noviembre 18, 2025

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¿Por qué hace tanto calor en SLP?

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La Huasteca ha llegado a los 45 grados, mientras la capital alcanza los 35, esto podría ser consecuencia del Efecto Isla Calor

Por: Ana G Silva

En los últimos días, la Coordinación Estatal de Protección Civil ha anunciado temperaturas de hasta 45 grados centígrados en zonas de la Huasteca y Media, mientras que en la capital potosina se han alcanzado hasta los 35 grados, una situación que parece poco usual. La Orquesta conversó con Marcos Algara Siller, director de Agenda Ambiental de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) y profesor investigador, quien explicó los factores del porqué de esta ola calor.

Algara Siller señaló que en la capital de San Luis Potosí, al ser una zona urbana que está en constante expansión, calles que almacenan calor, hay deforestación, materiales creados por los humanos, fábricas, emisiones a la atmósfera y calor de motores, se genera el “Efecto Isla de Calor”, la cual consiste en que debido a todos los factores anteriores el calor no puede disiparse durante las noches.

El experto comentó que las altas temperaturas eran esperadas, pues recordó que se tiene el antecedente de que la temporada de invierno no fue tan fría. Agregó que, de acuerdo con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (National Oceanic and Atmospheric Administration, NOAA), la cual observa temas de temperaturas globales, alertaron sobre el “Fenómeno del Niño”, lo cual indica que la temperatura de los océanos es más caliente.

“Lo que se ha encontrado es que cuando el océano tiene 0.5, 1 o 1.5 grados más de temperatura, que pareciera poco, pero que en escala de volumen de agua tan grande esa temperatura implica que cambia la evaporación y las corrientes que afectan en la atmósfera y las masas de aire: hacen que llegue más humedad. Este fenómeno puede llegar a afectar depende de su intensidad, por ejemplo a San Luis Potosí con calor y a diferentes partes del mundo, pero también puede ser de diferente manera”.

Algara Siller dijo que aunque ya se había pronosticado una temporada calurosa no es posible determinar si habrá sequía, pues se debe esperar a que comience el mes de junio donde arrancan las lluvias en el estado, aunque si la tendencia sigue igual podría ser un año muy caluroso.

“Es difícil adelantarse porque estamos en una época seca, que es de noviembre a abril en San Luis, en mayo es un mes de transición, nos preocuparía si continúa este calor y hay poca lluvia de aquí en adelante”.

El director de la Agenda Ambiental recordó que el aspecto más importante de las altas temperaturas también es el cambio climático: “Ya sabemos que es un fenómeno que heredamos, sabemos que sigue y encontramos años más calientes y más secos, incluso este año porque los calores fuertes son en mayo, pero desde abril ya nos pegaron y se nota que no han sido solo un par de semanas sino más, esto pasa cada vez con más frecuente, es decir la distancia entre un año caliente y otro ya no es como antes, que pasaban mucho tiempo”.

Algara Siller puntualizó que no es posible determinar si el 2022 es el año más caluroso, ya que los datos solo se pueden comparar cuando la temporada termine:

“Yo te diría por la sensación que tengo, que podría ser un año muy caluroso, pero no hay fundamento de nada, solo es algo que siento en mi memoria personal, no es lo mismo la percepción que la comparativa; además debemos recordar que estuvimos dos años en aislamiento por pandemia, la actividad es diferente a estar dos horas en el tráfico sintiendo calor, que estar dos horas en casa con ventana abierta. Lo más seguro es que sí estemos en un año más caliente si comparamos con hace 30 años, donde San Luis era una ciudad más pequeña, con menos cambio climático, con menos ese efecto de isla de calor

”.

Al cuestionarlo sobre si es posible que en la capital potosina llegue a temperaturas de 45 grados como ha sucedido en la Huasteca, el experto contestó que sí, debido a la tendencia en el cambio climático, aunque no se puede conocer en cuánto tiempo. Recordó que en algún momento la Huasteca ha llegado a los 50 grados y la capital a los 40, que son eventos muy extraños que no ocurren con regularidad: “El que se repita es probable, pero eso no es el problema, el problema es que se repita con más frecuencia o que se haga lo normal, porque ahí sería un impacto fuerte para todos”.

