febrero 3, 2025

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#4 Tiempos

Ritmos y Algoritmos al 2021 | Columna de Jorge Saldaña

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Ritmos y Algoritmos al 2021

Tercera llamada

 

Culto Público, por recomendación y convicción es que decidí poner a trabajar a mis demonios. Regreso con mi columna “Tercera llamada” luego de algunos meses de desapercibida, disipada y permisiva ausencia.

La transición del Poder Ejecutivo en el estado, que será un producto del proceso electoral que se aproxima, dispone de circunstancias muy particulares en cada partido, en cada grupo, en cada nivel de gobierno y por supuesto en cada protagonista de la historia que se está escribiendo.

Cada una de esas circunstancias supone una ecuación (no necesariamente corrupta), es decir, una operación independiente de los partidos que se tendrá que resolver y acomodar en orden para finalmente formar el algoritmo final de los resultados.

Por ejemplo, el PAN tendrá que decidir el mecanismo para elegir a su candidato a gobernador y no auto-mutilarse en el intento, regular y equilibrar sus cuotas con sus respectivos grupos, ponerse de acuerdo en convocatorias, encuestas o sondeos, aceptar o no a externos, selección abierta a la población o solamente entre panistas y un holgado etcétera. Lo mismo el PRI, PRD, VERDE, MC, CP y los que aparezcan.

Antes, durante o después de que los institutos resuelvan cada ecuación, intervendrá la química de las alianzas y la aritmética electoral. ¿Cuánto vale en realidad cada partido y qué tan rentables son juntos o separados? Los números de los resultados anteriores pueden ser una referencia engañosa, pues si bien Sonia Mendoza perdió por menos de 30 mil votos contra Juan Manuel Carreras, eso no significa que el PAN pueda garantizar la misma cantidad de votos de manera automática en la siguiente elección.

Otro ejemplo, si bien en 2015 el PRI junto con el Verde y el desaparecido Panal se alzaron con la victoria, logrando más de 300 mil votos, la última referencia de votación estatal del tricolor de 2019 es de apenas 22 mil votos que consiguieron para la elección de dirigente nacional, una cifra verdaderamente vergonzosa, y sin embargo nadie puede dar por muerto o subestimar siquiera al Revolucionario Institucional, pues para la oposición justamente ese ha sido el error de los últimos dos sexenios.

El Verde cambió de dirección, y sus números –por lo menos se espera- serán totalmente disímbolos a la elección anterior. El PRD no es el mismo de 2009, 2012, o el de 2015 y a la fecha pocas certezas existen de lo que pueda pasar en ese partido en 2021 o si de plano dejará de existir para formar uno nuevo.

Al respecto, el alcalde de la capital, Xavier Nava, a través de su asesor Sergio Leyva (de orígenes en el partido del Sol Azteca) fue a pedir la dirigencia el año pasado a Guadalupe Acosta Naranjo y lo regresaron con patada en las de sentarse.

Mi amiga y diputada federal, Lupita Almaguer hizo lo propio sin resultados exitosos, lo mismo que la alcaldesa de Villa de Reyes, Erika Briones a quien tampoco le fue bien, e incluso al pedirlo juntas también encontraron negativa. El PRD es una incógnita sin despejar.

En fin, ya no entraré en mayores detalles porque los iré desmenuzando por entregas, pero es importante poner en el tablero dos piezas clave para la elección se quiera o no: La bendición y el tamaño de la misma del presidente López Obrador, y el alcance de la mano de Juan Manuel Carreras.

En una lectura política simple, lo que interesa al presidente en una elección intermedia como la que viene es mantener la mayoría en la Cámara de Diputados y –ojo- no necesariamente con diputados de Morena, sino con los que pueda hacer alianzas. En San Luis se jugarán de forma directa 7 posiciones para la cámara baja, pero si se cuenta bien, podría lograr hasta 11 lugares solamente de nuestro estado, no son muchos… pero todo suma.

