enero 22, 2025

Conecta con nosotros

#4 Tiempos

Manto de Gemas: una película que se siente más de lo que se entiende | Columna de Guille Carregha

Publicado hace

el

Criticaciones

 

Manto De Gemas es una película que me dejó confundido, intrigado y un poco frustrado. No recuerdo haber tenido tanto problema para decidir si una película me había gustado o no en un buen tiempo. Todo el contenido de esta película parece representar precisamente lo contrario a lo que he aprendido sobre cómo debería ser una experiencia cinematográfica. Es como si estuviera diseñada para desafiarte, para que te quedes rascándote la cabeza en lugar de disfrutarla; existe para desafiar a la audiencia más que decir algo en específico o entretener a alguien. Es una película que simplemente existe por el hecho de existir, pero eso no necesariamente está mal.

            Tampoco es que eso necesariamente este bien.

            Esta es una película de drama mexicana producida después de 2012. Esto quiere decir que, OBVIAMENTE es una película acerca del narcotráfico y cómo afecta la vida de la gente en el país. ¿Existe otro tema en el cine mexicano? ¿Tenemos algo más de qué hablar?

            Supuestamente, la película sigue a tres personajes principales, tres mujeres que se ven inmiscuidas en un caso de desaparición forzada y cómo tratan de lidiar, a su manera y con sus posibilidades, con la violencia del día a día que las alcanzó. Suena como algo relativamente prometedor, aún con todas las tonalidades de tristeza y desesperación cocinadas en el mero centro de la idea misma. Y, pues, digamos que lo intenta.

Lo primero que hay que decir es que nunca había visto algo como esto. Quizá allá afuera hay cientos de películas que usan un estilo similar, pero yo no las conozco, así que mis respetos a la producción por entregarnos una experiencia audiovisual única. Es una de esas cintas que no ves para entender o disfrutar, sino para sentir. Es una película que se sufre más que se disfruta, que te obliga a cuestionarte todo lo que está pasando frente a ti mientras intentas, sin éxito, descifrar el mensaje.

En lugar de contarte una historia, Manto De Gemas es más como un collage de momentos que apenas se conectan entre sí para transmitir una sensación. No es un ejercicio de narrativa, es un experimento cinematográfico. Todo lo que se muestra está escondido tras varias capas de contexto que necesitas haber vivido para captar. Aquí no se explica nada, todo se insinúa. Las ideas nunca se desarrollan del todo; más bien son casi dos horas de “desenlaces” que solo entiendes si has crecido escuchando historias de violencia en México. Si no tienes ese bagaje, muchas cosas te parecerán desconectadas o incluso sin sentido.

La mayoría de las secuencias, si no es que todas, se graban desde puntos ajenos a las conversaciones, enfocándose en elementos mundanos en vez de en las personas que los viven. Son pocos los momentos en los que se siente como una película pensada para ser estrenada en salas de cines. En casi todo momento sientes que estás viendo una película que está siendo proyectada en las paredes de un cuarto oscuro en algún museo de arte contemporáneo.

Si escuchamos a una madre hablar de cómo siente que su hija se está distanciando, no vemos sus expresiones, vemos cómo batallan sus manos para servir ensalada en sus platos. Cuando están cuestionando a una mujer por su posible participación en un secuestro, la querella está en tercer plano, con el sonido casi muteado, para enfocarnos en cómo unos niños están consumiendo hongos alucinógenos. Es casi como si todo lo interesante, lo relacionado a la supuesta trama de esta cinta, estuviera escondida en los ruidos de fondo a los que ni siquiera los subtítulos les ponen atención. Y eso es, como dije, algo que nunca había visto antes.

Esa es la magia y, a la vez, la principal ruina de esta película. Nada se resuelve, nada concluye. Empiezas en medio de algo y, después de dos horas, terminas en otro punto que también se siente como otro punto medio de la misma situación. Los personajes empiezan sufriendo y terminan sufriendo peor.

