febrero 8, 2025

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#4 Tiempos

Caso Lozoya o la Santa Inquisición | Colaboración de Octavio Pedroza Gaitán

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Contrario a lo que se cree, la Inquisición no se originó en la España medieval. Fue en el sur de Francia en el Siglo XII, particularmente en la región de Languedoc.

El Sumo Pontífice Lucio III, intentando separar el grano de la paja, para evitar las revanchas ideológicas y pretendiendo dirimir quién podía ser considerado como hereje y quien no, instituyó el Santo Oficio para
combatir a quienes no se sometían a su supremo mandato.

Todo aquel que osara disentir, discrepar o cuestionar la iluminada postura del Papa, era señalado, acusado y perseguido; en la mayoría de los casos, castigado brutalmente, mucho de ellos terminaron en la hoguera.

El término Inquisición deriva del concepto inquirir, Interrogar. Bastaba un señalamiento de cualquiera, que se prestara para exculparse de sus faltas o de sus pecados y señalara con índice flamígero a aquellos que no eran
cómodos para el autoritarismo eclesiástico primero y monarcal después.

Juicios sumarios, en total estado de indefensión, cientos, miles de ciudadanos fueron sometidos a estos procedimientos.

Los que salvaron la vida, quedaron estigmatizados por la sociedad, por afrentas que solo existían en la intención de los inquisidores. Criminales y verdaderos apóstatas con el solo hecho de prestarse a imputar a los incómodos, salvaron su pellejo.

La Santa Inquisición es uno de los episodios más oscuros y vergonzantes de la historia de la humanidad.

¿Porqué viene a mi memoria este pasaje casi olvidado?

La respuesta es obvia, un personaje que a los ojos del país entero delinquió en diferentes modalidades; acusado de delincuencia organizada, cohecho y operaciones con recursos de procedencia ilícita podrá no pisar la cárcel a cambio de señalar a presuntos implicados en actos de corrupción desde las más altas esferas del Gobierno Mexicano.
Nadie en su sano juicio estaría en contra del combate a la corrupción y la aplicación de la justicia con todo el rigor de la Ley, a quienes se les COMPRUEBE la comisión de delitos. No se podría defender lo
indefendible.

Lo verdaderamente preocupante es, que basado en el Criterio de Oportunidad (figura de testigo protegido), se repatríe a un indiciado que desde el confort de un hospital privado

con pretexto de una supuesta
anemia y molestias del esófago y sin pisar la cárcel, ha comenzado a  disparar en redondo.

Es la hora de que, si sus señalamientos son fundados, que se presenten las pruebas.

Si existieron actos de complicidad y corrupción de otros personajes, que se persigan y se castiguen. Así hayan sido funcionarios del más alto nivel, presidentes, secretarios o legisladores.

El que acusa tiene que probar. La autoridad correspondiente investigar y la Justicia sancionar.

Lo que es inadmisible, inaceptable, imperdonable, es que esta extradición se convierta en una pantomima planeada y diseñada para que el verdadero infractor sea exonerado a cambio de utilizarlo para denostar, difamar y calumniar a figuras públicas con propósitos aviesos, para destruir prestigios y afectar a personas e Instituciones con fines políticos y electorales de cara a los procesos del 2021, ¿ y 2024?

Que no estemos siendo testigos de un juicio de Torquemada versión siglo XXI, como los de la España medieval que se utilizaron para eliminar a los adversarios políticos y, a aquellos que no pensaban como la autoridad en turno. A los que estorbaban, flagelo, hierro candente o cadalso y hoguera.

Si Lozoya no paga sus culpas, si no se demuestra y comprueba la responsabilidad de varios de los inculpados por simples dichos y versiones de pasillo, el fantasma de Tomás de Torquemada será parte de la nueva realidad en la política mexicana.

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#4 Tiempos

Tiempo de revancha | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Llegó el clásico, un partido diferente en muchos aspectos. El primero: el rival odiado. En segundo, el momento de demostrar que ninguno de los dos es peor que su rival. El tercero: la última esperanza para intentar rescatar algo en este inicio de torneo para cualquiera de los dos equipos. Un partido diferente por muchos aspectos.

San Luis llega con una racha negativa que solo empeora con cada partido. Si bien en el duelo anterior ya se anotó y se jugó un poco mejor, el equipo volvió a perder. Tan solo una victoria de visitante ante Puebla; fuera de eso, 4 derrotas y 3 de ellas en casa, por cierto con 9 goles en contra en esos 3 partidos perdidos.

Querétaro, por su parte, apenas tiene un punto más, producto de una victoria en casa ante Pumas y un insípido empate de visitante ante Chivas. Fuera de eso, el equipo solo ha conocido la derrota; América, Tijuana y Pachuca han sido sus verdugos.

