#4 Tiempos
Vicente Fox: El mal mental como táctica para librar la cárcel | Columna de Enrique Domínguez
Cuentas claras
Ante la evidencia de claros signos de corrupción en su vida política y como expresidente, este vulgar ladrón se ampara en las redes sociales para la descalificación continua de las acciones del actual gobierno, no solo denuesta, también promueve reformas caducas en perjuicio del país y los “horrores” ortográficos son MUY FRECUENTES.
Hace unos días lanzó un mensaje llamado: “O todos coludos o todos rabones”, su semblante era de enojo, de estado de ebriedad o víctima de abuso de estupefacientes, eso trataba de dar a entender, pero la realidad es otra.
Es solo una TÁCTICA, para, que, en caso de ser juzgado, se atribuya un MAL MENTAL en su defensa y pueda librar la cárcel.
Lejos quedaron esos días en que Vicente Fox se enfilaba como un gran líder, un estilo diferente de hacer política, sus primeros pasos como candidato a gobernador por el estado de Guanajuato, vieron cómo, a pesar de haber perdido las elecciones ante Ramón Aguirre Velázquez (Incondicional del ya fallecido Expresidente Miguel de la Madrid). Salió a protestar haciéndose notar, efectuando una resistencia civil denominada “caminata por la democracia” ante el fraude electoral; se hicieron MANIFESTACIONES, BLOQUEO de carreteras y CERCARON el aeropuerto Internacional.
La forma de hacer política en aquel entonces era poco ortodoxa desviando por completo los viejos cánones establecidos. Una camisa “arremangada” un lenguaje coloquial y llamar corruptos al partido hegemónico que llevaba en esos tiempos más de 70 años en el poder.
El populismo fue la base que le ganó simpatías y ganó de manera legítima la presidencia de la república en 2000, había felicidad en la cúpula PANISTA y también entre la población que votó por él. Existía una esperanza y la posibilidad de un cambio real, en principio su lema de: “Sacaremos al PRI de los pinos” en primera instancia era un paso abismal para lograr un genuino cambio de rumbo en la vida del país.
La decepción se hizo evidente, a medida que avanzaba, aquellas promesas de campaña como la evidencia de los beneficiados por el Fondo Bancario para la protección del ahorro bancario (FOBAPROA) no se cumpliría, un escándalo de mayores proporciones llegó a los pocos meses de su incipiente gobierno con los exagerados gastos de administración para el menaje de la residencia oficial de los pinos con toallas de 400 dólares por unidad, sábanas de 3500 dólares y cortinas a control remoto por 17 mil dólares, generando en total 800,000 dólares en adquisiciones y 500,000 dólares más en remodelaciones.
La proliferación de empresas “fantasma” lo acompañarían hasta el día de hoy, un claro ejemplo en junio de 2001 como el caso de MYO, que solo existía de nombre, porque ni el teléfono ni la dirección se incluían
Un empresario “quebrado” como lo era Fox, pronto empezó a acumular recursos a raudales, habiendo generado una fortuna que, entre los principales beneficiados está la propia familia, su esposa Marta Sahagún e hijos.
La empresa Construcciones Prácticas SA de CV que era encabezada por Manuel Bribiesca Sahagún adquirió 4 lotes de vivienda valoradas en 1,318 millones de pesos, en la risible cantidad de 35 millones de pesos, es decir, un 2.5% de su valor real, esta subasta de activos fue realizada por el Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB) antes llamado FOBAPROA. Por cierto, los 35 millones de pesos salieron de una cuenta en la que “Martita” era la cotitular.
Por su parte, Fernando Bribiesca Sahagún hizo otro “cuantioso” negocio con el grupo Estrella Blanca estableciéndose como socio con una flotilla de camiones, cuyas ganancias iban a una cuenta que manejaba con su madre Marta Sahagún, como establece un artículo de la Vanguardia.
Nueve meses después de haber dejado la presidencia de la República, Vicente Fox recibe “Regalada” las acciones de la empresa Transportes FL SA de CV que es parte del emporio MyM con una flotilla de 4 mil 800 Vehículos de carga. Lo que es importante seña lar es que entre 2002 y 2006, periodo del sexenio de Vicente Fox, dicha empresa tuvo contratos por 82 millones de pesos, cabe señalar que el ahora expresidente no era socio, tiempo después entre 2007 los contratos con el gobierno aumentaron en más de 1300%, es decir, 1103 millones de pesos, durante el periodo de 2013 a 2016 el monto superó los 1400 millones de pesos, como aparece en una investigación de Aristegui Noticias.