Lo que termina descosiendo a la película desde el interior, en mi opinión, es que no tiene una narrativa cohesionada. Aunque logra transmitirte desesperanza, lo hace más porque te preguntas: “¿Y si esto me pasara a mí?” en lugar de sentir empatía por los personajes. En términos sencillos, alejándonos de la propuesta artística y enfocándonos en los elementos puros de la película: durante los primeros minutos no pasa casi nada. Es apenas en los últimos quince minutos en donde la película recuerda que estaba queriendo decir algo y atiborra las escenas restantes de toda la acción que nadie supo acomodar en el resto de la cinta. En cuestión de un corte de escena a otro pasamos de metáforas audiovisuales medio densas a balazos, persecuciones, asesinatos y familias destrozadas.

Y todo esto estaría muy bien si fuera creíble. No solo hablo del aspecto estructural, sino del nivel de la actuación. Se nota que la mayoría del elenco no son actores. Supongo que la intención era darle un aire naturalista, pero hay escenas que se sienten tan amateurs que parece que estás viendo a un niño de dieciséis años estrenando su nueva cámara al pedirle a su familia que recite diálogos bien rebuscados en una posada. Ok, entiendo que fue una decisión creativa, y ha habido y habrá películas donde funcione de maravilla, pero no deja de ser una distracción en esta en particular.

Aún así, con todo lo bueno y cuestionable que puede ofrecernos la película, hay un solo elemento que me pareció terrible. Uno de los personajes “principales”, aquella que parece que es la verdadera protagonista de la cinta por la cantidad inhumana de minutos que aparece en pantalla en comparación con las otras dos, es un ser tan irrelevante, tan falto de carisma y personalidad, que no entiendo por qué se le dio tanta importancia. Y esto es completamente culpa del guión (o la falta de uno), y nada tiene que ver con la actuación de la actriz que encarna a este papel tapiz con forma humana.

En un escenario relativamente rural, donde seguimos a personas que claramente son parte de la comunidad y conocen perfectamente qué pasa ahí y cómo funcionan las cosas, Manto De Gemas nos obliga a seguir la “historia” de una mujer rica que se mete a la fuerza en la trama. Si soy honesto, nunca entendí por qué demonios deberíamos preocuparnos por ella. Es otra víctima de la violencia —eso está claro—, pero parece que anda buscando problemas porque sí, y luego se espera que sintamos lástima por ella.

No me malinterpreten, lo que le pasa es terrible y nadie debería vivirlo, pero su forma de actuar es tan torpe, tan fuera de lugar, que no pude conectar con ella. Intenta ser una especie de heroína, pero sin ayuda, sin plan, y con la pura idea de que su privilegio blanco la protegerá porque pues sí. Eso me resultó irritante, porque en lugar de agregar algo valioso a la historia, solo sirve como un saco de golpes para que el público se sienta mal.

Las otras dos mujeres tienen historias un poco más interesantes porque lo que hacen está dictado por circunstancias que no pueden controlar. Pero el arco de la mujer rica es, básicamente, darse cuenta de que ser blanca no te salva de la violencia. Ok, es una lección válida, pero ¿de verdad valía la pena arriesgar la vida para aprender algo tan básico? Y la cantidad de tiempo que pasamos siguiéndola es tanto que casi parece que la historia se cuenta desde su punto de vista.

Si su parte de la película hubiera estado mejor escrita, la película habría sido mucho más impactante. En su lugar, parece una más de las películas sobre cómo las familias ricas sufren a manos del mundo todo pedorro y horrible de los pobres, como si la pobreza fuera una elección malvada que arruinó su mundo perfecto. O sea, básicamente, Manto De Gemas sería OTRA película dramática mexicana sobre narcotráfico vista desde la mirada whitexican que tanto permea a la media de nuestro país.

Y México ya tiene suficiente de esas historias.

También lee: Cuando hay Hoyos En Las Cercas | Columna de Guille Carregha

Continuar leyendo

#4 Tiempos

Gente que se rindió | Columna de Carlos López Medrano

Publicado hace

el

Mejor dormir

 

Sobran maneras de identificar a quienes han sido derrotados por la vida. Basta con observar al que no responde a los buenos días soltados por un desconocido, rocas impermeables ante un bello gesto. O al que, en el elevador, presiona con ansia el botón de cerrar la puerta, apenas por ganar un par de segundos, como si el destino que lo espera —ay, el trabajo— fuese algo más que una condena.

