#4 Tiempos
El notable educador y científico potosino | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
																								
												
												
											EL CRONOPIO
En entrega anterior nos referimos, a propósito de los precursores de la autonomía universitaria, al Dr. Valentín Gama y Cruz, notable educador y científico potosino. Con motivo de un aniversario más de su natalicio, el pasado 21 de enero, retomamos al personaje y hablaremos a grandes rasgos de otros aspectos de su obra científica. El 21 de enero se conmemoran los 154 años de su nacimiento.
El ingeniero geógrafo don Valentín Gama y Cruz nació en la ciudad de San Luis Potosí el 21 de enero de 1868 y murió en la ciudad de México el 3 de enero de 1942. Estudió en el entonces Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí y en México en la Escuela Nacional de Ingeniería, donde alcanzó el título en 1891. Fue miembro de la Comisión Internacional de Límites entre Estados Unidos y México, Subdirector y luego Director del Observatorio Astronómico Nacional. Profesor de la Escuela Nacional de Ingeniería desde 1904, reformó los planes de estudio y escribió la obra titulada: nociones fundamentales de mecánica, y varios estudios sobre el sistema de Newton. Fue Rector de la Universidad Nacional, designado por Venustiano Carranza, en dos ocasiones: de septiembre a diciembre de 1914, y de abril a junio de 1915. Conferenciante fácil y ameno, aún en las más arduas materias científicas, escribió sobre astronomía, geodesia y enseñanza preparatoria y profesional.
Sobre cuestiones agrícolas dejó los libros: La Propiedad en México y La Reforma Agraria, 1931. Es asimismo digna de mención en la bibliografía de este científico de relieve nacional, su Memoria para la Carta del Valle de México, publicada en aquella ciudad en 1920.
En La Unión Democrática, periódico oficial del Estado de San Luis Potosí, en el número 294, edición del 20 de marzo de 1880, en la página 2 se menciona la entrega de diplomas a alumnos del instituto, donde aparece Valentín Gama en geografía, así como Ponciano Arriaga en Anatomía y primer año de Farmacia.
Por los años en que estuvo Valentín Gama como estudiante del Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí, ya existía la cátedra de Astronomía. Gama, siendo aún estudiante inició su relación con la astronomía, y disciplinas afines, área del conocimiento que le ocupó la mayor parte de su vida. En 1889 tomó el trabajo de conserje del Observatorio Astronómico de Tacubaya; fue primer ayudante observador y calculador, astrónomo adjunto, astrónomo auxiliar y también subdirector del Observatorio Astronómico Nacional en 1913.
A partir de 1904 Valentín Gama se dedicó también a la enseñanza de las ciencias impartiendo en la escuela Nacional de Ingeniería el primer curso de Mecánica Analítica, en 1910 fue profesor interino de Mecánica General, en ese año la Universidad Nacional le otorgó el grado de Doctor Ex Oficio y se desempeñó como Director de la Escuela Nacional Preparatoria de 1912 a 1913.
Entre 1913 y 1914 fue decano de la Subsección de Ciencias Físicas en la Escuela Nacional de Altos Estudios y, al mismo tiempo, profesor interino de Topografía e Hidrografía. Estuvo a cargo del curso teórico y experimental de mecánica y óptica en la Escuela Nacional de Altos Estudios; fue asimismo profesor jefe de las clases de matemáticas y cosmografía en la Escuela Nacional Preparatoria en 1914.
Dos años después de la fundación de la Universidad asumió la dirección de la Escuela Nacional Preparatoria y, ya en 1913, se desempeñó como Director de la Escuela Nacional de Ingenieros, en donde se dio a la tarea de reformar los planes de estudio.
Un paso sólido para la profesionalización de la física en México se dio en 1910 con la creación de la Escuela Nacional de Altos Estudios donde se pretendía que la física tuviera un empuje para realizar trabajos de investigación; aunque el objetivo no se cumplió abrió el camino para que esto pudiera suceder años después. En la Escuela Nacional de Altos Estudios, la física pertenecía a la Sección de Ciencias Exactas, Física y Naturales, y en 1924 la escuela se transformó en la Facultad de Filosofía y Letras, de donde emergiera posteriormente la carrera de física de la UNAM. La escuela fue concebida desde 1881 en el proyecto de Justo Sierra, donde también planteaba la creación de la Universidad de México, proyectos que cristalizaron hasta 1910.
