diciembre 24, 2025

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#4 Tiempos

Trasatlántico y déspota encantador. Adiós don Teófilo | Apuntes de Jorge Saldaña.

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APUNTES

 

Partió a mejor puerto el trasatlántico de la política potosina, Teófilo Torres Corzo. El hombre que siendo, no dejó jamás de ser.

Don Teófilo se lleva en su hacerse a la mar de la eternidad, la biblia del anecdotario político potosino de las últimas cuatro décadas y no es cualquier anecdotario.

En sus mesa, sus casas y reuniones, se planearon, presentaron, discutieron y se tomaron decisiones que, no cabe duda, dibujaron transiciones políticas de todos los niveles. Solo en San Luis, por lo menos las últimas 7 gubernaturas, la de él incluida y la actual también.

“Mire amigo…” se le recuerda con su voz igualmente particular, grave y contundente como su personalidad también única, presentación impecable y estilo irrepetible.

Fue diputado local, federal, senador de la República y antes gobernador del estado, pero en justicia objetiva hay que decir que Don Teófilo nunca dejó de ser ni un segundo todo eso que fue por periodos oficiales.

Sus envestiduras las mantuvo y disfrutó hasta el último momento de su vida.

Don Teófilo fue el gobernador que prefirió serlo toda su vida, a intentar serlo tan solo por seis años.

Siendo así Don Teófilo, es y será hasta difícil decidir si referirse a él en pasado o en presente porque fue, pero es.

Para muchos potosinos Don Teófilo es edificio, empresa, policía, político, periódico, alarmas, maquinaria, banco, radio, medios, y hasta distribuidor de vehículos.

Lo era todo porque de sus 14 hermanos, todos apreciados y exitosos en sus ramos profesionales, Teófilo era el estandarte, el logotipo público de toda una familia.

Si fuera canción Don Teófilo sería el Huapango de Moncayo. Si fuera autor sería el traductor potosino por excelencia del Arte de la Guerra, si fuera comida sería gourmet y si fuera reloj sería el más fino y para San Luis era el traje de gala de la política, la empresa y las relaciones públicas internacionales.

Su casa fue escenario de reuniones trascendentales, las más, totalmente guardadas con celo, las menos muy públicas sin menoscabo de su significancia para la vida pública.

El carácter se tiene o no se tiene y Teófilo lo tenía, sus historias son casi de dominio público, la más repetida quizás es aquella que lo convertía a si mismo en un hombre tan rico que, si alguien conoce la Avenida Carranza, sabrá que Don Teófilo la podía tapizar de billetes…parados!

El no dejar ni un segundo de ser un político seguro de sí y pagado de sí, lo obligaba a tener una disciplina personal que lo distinguía, era y es, de los que no importa en qué tono o tema se escribiera o hablara de él en lo público, sin excepción había llamada para el reportero o columnista y jamás en términos reclamo.

“Le agradezco se haya tomado el tiempo de escribir sobre mi humilde persona, quizás esté o no de acuerdo, pero le reconozco su atención…”

Palabras más o palabras menos, siempre correctas y concretas.

Anécdotas que podrían considerarse parábolas sobran y todos quienes lo conocieron atesoran alguna. A esta hora se leen por docenas en las redes.

El que esto escribe tiene algunas, breves pero de consideración harto valiosas.

De vez en cuando, si se presenta el tema, platico una muy personal cuando el transatlántico que partió el domingo y éste reportero fumamos juntos un cigarro saliendo de una reunión de Coparmex en el Hotel antes Westin, sin embargo es una que me reservo de contar aquí porque para entenderla hacen falta ademanes y mayor contexto.

No fue la única ocasión en que compartimos el fumar juntos, he de confesar que este aprendiz de reportero, en sus primeros días de andanza informativa, y desde entonces con el arraigado mal hábito del tabaco, buscaba en los eventos a Don Teófilo.

Si él podía fumar donde fuere, pues yo también, pensaba, y siempre me funcionó.

De su propia voz, tuve la fortuna de conocer otra de sus anécdotas, misma que fue completada en su final por uno de los testigos y que sí cuento brevemente y saltando muchos detalles:

Eran los tempranos años dos mil y en la agencia de los autos Jaguar en León, Don Teófilo acompañado del abogado Manuel González Carrillo, veían con interés un vehículo de lujo.

Era un espléndido y muy lujoso Jaguar XType de color blanco.