Se rinden también quienes ya no se detienen a disfrutar las curiosidades ofrecidas por las calles: la estampa de un borrego pegada en un poste, una hoja seca con forma de corazón, un perro rascándose el lomo con la ayuda de una banca. Poco queda de espíritu en quienes llevan semanas, quizá meses, sin alzar la vista al cielo para contemplar las estrellas por la noche o descubrir, como niños, las formas caprichosas de las nubes.

Hemos perdido a los que olvidan vacacionar al menos una vez al año. No se trata del dinero, que al final siempre encuentra su acomodo; basta con cruzar la esquina para pasarlo en grande si uno sabe cómo acomodar las piernas. También se pierden los que llevan demasiado tiempo sin brindar, como si faltaran motivos, cuando cualquier pretexto sirve para alzar la copa y desbordarse en espuma, aunque sea por el estreno de un tapete en la cocina. Y sabemos que estamos ante un alma en coma cuando alguien deja de celebrar la Navidad. Porque, cariño, aunque la ilusión se haya marchado, hay que forzarse a poner el árbol con luces y esferas. Así es como comienza el ascenso.

Sobre todo, alguien está derrotado cuando deja de arreglarse. Cuando sale al supermercado en pijama o se olvida de la ducha. El pudor es síntoma de amor propio y de cortesía hacia los demás. Soy muy importante como para ser visto en fachas por el vecino, debería pensar uno. Pero mal vamos si ni siquiera eso te detiene. Un hombre conserva su dignidad mientras se afeita o da forma a su bigote; sé que sigo en pie de lucha cuando me miro al espejo y trato componer lo que ya no tiene compostura.

Es un fantasma quien ha perdido el pulso amoroso. Quien ha dejado de coquetear y no intenta ya ninguna aventura. El que no suelta un piropo a su pareja, quien no imagina una nueva vida con la mesera o la cajera en el supermercado, muy lejos de aquí, donde nadie nos juzgue, donde nadie nos diga que hacemos mal; alejados del mundo, donde no haya leyes ni nada.

 

Está muerto en vida quien no se cree merecedor del amor y el deseo, quien descuidado su cuerpo como si no tuviera nada bello que preservar.

 

He topado tantas veces con estos derrotados. Se les percibe en la mirada, en el vacío que se abre paso hacia la negrura. Gente que se rindió. Banderas blancas —lavadas con llanto— tras tantas decepciones y reveses. Los ves derrumbados en el transporte público, indiferentes incluso a las injusticias más obvias, conformes con lo que hay, sin hervidura de sangre (otro síntoma de la debacle: dejar de ceder el asiento a mujeres y ancianos; desprovisto de galantería, un ideal perdido). Son piltrafas resignadas, oxidadas allí donde un día hubo fuentes y jardines.

Y, con todo, me consuela saber que hay remedio para un buen número de estos casos. Los suficiente como para creer que merece la pena luchar por la resurrección. Porque, al final, se trata de un arte: el arte de remontar. Y de entender que nadie lo hará por ti. Nadie ayudará con la parte que más cuenta, la más difícil. Y no desanimarse por ello, al contrario, encontrar ahí un estímulo para imponerse ante la adversidad.

Como Richard Dadier le decía a su esposa en Blackboard Jungle: Sí, me han golpeado, pero no estoy derrotado. Hay una gran diferencia. No estoy derrotado, y no voy a rendirme. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado, frase de Hemingway.

El truco está en la determinación. Seguir el consejo de San Agustín: ser mejores que los tiempos malos. Una fe que baja el humo a los demonios. Levantarse un round más tras notar que el lloriqueo te dejó seco. Eres ya tu propia tierra firme.

Contacto:

Twitter: @Bigmaud
Correo: [email protected]

También lee: Cary Grant en la regadera | Columna de Carlos López Medrano

Continuar leyendo

#4 Tiempos

Del semi desierto potosino a misiones espaciales | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Publicado hace

el

EL CRONOPIO

A principios del siglo XX y durante su primera mitad, hubo una emigración importante de familias del altiplano potosino a los Estados Unidos. Varios matrimonios comenzaron a formar sus familias en los Estados Unidos mientras trabajan para subsistir e incluso apoyar a familiares que quedaban en México, en especial en esa región del semi desierto potosino. Uno de esos matrimonios fueron los padres de Dorothy Ruiz Martínez que de Matehuala emigraron a Texas, donde Dorothy nacería.