De esta forma Valentín Gama como profesor de la Escuela Nacional de Altos Estudios y posteriormente de la Facultad de Filosofía y Letras fue crucial para la profesionalización de la física en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, que se creó en 1935 y que agrupaba la Escuela Nacional e Ingenieros, la Escuela de Ciencias Químicas y el Departamento de Ciencias Físicas y Matemáticas, departamento este último donde se propusieron las primeras carreras de física y matemáticas.
En 1939 la Facultad de Ciencias de la UNAM inició sus actividades y la mayoría de los profesores que pertenecieron a la Escuela Nacional de Altos Estudios y de la Facultad de Filosofía y Letras quedaron como profesores de la nueva Facultad, incluido Valentín Gama que fuera profesor en 1939 del curso de historia de la física y en 1941 del curso de historia de las matemáticas.
También lee: La botánica que estudió la vegetación potosina | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
Selección Femenil Sub-17 el despertar desde Marruecos | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
														TESTEANDO
En Marruecos se está escribiendo una historia que podría marcar el rumbo del fútbol femenil mexicano. La Selección Sub-17 llegó al Mundial con la ilusión intacta, pero también con el peso de representar a un país que exige crecimiento, identidad y resultados. No es solo una competencia juvenil, es la oportunidad de demostrar que el talento mexicano está listo para dar el salto.
El torneo comenzó con un tropiezo doloroso ante Corea del Norte. Fue un golpe que dejó lecciones más que heridas. Pero lo más importante no fue la derrota, sino la reacción. En el siguiente encuentro, frente a Países Bajos, México mostró carácter, temple y una madurez poco común para su edad. Ese triunfo ajustado cambió por completo la atmósfera del grupo y reavivó la confianza.
Con el paso de los partidos, la selección se reencontró con su mejor versión: ordenada en defensa, solidaria en el medio campo y valiente al frente. Las jugadoras comenzaron a jugar con una convicción distinta, sabiendo que el esfuerzo colectivo podía llevarlas lejos. Esa confianza las ha impulsado hasta los cuartos de final, donde ahora deberán enfrentar a Italia, un rival con tradición, técnica y ambición.
El duelo ante las italianas será una prueba de madurez. México llega con un grupo que no teme a los nombres ni a los antecedentes. Lo que se ha visto hasta ahora es un equipo que juega con personalidad, que corre cada b alón como si fuera el último
y que entiende que representar al país en una Copa del Mundo es un privilegio que se honra con entrega total.Más allá de los resultados, este torneo está dejando señales alentadoras. La evolución táctica, la inteligencia en la recuperación y la capacidad para sostener el ritmo de juego muestran que el proceso del fútbol femenil en México empieza a consolidarse. Ya no se trata de promesas, se trata de hechos.
Estas jóvenes futbolistas no compiten solo contra rivales extranjeros, sino también contra una historia que durante años les negó visibilidad. Hoy, ellas están cambiando la narrativa. Cada pase, cada jugada y cada gol son una afirmación de que el fútbol femenil mexicano está listo para ocupar su lugar en la élite.
La Selección Mexicana Femenil Sub-17 está viviendo un momento clave. Enfrentar a Italia en los cuartos de finalno es solo una cita deportiva, es la oportunidad de confirmar que México tiene una generación capaz de mirar de frente a cualquier potencia. Pase lo que pase, este equipo ya dejó claro que el futuro del fútbol femenil nacional no es una promesa: es una realidad que acaba de comenzar.
También lee: De CU a mantener el vuelo | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
#4 Tiempos
Agua, territorio y sociedad, el tema del mes de La Ciencia en el Bar | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
														EL CRONOPIO
Continúa el ciclo número cuarenta de La Ciencia en el Bar, que está por cumplir cuarenta años de actividades siendo el programa de este tipo, pionero en nuestro país y que fue establecido para festejar los cincuenta años de la Física en San Luis que ahora llegará a los setenta.
En este ciclo conmemorativo toca el turno a la Dra. Azalea Judith Ortiz Rodríguez que abordará el tema, Agua, Territorio y Sociedad: construyendo puentes entre la ciencia y la gente a través de la conectividad; tema por demás interesante e importante pues aborda el problema del agua, sustancia vital para la vida y el desarrollo de nuestras sociedades.
En anteriores sesiones de La Ciencia en el Bar, se ha tratado este tema y ahora la Dra. Ortiz nos presentará nuevos aportes a esta problemática donde la participación ciudadana es de vital importancia en esa liga con los especialistas a fin de resolver los grandes problemas sociales asociados a el agua, incluyendo los aspectos territoriales. La sesión de hace diez años que consistió en una mesa redonda con el tema de agua, leyes y derechos, puede consultarse en mi canal de youtube:
La charla se llevará a cabo este miércoles 29 de octubre en punto de las ocho de la noche en la Cervecería San Luis, ubicada en Calzada de Guadalupe número 326, la entrada es gratuita y no hay obligación de consumo; es un escenario informal de convivencia entre el gran público y la comunidad científica potosina que aporta y pone a discusión sus resultados científicos en aras de formar mejores sociedades.
