#4 Tiempos
Cuando hay Hoyos En Las Cercas | Columna de Guille Carregha
Criticaciones
¡Ah, caray! Resulta que alguien decidió hacer una película basada en mis compañeros de clase en la secundaria. Sí, así mismito como eran: clasismo a más no poder, desplantes violentos para recordarle a la gente que el dinero es poder y, como debe de ser, cero consecuencias. De verdad, ver esta cinta fue como un flashback a mis principios de los 2000s. Porque claro, aquí en México la impunidad no solo es una tradición nacional, sino una especie de deporte. Si creen que lo que pasa en esta película es ficción o irreal pues, no sé, o vivimos en dos realidades distintas o mi adolescencia fue aún más cutre de lo que pensaba.
Desconozco cuál haya sido la experiencia de otros seres humanos viendo El Hoyo En La Cerca, porque de acuerdo a Letterboxd la recepción de la cinta es mixta, pero para mí personalmente fue facilísimo meterme en la narrativa. La película va de un retiro espiritual orquestado por una escuela privada religiosa mexicana, y de cómo sus adultos a cargo utilizan tácticas de manipulación y guerra para promover dentro de ellos una visión fundamentalista y de extrema derecha en ellos, permeando el status quo pedorro de México. O sea, va de cómo las autoridades te convierten en un ser deleznable para su beneficio.
Y, a ver, yo crecí rodeado de estos monstruos humanos: los mismos niños fresa que te hacían sentir que tu existencia era un inconveniente para su “educación de calidad” y que se burlaban de cualquiera cuyo Pantone de piel fuera un poquito distinto al consabido 100C. Como si eso no fuera suficiente, también me chuté retiros escolares que, honestamente, no estaban tan lejos de lo que se muestra en pantalla. Solo que, claro, con menos violencia explícita… pero no porque mis compañeros no quisieran o supieran que era mala. Era más porque los profesores que organizaban esos eventos todavía tenían un poquito de alma y no eran absoluto tan sociópatas como los de la película.
Desde el primer minuto, El Hoyo En La Cerca hace un trabajo excelente en sumergirte en su ambiente. El lugar donde pasa todo parece salido de una revista de “lugares aspiracionales”. Todo se ve tan alejado de cualquier realidad mexicana promedio que hasta te sientes un poquito incómodo, como cuando entras a una tienda donde sabes que no puedes pagar nada. Y esa es justo la idea: te ponen en un contexto donde la opulencia y el clasismo son el aire que todos respiran. Todo esto se refuerza con el diálogo de los personajes, que constantemente desprecian a cualquier cosa que no se alinee con su mundo de privilegios. Es tan real que duele, como si la película te diera un zape y te dijera: “Sí, así son”.
El soundtrack, por cierto, también hace su parte. Esa música inquietante que parece diseñada para que te pongas nervioso funciona de maravilla. Luego están las tomas llenas de “naturaleza” que, más que bonita, se siente falsa, casi artificial, como un disfraz caro para ocultar lo podrido que está todo debajo. La combinación de estos elementos te mantiene al filo del asiento, aunque sea porque estás esperando que pase algo peor.
Y, pasa. O sea, si pasan cosas feas. Reprobables. Pero… no llega a los extremos que se te predispuso a imaginar.
Esta atmósfera tan lograda es también lo que termina decepcionándote un poquito. Mira, te preparan para un desastre épico, algo nivel todo lo que pasa al final de Midsommar. Te venden la idea de que estás a punto de ver actos inhumanos tan extremos que saldrías del cine necesitando terapia. Pero luego, cuando finalmente llega el clímax, lo que pasa es más como una nota roja del periódico. Sí, es terrible, pero es de ese tipo de atrocidades que ves mientras desayunas unos chilaquiles y piensas: “Ah, México mágico”. Y eso me hizo darme cuenta de lo anestesiados que estamos. O sea, ¿en qué momento lo absurdo dejó de sorprendernos?
Dicho eso, no se puede negar que lo que muestra la película es bastante realista. De hecho, no me sorprendería que algo así esté pasando en este momento en algún rincón del país. Y como siempre, nadie movería un dedo, porque aquí las élites tienen carta blanca para hacer y deshacer a su gusto. Si algo sabe retratar esta película, es justo eso: el vacío absoluto de justicia.