En una entrevista concedida al periodista Raúl Olmos dijo que sus acciones las había vendido por 2 millones y medio de pesos. Los miembros del consejo de administración incluían a un sobrino de Vicente Fox, su esposa Marta y sus hijos, por lo pronto ya no aparecen, pero existe la duda si aún permanecen como accionistas.
Otro cuantioso regalo a Vicente Fox lo hizo la empresa EIM Capital SA de CV otorgándole 400 acciones en mayo de 2014 como una recompensa por su gestión de negocios en busca de contratos para la extracción de hidrocarburos con la tecnología conocida como ‘fracking’. Eso no es todo, también negoció una comisión de 6% POR CADA PROYECTO CONCRETADO, como aparece en el mismo artículo de Aristegui Noticias.
En 2015 su vocero y gestor Vicente Fox anunció que EIM capital destinaría dos mil millones de dólares a proyectos de campos de electricidad, shale y campos petroleros en México. Por lo pronto invertirá en la Ciudad de León 500 millones de dólares. Si tomamos en cuenta el 6% de comisión, Vicente Fox, se estaría embolsando la cantidad de 30 millones de dólares.
Al terminar su mandato como presidente de México, el Centro Fox y la Asociación de “Martita” llamada “Vamos México” han recibido hasta ahora 553 millones de pesos (Solo en efectivo), como describe una investigación de Raúl Olmos y Valeria Durán.
- La empresa inglesa Outram Investments Limited Transfirió para el centro Fox la cantidad de 200 mil dólares, lo raro del caso es, que es sus estados financieros aparece un capital de 2 libras esterlinas.
- Delta Servicios del Sureste SA de CV (Ligada a Oceanografía) hizo donativos por 2 millones 525 mil pesos, es de señalar que esta empresa está señalada por el SAT por emitir facturas sin contar con los activos, personal, infraestructura o capacidad material para prestar los servicios o los productos que amparan tales comprobantes fiscales.
- La empresa “Fantasma” Consultora Organizacional de Negocios SCP, cuyo nombre coincide con otro gran financiador del Centro Fox, que en dos años consecutivos (2009 y 2010) aportó dos millones 750 mil pesos al recinto que dirige el ex presidente de México. Sus donativos se suspendieron en 2011, cuando esta empresa fue ligada al escándalo de corrupción que llevó a la cárcel a Pablo Salazar Mendiguchía Ex gobernador de Chiapas.
- El consorcio GGM (Gasolineras Grupo Mexicano), propiedad de Martín Díaz Álvarez y de Francisco Javier Rodríguez Borgio, otros accionistas de Oceanografía; éste último inversionista también participa en Big Bola, una cadena de 22 casinos que aporta donativos a la fundación del expresidente.
Vicente Fox ha adquirido:
- en 2011 un departamento de 218 m cuadrados en Santa Fe que pagó por 370 mil dólares.
- En 2012 Adquirió un inmueble de 1000 m cuadrados en el fraccionamiento cumbres del campestre en León, Gto.
- En 2016 compró otro departamento en la colonia Roma de la Ciudad de México por 500 mil dólares.
Vicente Fox todavía es investigado por la Procuraduría General de la República (PGR) por presuntos delitos cometidos durante su sexenio.
La PGR integró a su investigación un expediente turnado por la Secretaría de la Función Pública (SFP) en el que se detalla el hallazgo de depósitos por más de 27 millones de pesos en distintas cuentas bancarias que no fueron reportadas por Vicente Fox en sus declaraciones patrimoniales, dice también la investigación de Raúl Olmos..
Hay que agregar que muy al contrario de su legitimidad como presidente, orquestó un fraude colosal facilitando el fraude electoral en los comicios presidenciales del 2 de julio de 2006. Este acontecimiento tuvo lugar CINCO DÍAS ANTES de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) se pronunciara a favor de la victoria del panista Felipe Calderón como presidente de México. Fox debió contentarse con leer su último informe de gobierno ante las cámaras de televisión y entregar una copia impresa del mismo al Congreso.
“Cada quincena hay que estar sacando para la raya, pal ‘gasto, y todo lo demás de tiempo y trabajo lo donamos a las fundaciones”.
