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Tres cuentos y dos fugitivos | Columna de Jorge Saldaña
TERCERA LLAMADA.
Hijos de mi vida, regreso aunque sea en jueves tras un viaje a Venus en un barco. Hoy y, como siempre que mi vida licenciosa lo permite, lo hago para Usted mi Culto Público al que comparto en esta ocasión tres cuentos breves que provienen de la chistera de la ficción, no obstante, si algo nota usted de realidad en los relatos, deberá de ser, o por mera coincidencia, o por villana intención sin puntos intermedios.
LOS FUGADOS
Están por apagar las luces. Todavía estamos en el pasillo de la zona a la que fuimos asignados desde nuestro ingreso, eso sí, hasta el frente y a la mano como lo ocupa nuestro cómplice. Tenemos que estar fuera de aquí antes de que pasen lista y el último guardia de su ronda con la que despide hasta al último visitante.
Queremos fugarnos, irnos, dejar por fin las filas, las áreas, los pasillos. Dejar de estar formados para poder cumplir nuestro cometido final, ese para el que fuimos hechos, ese destino que la espera te deja claro.
En esto siempre hay dinero de por medio. Siempre. Eso nos falló a ambos. No hubo intercambio monetario y así, las fugas se vuelven casi imposibles.
Pero nuestro “contacto exterior” no podía fallarnos. Minutos antes ya nos había echado la mirada, esa de “estén listos”. Revisó por última vez con disimulo al guardia, las luces, el momento.
De haber podido, corríamos, pero la opción era imposible, nuestro contacto por fin se animó y nos echó encima un abrigo para disimular nuestra presencia.
Caray que tenemos que irnos o se nos agota la vigencia. He de contar que llegamos casi hasta la puerta, podría jurar que olíamos ya los olores de una cocina familiar, la tranquilidad de un tazón o el cálido reposo dentro de una olla caliente.
Malditos espejos soplones que captaron nuestra extraña ausencia. Después supimos que también el ligero abrigo nos había delatado y dinero no hubo: la fuga se había frustrado.
–¡Nada más somos una caja de cereal y una bolsa de frijoles! –Dijimos en nuestra defensa, pero de nada valió.
A María, nuestro contacto exterior, a ella sÍ le fue mal, supimos que le dieron dos años de prisión por procesos viciados, pero sobre todo, por no tener monetariamente nada qué intercambiar.
Si no pudo pagarnos a nosotros, el cereal y los frijoles que en plena pandemia queríamos escapar a la mesa de ella y de sus hijos, menos tendría para un buen intermediario, de esos que sacan en 24 horas o menos a quien de verdad comete grandes motines y fugas y no precisamente para comer.
Supimos que ayer María quedó libre junto con otros 110 contactos por intervención de un gobernador, por fin a ellos se les trató con un poco de justicia. Nosotros acá nunca fuimos cereal ni frijoles con queso, ya nunca seremos desayuno. Somos piezas sin vigencia, guardadas en una bodega en cadena perpetua.
No, no está bien largarse en fuga, ni por una uva o por un centavo, lo que tampoco está bien es la larga espera por la justicia, esa que, sin dinero, nunca llega ni de casualidad.
Ojalá esos vicios de inequidad, así como nosotros, el cereal y frijol de fuga frustrados, también caduquen.
EL BURÓCRATA Y LAS GORDAS
Su gordo trasero apenas cabe en la silla que hace más de 20 años merece jubilación (la silla, no el trasero). Es un burócrata de los de premio, de esos a los que se puede encontrar exclusivamente de 9 a 11 (luego hay que lonchar) y de una a diez para las tres de la tarde (no vaya ser que pierda su premio de puntualidad en “checar salida”).
Mientras pide las gordas de las 11 con la “seño”, a la que además distrae de hacer el aseo en la oficina gubernamental, el burócrata todavía con sueño pide permiso al patrón para ir a una junta urgente. “Es que nos convocó el sindicato” –y a esas juntas ni Dios Padre puede negarles salida–.
