#4 Tiempos
Montaje gubernamental ridículo con esculturitas | Columna de Jorge Ramírez
ENREDARTE.
Sin anuncio ni convocatoria a la ciudadanía; con ingreso a una zarzuela, no por la puerta del día, sino por una ventana posterior; al amparo de la noche, como si de asaltantes se tratara, el pasado viernes 18 por la noche, en el Jardín de Tequis de la capital potosina, se inauguró una exposición con piezas de gran formato.
Por si se le puede sacar rajada pre-electorera en favor de su sobrino Xavier Nava, el ex gobernador Horacio Sánchez Unzueta -responsable del acto, en tanto promovido por el Consejo del Centro Histórico (CCHSLP) a su cargo-, consiguió incluir en el evento de formato peña/calderonista (a distancia del público; en este caso sin él), al gobernador del Estado Juan Manuel Carreras, a su sobrino Xavier, desde luego, a Miguel Torruco Marqués, secretario federal de turismo y a Christofer Landau, embajador de Estados Unidos en México
Vale reiterar, al amparo de la noche y sin público. ¿A qué o a quién le temen? Es cierto, numerosos creativos potosinos de diversas disciplinas artísticas están molestos y hasta circuló un desplegado con firmas de rechazo.
Si la comitiva también degustó chocolates Costanzo (acaso cenó enchiladas potosinas y bebió mezcal quitapenas) es anécdota desaprovechada por las secciones de “frivolité” en impresos habituados a publicar boletines en formato de noticia de auto aplauso; ah, pero el evento era a la sorda.
Se consignó, en cambio sin gran relieve, la visita al día siguiente a Real de Catorce del grueso de los foráneos incluidos en la comitiva, acompañados por el gobernador Carreras y su esposa. Este acto sí a plena luz del día y motivo principal para ellos de su estancia en territorio potosino. A la francachela sí asistió, congruente a su costumbre, en calidad –también habitual- de florero, el sobreasalariado secretario de Cultura Armando Herrera.
El evento “cultural” de la noche precedente fue un margallate: “hazme el paro de ir a conocer el Jardín de Tequis –te meto en la foto- y te picho la cena”. Chamaqueados fueron rentados sin su consentimiento para avalar un descompasado acto con tufo politcursi electorero.
El autor de estas líneas, hizo indagatorias en días pasado y publicó lo siguiente:
Al estilo carlosalinista: ni los veo ni los oigo
- La página oficial del CCHSLP no dedica algún reglón o imagen al tema. Tal parece que no fuera de su competencia o lo quiere disimular.
- Tampoco se sabe, si es parte del cursi lema “Carranza se pone guapa”, competencia de su sobrino el munícipe Xavier Nava. ¿De parte de y para quién, a qué costo, con cuál propósito se importa la fiebre escultórica?
- Agregado: Xavier es ya visto como el delfín, ya muy visto, sancochado y ventajoso del gobernador actual, con el soporte del ex gobernador, tío aludido.
- Se trata, según informó Juan Antonio Segovia, integrante del grupo en Foro social de IHSLP, y estudiante de conservación y restauración en UASLP, no de una sino de varias exposiciones temporales, de las cuales Camorlinga es el único escultor amateur; quienes vendrán, sí tienen trayectoria.
- La comunidad artística potosina no fue tomada en cuenta para opinar ni se incluye a destacados escultores locales para adquirir o, al menos, exhibir su trabajo.
- La muestra inaugurada se titula “Homus”; conformada por 4 piezas realizadas por el escultor aficionado (con estudios de arquitectura) David Camorlinga Tagle, de 37 años de edad, nacido en la ciudad de México.
- Agregado: hay otras dos piezas de mucha mejor factura sin cédula de identificación; una en la esquina sur-oriente del jardín con lenguaje imitativo al de Leonora Carrignton; la otra, ubicada en la esquina del templo de Tequis, puede ser la habitualmente exhibida en un entrepiso del Teatro de la Paz o una igual o similar, de Jorge Marín.
- El trabajo de Camorlinga, predominante en otros sitios, es de volúmenes de pequeño y mediano formato para galería; es decorativo y carente de la carga conceptual y/o creativa requerida por el arte contemporáneo.
- Por excepción, el arquitecto y escultor empírico aludido, tiene una producción imitativa más artesanal que artística. Hasta el momento, ha expuesto en galerías, recintos académicos y en un solo museo de Toluca. Hasta hoy en ningún museo importante de arte moderno o contemporáneo del país.
- Ninguno potosino de menos ni más de 37 años, ni aun teniendo formación como escultor y trayectoria consolidada, está incluido en ese no informado programa, cuyo costo también se desconoce.
