#4 Tiempos
Un informe de símbolos | Crónica de Jorge Saldaña

“Le pido le diga al presidente Andrés Manuel López Obrador que es de verdad amigo… de verdad amigo”, es la solicitud que con énfasis hizo anoche Ricardo Gallardo Cardona en los remates de su discurso, motivo de su primer informe de gobierno, a Luisa María Alcalde Luján, secretaria del Trabajo del gobierno federal que vino anoche a San Luis Potosí en representación del presidente de la República.
Es Ricardo Gallardo culminando su primer informe, está rodeado de 20 jóvenes y adolescentes que simbolizan en sus atuendos a la sociedad en general: la doctora, un chef, la ingeniero, un agricultor, una alumna, un profesionista, etc.
Detrás de ellos están tres pantallas gigantes que fueron el escenario y medio de transmisión de un informe de gobierno, en el que se privilegiaron los símbolos.
Para llegar a ese escenario, a Gallardo le tomó poco menos de 15 minutos, o la ejecución de “Yo soy de San Luis Potosí” en cuatro ocasiones seguidas, recorrer de extremo a extremo por un pasillo central la conglomeración de casi 5 mil invitados que acudieron a acompañarle a su ejercicio informativo.
Ese recorrido, lleno de saludos, de fotografías, de porras, de acompañamiento, lo mismo con vecinas de Soledad, chavos banda, juntas de colonias, fue convirtiéndose en el saludo político a cámaras empresariales, a funcionarios, a grupos magisteriales bien organizados con gorras de un lado y banderines del otro, círculo rojo, invitados especiales y finalmente la plana mayor de los tres poderes, de los partidos que lo llevaron al poder, de los senadores, diputados federales, representantes de la federación, ex gobernadores y, en primera fila, su familia.
Los 15 minutos de recorrido a la “RockStar” de Gallardo se convirtieron en una metáfora: en los 41 años que le llevó llegar a la primera magistratura del estado, a los años en que fue presidente municipal, a su encarcelamiento y libertad en 11 meses, a su paso por la legislatura federal, a su paso de la bancada del PRD a la del Partido Verde, al emprendimiento de una campaña al gobierno del estado y finalmente los 365 días en los que ha estado al frente político de la entidad.
En voz en off, la presentación de los invitados fue completa, los tres poderes, los senadores de todos los partidos al igual que los diputados, se presentó a su familia, a las autoridades, a los invitados especiales y hasta los amigos del mundo artístico que acudieron al informe: Alfredito Olivas, la potosina Esmeralda Ugalde (encargada de entonar el himno nacional) y la amiga del mandatario desde su presidencia municipal en Soledad, Itatí Cantoral.
De la clase política destacaron el cónsul y representante de Ken Salazar en México; el diputado federal, Gerardo Fernández Noroña; el diputado y ex funcionario de Claudia Sheimbaum, Gerardo Ulloa Pérez; un representante del senador Ricardo Monreal; el arzobispo Jorge Alberto Cavazos; el ex gobernador de Chiapas y senador Manuel Velazco Coello; la dirigente nacional de su partido, Karen Castrejón y la senadora por SLP, Graciela “Chela” Gaitán, entre muchos otros.
Eran las 8 de la noche con 30 minutos y comenzó el video. Tres pantallas monumentales (distribuyendo en momentos 7 señales distintas de video) dejaron ver, en conjunto, una serie de imágenes de un tamaño pocas veces registrado en un escenario político.
Se comenzó con el recuerdo de la “Herencia Maldita” de Juan Manuel Carreras, Fernando Toranzo y de Xavier Nava Palacios en blanco y negro que ocuparon los espacios en una breve introducción que contrastó con el color y la musicalización de la introducción del “cambio”, a tonos coloridos y un ritmo narrativo veloz.
El informe se dividió en la presentación de cuatro videos cortos en los que locutor masculino y femenino alternaban para dar un breve resumen de las obras emprendidas en cada una de las regiones del estado. Todos aquellas frases y números repartidos desde hace 10 días en los spots y anuncios gubernamentales.