A veces, hace poco, pero hay que reconocer que siempre se esfuerza por hacer un poco menos. En casi dos años, apenas si se volvió a apoltronar en su cubículo, su sindicato, siempre atento a las necesidades y preocupaciones de sus “activos” agremiados, los mandó casi toda la pandemia a cuidarse mucho en sus segundos empleos o a estar en casa emprendiendo nuevos negocios mientras puntualmente recibieron sus asegurados sueldos y prestaciones.
La convocatoria sindical, en esta ocasión, es para ser llamados pronto a manifestarse, a marchar por sus derechos, a volver a detener sus labores ante las severas “injusticias patronales”
–¿Y ahora tú? ¿Sabes qué pasó?
–No pues no.
–De seguro no nos quieren pagar el aguinaldo
–No, no es eso, nos lo van a pagar y hasta 5 días antes, ya el 10 te cae compadre.
–Ah caray, entonces ¿van despedir a los compañeros agremiados?
–Pues no, tampoco, no han despedido a ningún sindicalizado.
–¿Tons?
–Pues no se la líder, igual quiere que nos asoleemos para aprovechar los últimos rayos de cálido sol en este invierno.
–Es cierto, Dios nos la bendiga y guarde muchos años más.
–Amén.
Al final de la reunión, tras la arenga brava de los “líderes” se convoca a “presionar al nuevo gobierno” y tras dos horas perdidas, el evento se termina con aplausos huevones.
Por allá atrás (ni el esfuerzo por conseguir una silla más adelante) se oye una propuesta temerosa de nuestro personaje…
“Oiga líder, ¿no podremos exigir así algo como un “bono por entusiasmo”?, digo, así pues ya la cosa cambia, ¿no?”.
(Aplausos ensordecedores)
–¿Nos regresamos a la oficina?
–¿Para qué, si ya van a dar las dos…?
–Se me van a enfriar las gordas.
–¿Hoy también pediste?
–No, me quería sentar…
EL BURRO FILEMÓN
Esta es la historia de un burro que se llamaba Filemón, uno de esos que transitando por calles y avenidas de San Luis, así como espantándose las moscas, un día aprendió a tocar la flauta de Xavier Nava (el ex alcalde solo le prestó el instrumento de viento, no sea usted mal pensado).
Ya con flauta en mano, el Burro Filemón tuvo otra idea que se le ocurrió de ver pasar burros, caballos, camiones y camionetas de carga.
–¿Y si les cobro un pesito a cada carga?. –Pensó Filemón y lo hizo.
Como en el atajo de sus compañeros (que no todos) tuvo a quién convencer, Filemón y sus amigos cobraban y cobraban peaje a cuanto burro se dejaba y al que no, pues le tocaban la flauta de Xavier, que para eso era…
Felices por años Filemón y su atajo, se llenaron los costales de dinero al grado que se cansaron y un día flojo, y ya sin flauta, mejor pidió jubilarse.
Que si les dolían las orejas, o que si la cola ya no les espantaba las moscas y mil pretextos para irse Filemón con sus costales a echarse por ahí y por fin dejar de andar transitando.
Reatazos que le dieron a Filemón en estos días, corrido y con las orejas gachas, Filemón se quedó sin costales, sin flauta, sin atajo y cuentan, lo van a meter un día de estos al corral.
Pobre burro Filemón.
Hasta aquí los cuentos, mi siempre valioso y Culto Público. Como nota al margen de los breves textos, y en absoluta seriedad informativa el martes se liberó a 111 presos que se encontraban encarcelados por vicios en sus procedimientos y que purgaban condenas absurdas hasta por robar una caja de cereal. Los burócratas, hasta con aguinaldo adelantado no han sido tocados por el pétalo de un despido pero planean marchas y por último, corrieron al ex jefe de la policía municipal de Xavier Nava Palacios… nomás por burro y orejón.
Hasta la próxima.
También lee: De cartas y Bemoles | Columna de Jorge Saldaña
#4 Tiempos
Sílabas de cicuta: Este no es un cuento… aunque lo parezca
Por: Jorge Saldaña
Alma toma los respiros incompletos. Se encuentra decidiendo si está dormida o despierta. Lo que es seguro es que está enojada. Lo nota porque, aunque ella no puede, su cintura grita.