“Sale el peine”
Durante el fin de semana, sin desmentido posterior, circularon comentarios de Roberto Naif, vocero durante el mando del ex gobernador Fernando Toranzo:
Naif afirma que las cuatro piezas del escultor aficionado Camorlinga (las otras dos, las buenas, lucen fuera del trato) son objetos donados o prestados (ah desinformación, atole de cultivo para la especulación) por Industrial Minera México (IMMSA); empresa en la localidad instalada en el conurbado poblado minero de Morales y es una de las cortesías en agradecimiento al no consultado municipio porque su abogado, el ex gobernador Unzueta, medió ante el alcalde Xavier (Nava) –su sobrino político- para fraccionar –sin remediar la contaminación de lugar- una enorme extensión de sus antiguos espacios para procesamientos mineros. “Cómo es posible, afirma Kuri, que el @JMCarrerasGob(ernador) permita que el controvertido ex gobernador Horacio Sánchez Unzueta, use el membrete del Centro Histórico y lo convierta en una oficina de relaciones públicas (para) una minera que ha contaminado a la ciudad por décadas. ¿Y los ecologistas dónde están? ¡Callados o encubiertos!”. El objetico, agrega, es fraccionar un área contaminada, como es la antigua Asarco.
Cabe agregar: IMMSA, empresa de Germán Larrea tercer hombre más acaudalado de México, es la misma causante –por probada negligencia- del accidente en febrero de 2006 que costó la vida en Pasta de Conchos a 65 mineros; misma empresa que contaminó una zona agrícola en territorio yaqui, al derramar 40 millones de litros de sulfato de cobre al afluente del río Bacanuchi y el río Sonora contaminó 5 mil 573 hectáreas de cultivo, afectó 72 mil 755 cabezas de ganado y provocó daños en la piel, vías respiratorias, riñones y aparato digestivo al menos a 381 sonorenses. Empresa IMMSA, también con reclamos en Perú y la India por excesos similares.
Ah, pero aquí contribuye IMMSA a lavar procesos preelectorales con un performance con visos artísticos. Y… la secretaría de ¿Cultura?
Aún no inicia campaña Xavier y en colusión con el tío, ya le impone a la capital potosina cuotas de sacrificio en beneficio de unos cuantos de la clase social privilegiada de donde procede y para cuyos intereses parece servir de manera prioritaria. Más lo que se acumule si nos despojan también de la Sierra de San Miguelito.
Más contexto
Roberto Naif, además, rememora una nota periodística de Martín Rodríguez publicada por el diario Pulso a principios el 31 de enero de este 2020. Estos son algunos de sus párrafos referidos al caso:
Un valor aproximado total de mil 500 millones de dólares de inversión en los próximos diez años es el calculado para el mega desarrollo habitacional, comercial, de calles abiertas y parques planteado para el desarrollo inmobiliario “Plan San Luis”, creado por Grupo México, en sus terrenos desocupados de las plantas de cobre y arsénico, informó Vidal Muhech Dip, responsable del proyecto de construcción.
El proceso de remediación, hasta ahora ha costado 60 millones de dólares y la inversión inicial por aportación directa de Grupo México está calculada para un costo de 50 millones de dólares.
El predio está delimitado por la Avenida Hernán Cortés, el Arroyo de las Vírgenes, los límites con el parque de Morales y el Anillo Periférico poniente, hasta Capulines.
La nota incluye las consabidas y habituales promesas forestadoras y límpidas para conseguir acuerdos, mientras, bajo la mesa, con argucias leguleyas (o de abogansters y contadores a modo) todo queda en letra incumplida.
Despedida
Acá en Puebloquieto potosino, inducido a la mustiedad desde las pretensiones aristocratizantes de élite/petate; acá uno quisiera admirar y querer a su gobernanza y ex; pero ella no nos quiere ni se quiere; se engaña cuando nos engaña.
Numerosos territorios del país y sus mandantes buscan salir del enlodadero. Acá, al contrario, se maquilla con despropósitos pragmáticos.
También puedes leer: ¿Para quién?, CONAGO, oropel de unas horas | Jorge Ramírez Pardo
#4 Tiempos
Apología del silencio | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
Los antiguos, estimado señor –y créame usted que he tardado lo mío en reconocerlo- no eran precisamente unos idiotas. Ellos sabían cosas que nosotros hemos olvidado o que acaso ni siquiera nos interesa ya saber. Pienso, por ejemplo, en lo que enseñaban acerca del silencio.