En la otra mano, la amistad y altísimas consideraciones que ha mostrado en más ocasiones de las que se quisiera aceptar con el gobernador priista, Juan Manuel Carreras, dejan ver que a cambio de una transición tersa y años venideros de puro amor y paz, está atravesado el tema de la elección intermedia y esos 11 escaños, que para el caso deberían ser más importantes para el presidente que el nombre del próximo gobernador potosino.

Solo Dios todopoderoso, Juan Manuel Carreras, poderoso todavía, y Andrés Manuel el omnipresente, saben de los términos de un acuerdo que, incluso puede todavía no estar cerrado hasta sus últimos términos.

¿Cuáles son los caminos posibles? Uno natural y óptimo para la salud democrática del estado es que López Obrador no meta las manos en la elección potosina y no dé “bendición” a ningún candidato ni de su partido o de ningún otro.

Que a cambio del mayor número de diputaciones federales para Morena o sus aliados, le permitiese (creo que la palabra es concediese) el presidente a Carreras empujar algún sucesor que le garantice tranquilidad espiritual, cordialidad de transición, el cumplimentar acuerdos con las oligarquías y al más puro estilo de éste gobierno estatal, se quiera “quedar bien con todo el mundo”.

Algo como:

-Mira Juan Manuel… Lleva lag cojag tranquilag, San Luis debe continuar por buen rumbo, yo no me meto… Esteban me ayuda bien aquí, log que quieran participar que je pongan de acuerdo…
-Gracias presidente, mire ¿Se acuerda de Gustavo Puente Orozco? Es un gran chico…

Yo lo sé Culto Público, es un escenario ñoño (no por El Ojos Puente, que en una alianza PRI-PAN sería quizás la carta más alta del juego pero ya hablaré de eso después…)

Es un escenario en el que nadie mete las manos, no hay electores ilustres más allá de los oligarcas potosinos que acompañan a esta columna y los mortales que depositaremos nuestra boleta en las urnas. Es un escenario ingenuo pero, caray, ¿qué le digo? Soy un romántico.

Ya en la realidad, dentro de los híbridos de esa misma posibilidad, cabe también que se le conceda al gobernador el derecho de veto, es decir, que no elige candidato ni empuja a nadie, pero tiene la facultad, antes de la elección de decir “todos menos este” y se lo respeten.

Algo como:

-Presidente, San Luis entregará buenas cuentas para la democracia…
-Eg importante la elección, hay buenos gallos Juan Manuel, todo va jalir bien…
-Sí presidente, pero hay un grave riesgo si permitimos que “xxxx” logre la gubernatura
-Ejta bien… Déjame revisar log acuerdos…

Tanto el derecho de veto del gobernador, como la posición del gran elector del presidente son dos riesgos latentes pero posibles, son dos incógnitas más que despejar en el algoritmo y los acuerdos, de aquí a junio del 2021 son maleables.

Mientras tanto, las encuestas hasta este momento, locales o nacionales, son aproximaciones muy imprecisas cuando no pura propaganda usada como ansiolíticos para los más nerviosos. No hay lente todavía que alcance a ver con claridad la fotografía del 6 de junio del año que viene, pero si los niveles de conocimiento de nombres quieren los políticos traducirlo en posibilidades, pues… cada quién que se haga tonto como mejor le plazca.

Lo que es un hecho es que existen muchos nombres ya en la baraja de cada partido, algunos se han apuntado abiertamente, otros, sobre todo los funcionarios, se salen por la muy gastada frase de “esperar los tiempos” e incluso alguno como Juan Ramiro Robledo

ayer dijo que lo dieran por muerto…(oííííílooooooo a ver quién le cree). Todos juegan sus cartas según conveniencia y lo seguirán haciendo.