Fuentes:
https://www.eluniversal.com.mx
Raúl Olmos en colaboración con Valeria Durán
También lea: El fondo del NAIM y el FOBAPROA | Columna de Enrique Domínguez
#4 Tiempos
¿Ascenso otra vez? | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Hace unas horas se ha publicado información por parte de Ignacio Suárez, “El Fantasma”, una supuesta resolución por parte del TAS, para regresar el ascenso en el fútbol mexicano, para la temporada 25/26, de no cumplirse esto, la liga, federación y empresas que la conforman se verán sujetas a sanciones internacionales.
Con esto, parece ser que se da fin a una de las épocas más obscuras del fútbol mexicano, ¿o no?
Tratemos de entender cómo funciona esto. En el año 2020, los equipos de la Liga MX suspendieron el ascenso y descenso de la primera división, argumentando la falta de garantías económicas y deportivas de parte de la mayoría de los equipos de la segunda división, sustentando esto en los problemas económicos derivados de la pandemia de covid-19, dicha propuesta prometía que esta medida era solo provicional y no definitiva, dando un plazo máximo de seis años para regularizar la decisión de forma definitiva. Esto se votó al interior de la liga y fue aceptada por la mayoría de sus miembros, a pesar de las protestas de los dueños de los equipos de la segunda división.
El plazo se ha cumplido, seis años se cumplen al término de la siguiente temporada, y ante la insistencia y reclamos de los equipos de la segunda división (hoy llamada Liga de Expansión), el debate se ha vuelto a abrir.
Equipos, jugadores y aficiones de los equipos de Expansión sueñan con la posibilidad de abrir una oportunidad para buscar el ascenso el próximo año. De la misma forma, equipos en la tercera, cuarta y hasta quinta división (llamadas Serie A, Serie B y Liga TDP) donde inexplicablemente, también se han negado dichos ascensos.
Pero vayamos por partes, la situación de los equipos de las divisiones inferiores en México no ha cambiado mucho, equipos sin finanzas sanas, con muchas dudas sobre la transparencia de sus recursos, con poca infraestructura tanto en canchas de entrenamiento como en estadios, poco interés en formar jugadores y nulo o casi nulo intento por generar equipos femeniles, ponen en entredicho la posibilidad no solo de ascender, sino de una sana permanencia en primera división. Para ser más exactos, hoy solo cinco equipos de la Liga de Expansión tienen su carpeta de cargos completa para poder pensar en un ascenso (U de G, Yucatán, Correcaminos, Atlante y Morelia). Dicho esto, cualquier otro equipo que quisiera pelear por su lugar en la MX tendría primero que remediar su situación.
Ahora bien, se habla del ascenso, pero no de un posible descenso. Mucho se ha manejado la intención de aumentar la liga a 20 equipos, incluso hay propuestas para llegar a 24 o más equipos, emulando un poco la situación de la MLS, y hoy parece que la idea puede llegar a cobrar fuerza.
Y es que pensémoslo bien, la idea de aumentar la liga de 18 a 20 parece no solo posible, sino también interesante, los equipos recién ascendidos tendrían la posibilidad de establecerse económicamente en la Liga MX, sin el riesgo de un eventual descenso en tan solo una temporada, podrían pensar en estabilizarse deportivamente y buscar ingresos importantes en por lo menos dos años.
En fin, según “El Fantasma” la decisión está tomada, la Liga MX tendrá nuevos invitados, aunque me resisto a aceptarlo, creo que los dueños del balón encontrarán la forma de saltarse la regla en beneficio de su bolsillo y (nuevamente) en detrimento del deporte y su desarrollo, en fin.
También lee: Algo raro | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
#4 Tiempos
Final Destination: cuando el concepto es mejor que la película | Columna de Guille Carregha
Criticaciones
Hay películas que uno ve por pura curiosidad, otras porque están en el canon del cine, y luego están las que ves solo porque va a salir una secuela y quieres tener contexto para entender las posibles referencias que desate el internet si es que se vuelve un producto exitoso. Final Destination cae en esta última categoría.
*inserte GIF de la escena del camión de troncos de la secuela *
Vi Final Destination por primera vez esta semana. Nunca la había visto, ni de casualidad en la tele, ni en maratones de miedo de octubre, ni siquiera de fondo en casa de alguien. Cero. Lo curioso es que he visto memes, referencias, clips, gifs, listas de muertes más absurdas del cine… básicamente todo lo que la cultura de internet ha hecho con esta franquicia, sin haber visto la película original. Así que, aprovechando que está por estrenarse la sexta entrega (porque, por alguna razón, el mundo pareció exclamar que tiene una necesidad por retacarse mentalmente de más muertes innecesariamente complejas en formato cinematográfico), decidí ponerme al día.
