noviembre 19, 2025

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Luis González de Alba, el potosino pionero en la defensa de los derechos LGBT

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Escritor y periodista, el nacido en Charcas es un de los primeros activistas que luchó por la diversidad en México

Por: Alejandro Zermeño

Luis González de Alba (1944-2016) fue un escritor y periodista reconocido a nivel nacional por su textos, su cercanía con grandes íconos mexicanos como Elena Poniatowska y Carlos Monsiváis, y hasta como fundador del periódico La Jornada, sin embargo, la biografía del potosino tiene una dimensión como activista que lo llevó a estar involucrado en causas como el movimiento estudiantil de 1968 y la defensa de los derechos de la comunidad LGBT.

González de Alba es originario de Charcas, San Luis Potosí. Estudió psicología en la Universidad Autónoma de México (UNAM), al terminar se involucró en distintos movimientos sociales. Estuvo en la matanza de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, en donde fue detenido y encarcelado en el Palacio Negro de Lecumberri por dos años.

El historiador y cronista Alonso Hernández, quien fue amigo del escritor, habló con La Orquesta sobre la trayectoria de González de Alba.

El cronista contó que fue en la carcel donde Luis de Alba tomó conciencia de la marginalidad de la comunidad homosexual y de la lucha por sus derechos. Ahí escribiría su obra “Los días y los años”, en el que relata todo lo que vivió el 2 de octubre.

Luis se autoexilió en Chile y otros lugares de América Latina, tras algún tiempo regresó a México, donde se metería de lleno a la cultura LGBT y fue entonces cuando junto a la activista Nancy Cárdenas, Luis Prieto y el escritor Carlos Monsiváis, decidieron crear el Frente de Liberación Homosexual

, la primera organización de forma pública una protesta gay. Posteriormente, su grupo se iría ampliando con jóvenes como Braulio Peralta, José María Covarruvias y Teresa Chaustelli.

“Momentos después, en la revista “Siempre!” lanzaron el primer desplegado que trataría de proteger a la población homosexual de los abusos policiacos. Se podría decir que es la primera declaratoria en exigir derechos a favor de la comunidad LGTB+ en México. A Luis le tocó vivir una redada en “El Topo”, un antro gay, con lo cual decidió cambiarse de nombre a “Francisco Villa”(una burla) ya que en aquél entonces era más fácil mentir sobre quién eras”, apuntó Alonso Hernandez.

El cronista potosino relató que Luis comenzó a ocuparse en su profesión como escritor, y dentro de su narrativa expresaba sus vivencias homosexuales, y algo que nunca olvidó el activista era que el movimiento estaba destinado a crear una liberación de la sexualidad humana: “Para Luis era muy importante defender la libertad y dentro de ella, la sexualidad”.

El director de los archivos y las memorias, explicó que con textos de Elías Gambino era impensable que un hombre homosexual tuviera una relación homosexual bajo los términos de “macho”, pero fue con la generación del activista de Luis González, que empiezan a existir las primeras relaciones homosexuales que pueden crear un vínculo emocional

y rompen las consignas amorosas que habían.

El activista fue creador de los primeros espacios que eran 100 por ciento seguros para la población LGBT.

Alonso Hernández apuntó que como empresario, Luis González de Alba dio lugar a pequeñas librerías con sex shop como “La tienda del vaquero”, que más tarde se transformaría a “La cantina del vaquero” un lugar exclusivo para hombres gay.

Con la llegada del virus del VIH, el activista potosino se dio a la tarea de divulgar la información sobre el virus con las primeras conferencias y talleres del tema para informar a la comunidad sobre lo que se conocía en aquél entonces.

Aunque ciertos rumores relatan que surgió una enemistad entre Elena Poniatowska y Luis González de Alba, pues criticaban mutuamente sus trabajos, el director de los archivos y memorias, reveló que ambos escritores tenían una amistad “curiosa y cercana”, tanto que incluso el historiador sugiere que la escritora pudiera estar enamorada del potosino: “en la casa de Luis en Guadalajara, encontramos dedicatorias de Elena en sus libros que eran verdadera cartas de amor”.

