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Estos son los perfiles de candidatos del PRI a la gubernatura en SLP
Los interesados definieron no registrarse al proceso interno y dejarán que sea la dirigencia nacional la que defina a su abanderado.
Por: Ana G Silva y Alejandro ZG
Ayer, los cinco interesado en ser candidato del PRI a la gubernatura de San Luis Potosí, determinaron no registrarse a contender en el proceso interno y en su lugar enviaron una carta a la dirigencia nacional del partido solicitando que sea ella la que designe al perfil más calificado, sin embargo, son cinco los perfiles en los que quedará la elección. Estos son los contendientes:
Luis Mahbub Sarquis
Es un empresario potosino que contendió, junto a su compañera de fórmula Rebeca Terán Guevara, como candidatos de la coalición “Todos Por México” (PRI-Verde-PANAL), al senado en las elecciones del 2018 en el estado de San Luis Potosí en donde perdieron con la coalición “Por México al Frente” integrada por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano con sus representantes Marco Gama Basarte y Leonor Noyola Cervantes con 375 mil 441 votos a favor, a 57 mil votos sobre la coalición “Juntos Haremos Historia” de Morena-PES-PT y el tercer lugar lo obtuvo empresario y a la diputada perredista con 305 mil 717 votos, lo que no favoreció al PRI por un lugar para el senado de la República.
Luis Mahbub es Ingeniero Civil de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).
Ha fungido labores en distintas cámaras empresariales a nivel local, estatal y nacional, como presidente de Cámara Nacional de Comercio (Canaco) y de Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicio y Turismo (Concanaco Servytur). Así mismo fue consejero nacional del IMSS, consejero nacional del Infonavit, consejero y fundador de ProMéxico y ha participado por más de 10 años como consejero nacional del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Actualmente ha estado de gira en distintos municipios con las estructuras y militancia del PRI San Luis Potosí, con su nuevo hashtag “#GrandesCosasEstánPorVenir.
Enrique Francisco Galindo Ceballos
El militante y excomisionado General de la Policía Federal de México, actualmente figura como uno de los candidatos más prometedores dentro del PRI para contender por la gubernatura del partido en el estado.
Enrique Galindo tiene una trayectoria amplia trabajando en sectores locales, federales y estatales en ámbitos, principalmente, policiacos y de seguridad. Destaca en su currículum su participación como secretario ejecutivo de la Comunidad de Policías de América, Ameripol.
El militante priista tiene distintas maestrías, como la de Política Criminal, hechas en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, hasta su curso de nivel doctorado que actualmente trabaja en la Universidad de Salamanca, desarrollándose en la línea de la investigación en temas como “Unidades de Inteligencia Financiera como Instrumentos de Lucha contra el Lavado de Dinero”.
En una entrevista hecha por Plano Informativo, aseguró que no tiene procedimientos ni investigaciones en su contra, y que jamás “brincaría” a otro partido político en caso de verse la posibilidad.
Joel Ramírez Díaz
Es el actual secretario de Educación General del Estado . Su antecesor fue Juan Manuel Carreras, gobernador de San Luis Potosí. Además le ha tocado vivir una de las épocas más complejas al frente de SEGE por la pandemia del covid-19. Fue diputado federal en dos ocasiones, delegado del Infonavit, secretario particular del gobernador Carlos Jonguitud.
Martín Juarez
Es diputado local, fungió como subdirector General de la Dirección de Gobernación de San Luis Potosí, director Estatal de Protección Civil, director General de Gobernación del Estado de San Luis Potosí.
Una parte de su vida la dedicó a la educación como profesor de primaria, fue titular de la Unidad Coordinadora Estatal del Programa para Abatir el Rezago Educativo (UCE-PAREIB), coordinador Estatal de Participación Social de la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado y delegado Federal del Consejo Nacional de Fomento Educativo en San Luis Potosí.
Martín Juarez escribía una columna en el periódico local El Heraldo llamada “Primicias”.