La bruma que forma su aliento y un poco de vapor van y vienen entre su nariz y su boca. El aire le sabe a óxido. Su pecho arde.
Alma decide que está dormida porque no puede ser de otra manera. Solo en los sueños se puede lidiar con un toro, montar a un búfalo en estampida y volar hacia las estrellas.
-Eso debe ser, se consuela a sí misma: nada más que la continuación de un sueño, pero… ¿acaso la continuación de un sueño no significa también despertar?
El lomo del búfalo es duro, más duro de lo que debería. Como el asfalto. Pero Alma no lo piensa demasiado. Recuerda ir sentada allí, primero quieto, luego desbocado. Sus brazos apretaban en forma de nudo a Veloz, su acompañante, con el que viajaba unida: la espalda de él, el pecho de ella, el abrazo de nudo, el lomo del bisonte y el camino.
Con su galope, Alma y Veloz cortaron la luz gris de una luna presagiosa y díscola, de esas que dejan ver el polvo y que alcanzaba a iluminar apenas a un murciélago posado en el dintel de una puerta.
Vino el estruendo. Un rugido de hierro. Lo que estaba de frente y luego encima, y luego en todas partes, era un toro embravecido, rabioso, envenenado. Negro como la obsidiana en el fondo del océano. Negro como el susurro de la muerte.
Los ojos del astado fueron un par de lanzas de luz penetrante que empaparon a los que venían en el mismo polvoriento camino, pero en sentido contrario.
Las patas desbocadas del búfalo no se detuvieron. Tampoco las del negro envenenado.
Alma saltó al firmamento y extendió sus brazos como queriendo alcanzar una fulgurante. Pero no era una estrella. Era una farola que parpadeó al verla.
Veloz se desató del nudo y soltó violentamente los cuernos del bisonte, que se desangró en el lomo del negro animal embravecido.
Ebrio del estruendo y del golpe, lastimado en su astado, apagadas sus lanzas y derramando veneno, el toro aprovechó lo negro de la noche como su pelaje para continuar su camino sin importarle más que cortar ahora la luz gris de la luna presagiosa y perderse en su destino.
El murciélago, allá arriba del dintel de una puerta, lo vio todo y se encargó de contar lo ocurrido. Le va la vida en encontrar al toro.
—Automóvil embiste a pareja en motocicleta —una voz irrumpe en el sueño de Alma. Es un murmullo, lejano, pero insistente.
Su cintura sigue gritando. Su respiración sigue incompleta. Pero ahora escucha.
—El responsable, en estado de ebriedad, huye de la escena —continúa la voz, más clara, más real.
La bruma de su aliento se disipa. Sus ojos pesan. Algo punza en su costado.
—Alma Báez y su amigo fueron víctimas de un grave accidente…
Un destello. La farola. No, no es una estrella. No es un sueño.
Alma despierta.
Veloz ya no lo será. Por lo menos no será el mismo. Sus piernas están rotas y no le queda más que, tendido como si un toro lo hubiera embestido en el ruedo, rezar por su Alma.
¿De qué serviría encontrar al toro si ya iba camino al infierno? maldito destino indiferente…
*NOTA DEL AUTOR: De acuerdo a reportes periodísticos y de redes sociales, el accidente ocurrió en la colonia UPA en San Luis Potosí, el 15 de febrero del 2025. No se ha encontrado a los responsables a pesar de las evidencias en video.
Hasta la próxima
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Alma Delia González Centeno: «me llegaron a pedir hasta 350 mil pesos»
Ella es la única potosina, abogada y madre que busca llegar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la elección de este 1 de junio
Por: Bernardo Vera
La elección del Poder Judicial que se efectuará este próximo 1 de junio representa una oportunidad para Alma Delia González Centeno, abogada potosina, licenciada en Derecho por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, y maestra en Derecho Procesal Constitucional, con especialidades en materia de derechos humanos, género, derechos de la infancia, violencia contra la mujer y otras materias como juicio de amparo.