Mira, esta película depende completamente de qué tan bien logren desarrollar su premisa de alto concepto. Y, seamos honestos, no es que se hayan matado haciéndolo. No tiene historia, no tiene un estudio de personajes, y ni siquiera intenta ser algo más que una anécdota estirada al límite. Una anécdota que, por cierto, en algún momento alguien debió haber contado en una junta de productores tipo: “¿Y si la muerte fuera como un asesino invisible, pero con mala leche y gusto por las trampas complicadas?” Y, nada, que le producción empezó al día siguiente, antes siquiera de poder terminar el guión.
La premisa, en frío, suena potente. Un grupo de adolescentes está por abordar un avión rumbo a París cuando uno de ellos, Alex (Devon Sawa, con cara de ídolo pop de comienzos de los 2000), tiene una visión hiperrealista del avión explotando. Se desespera, arma un escándalo, lo bajan junto con un puñado de personas más… y sí, el avión realmente explota. Final feliz, ¿no? Se salvaron.
Pues no. Aquí es donde entra el “concepto fuerte”: la Muerte tiene un plan maestro que no acepta modificaciones, y ahora quiere cobrar lo que le deben. Y lo hace de forma metódica, uno por uno, con accidentes ridículamente orquestados que te hacen preguntarte si la Parca se graduó en ingeniería industrial con especialización en sadismo.
¿Por qué lo hace? ¿Qué pasa si la gente que la muerte quería matar no se muere?
Ni idea.
Solo pasa. Y ya.
Y sí, entiendo por qué causó sensación en su momento. También entiendo por qué mucha gente la recuerda con cariño. Pero tengo que ser sincero: es una película que está bien… solo bien. Funciona, entretiene, cumple lo que promete. Pero hasta ahí. Nada más. Es como cuando, en vez de comer algo bien, bajas al OXXO y te compras dos burritos de microondas. O sea, no está mal, te llena… pero como que no llena ninguna de las nulas expectativas que tenías.
Lo más curioso es que, en los primeros minutos, parece que vamos a ver otra cosa. Un dramón adolescente con todos los clichés escolares: el rebelde, la chica rara, el maestro duro, el bully… Toda esa introducción me hizo pensar que la historia iba a ir por un camino tipo Scream con avioncito. Algo con conflicto juvenil, dinámicas de grupo, tensión sexual no resuelta, ya sabes. Nada nuevo, pero al menos con estructura.
Y sinceramente, esa película habría sido más interesante que la que realmente nos dieron. Sí, habría sido genérica hasta decir basta, tipo Eurotrip o The Lizzie McGuire Movie, pero bueno, al menos hubiera tenido una historia, ¿no?
Pero no. Lo que tenemos es una idea central que se convierte en todo el andamiaje. Todo recae en la premisa. Si logran convencerte de que acabas de ver una película completa, aunque en realidad solo viste a un grupo de personajes marcados por un reloj que anuncia cuándo les toca morir, entonces misión cumplida. Pero eso no es exactamente un logro. Es más bien un truco bien ejecutado.
No me malinterpreten, la disfruté. Claramente me entretuvo. Pero esperaba algo más. Tal vez porque ya conocía el fenómeno que generó esta saga como meme, antes de haber visto un solo minuto de la original. De hecho, lo único que sabía de Final Destination eran las muertes absurdas y la paranoia colectiva que generó sobre los viajes de avión, subirse a montañas rusas o pararse frente a un camión con troncos.
Y sí, las muertes son entretenidas. Coreografiadas con precisión quirúrgica, como si la Muerte tuviera un pizarrón con diagramas y post-its que dicen “¡ahora con fuego!” o “necesitamos más vidrios rotos”. Pero más allá de eso, no hay mucho.
Los personajes… bueno, existen. Tienen nombre, pero podrían llamarse “El que se va a morir pronto”, “La que va a sobrevivir”, “El escéptico que cae primero” y nadie notaría la diferencia. Son arquetipos ambulantes. Las relaciones entre ellos son mínimas, sus decisiones son más instintivas que lógicas, y rara vez hay algo que parezca desarrollo emocional o crecimiento. Una vez que entendiste el patrón, solo estás esperando la próxima escena de muerte. Ya ni siquiera por el suspenso, sino por el diseño de producción.