Dentro del PRI fue fundador y presidente de la sociedad Potosina de Oratoria “Jesús Silva Herzog”, presidente del CDE del frente Juvenil Revolucionario (Proceso de consulta a la base), consejero político estatal y nacional del PRI, coordinador Estatal del Padrón Priista en SLP, subsecretario de Organización del CDE del PRI, vicepresidente de Fundación Colosio, filial San Luis Potosí. Pte. Lic. Jacinto Larraga Martínez.
Mauricio Ramírez Konishi
El actual diputado local, es licenciado en Economía egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), fue director general del Instituto de Vivienda del estado de San Luis Potosí, director general de MEJORA Desarrollo Laboral, A.C., una institución de cajas de ahorros, también fue asesor financiero del municipio de San Luis Potosí de 2004 a 2005, subdirector de Evaluación y Desarrollo de Proyectos del Sifide
En cuanto a temas educativos, se desempeño como Secretario General de la Asociación De Estudiantes Foráneos del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), presidente de la Zona Bajío-Pacífico de “Jóvenes Por la Paz”, presidente de la Sociedad de Alumnos del Instituto Real de San Luis (secundaria y preparatoria).
Finalmente, ninguno de los mencionados se inscribió en el proceso, este miércoles hicieron pública una carta dirigida al presidente nacional del partido, Alejandro Moreno Cárdenas, en la cual manifestaron su voluntad para que sea el Comité Directivo Nacional quien determine al candidato del tricolor.
También lee: Martes de sorpresas: ¿Luis Mahbub el candidato del PRI? | Apuntes de Jorge Saldaña
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Visita presidencial de “caras y gestos”. Crónica de Jorge Saldaña
Por: Jorge Saldaña.
“Shhhhhhh… cállense”.
El dedo índice de Rosa Icela Rodríguez, la potosina de más carrera en la política que en el periodismo, llevaba y traía su dedo índice hacia sus labios como metrónomo de maestra en salón rebelde. La escena ocurría en la entrada sur del Centro de Negocios Potosí, donde se agrupaban familiares, diputados, dirigentes y devotos de Morena. Esa especie de elegidos con privilegios de primera fila que corearon cuando la tuvieron a la vista:
—“¡Gooo-ber-nadora, gooo-ber-nadora, gooo-ber-nadora!”
La secretaria de Gobernación, vestida como maestra de convento —ataviada de negro, pelo recogido de bolita y lentes de armazón grueso—, parecía cargar todavía las tablas de quien sabe poner orden con solo mirar.
Silencio, les exigía, porque tras de ella estaba por entrar la mujer con la que compartió luchas, marchas, sobremesas y hasta hospedajes serranos en casa de las hermanas Rodríguez Velázquez, allá en Xilitla.
Era su amiga de décadas, su aliada, su cómplice: Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de México.
La presidenta, la primera en la historia, llegaba a San Luis Potosí. Y no era cualquier visita: era una cargada de símbolos y la presentación de su primer informe en territorio potosino, ese suelo donde las lealtades se pintan de guinda y verde fosforescente, y donde la coreografía del poder es más elocuente que cualquier discurso.
El bloque guinda y el invitado inesperado
En el corazón del bloque morenista, tras las vallas que los separaban del resto de mortales, una presencia destacaba como pez en pecera ajena: Enrique Galindo, alcalde de la capital, priista de cepa y panista de circunstancia, en un sorpresivo y simbólico equilibrio de acercamientos.
Invitado directo desde la oficina presidencial, se estrenaba en un evento federal en su propia ciudad (nunca lo habían invitado).
Una foto en ese lugar y con esa compañía, equivalió a un mensaje cifrado.
El resto del cortejo federal entró casi inadvertido: Mario Delgado, secretario de Educación, prefería mirar su celular que a la multitud; otros pasaban como sombras de reparto en una obra que no les pertenece. La expectativa miraba más alto: Sheinbaum aún no entraba, y ya el aire olía a electricidad contenida.