En eso estaban cuando un vendedor se acercó al nuestro edificio, ex gobernador, y empresario.

“Este vehículo es…bla, bla, bla…pero es muy costoso”.

-Ah ¿es muy costoso? – preguntó Don Teófilo.

-Sí, confirmó el ingenuo vendecarros

-¡Entonces solamente compraremos DOS! Ordenó nuestro empresario.

Manuel González Carrillo tuvo entonces que estrenar también un vehículo idéntico al del ex senador. No había para dónde hacerse.

Alguna vez hace años y en domingo, vi al propio patriarca de los Torres Corzo pasear y al volante, en ese lujoso felino blanco.

En el avión a CDMX y a un amigo a finales de 2015: “Mire amigo, yo pienso que el próximo candidato a gobernador debe ser alguien a quien Peña Nieto tenga confianza… y yo, soy muy su amigo”.

Con todo respeto a toda su familia, con la estima siempre para Don Carlos y en especial mi hermanito Carlos Torres Rodríguez es que lo digo.

Teófilo era un Déspota Encantador. El mejor en ambas palabras.

El transatlántico y el amigo.

El formador de generaciones sin querer serlo, el que gozaba del uso del dinero en efectivo.

El amigo de todos, el visionario que emprendió un medio de comunicación digital en años en que nadie sabía lo que eso era.

El político y el personaje. Único, irrepetible.

El de mil consejos y recuerdos.

El que mandaba Coñac fino en diciembre.

El que siempre se recordará y el que es porque seguirá siendo, así como sus encargos, así como sus empresas, así como su familia.

Me quedo con su último saludo en ocasión de una reunión del Consejo Potosí cuando fue Don Teófilo el que dio el mensaje público de respaldo al gobernador Ricardo Gallardo.

Me quedo con nuestra última charla en la que me dijo: “El que es buen hijo, es buen hombre”.

Navegue pues, Don Teófilo, Don Trasatlántico.

Su personalidad y estilo, el que le haya conocido y sea listo, podrá impregnarse para que usted siga siendo en futuras generaciones.

No, casi nunca estuvimos de acuerdo en asuntos políticos, o mediáticos, en otros sí.

Con todo, el disciplinado hombre de barba y buen vestir, tuvo la deferencia, en dejar instrucciones a la gente de su confianza una lista de personas a las que se debía avisar primero de su partida.

Me honró hasta el último momento y le quiero decir, porque fue y es, que es recíproco. Gracias por tenerme en esa lista.

Descanse en Paz Don Teófilo y no guarde pendiente, que su Coñac decembrino no será extrañado. En su lugar, será bebido a pequeños tragos a su salud y en su memoria.

Con todo respeto y cariño:

Jorge Saldaña

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Destacadas

#Opinion | El padre de la física potosina, Gustavo del Castillo y Gama

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EL CRONOPIO

 

 

 

J.R. Martínez/Dr. Flash

 

Con el título de El Padre de la Física Potosina, Gustavo de Castillo y Gama, publiqué un libro conmemorativo sobre la vida y obra de Gustavo del Castillo y Gama, físico potosino que fundó las instituciones educativas y de investigación en física en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Este 24 de diciembre estaría cumpliendo ciento cuatro años.

 

El libro en cuestión es de descarga gratuita y puede conseguirse en cualquiera de las siguientes dos direcciones:

 

http://galia.fc.uaslp.mx/museo/libros/EL%20PADRE%20DE%20LA%20FISICA%20POTOSINA.pdf

 

https://www.researchgate.net/publication/357203097_El_Padre_de_la_Fisica_Potosina_Gustavo_del_Castillo_y_Gama

Justo en Noche Buena del 2025, Gustavo del Castillo y Gama estaría cumpliendo ciento cuatro años. Nacería en el famoso Barrio de San Miguelito en San Luis Potosí al dar las últimas campanadas del 24 de diciembre, como lo comentaba el propio Gustavo del Castillo. Su vida se desarrolló en San Luis Potosí, Tampico, la Ciudad de México y las ciudades norteamericanas de Lafayette y Chicago; se nutrió de un ambiente científico desde pequeño, pues al menos, un par de sus tíos trabajaban en astronomía en el Observatorio Nacional de Tacubaya, Rodolfo Jurado y Valentín Gama. Ambos de la dinastía Gama de gran influencia en la sociedad potosina.