Desde aquí estaremos atentos a Octavio Pedroza, Sonia Mendoza, Marco Gama, Rolando Hervert, los gallos del ex gobernador del mismo nombre, Marcelo de los Santos (A) y Marcelo de los Santos (B) (léase Xavier Azuara) y un externo de ese mismo partido como Xavier Nava, (al que parece absurdo pudieran dejar pasar los panistas de trayectoria nada más por su graciosa presencia, cero militancia y egoísta gobierno del que no convidó a los blanquiazules) Algo como:

-Ay pásale Xavier, te estábamos esperando porque no tenemos candidato ¿eh?
¿Quieres ser gobernador ahora? Nombre pues aquí esta la candidatura, faltaba más…

(inserte aquí una carcajada editorial)

Por el lado tricolor también desde aquí observaremos a Sara Rocha, que desde el Congreso opera sus posibilidades y se apunta para lograr la candidatura con alianzas con la dirigencia y algunas estructuras estatales.

Estaremos muy pendientes de Joel Ramírez, hombre institucional y buen estadista, que aunque unos lo quieren ver como aspirante de sacrificio, los ojos más entrenados saben que tiene muchos más elementos para ser el candidato de la “unificación de los acuerdos” con el que todos ganen (cabe recordar que Morena tiene muchas más coincidencias con el PRI que conoce bien Joel, que con el PAN, que Joel significaría un mensaje de continuidad para Juan Manuel Carreras y que además sale de la misma secretaría de la que emergió como candidato el actual gobernador… no sé #piénsenlo).

El mismo cuidado pondremos a Juan Carlos Machinena Morales que se auto-promueve con encuestas realizadas por si mismo, Carlos Jiménez Macías que quiere regresar, Caco Leal Tovias que se puede convertir en la profecía de los Macabeos y si nos da un poco de tiempo echaremos un ojo a Elías Pecina antes de que nos “sorprenda” con que será diputado plurinominal en la primera posición de su partido.

En Morena están apuntados el senador Primo Dothé, el secretario Esteban Moctezuma, el muy débil Gabino Morales (que ya le urge que lo saquen de la ratonera de la delegación y le den su queso de diputado local) Juan Ramiro Robledo que ayer se auto-descartó para que pronto lo vuelvan a encartar, y hasta el buen Leonel Serrato, que tiene muchas mayores posibilidades y condiciones para ganar la capital… Ya veremos. De todos ellos también estaremos al pendiente.

Gustavo Puente Orozco, Ricardo Gallardo Cardona, Adrián Esper Cárdenas, otra vez Xavier Nava y Eugenio Govea serán los aspirantes de las alianzas y sus variantes: PRI-PAN, PRI-VERDE, MORENA-VERDE, PRI-PAN-MC, MORENA-VERDE-PRD, PRI-PAN-PRD, PAN-PRD-MC, etc. Pondremos mucha atención a ellos también.

¿A poco no se va a poner bien sabroso como un menudo bien picoso en domingo de rehidratación? Siga pues, Culto Público, el Algoritmo 2021 de La Orquesta. Lo invito.

BEMOLES

Es un desatino del tamaño del sol, que el ayuntamiento capitalino se quiera convertir en el Ombudsman de los medios de comunicación. La tentación de señalar, estigmatizar y hasta amenazar con expedientes judiciales a sus críticos es un absurdo dentro de las democracias. Los medios de comunicación no somos perfectos, y sí seguimos líneas editoriales respecto cada uno a sus intereses políticos o comerciales porque también son una empresa (hay que perder el miedo a decirlo) y eso ni es nuevo ni es descubrir el agua tibia, sin embargo es función de los medios criticar, opinar, señalar y buscar un equilibrio, regulación y contención de los gobiernos frente a los ciudadanos, no al revés.

Los gobiernos no tienen, ni pueden, ni deben intentar censurar, intimidar, etiquetar, sesgar o someter a los medios o a sus periodistas, ni a los que les son críticos ni a los que les alaben hasta los parpadeos.

Si el gabinete de Xavier Nava se quiere convertir en el nuevo Tom Wolfe y piensan que descubrirán el “nuevo periodismo” estarán tan alejados de la realidad que si le siguen un poco más dará una vuelta entera. Se irritan y se enojan ¿no sabían que son funcionarios públicos y están expuestos al escrutinio?