La formación de la Dra. Azalea Judith Ortiz Rodríguez ha sido muy variada, realizó una licenciatura en Geografía titulándose en 2010, posteriormente la maestría en ciencias en Geología Aplicada (2012) y, finalmente su doctorado en el programa institucional de la UASLP en ingeniería y ciencias de materiales graduándose en 2017.
Tuvo una estancia posdoctoral en el Instituto de Investigación en Zonas Desérticas de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí de 2020 a 2024, donde se enfocó en cuestiones de la conectividad hidrológica en varios contextos ambientales, publicando sus resultados en revistas especializadas en cuestiones hídricas. El tema del que nos hablará es justamente lo que trabajó en el Instituto de Zonas Desérticas bajo la dirección del Dr. Carlos Alfonso Muñoz Robles.Ha colaborado en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México y en el campus Juriquilla en Querétaro de la misma universidad. Es una joven científica formada en los programas universitarios de la UASLP y formada como investigadora en el programa de Ingeniería y Ciencias de Materiales que es uno de los más importantes programas de formación científica de la UASLP que reúne a un buen número de dependencias universitarias dedicadas a la investigación científica y donde participan grupos de investigación en diversas áreas del conocimiento. En este programa que está cumpliendo veinte años, han egresado más de doscientos investigadores con el grado de doctor, entre los que se encuentra la Dra. Azalea Judith Ortiz Rodríguez.
Los invitamos este miércoles 29 de octubre en la Cervecería San Luis a escuchar la charla sobre agua en el tema de conectividad hídrica, que nos presentará la Dra. Judith Ortiz.
También lee: Tradición potosina en Altas Energías, reconocimiento a Jürgen Engelfried | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
La seriedad y la risa | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
														LETRAS minúsculas
Un amigo mío, ejecutivo de cierta importancia, tan pronto como llega a su oficina arquea las cejas, se compone la corbata y adopta una pose tan autoritaria que a uno le dan ganas de obedecerle en todo. ¡Dios mío, qué transmutación de un minuto a otro y de una puerta a la siguiente! ¡Pero si apenas hace cinco minutos venía en su auto contando chistes rojos! Cuando se apeó del automóvil aún sonreía, pero apenas entró en el edificio adoptó un tono tan cadavérico y malhumorado que ya sólo verlo daba miedo. ¿Estoy ante uno de esos que los psicólogos llaman ciclotímicos?, me preguntaba yo lleno de asombro, pues no me explicaba cómo se podía pasar de un estado de ánimo a su contrario de manera tan radical y, sobre todo, en tan corto tiempo.
-Señorita –dijo mi amigo apretando un botón y levantando una bocina-, ayer por la tarde le pedí que revisara el expediente X. ¿Lo hizo usted?
La señorita tartamudeaba en la lejanía, presa de un pánico feroz.
-Sí, sí, lo he hecho. ¿Quiere usted revisarlo, licenciado?
Yo miraba a mi amigo como preguntándole: «¿Eres tú? ¿De veras eres tú?». Pero él hizo como que no entendió mi pregunta, y en eso la secretaria anunció la llegada del famoso y temido expediente X.
Entonces recordé lo que, según dicen, aconsejó una vez Anaximandro el filósofo a Pericles el político: «Acuérdate de lo que te digo: para seguir en el poder hay que ser serios». Y sonreí con cierta malicia, como entendiendo por fin de qué iba la cosa. Pero, ¿había leído mi amigo a los filósofos griegos?
Lo dudo. Ya el Memín Pinguín hubiera sido demasiado para él. Y esto lo digo no en plan de mofa, sino ateniéndome a lo que él mismo me dijo un día, a saber: que el único libro que había leído en su vida, y de eso hacía ya muchos años, era el instructivo de una cámara Nikon que acababa de comprar en aquel entonces; pero, de ahí en fuera, nada más…
–Es apasionante leer los instructivos y a la vez muy divertido –me dijo aquella vez-. Pero, ¿quién lee ya estas obras maestras de la concisión? ¡Es la literatura más olvidada de todas! No miento si te digo que mi modesta biblioteca personal, si puedo llamarla así, está formada sólo por esos instructivos o manuales de uso que la gente desecha con desconsiderada facilidad. ¡Tengo más de cien! Algún día leeré los noventa y nueve que me faltan.