Se destacaron las inversiones en salud y seguridad, la infraestructura, el Circuito Potosí, las nuevas carreteras, el equipamiento al Hospital Central, la unidad de mezclas para pacientes oncológicos, la nueva feria, la rehabilitación del Parque Tangamanga, la entrega de tarjetas para madres solteras, el pase para transporte público gratuito a estudiantes, la entrega de apoyos en útiles escolares, zapatos y accesorios, la inversión de más de mil 300 millones de pesos, la instalación de 8 empresas y la ampliación de 8 más, etc.
Como novedad se contó con elementos escenográficos a través igual número de presentaciones o “performance” que a través de la música y la danza daban introducción simbólica a cada una de las regiones.
Para la Zona Altiplano, se contempló el valor histórico de las mujeres en el desarrollo del estado, que se enfrentaron a sus miedos y a los del pasado a través de un dramático encuentro acompañado de guitarras, fuego y contrastes.
Para la Zona Media se retomaron elementos como rebozos, canastas, artesanías de ixtle y el vestuario sugería los colores del quexquemetl, utilizando además sonajas y pasos de herencia prehispánica.
La coreografía de la Zona Huasteca consistió en retomar los recursos naturales, la danza que hacía alegoría al agua, a la tierra y a la fauna.
Finalmente, para la Zona Centro se montó una musicalización mucho más dramática y tecnológica de violines con una coreografía más industrial y mecánica.
Todo ello fue acompañado de imágenes de cada región, que se proyectaron en las pantallas que complementaban tanto al performance, mismas en las que se desarrolló la información cuantitativa, cualitativa y daban sentido conductor a los momentos del informe.
Los performance fueron resueltos y ejecutados por el Ballet Potosino Le Ballet Odeon.
Ya en el escenario, acompañado de la representación de la sociedad en la veintena de jóvenes a su alrededor, Ricardo Gallardo Cardona destacó tres temas en su intervención: la paz política en el estado, la inversión histórica en obras de infraestructura y la comparativa anecdótica de llevar obra y acciones tanto a quien “no tiene, los que tienen y los que quieren más”, el programa de medicamentos para cáncer gratuitos con el que solo cuenta San Luis Potosí en toda la República Mexicana, los programas para todas las clases sociales como las placas y licencias gratuitas y el énfasis en haber revertido los sexenios de atraso en su primer año de gobierno.
En los anuncios que destacaron durante la intervención del mandatario fueron el de la “municipalización” de 3 mil millones de pesos del presupuesto que, según adelantó, serán distribuidos directamente a los ayuntamientos para destinarlos a servicios, así como el anuncio de la próxima “digitalización” del estado a través de la instalación de una red de fibra óptica.
Gallardo termina su discurso en su expresión enfática al presidente al “amigo, verdadero amigo”, mientras que la fila cercana al escenario que formaron los integrantes recién electos de Morena, comandos por Rita Ozalia Rodríguez y el delegado Gabino Morales escuchaban atentos; no muy lejos el presidente del PRI en el estado, Elías Pecina Rodríguez.
El evento terminó en abrazos, a la familia, a los amigos “verdes”, al rector de la universidad, a los tres poderes representados en la magistrada Olga Regina García, Aranzazú Puente y en el abrazo con el jefe del ejecutivo.
Hubo tiempo para las fotos, para los amigos, para los invitados pero no más que el suficiente. El mandatario salió por la puerta principal del Centro de Convenciones pidiendo un poco de agua al retirarse.
Casi una hora más tarde regresó ya acompañado de su familia, hizo algunas entrevistas para medios locales y subió a atender a sus invitados especiales que ya lo esperaban en una cena íntima en la que se sirvieron enchiladas potosinas.
Hoy el mandatario inicia su segundo año, y lo hará con una gira a la Huasteca en la que aprovechará para acudir como invitado a los informes de los municipios de aquella zona.
Gallardo inicia un nuevo y simbólico sendero rumbo a su segundo año de mandato, con un amigo en Palacio Nacional, aliados en primera fila, lo mismo que sus otrora enemigos y allá atrás el pueblo, junto a las letras “Ya se nota”. El de Gallardo fue un informe lleno de símbolos.