 

No es de extrañar que orientara su vocación hacia la física, siendo estudiante de preparatoria, en una época donde no existían aún escuelas de física en el país, y, se planteó poder formarse como físico en los Estados Unidos. La situación bélica mundial, lo llevó a seguir estudiando en su ciudad natal, ingresando a la carrera de químico industrial que su grupo de estudiantes de preparatoria había propuesto, de la cual se tituló tocándole el privilegio de ser el primer titulado. De ahí pasó a la Facultad de Ciencias de la UNAM a estudiar la maestría en física y al terminar continuar con su proyecto de formarse como investigador en física en Estados Unidos, donde obtuvo el grado de doctor en la Universidad de Purdue.

 

Fue de los primeros investigadores que tuvo el Instituto Nacional de la Investigación Científica (INIC) y se incorporó a la UASLP, impartiendo cátedra y formando el Laboratorio de Radiación Cósmica bajo los auspicios y emolumentos del INIC del que seguía siendo investigador. Su ingreso a la UASLP fue afortunado para impulsar el programa académico del Dr. Manuel Nava Martínez que era el rector de la UASLP en la década de los cincuenta. De esta manera se convertía en el primer doctorado que impartía clase en la UASLP y el único con dicho grado en la década de los cincuenta.

 

Fundó el Departamento de Física de la UASLP, de donde se derivarían la entonces Escuela de Física y el Instituto de Física de la UASLP que constituían un solo ente académico, que dividía el trabajo docente y el de investigación. El Laboratorio de Radiación Cósmica formaría parte del Instituto de Física y con ello inauguraba de manera formal trabajos de investigación científica, como tales, en la universidad potosina.

 

Creó el programa de construcción de cohetes de sondeo con el fin de realizar investigación científica en las altas capas de la atmósfera colocando al país en los pioneros en desarrollo aeroespacial, programa que ahora es conocido como Cabo Tuna. Su trabajo de investigación en radiación cósmica y en ciencias espaciales colocó a la UASLP en el escenario mundial en investigación en física. Si bien su labor en la UASLP se redujo a un lustro, este fue muy intenso y productivo y sentó las bases para el camino académico que seguiría la UASLP años después recorriendo las sendas y abriendo otras en torno a las raíces sembradas por Gustavo del Castillo, cuestión que luego es menospreciada o en el mejor de los casos olvidada.

 

La UASLP en la actualidad es reconocida nacionalmente y en algunas áreas internacionalmente gracias al trabajo docente y principalmente al trabajo de investigación científica que despliegan sus investigadores. La UASLP está situada como una de las mejores del país y en áreas como la física dentro de las primeras tres universidades del país. Esta situación se debe a la calidad de su personal académico, pero de manera muy especial por el trabajo pionero que fincara esta tradición por personajes como Gustavo del Castillo y Gama.

 

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#4 Tiempos

Una vida dedicada a la ciencia, Candelario Pérez Rosales | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

Hoy, 16 de diciembre, el peotillense Candelario Pérez Rosales, baluarte de la ciencia e ingeniería mexicana y consolidador de la física profesional en San Luis Potosí, estaría cumpliendo noventa y cinco años de edad.

Candelario Pérez Rosales nació el 16 de diciembre de 1930 en Peotillos, comunidad del municipio de Villa de Hidalgo, San Luis Potosí, donde estudió los primeros años de primaria, para luego venir a San Luis Potosí a terminarlos y continuar los estudios de secundaria y preparatoria, ambos en el turno nocturno, donde compartía las horas de estudio con las horas de trabajo. Estudiaría Física en la Universidad de Purdue y vendría a San Luis Potosí a colaborar con la fundación de la Escuela de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, hoy Facultad de Ciencias y del Instituto de Física de la propia Universidad Autónoma de San Luis Potosí, instituciones que están cumpliendo setenta años.

Como parte de los trabajos de difusión y divulgación sobre personajes de la ciencia potosina que llevo a cabo publiqué en el 2012 un libro intitulado Una Vida Dedicada a la Ciencia, el papel de Candelario Pérez Rosales, que recoge la trayectoria de Candelario Pérez Rosales, cuyo papel para el establecimiento, desarrollo y consolidación de la física en San Luis fue determinante; de esta forma el desarrollo de la ciencia potosina en la segunda parte del siglo XX, en el seno de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, fue posible con la participación de varios personajes, entre los que se encuentra indiscutiblemente Candelario Pérez Rosales. Su papel fue determinante para que la física potosina y en general la ciencia potosina sea lo que es hoy, ese importante polo de desarrollo que tiene un reconocimiento a nivel mundial. Sin su participación, entusiasmo, compromiso y cierto apostolado, la física en San Luis, y la propia universidad potosina, no serían lo que son hoy.