Claro, no es una película perfecta. Tiene sus fallos. Por ejemplo, cuando los niños improvisan sus diálogos, se siente súper natural, como si estuvieras escuchando a unos adolescentes culeros cualquiera. Pero luego, hay líneas claramente escritas en el guion que… bueno, digamos que no ganarían un premio a la originalidad. No llegan al nivel de una telenovela de TV Azteca, pero no están tan lejos tampoco. Es un poco chocante porque te saca del momento, como cuando alguien interrumpe una buena peda para ponerte a escuchar su playlist de reguetón cristiano.
Lo que más me perturbó, sin embargo, fue lo familiar que se me hicieron los personajes. Fácilmente podría haberles puesto los nombres de mis excompañeros de clase [acotación obligatoria antidifamación: obvio no todos, pero sí los suficientes] y la historia se habría desarrollado exactamente igual. ¿Y saben qué? Eso es lo más aterrador de toda esta experiencia. No es que “podría pasar”. Es que ya pasa. Todo el tiempo. Y seguimos como si nada.
Hay gente que odió esta película, que cree que está más telenovelizada que un mal episodio de Central De Abastos. Hay gente que cree que no cuaja el mensaje, o que es tan o más pretenciosa que las películas de Nicolás Pereda. Claramente a mí me encantó. Creo que depende enteramente del contexto en el que hayan vivido a lo largo de sus vidas. En lo único que podemos estar de acuerdo es que, buena o no, al menos la película sí entiende lo que es hablar del clasismo en México sin verse en la penosa necesidad de defender a los whitexican para explicar por qué son necesarios en nuestra vida y deberíamos rendirles pleitesía.
[Inserte aquí uno o dos párrafos donde nos burlamos de Michel Franco y su Nuevo Orden por ser un pretencioso insoportable que solo puede soñar con crear algo tan contundente como esto. Aunque, siendo honestos, probablemente terminaría del lado de los niños y les diría a los espectadores que deberíamos actuar como ellos para evitar que las clases bajas ataquen a los “decentes blancos” antes de que sea ilegal matarlos por ser pobres o una mamada así.]
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#4 Tiempos
El tormentoso futuro y sus pronósticos | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Se llega al inicio del torneo y como siempre, la ilusión, el deseo y un poco de esperanza regresan a los campamentos del fútbol mexicano.
Ya con algunas semanas de partidos amistosos, preparación de pretemporada y contrataciones interesantes, arrancamos con la idea de pronosticar el futuro de San Luis en la liga.
La mecánica es simple, ir jornada tras jornada sumando (cuando lo amerite) los puntos que puede obtener el equipo, para al final hacer una suma e intentar predecir si es suficiente como para pelear por un lugar en la liguilla o no, así que comencemos.
Jornada 1: León (Derrota) 0 puntos
Jornada 2: Monterrey (Derrota) 0 puntos
Jornada 3: Chivas (Derrota) 0 puntos
Jornada 4: Cruz Azul (Derrota) 0 puntos
Jornada 5: Puebla (Empate) 1 punto
Jornada 6: Querétaro (Victoria) 4 puntos
Jornada 7: Toluca (Empate) 5 puntos
Jornada 8: Tijuana (Victoria) 8 puntos
Jornada 9: Santos (Victoria) 11 puntos
Jornada 10: América (Empate) 12 puntos
Jornada 11: Pachuca (Empate) 13 puntos
Jornada 12: Mazatlán (Victoria) 15 puntos
Jornada 13: Atlas (Victoria) 18 puntos
Jornada 14: Pumas (Derrota) 18 puntos
Jornada 15: Necaxa (Victoria) 21 puntos
Jornada 16: Juárez (Victoria) 24 puntos
Jornada 17: Tigres (Derrota) 24 puntos
24 puntos representan una real posibilidad de jugar play in y con ello pensar en llegar a la liguilla. Sin embargo, el pronóstico habla de un arranque muy complicado llegando a sumar alguna unidad hasta la jornada 5, lo cual preocupa para la estabilidad del equipo y su nuevo cuerpo técnico. Un torneo que luce complicado y de adaptación para el director técnico y una base muy consolidada de jugadores que conocen muy bien la liga.
Por el bien del fútbol en San Luis, esperemos que la bola ruede a su favor, que renazca el buen toque de balón y se demuestre que con poco se puede competir, no queda más que esperar y en unos meses hacemos el recuento de lo logrado contra este complicado pronóstico, que comience la fiesta del fútbol mexicano, una vez más.