El cronista explicó que debido a la pandemia por el virus del VIH, en los 90 el movimiento gay se vio disminuido debido a que dos o tres generaciones murieron a causa de la enfermedad, incluso, muchos escondieron sus preferencias por miedo al estigma social, pero Luis González no dejó su activismo, y estuvo involucrado en la manutención de la primera organización mexicana en lucha contra el sida. También fue de los primeros en usar propaganda a favor de la comunidad, la cual mostraba en sus talleres y grupos:

“Si hoy tenemos empresarios que apoyan el movimiento, tienen que ver con este camino que trazó Luis González de Alba”.

Por último, Alonso Hernández dijo que era importante mencionar de dónde obtuvo parte de la información de la vida del escritor: “Fue del archivo de Luis González, el cual se dividió en dos, una fue en la parte sustancial con sus artículos originales que se encuentran en la ITESO de Guadalajara, y la segunda, los libros y cuestiones de la diversidad sexual y documentos de los talleres que se dieron en el vaquero, que se encuentran bajo resguardo por archivos y memorias, en donación por parte de su sobrino Adrián Cortéz, quien ha sido parte fundamental en la recuperación de la memoria de Luis González Alba”.

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#4 Tiempos

La IA, periodismo, y la coartada perfecta | Apuntes de Jorge Saldaña

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riesgos de legislar sobre IA

““Vivimos bajo tormentas de datos que no construyen verdad sino ruido”. La información, desanclada de la confianza, se vuelve atmósfera. Y en atmósfera turbia, cualquiera puede gritar “fuego” y llamar a los bomberos, o “deepfake” y zafarse de la comisión de un delito”

Por: Jorge Saldaña

Hay épocas en las que la tecnología acelera más rápido que la ley en una carrera en pista sinuosa, de esas con curvas tan cerradas que hasta el volante tiembla.

Estamos ahí. La inteligencia artificial (IA) ya es capaz de imitar una voz al grado de confundir a tu mamá, de injertar un rostro en un cuerpo ajeno con precisión perfecta, de producir un “comunicado oficial” con sellos y sintaxis idénticos a los originales. Qué peligroso.

No obstante, lo que de veras me quita el sueño (y eso que soy dormilón) no es solo lo que la IA puede fabricar, sino lo que su misma sombra puede desmentir, es decir, que lo verdadero sea tirado a la basura señalándolo a la ligera como “irreal”.

Dicho en pocas palabras: sí temo a la mentira hecha con IA, pero temo más que la IA se vuelva la coartada perfecta para negar la verdad. ¿Me explico?

Pienso en un audio que exhibe una extorsión, en una foto que capta a un político con un criminal, en un contrato auténtico que documenta un desvío.

Con la reforma aprobada en San Luis Potosí (con tan solo 10 días de análisis) que tipifica el “uso indebido” de IA para provocar alarma, alterar la paz social, o dañar la imagen de un tercero, creo que nos pone a todos, pero aún más a los que nos dedicamos al periodismo, en un altísimo riesgo de que la primera reacción del involucrado no sea la responder al fondo, sino señalar al mensajero: “Eso lo creó la IA”, y entonces deberá ser el reportero, y no el delincuente exhibido, el que deberá de demostrar que su evidencia no es sintética o artificial, o se va al bote.

Invertimos la carga de la prueba: del hecho al emisor; del culpable al periodista.

No exagero: Artículo 19 ya advirtió lagunas de precisión en conceptos como “alarma pública” o “paz social” (que son ambiguos y propensos a la interpretación) y un riesgo de discrecionalidad que podría alcanzar desde la crítica política hasta la edición creativa.

Es cierto, la iniciativa del diputado Héctor Serrano, incorpora exclusiones para fines periodísticos, académicos, artísticos y de parodia “siempre que no exista dolo y se indique expresamente ese carácter”. Bien intencionado, sí. ¿Suficiente? No, porque el campo de juego queda resbaladizo y no hay árbitro judicial ni peritos especialistas en el tema.

Las modificaciones al Código Penal producto de la iniciativa de regulación a la IA, no define con precisión cómo demostrar el dolo, qué es alarma y, sobre todo, quién y cómo lo acredita.

Byung-Chul Han lo dijo en su libro Infocracia, (que me gusta mucho citar): “vivimos bajo tormentas de datos que no construyen verdad sino ruido”. La información, desanclada de la confianza, se vuelve atmósfera. Y en atmósfera turbia, cualquiera puede gritar “fuego” y llamar a los bomberos, o “deepfake” y zafarse de la comisión de un delito.

