agosto 22, 2025

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#4 Tiempos

¿Quién quiere ser millonario? Hágase burócrata del estado | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

Amigos constituyentes, hijos del puente arcoírico y granizoso: me han cuestionado, sin reclamo, el porqué en semanas escribo lo que parece a diario, y en otras de plano no escribo nada, en pocas palabras me han dicho que parece que escribo cuando “se me da la gana”… y tienen razón. En mi defensa diré que no encuentro otra forma de escribir, es decir, no encuentro razón para hacerlo “sin ganas”… pues ni que fuera burócrata del estado.

Al respecto, me encontré una historia, muy breve, y repetitiva he de decirlo, en las redes sociales sobre el mito de Almiro, un personaje del que no se encuentra demasiado, pero que al final resulta un silogismo mitológico y luego bíblico de un “angel caído” un desterrado, un hijo de lucifer (no podía ser de otra forma) en la batalla de los dioses griegos.

Se trata de la “copulación de Almiro” en la que –abro cita pública y sin autor a quién endilgar-:

“Según el mito, Almiro fue expulsado de los cielos y la tierra, y no queriendo refugiarse en el ultramundo, se ocultó durante mil años en cuevas de lo que ahora llamamos El Caribe…

Almiro no conseguía pareja, y nunca lograba conseguir criatura para satisfacer su intensa lujuria…

Fue entonces que Almiro, el desterrado y calenturiento (eso lo agruegué yo) decidió buscar el animal más lento de la especie más lenta, y consiguió una tortuga, a la que forzó a cien noches de coito repetido sin descanso ni pausa (inocente animal).

La tortuga entonces trajo al mundo a un humano, que nació de un huevo, pero conservaba su espíritu animal y la lentitud de la tortuga”. Cierro la cita.

Fue así que desde entonces, de ahí surgieron los trabajadores sindicalizados del gobierno del estado. Hijos, la mayoría, del zoofilico y libidinoso Almiro, hijos de un desterrado al que no quisieron ni en cielo ni en tierra, hijos del demonio pues, hijos de un angel caído.

No digo que todos y siempre he sostenido que las generalizaciones son injustas. Debo reconocer que personalmente he conocido burócratas entregados a su trabajo, comedidos y entusiastas, lamentablemente cada vez son los menos.

El resto, los malencarados y jetones, las “¿Venía o viene?” y los “Ahorita es mi hora de mi almuerzo, venga al rato” ni quien los defienda… bueno, excepto su sindicato.

Bendito sindicato para ellos, que son hijos del mal. Maldito para todos los demás, que sufrimos de sus malos tratos.

Pero, ¿cómo culparlos si llevan decenas y decenas de años recibiendo, lujuriosamente como Almiro, satisfacción tras satisfacción mundana en forma de “bonos”. ¿Cómo detenerlos si llevan copulando un cuarto de siglo al aparato gubernamental al que ya agarraron de tortuga coital?

Diran ustedes, hijos de mis pecados carnales, que estoy siendo sarcástico y burlesco, pero le aseguro que no, y que mi personalísima teoría es que en todos estos años a los gobiernos les ha faltado imaginación y creatividad para resolver de fondo por lo menos el mal trato burocrático a la ciudadanía.

Los miles y miles de sindicalizados de la maquinaria burocrática han “logrado” nada más 7 prestaciones mensuales, 13 prestaciones anuales, 5 prestaciones “especiales” y 17 becas.

Las desglozo si me lo permite, las prestaciones “mensuales” son: mil 100 pesos por “vida cara” (digo por aquello de que si suben los limones o los aguacates porque –hay que decirlo- la vida si es cara, gane uno lo que gane).

“Ayuda para transporte”, como de que no: mil 100 pesos al mes que alcanzan para 108 camiones (no vaya ser que tengan que tomar 3 camiones diarios los inocentes de nuestros burócratas).

“Apoyo a la economía familiar”, otros mil 200 pesos (¿no será lo mismo que vida cara, o debemos suponer que esto es para el ahorro de la familia o para repartirlo entre sus miembros, sabrá Dios).

Para la despensa tambien hay ayuda, otros mil 200 pesotes. 

¿Previsión social?, imagino que se destina para comprar latas, lamparas de mano y radios de baterías por si se genera algún ataque zoombie o, en su caso, para estrenar algo en algún evento “social” del que siempre hay que estar “prevenido” con mil 100 pesos más.