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#4 Tiempos
Personas como espejos | Columna de Carlos López Medrano
Mejor dormir
Los pasos dados en una mañana cualquiera conducen a uno de esos espejos piadosos en los que uno aparece más guapo de lo habitual, más limpio, más esbelto, casi heroico. La imagen llega como ráfaga: ese instante fugaz en que parecemos la mejor versión de nosotros mismos. Al siguiente paso, otro espejo devuelve ya el reflejo habitual: el rostro cansado, la camisa con esa arruga que antes no estaba, el pelo que ya no da. Así son los espejos: unos nos bendicen con la gracia de un tenista que acaba de salvar un set y lanza un guiño a la muchacha de la tercera fila; otros nos exhiben hasta el patetismo, y no hay ángulo que salve esas ojeras de un sueño perdido o la mancha que jurábamos no llevar puesta.
Entre uno y otro reflejo, se instala la duda: saber si somos el mal reflejo o la estampa bella de aquel aparador, si somos lo que vimos primero o lo que vemos ahora. Si somos el destello o la derrota.
En las relaciones humanas ocurre un duelo parecido. Hay personas que funcionan como espejos benévolos y nos devuelven lo mejor de nosotros mismos, iluminando lo que tenemos de amable, de inteligente, de vivo. Con ellas todo fluye: la conversación, el silencio, el juego de miradas. Traen de vuelta nuestro humor. Su sola presencia aligera la carga del día y perdonamos así el paso de las moscas.
En el ámbito de las relaciones es preciso rodearse de personas que son como los espejos en los que uno se ve bien y que nada complican. Gente que con su paciencia y simpatía ponen en bandeja las sonrisas y alumbran los más elevados sentimientos.
Pero también hay espejos rotos con forma de persona. Espejos manchados que te reducen y desaniman, cual les marca su hebra cochambrosa y su afán por ensuciar lo que les rodea. Sujetos cuya sola cercanía oscurece, reduce. Imanes del infortunio, empeñados en arrastrar a los demás a su fango personal. Su forma inmunda de consuelo.
Famosa es la frase en la que John Keats contaba que la poesía ha de acontecer con la misma naturaleza y espontaneidad con la que una hoja cae del árbol, y no forzada ni sostenida por andamios y tornillos. Las relaciones humanas de mayor calado fluyen sin tener que desgañitarse. No se gritan, no se empujan: florecen. Como esas novelas que uno lee sin darse cuenta, y al mirar la página ya vamos por la mitad. Tenemos libros que se arrastran (uno nomás no ve la luz al final del túnel) y otros que vuelan.
Vuelvo a mi maestro Jardiel Poncela: aquellas mujeres que no se acomodan a nosotros valen menos que un lavafrutas, aunque sea la resurrección de Friné envuelta en perfume de Le Galion.
Hay personas que te jalan consigo a su piscina de indecencia; y están otras, las que valen su peso en azafrán, que elevan y de la mano te guían a lo que has anhelado para ti en ratos de dulce vanidad. Son los rayos de sol que se cuelan entre las hojas en la última hora de la tarde.
Los buenos modales siguen siendo la pauta a la hora de definir a la gente de la que me quiero rodear. Aquellos que te alientan, saben escuchar y con los que aún puedes platicar de viejos álbumes.
Recordar, por ejemplo, aquella canción de The Velvet Underground cantada por Nico:
Seré tu espejo
Reflejaré lo que eres, por si acaso no lo sabes.
Déjame estar de pie para mostrarte que estás ciego.
Por favor, baja las manos,
Porque yo te veo.
Me cuesta creer que no sepas
La belleza que eres.
Pero si no lo sabes, déjame ser tus ojos,
Una mano en tu oscuridad para que no tengas miedo…
Contacto
Correo: [email protected]
Twitter: @Bigmaud
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#4 Tiempos
Un encuentro con la tabla periódica: la participación potosina | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
En la sesión del mes de junio de La Ciencia en el Bar se llevó a cabo la presentación del libro Un encuentro con la tabla periódica, ensayos, cuentos y anécdotas, publicado en 2024 por el Fondo de Cultura Económica, dentro de la serie La Ciencia para Todos, en la cual corresponde al número 262. El libro fue coordinado por el Dr. Juan Carlos Ruiz Suárez, investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV) unidad Monterrey y en el cual participaron alrededor de ochenta investigadores del país de varias instituciones educativas y de investigación de los diversos estados de la República Mexicana.