Nuestro tiempo es el de la sospecha permanente, la duda como política de Estado.

El tema me recuerda a Orson Welles que lo anticipó en 1938 con La guerra de los mundos: una ficción radial que, contada como boletín, desató pánico.

Hoy no necesitamos actores; bastan modelos generativos, un par de clics y un algoritmo de difusión.

Imaginen —no es ciencia ficción— un boletín “verosímil” de la Sedena ordenando toque de queda; una “conferencia” de la presidenta aceptando una invasión o un “video” de un presunto homicida de un estudiante de Estomatología confesando un delito… (saben a lo que me refiero).

¿Qué tal que el homicida alega que el video que se filtró fue hecho con Inteligencia Artificial? ¿Se va a perseguir al medio que lo difundió? En una de esas, hasta el homicida sale libre…¿Ya me entiende, Culto Público a lo que me refiero, me preocupa, y me da comezón?

La IA escribe el guion; las redes, el miedo.

Ahora bien: San Luis Potosí ya legisló. ¿Hacía falta? Sí. Pero… ¿Así? ¿Tenemos la suficiente fortaleza académica, experiencia profesional y capacidades para fundamentar una legislación sobre esta materia que nos va ganando la carrera? ¿No será esto un acelerón en plena curva?

El que esto escribe, aprendiz de reportero, alcanza a ver al menos tres riesgos que no podemos ignorar:

1) La coartada perfecta del poderoso.

Frente a una investigación sólida, la respuesta fácil será: “es IA”. Si la norma deja ambigüedades, el periodista puede terminar litigando su autenticidad en vez de publicar, y esto puede generar un efecto inhibidor, una autocensura preventiva por miedo a ser acusado de crear “realidades sintéticas”.

2) La puerta trasera de la censura.

Cuando “alarma social” o “paz pública” no tienen parámetros verificables, cualquier pieza incómoda puede ser encuadrada como “desestabilizadora”. Hoy se promete que no; mañana basta un fiscal con prisas o un juez con miedo o a modo.

3) La prueba imposible.

En la práctica forense, demostrar que algo no fue generado por IA requiere peritajes especializados, sellos de procedencia, cadenas de custodia digitales. No los tenemos para temas como la IA ¿Quién los hará? ¿Con qué estándares? ¿Con qué independencia? Si no definimos eso, la balanza se inclina contra el informador.

Ante ello, creo que necesitamos definiciones más concretas, cerradas y taxativas, lo mismo que una “mente culpable” o como dicen los abogados una Mens rea probada, exigir dolo específico: intención de provocar alarma…me-di-ble y no de “sensación” de la misma.

Además, si alguien alega que una pieza es sintética o fabricada, que lo acredite con peritajes de laboratorios independientes (no “peritos de parte” -que además no hay en SLP- a modo).

Los periodistas también tenemos que tener garantías reales y no meramente declarativas.

Efectivamente hay una exclusión en la iniciativa aprobada para el ejercicio del periodismo, arte, academia y sátira, sin embargo, ¿quién garantiza que opere en los hechos, cuando alguien -como dije arriba- nada más porque sienta calor le llame a los bomberos…?

No se trata de negar el dilema —que es brutal y de múltiples aristas—, sino de evitar que la cura mate al paciente. Porque, paradójicamente, la IA que nos amenaza con fabricar mundos, también puede servir para validarlos.

A ver, para Usted mi Culto Público, le comparto dos escenarios de pesadilla y uno de esperanza:

Un “Falso con consecuencias reales”: Un “comunicado” apócrifo de Protección Civil que ordene evacuar colonias. Pánico, saqueos, accidentes. Nadie herido por la IA; todos por la estampida.

Un “Verdadero desmentido como falso”: Un video auténtico que documenta un abuso policial. Los responsables gritan “deepfake”, “IA”, un juez timorato concede medidas cautelares, y el reportero enfrenta proceso. La evidencia muere antes que el delito.

Uno de esperanza: que la norma haga lo que promete: perseguir mentiras sintéticas dañinas, proteger a víctimas (como las 400 estudiantes de Zacatecas) y blindar la crítica. Se puede, si se afina y lo hacemos de forma acompañada y profesional. No a la ligera.