Tienen la piel muy delicada y sueñan con que todos los periodistas y medios les rindan pleitesía pero ¿qué creen? No se hace periodismo para agradar a nadie y por el contrario, hacerlo significa publicar algo que alguien no quiere que se conozca.

Lean por favor la Constitución, el derecho a la crítica, a la información y a la opinión, incluso aunque no resulte verificable, está consagrado. Lean la jurisprudencias sobre el modo en que deben ser entendidos los requisitos de veracidad e imparcialidad, infórmense respecto a la libertad de expresión consagrada también en la Corte Interamericana de los Derechos Humanos. Lean sobre el Sistema de Protección Dual y el estándar de la Malicia Efectiva que ustedes ven en cada nota u opinión contraria a sus voluntades.

Les aseguro que hay términos y sentencias que ustedes no conocen pero ni por equivocación. Por favor no tomen de rehén de sus caprichos al gremio periodístico potosino para satisfacer su necesidad de aprobación post-berrinche.

Ya dejen la narrativa de víctimas, y por último, si a su jefe de prensa le tienen prohibido hablar con los medios críticos ¿para qué demonios lo quieren? Si no les puede resolver en menos de 24 horas la aclaración de una nota equivocada ¿para qué lo quieren? Si no son capaces de solicitar el derecho de réplica como lo marca la Ley antes de emprender una campaña de descrédito nacida de las vísceras ¿para qué carajos les sirve?

¿Les hace falta estarse oliendo el aliento a Tiburcio y Xavier en cada evento y entrevista en lugar de emprender una verdadera política de comunicación y no una táctica de golpeteo? Se están buscando más enemigos que amigos. No sé para que les sirva eso.

Hasta la próxima.

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#4 Tiempos

Fuego cruzado y señalamientos precoces | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

Entre los integrantes de la Comisión de Vigilancia, el Instituto de Fiscalización y el Ayuntamiento capitalino, hay fuego cruzado y no se avisora tregua.

Al respecto y si me lo permite, vamos poniendo las diéresis en las “us”, los puntos sobre las íes y las cartas sobre la mesa.

Quien encendió la hoguera, que hoy ya no saben controlar, fue el titular del Instituto de Fiscalización, Rodrigo Joaquín Lecortois, que desde diciembre pasado soltó una declaración precoz y maliciosa (en política lo que parece, es) respecto al monto y origen de supuestas y millonarias observaciones detectadas en las cuentas de algunos entes obligados pero al mismo tiempo haciendo un énfasis “velado” en el caso de la capital potosina.

Técnicamente y siendo muy “puristas” el titular del IFSE, no rompió ninguna norma y reglamento al hablar del tema, pero no le faltó nada para hacerlo y eso huele a imprudencia programada, a golpe sin que parezca golpe, y a la rienda suelta para la politización del asunto. Y así fue.

La postura del gobierno de Enrique Galindo por su parte, es la más simple: Primero ser notificados, segundo cumplir con el primer plazo para desahogo de observaciones (que terminó hoy) y usar los 60 días que restan y que marca la ley para que se sigan solventando las dudas y observaciones de cualquier índole y de cualquier tamaño.

Llamar, de cualquiera de las partes involucradas en este fuego cruzado, a la “no politización” del asunto no les queda. A ninguno. Ya están grandecitos.

El asunto es político por donde se le vea, y estando las cosas en el grado de tensión entre palacios, la intervención del IFSE en ese grado no puede creerse que sea obra ni de la casualidad ni de la “inocencia”. (¿O será que yo soy el único mal pensado?)

Están jugando a la bolsa de valores del descrédito, o al menos ese es el mensaje que están enviando. ¿De qué les sirve? Yo tengo mis teorías, pero la mejor opinión es la de Usted, mi Culto Público.

Entre tanto, los episodios declarativos y esgrimas verbales entre los diputados integrantes de la Comisión de Vigilancia, específicamente entre el diputado presidente de dicha comisión, Fernando Gámez Macías y el legislador Marco Gama, vinieron a echar gasolina a la hoguera que inició en diciembre.