La entrada del “Pollo”
Un poco antes, pero de el otro lado del recinto, por la puerta opuesta, apareció Ricardo Gallardo Cardona, gobernador del estado. Pantalón claro, camisa blanca de lino, aire festivo pero contenido. Su arribo fue anunciado por el micrófono, con tan mala acústica que nadie pareció darse cuenta.
El gobernador, acostumbrado a entradas estruendosas, se detuvo un instante: como extrañando la reacción, y la reacción no llegaba.
El salvavidas vino de José Luis Fernández, diputado federal y animador de la “pollobancada”. Con brazos en alto, agitó a la multitud como director de orquesta desesperado:
—“¡Ya entró el gobernador!”
Entonces sí, estalló el coro verde:
—“¡Gobernador, gobernador, pollooo, poollooo!”
Aplausos, algarabía, una ola que creció de norte a sur. El gobernador respondió saludando a la primera fila, esa franja VIP donde se mezclaron empresarios, diputados locales, rectores, dirigentes sindicales, dueños de medios y hasta representantes de pueblos originarios con su quesqueme de gala.
Un mural de México en miniatura
De un lado, la élite verde, con chalecos que parecían uniforme; del otro, el guinda con invitado que resaltaba como cereza en pastel de coco.
Y si en la zona VIP de Morena sobresalió la presencia de Galindo, en la del Verde se percibió la ausencia de la senadora Ruth González.
Entre ambos bandos, saludos medidos y a lo lejos. Sonrisas tensas, cortesías que se dan mirando de reojo. La política en versión tardeada de la secundaria.
El templete y el ruido
El salón estaba lleno: 12 mil asistentes según el conteo oficial. Playeras blancas con vivos verdes, otras con letras guindas, contingentes magisteriales con camisas del SNTE. Un mosaico tricolor que parecía más un mitin de tres campañas que un acto de gobierno.
El sonido, pésimo. Se anunciaban nombres y cargos en el presidium, pero la mayoría no escuchaba nada.
Una escena para pasar aceite: cuando llegó el turno de la presentación de la secretaria de gobernación, Rosa Icela Rodríguez, se escuchó un vergonzoso y sordo abucheo:
—“Buuuuuuuuuhhhhhh”.
Un bochorno. Gallardo de inmediato reaccionó serio, negó con la cabeza, apretó los dientes y recriminó con mirada de espada a los suyos, como maestro a niños indisciplinados. Ese gesto, más que regaño, era advertencia: ¿Cómo se les ocurre?
Minutos después, vino el turno del gobernador para tomar la palabra, aunque dudó de su presentación hasta que se inclinó hacia la presidenta:
—“¿Ya me nombraron? ¿Ya paso?”
—“No sé…”, respondió Sheinbaum.
—“Es que no se oye nada.” Dijo Ricardo y se levantó al atril.
Gallardo habló breve, cálido, festivo. Parafraseó a Sheinbaum en su informe de Palacio: “Con nuestra presidenta vamos bien y vamos a ir mejor”. El aplauso verde sofocó los abucheos tímidos de algunos morenistas y maestros. Otra vez, la marea fosforescente se impuso en volumen.
El turno de la presidenta
Y entonces sí, llegó la voz que todos esperaban. Claudia Sheinbaum, con brazos alzados, como alcanzando un triunfo permanente que sostiene día con día, saludó a la multitud. El grito fue unánime:
—“¡Presidenta, presidenta!”
Pero el griterío magisterial no paraba y la presidenta tuvo que poner orden:
—“¿Me van a escuchar? Les traigo buenas noticias…”
El silencio se abrió paso. Anunció que el gobierno federal apoyaría a San Luis Potosí para pagar a los maestros. No explicó cómo ni cuándo, pero bastó. El alivio se convirtió en aplausos, como si una promesa ya fuera pago en efectivo.
