que ha titulado, La Micrometría y la Paz del Espíritu; sugerente título que nos remite a asuntos de medición en sistemas biológicos los cuales tienen tamaños micrométricos y nanométricos y en los que se requiere para su estudio de mediciones de microscopía con luz para muy pequeños tamaños.
La charla se llevará a cabo el jueves 29 de mayo a las ocho de la tarde noche en La Cervecería San Luis, ubicada en la Calzada de Guadalupe número 326, con entrada libre. La charla forma parte del ciclo treinta y nueve de esta serie que corresponde a diecinueve años de actividades. La Ciencia en el Bar es un programa pionero en el país y ha sido replicado en varias partes del país, generando escenarios de interacción entre la comunidad científica nacional y el gran público.
Este jueves, es una buena oportunidad para escuchar al Dr. Braulio Gutiérrez y conocer parte de su trabajo de investigación que realiza en el IPICyT. El Dr. Braulio Gutiérrez es un físico egresado de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México en 1997 y realizó sus estudios de doctorado en Física en la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos en 2004 y un Posdoctorado en Biofísica en la Universidad de Stanford en 2009. Ha recibido los premios Jorge Lomnitz Adler 2018 del Instituto de Física-UNAM y Academia Mexicana de Ciencias en el 2018, y el premio George E. Brown, Jr. UC MEXUS en 2010. Cuenta con un par de patentes, entre ellas método para obtener imágenes tridimensionales usando un microscopio de campo brillante otorgado en 2021.
Con la técnica de pinzas ópticas que ha desarrollado el Dr. Braulio Gutiérrez, ha logrado entender un poco más el funcionamiento de pequeñas proteínas de las células, llamadas motores moleculares, que funcionan como mensajeros al interior de la célula.
En una entrevista que concedió el Dr. Gutiérrez detalló el desarrollo de sus pinzas ópticas: “Construimos un instrumento de pinzas ópticas, que se basa en un microscopio óptico con el cual podemos observar muestras biológicas y micropartículas. Un microscopio óptico utiliza lentes para formar una imagen amplificada de la muestra de interés. La lente más importante del microscopio es el objetivo que se encuentra inmediato a la muestra. Al microscopio le acoplamos un haz láser que hacemos pasar a través del lente objetivo, con lo cual logramos tener el láser enfocado sobre la muestra. Este láser es el que captura y manipula nano-objetos como las proteínas llamadas cinesinas”.
Por lo regular las charlas de La Ciencia en el Bar se realizan en día miércoles, en esta ocasión se realizará el jueves que es día 29 de mayo. Los esperamos este jueves a las ocho de la noche en La Cervecería San Luis y disfrutar la charla del Dr. Braulio Gutiérrez sobre Micrometría y la Paz del Espíritu.
También lee: Ingeniero Labarthe, pionero de la cartografía geológica en México | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
Buscad el alfiler | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
–¡Qué hombre tan amargado! –exclamó una vez una dama de cierta edad señalando con el dedo, desde la distancia, a un compañero al que yo estimaba mucho-. ¿Qué traumas habrá sufrido en su infancia para haber perdido de tal manera el gusto por vivir?
¡Los traumas de la infancia! Sí, he oído hablar de ellos, pero no me convencen ni mucho ni poco. ¿Por qué debemos ir hasta la infancia de un hombre para explicarnos su mal humor de hoy? ¿Y si la infancia, por lo menos en el caso de este conocido mío, no tuviera nada que ver? ¡Ir tan lejos cuando la causa podría estar tan cerca!
Pero yo conocía la razón de ese permanente mal humor, de esa amargura: este amigo sufría a causa de su jefe, un déspota que trataba a sus subordinados como le daba la gana. ¡Ya sólo faltaba que les exigiera a todos bolearle los zapatos! Además, el ambiente de trabajo era, en aquella oficina, atroz y deprimente: allí todos envidiaban a todos y se ponían zancadillas los unos a los otros por el puro placer de ver cómo caían de la gracia de su superior, para observar cómo se despeñaban y se rompían la cabeza. Cada día de trabajo transcurría casi siempre entre gritos, susurros y rumores, y, por lo que he podido saber, nadie estaba seguro –ni lo está todavía hoy- de que mañana seguiría conservando el puesto que ocupaba apenas el mes pasado. Ahora bien, ¿quién no va a amargarse en un ambiente rancio como éste?