Por un lado, el legislador naranja puso de manifiesto que no se había tenido acceso al dictamen y se quejó del uso político de los “adelantos” a la opinión pública,

lo que interpretó (igual que muchos) como un acto de ataque dirigido.

En contra parte, la narrativa del diputado Fernando Gámez se centró dos líneas: demostrar que desde diciembre pasado todos los integrantes pudieron revisar los dictámenes y querer quejarse en último de enero era demasiado tarde.

Le dijeron a Gama algo así como “tu no hiciste la tarea y yo no te presto la mía”.

Por otro lado, tanto Gámez como el Instituto de Fiscalización acuden al argumento de los nuevos tiempos y de la transparencia encima de la prudencia que corresponde al manejo de las observaciones, que apenas entran a una segunda etapa de desahogo por 60 días más, es decir, no es tiempo de acusaciones completas. Ni hay nadie con un pié fuera de su esfera.

El argumento fue reforzado por declaraciones de éste mismo sábado en la mañana por el diputado José Luis Fernández y el senador Gilberto Hernández Villafuerte, ambos del Partido Verde, que respaldan al diputado Fernando Gámez y a Rodrigo Joaquín Lecortois y tienen razón, nadie en su sano juicio está en contra de que se explique y transparente el uso de los recursos, sin embargo el modo en que lo están haciendo, estando las circunstancias como están, se presta por lo menos a interpretaciones.

Sin embargo, hay que ser muy claros: adelantado o no, precoz o no, politizado o no, prudente o no, filtrado o no, si el ayuntamiento capitalino y otros entes obligados tienen encima millonarias observaciones pues deben ponerse a trabajar, evitar la esgrima mediática de asuntos técnicos, cumplir en tiempo y forma, dar la cara, ser responsables y cumplir no solamente con los personajes al frente de las instituciones, sino asumir responsabilidad ética y moral que tienen con nosotros los ciudadanos.

Jorge Saldaña.

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#4 Tiempos

Estimado señor Domènec Torrent | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

Estimado señor Domènec Torrent:

Me presento, soy Arturo Mena, columnista del periódico La Orquesta desde hace casi 10 años, profesor universitario y seguidor de toda la vida del fútbol potosino en sus distintas facetas.

Soy un tipo crítico con su equipo y consciente de los grandes esfuerzos que históricamente ha tenido que hacer el fútbol de San Luis Potosí para estar en las primeras planas a nivel nacional. Me queda muy claro que estamos lejos de los reflectores y de los grandes titulares de la Liga; sé muy bien que distamos demasiado de ser un equipo grande.

Señor Torrent, estoy completamente seguro de que usted tiene toda la experiencia en el manejo de vestidores de clase mundial. Usted ha estado en el banquillo y vestidor de los mejores equipos del planeta; sé muy bien que le ha aportado a los cuadros que más han ganado en la historia de este deporte. Eso es indiscutible: la experiencia y la altura las tiene a los más altos niveles del fútbol.

Pero, señor, no lo veo claro. ¿Decir que lo “anormal fue hacer 30 puntos el torneo pasado” en una conferencia de prensa ante el equipo más mediático del fútbol mexicano? Caray, no veo en qué ayuda eso al equipo, a la afición. Declarar que San Luis es un equipo que cada año está para pelear el descenso, en la sala de prensa más vista del fútbol nacional, es pasarse de sincero.

Lo sé, usted sabe más que yo de este mundo. Usted es el maestro detrás de lo bueno o malo que le pase a este equipo. Desconozco si hay un enojo con la directiva, un fastidio con la afición o si simplemente es parte de la estrategia para quitarle presión a los jugadores, o qué sé yo. Pero, señor Torrent, a los seguidores del equipo no nos gusta escuchar eso, no nos gusta saber que el técnico piensa y declara que somos un equipo “normalmente perdedor”.