La delgada línea entre vigilar y castigar —permítanme el guiño— no debería cruzarse hacia castigar al que vigila. La prensa, con sus errores y excesos que a veces tenemos (no me subo al púlpito ni tiro la primera piedra), sigue siendo el semáforo en una avenida oscura: si se apaga “por seguridad”, lo que viene no es orden, sino una carambola con trágicas consecuencias.

Cierro con una imagen. La IA es el Orson Welles de nuestros tiempos: puede narrar invasiones que no existen y desmentir revoluciones que sí ocurrieron. La diferencia será si, en San Luis, ponemos reglas claras, peritos que sepan, y un principio simple grabado en piedra: a la verdad no se le pone grillete; a la mentira, sí.

Insisto, si lo hacemos bien, con profesionalismo y sin miedo, quizá esta vez la radio hablando de marcianos no provoque pánico, sino lucidez.

Mañana será el diputado de Morena Carlos Arreola (qué casualidad) el que anuncie el desarrollo inmediato de foros con ciudadanos, académicos, especialistas, periodistas, abogados y otros grupos para discutir, plantear y afinar la iniciativa aprobada. Aunque lo convoque Arreola, ni modo, me apunto.

Nota: Esta columna no fue redactada con IA, sino con MIR (Mi Ignorancia Regular).

Hasta la próxima.

Yo soy Jorge Saldaña.

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Ciudad

Se dispara la violencia familiar en vacaciones; SSPC refuerza prevención

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Juan Antonio Villa dijo que los domingos por la tarde son los días que concentran más reportes

Por: Redacción

A unas semanas del inicio formal de las fiestas decembrinas, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) advirtió que los casos de violencia familiar tienden a incrementarse durante este periodo, especialmente después de que los niños salen de vacaciones.

El titular de la dependencia, Juan Antonio Villa Gutiérrez, señaló que cada año se registra un repunte en llamadas de auxilio relacionad as con agresiones dentro del hogar

, en gran parte provocado por el consumo de bebidas alcohólicas y otras sustancias.

Villa Gutiérrez explicó que, aunque este comportamiento es cíclico, la SSPC trabaja actualmente desde el área de Prevención del Delito para que mujeres, niñas, niños y ciud adanía en general aprendan a identificar conductas violentas que a menudo se normalizan, como la violencia psicológica o económica.

“El objetivo es inhibir en lo posible el incremento de la violencia familiar”, afirmó el secretario.

El funcionario señaló que no existe una zona específica donde se concentren los reportes, pues la incidencia varía; sin embargo, detalló que los domingos por la tarde suelen ser los momentos con mayor número de denuncias, nuevamente influido por el consumo de alcohol.

La SSPC aseguró que mantendrá operativos y vigilancia reforzada durante las semanas previas y posteriores a las vacaciones decembrinas.

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Propuesta de sueldos policiacos en SLP reducirá actos de corrupción: SGG

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La iniciativa sobre los salarios de elementos municipales se presentará antes de fin de año

Por: Redacción

J. Guadalupe Torres Sánchez, secretario general de Gobierno de San Luis Potosí, informó que las autoridades estatales continúan en el análisis y recaudación de información de la iniciativa legislativa para que los policías de los 59 municipios reciban un sueldo mínimo de 15 mil pesos. Esta medida busca brindar mayores garantías a los elementos de seguridad, reducir actos de corrupción e incluso evitar que se filtre información a grupos de la delincuencia organizada.

Para lograr dicha homologación, Torres Sánchez explicó que se han llevado a cabo mesas de seguridad en distintos municipios, donde se dialoga con presidentas y presidentes municipales para conocer su estado de fuerza

y los salarios actuales de los uniformados.

Sobre estas reuniones, el secretario señaló que existe una gran disparidad salarial, pues algunos municipios pagan siete mil u ocho mil pesos mensuales, cantidad que consideró insuficiente para garantizar una vida digna.

Por último, Torres Sánchez indicó que la intención es presentar la iniciativa ante el Congreso del Estado antes de que concluya el año, con el fin de que el Poder Legislativo cuente con el tiempo necesario para su análisis.

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Opinión

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