La cosa es simple: ni uno ni otro tienen ventaja. Los dos equipos están pasando por momentos complejos, y la única ventaja entre ellos es que se juega en la Corregidora, estadio que por cierto esta semana cumplió 40 años.

El partido, en términos generales, no importa para la gran mayoría del fútbol mexicano, pero es un juego regional: dos equipos de dos ciudades poco exitosas en el fútbol tienen su momento de revancha justo en este encuentro. Dos de los cuatro equipos que nunca han sido campeones de Primera División, pero que extrañamente sí han tenido participación en una final, se juegan por la pequeña grandeza de por lo menos poder presumirle algo al rival al concluir la temporada.

Un partido diferente que se hace ver en la tribuna de cada estadio, que se hizo presente ayer en la concentración de Querétaro. Ese juego que ninguna de las dos hinchadas quiere perder.

En el campo, las cosas no prometen. En la tribuna, el ganador esta ocasión será (como siempre) el local. Pero en el papel, los 3 puntos que se juegan parecen ser justo lo necesario para por lo menos calmar las aguas en cualquiera de los dos banquillos.

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#4 Tiempos

Cadencia, obra inédita de Julián Carrillo estrenada por Ángel Blanco | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

El guitarrista mexicano residente en Canadá, Ángel Blanco, ya ha aparecido en esta columna donde se ha dado a conocer parte de su labor musical y cultural. En esta ocasión volvemos a tratarlo debido al rescate de obras desconocidas e inéditas del gran músico potosino don Julián Carrillo.

El pasado 28 de enero se conmemoró el ciento cincuenta aniversario del nacimiento de Julián Carrillo en Ahualulco, San Luis Potosí, y como tributo Ángel Blanco publicitó el estreno mundial de una pieza de Julián Carrillo escrita para guitarra en cuartos de tono. Ángel Blanco, en su repertorio, tiene su guitarra en cuartos de tono donde interpreta obras, no sólo de Carrillo, sino que, usando las Leyes de Metamorfosis, creadas por Carrillo, transfiere música tonal a microtonal usando su guitarra y las referidas leyes.

Por suerte algunos estudiosos han tomado en sus manos la investigación sobre obras microtonales de Carrillo no estrenadas. Un caso especial es la obra Cadencia que encontrara Ángel Blanco, uno de los estudiosos e intérpretes de la música de Carrillo en una estancia que tuviera en San Luis Potosí, trabajando en el archivo de Carrillo que se encuentra en San Luis Potosí bajo resguardo de la Secretaría de Cultura.

En sus indagaciones dio con la partitura de esta obra que puede ser parte de una obra mayor y que dejara Carrillo como acostumbraba en la creación de sus obras, un núcleo básico a partir del cual puede seguir construyéndose una obra. Suele decirse que Carrillo no terminaba sus obras, la verdad es que era parte de su estilo de trabajo en el cual la creación básica como núcleo de obra era fundamental para seguir recreando el tema bajo la imaginación del interprete. Cadencia, tiene justo esta estructura y que Ángel Blanco seleccionara el 28 de enero para su estreno mundial bajo la interpretación del propio Ángel Blanco, excelente guitarrista mexicano que radica en Canadá donde realiza su trabajo profesional en las universidades canadienses.

Ángel Blanco se desempeña actualmente como catedrático de guitarra en Quebec

, lugar donde reside, alternando esas actividades con la de concertista y promotor cultural. Son frecuentes sus visitas a San Luis Potosí y al Altiplano Potosino en sus giras que realiza en México. Comenzó sus estudios en Helmstedt, Alemania con Olaf Sievers, después en la Universidad Autónoma de Coahuila con Jesús Posada y finalmente en la Université Bishop’s de Québec con Andrew McDonald. Ha tomado clase magistral y cursos con renombrados maestros como Karlheinz Stockhausen, Leo Brouwer y Remi Boucher.

Celebramos el entusiasmo de Ángel Blanco para el rescate de la música de estos personajes mexicanos que han colocado a México como uno de los puntos donde se ha contribuido al desarrollo musical y en especial a la teoría de la música con sus innovadores sistemas que se suman al de otros músicos mexicanos desconocidos.

Cadencias, escrita para guitarra en cuartos de tono por Julián Carrillo, ahora puede escucharse y a través de sus notas ingresar a ese nuevo mundo sonoro creado por Julián Carrillo que colocara a San Luis Potosí en la palestra mundial a través de la música.