Disfrutan también los hijos de Almiro, de mil 100 del águila mensual para “apoyo a servicios” y es que no podemos tener burócratas que no paguen el agua, la luz, el Netflix y el Amazón Prime… sobre todo ahora que estuvieron dos años en casa.

Además una milpa, dos de a quientón, un milagro más de pura “compensación”. Todo esto suma un “extra” de 7, 940 pesos, a lo que reciben de salario.

Pero no para ahí la cosa, no. Todos sabemos que al fin de año se gasta y por lo tanto se lleva cada uno un Bono Navideño, Bono Administrativo, uno de Apoyo a la Educación, su Fondo de Ahorro, su Bono de Equilibrio (no se vayan a marear), Bono de “Ajuste al calendario” que son 5 días de su salario pues supongo para cambiar de agenda, comprar un nuevo calendario y no perderse de año, o nada más porque hay meses de 28 y otros de 30 y 31 días, pero de que hay que ajustarlo, pues hay que ajustarlo.

También en épocas decembrinas a cada burócrata, de los buenos y de los mal encarados, les llega su bono por “capacitación”, bono de “Fortalecimiento económico” (¿más?) Bono anual “por desempeño” (por la satisfacción de un trabajo siempre bien realizado), un estímulo a la “superación” (siempre importante) un bono “semestral” (porque pues son dos semestres al año) y un “premio” por asistir y ser puntuales. Nada más.

Dentro de las prestaciones “Especiales” destacan las del “Quinquenio” (premio que aumenta cada 5 años) por “entregarse fielmente al servicio del gobierno del estado”-faltaba más-.

Si usted no me cree, además del de cada 5 años, también hay premio a la “Antigüedad” que de acuerdo a los líderes síndicales, por alguna razón es distinto (y todavía más generoso) a la acumulación de tiempo de cada 5 años.

Nuestros “servidores públicos” se llevan también un “Bono del día de las madres” y, para ser parejo pues “Bono del día del padre” (a ver si no se les ocurre uno del “Bono de los solteros” junto al “Bono de los divorciados”).

En el rubro de “Becas” hay para todos los gustos, colores y olores: Beca a los hijos de trabajadores que cursan la primaria, la secundaria o la prepa. Beca para la superación personal en educación media superior y profesional, apoyo a guardería, apoyo para tesis y titulación de los hijos de los empleados, apoyo para la obtención de cédula profesional, apoyo para útiles escolares, apoyo para compra de libros (distitno a los útiles), se ganan además “días de descanso adicionales” pagados por cada ciertos años trabajados y finalmente se cuenta con una jugosa liquidación por jubilación y un “estímulo” por años de servicio.

Uffff, es todo hasta el momento por que, ¿qué cree?, se están manifestando porque los tienen “muy maltratados” y están exigiendo “mejores condiciones y prestaciones laborales”.

Por eso con mucho respeto, quien esto escribe se atreve a sugerir al gobernador ponga fin de una vez por todas al asunto en beneficio de los ciudadanos con creatividad e imaginación:

Considerando que los sindicatos “dorados” se seguirán manifestando y que las prestaciones aquí enunciadas ya no se las puede quitar ni Dios Padre, el gobernador Gallardo debería aumentar dos bonos más a su burocracia:

Un buen “Bono al hágalo de buen modo” de 2 mil pesos mensuales y el segundo “Bono si disimula poquito lo huevón” de mil 500, también mensuales (este bono se les mandará directo a su casa para que no se molesten en ir a recogerlo).

¡Se acabó el problema! ¿A poco no? Finalmente la pesadísima burocracia seguirá sangrando a las arcas del estado pero por lo menos nos atenderán “de buen modo” y disimularán lo huevones que son todos esos hijos de Almiro. Repito e insisto: no, no todos.

Yo nada más sugiero.

BEMOLES

Felicidades a Juan Carlos Valladares que hoy toma protesta como titular de Sedeco, pero más allá de eso, abandona su zona de confort personal para dar paso a la arena pública y eso ya es digno de reconocerle, estoy seguro le irá muy bien.

Hasta la próxima.

Atentamente,

Jorge Saldaña.