En su niñez sus padres la trajeron a Matehuala a casa de sus abuelos donde vivió toda su niñez y parte de su adolescencia, porque la situación de sus padres no era muy estable. Estudió secundaria en la escuela Francisco Zarco, entre otras cuestiones se caracteriza por dar buena enseñanza en matemáticas, es una de las características que tiene esta región comparada con el resto del estado y del país. De esa escuela ha salido mucha gente destacada en matemáticas para posteriormente trasladarse a Texas a continuar sus estudios en busca de mejores opciones de preparación en los temas que ya le habían llamado la atención desde su vida en Matehuala. El área aeroespacial le había llamado la atención cuando, en 1986, le tocó ver en la televisión el accidente del transbordador Challenger, lo que la hizo interesarse por su actual profesión.

Su formación básica en Matehuala le permitió desarrollarse en un lugar donde se suele ser muy competitivo como es en Estados Unidos, donde después de estudiar la preparatoria, Dorothy Ruiz ingresara a la Universidad de Oklahoma y posteriormente a la Universidad de Texas, conocida como A&M a estudiar ingeniería espacial. Al titularse hizo, en 1998, una pasantía académica por medio del programa de Langley Aerospace Research Summer Scholars del centro de investigaciones de NASA Langley lo que le permitió tener su primer acercamiento a lo que sería su carrera profesional.

Tuvo la oportunidad de entrar a varios de los proyectos de la NASA cuando empezaba su formación y eso le ha permitido ingresar a varias áreas relacionadas todas con ingeniería espacial que fue donde se interesó en formarse, pero además dentro de esos proyectos ha estado en contacto con otras agencias aeroespaciales como la Rusa, donde trabajó un tiempo.

Dotothy Ruíz Martínez es una ingeniera aeroespacial que actualmente trabaja para National Aeronautics and Space Administration (NASA), la agencia del gobierno estadounidense más importante del programa espacial, donde realiza actividades como control de misiones de vuelo

. El trabajo de Dorothy Ruíz consiste en enlazar comunicaciones entre la tierra y los astronautas que se encuentran en un satélite espacial.

De sus primeros trabajos en el área aeroespacial fungió como instructora de astronautas y de operadores de vuelo en el sistema de control y propulsión para el Transbordador Espacial, de ahí pasó al área de Operaciones de Misiones Espaciales como Ingeniera de Planificación de Actividades Espaciales en Tiempo Real (RPE). Ha participado en la planificación total de actividades espaciales de 12 misiones espaciales del transbordador, contribuyendo desde la tierra con otros ingenieros y científicos, en el ensamblaje final de la Estación Espacial Internacional.

Dorothy Ruiz dice con orgullo:

Los nopales, representan la región del desierto del altiplano donde crecí, pero también son parte de mi historia de vida y de mis tradiciones en familia. Mi bisabuela removía las espinas y cortaba las pencas de los nopales en trocitos con una destreza y rapidez incomparables y luego los cocinaba muy al estilo ranchero (de la región donde ella creció en los ejidos de La Puerta de Aguilar y San Miguel, en el municipio de Doctor Arroyo). Esa manera de cocinar los nopales fue traspasado a mi abuela y después a mí.

En el 2011 propuse un proyecto de investigación en la NASA junto con otro colega para estudiar el nopal opuntia y sus posibles usos en la Estación Espacial Internacional. En este proyecto también invitamos a un colaborador científico de México. El proyecto fue aprobado e hicimos la investigación, pero nunca fue mandado al espacio. Aun así, espero un día retomar este proyecto y, que fregón sería, mandar nopales a la luna y a Marte”.

Dorothy Ruiz es un ejemplo de inspiración para jóvenes mujeres que quieren desarrollarse en áreas que en principio no consideran socialmente para mujeres. Su desempeño y formación es digno de alabarse.