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#4 Tiempos
Monólogo del profesor | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
Seamos sinceros, estimada señora: a nuestros jóvenes cada vez les importa menos lo que en la escuela podamos decirles. Un día la invitaré para que venga y vea. Entonces se sorprenderá al ver la cara que ponen cuando un servidor de usted les esté explicando, por ejemplo, la segunda ley de la termodinámica. ¿Puedo adelantarle algo de lo que verá? Un muchacho de cabellera abundante y estropajosa, con las piernas cruzadas, estará observando el estado general de las suelas de sus zapatos como en una especie de contemplación o arrobo místico; otro, sentado a dos bancos de aquél, hojeará distraídamente la revista que metió de contrabando en el salón y que ha ocultado –ni siquiera discretamente- bajo su libro de texto; aquel, pensando que nadie lo mira (o no pensando nada, pues lo mismo le da), estará ocupado enviando mensajes desde su teléfono celular y contestando los que a su vez le lleguen; en fin, todo esto los encontrará usted haciendo cuando vea y vea, estimada señora.
Mientras tanto, yo seguiré hablando en voz alta, haciendo como que creo que me escuchan. «Tú juegas a quererme, yo juego a que te creas que te creo». ¿Recuerda usted quién cantaba esta canción hace veinte años o incluso veinticinco? ¿Luz Casal? En todo caso, se trata del mismo pasatiempo: mis alumnos juegan a que me ponen atención, y yo juego a hacerles creer que me trago su mentira. De este modo ellos están en paz y yo también.
¡Oh, no me crea usted un resignado! La verdad es que en otro tiempo abrigué ciertas ambiciones pedagógicas y hasta llegué a creer que bastaba con que yo abriera la boca para que mis alumnos se apasionaran por la materia que me disponía a explicarles. Hoy ya no soy tan ingenuo, estimada señora, y hasta me he dado esos baños de realidad que si bien al principio no son nada agradables (el agua de la realidad es fría, bastante fría), al final lo sacan a uno de ese ensueño metafísico del que hablaba en uno de sus libros un famoso filósofo francés.
Al principio, debo confesárselo, casi lloraba al ver que mis alumnos me hacían menos caso que al perro del vecino; pero luego la fuente de las lágrimas se secó, y aquí me tiene usted, haciendo como que enseño y cobrando puntualmente mi sueldo, pues es bien sabido que de aire los hombres no pueden vivir.
A los muchachos ya no les digo nada, y ni siquiera los riño. ¿Qué les puedo decir, por ejemplo, cuando no hacen sus tareas? Podría, sí, hacer como que me indigno, pero esto sería llevar el juego demasiado lejos. Supongamos, por ejemplo, que me quejo con sus padres diciéndoles que sus hijos son unos holgazanes. ¿Qué voy a recibir como respuesta? ¡Ya se lo imaginará usted! Una vez, al principio de mi carrera –es decir, cuando me sentía con derecho a ser exigente- mandé llamar a uno de esos caballeros que se llaman a sí mismos padres de familia para suplicarle que pusiera más atención en los asuntos del que creo era su primogénito. Pero no me dejó ni siquiera terminar. «¿Y usted quién es para meterse en nuestra vida?», me preguntó lleno de rabia, ajustándose con brusquedad el nudo de su corbata. «A usted le pagamos para que dé su clase, pero lo demás ya no le toca».
De acuerdo, de acuerdo, me dije entonces. Quiero decir con esto que aprendí la lección. Desde entonces ya no encargo a mis alumnos ninguna tarea. ¿Para qué? Hoy mi lema es, humildemente, éste: laissez faire, laissez passer: ¡Que cada uno haga lo que le venga en gana!
La vida de mis alumnos, estimada señora, está en otra parte. ¿En qué parte? Vaya usted a saberlo, aunque todo parece indicar que ésta comienza para ellos justo en el instante en que, llegando a su casa, dejan la mochila en el suelo y encienden la computadora. ¡Entonces sí que se sienten vivir! «Ah –se preguntan-, ¿quién habrá inventado la escuela, ese mal que ni siquiera parece necesario?».