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#4 Tiempos

Clásico de la 57: pasión al filo del cuchillo | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

Hoy se juega en Querétaro el Clásico de la 57, un duelo que siempre viene cargado de tensión, orgullo y, por desgracia, un trasfondo que no se puede ignorar: la sombra de la violencia. Este enfrentamiento no es un simple partido de fútbol, es un espejo incómodo de lo que todavía está pendiente en nuestro balompié.

El recuerdo de la batalla campal entre Querétaro y Atlas sigue vivo. Esa tarde oscura, con imágenes que dieron la vuelta al mundo, dejó claro que la pasión puede convertirse en caos en cuestión de segundos. Y no fue un hecho aislado: en otras ocasiones también hemos visto enfrentamientos en las gradas del Alfonso Lastras, peleas que interrumpieron partidos, además de aquel episodio en Torreón en el que el sonido de las detonaciones generó un pánico colectivo que terminó por vaciar un estadio entero. Lo que debería ser fiesta, demasiadas veces se ha convertido en pesadilla.

El problema no es exclusivo de México. Apenas esta misma semana, en Argentina, un partido internacional quedó marcado por escenas dantescas: aficionados golpeados, perseguidos y obligados a escapar del propio lugar que debería haber sido su refugio. El encuentro tuvo que ser suspendido y la violencia dejó un saldo de heridos, detenidos y un continente entero preguntándose cómo es posible que sigamos repitiendo las mismas historias de siempre.

Con ese telón de fondo se juega hoy este Clásico de la 57. En la cancha, Gallos Blancos y Atlético de San Luis se disputan algo más que tres puntos: se juegan la credibilidad de una rivalidad que merece ser recordada por goles y no por golpes

. La exigencia es doble: para los equipos, que deben entregar un partido digno; y para las tribunas, que están obligadas a demostrar que se puede alentar sin cruzar la línea del salvajismo.

Porque la verdad es dura: si después de lo vivido en Querétaro hace unos años todavía no entendemos, si después de tantas escenas vergonzosas en México seguimos tolerando barras que se comportan como pandillas, entonces lo que pasó en Argentina podría repetirse aquí en cualquier momento.

El Clásico de la 57 debe ser una advertencia. Que la intensidad se quede en la cancha, que la rivalidad se mida en goles, que la pasión no vuelva a confundirse con barbarie. Si hoy la historia vuelve a torcerse hacia el lado equivocado, no habrá espacio para el asombro: sería simplemente la consecuencia de haber aprendido nada.

Este clásico es una puerta: o se abre para dejar pasar el fútbol en su forma más pura, o se entreabre para que se cuele de nuevo la violencia. Y lo que ocurra esta noche dirá mucho más de nosotros como país que de los once contra once que se atrevan a pisar la cancha.

También lee: San Luis frente a Puebla: partido para valientes, no para excusas | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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#4 Tiempos

La abogada y el diablo | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

De no ser porque al empresario Miguel Maya Romero le fueron a ofrecer poner una de sus cafeterías al interior de lo que iba a convertirse en el centro comercial Santa Fe, en los terrenos que rentó la Universidad Autónoma de San Luis Potosí a la empresa VEM, e hizo público en sus medios el proyecto, a la UASLP le hubiera pasado de noche que le estaban por dar gato por liebre.

Se desató el infierno. Por algo a Miguel Maya Romero le dicen, los que lo quieren, “El diablo” (su WhatsApp es 666 y ya…bien raro).

Desde la muy humilde opinión de este aprendiz de reportero fueron dos errores fatales los que cometieron los promotores de Santa Fe: invitar a Maya solo a rentar un local, y no a invertir en el negocio completo.

El segundo error es haber entregado, al dueño de dos medios, el dossier, renders, planos, números y el “kit” completo del proyecto.

Hasta que estos materiales “cautiva inversionistas” fueron públicos en los medios miguelescos, la comunidad universitaria, sus más altos funcionarios y el Consejo Directivo, cayeron en cuenta que VEM les había vendido un unicornio que resultó ser un burro con brillantina.

Las especificaciones del Santa Fe publicadas estaban enfocadas al lucro, objetivo muy distante a lo que aprobó el Consejo Directivo Universitario por la confianza que le tienen al rector, Alejandro Zermeño Guerra.