Mal y de malas con el inicio de torneo para San Luis: un triunfo en cuatro partidos y, lo más preocupante, 15 goles en contra en los últimos cinco juegos (si sumamos el de vuelta contra Monterrey en la semifinal del torneo pasado). San Luis tiene una cara diferente y un inicio de torneo muy parecido al anterior en puntos, pero no en rendimiento.

El torneo pasado, para la jornada 4 —que, por cierto, fue la última antes del parón por la Leagues Cup—, San Luis tenía 5 puntos, producto de un triunfo de local contra América, un empate de visita contra Mazatlán, otro empate de local contra Tijuana (el único equipo que sacó un punto en el Lastras en ese torneo) y una derrota en Pachuca por 2-0. En ese torneo, San Luis jugaba, se veía congruencia en la cancha e idea en la táctica. El equipo mostraba referencia, determinación y, sobre todo, identidad.

Este torneo las cosas pintan parecido en puntos (3 en cuatro juegos), pero en la cancha no hay elementos para estar tranquilos. Un equipo que no se aparece, donde se han intentado cubrir ausencias de forma desesperada, jugadores que juegan hacia atrás y que no encuentran conexión en el medio campo, delanteros que simplemente no existen… Nos han llevado a perder por goleada.

Señor Torrent, lo sabemos, y podemos incluso estar todos de acuerdo: somos un equipo modesto. Me gusta llamarle humilde, un equipo donde cada victoria sabe más porque sabemos lo que cuesta; un equipo de grandes esfuerzos, donde todos tienen que poner el 110% (o más) para pelear contra los grandes, donde se lucha hasta el final, donde se levanta la cara con cada derrota y se disfruta en demasía cada victoria. El equipo de casa representa el alma potosina, esa que vive en el desierto y se esfuerza por sobresalir, esa donde “lo normal” es competir y, sí, muchas veces perder, pero muchas más, ganar.

Señor Torrent, con todo el respeto y admiración que me merece, mientras esté sentado en ese banquillo, no vuelva a menospreciar a nuestro equipo, no vuelva a hacer menos a sus jugadores ante la prensa nacional, no vuelva a insinuar que lo normal es que perdamos. La razón la tiene usted, pero no hace falta cantarla, y menos siendo la cabeza de este equipo.

Ya otros se han sentado en su lugar y se han sentido orgullosos; otros han pataleado en conferencias de prensa, y muchos más han sido hipócritas y han hablado de más. La realidad es contundente: somos un equipo humilde. No hace falta que nuestro entrenador nos lo vuelva a recordar.

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#4 Tiempos

¿Podemos dejar de hablar de “esa” película? ¿Plis? | Columna de Guille Carregha

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Criticaciones

 

Antes de empezar de lleno con esto, quiero aclarar un par de cosas. En primera instancia, me rehuso a escribir el nombre de la película en la que se centra este texto, no solo porque el hecho de escribir su título anularía el propósito entero de la columna, sino que es enteramente innecesario teclear las dos palabras que componen su título. Ustedes ya saben de qué película hablo. El mundo entero sabe de qué película se trata. Al menos al día de hoy, entre los curseados círculos del internet en español por los que me muevo, es la única película de la que se ha hablado en las últimas ocho semanas. El cine de este año se reduce única y exclusivamente a hablar de esta película (además del ocasional random preguntando “¿ya vieron Flow? ¿a poco no está bien bonita?” que intenta tener una conversación positiva para variar).

Incluso personas de mis círculos sociales que rara vez mencionan algo sobre cine en sus perfiles parecen desvivirse compartiendo memes y think pieces acerca de los peligros que conlleva ver el bodrio de moda.

En segunda instancia, aclarar que no solo no la he visto, sino que ni siquiera planeo verla en el futuro próximo. A pesar de haber demostrado fehacientemente a lo largo de todos mis escritos (y mi existencia misma) mi propensión a, por alguna razón, odiarme tanto que me obligo a ver los bodrios más espantosos y porquerías más gigantescas jamás filmadas por la humanidad, la película de moda simplemente no se ve atractiva de ninguna manera. La historia que Wikipedia me dice que propone no me llama la atención para nada, el tráiler no la vende como algo en lo que debería invertir mi tiempo, y todos los clips que rondan las redes sociales no lucen lo suficientemente horribles como para que quiera realmente ser testigo de cuán terrible es la película en realidad. O sea, por donde se le vea, no es un producto atractivo o intrigante. Lo único que quedaría es verla por morbo pero… a estas alturas siento que es una razón bastante limitada como para obligarme a perder dos horas de mi vida en ello.