Entra las consecuencias que podría tener las altas temperaturas, Marcos Algara dijo que en primer lugar sería que las personas se adapten; después habría afectaciones en los intereses socioeconómicos; otro sería la migración de especies:

Leonardo Chapa, experto en aves migratorias, me dijo que hay varias especies de aves que llegan comúnmente en diciembre o enero, que vienen desde Canadá al Altiplano, pero no llegaron. Son especies que necesitan fresco, pero no caliente, el invierno muy fuerte si les afecta, entonces migran al sur, llegan a un lugar donde el clima esté en un punto fresco como el Altiplano con 5 grados, pero resulta que en San Luis Potosí no estaba a 5 grados sino a 10 y entonces se tienen que ir más al norte y paran cientos de kilómetros arriba y eso afecta las interacciones naturales de la cadena trófica, su alimento, qué es lo que había en ese lugar y tienen que llegar a otro, en donde comúnmente solo iban de paso y pueden alterar ciclos de reproducción, de alimentación, del tiempo que se quedan y el que regresan”.

Finalmente, el experto subrayó que también hay afectaciones como el bajo nivel de las presas en la capital, pues si se registran pocas lluvias la evaporación no aportará; además dijo que también hay que considerar que en época de calor se consume más agua, comenzando por la sed, se ensucia más, se lava más y la gente se baña más seguido.

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La IA, periodismo, y la coartada perfecta. Apuntes de Jorge Saldaña.

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riesgos de legislar sobre IA

““Vivimos bajo tormentas de datos que no construyen verdad sino ruido”. La información, desanclada de la confianza, se vuelve atmósfera. Y en atmósfera turbia, cualquiera puede gritar “fuego” y llamar a los bomberos, o “deepfake” y zafarse de la comisión de un delito”

Por: Jorge Saldaña

Hay épocas en las que la tecnología acelera más rápido que la ley en una carrera en pista sinuosa, de esas con curvas tan cerradas que hasta el volante tiembla.

Estamos ahí. La inteligencia artificial (IA) ya es capaz de imitar una voz al grado de confundir a tu mamá, de injertar un rostro en un cuerpo ajeno con precisión perfecta, de producir un “comunicado oficial” con sellos y sintaxis idénticos a los originales. Que peligroso.

No obstante, lo que de veras me quita el sueño (y eso que soy dormilón) no es solo lo que la IA puede fabricar, sino lo que su misma sombra puede desmentir, es decir, que lo verdadero sea tirado a la basura señalándolo a la ligera como “irreal”.

Dicho en pocas palabras: sí temo a la mentira hecha con IA, pero temo más que la IA se vuelva la coartada perfecta para negar la verdad. ¿Me explico?

Pienso en un audio que exhibe una extorsión, en una foto que capta a un político con un criminal, en un contrato auténtico que documenta un desvío.

Con la reforma aprobada en San Luis Potosí (con tan solo 10 días de análisis) que tipifica el “uso indebido” de IA para provocar alarma, alterar la paz social, o dañar la imagen de un tercero, creo que nos pone a todos, pero aún más a los que nos dedicamos al periodismo, en un altísimo riesgo de que la primera reacción del involucrado no sea la responder al fondo, sino señalar al mensajero: “Eso lo creó la IA”, y entonces deberá ser el reportero, y no el delincuente exhibido, el que deberá de demostrar que su evidencia no es sintética o artificial, o se va al bote.

Invertimos la carga de la prueba: del hecho al emisor; del culpable al periodista.

No exagero: Artículo 19 ya advirtió lagunas de precisión en conceptos como “alarma pública” o “paz social” (que son ambiguos y propensos a la interpretación) y un riesgo de discrecionalidad que podría alcanzar desde la crítica política hasta la edición creativa.

Es cierto, la iniciativa del diputado Héctor Serrano, incorpora exclusiones para fines periodísticos, académicos, artísticos y de parodia “siempre que no exista dolo y se indique expresamente ese carácter”. Bien intencionado, sí. ¿Suficiente? No, porque el campo de juego queda resbaladizo y no hay árbitro judicial ni peritos especialistas en el tema.

Las modificaciones al código penal producto de la iniciativa de regulación a la IA, no define con precisión cómo demostrar el dolo, qué es alarma y, sobre todo, quién y cómo lo acredita.