En este sentido la Universidad Autónoma de San Luis Potosí se encuentra en deuda con Candelario Pérez Rosales.

Su aportación a la ciencia e ingeniería mexicana va más allá de su labor en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Continuó siendo pionero en otras aventuras académicas, contribuyendo notablemente al desarrollo de la ciencia mexicana. En particular ingresó como investigador fundador al Instituto Mexicano del Petróleo.

Como investigador del Instituto Mexicano del Petróleo desarrollo una gran cantidad de proyectos que colocaron al país como un innovador en procesos de extracción de petróleo. Larga sería la lista de ellos, mismos que recogen en las páginas del libro que le dedicamos a este importante científico potosino.

Esta larga lista de proyectos que dirigió Candelario Pérez, desarrollados bajo el demandante factor de tiempo, da muestra de la importancia de su contribución al desarrollo de la industria petrolera al enfrascarse en proyectos dirigidos a resolver los diversos problemas técnicos y científicos asociados a la industria petrolera.

Estas tres facetas de Candelario Pérez que se presentan en el libro, constructor de instituciones y formador de recursos humanos, científico orientado a problemas de aplicación en la industria petrolera y escritor científico, lo colocan como uno de los baluartes nacionales en el desarrollo de la ciencia e ingeniería en nuestro país, y muy enfáticamente al desarrollo de la física mexicana.

Candelario Pérez ingresa como investigador fundador del Instituto Mexicano del Petróleo en 1966, como ya hemos mencionado, después de haber sentado las bases y asegurado el desarrollo de la Escuela e Instituto de Física en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

En este libro se recoge su labor como escritor científico, profesor e investigador, tareas que suelen ser consideradas como labores fundamentales de las universidades mexicanas. En todas ellas tuvo, y sigue teniendo a pesar de estar retirado, una contribución importante y valiosa, además de sobresaliente.

Sea esta obra un homenaje a uno de los fundadores de la Escuela de Física de la UASLP, ahora Facultad de Ciencias, y del Instituto de Física de la UASLP, que estaban englobados en el Departamento de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, cuya creación se diera el 1 de diciembre de 1955, mediante la aprobación del Consejo Directivo Universitario a un recurso sometido por el Dr. Gustavo del Castillo y Gama.

A los interesados, el libro pueden comprarlo bajo pedido en el correo electrónico de un servidor.

Candelario Pérez murió en San Luis Potosí, el 1 de mayo de 2016. El homenaje que le tributamos, se recogen en una serie de videos que pueden consultarse en youtube en el canal de José Refugio Martínez Mendoza. Para una muestra compartimos el siguiente:

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#4 Tiempos

La evolución creadora | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

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LETRAS minúsculas

 

He aquí lo que escribió hace poco el filósofo alemán Ulrich Hommes: «El crecimiento del miedo en nuestro tiempo es debido a que los hombres de hoy padecen una singular falta de relaciones. Es evidente que la falta de relaciones tiene como consecuencia el miedo, y que el miedo genera una mayor agresividad».

¿Qué quiso decir el filósofo con estas palabras? En realidad es muy simple; quiso decir, sencillamente, que si hoy cunde en nuestras sociedades una especie de pánico generalizado, es porque los hombres estamos más solos que nunca. Como no tenemos amigos (digámoslo aún mejor: como no tenemos relaciones significativas), todo nos aterroriza, pues sentimos que en tales condiciones no seremos capaces de hacer frente a los problemas de la vida.

El viejecito aquel que no tiene ya a nadie porque ha visto morir a todos sus camaradas y partir a tierras lejanas a todos sus hijos, ¿cómo no va a tener miedo de quedarse muerto en la noche mientras duerme? ¿Qué va a ser de él? ¡Ah, con una persona cercana, con una sola con tal de que lo quiera, cómo le sería fácil vivir! Pero no, no tiene a nadie: está solo y por eso se despierta en la madrugada sudando de miedo.