Enumeró programas sociales, destacó la labor de las mujeres, habló del tren de pasajeros, del aeropuerto de Tamuín, de 40 mil viviendas y de un programa de agua. Más que detalles técnicos, ofreció horizonte político. Y como en cada gira, recordó que no se volvería al pasado de la “noche triste neoliberal”.
El evento, con presidenta presente, duró cincuenta minutos. Al terminar su intervención hubo abrazo con palmadas al gobernador; abrazo fraternal, largo, entrañable, con Rosa Icela. Gesto que se volvió foto, y la foto en mensaje.
Caras, gestos y señales
El himno nacional cerró el acto oficial. Todos de pie, todos correctos, todos con la misma solemnidad que en segundos se esfuma cuando el poder baja del templete.
La presidenta, una vez más escoltada de Gallardo, recorrió la otra primera fila, esa parte que no atendió en su llegada. Saludó rápido a diputados, (extrañamente el diputado Héctor Serrano ya no se encontraba y testigos aseguran que al llegar la presidenta, se le vio salir apurado del recinto)
Cortesía por igual par empresarios, sindicalistas, pausa breve pero notoria con el rector Zermeño, y otra pequeña parada para recibir un obsequio y firmar un libro.
Más selfies que conversaciones. Más sonrisas que palabras.
José Luis Fernández, siempre dispuesto al guiño, se presentó:
—“Soy diputado federal de la pollobancada.”
La presidenta sonrió.
Pero el tiempo real de Sheinbaum estaba reservado. El reencuentro fue en el bloque guinda, donde Rosa Icela había impuesto silencio al inicio. Ahí, sin prisa, Sheinbaum se tomó fotos con todos, abrazó a Rita Ozalia la dirigente estatal, escuchó, sonrió. Ahí sí se detuvo.
Afuera, la realidad
Mientras tanto, los asistentes —12 mil según el conteo— esperaban la salida. No había puertas abiertas hasta que la presidenta abandonara el recinto. El aire se hacía espeso, los ánimos cansados.
Y es que no llegaron caminando ni tarde. Desde las seis de la mañana se consignó que camiones verdes y guindas se estacionaron en el Tangamanga. El acarreo de siempre, con lonas y pancartas listas.
Para muchos, la visita presidencial duró diez horas, una jornada agotadora entre esperar, escuchar, aplaudir, salir.
La crónica se cierra como se abre: con gestos.
El silencio impuesto por Rosa Icela, la sonrisa diplomática de Gallardo, los abucheos inoportunos, el abrazo largo, los invitados sorpresivos, las palmadas de rigor, los camiones alineados en el parque. Todo cuenta, todo dice.
Así se vivió y se sintió la gira de Claudia Sheinbaum en territorio potosino: un acto de Estado vestido de mitin, una coreografía donde cada quien jugó su papel, un episodio contado con caras y gestos que, más que narrarse, se lee entre líneas.
Una visita que más que registrarse en boletines, se recordará como postal política: entre presencias y ausencias notorias, entusiasmos forzados, abucheos imprudentes, abrazos sinceros y silencios que pesan más que los discursos.
San Luis Potosí, por un día, se convirtió en espejo: verde y guinda frente a frente, disputando el micrófono, midiendo aplausos, compartiendo escenario. Aliados que se sientan por separado, se reclaman y se miran de reojo.
En medio, una presidenta que promete futuro con frases de alivio inmediato.
Una visita que, como suele pasar en la política mexicana, más que se cuenta… se descifra.
Aquí una galería:
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Encabeza Ricardo Gallardo desfile conmemorativo de la Independencia de México
Miles de familias potosinas celebraron y aplaudieron a los contingentes integrados por militares, cuerpos de seguridad y estudiantes
Por: Redacción
Con gran entusiasmo y en un ambiente de unión familiar, el Gobernador del Estado, Ricardo Gallardo Cardona, encabezó este 16 de septiembre el tradicional Desfile Cívico-Militar con motivo del 215 Aniversario del Inicio de la Independencia de México. Desde temprana hora, las principales calles del Centro Histórico de la capital se llenaron de colorido, música y banderas, donde miles de potosinas y potosinos se dieron cita para conmemorar una de las fechas más importantes del país.