Byung-Chul Han lo dijo en su libro Infocracia, (que me gusta mucho citar): “vivimos bajo tormentas de datos que no construyen verdad sino ruido”. La información, desanclada de la confianza, se vuelve atmósfera. Y en atmósfera turbia, cualquiera puede gritar “fuego” y llamar a los bomberos, o “deepfake” y zafarse de la comisión de un delito.

Nuestro tiempo es el de la sospecha permanente, la duda como política de Estado.

El tema me recuerda a Orson Welles que lo anticipó en 1938 con La guerra de los mundos: una ficción radial que, contada como boletín, desató pánico.

Hoy no necesitamos actores; bastan modelos generativos, un par de clics y un algoritmo de difusión.

Imaginen —no es ciencia ficción— un boletín “verosímil” de la Sedena ordenando toque de queda; una “conferencia” de la Presidenta aceptando una invasión o un “video” de un presunto homicida de un estudiante de estomatología confesando un delito…(saben a lo que me refiero).

¿Qué tal que el homicida alega que el video que se filtró fue hecho con Inteligencia Artificial? ¿Se va a perseguir al medio que lo difundió? En una de esas, hasta el homicida sale libre…¿Ya me entiende, Culto Público a lo que me refiero, me preocupa, y me da comezón?

La IA escribe el guion; las redes, el miedo.

Ahora bien: San Luis Potosí ya legisló. ¿Hacía falta? Sí. Pero…¿Así? ¿Tenemos la suficiente fortaleza académica, experiencia profesional y capacidades para fundamentar una legislación sobre esta materia que nos va ganando la carrera? ¿No será esto un acelerón en plena curva?

El que esto escribe, aprendiz de reportero, alcanza a ver al menos tres riesgos que no podemos ignorar:

1) La coartada perfecta del poderoso.

Frente a una investigación sólida, la respuesta fácil será: “es IA”. Si la norma deja ambigüedades, el periodista puede terminar litigando su autenticidad en vez de publicar, y esto puede generar un efecto inhibidor, una autocensura preventiva por miedo a ser acusado de crear “realidades sintéticas”.

2) La puerta trasera de la censura.

Cuando “alarma social” o “paz pública” no tienen parámetros verificables, cualquier pieza incómoda puede ser encuadrada como “desestabilizadora”. Hoy se promete que no; mañana basta un fiscal con prisas o un juez con miedo o a modo.

3) La prueba imposible.

En la práctica forense, demostrar que algo no fue generado por IA requiere peritajes especializados, sellos de procedencia, cadenas de custodia digitales. No los tenemos para temas como la IA ¿Quién los hará? ¿Con qué estándares? ¿Con qué independencia? Si no definimos eso, la balanza se inclina contra el informador.

Ante ello, creo que necesitamos definiciones más concretas, cerradas y taxativas, lo mismo que una “mente culpable” o como dicen los abogados una Mens rea probada, exigir dolo específico: intención de provocar alarma…me-di-ble y no de “sensación” de la misma.

Además, si alguien alega que una pieza es sintética o fabricada, que lo acredite con peritajes de laboratorios independientes (no “peritos de parte” -que además no hay en SLP- a modo).

Los periodistas también tenemos que tener garantías reales y no meramente declarativas.

Efectivamente hay una exclusión en la iniciativa aprobada para el ejercicio del periodismo, arte, academia y sátira, sin embargo, ¿quién garantiza que opere en los hechos, cuando alguien -como dije arriba- nada más porque sienta calor le llame a los bomberos…?

No se trata de negar el dilema —que es brutal y de múltiples aristas—, sino de evitar que la cura mate al paciente. Porque, paradójicamente, la IA que nos amenaza con fabricar mundos, también puede servir para validarlos.

A ver, para Usted mi Culto Público, le comparto dos escenarios de pesadilla y uno de esperanza:

Un “Falso con consecuencias reales”: Un “comunicado” apócrifo de Protección Civil que ordene evacuar colonias. Pánico, saqueos, accidentes. Nadie herido por la IA; todos por la estampida.

Un “Verdadero desmentido como falso”: Un video auténtico que documenta un abuso policial. Los responsables gritan “deepfake”, “IA”, un juez timorato concede medidas cautelares, y el reportero enfrenta proceso. La evidencia muere antes que el delito.