Recuerdo haber leído en alguna parte que los miembros de cierta tribu africana decían esto a sus hijos para inculcarles desde su más tierna infancia el precioso arte de saber callarse: “Dios os ha dado dos orejas y una boca para que escuchéis lo doble y habléis la mitad”. ¿No es una enseñanza realmente admirable, estimado señor, lo que se dice una enseñanza de vanguardia? Hoy todos se sienten con derecho a hablar o, como dirían los italianos, a dire la sua. ¿Con qué resultado? Con el de que no se cree más en el poder de la palabra. ¿Ha visto usted cómo se desgañitan los panelistas de los talk shows en la televisión? Todos hablan, pero ninguno escucha; todos alegan, pero nadie hace caso al otro. ¡Una vergonzosa orgía de voces de la que no es posible sacar nunca nada en claro!
En cambio, como le digo a usted, los antiguos sabían que existe eso que podría llamarse una retórica del silencio. De los monjes medievales, que eran maestros en el difícil arte de hablar sin palabras, dijo Fray Antonio Pastor en una obra suya de 1661 que “son almas limpias que tienen la lengua hacia dentro, pues saben lo que calla el decir y lo que dice el callar”. ¡Qué frase más elocuente! ¿O no le parece a usted que lo es, estimado señor?
Permítame decirle que durante mucho tiempo mantuve la costumbre de decir siempre lo que pensaba. ¡Y cuánta pena me vino de este malhadado hábito, de este vicio nefando para la paz de los espíritus! Ora se enojaba este conmigo, ora se disgustaba aquel, ora dejaba de dirigirme la palabra el de más allá. ¡Cuántos enemigos me gané a causa de mi imprudente sinceridad! ¡Y cuántos amigos perdí por atreverme a decir lo que debía mantener en secreto! Para decirlo de una vez, tiraba mis verdades al primero que pasaba como arrojan monedas los padrinos al final de un bautizo. Hoy he comprendido que con el silencio podemos decir exactamente las mismas cosas que el hablador -y más cosas todavía-, pero sin la desventaja de parecer demasiado crueles. ¿Qué necesidad tenemos de correr la suerte de los peces? Estas criaturas acuáticas, estimado señor, como usted lo sabe bien, mueren siempre por su propia boca…
¡Qué majestuoso y qué solemne me parece ahora el hombre que sabe callar! Uno lo respeta como a la esfinge, conocedora de todos los secretos. ¡Ah, señor, este que así procede dice más con la boca cerrada que los vocingleros con todos sus discursos!
Seamos sinceros: nos quejamos demasiado, hablamos demasiado. ¿Y a quién conmovemos con nuestros gemidos? A nadie, señor, y acaso entre más nos quejemos menos nos compadecerán. Sí, tal vez nos escuchen, pero reprimiendo el bostezo y acaso preguntándose para sus adentros: “Y éste, ¿a qué hora va a cerrar el pico?”.
Mucho calla el decir; mucho dice el cal lar. ¿Aprenderemos alguna vez, estimado señor, el arte de guardar silencio? Cada día me resultan más claras estas palabras que Jesucristo dijo una vez a sus contemporáneos: “Nada hay oculto que no llegue a saberse, ni nada secreto que no llegue a descubrirse”. Así hable uno con la pared, los demás siempre se enterarán de lo que dijimos. ¿Cómo le hacen?, ¿qué viento misterioso les lleva nuestros susurros? Mire usted lo que decía ese sabio desengañado que escribió el libro del Eclesiastés (que, no hay que olvidarlo, es incluso Palabra de Dios): “Ni en tu pensamiento hables mal del rey, ni en tu alcoba hables mal del poderoso, pues un pajarillo del cielo le lleva la voz y un volátil le da a conocer tu palabra” (10, 20).
Sí, así hable uno con la pared, los demás siempre se enterarán de lo que murmuramos. ¿No es esto misterioso? Sí que lo es, señor, pero de que se enterará no hay la menor duda. ¡Y cuántas aflicciones nos vienen de estos diálogos que nosotros creíamos confidenciales, cuántos disgustos! Un refrán judío dice así: “Tu amigo tiene amigos; por lo tanto, sé discreto”.
Llevo aquí –déjeme mostrárselo-, oculto en mi cartera, un billete en el que he escrito algunas máximas del abate Dinouart acerca del arte de callar que pienso leerle ahora; escuche usted: “Sólo se debe dejar de callar cuando se tiene algo que decir más valioso que el silencio”. “El hombre nunca es más dueño de sí que en el silencio: cuando habla parece, por así decir, derramarse y disiparse por el discurso, de forma que pertenece menos a sí mismo que a los demás”.