En la luna: allí veo a mis alumnos cuando les hablo de cosas que a mí me habría gustado comprender cuando tenía su edad. En la luna, sí, y parecen muy poco dispuestos a bajar a esta tierra que desde hace mucho ha dejado de interesarles.
¿De dónde acá esta indiferencia por todo lo que sea escolar o huela a ello? He encontrado aquí y allá diversas teorías, aunque la que hasta ahora me convence más es ésta del pedagogo francés Guy Avanzini. Escuche usted: «A pesar de todo, los padres, sin quererlo y sin saberlo, al menos en parte, son los responsables de este fracaso». Está hablando el pedagogo del fracaso escolar, que incluye no sólo las malas notas obtenidas en los exámenes, sino sobre todo el disgusto con que los jóvenes se presentan en la escuela. ¡Pero cómo! ¿Son culpables los padres de esta situación? Sí –responde Avanzini-, y ellos los primeros. Ante todo, porque desvalorizan el trabajo escolar, diciendo y pensando que ir a la escuela equivale a perder el tiempo, y luego exaltando el ejemplo de los que triunfan en la vida «sin haber trabajado en la escuela; haciendo la apología del mal estudiante que, sin haber llegado a la edad adulta, alcanza la notoriedad a pesar de la escasez de su cultura y de la regularidad de sus malas notas». Esto, en síntesis, es lo que dice Avanzini. Y el panorama parece tanto más desolador cuanto que nuestros muchachos oyen a cada instante noticias de verdaderos ignorantes que ganan lo que quieren sólo por saber patear un balón, aporrear una guitarra o cantar una canción. Además, ¿no escuchábamos hace poco la noticia de que muy pocos de nuestros legisladores acabaron realmente de estudiar? ¡Y mire usted lo que gana en estos contornos del mundo un legislador! Los hombres que viven mejor son los que han estudiado menos: he aquí el mensaje que les llega a los jóvenes desde todos los flancos. ¿Cómo queremos entonces, estimada señora, que la escuela les interese aunque se un poco? ¡Respóndame usted! ¡respóndame, por el amor de Dios!
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#4 Tiempos
Tamtoc, cuna del calendario mesoamericano | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
En el año 2005 se llevó a acabo el proyecto arqueológico Tamtoc en la huasteca potosina, donde se localizó una gran lápida esculpida en bajo y alto relieve en el fondo de un estanque que se conecta a un canal que desemboca en la llamada Laguna de los Patos. Junto a la lápida se encontró cerámica a manera de ofrenda cuyos análisis indicaron que correspondían a tradiciones alfareras asociadas a la costa del Golfo de México del periodo 900 años antes de Cristo a 650 años antes de Cristo.
Análisis posteriores indicaron que esa lápida conocida como Monumento 32, así como la escultura femenina asociada corresponde al periodo Preclásico tardío con inicio en 350 antes de Cristo. El monolito en cuestión está labrado con un mensaje simbólico que no se asemeja a ninguna otra muestra de arte mesoamericano.
Una vez colocado en su posición original y con estudios sobre su orientación con la ayuda de herramientas de la arqueoastronomía se encontró que la orientación implica una peculiar división del año, la cual define la temporada de iluminación del monolito por los rayos solares. La conclusión actual, por parte de los investigadores, es que Tamtoc es una de las ciudades donde tempranamente se utilizó el calendario mesoamericano.
En Tamtoc se desarrollaron importantes rituales vinculados a la vida y la fertilidad, que concurren en la noción de la cosmogonía mesoamericana y por extensión en la cosmovisión. Resultados que tras largos años de análisis son dado a conocer por uno de los involucrados en los estudios astronómicos de la ciudad de Tamtoc, Jesús Galindo Trejo, en una reciente publicación de los Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.
Las primicias de este descubrimiento nos las compartió Jesús Galindo en el 2007 en lo que fue la primera charla del ciclo Noches de Museo que organizamos en el entonces Museo de Historia de la Ciencia de San Luis Potosí. Dieciocho años después, publica sus resultados aportando a la historia de uno de los más antiguos pueblos originarios del país situada en la huasteca potosina y que marca esa cosmovisión huasteca reflejada en el Monumento 32, que es uno de los monumentos importantes de ese sitio arqueológico.