Y, recalco, esto lo dice una persona que utilizó su libre albedrío para ver el especial de “comedia” de Karime Pindter. A propósito.

Ahora, tampoco me voy a sentar aquí a defender a la película. No somos Álvaro Cueva para ser tan lamebotas. Como bien desglose en el párrafo anterior, la única forma de que pinte intrigante la película es si eres un ser humano de un país con el que México tiene tan poco contacto o intercambio cultural como para creer que puede ser una ventanita a cómo se vive en ese país tan extraño del que poco se escucha. A saber qué países reúnen esas calificaciones, pero debe haber por lo menos uno o dos, alguna micro nación en algún lugar recóndito del mundo. Mucho menos estoy en un plan similar a la deleznable actriz protagónica de la película de moda que se encuentra en una cruzada a través de sus redes sociales para pedir que dejemos de burlarnos de esta cosa porque “herimos sus sentimientos”. Nada que ver.

Aunque, debo decir, que pareciese que la persona en cuestión no se ve como un ser humano con quien prometa ser divertido convivir o entablar una conversación, le daré el beneficio de la duda y asumiré que su campaña anti-hate toda estúpida y mal implementada emana de su contrato como spokesperson del churro este que no sale de la boca del mundo entero. Pensemos que también entiende, aunque sea un poquito, cuál es el problema de la historia que ayudó a contar y nada más sus múltiples NDAs le prohíben decir a viva voz un “la neta si actué en una película toda culera”.

¿Pero podemos dejar de hablar de esta película (pregunta irónicamente un ser humano que acaba de escribir 1000+ palabras sobre el tema que dice que la gente debería dejar de tocar)? Sé que es pedir mucho, sobre todo en una época en la que cierto colectivo de señores ancianos predominantemente blancos que creen que saben sobre el valor cinematográfico de lo que crean sus compas le acaba de dar 13 nominaciones al mugrero este, pero quisiera intentarlo.

Yo sé que, por alguna razón, miles de personas en este país aún creen que los Óscares representan algo o que en cualquier punto de la historia de la humanidad han premiado “calidad” por sobre “esto lo hizo mi amigazo del alma, y me cae súper bien, quiero darle esta estatua para que el mundo entero sepa que lo quiero mucho”. Yo sé que hay miles de cinéfilos mamadores que aún encuentran una manera de confirmar sus bias a través de lo que dice “La Academia” sobre las películas aclamadas en esta premiación que, misteriosamente, solo se fija en lo más mainstream y *GUIÑO GUIÑO* CON MÁS MENCIONES EN REDES que el cine tiene que ofrecerle al mundo, pero también recordemos que es el mismo grupo de individuos rancios que le otorgaron el nombre de “Mejor Película Del Año”™ a Crash y a Green Book en sus respectivos años, o que solamente toman en cuenta las películas de Ghibli solamente porque otrora las distribuyeran sus amigos Harvey Weinstein y Disney.

También me imagino que se ha de sentir bien bonito que te den una de esas estatuillas. En el improbable caso que hubiese la oportunidad de que pudiese recibir una, sé también que sería lo suficientemente hipócrita como para aceptarlo, llorar de felicidad, y agradecer a este colectivo deleznable del que me he quejado por años ya.

Pero ahorita no está pasando, por lo que, al día de hoy, reitero mi CHSM a los Óscares.