Un buen homenaje a la memoria de Julián Carrillo y un reconocimiento a su labor trascendental en el arte y la música mexicana es este rescate de una obra perdida y nunca tocada anteriormente para guitarra de cuartos de tono, que Ángel Blanco da a conocer en el ciento cincuenta aniversario del nacimiento de Julián Carrillo Trujillo, como un tributo a la memoria de tan insigne músico.

Cadencia, puede escucharla en la siguiente dirección:

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Fuego cruzado y señalamientos precoces | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

Entre los integrantes de la Comisión de Vigilancia, el Instituto de Fiscalización y el Ayuntamiento capitalino, hay fuego cruzado y no se avisora tregua.

Al respecto y si me lo permite, vamos poniendo las diéresis en las “us”, los puntos sobre las íes y las cartas sobre la mesa.

Quien encendió la hoguera, que hoy ya no saben controlar, fue el titular del Instituto de Fiscalización, Rodrigo Joaquín Lecortois, que desde diciembre pasado soltó una declaración precoz y maliciosa (en política lo que parece, es) respecto al monto y origen de supuestas y millonarias observaciones detectadas en las cuentas de algunos entes obligados pero al mismo tiempo haciendo un énfasis “velado” en el caso de la capital potosina.

Técnicamente y siendo muy “puristas” el titular del IFSE, no rompió ninguna norma y reglamento al hablar del tema, pero no le faltó nada para hacerlo y eso huele a imprudencia programada, a golpe sin que parezca golpe, y a la rienda suelta para la politización del asunto. Y así fue.

La postura del gobierno de Enrique Galindo por su parte, es la más simple: Primero ser notificados, segundo cumplir con el primer plazo para desahogo de observaciones (que terminó hoy) y usar los 60 días que restan y que marca la ley para que se sigan solventando las dudas y observaciones de cualquier índole y de cualquier tamaño.

Llamar, de cualquiera de las partes involucradas en este fuego cruzado, a la “no politización” del asunto no les queda. A ninguno. Ya están grandecitos.

El asunto es político por donde se le vea, y estando las cosas en el grado de tensión entre palacios, la intervención del IFSE en ese grado no puede creerse que sea obra ni de la casualidad ni de la “inocencia”. (¿O será que yo soy el único mal pensado?)

Están jugando a la bolsa de valores del descrédito, o al menos ese es el mensaje que están enviando. ¿De qué les sirve? Yo tengo mis teorías, pero la mejor opinión es la de Usted, mi Culto Público.

Entre tanto, los episodios declarativos y esgrimas verbales entre los diputados integrantes de la Comisión de Vigilancia, específicamente entre el diputado presidente de dicha comisión, Fernando Gámez Macías y el legislador Marco Gama, vinieron a echar gasolina a la hoguera que inició en diciembre.

Por un lado, el legislador naranja puso de manifiesto que no se había tenido acceso al dictamen y se quejó del uso político de los “adelantos” a la opinión pública,

lo que interpretó (igual que muchos) como un acto de ataque dirigido.

En contra parte, la narrativa del diputado Fernando Gámez se centró dos líneas: demostrar que desde diciembre pasado todos los integrantes pudieron revisar los dictámenes y querer quejarse en último de enero era demasiado tarde.

Le dijeron a Gama algo así como “tu no hiciste la tarea y yo no te presto la mía”.

Por otro lado, tanto Gámez como el Instituto de Fiscalización acuden al argumento de los nuevos tiempos y de la transparencia encima de la prudencia que corresponde al manejo de las observaciones, que apenas entran a una segunda etapa de desahogo por 60 días más, es decir, no es tiempo de acusaciones completas. Ni hay nadie con un pié fuera de su esfera.

El argumento fue reforzado por declaraciones de éste mismo sábado en la mañana por el diputado José Luis Fernández y el senador Gilberto Hernández Villafuerte, ambos del Partido Verde, que respaldan al diputado Fernando Gámez y a Rodrigo Joaquín Lecortois y tienen razón, nadie en su sano juicio está en contra de que se explique y transparente el uso de los recursos, sin embargo el modo en que lo están haciendo, estando las circunstancias como están, se presta por lo menos a interpretaciones.

Sin embargo, hay que ser muy claros: adelantado o no, precoz o no, politizado o no, prudente o no, filtrado o no, si el ayuntamiento capitalino y otros entes obligados tienen encima millonarias observaciones pues deben ponerse a trabajar, evitar la esgrima mediática de asuntos técnicos, cumplir en tiempo y forma, dar la cara, ser responsables y cumplir no solamente con los personajes al frente de las instituciones, sino asumir responsabilidad ética y moral que tienen con nosotros los ciudadanos.

Jorge Saldaña.

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