Lo curioso es que, pese a todo esto, la película sí se ve bien. Técnicamente está bien hecha. Se ve como una película, suena como una película, y en general tiene ritmo. La dirección es competente, los efectos (en su mayoría) funcionan, y los actores hacen lo mejor que pueden con lo poco que les dieron.
Y hay que reconocer que, por sobre todas las cosas, alguien decidió otorgarle a Sean William Scott un papel cinematográfico que no fuera un mero Stiffler 2.0. No está lejísimos de ese arquetipo suyo, pero al menos este personaje tiene un dejo de personalidad propia, aunque sea tenue. De hecho, la mayoría del elenco principal es más o menos simpático. No entrañable, pero aguantable. O sea, no amas a nadie… pero tampoco estás deseando que ya se mueran para salvarte de su existencia.
Salvo la chica que es atropellada por el camión. JOOODER. Qué manera de ser insoportable. Me dio gusto que se la llevara el transporte público, y encima me hizo reír, así que doble mérito. Por eso, y muchas cosas más, esa escena se merece un *chef’s Kiss*.
El resto del cast… bien. Nadie da cringe, nadie se roba la película. Están ahí. Funcionan. Y, como era de esperarse, la mayoría se vuelve olvidable después de que les toca su respectiva cita con la guadaña. Ya para el final, si no tienes Wikipedia abierta, es difícil recordar cómo se llamaban. Con una excepción: Clear.
Pasé media película preguntándome si decían “Clear” o “Clair”. Y, sí, según los créditos se llama Clear. Clear Rivers. Así en plan juego de palabras chiquito. ¿Por qué? Ni idea. Pero ahí está y, de alguna forma, se convierte en un personaje central.
Entonces, ves la película, ves cómo se mueren. Ya te lo había prometido todo el material de marketing. Aquí se viene a ver a gente muriendo por el simple gusto de ser morboso. Pero entonces, queda la duda. ¿Literalmente se va a acabar con todos muriéndose? ¿CRÉDITOS?
No. Quisieron ponerle una conclusión.
Dios santo. Ese final. Una joya… pero de lo mal hecho que está. En menos de cuatro minutos casi arruina todo lo anterior. Literalmente parece una escena que escribieron y grabaron con urgencia porque alguien del estudio dijo: “Oye, no podemos terminar así, la gente va a salir bajoneada. Inventa algo con fuegos artificiales, o una explosión, o qué sé yo”.
Y lo hicieron. Vaya que lo hicieron. Se nota que fue una decisión tardía, una intervención de último minuto para cambiar el tono y asegurar mejores reacciones en las pruebas de audiencia. Pero se siente completamente fuera de lugar. Incoherente. Forzado. No cuadra con lo que venía pasando, ni con la lógica interna de los personajes. Es como si todos se hubieran olvidado de lo que vivieron en los últimos 80 minutos.
Y no es que antes la película fuera perfecta, pero venía manteniendo cierta coherencia dentro de su propio juego. Ese final, en cambio, parece arrancado de otra versión del guion. O de un mal episodio de Goosebumps.
¿Me entretuvo? Sí. ¿Me aportó algo? No realmente.
Pero ahora entiendo de dónde salió toda la fama de Final Destination. No por ser una gran película, sino por ser una gran idea de marketing. Un concepto tan sencillo y adaptable que puedes estirarlo en mil direcciones. Y al parecer, eso hicieron. La franquicia sobrevivió no por lo que es, sino por lo que puede ser: una excusa para inventar muertes creativas como si fueran sketches de terror.
Final Destination es, en esencia, una gran idea disfrazada de película promedio. No está mal. Está OK.
Y a veces, eso basta.
También lee: ¿Realmente te gusta Ghibli? ¿o solo usas IA para fingirlo? | Columna de Guille Carregha
#4 Tiempos
Primer poeta potosino, Andrés Diego de la Fuente | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
El matrimonio español, avecindado en San Luis Potosí, formado por el Capitán y Sargento Mayor don Diego de la Fuente Rincón, Alguacil Mayor del Santo Tribunal de la Inquisición en San Luis Potosí y de doña Bárbara Pérez Bocanegra descendiente de don Pedro de Arizmendi y Gogorrón, uno de los que asistieron a la fundación del Pueblo de San Luis Minas del Potosí, procrearon ocho hijos, uno de los cuales figuraría como uno de los primeros humanistas potosinos, Andrés Diego de la Fuente que nació en San Luis Potosí el 30 de noviembre de 1705.