¿Bromeaba mi amigo diciéndome estas cosas? Pero no, no bromeaba: recordemos que estaba en su oficina y que él, allí, no se habría permitido ni la sonrisa más discreta.
Pero ahora hablemos de una mujer a la que conozco. En su juventud fue algo hermosa, según pude verlo en viejas fotografías conservadas con devoción por ella misma en un álbum que, de tan pesado, nadie aceptaría cargar durante cinco minutos seguidos. Sí, digamos que fue bella. Pero cometió en su juventud el error de hacer caso a una amiga suya del colegio que le dijo un día:
-No permitas que tu hermosura se estropee. Evita, sobre todo, las patas de gallo.
-¿Y cómo las he de evitar? –preguntó ella, pues realmente le quitaban el sueño todas estas cosas.
-No rías. Y, si puedes, evita también las sonrisas. ¡Estropean el rostro como no tienes una idea! Lo arrugan, lo ajan, lo deforman.
¡Lo mismo pensaba aquel monje amargado de El nombre de la rosa!: «La risa sacude el cuerpo, deforma los rasgos de la cara y hace que el hombre parezca un mono».
Desde entonces aquella mujer ya nunca rió, conformándose, para manifestar su alegría, con estirar la boca y hacer una mueca, cual si estuviera ante un espejo comprobando que no se le ha quedado nada entre los dientes después de haber comido. ¿Sonreír de veras? No, gracias. Debo cuidarme de las patas de gallo.
Y así podría contra infinidad de historias más; baste por el momento con decir que, si bien la sonrisa tiene enemigos, yo preferiría mil veces que nadie me obedeciera y todo se me arrugara, a andar por la vida mostrando una horripilante cara de tabla.
Escribió el padre Auguste Valensin en su diario (anotación del 10 de mayo de 1937): «No sentir miedo de Jesús, no sentir miedo de mi Padre. Me imagino a Jesús con sus apóstoles. Llega a la orilla del lago donde los niños juegan. Y, al verlo, huyen los niños. Una madre le trae a su niñito de seis años y el pequeñín, aterrorizado, se agarra a las faldas de su madre, grita, quiere escaparse de allí. ¡Lo contrario de lo que sabemos que ocurría! Y me pregunto: ¿qué sentimientos hubiera experimentado Jesús? ¡Es tan doloroso darse cuenta de que se infunde miedo! Y todavía el miedo de un niño no puede realmente entristecernos porque es irrazonado, pero Jesús, que vino por amar a los hombres y fue todo amor para ellos, si hubiera visto a los que se acercaban a Él y a quienes ofrecía su afecto retirarse muertos de miedo; si hubiera visto a sus apóstoles tratarle como un maestro severo, mientras que Él se mostraba para con ellos indulgente y suave; si hubiera visto que los pecadores evitaban incluso por respeto su presencia, ¡qué pena hubiera experimentado!».
Jesús debió sonreír, y muy a menudo; debió ser incluso un maestro en el arte de la sonrisa, pues de no haber sido así, ¿por qué iban los niños a correr a abrazarlo espontáneamente, como sabemos que lo hacían? Somos más bien nosotros, sus discípulos, quienes hemos caído a veces en la tentación de la seriedad. ¡Como si por parecer serios nuestros enemigos fueran a respetarnos más! Quizá sea demasiado injusto al decir esto, pero un cristiano que infunde miedo –sea cual fuere su trabajo en la viña del Señor-, aún no ha podido ser cristiano más que a medias.
¿O me equivoco, estimado lector?
También lee: Monólogo del profesor | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
- 
																	Destacadas1 año
Con 4 meses trabajando, jefa de control de abasto del IMSS se va de vacaciones a Jerusalén, echando mentiras
 - 
																	Ciudad3 años
¿Cuándo abrirá The Park en SLP y qué tiendas tendrá?
 - 
																	Ciudad4 años
Tornillo Vázquez, la joven estrella del rap potosino
 - 
																	Destacadas4 años
“SLP pasaría a semáforo rojo este viernes”: Andreu Comas
 - 
																	Estado2 años
A partir de enero de 2024 ya no se cobrarán estacionamientos de centros comerciales
 - 
																	Ciudad3 años
Crudo, el club secreto oculto en el Centro Histórico de SLP
 - 
																	#4 Tiempos3 años
La disputa por el triángulo dorado de SLP | Columna de Luis Moreno
 - 
																	Destacadas3 años
SLP podría volver en enero a clases online
 