Y es que con esa buena fe a la rectoría, nadie imaginó que el equipo jurídico de la Universidad resultara tan laxo, distraído e incompetente como para que en más de un año de haber firmado el contrato de arrendamiento (a precios muy inferiores a los del mercado, pero bueno…) no se hubiera dado cuenta que el unicornio rebuznaba.

En lugar de centro deportivo, canchas de pádel, gimnasio, pista para correr, estacionamientos para estudiantes y otras instalaciones dirigidas a la comunidad, se estaba gestando y vendiendo un centro comercial con tienda ancla, agencia de autos, restaurantes y cadenas comerciales.

Ante la presión social y mediática que provocó la discrepancia entre el proyecto original y el exhibido, el que tuvo que sacar el pecho y llevarse el desgaste fue el propio doctor Zermeño, que tuvo que pedir cuentas a su equipo jurídico encabezado por la abogada general de la universidad, Urenda Navarro Sánchez (a la que tengo el enorme gusto de no conocer).

En la revisión, el convenio resultó más poroso que un estropajo de Ixtle.

(Por cierto que el documento, al que solo Navarro Sánchez y muy pocos colaboradores de su oficina tenían acceso, casualmente se filtró a los mismos medios propiedad del villano de las pastorelas).

La filtración tuvo consecuencias. Por un lado, las enormes goteras jurídicas de la redacción del instrumento, urgieron a la Universidad cancelar el trato justificadamente acudiendo a las únicas condiciones que podrían protegerlos, que fueron el nulo avance de la obra y el agotamiento de los plazos.

En otras palabras, la falta de liquidez de los empresarios los salvaron; que si no, ya hubiera centro comercial, agencia de autos y café Chaires.

Por el otro lado, y ya circulando el convenio, se pudo saber que a la empresa VEM no le pidieron ni los requisitos más indispensables; no verificaron su experiencia (que no tiene) ni sus capacidades financieras (que tampoco tiene).

Con las cartas destapadas, el rector admitió que se sintió engañado (así lo declaró a éste medio y a otros). Pero… ¿engañado por quién?

¿Por la empresa? ¿O por su abogada general, que no cuidó a la institución, le escondió los detalles del poroso contrato y les generó un feroz enjambre jurídico en contra del que aún no salen?

Derivado de todos los yerros encontrados, se hizo inminente para la UASLP la cancelación del trato, provocando que Fabián Espinoza, el representante de la empresa al que se le cayó el negocio, denunciara penalmente al propio rector, a Miguel Maya y hasta a los periodistas de sus medios, asunto que hasta donde se sabe, sigue su curso.

Vamos dos a cero: Un contrato jurídicamente descuidado puso en el filo de la navaja a la institución, y provocó en reacción que denunciaran al líder de la comunidad universitaria, que sin necesidad, deberá defenderse por la vía penal (ojalá el rector contrate a un abogado o abogada externos… digo).

Tres a cero: En respuesta, la UASLP (léase la licenciada Navarro Sánchez) interpuso una tibia demanda mercantil (que no es lo mismo que una denuncia) en contra de la empresa. Sin embargo, la demanda la presentó la abogada hasta junio pasado. Es decir, meses después de la tormenta. Mientras tanto ni se ha recuperado el terreno, ni pueden hacer nada con él.

¿Estaría muy ocupada la abogada?

Quizás sí, promoviendo una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia, en contra del Instituto de Fiscalización Superior del Estado, contra el que debate la competencia de éste para auditar recursos propios de la UASLP.

Hace unos días, la controversia fue desechada por la SCJN por ser “notoriamente (no-to-ria-men-te) improcedente”. Cuatro-cero.

Por si se lo preguntaba, Culto Público, quien dió a conocer la promoción de la controversia, así como su penoso resultado, también fueron los medios propiedad de MMR, príncipe de las tinieblas.

(Yo creo que nadie les pasó el número de expediente en cuestión y le atinaron sus reporteros de pura suerte…)

Se le conoce al rector de la universidad, Alejandro Zermeño -y coincido- como un hombre íntegro, decente, bien intencionado, prudente, y capaz.

Lo que asombra es su paciencia y tolerancia con funcionarios como Urenda Navarro Sánchez, que si nos damos cuenta, es quien ha estado detrás de casi todos los conflictos que ha enfrentado la actual rectoría.