Y aquella mujer joven, ¿no tiene miedo también? Cuando piensa en el futuro, siente que la cabeza le estalla. ¿Y si su marido la abandona para irse con otra mujer más de su gusto? ¡Después de todo, es probable que lo haga! Pues, ¿no se oye por doquier, pero sobre todo en la radio y en la televisión, que cuando un lazo nos aprieta demasiado hay que tener la osadía de desatarlo? ¿No se dice continuamente aquí y allá que el matrimonio es una prisión y que cada cual puede y debe buscar otras alternativas cuando los antiguos compromisos no sean ya viables, deseables ni rentables? Y siendo éste el pensamiento que todos repiten alegremente; ¿cómo no va a tener miedo la pobre de que la dejen un día u otro? ¡Separarse es tan sencillo! Por su parte, el marido también padece lo suyo. ¿Y si ya no satisface todas las expectativas de su esposa?, ¿y si ya no reúne todos los requisitos, como se dice? El normal caos del amor: así tituló Ulrich Beck, el famoso sociólogo alemán, un libro suyo que trata, precisamente, de estas angustias nada ficticias. Pero este caos, ¿es tan normal como parece? A juzgar por lo tiempos que corren, sí.

Mas no sólo el viejecito y los jóvenes esposos tienen miedo; también lo sienten los niños. Y si sus padres se separan, ¿qué será de ellos? Amigos casi no tienen, a excepción de aquellos con los que chatean por la tarde, a la hora de los deberes. Pero, ¿pueden estos desconocidos llamarse amigos? ¡Si son unos desconocidos: a lo mucho, sólo saben su nombre y las letras de las canciones que se intercambian en la red! Están solos.

Y el niño que aún no nace, ¿no tiene miedo él también? Gracias a la sensibilidad espantada de su madre, algo sabe ya de los terrores de este mundo. Ni siquiera le ha sido necesario nacer para darse cuenta de cómo están las cosas en este extraño planeta. Sí, tiene miedo, y él más que nadie. Primero porque está indefenso, y segundo porque nada sabe si su madre llegará a tragarse ese cuento que dice que los niños, mientras aún estén en el vientre, no son más que un montón de células desorganizadas o quizá meramente tumores que sería necesario extirpar cuando las cosas anden mal.

Miedo aquí y miedo allá. Miedo que, según Ulrich Hommes, no tarda mucho en convertirse en violencia. Violencia que genera más miedo y que no puede ser aplacada más que con amor: «Lo que sirve contra el miedo cuando nada más sirve es el amor. El amor que me brindan y el amor que yo mismo doy». 

Se realizó recientemente un experimento que dejó boquiabiertos a los que lo realizaron: «Cuando a unas cabras ubicadas cerca de su madre fueron sometidas a un cierto voltaje de corriente eléctrica, se mantuvieron en pie y pudieron soportarlo. Esta misma carga eléctrica les fue aplicada después, cuando estuvieron solas, y entonces ya no pudieron sostenerse, pues o se desvanecían o se volvían locas».

¡Significativo descubrimiento! Cuando las cabras estaban acompañadas, eran fuertes, y sólo caían cuando estaban aisladas y se sentían desamparadas.

«No es bueno que el hombre esté solo». Fue Dios mismo quien lo dijo, es decir, quien creó al ser humano y lo conoce de pe a pa. Ahora bien, si es Él el que lo dice, por algo será. Me discutía hace poco un amigo:

¡Sólo tú puedes tragarte esos relatos inocentes que cuenta la Biblia!

-¿Y por qué inocentes? –pregunté.

-Porque son ingenuos. Por lo menos todos sabemos hoy que el mundo no nació como dice el libro del Génesis.

-¿Y por qué no? –volví a preguntar-. Que Dios haya creado en seis días, ¿no habla, en cierto sentido, de evolución? Según este libro del que te burlas, las cosas y los seres no surgieron todos al mismo tiempo, sino que hubo una gradualidad –una evolución creadora, como la llamaría Bergson- que no es extraña a los modernos descubrimientos de la ciencia: primero fueron la tierra y el cielo, luego las plantas, más tarde los animales y, por último, el hombre…

-Sin embargo –replicó mi amigo-, el libro del Génesis habla de días.

-Días que no tienen por qué ser nuestros días de veinticuatro horas. Acuérdate del salmo que dice que, para Dios, mil años son como un día…

No sé si convencí a mi amigo; pero, además, tampoco me preocupaba convencerlo. Yo sólo quería decirle que no hay que desechar a la ligera esta advertencia divina: «No es bueno que el hombre esté solo». Y que me alegra saber que la ciencia, poco a poco, en la medida de sus fuerzas, va descubriendo esta verdad vieja como el hombre mismo.

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