Parte de los cálculos astronómicos que realizó Jesús Galindo nos los reservamos, como nos lo pidiera entonces, hasta que sean publicados.
Jesús Galindo Trejo es Licenciado en Física y Matemáticas por la Escuela Superior de Física y Matemáticas del IPN. Realizó estudios de Posgrado en la Facultad de Ciencias de la UNAM. Obtuvo el doctorado en Astrofísica Teórica en la Ruhr Universitaet Bochum en la República Federal de Alemania. Fue Investigador Titular en el Instituto de Astronomía de la UNAM durante más de 20 años en las áreas de Plasmas Astrofísicos y Física Solar. Actualmente es Investigador Titular en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Su actividad de investigación se centra principalmente en la Arqueoastronomía de Mesoamérica. Es miembro del SNI. Pertenece a la Unión Astronómica Internacional. Ha realizado investigación Arqueoastronómica en Malinalco, en el Templo Mayor de Tenochtitlan, en Teotihuacan, en Oaxaca, en la Huaxteca, en Baja California y en algunos sitios de la Región Maya.
Sus inicios en la arqueoastronomía se remontan a fines de la década de los ochenta, cuando participó en nuestro programa de divulgación científica Domingos en la Ciencia de San Luis Potosí, charlas en las que nos hablaba todavía de sus investigaciones sobre física solar y nos adelantaba sus inquietudes en iniciar estudios de arqueoastronomía en el sitio de Malinalco cuando conoció al cronista de Malinalco, quien le señaló que en la historia de ese pueblo había aspectos que podrían estar conectados con la disciplina astronómica. Asimismo, su participación en el proyecto coordinado por la doctora Beatriz de la Fuente, del Instituto de Investigaciones Estéticas, sobre pintura mural prehispánica, lo interesó en la cosmogonía de los antiguos mexicanos.
En una entrevista para la revista ¿cómo ves?, Galindo aseguró que el acercamiento al estudio de las antiguas civilizaciones del país lo ha llevado a acercarse a las 60 lenguas de México, porque de esta manera “se puede penetrar en la mentalidad de aquellos que hace más de 500 años construyeron sociedades y levantaron templos, legados actualmente ignorados por muchos mexicanos”.
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#4 Tiempos
Meditación sobre el azar | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
-Dudé de Dios –dijo el hombre visiblemente apenado-. Creo, según he oído decir, que es el único pecado que no tiene perdón. Pero es que estaba al borde del colapso…
El hombre se mesaba los cabellos, se secaba el sudor, lloraba más que gemía.
-Incluso hasta llegué a blasfemar. Dije a Dios cosas que no me hubiese atrevido a decir ni siquiera al peor de mis contrarios. ¿Verdad que para esto no hay perdón?
Yo me limitaba a dejarlo hablar. A todas luces se veía que lo necesitaba. Era necesario que lo dijera todo, que se desahogara. ¿Para qué, pues, interrumpirlo?
-Cuando me dijeron que ya no había trabajo para mí, creí que nunca perdonaría a Dios. ¿Por qué me había dado cuatro hijos si ya no iba a poder mantenerlos? Hoy, claro está, veo las cosas desde otra luz, pero en aquellos días de incertidumbre y desasosiego… ¡Quería morirme! Y, lo que es peor, quería que también mis hijos se murieran. ¿Comprende usted que les deseé la muerte?
Pensé en esos cuatro niños a los que yo no conocía. ¿Sabrían alguna vez que su padre, en un momento de desesperación, pensó lo que acababa de decirme? Pero no, no lo sabrán. Los pensamientos de su padre quedarán guardados para siempre en el silencio de Dios. ¡Que no lo sepan, que su padre no se lo diga nunca! Hay sinceridades que matan.
¡Y pensar que era necesario que yo perdiera aquel trabajo para poder tener el que ahora tengo! Cuando pienso en esto, me lleno de vergüenza. Sí, era necesario vivir esa pena para conocer la satisfacción que ahora experimento. Mis hijos, hoy, están mucho mejor que antes, y me digo a mí mismo: «¡Qué bueno que perdí aquel empleo!».