¿Cuándo terminará la goliza jurídica contra la institución? ¿No hay cambios? ¿Alguien tiene pacto con el diablo?

Hasta la próxima.

Yo soy Jorge Saldaña.

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#4 Tiempos

Salvador Gallardo Dávalos: médico, humanista y promotor cultural | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

Con la proyección del potosino Manuel José Othón como uno de los máximos poetas mexicanos, el movimiento literario en San Luis Potosí a principios del siglo XX fue intenso y de suma importancia; las escuelas literarias seguían siendo las reuniones entre los jóvenes interesados en la literatura y su formación profesional se complementaba con estudios profesionales en el Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí, principalmente en la carrera de leyes donde confluirían un número importantes de hombres de letras que figuraron en el escenario nacional, con grande aplauso, por mencionar un par de esos personajes: Ramón López Velarde, Artemio de Valle Arizpe, entre muchos otros, como hemos tratado ya en anteriores entregas de esta columna de El Cronopio.

No solo en leyes se formaron esos literatos, en la preparatoria del Instituto donde coincidían todos ellos o la mayoría de ellos, serían las raíces que en otras carreras como la de medicina continuarían su gusto por la literatura, en especial la poesía, combinándola con su formación médica, como el fue el caso del rioverdense Salvador Gallardo Dávalos.

Salvador Gallardo Dávalos nació el 9 de julio de 1893 en Rioverde, San Luis Potosí, donde estudiaría sus primeras letras para luego ingresar a la preparatoria del Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí, allí, en ese ambiente bohemio e intelectual que exponían un buen número de jóvenes interesados en la literatura despertó la vena poética de Salvador Gallardo que a la larga se convertiría en un prestigioso médico y excelente poeta que dejaría huella por su labor humanística y cultural en la región del bajío, principalmente en Aguascalientes donde contribuiría al desarrollo cultural de esa ciudad con su labor en la corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana de aquella ciudad.

Al salir de la preparatoria del Instituto Científico de San Luis, ingresó a estudiar medicina en el mismo Instituto potosino para posteriormente continuar sus estudios médicos en la Escuela Médico Militar de la Ciudad de México, siguiendo la huella de sus compañeros de estudio en el Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí que también habían emigrado a estudiar en la capital, como Jesús Silva Herzog, compañero de estudios de preparatoria de Salvador Gallardo y además su primo.

El padre de Salvador Gallardo era médico y para entonces había desarrollado una importante labor en Rioverde, distinguiéndose como director del hospit al del pueblo que ahora lleva su nombre al igual que una de las calles de Rioverde. Salvador seguiría así la huella formativa de su padre.

Dejaría el ejército y seguiría su labor como médico y su labor dentro de la corriente estridentista de las letras como fueron sus comienzos literarios.

Con el apoyo de Silva Herzog que fuera subsecretario de Cultura en 1933, Salvador Gallardo ingresa como médico a la Secretaría de Educación en la Ciudad de México, antes de irse a radicar a Aguascalientes y realizar una intensa labor educativa y cultural como promotor cultural y catedrático de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y de la Escuela Normal.

Su labor pública incluyó su participación en la Liga de Escritores y Artista Revolucionarios, miembro titular de la corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana en Aguascalientes, y fundador de la Asociación Cultural Aguascalentense, además de senador de la República por el estado de Aguascalientes.

Dentro de sus obras dedicadas a su tierra natal, se encuentra Cantos a San Luis Potosí publicada en 1942, con la que ganaría uno de los Juegos Florales de San Luis Potosí. 

Salvador Gallardo Dávalos moriría el 30 de octubre de 1981, dejando una importante huella en pro de la cultura de la provincia mexicana. Tras su muerte se estableció en 1982 el Premio Literario Salvador Gallardo Dávalos de la Casa de la Cultura de Aguascalientes, dejando un legado que continúa su descendencia, su hijo Salvador Gallardo Topete y su nieto poeta y filósofo Salvador Gallardo Cabrera.

De Salvador Gallardo un fragmento de “Canciones bajo la lluvia”

En las tardes invernales
la lluvia la luz tamiza
y cada rayo de irisa
como en danzas espectrales;
la brisa con sus puñales
nos espera en cada esquina,
y la lluvia es bailarina,
que en las tardes invernales,
-con sus velos de neblina-
danza “danza de puñetas”.

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Opinión

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