También lee: Educación en ciencias a través de las letras, el papel de Ana María Romo | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Continuar leyendo

#4 Tiempos

Tiempo de mejora | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

Publicado hace

el

TESTEANDO

Hoy, San Luis enfrenta a Puebla, un equipo que viene con sed de revancha, justo después de dar un muy buen partido en Monterrey, donde salieron vivos con un punto. San Luis, por su parte, tuvo su primer tropiezo en casa en la era Torrent, una dolorosa derrota frente a Tigres que jugó bien y, a pesar de sus errores, pudo controlar el partido y salir con los 3 puntos del Lastras.

En el trámite, parece un partido no tan complicado, tomando en cuenta los últimos torneos de cada equipo, pero las realidades cambian y cada encuentro es una nueva oportunidad. Hay que poner atención a Puebla, equipo al que es más peligroso enfrentar en la jornada 2 que en la 15. Pero hablemos de lo visto en el Lastras.

San Luis perdió en los primeros 90 minutos del torneo su principal fortaleza del campeonato anterior, su invicto en casa. Pero además cometió el único error que no había hecho antes: una expulsión, la de Yan Phillipe fue la primera tarjeta roja de un equipo de Torrent en Liga MX. Lo del brasileño fue un partido para el olvido.

En la zona baja, la ausencia de Cata y de Chávez fue bien cubierta, pero falta coordinación. Tanto Piccini como Águila y Cruz son defensas que pueden sacar el partido, siempre y cuando atiendan en todo momento y se coordinen. Dos goles a balón parado en el mismo partido es imperdonable en jornadas avanzadas.

Por la lateral derecha, Galdames bien, a secas, un jugador que normalmente no veíamos defender, ahora tuvo que cargar con el recuerdo de Chávez y correr toda la banda. Lo hizo bien, pero se nota que necesita acostumbrarse a esa posición.

El verdadero problema de San Luis, al menos en ese partido, fue la zona ofensiva: un equipo perdido, de poca creatividad en la última zona.

En pocas palabras, no hubo delanteros. Vitinho volvió a ser ese jugador que conduce mucho y define poco. Murillo tan solo flotó en la cancha y no tuvo oportunidades. Villal solo estuvo dentro unos minutos, y de Yan Phillipe, mejor no hablamos.

Es preocupante el panorama ofensivo del equipo, teniendo la salida de Boli, la ausencia (espero temporal) de Bonatini y la confianza en un Yan que no ha demostrado ser solución en los partidos que tiene con la camiseta de San Luis. Es criticable que no se haya reforzado aún en esa zona, que se haya dicho que se jugará con jóvenes y sigan los mismos. Algo tendrán que resolver para no tener ese problema.

Confío en que el cuerpo técnico tiene propuestas, confío en que saben bien lo que están enviando a la cancha. Espero que no estén solo intentando, y más bien estén proponiendo. Creo que Torrent y su cuerpo técnico tienen la capacidad y la experiencia para saber si algo hace falta en este cuadro, si es necesario reforzar de forma inteligente lo que pueden tener en el terreno de juego.

El partido de hoy es complicado por la presión del torneo anterior, por haber perdido en el arranque y porque, en el papel, Puebla parece un equipo a modo. Si esta noche San Luis no saca puntos de su visita al Cuauhtémoc, la presión comenzará a subir en un equipo que hasta el momento poco la ha sentido. Sí o sí, es tiempo de mejora.

También lee: Tiempo de sumar | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

Continuar leyendo

Opinión

La Orquesta de Comunicaciones S.A. de C.V.
Miguel de Cervantes Saavedra 140
Col. Polanco
San Luis Potosí, S.L.P.
Teléfono 444 244 0971

EL EQUIPO:

Director General
Jorge Francisco Saldaña Hernández

Director Administrativo
Luis Antonio Martínez Rivera

Directora Editorial
Ana G. Silva

Periodistas
Bernardo Vera

Daniel Rocha

Santiago Herrera Robles

Diseño
Karlo Sayd Sauceda Ahumada

Productor
Fermin Saldaña Ocampo

 

 

 

Copyright ©, La Orquesta de Comunicaciones S.A. de C.V. Todos los Derechos Reservados