También quisiera leerle –si me lo permite usted- esto que transcribí hace poco en otro billete que aquí traigo: es sólo un pensamiento tomado de un libro famoso escrito por un cierto teólogo jesuita llamado Ladislaus Boros:
“Los hombres más fecundos y arrebatadores son siempre los más callados, aquellos que han aprendido a escuchar a Dios. A lo más íntimo de la existencia cristiana no se llega cuando se habla, sino cuando se calla”. ¿Se asombra usted, amigo? Pero permítame continuar: “Sin embargo, este estar callado hay que aprenderlo. Debemos alzarlo contra el interminable parloteo del mundo. Pero el ruido exterior es sólo una cara del problema, y quizá ni siquiera el peor. La otra cara es la agitación interior, el revuelo de los pensamientos, los temores y los deseos. Una vida bien ordenada ha de incluir el ejercicio de aprender a callar. Hay que empezar por cerrar la boca siempre que lo requiera el deber profesional. Pero esto es sólo el comienzo: deberíamos superar las ganas de abrir la boca. ¡Cuántas cosas superficiales decimos a lo largo del día, y cuántas tonterías!”.
¡Sí, sobre todo cuántas tonterías! ¡Y cuántas injusticias! Señor, recuérdelo: así hable usted con la pared, los demás siempre se enterarán. Medite en ello y saque todas las consecuencias pertinentes al caso. Es una verdad probada. Y si no me cree, mírese usted, por favor, en este espejo.
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#4 Tiempos
El sabor uruguayo del futbol potosino | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
El futbol potosino ha tenido muchos rostros, muchas etapas y muchas nacionalidades que han dejado su huella. Pero si hay una que ha sabido ganarse el respeto en la cancha y el cariño en la tribuna, es la uruguaya. No hablo solo de entrega, hablo de carácter, de identidad, de jugadores que supieron ponerse el equipo al hombro cuando San Luis más lo necesitaba.
Hoy que el nombre de Juan Manuel Sanabria suena con fuerza por razones fuera del césped, vale la pena recordar a los uruguayos que eligieron a San Luis, que se partieron el alma con esta camiseta, y que con su futbol dejaron una marca imborrable.
Sanabria, quien hasta hace poco fue capitán, referente, y para muchos el nuevo símbolo del Atlético de San Luis, rechazó irse al América. ¿Por qué? Eso solo lo sabe él. Pero mientras unos dudan, otros lo hubieran dado todo por una oportunidad así. Y sin embargo, eligió a San Luis. Eso dice mucho.
Marcelo Guerrero, aquel mediocampista ofensivo que llegó en los años dorados del primer San Luis en Primera. El “Colo” no era un crack mediático, pero tenía talento en los pies y visión en la cabeza. Fue clave en el subcampeonato del Clausura 2006. Ese torneo, donde estuvimos a nada de ser campeones, tuvo mucho del futbol uruguayo. Mucho de Marcelo.
Sebastián Abreu, el “Loco”, pasó brevemente por San Luis pero dejó su sello. Llegó con la fama de goleador nato y aunque no tuvo su mejor etapa, su presencia bastó para sacudir vestidores. Un delantero con personalidad, de esos que no se esconden. Un verdadero referente del futbol uruguayo que, aunque por corto tiempo, defendió los colores potosinos.
Más recientemente, Facundo Waller, otro charrúa que entendió lo que significa este equipo. Su paso por San Luis no solo fue destacable, fue vital. Contundente, técnico, siempre con una actitud ejemplar. Fue de los pocos que en temporadas grises mantuvo el nivel. Un volante moderno, de ida y vuelta, que mostró garra y calidad.
Pero no todos los nombres quedaron grabados en los reflectores. Algunos fueron más discretos, pero no menos importantes. José Enrique García, volante de contención, fue uno de esos gladiadores silenciosos a inicios de los 2000. Siempre cumplidor, sin lujos pero con un orden táctico que todo técnico valora.
Andrés Silva, central uruguayo que también pasó por San Luis en esa época, destacaba por su fortaleza física y su agresividad defensiva. No era un defensa sutil, pero sí un tipo al que no le temblaban las piernas en los partidos complicados. Le tocó vivir años de transición en el club, pero siempre rindió.
Uno que sí fue diferente fue Lorenzo Unanue, que llegó en los años 80, cuando San Luis todavía tenía una identidad más modesta pero una gran ambición. Unanue era fino, creativo, y marcó diferencia en una liga que no siempre apreciaba el talento extranjero. Fue de los grandes uruguayos que se puso esta camiseta, y su huella permanece en quienes lo vieron jugar.