Actualmente es magistrada de la Quinta Sala Mixta del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de San Luis Potosí, y ella es la única mujer potosina que está contendiendo por uno de los nueve cargos para magistrados en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el máximo tribunal de justicia en el país y el escalafón más alto en la carrera judicial.
En conferencia de prensa reveló que ella buscó acceder al cargo de jueza en cuatro ocasiones distintas, sin que en ninguna de ellas pudiera lograr su cometido. Agregó que esto no fue por falta de capacidades, sino que en muchas ocasiones los cargos eran previstos para las mismas personas, se ejercía nepotismo y situaciones de corrupción, a las cuales nunca accedió.
“En cuatro ocasiones yo decido participar para concursar al cargo de jueza, y desafortunadamente en esas cuatro ocasiones no logré acceder al cargo. No por mi falta de capacidad ni por mi falta de formación, sino porque en muchas ocasiones esos puestos están designados a ser otorgados por un favor, o a ser pedidos de alguna manera, y no llegar de manera legítima”.
Alma Delia narró la ocasión en que le solicitaron una suma de dinero a cambio de llegar a uno de esos cargos. Situación que consideró indignante, y la llevó a impugnar, resolviendo en su favor.
“En una de esas ocasiones, para yo acceder al cargo de jueza, me llegaron a pedir dinero. 350 mil pesos, y a mí me pareció algo muy ofensivo, sobre todo porque yo me sentía con la capacidad, los conocimientos, la destreza, y que además contaba con la experiencia para ocupar un cargo de esa magnitud”.
Por ello, para Alma Delia González Centeno, la reforma y elección al Poder Judicial de este 1 de junio, significa creer en que esta reforma puede impulsar la llegada de perfiles idóneos y erradicar la corrupción en uno de los tres Poderes de la Unión, mediante el voto de la ciudadanía. Por ello hizo un llamado para informarse y participar en este ejercicio democrático de reciente creación.
Alma Delia González Centeno es una de las 45 mujeres que buscarán uno de los cinco cargos para magistradas en la SCJN. Mientras que los otros cuatro serán dispuestos para magistrados de este tribunal.
Ella está designada con el número trece en la boleta morada para magistradas del máximo tribunal impartidor de justicia en el país.
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SLP, preparado ante escenario de aranceles de EU
La entidad potosina se mantiene expectante en materia económica y de relaciones con otros paisas, ante las decisiones que se tomen este 2 de abril
Por: Redacción
El anuncio de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, para imponer aranceles desde este 2 de abril, mantiene a la entidad potosina en un estado de vigilancia, pero también de confianza, toda toda vez que se han preparado para un escenario económico independiente del principal socio comercial de México.
Luis Gerardo Ortuño Diaz Infante, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en San Luis Potosí, resaltó la importancia de la existencia de 33 tratados internacionales en los que México forma parte y sobre los cuales se tiene que trabajar desde el gobierno federal y las administraciones estatales.
“Hay muchos productos que se exportan a más de 10 países en todo el mundo; el tema de los automóviles, muchos de los que se hacen en la planta de BMW en nuestro estado van a otros países. Lo que debemos buscar es que el gobierno de México impulse y apoye a todo lo hecho en México para salir adelante con estos 33 tratados”.
Salvador González Martínez titular de la secretaría de desarrollo económico del estado resaltó la presencia de autoridades empresarios y directivos provenientes del continente asiático con los cuales se busca estrechar relaciones comerciales directamente a la entidad potosina. Además de fomentar el comercio interno regional del estado potosino.
“La política del licenciado Ricardo Gallardo Cardona es la unidad, fomentar el comercio interno regional y buscar nuevos mercados. Por eso es que recientemente nos hemos reunido con empresarios, con autoridades de otros países de Asia. Seguimos en esa mecánica, buscar otros horizontes y todo en pos de lograr que San Luis Potosí depende cada vez menos de las exportaciones en Estados Unidos”.
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