Yo conocía pormenorizadamente esta triste historia. Por eso me reí en silencio de las suposiciones de aquella señora que, por haber tomado un curso relámpago de psicología, ahora me hablaba de traumas infantiles y actos fallidos.
Sí, los humanos somos muy propensos a generalizar y elaborar hondas teorías que se vienen abajo justo en el momento en que comprendemos que las cosas no eran como pensábamos. De esta manía elucubradora se burló Alain (1868-1951), el filósofo francés, al escribir así en uno de sus Propos sur le bonheur: «Cuando un bebé llora sin consuelo, la nodriza suele hacer las más ingeniosas suposiciones respecto a este joven carácter y a lo que le gusta o le disgusta; invocando incluso a la herencia, ya reconoce al padre en el hijo. Estos ensayos de psicología se prolongan hasta el momento en que la nodriza descubre el alfiler, causa efectiva y real del llanto».
¡Ah, era eso! ¡Había un alfiler entre los pañales! Y pensar que la nodriza ya empezaba a sospechar ciertas cosas…
El hombre, según se ha dicho aquí y allá, es un filósofo que se ignora a sí mismo. Yo de esto nada sé. Lo que sí sé, en cambio, es que muchas veces, en lugar de buscar el alfiler, se pone a concebir graves y hondas teorías cuyo fundamento, para decirlo ya, es más que dudoso.
Una vez se quejaba conmigo un dentista diciéndome:
-¿Por qué la gente ya casi no me busca para arreglarse los dientes? Las nuevas generaciones son muy descuidadas. ¡En qué tiempos tan tristes nos han tocado vivir!, etcétera.
Pero no; por lo menos aquí no se trataba de los tiempos: era que este dentista tenía fama de trabajar sin anestesia –para ahorrarse un dinerito-, y la verdad es que sus pacientes lo que menos querían en su consultorio era ponerse a practicar el estoicismo.
El 4 de julio de 1765, Georg Christoph Lichtenberg (1742-1799) estaba quitadísimo de la pena leyendo un libro al pie de una ventana cuando de pronto… Pero dejemos que sea él mismo quien nos cuente lo que le pasó aquella vez: «Leía, cuando, de pronto, la mano que sostenía el libro se movió imperceptiblemente y esto hizo que recibiera menos luz. Entonces pensé que una nube espesa debía estar pasando de frente al sol y todo me pareció más oscuro, por más que no había perdido nada de luz». Y concluye el pensador alemán: «Con frecuencia sacamos nuestras conclusiones de esta forma: buscamos en la lejanía causas que muchas veces están junto a nosotros». «¡Oh! –hubiese exclamado otro que no fuera él-. El cielo se está nublando. Acaso llueva toda la tarde. ¡Y maldita la gana que tengo de que llueva esta tarde!». Pero no, el cielo no se nublaba: era el ángulo de su cabeza lo que había variado, produciendo en la página del libro una sombra que en el cielo no existía.
Yo me entretenía recordando estas palabras mientras aquella señora se quejaba de mi amigo. ¿Y por qué había que ir tan lejos -¡nada menos que hasta los traumas infantiles!- para buscar las causas de su amargura, puesto que éstas estaban casi al alcance de la mano? ¡Era el ambiente en el que se movía el que lo sacaba de sus casillas y lo ponía de mal humor! De modo que, una vez aireado ese ambiente, ¡adiós traumas infantiles!
Además, convendría no olvidar la lección que las semillas nos imparten todos los días. ¿Qué lección? Ésta: que no es posible crecer y desarrollarse en cualquier terreno. Una semilla de arroz, por ejemplo, jamás crecerá en el desierto, ni una semilla de mostaza en el frío de la tundra. Cada semilla, para crecer, necesita estar, por decirlo así, en su ambiente.
«Hay que florecer donde Dios nos ha plantado», dice una frase que aceptamos sólo por el hecho de que Dios es un buen sembrador que no se equivoca nunca, aunque por lo demás bien podría ser cursi y hasta falsa. ¡Un grano de trigo, por más que quiera hacerlo, jamás dará nada de sí si es sembrada en los hielos polares!
Y bien, tal es lo que había sucedido con mi amigo: que sencillamente no estaba en su elemento. ¿Y cómo, entonces, iba a crecer y a desarrollarse? «La impaciencia de un hombre –vuelve a decir Alain- tiene a veces por causa el haber estado mucho tiempo de pie; en vez de razonar contra su mal humor, ofrecedle un asiento… No, no digáis nunca que los hombres son malos; no digáis jamás que tienen tal carácter. Buscad el alfiler».
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