¿Pero podemos dejar de darle poder y presencia a la película que está tan de moda, que genera tantos clicks e interacciones en YouTube y TikTok, que incluso obligó a Javier Ibarreche, un lameculos de Hollywood y todo su establishment aún más gigantesco que Álvaro Cueva, un ser humano que necesita la atención de la industria cinematográfica mundial para poder generar su contenido “buena onda” y lleno del mismo positivismo falso y mercantil de Luisito Comunica (solo que con miles de porcientos menos carisma) para sentir que vale como ser humano, a hablar mal de un producto cinematográfico casi por primera vez en su historia?

Sólo le estamos dando poder a la cinta. Solo le estamos dando más presencia. Estamos haciendo que, de una forma u otra, la gente considere consumir esto, que el nombre de su director/escritor/productor sea de uso común entre los aficionados al cine. Estamos reforzando la validación de haber sido nominada a todos esos premios internacionales (que, puede o no, hayan sido otorgados a esta cochinada como un mensaje disque contundente a las políticas de extrema derecha que el mundo se está tragando con tanto gusto como la repetición incansable de memes sobre esta película). O sea, le estamos dando publicidad gratuita.

¿O de qué otra manera podemos explicar que solo en México, en apenas una semana, esta chingadera ya recaudó 9.4 millones de pesos? ¿SERÁ ACASO QUE LA INSISTENCIA EN HABLAR DE ESTA MENTADA PELÍCULA POR CASI DOS MESES A TRAVÉS DE TODOS LOS MEDIOS, INSTIGÓ A UN MONTÓN DE PERSONAS A SENTIR CURIOSIDAD POR PAGAR CON SU DINERO PARA VERLA?

Y, sí, claro, el mame de PROFECO y Cinépolis y cómo van a devolver como 150,000 pesos en entradas, etc.

Pero, repito. 9.4 MILLONES DE PESOS. EN. UNA. SEMANA.

O sea, más personas en México decidieron meterse al cine a ver la película de moda, que el mame cinéfilo de Nosferatu. Una vez más, México recordándose a sí mismo porque Pixels de Adam Sandler duró casi medio año en cartelera.

Esto solo me recuerda a las elecciones de 2012 en donde tanto mamar y mamar (con justificadas razones, obvio, pero el punto es el mismo) con memes de Enrique Peña Nieto en donde era inescapable entrar a internet sin ver su nombre y cara plasmados en los muros y timelines de todos mis contactos en redes, funcionó TAN bien como estrategia de marketing que, incluso, me hizo cuestionarme si no debería de votar por él.

Aclarando, no lo hice, pero tampoco es como si mi anulación de aquel año hubiera hecho mucho por detener el avance presidencial del PRI que, con tanto amor, los #Soy132 y otros entes disque contracultura ayudaron a promover de manera gratuita a lo largo y ancho del país.

Pero, sobre todo, me gustaría que dejáramos de hablar de esta película por la razón más obvia de todas: a todas luces es una porquería mediocre que no debería de ocupar un espacio en la mente de nadie. Sí, es insensible con el país, trivializa temas sensibles, desestima el trabajo y presencia de mexicanos en la industria. Todo eso es cierto. Todo eso es cuestionable. Todo eso debería de denunciarse. No debería de repetirse. Estoy de acuerdo.

¿PERO PODEMOS DEJAR DE DARLE TANTA IMPORTANCIA SIEMPRE A LAS CHINGADERAS MÁS MEDIOCRES QUE PODEMOS ENCONTRAR?

Reitero, que CHSM el director y su producto basura. Nadie debería gastar tiempo, dinero, o MBs de sus VPNs y/o torrents para verla, pero claramente, como país, no hemos entendido aún que en esta época, el poder de las disciplinas artísticas no es mayor cuando consiguen más dinero o reproducciones, sino cuando las conversaciones diarias inflan su SEO en Google.

En otras palabras, es casi inevitable que veamos más productos internacionales que traten a México, su cultura y sus problemáticas de la misma manera que esta película en los años subsiguientes. Y todo porque no podíamos dejar de decir que “nos duele la pinche vulva” o creer que tradujeron “you’re welcome” como “bienvenida” porque nos dio flojera investigar un poquito y poder ser parte de la conversación.

Bien ahí, nosotros.

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