Andrés Diego de la Fuente es considerado el primer poeta potosino. Después de vivir su infancia en San Luis y estudiar sus primeras letras ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús en 1723. Seguiría trabajando en la labor educativa que había asumido la Compañía de Jesús, recorriendo los principales colegios.
En 1730 sería profesor de gramática en el Colegio de Zacatecas; estudiante de teología en el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo en 1732; el 25 de julio de 1734 fue ordenado sacerdote por D. Francisco de Buenaventura, obispo auxiliar de La Habana; en 1735 recibe la Tercera Probación en Puebla; para 1737 era profesor de gramática y filosofía en el Colegio de Durango; el 8 de diciembre de 1740 celebraba su profesión solemne; en 1744 era ya profesor de teología en el Colegio de Durango, ostentando las dotes de ingenio, juicio y letras, como bueno, de suficiente prudencia, de alguna experiencia, de complexión temperada, de talento para todo.
Fue vice – rector y prefecto de salud, en 1748, en el Colegio de Pátzcuaro; en 1749 en el Colegio de León fue consultor y confesor en casa; en 1751 regresa al Colegio de Pátzcuaro como rector; en 1753 sería rector en el Colegio de San Luis de la Paz; luego rector del Colegio de Valladolid en 1756; en 1761 estando enfermo permaneció en el Colegio de Querétaro y para 1767, cuando serían desterrados de territorios españoles los jesuitas, era capellán de hacienda en el Colegio de Querétaro que regenteaba el P. Diego José Abada, que había sido en su momento profesor del Colegio de San Luis Potosí, para luego salir desterrado de Veracruz en “La Dorada”; en 1768 llegaría a Ferrara en Italia, para pasar a Bolonia después de algunos años; el 26 de marzo de 1783 moría en Bolonia, siendo sepultado en la Parroquia de San Donato.
Su inclinación a las letras las ejerció desde joven. Siendo estudiante de San Ildefonso escribió un soneto castellano que se publicó en el libro titulado La azucena de Quito, publicado en México en 1732. Publicó también unos epigramas latinos en 1746 y el logrado poema latino sobre la Virgen de Guadalupe de 1773. Estos poemas han recibido los mejores elogios de estudiosos de las letras en México de los siglos XVIII, XIX y XX , considerándolo un poeta de altura y una de las glorias de las letras mexicanas para orgullo de los potosinos, lugar donde saldrían magníficos escritores en tiempos posteriores.
Uno de los méritos de Andrés Diego de la Fuente es su empeño en introducir y dignificar en su poema, los temas indígenas y mexicanos. De acuerdo al Padre Peñalosa, en las notas fuera de texto Diego de la Fuente explica algunos vocablos aztecas; latiniza otros en el cuerpo del poema y dedica breve y espléndido elogio a la lengua náhuatl, cuando se refiere a “la manera elegante de hablar que los indios mexicanos acostumbran”.
En su recorrido al destierro, continuó con su obra educativa, siendo rector del Colegio de la Habana, para luego salir de tierras del dominio español y llegar a Italia, lugar donde fueron a residir los jesuitas mexicanos, desde donde desplegarían un importante labor intelectual colocando a México como lugar de importantes contribuciones artísticas y filosóficas.
En la expulsión de los jesuitas, Andrés de la Fuente se encontraba en Querétaro donde era Capellán de Hacienda en el Colegio de la Compañía de Jesús, fue conducido a Veracruz donde se embarcó a La Habana donde fue nombrado rector del Colegio de la Habana y pasó más tarde a Italia, donde falleció en Bolonia el 26 de marzo de 1783 a la edad de 78 años.
Escribió en La Azucena de Quito un inserto en el libro, Imprenta Real del Superior Gobierno de los herederos de la Viuda de Miguel Rivera; en el Empedradillo, año de 1732, un epigrama latino en 1746 que menciona Eguiara y Eguren; y, la imagen de N.S. de Guadalupe. Dedicatoria en versos latinos a la Patrona del Reino de México, 10 de noviembre de 1773.
Oculte el rosicler la Cipria Diosa,
cuando sus plantas en las flores mueve,
que el leve tacto de su pie de nieva,
la flor más pura muere vergonzosa.
No así de Quito Venus amorosa
que, cuando herida con rigor no leve,
en cada gota de rubí que llueve,
nace azucena la que muere rosa.
Una calle en la ciudad de San Luis Potosí de la Colonia Viveros lleva su nombre.
También lee: Genoma de las plantas, el tema en La Ciencia en el Bar | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
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