Uno de esperanza: que la norma haga lo que promete: perseguir mentiras sintéticas dañinas, proteger a víctimas (como las 400 estudiantes de Zacatecas) y blindar la crítica. Se puede, si se afina y lo hacemos de forma acompañada y profesional. No a la ligera.

La delgada línea entre vigilar y castigar —permítanme el guiño— no debería cruzarse hacia castigar al que vigila. La prensa, con sus errores y excesos que a veces tenemos (no me subo al púlpito ni tiro la primera piedra), sigue siendo el semáforo en una avenida oscura: si se apaga “por seguridad”, lo que viene no es orden, sino una carambola con trágicas consecuencias.

Cierro con una imagen. La IA es el Orson Welles de nuestros tiempos: puede narrar invasiones que no existen y desmentir revoluciones que sí ocurrieron. La diferencia será si, en San Luis, ponemos reglas claras, peritos que sepan, y un principio simple grabado en piedra: a la verdad no se le pone grillete; a la mentira, sí.

Insisto, si lo hacemos bien, con profesionalismo y sin miedo, quizá esta vez la radio hablando de marcianos no provoque pánico, sino lucidez.

Mañana será el diputado de Morena Carlos Arreola (qué casualidad) el que anuncie el desarrollo inmediato de foros con ciudadanos, académicos, especialistas, periodistas, abogados y otros grupos para discutir, plantear y afinar la iniciativa aprobada. Aunque lo convoque Arreola, ni modo, me apunto.

Nota: Esta columna no fue redactada con IA, sino con MIR (Mi Ignorancia Regular).

Hasta la próxima.

Yo soy Jorge Saldaña.

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Estado anticipa monto para la UASLP en 2026: Gallardo

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El monto, que se incluirá en la Ley de Egresos, será equivalente al de este año mientras se define el convenio universitario

Por: Redacción

El gobernador Ricardo Gallardo Cardona informó que la Secretaría de Finanzas del Estado ya tomó previsiones para garantizar el recurso que corresponderá a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) en 2026, y adelantó que dicha cantidad será integrada desde ahora en la Ley de Egresos que enviará al Congreso del Estado.

Gallardo explicó que, aunque el convenio anual entre la UASLP y el Gobierno del Estado se firma hasta enero, esta vez se decidió anticipar el monto estimado para evitar desfases como los ocurridos este año, cuando los tiempos entre la firma del convenio y la aprobación del presupuesto no coincidieron y generaron presiones financieras para la institución.

El mandatario señaló que Finanzas partirá del mismo monto asignado este año

—refiriéndose a los recursos que se destinan al inicio del ejercicio— mientras la universidad y la Federación definen la cifra exacta en su próximo convenio. Con esto, precisó, los legisladores tendrán que ajustar el presupuesto para asegurar que la cantidad prevista quede protegida en la Ley de Egresos 2025, que corresponde al ejercicio fiscal del próximo año.

Gallardo afirmó que el objetivo de esta previsión es que la UASLP arranque 2026 sin complicaciones, sin necesidad de solicitar recursos prestados durante los primeros meses del año, como ha sucedido históricamente debido a la demora en la llegada del recurso federal y estatal.

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FGESLP requiere 5 mdp para echar a andar Fiscalía de Búsqueda

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María Manuela García dijo que el monto servirá para contratar personal y fortalecer prospecciones

Por: Redacción

Tras entregar su informe anual de labores ante la Comisión Primera de Justicia del Congreso del Estado, la fiscal María Manuela García Cázares reconoció que la Fiscalía General del Estado de San Luis Potosí enfrenta “muchos retos”, entre ellos el más urgente: transformar la actual Unidad de Desaparecidos en una Fiscalía Especializada, como lo exige la Ley General.

La fiscal destacó que todas las áreas han estado enfocadas en judicializar carpetas y atender los casos más sensibles denunciados por la ciudadanía, aunque admitió que el avance aún es insuficiente frente a la demanda existente.

En materia financiera, García Cázares confirmó que la institución solicitará una ampliación presupuestal para 2025, derivada precisamente de los costos que implica la creación de la nueva Fiscalía de Desaparecidos: más personal, más material, más prospecciones y mayor capacidad operativa.

La ampliación solicitada asciende a 5 millones de pesos como mínimo.

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