Sonreí. Porque siempre he creído que la palabra azar es una palabra bastarda que no debió acuñarse nunca. ¿Quién la inventó y qué quiso decir con ella? ¿Que el mundo se mueve como un barco sin timón? ¡Casualidad! ¿Quién es el tonto que cree en las casualidades? La palabra azar no debería existir en el vocabulario cristiano, pero, ya que existe, habría que darle el significado que le daba, por ejemplo, Anatole France (1844-1924): «Azar: aquello que Dios hace cuando no quiere poner su nombre».
A estas alturas de mi vida he llegado a la conclusión de que ni siquiera los libros que caen en nuestras manos lo hacen por casualidad. A veces pienso que, si nos los encontramos en el estante de una librería cualquiera, es porque Dios ha querido decirnos algo a través de ellos.
Y de los encuentros, ¿qué decir? Que es Dios quien nos envía a estas personas que no buscábamos por una razón que generalmente desconocemos pero que forma parte de su misterioso querer. «El destino, al igual que todo lo humano –dijo una vez el escritor argentino Ernesto Sábato (1911-2011)-, no se manifiesta en abstracto, sino que se encarna en alguna circunstancia. Ni el amor, ni los encuentros verdaderos, ni siquiera los profundos desencuentros, son obras de las casualidades, sino que nos están misteriosamente reservados. ¡Cuántas veces en la vida me ha sorprendido cómo, entre las multitudes de personas que existen en el mundo, nos cruzamos con aquellas que, de alguna manera, poseían las tablas de nuestro destino como si hubiéramos pertenecido a los capítulos de un mismo libro! Nunca supe si se los reconoce porque ya se los busca o se los busca porque ya bordeaban los aledaños de nuestro destino» (Conferencia en la Feria del Libro de Sevilla, 2002).
También ahora, como en los tiempos de Moisés, sólo nos es permitido ver a Dios «de espaldas», es decir, cuando ya ha pasado. Únicamente entonces podemos decir como aquel hombre de quien acabo de contar la historia: «¡Y pensar que era necesario que yo perdiera aquel trabajo para poder tener el que ahora tengo!». Siempre es hasta después cuando se comprende por qué ocurrieron ciertas cosas que en su momento nos parecieron horrorosas, ininteligibles e insoportables.
En un libro sobre Jesucristo (El Jesús desconocido), Donald Spoto hace la siguiente reflexión: «El azar no implica necesariamente falta de propósito; lo que llamamos caos quizá no sea desorden, sino un claro signo de las limitaciones de nuestra comprensión… La experiencia humana valida este enfoque. En nuestra historia individual, ¿no vemos un momento aparentemente accidental o fortuito, a posteriori, como sumamente significativo e incluso como el comienzo de una nueva etapa de la vida? Si yo no hubiera asistido a tal escuela en tal momento, por ejemplo, no habría tenido ese excelente maestro, seguido ese importante curso ni trabado esa duradera amistad. Si nuestros padres no se hubieran conocido en tal momento, nunca jamás lo habrían sido. Si no hubiéramos asistido a tal reunión, no habríamos conocido al amor de nuestra vida ni iniciado una carrera importante. No es exagerado afirmar que los elementos más importantes de la vida del amor dependen tanto de lo que podríamos llamar accidente significativo como deliberación. El novelista y dramaturgo francés Georges Bernanos lo expresó muy bien: Lo que llamamos azar tal vez sea la lógica de Dios».
Vistas así las cosas, aun cuando me halle en cama y afiebrado –y quiera morirme de pura pesadumbre-, debo poder decirme a mí mismo con convencimiento y seguridad:
-Sí, quizá sea necesario que hoy no salga de casa. Si Dios me tiene encerrado aquí, por alguna razón será. ¿Iba hoy a atropellar a un caminante distraído en la avenida, o es que un camión carguero iba a arrollarme a mí? En efecto, tal vez sea éste el motivo por el que no debo salir. Después de todo, es muy posible…
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