El libro nació de una iniciativa en la conmemoración del Año Internacional de la Tabla Periódica que fuera proclamada por la Unesco en el año 2019; el libro es un recorrido por todos y cada uno de los elementos que conforman la tabla periódica, elementos que son la base para el desarrollo científico y tecnológico de la humanidad. A través de los siglos se han ido identificando estos elementos que al conjuntarse con otros conforman las moléculas y estructuras diversas de la materia y de nuestro universo.
El libro se enfoca en cada uno de estos elementos y es presentado por un investigador de la comunidad científica nacional, sea como un ensayo que acerca al lector al entendimiento del elemento en cuestión y su importancia para nuestra sociedad. Estos acercamientos también se dan, en algunos casos, a manera de cuentos y de anécdotas, tal como se subraya en el subtítulo del libro.
Hasta el momento se conocen ciento diez y ocho elementos, entre naturales y los sintetizados en los laboratorios modernos; la tabla no está cerrada y en años próximos se piensa pueda seguir creciendo con la síntesis de nuevos elementos, si bien, los naturales que son del orden de noventa y dos prácticamente está agotada.
La comunidad científica de San Luis Potosí, también participó en la elaboración de los artículos que conforman este libro encargándose de algunos de los elementos de la tabla periódica. Trece fueron los investigadores de San Luis Potosí que participaron en el libro; figuran así:
La Dra. Mildred Quintana, con el tema, Boro: un elemento primordial en el origen de la vida. La dra. Mildred Quintana es investigadora de la Facultad de Ciencias y del Centro de Investigación de Ciencias de la Salud de la UASLP.
Con el tema: Sodio: la velocidad de aliento, participa el Dr. Braulio Gutiérrez Medina, del Instituto Potosino de investigación Científica y Tecnológica, IPICyT, quien trabaja en sistemas biológicos.
La Dra. Viridiana García Meza, investigadora del Instituto de Metalurgia de la UASLP, que trabaja con microorganismos quimioautótrofos y fotoautótrofos, escribe sobre el Azufre: el elemento oloroso y amistoso del vecindario.
Sobre el Níquel: un duende travieso, escribe la Dra. Vanesa Olivares Illana, quien es investigadora del Instituto de Física de la UASLP y quien se centra en el estudio de interacciones biomoleculares involucrados en el cáncer.
El Dr. Daniel Ignacio Salgado Blanco, investigador del IPICyT, colabora con el tema, Kriptón: el elemento oculto. El Dr. Salgado es especialista en simulaciones moleculares de la materia a escala microscópica y nanoscópica.
El Dr. Pedro Miramontes que es investigador de la Facultad de Ciencias de la UNAM y colaborador como profesor visitante de la Facultad de Ciencias de la UASLP, especialista en evolución biológica en una perspectiva física y matemática, escribe sobre el Rubidio: rojo carmesí.
Por su parte la Dra. Marissa Robles Martínez, especialista en efectos antimicótico de nanopartículas de plata y investigadora del Instituto de Física de la UASLP, trata el tema, Antimonio: contra monjes.
El Dr. Eduardo Gómez García, investigador del Instituto de Física, especialista en enfriamiento por láser de gases a temperaturas cercanas al cero absoluto, escribe sobre el Cesio: el átomo del tiempo.
Sobre el Lantano: el titular de la familia rara, escribe el Dr. Luis Felipe Cházaro Ruiz, investigador de la División de Ciencias Ambientales del IPICyT, que entre otras líneas de investigación trabaja en sistemas bioelectroquímicos y sistemas electroquímicos de conversión de energía.
De la Facultad de Ciencias Químicas de la UASLP y tratando el tema Praseodimio: imita al periodoto, participa el Dr. Miguel Ángel Waldo Mendoza en colaboración con Nancy Araceli Rivera García investigadora de la empresa Greennova.
Vianney Rangel, investigadora de la UASLP y especialista en biofísica, trata el tema Naodimio: en imanes poderosos.
Junto a su colega de la Universidad Autónoma de Zacatecas, Sonia Saucedo Anaya, el Dr. Said Aranda Espinoza, investigador del Instituto de Física, trabajan el tema Gadolinio: excelente en refrigeración, que también desarrolla el tema de Iridio: en honor a la diosa Iris.
Los invitamos que lean el libro en cuestión sobre la tabla periódica que fuera presentado en La Ciencia en el Bar en el cierre de su ciclo número treinta y nueve y previo al vigésimo aniversario de este peculiar programa de difusión.
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