El desfile contó con la participación de las Fuerzas Armadas del Ejército, así como de la Guardia Civil Estatal, cuerpos de auxilio, instituciones educativas, trabajadores del Gobierno estatal, asociaciones de charros y civiles, quienes desfilaron entre aplausos y muestras de orgullo de las familias reunidas. Las y los asistentes destacaron la organización del evento y expresaron su reconocimiento a los contingentes por su disciplina, compromiso y entrega al servicio de la sociedad.
Durante el recorrido, Ricardo Gallardo saludó a la ciudadanía y refrendó la importancia de mantener vivas las tradiciones que fortalecen la identidad mexicana, ya que la lucha por la Independencia es un llamado a la unidad, al respeto y al compromiso colectivo por un mejor futuro para San Luis Potosí y todo el país.
El desfile conmemorativo concluyó con la entonación del Himno Nacional y el cierre de la banda de guerra, lo que enmarcó esta fiesta patria que dejó una grata experiencia para quienes asistieron. Con este evento, el Gobierno del Estado reiteró su compromiso de seguir impulsando celebraciones cívicas que reúnan a las familias, fortalezcan los valores patrios y enaltezcan la historia de México.
También lee: Ricardo Gallardo conmemora el 215 aniversario del inicio de la Independencia de México
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Grito Histórico de la Primera Presidenta de México
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo encabezó un Grito de Independencia sin precedentes, marcado por la arenga a las heroínas anónimas
Por Roberto Mendoza
Esta noche de 15 de septiembre de 2025, el Zócalo de la Ciudad de México fue el escenario de una celebración que quedará inscrita en la historia. Ante miles de mexicanos, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo emitió su primer Grito de Independencia, un acto que rompió con el protocolo de años anteriores y reafirmó el enfoque de su gobierno. La ceremonia se distinguió por su notoria austeridad, prescindiendo de invitados especiales, comitivas ampliadas incluso de su familia, con la única presencia de su esposo.
El momento culminante de la noche llegó cuando la presidenta, en el balcón central de Palacio Nacional, tocó la campana de Dolores y pronunció una serie de arengas que resonaron en la Plaza de la Constitución.
El listado de proclamas fue el siguiente:
“Mexicanas, mexicanos: ¡Viva la Independencia!
Viva Miguel Hidalgo y Costilla.
Viva Josefa Ortiz Téllez Girón.
Viva José María Morelos y Pavón.
Viva Leona Vicario.
Viva Ignacio Allende.
Viva Gertrudis Bocanegra.
Viva Vicente Guerrero.
Viva Manuela Molina, La Capitana.
Vivan las heroínas anónimas.
Vivan las heroínas y héroes que nos dieron Patria.
Vivan las mujeres indígenas.
Vivan nuestras hermanas y hermanos migrantes.
Viva la dignidad del pueblo de México.
Viva la libertad.
Viva la igualdad.
Viva la democracia.
Viva la Justicia.
Viva México, libre, independiente y soberano.
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!”
La arenga a las “heroínas anónimas” y el reconocimiento a figuras como Gertrudis Bocanegra y Manuela Molina, La Capitana, sumado a las proclamas por las “mujeres indígenas” y la “igualdad”, marcaron un fuerte acento de género en la ceremonia. Este enfoque se extendió a su vestimenta y a la banda presidencial. La presidenta lució un vestido morado, confeccionado por una artesana oaxaqueña. Este color, que simboliza la lucha feminista y la transformación, se interpretó como un homenaje a la reivindicación de la mujer en la vida política del país. Asimismo, la banda presidencial que portó fue elaborada de manera especial por mujeres del Ejército Mexicano, un gesto que subraya su papel como primera Comandanta de las Fuerzas Armadas.
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