A lo largo de las décadas, han sido los jugadores charrúas quienes más han entendido el código del fútbol en esta tierra: sacrificio, dignidad, talento sin soberbia. Y entre todos ellos, hay un nombre que no se discute: Nery Castillo, el más grande jugador uruguayo que ha pisado una cancha en San Luis.
Nery jugó en el Atlético Potosino durante los años más vibrantes del fútbol en la capital. Era extremo, rápido, elegante. Pero más que sus cualidades técnicas, lo que hacía diferente a Castillo era su entrega. El estadio Plan de San Luis rugía cuando tomaba la pelota. Marcaba diferencias, no solo con goles, sino con personalidad. Fue ídolo, fue referente y fue parte fundamental de una etapa que marcó a toda una generación. Su legado va más allá de la cancha: sembró en San Luis una identidad, una conexión con Uruguay que permanece hasta hoy.
El fútbol potosino no tiene la vitrina de otros equipos, pero sí tiene historia. Y en esa historia, los uruguayos han sido piezas importantes. Jugaron, ganaron, perdieron, sudaron esta camiseta como si fuera suya de nacimiento. Por eso, cuando uno ve a un jugador uruguayo en San Luis, ya sabe que algo bueno puede pasar. Porque si algo saben hacer los charrúas, es dejarlo todo en la cancha. Y a veces, eso es más importante que cualquier fichaje.
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#4 Tiempos
Jorge Echevarría y su taller de Sonido 13 | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
De la mano de Oscar Vargas y David Espejo, los alumnos del maestro Julián Carrillo, y principalmente bajo el cobijo de la hija del maestro, Dolores Carrillo, Jorge Echevarría Chávez aprendió el sistema musical del Sonido 13 y tomó el destino de tocar música en el sistema de Sonido 13 de Julián Carrillo, convirtiéndose en uno de los principales difusores de la obra microtonal de Julián Carrillo. Desde 1979 ha sido promotor de la obra del compositor potosino dando conferencias y conciertos en diversos foros y universidades. También ha ejercido la docencia y ha sido catedrático en diversas escuelas, centros culturales y universidades del país. Ha sido director de varias agrupaciones musicales juveniles.
Como parte de su formación en el nuevo sistema musical de Carrillo se involucró en la construcción de instrumentos en cuartos, octavos y dieciseisavos de tono, participando en la construcción de arpas micro interválicas que desarrollaron los alumnos de Carrillo Oscar Vargas, David Espejo y Ramón Guerrero Aspero y construiría posteriormente su flauta para cuartos de tono con la cual basa sus interpretaciones de Sonido 13 con el grupo de formara con el nombre ITZA CAYUM que es un grupo que ha sido trazado por la música, recordando el conocimiento de notas y frases. La inspiración surge de instrumentos ancestrales para crear nuevas formas de expresión musical… expandiendo el espectro sonoro, empoderando en cada nota y pieza. Esta profunda fuente de tradición e innovación encuentra una voz moderna en Jorge Echavarría, miembro clave del reconocido grupo Paraphernalia. (PoF)
Jorge Echevarría Chávez realizó sus estudios musicales en la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México como instrumentista en flauta transversal; también en la escuela de música José F. Vázquez; el Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México, y estudió armonía contemporánea en el Sindicato de Música de la Ciudad de México.
En los últimos años han sido frecuentes sus visitas a San Luis Potosí para impartir cursos y conferencias, así como hacer composiciones con sus talleristas de música original en el sistema de Sonido 13. En particular participó en nuestro programa de conmemoración del 140 aniversario del nacimiento de Carrillo en 2015, registrando su participación en la serie documental 13 Conceptos del Sonido 13 que puede consultarse en youtube, así como su participación el programa de conferencias públicas La Ciencia en el Bar en particular con el tema la revolución musical del Sonido 13,
Sobre este tema estará en el mes de septiembre en San Luis Potosí impartiendo el taller, La revolución Musical del Sonido 13, el cual tiene el objetivo de desarrollar los conocimientos necesarios para componer e interpretar música en microintervalos, a través del uso del sistema general de escritura musical de Julián Carrillo. Este taller está dirigido a músicos de cualquier diversidad instrumental, con conocimientos básicos de solfeo y teoría musical general.
Este taller es una buena oportunidad para acercarse al sistema de Sonido 13 y experimentar ese universo musical fantástico que desarrolló el maestro potosino Julián Carrillo creando un nuevo universo sonoro que permite crear nuevas sensaciones estéticas.
Este año se conmemora el 150 aniversario del nacimiento de Julián Carrillo y el 130 aniversario del experimento fundacional del Sonido 13. Que mejor manera de festejarlos participando en el taller de Jorge Echevarría sobre la revolución musical del Sonido 13.
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